En las múltiples habitaciones temporales conectadas entre sí, el ambiente estaba impregnado de energía intensa y determinación. Cada una de las jóvenes demostraba un estilo de combate único, influenciado por la herencia y las experiencias de sus padres.
José y Melisa
José, hijo de Victor, demostraba un dominio impresionante sobre los dominios espaciales y energías cósmicas, herencia directa de su padre. A su lado, Melisa, con una sonrisa decidida, canalizaba energías elementales puras, fusionándolas con movimientos ágiles y calculados. Sus ataques coordinados eran como una danza, complementándose mutuamente a la perfección.
—¡Esa fue buena, Mel! Pero no me ganarás esta vez, —dijo José mientras creaba una esfera de energía gris que gravitaba entre ellos.
—No subestimes mi velocidad, amor, —replicó Melisa con un destello en sus ojos, esquivando la esfera y contraatacando con una ráfaga de viento afilado.
Balzht y Janeth
Mientras tanto, Balzht y Janeth, hijos de Rigor y Dariel, se enfrentaban en un duelo lleno de estrategia. Balzht, con su postura sólida y sus técnicas basadas en el control del flujo de energía, bloqueaba hábilmente los ataques de Janeth. Ella, por su parte, mezclaba habilidades telequinéticas y físicas con una precisión que ponía a su hermano en aprietos.
—¡No me digas que esto es todo lo que tienes, Balzht! —provocó Janeth mientras lanzaba una serie de proyectiles de energía.
—Solo estoy calentando, hermanita, —respondió Balzht, liberando una onda expansiva que neutralizó sus ataques.
Gaby
Gaby, hija de Victor, entrenaba por su cuenta. Cada golpe que daba resonaba con una intensidad que hacía temblar la habitación. Había heredado la fuerza y determinación de su padre, y su voluntad de proteger a los suyos era evidente en cada movimiento.
—Tengo que ser más fuerte, no solo por mí, sino por ellos, —susurró para sí misma mientras liberaba un ataque devastador que dividió la sala en dos por un instante.
Mar
Mar, hija de Evil Victor y su madre, entrenaba con un enfoque frío y calculador. Con movimientos precisos y un aura intimidante, demostraba ser una combinación perfecta de la fuerza bruta de su padre y el carácter regio de su madre.
—El poder no es suficiente, se necesita control, —dijo mientras condensaba una esfera de energía oscura que emitía un calor abrasador.
En la lejanía, un imponente templo se alzaba en el horizonte de las habitaciones temporales, irradiando una presencia que atraía tanto como inquietaba. Sus muros resplandecían con un brillo espectral, y su entorno estaba protegido por guardias inmóviles, cubiertos de armaduras negras con detalles dorados. Aunque parecían inofensivos, había algo en su presencia que ponía a todos en alerta.
Dentro del templo residía un poder que tentaba a los más ambiciosos. Sin embargo, ese mismo poder era una trampa diseñada para los desprevenidos. Un guardián habitaba el corazón de la estructura, una entidad capaz de adaptarse a cualquier técnica o ataque que se le dirigiera. Cada golpe recibido lo fortalecía, y su habilidad para aprender y contrarrestar era casi infinita.
Gaby, concentrada en su entrenamiento, notó el templo y se detuvo. Su mirada reflejaba desconfianza.
—Ese lugar… Algo no está bien. Parece un desafío, pero hay algo más detrás.
José también lo observó, con los brazos cruzados y una expresión de curiosidad mezclada con precaución.
—No sé qué será, pero siento que no deberíamos acercarnos sin saber más. Mel, ¿qué piensas?
Melisa miró al templo, sintiendo la tensión en el aire.
—Es un lugar extraño. El poder que emana podría ser una trampa, pero si entrenamos lo suficiente, quizás podamos enfrentarlo juntos.
En otra parte, Balzht y Janeth también notaron el templo. Janeth, con su mirada analítica, frunció el ceño.
—Esto no es un lugar para novatos. Ese guardián no parece ser un oponente común.
—Si alguien intenta entrar, será mejor que estén listos para cualquier cosa, —respondió Balzht, apretando los puños.
A medida que todos reflexionaban sobre la presencia del templo, una decisión parecía inevitable: eventualmente, tendrían que enfrentarse al desafío. No solo por el poder que prometía, sino porque la prueba misma parecía diseñada para empujar sus límites al extremo.
En la vastedad de la habitación temporal, Yaneth y James, hijos de Daiki Talloran y Darkness, se encontraban afinando sus habilidades. Ambos habían heredado el poder abrumador de sus padres, pero también su determinación y voluntad. Mientras perfeccionaban sus técnicas, una energía peculiar llamó su atención.
A lo lejos, un templo imponente se revelaba, sus puertas abriéndose lentamente como si los invitara a entrar. Sin pensarlo mucho, ambos hermanos intercambiaron una mirada cómplice.
—Esto no es algo que podamos ignorar, James. —dijo Yaneth, ajustando sus guantes.
—Definitivamente no. Vamos, hermana.
Corrieron hacia el templo, impulsados por la curiosidad y el deseo de desentrañar sus secretos. Al cruzar la entrada, sus pasos resonaron en los antiguos pasillos, pero apenas avanzaron unos metros, chocaron de lleno con un grupo que ya estaba allí.
Gaby, José, Mar, Balzht, Janeth y Melisa se sobresaltaron al ver a los recién llegados. El impacto los hizo tambalearse, y por un momento el aire se llenó de murmullos y quejas.
—¡Oye! ¿Por qué van corriendo como si no hubiera mañana? —exclamó José, frotándose el brazo.
—¿Y ustedes por qué bloquean el camino como un muro? —respondió James, cruzándose de brazos.
Yaneth se adelantó, mirando al grupo con curiosidad.
—No esperábamos encontrar a nadie más aquí. ¿Qué están buscando?
Balzht intervino antes de que el ambiente se tensara más:
—Estamos aquí por la energía que emana este templo. Creemos que es un desafío, aunque todavía no sabemos qué nos espera.
James alzó una ceja, intrigado.
—¿Un desafío? Entonces llegamos justo a tiempo. Supongo que podemos unirnos.
Melisa, con los brazos cruzados, observó a los hermanos con cautela.
—¿Y qué les hace pensar que necesitamos ayuda?
Yaneth respondió con una sonrisa confiada:
—No se trata de ayudar. Se trata de sobrevivir. Este lugar no parece tan amigable, ¿o me equivoco?
Antes de que alguien pudiera responder, la voz resonante que ya conocían volvió a llenar el aire:
—Interesante... más intrusos. El juego se vuelve más entretenido. Prepárense, porque ahora todos son parte del desafío. Sólo aquellos dignos podrán avanzar.
Las puertas detrás de ellos se cerraron con un estruendo, sellando sus destinos juntos. Sin más opciones, los recién reunidos decidieron unir fuerzas, conscientes de que lo que enfrentaban requeriría tanto habilidad como trabajo en equipo.
La voz resonante que todos escucharon no era más que un holograma proyectado desde el interior del templo. Frente a ellos, la figura de Asagi, un joven que se había ganado el título de héroe, apareció con una sonrisa tranquila pero llena de propósito.
—Bienvenidos al templo del desafío. Si están aquí, significa que buscan superar sus límites. —dijo el holograma, su voz llena de determinación.
El grupo intercambió miradas confusas. Gaby fue la primera en hablar:
—¿Asagi? ¿Qué estás haciendo aquí?
El holograma continuó, ignorando la pregunta directa:
—Lo que enfrentan no es un enemigo común. Es un guardia que se adapta a cualquier habilidad que usen contra él. Su propósito no es destruirlos, sino forzar su creatividad, trabajo en equipo y resistencia. Este guardia fue diseñado por Rigor y otros estudiantes como un reto definitivo. Si logran derrotarlo, significará que están preparados para cualquier desafío futuro.
James frunció el ceño, cruzando los brazos.
