En una tarde tranquila en la Tierra, Law, un chico común pero lleno de ambiciones, se encontraba en su hogar junto a su esposa Taejoo. Taejoo, una mujer increíblemente atractiva, era el pilar de su vida, su amor incondicional y su compañera desde el principio. Juntos habían formado una familia con su hija Aracely, una niña con una energía vibrante y un potencial sin límites.
El día era calmo, la brisa suave movía las cortinas y la familia estaba reunida alrededor de la mesa en su salón. A pesar de la paz en su hogar, un tema importante rondaba sus mentes: ¿Deberían inscribir a Aracely en la History Academy? La academia era conocida no solo por su rigor académico, sino también por entrenar a futuros héroes que podían enfrentarse a los peores males del universo. Un lugar donde Aracely podría aprender a desarrollar sus habilidades y quizás convertirse en una heroína, alguien que podría hacer una diferencia en el mundo.
Law miró a Taejoo, observando su expresión pensativa mientras Aracely jugaba en la esquina, ajena a la conversación seria que sus padres estaban a punto de tener.
"Taejoo, ¿crees que Aracely está lista para algo tan grande?" Law preguntó, sus ojos fijos en su esposa, buscando su consejo.
Taejoo, con una mirada protectora pero también llena de esperanza, respiró profundamente. "Lo único que me preocupa es que ella aún es joven. La academia es una excelente oportunidad, pero no podemos forzarla si no está lista. Además, los peligros de esa escuela... son más grandes de lo que nos imaginamos."
Law asintió, sintiendo una mezcla de orgullo y temor. Aracely era valiente y ambiciosa, pero el mundo fuera de su hogar estaba lleno de amenazas de las cuales ni ellos ni su hija eran completamente conscientes.
"Lo sé," dijo Law, frotándose la barbilla pensativo, "pero creo que tiene el potencial. Además, si no la inscribimos ahora, nunca sabremos si podría haber llegado a ser la heroína que el mundo necesita."
Ambos se quedaron en silencio por un momento, observando a Aracely jugar. La niña, con su energía y su espíritu indomable, ya mostraba señales de tener algo especial. Quizás la academia podía ser el lugar para pulir esos talentos.
Finalmente, Taejoo miró a Law con una sonrisa decidida. "Tal vez lo mejor sea hablar con Aracely y ver qué piensa ella sobre todo esto. Si realmente lo desea, entonces deberíamos apoyarla. Pero debemos asegurarnos de que entienda lo que significa ser parte de esa academia. No solo la formación, sino también los sacrificios que implica."
"Tienes razón," respondió Law, sintiendo que ya estaban más cerca de tomar una decisión. "Hablemos con ella."
En ese momento, Aracely se acercó, sonriendo inocentemente. "¿De qué están hablando ustedes dos? Parecen muy serios."
Law sonrió, inclinándose para hablar con su hija. "Nada, cariño. Solo estábamos pensando en algo que podría ser importante para tu futuro."
Taejoo, con una mirada suave, agregó: "Sí, Aracely. Queríamos saber si te gustaría ir a la History Academy. Es un lugar donde podrías entrenar para ser una heroína, pero también hay mucho que aprender sobre lo que significa ser uno."
Los ojos de Aracely brillaron con emoción. "¿De verdad puedo ir allí? ¡Eso sería increíble! Siempre he querido ser como los héroes que veo en la televisión."
Law y Taejoo se miraron, y con una sonrisa compartida, supieron que este sería solo el primer paso en una nueva aventura para su hija. Sin embargo, sabían que el viaje a la History Academy sería solo el comienzo de algo mucho más grande, algo que cambiaría no solo la vida de Aracely, sino también el destino de aquellos que la rodearan.
En un oscuro rincón de la misma ciudad, donde las sombras eran más densas que la luz del día, Kats, una villana temida por muchos, observaba en silencio la ciudad a través de una ventana de su escondite. Su mirada fría y calculadora no perdía detalle de la familia de Law, a quienes había estado siguiendo desde hacía tiempo.
Kats sabía que no podía actuar precipitadamente. Era astuta, paciente, y siempre planificaba con precisión. Su objetivo estaba claro: destruir a la familia de Law, comenzando por su hija, Aracely. Sabía que si lograba acabar con la niña, los padres perderían la motivación para seguir adelante. Sin la presencia de Aracely, Law y Taejoo caerían en la desesperación, y sería mucho más sencillo doblegarlos.