—¿Así que esto es sólo un entrenamiento? ¿Por qué tanta teatralidad?
Asagi, o más bien su proyección, respondió con una leve risa:
—Porque los verdaderos héroes surgen en los momentos de mayor presión. Este lugar no es para los débiles de corazón. Aquí no hay margen para errores. Cada decisión contará. Ahora, si están listos, avancen. Pero recuerden, el guardia no sólo se adapta; también aprende. Cada ataque fallido lo hará más fuerte.
Balzht miró a los demás con seriedad.
—Esto va más allá de un simple enfrentamiento. Tendremos que pensar juntos.
El holograma de Asagi desapareció, dejando al grupo frente a una enorme puerta adornada con símbolos que parecían pulsar con energía. Gaby suspiró profundamente.
—Bueno, ya estamos aquí. No hay marcha atrás.
Yaneth colocó una mano sobre la puerta, mirando a todos con determinación.
—Entonces, avancemos. Si este guardia fue construido por alguien como Rigor, no podemos subestimarlo. Pero tampoco podemos rendirnos.
La puerta se abrió lentamente, revelando una sala inmensa y vacía, con un solo guardia en su centro. Su apariencia era imponente: una figura metálica que brillaba con un aura dorada, con ojos que parecían analizar cada movimiento de los presentes. Su voz fría y calculadora resonó:
—Bienvenidos. Soy el Guardián Adaptativo. Demuestren que son dignos... si pueden.
El primer enfrentamiento estaba a punto de comenzar, y el grupo sabía que cada paso debía ser cuidadosamente calculado.
Mar, con su característico ego y confianza en su fuerza, se lanzó contra el guardia sin dudar. Su velocidad y potencia fueron suficientes para mover al guardia, provocando un leve crujido metálico en su armadura. Los demás observaron sorprendidos, hasta que notaron un destello en los ojos del guardia.
—¡Espera, Mar! ¡Se está adaptando! —gritó Gaby, demasiado tarde.
El guardia, ahora completamente adaptado a los ataques de Mar, movió su brazo con una precisión devastadora, atrapándola por la cabeza.
—Error. Fuerza bruta detectada. Contramedida activa. —dijo el guardia con su voz mecánica, mientras levantaba a Mar como si no pesara nada.
Con un movimiento implacable, el guardia la lanzó contra uno de los pilares del templo, haciendo que este se fracturara y soltara una nube de polvo. Mar cayó al suelo, sacudiéndose el polvo de encima, pero claramente aturdida por el impacto.
—¡Maldita sea! ¡Eso dolió! —exclamó, levantándose con dificultad.
James dio un paso al frente, con una mezcla de preocupación e irritación.
—¿Tienes que ser tan impulsiva? ¡Te advertimos que este guardia se adapta!
Mar apretó los puños, mirando al guardia con furia.
—¡No necesito advertencias! ¡Ese pedazo de chatarra no va a ganarme!
Pero antes de que pudiera volver a atacar, José puso una mano en su hombro, deteniéndola.
—Espera. Si sigues atacando sin plan, solo lo harás más fuerte. Tenemos que pensar.
Balzht y Janeth se posicionaron estratégicamente, observando los movimientos del guardia. Este no atacaba, pero su postura indicaba que estaba analizando a todos, listo para adaptarse a cualquier estrategia que usaran.
Yaneth, con su mente táctica, habló:
—El holograma de Asagi fue claro. No podemos depender de ataques directos. Necesitamos encontrar una debilidad antes de que sea demasiado tarde. Mar, cálmate. Esto no se trata de quién es más fuerte.
Mar gruñó, pero cedió, retrocediendo para unirse al grupo.
—Bien. ¿Qué propones, genio?
—Primero, necesitamos entender cuánto puede adaptarse y qué tan rápido. Vamos a atacarlo en equipo, pero con diferentes estrategias, para confundir su sistema. Si logramos que se sobrecargue adaptándose, podríamos tener una oportunidad.
El grupo asintió, preparándose para coordinar su próximo movimiento. El guardia, mientras tanto, permanecía inmóvil, como si esperara su próximo desafío.
James, con una calma calculada, ajustó sus anteojos y observó al guardia con detenimiento, su mirada analítica heredada de su linaje brillaba intensamente.
—Escuchen, —dijo, alzando los dedos para enfatizar su punto—, no podemos permitir que se adapte. Cada segundo que le demos para analizar nuestros movimientos es un paso más cerca de nuestra derrota. Debemos atacarlo de manera impredecible y cambiante. Nada repetitivo, nada lineal.
El grupo lo escuchaba atentamente, aunque algunos, como Mar, parecían un poco impacientes.
—¿Y cuál es tu brillante plan, Einstein? —preguntó Mar, cruzándose de brazos.
James, sin perder la compostura, continuó:
—Lo haremos de esta forma: formaremos dos equipos. Uno será el señuelo, ejecutará movimientos rápidos y evasivos, obligándolo a gastar su energía y recursos adaptándose. El otro equipo se encargará de observar patrones en su adaptación para encontrar un punto débil.
Yaneth asintió, siguiendo la lógica de su hermano.
—Tiene sentido. Si logramos que enfoque su atención en un grupo mientras el otro lo analiza, podríamos descubrir algo que lo desestabilice.
José, con un toque de humor, añadió:
—Solo asegúrense de que yo no sea el señuelo, ¿ok? Prefiero conservar mi cara intacta.
Melisa le dio un suave golpe en el brazo.
—No te preocupes, cariño. Tú y yo estaremos en el equipo de análisis. Deja que los más rápidos y ágiles hagan de señuelo.
Gaby, con una sonrisa determinada, se unió a la discusión:
—Yo puedo liderar el equipo de señuelos. Tengo experiencia esquivando ataques más rápidos que este guardia.
James asintió, ajustando sus anteojos nuevamente.
—Perfecto. Gaby, Mar, y Balzht serán el equipo de señuelos. Yaneth, José, Melisa, y yo seremos el equipo de análisis. Janeth, mantente en la retaguardia para cubrirnos si las cosas se complican.
Todos se posicionaron según el plan. El guardia permanecía inmóvil, pero sus ojos brillaban intensamente, claramente analizando cada movimiento que realizaban.
—Recuerden, no podemos permitir que se adapte ni un segundo. Mantengan su estrategia flexible. ¡Ahora, vamos! —ordenó James.
El equipo de señuelos comenzó a moverse rápidamente alrededor del guardia, atacándolo desde múltiples ángulos sin un patrón discernible, mientras el equipo de análisis observaba atentamente, buscando cualquier señal de vulnerabilidad. El enfrentamiento estaba a punto de intensificarse.
James, mientras ajustaba sus anteojos y observaba atentamente los movimientos del guardia, giró levemente hacia su hermana con una sonrisa casi imperceptible.
—Siempre se me olvida que tu nombre principal es Lilith y no Yaneth.
Lilith, antes conocida como Yaneth, arqueó una ceja, algo divertida.
—¿En serio, James? Hemos vivido juntos toda la vida y todavía te confundes. Es algo curioso viniendo de alguien con una memoria tan impecable.
James soltó una ligera risa, relajando la tensión del momento.
—Supongo que, con todo lo que pasa a diario, algunas cosas triviales se me escapan. Pero ahora que lo pienso, Lilith te queda mejor. Es... más intimidante, como tú.
Lilith sonrió con un toque de orgullo.
—Lo tomaré como un cumplido. Aunque no sé si eso de "intimidante" era necesario.
Melisa, que estaba observando la interacción, intervino con una sonrisa.
—Es una forma elegante de decir que eres una fuerza a tener en cuenta, Lilith. Aunque creo que James solo quiere aligerar el ambiente antes de que el guardia vuelva a hacer algo inesperado.
Lilith asintió, volviendo a centrarse en el guardia.
—Bueno, James, puedes llamarme como prefieras. Pero ahora, concentrémonos en esto antes de que termine siendo un desastre.
—De acuerdo, Lilith. Esta vez no fallaremos. —respondió James, con seriedad renovada.
Ambos se miraron con determinación, listos para enfrentarse nuevamente al desafío que tenían delante.
El guardia, que había estado resistiendo los ataques previos, se vio sorprendido por la velocidad y la coordinación de José, Mar y Gaby.
José comenzó con un blaster solar, su energía desatada se concentró en un rayo de pura luz que impactó al guardia, lanzándolo unos metros hacia atrás. Pero antes de que pudiera reaccionar, Mar se adelantó rápidamente. Con una mano extendida, tocó al guardia, lanzando un corte afilado que lo hizo tambalear. La precisión y el poder de su ataque fueron impresionantes, pero el guardia se adaptó rápidamente, comenzando a recuperarse.
Gaby, sin perder tiempo, aprovechó la oportunidad. Se posicionó a un lado y lanzó un destello solar con su puño, una explosión de energía concentrada que chocó de lleno contra el guardia. La onda de choque fue tan fuerte que el guardia fue disparado hacia un muro cercano, rompiéndolo por completo y dejando una grieta en la estructura.
Por un breve momento, el guardia permaneció inmóvil, pero pronto se levantó, su cuerpo comenzando a regenerarse con asombrosa rapidez. Sin embargo, esta vez, algo había cambiado en su actitud. Había sentido el poder de los ataques, y ahora se estaba preparando para una nueva adaptación, más feroz que antes.
José, con la frente perlada de sudor, miró a sus compañeros y dijo con determinación:
— No podemos permitir que se recupere. Tenemos que seguir presionando.
Mar, confiada en su habilidad, asintió rápidamente:
— Sí, tenemos que acabar con esto antes de que se adapte por completo.
Gaby, que había estado observando al guardia cuidadosamente, agregó:
— Aprovechemos su momento de debilidad. Si lo atacamos en el punto exacto, podríamos detener su regeneración.
Con sus energías renovadas y su estrategia clara, el grupo se preparó para el siguiente ataque. Estaban listos para ponerle fin a la batalla.
La batalla se intensificaba, y James, con su aguda estrategia y rapidez, había dado un golpe certero. Su corte, perfecto en su ejecución, atravesó el núcleo del guardia, destrozando una parte vital de su estructura. Sin embargo, el guardia, usando sus nanobots, comenzó a regenerarse de inmediato. En un parpadeo, sus ojos brillaron con una intensidad insostenible, y su cuerpo comenzó a adaptarse, una vez más.
Lilith, sin perder tiempo, acudió rápidamente en ayuda de su hermano. Con un grito de concentración, comenzó a formar esferas de energía cósmica alrededor de ella. Cuatro bolas flotaban en el aire, girando con una precisión perfecta. Luego, al colocar la quinta bola en el centro, creó una alineación perfecta que resplandeció con una energía cósmica impresionante.
— ¡Ahora! —gritó Lilith.
Con un rápido movimiento de sus manos, las esferas estallaron en una explosión en línea recta. La energía cósmica viajaba con la velocidad de la luz, atravesando el templo y desintegrando todo a su paso, incluyendo al guardia. La fuerza de la explosión fue tan intensa que el templo comenzó a derrumbarse, y todo el suelo se vio sacudido por la onda expansiva.
Pero a pesar de la devastación, el guardia, que había sido golpeado por la explosión, se levantó una vez más. Su estructura era casi irreconocible debido a la destrucción sufrida, pero su capacidad de adaptación era formidable. Había logrado regenerarse y resistir el impacto.
José, mirando el escenario con una expresión de frustración, dijo:
— No puede ser... ¡Este tipo es indestructible!
James, aunque impresionado por la resistencia del guardia, no perdió su compostura.
— Tenemos que encontrar su punto débil, hay algo que no hemos detectado aún. No es invulnerable; solo está adaptándose a todo lo que le lanzamos.
Lilith, con el ceño fruncido, observó al guardia mientras se recuperaba lentamente.
— Si sigue adaptándose, cada vez será más difícil. Necesitamos sorprenderlo, atacarlo de manera diferente.
El grupo se agruparon, mirando al guardia, conscientes de que esta sería una batalla que no se ganaría con simples ataques directos. Tendrían que descubrir una nueva forma de derrotarlo antes de que su capacidad de adaptación los agotara a todos.
El guardia, ahora más adaptado que nunca, reaccionó con rapidez ante la ofensiva de Melisa, Balzht y Janeth. Melisa, avanzando con velocidad, fue la primera en lanzarse hacia él. Sin embargo, antes de que pudiera asestar un golpe, el guardia la atrapó con sus manos y, con una fuerza descomunal, la lanzó hacia atrás. Melisa salió volando, chocando contra el suelo con una fuerza que dejó una huella profunda en la tierra, pero rápidamente se recuperó, con una mirada de determinación en sus ojos.
Janeth y Balzht, viéndola caer, no perdieron tiempo. Con un grito sincronizado, activaron sus saltos temporales. Ambos se movieron con una velocidad inimaginable, el tiempo parecía detenerse a su alrededor mientras lanzaban golpes que desbordaban energía. Cada puñetazo era tan devastador que el aire a su alrededor parecía romperse, creando ondas expansivas que podían destruir no solo una ciudad, sino galaxias enteras.
Con precisión perfecta, ambos atacaron al guardia en un intento de sobrecargar su capacidad de adaptación. Los golpes golpearon al guardia con tal fuerza que se produjeron enormes explosiones de energía a su alrededor, distorsionando la realidad misma. Sin embargo, el guardia, una vez más, comenzó a adaptarse a la fuerza titánica de los ataques.
"¡No puede ser!" exclamó Janeth, viendo cómo el guardia resistía.
Pero Balzht, manteniendo la calma, le lanzó una mirada seria.
— Si continuamos así, se adaptará a todo. Necesitamos una estrategia que lo agote. No podemos seguir solo con la fuerza bruta.
En ese momento, Melisa, ahora levantándose con dificultades, gritó desde el suelo.
— ¡Usen algo impredecible! Algo que no pueda adaptar!
Janeth y Balzht intercambiaron miradas. Impredecible... esa era la clave.
Con una sonrisa decidida, Balzht gritó:
— ¡Vamos a cambiar el flujo del combate!
Ambos se retiraron unos pasos, sabiendo que lo que tenían que hacer ahora no era solo golpear, sino golpear de una forma completamente nueva. Preparaban una estrategia arriesgada, pero era su única esperanza de vencer al guardia adaptativo.
Después de que Gaby fue lanzada contra el templo por el golpe devastador del guardia, ella quedó en el suelo, respirando entrecortadamente. El guardia, al ver su estado, mostró una expresión de aparente satisfacción. Pero esa satisfacción no duraría mucho. Gaby se levantó rápidamente, sacudiendo el polvo y concentrándose en lo que quedaba de su energía. Con un destello de furia en sus ojos, comenzó a canalizar la energía en sus manos, creando una nueva variante de su Blaster Solar.
Esta vez, la energía que formó era de un intenso color rosado brillante. El aire a su alrededor parecía vibrar mientras la energía se acumulaba en el centro de sus palmas. La intensidad aumentaba, y el guardia, que pensaba que la victoria ya era suya, notó cómo Gaby se alzaba con una fuerza renovada. Sin perder tiempo, ella lanzó el Blaster Solar Rosado con una velocidad y precisión que sorprendió incluso al guardia, que no tuvo la rapidez para adaptarse.
El impacto fue tan violento que una explosión de luz y energía se desató, envolviendo al guardia. La onda expansiva recorrió el templo, causando estragos en la estructura, pero también dejando una huella de destrucción que hizo que el guardia retrocediera y se cubriera parcialmente. Los sistemas del guardia intentaron adaptarse a la energía, pero el poder del golpe era tan grande que no pudo evitar que su ojo robótico izquierdo se destruyera, causando una falla momentánea en su visión.