"Aracely..." murmuró Kats con una sonrisa sádica, mirando una fotografía de la niña que había logrado conseguir sin que nadie lo notara. "Una heroína en potencia, dicen. Pero ni siquiera sabe lo que se avecina."
Se acomodó en su silla, con las manos entrelazadas y pensativa. "No puedo simplemente matarla de forma directa. No sería lo suficientemente divertido. Necesito que su sufrimiento sea algo más... personal. Algo que la destroce desde dentro."
Kats comenzó a repasar los puntos débiles de la niña en su mente, cada detalle que había recopilado durante su vigilancia. Sabía que Aracely tenía un gran corazón, y ese era su mayor punto fuerte, pero también una debilidad. Si lograba manipular sus emociones y sus pensamientos, podría hacerla sentir que no era digna de ser heroína, que sus sueños nunca se harían realidad.
"Quizás empezaré con algo sutil, algo que la haga dudar de sí misma. La vida de una heroína no es sencilla, y si puedo poner en su mente la semilla de la duda, su caída será inevitable." Kats sonrió al imaginar el tormento que causaría en la joven. "Y una vez que la derrumbe, sus padres vendrán a su rescate. Los destruiré a todos de una vez."
Con un gesto rápido, Kats se levantó de su silla y se dirigió hacia un tablero en la pared, donde tenía fotos, notas y mapas, todo organizado con una precisión aterradora. Una de las fotografías era la de la familia de Law, con un círculo alrededor de la cara de Aracely.
"Este será solo el primer paso... Luego iré por ellos. La destrucción de su familia será mi obra maestra." Kats se acercó al tablero, señalando a Aracely. "Cuando lo haga, nada ni nadie podrá detenerme."
Sabía que el tiempo para actuar llegaría pronto. Y en cuanto lo hiciera, nada sería igual para Aracely ni para la familia que tanto la amaba.
Kats sabía que su plan sería aún más sencillo de lo que había anticipado, pues los padres de Aracely habían hecho algo que jugaba directamente en sus manos. La familia había hecho pública la noticia de que Aracely estaba interesada en ingresar a la History Academy, la academia que formaba a los mejores héroes del mundo. Este acto había sido, sin duda, una exposición innecesaria, y Kats lo había aprovechado al máximo.
"Tontos, no saben lo que han hecho..." murmuró Kats con una sonrisa malévola. "Han hecho que todo el mundo sepa que su hija tiene un gran potencial, algo que cualquier villano de mi calibre no puede dejar pasar."
Con esa información, Kats ahora tenía más acceso que nunca para planear su ataque. No solo podía seguir a la familia con más facilidad, sino que también podía influir en la percepción pública de Aracely, aprovechándose de las expectativas que había sobre ella. Podría hacer que el mismo sistema que apoyaba su entrada a la academia se volviera en su contra, convirtiendo a la joven en un objetivo más vulnerable de lo que ya era.
Kats había comenzado a planificar una serie de manipulaciones. Sabía que Aracely era una persona que se tomaba muy en serio la idea de convertirse en heroína, y todo eso era un punto a su favor. La joven tendría que luchar contra su propia imagen de heroína perfecta, mientras Kats sembraba semillas de duda y desesperación.
"Ser la hija de unos héroes que esperan que lo seas todo... Eso es una carga demasiado pesada para una niña como ella. Voy a hacerla caer en su propia trampa," pensó Kats, mientras sus dedos se deslizaban sobre el mapa de la ciudad. "Puedo manipular sus inseguridades, hacerla sentir que no está a la altura, que nunca podrá superar las expectativas de sus padres, de la sociedad... ni siquiera de sí misma."
Con el paso de los días, Kats comenzó a poner en marcha su plan. Sabía que Aracely no sería fácil de quebrantar, pero tenía confianza en su habilidad para manipular las emociones humanas, especialmente las de alguien tan joven y vulnerable. Se infiltraría en sus sueños, enviaría pequeños mensajes indirectos que harían que Aracely dudara de sí misma, hasta que finalmente, la joven comenzara a desmoronarse por dentro.
"Y cuando caiga... sus padres también lo harán."