La explosión dejó un rastro de humo y fragmentos, y durante un momento, todo quedó en silencio. El guardia estaba cubierto de daños, y su cuerpo parecía desestabilizado. Su postura mostraba que la adaptación no fue suficiente esta vez. Sin embargo, después de un breve momento de silencio, el guardia se levantó con un resplandor metálico en su cuerpo, su semblante cambiando a una expresión de frustración. Su rostro robótico se iluminó con una pequeña sonrisa forzada, como si se sintiera irritado por la sorpresa del ataque.
"Parece que... todavía tengo que aprender de ti," dijo con voz metálica, la irritación claramente notoria en su tono. Aunque claramente dañado, estaba listo para continuar la pelea. Gaby, sin inmutarse, sonrió con confianza y se preparó para el siguiente movimiento, sabiendo que la batalla apenas comenzaba y que la verdadera lucha aún estaba por venir.
El guardián, con movimientos precisos y adaptados, se abalanzó sobre Gaby como un relámpago. En un instante, la tomó del pie con su mano metálica y la azotó contra el suelo con una fuerza brutal, causando que el terreno bajo ellos se agrietara y se hundiera. Sin dar tiempo a que Gaby reaccionara, la lanzó con una fuerza sobrehumana hacia su hermano José.
José, con una velocidad impresionante y reflejos afinados por años de entrenamiento, reaccionó al vuelo de su hermana. Con un destello de energía solar envolviendo sus brazos, se desplazó rápidamente y la atrapó en pleno aire. Aunque logró detener la inercia del impacto, el golpe resonó en su cuerpo mientras aterrizaba, protegiendo a su hermana de más daño.
"¿Estás bien, Gaby?" preguntó José mientras la sostenía firmemente y la ayudaba a ponerse de pie.
Gaby asintió, aunque jadeaba ligeramente por el impacto previo. "Estoy bien... pero este tipo... no nos lo va a poner fácil." Su determinación brillaba en sus ojos, incluso después del castigo recibido.
El guardián, observando la interacción, se quedó inmóvil por un momento, como si estuviera analizando la dinámica entre ellos. Sus ojos robóticos brillaron mientras adaptaba su cuerpo una vez más, preparándose para enfrentar no solo a uno, sino a ambos hermanos al mismo tiempo.
José dejó a Gaby de pie y dio un paso al frente, extendiendo sus manos mientras canalizaba su propia energía solar. "Está bien, hermana, sigamos juntos. Si quiere pelea, vamos a darle todo lo que tenemos."
El guardián, ahora completamente preparado, se lanzó hacia ellos, y los dos hermanos, con perfecta sincronización, respondieron con un contraataque combinado, el aire a su alrededor vibrando con la energía desatada.
Mientras el guardián centraba su atención en Gaby y José, James y Lilith aprovecharon la oportunidad para atacar desde la retaguardia. Con precisión quirúrgica, ambos lanzaron un corte omnidireccional en perfecta sincronización, generando un destello de energía tan poderoso que cortó varias partes del entorno y dejó al guardián tambaleándose momentáneamente.
Sin detenerse, ambos hermanos giraron hacia atrás con una fluidez impecable, sus movimientos perfectamente calculados. En un instante, movieron sus manos hacia los brazos del guardián, concentrando su energía natural en un poderoso ataque. Una explosión de energía verde y azul brotó de sus palmas, envolviendo al guardián en una fuerza descomunal que lo empujó hacia adelante, causando que su estructura metálica chisporroteara mientras intentaba adaptarse al daño.
El guardián, aunque notablemente afectado, no cayó. Su sistema interno comenzó a brillar, sus ojos robóticos escaneando rápidamente las nuevas amenazas. Sin embargo, las secuelas del ataque combinado de James y Lilith dejaron grietas visibles en sus brazos metálicos, demostrando que la unión de sus habilidades tenía el potencial de romper su invulnerabilidad adaptativa.
"¡No lo dejen recuperarse!" gritó James, ajustándose sus lentes mientras se preparaba para otro movimiento. Lilith, por su parte, ya comenzaba a reunir más energía, sus ojos brillando con determinación.
El guardián, ahora consciente de la amenaza que representaban los hermanos, giró su atención hacia ellos, pero la coordinación de James y Lilith seguía siendo implacable, forzándolo a adaptarse constantemente para mantenerse en pie.
Melisa, con una concentración feroz, formó una espada corta de energía pura en sus manos. Su determinación era inquebrantable mientras se lanzaba hacia el guardián, esquivando hábilmente los contraataques del robot. Con un movimiento rápido y preciso, se posicionó directamente detrás de él y, con ambas manos, clavó la espada en su espalda metálica.
El filo de energía atravesó la capa exterior del guardián, alcanzando su núcleo interno. Justo cuando Melisa comenzó a canalizar su energía para desatar una explosión interna, los nanobots del guardián entraron en acción. Se movilizaron frenéticamente, reparando los daños con una velocidad impresionante, cerrando la perforación antes de que la explosión pudiera liberarse.
Melisa apretó los dientes, luchando por mantener la espada en su lugar mientras los nanobots intentaban expulsarla. "¡No puede regenerarse tan rápido!" gritó con frustración, aumentando la presión de su energía para resistir la adaptación del guardián.
El guardián, notando el peligro, activó un protocolo de defensa, liberando un pulso electromagnético que lanzó a Melisa hacia atrás. Ella cayó al suelo, rodando varias veces antes de detenerse, pero aún sosteniendo la espada que había logrado recuperar.
Desde el suelo, Melisa levantó la vista y vio cómo las grietas en la espalda del guardián comenzaban a cerrarse por completo. "¡Este monstruo no se rinde!" murmuró mientras volvía a ponerse de pie, su espada de energía brillando con más intensidad, preparada para intentarlo de nuevo.
"¡Necesitamos sobrecargar esos nanobots antes de que sigan adaptándose!" gritó hacia los demás, señalando que aún no estaba dispuesta a rendirse.
Balzht y Janeth, sincronizados con precisión, se lanzaron al unísono hacia el guardián. Sus golpes iban dirigidos directamente a la cabeza del robot, cargados con energía devastadora. Sin embargo, justo antes de que pudieran conectar, los ojos del guardián brillaron con un tono rojo intenso. En ese momento, su adaptación se activó, ajustándose instantáneamente para contrarrestar los ataques.
El guardián bloqueó ambos golpes con una rapidez abrumadora y, sin darles tiempo para reaccionar, comenzó a contraatacar. Sus movimientos eran veloces, cada golpe calculado y certero. Con una ráfaga de puñetazos increíblemente rápidos, impactó a Balzht y Janeth, lanzándolos hacia las paredes del templo con tal fuerza que la estructura comenzó a agrietarse.
No contento con neutralizar solo a ellos, el guardián redirigió su furia hacia los demás. Su velocidad era casi imposible de seguir mientras atacaba a cada uno de los presentes. Con un golpe tras otro, los fue derribando, enviándolos a todos fuera del templo como si fueran muñecos de trapo.
La explosión de energía al impacto de cada golpe dejó cráteres en el suelo y las paredes circundantes. Cuando la ráfaga de ataques terminó, el templo estaba parcialmente en ruinas, y el guardián permanecía en pie en el centro, imponente y sin un rasguño visible. Su brillo rojo en los ojos parecía casi burlón mientras observaba a los combatientes dispersos, demostrando que su adaptación no tenía límites.
"¡Esto no será fácil!" murmuró Balzht, levantándose con dificultad mientras observaba al guardián, ya calculando su próximo movimiento.
El guardián, con una voz metálica cargada de burla, dejó escapar una risa resonante que reverberó por lo que quedaba del templo.
—Esencia. —dijo con una pausa teatral, observando a los combatientes dispersos a su alrededor. Luego, apuntó con uno de sus brazos hacia ellos, especialmente hacia James y Lilith, mientras una mueca casi sardónica se formaba en su rostro artificial.
—Solo entendí que sus papás los abandonaron.
La provocación era directa, calculada para golpear más allá de lo físico. Su risa continuó, gélida y despectiva, mientras su mirada se mantenía fija en los hermanos, alimentando la tensión entre ellos y sus compañeros.
El guardián, con sus ojos brillando de un rojo intenso, inclinó ligeramente su cabeza, dejando escapar una carcajada siniestra que resonaba como metal crujiendo.
—Tengo demasiada esencia acumulada. —su voz era grave y distorsionada, cargada de una malicia casi palpable—. Tengo que liberarla... y luego comer sus entrañas.
Su risa malévola llenó el aire mientras una energía oscura comenzaba a emanar de su cuerpo, creando una atmósfera opresiva que hacía que incluso el suelo bajo él comenzara a agrietarse. Su amenaza no era solo palabras; era una promesa fría y calculada, diseñada para sembrar el miedo en los corazones de quienes aún se mantenían de pie frente a él.
Los jóvenes, aunque heridos, se levantaron con determinación. José ayudó a Gaby a incorporarse, mientras Lilith y James ajustaban sus posturas, sus miradas reflejando una mezcla de furia e inteligencia calculadora. Melisa sostenía su espada de energía con fuerza, mientras Balzht y Janeth se apoyaban mutuamente, listos para atacar de nuevo.
Mar, por su parte, tenía los ojos llenos de ira. Su orgullo herido la hacía temblar de rabia mientras apretaba los puños.
—¡Maldito pedazo de chatarra! —espetó Mar, tomando la delantera—. Esto no quedará así.
Lilith la miró de reojo, intentando mantener la compostura.
—Cálmate, Mar. No puedes atacar sin pensar; eso solo lo hará más fuerte.
—¿Y qué sugieres, hermana mayor? —replicó Mar con sarcasmo—. ¿Hablarle de nuestros sentimientos?
—No estamos aquí para discutir. —interrumpió José, su tono firme mientras avanzaba unos pasos—. Ese guardián quiere dividirnos. No lo permitiremos. Vamos todos juntos, pero con cabeza.
El grupo asintió, dejando de lado cualquier conflicto personal. Sus energías comenzaron a sincronizarse mientras se preparaban para enfrentarse al enemigo que parecía imparable. La batalla estaba lejos de terminar, pero ninguno de ellos estaba dispuesto a retroceder.
José miró a sus compañeros, limpiándose la sangre de la comisura de los labios, y comentó:
—Podríamos ocupar el Eternal. ¿Han visto que mi padre crea un dominio, o los de ustedes también?
Todos guardaron silencio por un momento, procesando la idea. James levantó la mano, ajustándose sus gafas.
—Mi padre, Daiki Talloran, no lo hace por... cosas que él no quiere decir.
Lilith refutó con una voz firme y fría:
—Es verdad. Él siempre ha evitado hablar del Eternal y de por qué no lo usa.
José levantó una ceja, cruzando los brazos.
—Bueno, si el Eternal no está al alcance de todos, podemos adaptarlo a nuestra manera. No necesitamos ser como nuestros padres; podemos crear algo único.
Lilith suspiró, cruzando los brazos y observando al guardián.
—Tienes razón, pero no será fácil. Esto requiere sincronización total, y nuestras energías deben estar en equilibrio.
—Es cierto. —respondió James con un tono medido, observando al guardián, quien los miraba con una sonrisa burlona—. Si lo hacemos mal, no solo fallaremos; podríamos quedar completamente vulnerables.
Mar, visiblemente molesta y con su orgullo herido, dio un paso al frente, frunciendo el ceño.
—¿Entonces qué? ¿Nos quedamos aquí pensando hasta que esa cosa nos mate? Prefiero arriesgarme ahora.
—No, Mar. —intervino Gaby, con una voz calmada pero firme—. Esto no es solo arriesgarse; es trabajar juntos. Si vamos a usar algo similar al Eternal, debemos confiar los unos en los otros.
Melisa, con su espada de energía aún brillando en sus manos, avanzó hacia el centro del grupo.
—Entonces hagámoslo. Dejemos de dudar y pongamos nuestras habilidades en sincronía. Si fallamos, será porque lo intentamos juntos, no porque fuimos impulsivos.
Balzht miró a su hermana Janeth, y ambos asintieron al unísono.
—Estoy de acuerdo. —dijo Balzht con un tono resuelto—. No importa lo complicado que sea; sabemos lo que está en juego.
José alzó su mano, mirando a todos con una mezcla de determinación y urgencia.
—Bien. Todos juntos, sincronizando nuestras energías. Este será nuestro dominio. Vamos a darle al guardián algo que ni siquiera pueda adaptarse.
El grupo cerró filas, formando un círculo, mientras sus energías comenzaban a resonar entre sí, llenando el templo con un aura de poder creciente.
Mar, con una ira abrasadora, se acercó al guardia sin dudar. Este, aunque poderoso, no atacó de inmediato, limitándose a observarla con su mirada calculadora y fría. La tensión en el aire era palpable, como si el universo mismo contuviera la respiración.
Mar detuvo su paso, extendió sus manos con determinación y formó el Shakti Mudra, sus palabras resonando con orgullo y poder:
—Le haré honor a mi familia.
Una oleada de energía envolvió su cuerpo mientras continuaba:
—¡Reino eterno!
Una gran masa de energía oscura surgió de su ser, expandiéndose rápidamente hasta envolverlos a ella y al guardia. La luz del exterior desapareció, sustituida por una densa oscuridad que formó un dominio completamente controlado por Mar. El guardia, por primera vez, mostró un atisbo de desconcierto antes de esbozar una sonrisa maliciosa.
Dentro del dominio, un imponente templo, una copia del reino que Mar espera heredar de su madre, se materializó. Sus columnas se alzaban infinitas, mientras un brillo ominoso iluminaba los detalles arquitectónicos. A su alrededor, el espacio se deformaba: varias versiones del mismo templo eran lanzadas en todas direcciones, como reflejos caóticos en un espejo roto.
Mar sonrió con confianza mientras invocaba dos galaxias que giraban a su alrededor, sus campos gravitacionales resonando en perfecta armonía con su energía. El fuego rojo y morado surgió de sus manos, ardiendo intensamente mientras se mezclaban, creando una flecha carmesí de pura energía destructiva.
El lugar comenzó a arder con llamas colosales que rodeaban el dominio, transformándolo en un infierno viviente. La atmósfera era sofocante, pero Mar permanecía imperturbable, su mirada fija en el guardia.
Este, caminando con calma entre las llamas, comenzó a adaptarse poco a poco al dominio. Su cuerpo brillaba con destellos intermitentes, y los nanobots trabajaban sin descanso, ajustándose a la energía y las condiciones del lugar. Cada paso que daba era más firme, y su sonrisa reflejaba una confianza renovada.
Mar apretó los puños, manteniendo su postura desafiante.
—No importa cuánto te adaptes... este es mi reino. Y aquí, yo soy quien manda.
El guardia, sin detenerse, respondió con un tono metálico y burlón:
—Veamos cuánto tiempo puedes mantener tu poder antes de que yo lo haga mío.
Ambos estaban listos para una confrontación que decidiría mucho más que el dominio del momento.
El combate alcanzó su punto álgido cuando el guardia, adaptándose rápidamente a cada ataque, comenzó a lanzar cortes infinitos a su alrededor, creando una lluvia de energía cortante que rasgaba el espacio mismo. Los cortes se generaban sin cesar, pero el guardia los esquivaba con cada paso, su capacidad de adaptación a la velocidad y la magnitud de los ataques de Mar era impresionante.
Mar, sin embargo, no mostró signos de retroceder. Con una sonrisa confiada, se concentró aún más, elevando su energía. A su alrededor, el aire comenzó a vibrar con la presión de su poder mientras ella lanzaba la flecha de fuego. Esta flecha era una representación pura de su energía combinada: roja y morada, una explosión de fuego capaz de destruir todo lo que tocara.
El guardia, al verlo acercarse, no pareció inmutarse. Con una rapidez inhumana, extendió su mano y, para sorpresa de todos, agarró la flecha con facilidad. La tensión en el aire creció al máximo, como si todo el poder de la flecha fuera absorbido por la figura imponente del guardia.
Mar observó, sus ojos fijos en la escena, y sonrió, como si todo estuviera bajo control.
En un rápido y preciso movimiento, chasqueó sus dedos. El sonido fue suave, pero el resultado fue una explosión devastadora que resonó por todo el templo. La flecha de fuego estalló en un estallido apoteósico, rodeando al guardia con una ola de llamas y energía pura. La fuerza de la explosión fue tal que el dominio entero tembló bajo el impacto, y el guardia fue lanzado hacia atrás, siendo envuelto por la luz cegadora.
Sin embargo, cuando la luz comenzó a disiparse, el guardia se mantenía erguido, aunque había sufrido el impacto. La adaptabilidad de su cuerpo era casi sobrehumana, y los nanobots seguían trabajando sin cesar, reparando y adaptando cada célula dañada. Su sonrisa nunca se desvaneció, incluso mientras las cicatrices de la explosión comenzaban a desintegrarse.
—No está mal... Pero todavía no es suficiente para derrotarme.
Mar frunció el ceño, su sonrisa desvaneciéndose.
—No te saldrás con la tuya, guardia. Este es mi reino, y no permitiré que lo tomes.
Con una nueva oleada de energía, Mar se preparó para el siguiente asalto, decidida a terminar lo que había comenzado.
El guardia, aprovechando su capacidad de adaptación, se lanzó hacia Mar con una velocidad deslumbrante. Sin dar tiempo a la chica de reaccionar, golpeó su estómago con tal fuerza que el impacto resonó por todo el templo. La onda de choque de su golpe creó una distorsión de energía que rompió el dominio que Mar había creado, enviándola volando hacia atrás con una fuerza arrolladora.
El aire se llenó de energía residual mientras Mar caía, su cuerpo siendo proyectado contra una pared del templo. En ese momento, James, con rapidez y reflejos afilados, se lanzó hacia ella y la atrapó en el aire, evitando que chocara contra el suelo. Los dos se miraron por un instante, y sus rostros se iluminaron con un leve sonrojo.
El silencio que siguió fue tenso, como si el tiempo se hubiera detenido por un segundo.
—Gracias... —dijo Mar, sin embargo, con una sonrisa algo incómoda, aunque su tono tenía una mezcla de sorpresa y molestia.
Pero rápidamente, Mar, sonrojada y con una mirada de desprecio, apartó a James con un brusco movimiento, rechazando su ayuda.
—¡Eh! No me toques! —exclamó, visiblemente incómoda y molesta por el contacto no deseado.
James, aún sonrojado, se rió nerviosamente, alejándose un paso.
—Perdón, no era mi intención... —dijo, rascándose la nuca y mirando hacia otro lado.
A pesar del rechazo de Mar, el guardia seguía observando a todos con su sonrisa maliciosa, mientras se preparaba para el siguiente asalto. La lucha no estaba ni cerca de terminar.
Con una intensidad inquebrantable, James y Mar se lanzaron al guardia con una furia renovada. Mar, desbordante de energía y determinación, aprovechó la oportunidad para multiplicar su poder. Un destello negro cubrió su cuerpo mientras su energía se concentraba en una masa oscura, y con un grito de furia, desató una explosión de energía oscura que golpeó al guardia con fuerza, destrozando su armadura externa. Mientras tanto, James ejecutaba movimientos perfectamente sincronizados, sus puños creando olas de energía pura que desgarraban el aire y golpeaban directamente al núcleo del guardia, causando múltiples explosiones a su alrededor.
La explosión directa al pecho del guardia dejó una onda de choque masiva que dejó al robot tambaleando, pero aún en pie. Mar, con una mirada decidida, comenzó a canalizar todo su poder y creó una flecha de fuego rojo y morado que brillaba con una luz aterradora. La lanzó con la rapidez de un rayo, apuntando directamente al núcleo del guardia. La flecha se desplazó a una velocidad inimaginable, cruzando el espacio en un instante.
El guardia, con sus ojos brillando en un rojo vibrante, logró agarrar la flecha antes de que explotara, pero en el mismo momento, Mar hizo un gesto rápido, creando una explosión masiva que desbordó el dominio del guardia. La explosión fue tan potente que parecía consumir todo a su paso, pero el guardia, con un giro repentino, adaptó su cuerpo y emergió del caos completamente renovado, con una sonrisa desafiante.
James y Mar, exhaustos pero con una mirada decidida, no se dieron por vencidos. En un ataque conjunto, lanzaron un corte divino que partió el aire y alcanzó directamente el núcleo del guardia. La energía se liberó de manera catastrófica, creando una grieta en su estructura interna. La máquina comenzó a desintegrarse, pero justo cuando parecía que todo había terminado, el guardia con una explosión masiva de energía se regeneró por completo, adaptándose a la fuerza de los ataques.
En un último intento, el guardia lanzó una explosión atómica desde su núcleo, desbordando el templo y arrojando a James y Mar hacia las paredes con una fuerza brutal. La onda expansiva casi los destruyó por completo. La intensidad de la batalla alcanzó su punto máximo, y el lugar parecía estar al borde del colapso, pero el guardia, con su imparable capacidad de adaptación, se mantenía de pie, más feroz que nunca.
Mar, con una expresión entre preocupada y molesta, se acercó rápidamente a James, que yacía parcialmente herido por el impacto de la explosión atómica. Su respiración era pesada, pero su mirada seguía enfocada en el guardia, sin dejar que la situación la abrumara.
—Ten más cuidado, idiota —dijo Mar con voz ronca, pero con una suavidad en sus ojos que delataba su preocupación. Sus manos comenzaron a brillar con energía cósmica mientras se inclinaba sobre él. Con rapidez, curó sus heridas, eligiendo cuidadosamente los puntos más críticos. Su toque era firme, pero gentil, como si lo estuviera protegiendo de todo lo que estaba sucediendo a su alrededor.
James sonrió a pesar del dolor, su mirada llena de gratitud y algo de vergüenza. Sabía que la batalla había estado al límite, y Mar, con su actitud feroz pero cuidadosa, no solo lo había salvado sino que también le había dado un toque de calma en medio de la tormenta.
—Lo siento, no fue mi intención. Gracias. —dijo, levantándose lentamente, sus ojos encontrándose con los de Mar, llenos de una mezcla de respeto y algo más. La tensión entre ellos era evidente, pero por un momento, ese pequeño gesto de cuidado disipó toda la agresión de la batalla.
Mar, al ver que James se levantaba, no pudo evitar dar un pequeño respiro. A pesar de su actitud arrogante, su preocupación por él era palpable. No quería perder a nadie más, y mucho menos a alguien tan cercano a ella.
—Vamos, todavía hay trabajo que hacer. —dijo Mar, restando importancia al momento, pero su tono era más suave que antes, aunque aún cargado de energía.
Ambos se prepararon para enfrentar al guardia nuevamente, el vínculo entre ellos fortalecido por ese breve pero significativo instante. El guardia aún permanecía de pie, adaptándose y preparándose para la siguiente ofensiva, pero ahora, con Mar y James listos para enfrentarlo, sabían que no sería tan fácil para él.
Con una coordinación impecable, José y Melisa atacaron al guardia con rapidez y precisión. José, con sus habilidades solares, comenzó a lanzar ráfagas de energía concentrada que atravesaban el aire, cada golpe más rápido que el anterior. Melisa, con su espada de energía, se movía ágilmente, atacando con cortes a gran velocidad, buscando debilitar la defensa del guardia. El guardia, aunque adaptado a muchos de los ataques, se veía claramente sobrepasado por la velocidad y agresividad de la ofensiva.
Al mismo tiempo, Gaby se lanzó al frente con una determinación feroz, uniendo fuerzas con José y Mar. Su blaster solar, cargado con un poder intenso, atravesó el aire en una ráfaga de energía pura, impactando de lleno en el pecho del guardia. La explosión de luz deslumbrante hizo retroceder al guardia, pero apenas lo afectó debido a su capacidad para adaptarse rápidamente. Sin embargo, el impacto había sido suficiente para debilitar la estructura de su sistema.
Balzht y Janeth, los hermanos, avanzaron al mismo tiempo, sin dejar que el guardia tuviera un respiro. Balzht activó su habilidad temporal y, con la precisión de un golpe temporal, lanzó un ataque directo al pecho del guardia, mientras Janeth, sincronizándose perfectamente con él, ejecutó otro golpe temporal en el mismo punto. El tiempo alrededor de sus golpes parecía distorsionarse brevemente, dando la sensación de que todo había sido ralentizado, pero el guardia logró resistir, aunque su poder se veía ligeramente doblegado por el impacto.
Por otro lado, Lilith aprovechó la oportunidad para atacar el brazo del guardia, perforando con su energía cósmica, aprovechando su habilidad para crear energía perfecta. El brazo del guardia se vio severamente dañado, pero este, con su capacidad de adaptación, comenzó a regenerarse rápidamente, causando que los ataques realizados se volvieran cada vez menos eficaces.
A pesar de los golpes continuos, el guardia no cayó. Su adaptación era casi perfecta. Sin embargo, la sincronización de todos, el trabajo en equipo y la perseverancia comenzaban a dejar una marca en el enemigo. Aunque su cuerpo se regeneraba a gran velocidad, ahora parecía más lento y desorientado, como si estuviera alcanzando su límite.
El grupo, sabiendo que el guardia seguía con vida, se preparaba para lanzar su ataque final, un esfuerzo colectivo que podría significar su victoria definitiva.
Con una determinación feroz, el equipo se preparó para el ataque final. La atmósfera del campo de batalla se cargó con una energía inmensa mientras José activaba su ira dansandankai, una explosión de fuego rojizo y morado que envolvió su cuerpo, sus músculos tensándose al máximo. Su blaster solar verde, lleno de poder devastador, comenzó a concentrarse, capaz de destruir todo a su paso.
Gaby, al ver la intensificación del combate, preparó su propio blaster solar rojo, una ráfaga de energía pura lista para destruir cualquier obstáculo. Balzht y Janeth se sincronizaron perfectamente, sus ataques de energía púrpura cósmica comenzaron a formarse, una versión más poderosa de la técnica de Rigor, con la intención de desatar una cataclísmica explosión cósmica.
Melisa, con su destreza, preparó su ataque de energía común, que brillaba con la intensidad de su poder controlado. Lilith, con su dominio de la energía cósmica, concentró un ataque en su mano, cargado de la fuerza de su energía perfecta, lista para ser liberada.
Mar y James, con la misma rapidez y sincronización, avanzaron hacia sus compañeros. Mar, con su elegancia habitual, adoptó una pose dinámica, concentrando energía en sus manos para crear una flecha de fuego negro. Al apuntar al guardia, James no pudo evitar sonreír, diciendo: "Te ves bien". Mar, sonrojándose momentáneamente, rápidamente lo reprendió: "¡Cállate!" pero no perdió la concentración, el fuego negro comenzaba a brillar intensamente en su flecha.
James, con su habilidad y confianza, creó su propio ataque, un poder capaz de destruir todo lo que tocara. Mientras tanto, el guardia, viendo cómo el equipo se reunía para lanzar su ofensiva, comenzó a caminar hacia ellos con una expresión de determinación. Sin pensarlo, el guardia lanzó un ataque de energía directamente hacia el grupo, intentando detener su ataque combinado.
Pero la sincronización del equipo fue perfecta.
José, con su blaster solar verde, fue el primero en disparar, seguido por el blaster solar rojo de Gaby. Los golpes de energía púrpura cósmica de Balzht y Janeth se estrellaron con fuerza. Melisa y Lilith combinaron sus ataques, formando una energía cósmica que se fundió con el resto de los rayos de energía.
Mar, con su flecha de fuego negro, disparó en línea recta, mientras James, con su poderosa técnica, la cubrió con una explosión total de energía, ampliando el alcance de todos los ataques lanzados por sus compañeros. El impacto fue tan masivo que desintegró el ataque del guardia y destruyó su núcleo, provocando una reacción en cadena que desintegró por completo al guardia.
La explosión de energía fue tan potente que el templo entero se derrumbó, las estructuras se desintegraron en cuestión de segundos. El terreno comenzó a colapsar, y lo que había sido un imponente campo de batalla se redujo a ruinas.
El guardia fue borrado del mapa, su existencia desintegrada por el poder combinado de todos los presentes. Mientras el polvo se asentaba, el equipo, exhausto pero victorioso, observaba cómo el templo se desmoronaba.
El silencio que siguió al impacto fue profundo. Cada uno, aunque cansado, sabía que lo que habían logrado juntos había sido algo monumental.
Pero, con todo el poder que acababan de desatar, sabían que su lucha no había terminado. Una nueva etapa de su travesía comenzaba.
José y Melisa se miraron, una sonrisa de satisfacción iluminando sus rostros. Después de una batalla tan intensa y peligrosa, finalmente podían respirar tranquilos.
José, con su característico entusiasmo, levantó los brazos en señal de victoria. "¡Lo logramos! ¡Esa cosa no pudo con nosotros!", dijo con una risa triunfante. El peso de la batalla había desaparecido, y ahora solo quedaba el alivio de haber derrotado a una amenaza tan peligrosa.
Melisa, por su parte, también sonrió, aunque con una expresión más tranquila. "Pensé que no lo conseguiríamos por un momento, pero lo hicimos", dijo mientras se acercaba a José, dándole un leve golpe en el hombro. "Buen trabajo, amor."
Ambos compartieron una mirada de complicidad, sabiendo que su esfuerzo y la cooperación de todos los presentes habían sido claves para salir victoriosos. A pesar de las heridas y el cansancio, el sentimiento de éxito era palpable.
"Es un alivio, ¿verdad?", comentó José mientras miraba el paisaje destruido a su alrededor. "Aunque eso significa que vendrán cosas aún más grandes. Pero hoy... hoy hemos ganado hermana." Dijo entre un tono de burla.
Melisa levantó una ceja al escuchar las palabras de José, un tanto sorprendida por su comentario. Un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas, pero rápidamente lo ocultó con una sonrisa traviesa.
"¿Ah, sí?" dijo, acercándose un poco más a él, con un tono juguetón. "Pues tendrás que esperar bastante si eso depende de ti, José. Sabes bien que no me caen bien esos bromistas de hermanos."
Pero, aunque trataba de parecer seria, el brillo en sus ojos mostraba que, en el fondo, disfrutaba de la broma. Sin embargo, también dejó claro que no era tan fácil ganar su corazón solo con bromas.
José rió con ganas, satisfecho por la reacción de Melisa. "Lo siento, no lo pude evitar. Sabes que soy un desastre cuando se trata de bromas, pero no te preocupes... lo compensaré con una noche especial que te guste a ti."
Melisa, ahora más relajada, le dio un leve empujón. "No digas cosas que no puedas cumplir, José", dijo mientras le sonreía. Aunque por dentro, sentía una chispa de emoción ante la idea.
Ambos, tras unas palabras divertidas, miraron alrededor, sabiendo que su victoria no solo había sido un gran logro, sino también el inicio de más desafíos, pero por ahora, estaban felices de haber derrotado al guardia.
Gaby suspiró profundamente, mirando alrededor con una mezcla de satisfacción por la victoria y una ligera preocupación en su rostro. "Necesito más entrenamiento", dijo con tono pensativo. "Quizás debería volver a donde Joel para ver cómo están los bebés. Ellos también necesitan que esté más fuerte para protegerlos".
José, al escucharla, la miró con comprensión. "Tienes razón, Gaby. No hay nada más importante que estar preparada, especialmente ahora que tenemos tantas amenazas. Además, tus bebés van a necesitar una mamá aún más fuerte. Lo que hicimos hoy solo es el comienzo."
Melisa, acercándose un poco, añadió con una sonrisa amable, "Lo bueno es que tenemos tiempo para entrenar y cuidar de todos. ¡Nada te detendrá, Gaby! Siempre podemos aprender juntos y seguir mejorando."
Gaby sonrió levemente, agradecida por el apoyo de sus amigos. "Gracias, chicos. Pero... tengo que asegurarme de que todo esté bien en casa. Joel y los niños necesitan que esté más centrada y fuerte."
Sabía que, aunque el entrenamiento y las batallas eran esenciales, su familia siempre sería lo primero. Sin embargo, con el apoyo de todos, estaba segura de que lograría el equilibrio necesario para ser la mejor madre y luchadora que sus hijos pudieran tener.
Balzht y Janeth sonrieron con orgullo al ver lo que habían logrado juntos, y la emoción de la victoria era palpable entre ellos. "Esto fue increíble", dijo Balzht, mirando a su hermana con satisfacción. "Creo que papá y mamá se sorprenderían al escuchar sobre esto, ¿no crees?"
Janeth, asintiendo con entusiasmo, agregó: "Definitivamente. Papá Rigor siempre dice que la familia es lo más importante, y me imagino que estaría muy orgulloso de nosotros. Y Dariel... seguro que estaría impresionada también. Nunca está de más mostrarles lo que podemos hacer."
Ambos se miraron, sabiendo que contarle a sus padres sobre la victoria no solo les daría un sentido de orgullo, sino también les ayudaría a comprender que estaban listos para enfrentar lo que viniera. Rigor y Dariel, dos de los guerreros más poderosos, siempre habían sido modelos a seguir, y sus hijos querían demostrar que también estaban a la altura de la responsabilidad que implicaba pertenecer a esa familia.
"Sí, ¡será genial contarles!" dijo Balzht con una sonrisa. "Y quizás papá tenga algunos consejos para mejorar aún más. Ya sabes, siempre está lleno de sabiduría."
Janeth se rió. "Exacto. ¡Y Dariel seguro nos da algunos buenos consejos sobre cómo controlar el poder sin perder el control! Creo que a todos nos vendría bien algo de su sabiduría."
Ambos se prepararon para regresar a casa, sabiendo que esta victoria solo era una pequeña muestra del potencial que aún no habían alcanzado, pero orgullosos de lo lejos que habían llegado.
Lilith se quedó inmóvil por un momento, su mirada fija en James mientras hablaba con Melisa. Sin embargo, algo la hizo estremecerse. Un corte repentino, como una presión invisible en el aire, la hizo tensarse. James, que sonreía con calma, de repente se detuvo y miró su brazo izquierdo, que se desplomaba hacia el suelo.
"¡No...!" murmuró Lilith, viendo con horror cómo su hermano perdía su brazo, una sensación de desesperación atravesando su pecho. Un pequeño destello metálico apareció, y de los restos del guardia destruido, emergió un pequeño guardia que parecía estar reconstruido por unos pequeños nanobots que no fueron alcanzados por la explosión.
James miró al guardia sin sorpresa, pues el pequeño ser había salido de entre los escombros. Sin embargo, lo que más le preocupaba era el dolor punzante del brazo que acababa de perder. Miró a Lilith con una leve sonrisa de consuelo, como si tratara de restarle importancia al daño sufrido.
Fue Mar quien, al ver lo que había sucedido, se llenó de furia. Sus ojos se tornaron oscuros con una rabia contenida y sus manos comenzaron a emanar un calor abrasante. Sin pensarlo, lanzó un ataque de fuego solar oscura, creando una explosión de energía purpúrea y rojiza que desintegró los restos del guardia antes de que pudiera hacer más daño.
"¡No toques a mi hombre!" gritó Mar con una furia que retumbó en el aire. Su poder envolvió la zona y el guardia fue destruido al instante, los restos volando en todas direcciones.
Lilith, aún mirando a su hermano, susurró, casi con tristeza: "No me gusta que te lastimen así, James."
James, sonriendo con esfuerzo a pesar de la pérdida de su brazo, dijo: "No te preocupes, Lilith. Esto no es nada. Solo una pequeña pérdida... para ganar algo más grande."
La atmósfera seguía tensa, pero el peligro había pasado por el momento. Sin embargo, la sombra de la batalla no se desvaneció completamente.
James miró su brazo recién regenerado, la piel volviendo a su lugar. Aunque ya no sentía dolor, el proceso de regeneración había sido agotador. Su linaje le permitió restaurar su brazo rápidamente, pero no fue tan sencillo. Aún así, al ver que estaba bien, suspiró aliviado.
Mar se acercó con preocupación, observando cómo James movía su brazo con facilidad. "¿Estás seguro de que estás bien?" preguntó suavemente.
James sonrió, esa sonrisa confiada que siempre mostraba, incluso en los momentos más difíciles. "Sí, estoy bien. Aunque..." dijo con tono juguetón, levantando una ceja y mirando a Mar. "Escuché que dijiste 'no toques a mi hombre'."
Mar se sonrojó y lo miró fijamente, claramente molesta. "No seas tonto," respondió, aunque la irritación de su voz era suavizada por una ligera sonrisa. "Solo estaba... protegiéndote."
"Claro," dijo James con una sonrisa traviesa, tocándose el corazón con una mano. "Estoy bien. Regeneración a tope, y el guardia ni siquiera vio lo que le pasó."
Mar suspiró, pero su expresión se suavizó. "Tienes suerte de tener ese poder... pero no me hagas preocuparme así otra vez."
James, siempre con su sonrisa tranquila, le dio un pequeño golpe juguetón en el hombro. "Prometido. Aunque, si me sigues protegiendo de esa forma, me voy a acostumbrar demasiado."
Mar lo miró de reojo, sabiendo que James disfrutaba de esos momentos juntos, aunque se hiciera el desinteresado. "Lo que sea," murmuró, su sonrisa traicionando su actitud. A pesar de su tono severo, la tensión se disipó, y ambos pudieron relajarse tras la batalla.
Mar miró a todos con una sonrisa cansada, pero sincera. "Deberíamos volver con nuestros padres, aunque todos tendríamos que hacer lo mismo," dijo, mirando a cada uno de sus compañeros.
James asintió, aún sintiendo los efectos de la batalla. "Sí, es lo mejor. Después de todo esto, un poco de paz es justo lo que necesitamos."
Gaby sonrió, aliviada por la victoria. "Nuestros padres deben estar preocupados, y después de todo lo que hemos pasado, definitivamente necesitamos un descanso."
José, a su lado, levantó la cabeza, también pensativo. "Sí, creo que necesitamos volver a casa. Quizás podamos descansar un poco y luego pensar qué hacer a continuación."
Balzht y Janeth se miraron entre sí, sonriendo. "Nuestros padres estarán felices de vernos bien. Tal vez podamos contarles lo que pasó más tarde, con calma," dijo Balzht.
Lilith asintió, con un aire más tranquilo en su rostro. "Sí, después de todo esto, todos necesitamos tiempo con nuestras familias. Volvamos a casa."
Todos comenzaron a caminar, lentamente, mientras se alejaban del campo de batalla que había sido su escenario durante tanto tiempo. Cada uno pensaba en sus propios hogares, en la paz que les esperaba y en lo que el futuro les deparaba.
"Nos vemos pronto," dijo Mar, con una ligera sonrisa a James antes de comenzar su camino hacia su hogar.
"Cuídate," respondió James con una sonrisa juguetona, todavía sintiendo la calidez de su compañía.
Uno por uno, todos se fueron despidiendo, sabiendo que, aunque la batalla había terminado, su vínculo como compañeros seguía firme. Mientras se alejaban, el sonido de sus pasos se mezclaba con el viento, y el horizonte los esperaba, lleno de nuevas posibilidades y desafíos por venir.
Fin.