Kats se recostó en su silla, observando cómo todo comenzaba a encajar. Estaba lista para hacer que la familia de Aracely pagara por exponer a su hija y, de paso, hacerse con la victoria en su venganza personal. La oscuridad de sus intenciones se extendía como una sombra, y ahora solo era cuestión de tiempo para que la tormenta se desatara.
Mientras Law y Taejoo acompañaban a su hija Aracely a la entrada de la History Academy, una mezcla de emociones invadía sus corazones. Aracely, aunque emocionada por comenzar su viaje como heroína, también mostraba un poco de incertidumbre. Sabía que entrar en la academia significaba enfrentarse a grandes desafíos, pero confiaba en que podría superarlos.
"Nos sentimos muy orgullosos de ti, Aracely," dijo Taejoo, tomando las manos de su hija y dándole un apretón reconfortante. "Recuerda siempre que eres más fuerte de lo que piensas."
Law, siempre más reservado, le dio una sonrisa orgullosa a su hija. "Nosotros siempre estaremos aquí para ti. Si alguna vez necesitas algo, no dudes en llamarnos."
Con un abrazo final, Aracely se despidió de sus padres y entró en la academia. Mientras caminaba hacia la entrada, vio a un hombre esperando frente a la puerta. Era Tino, el encargado y profesor que supervisaría a los nuevos estudiantes. A sus 43 años, Tino era conocido por su increíble conocimiento y por su enfoque serio y profesional en la enseñanza, pero también era alguien que, cuando la situación lo requería, podía mostrar un lado más cálido y comprensivo con sus estudiantes.
"Bienvenida, Aracely," dijo Tino con una sonrisa amable, extendiendo su mano. "Soy Tino, y estaré guiándote durante tu tiempo en la History Academy. Es un honor tenerte aquí."
Aracely, aunque nerviosa, sonrió tímidamente. "Gracias, profesor Tino. Estoy lista para comenzar."
"Eso es lo que me gusta escuchar," dijo Tino, guiándola hacia el interior de la academia. "Aquí no solo formamos héroes; también enseñamos cómo superar las adversidades, cómo trabajar en equipo y cómo manejar los aspectos más complejos del ser un héroe. Estoy seguro de que tendrás un gran futuro aquí, Aracely."
Mientras caminaban, Aracely no podía evitar pensar en lo que vendría. La academia estaba llena de pasillos largos y aulas impresionantes, pero lo que realmente la hacía sentir nerviosa era saber que tendría que enfrentarse a su propia oscuridad interior. Ser una heroína no solo significaba tener habilidades, sino también ser capaz de lidiar con las presiones y expectativas que el mundo ponía sobre ella.
Pero sabía que este era el primer paso hacia su futuro. Tino, con su calma y sabiduría, sería el guía perfecto para ayudarla a navegar todo lo que la academia y la vida le ofrecerían.
Mientras tanto, afuera, Law y Taejoo observaban desde lejos. Aunque su hija ya no estaba a su lado, sabían que había tomado una decisión importante. En sus corazones, ambos compartían la esperanza de que Aracely se convertiría en la heroína que siempre soñó ser, pero también sabían que los caminos de los héroes no siempre eran fáciles.
Con una mirada pensativa, Law susurró, "Ella está lista para esto. Pero tenemos que asegurarnos de que el mundo no le haga perder su luz."
Taejoo asintió, su expresión seria. "Lo sé. Pero también sabemos que Aracely tiene la fuerza para enfrentarse a cualquier cosa. Ahora solo queda esperar y confiar."
Y mientras los padres observaban en silencio, Aracely comenzaba su aventura en la History Academy, sin saber que los desafíos que enfrentarían no solo serían de entrenamiento físico, sino también de lucha interna, donde la verdadera fuerza se forja.
Tino y Aracely caminaban por los pasillos de la History Academy, el sonido de sus pasos resonando en el vasto espacio. Aracely, aún con la mente llena de dudas y emociones sobre su nuevo comienzo, observaba todo con atención. Las paredes decoradas con retratos de antiguos héroes y dioses le daban una sensación de grandeza, pero también la llenaban de una ligera inquietud.
"Es normal sentirse abrumada al principio," dijo Tino, notando la expresión de su nueva alumna. "Pero este es solo el primer paso hacia algo mucho más grande."
"Lo sé, profesor," respondió Aracely, aunque su voz denotaba una mezcla de ansiedad y curiosidad. "Estoy emocionada, pero también siento que no sé por dónde empezar."
Tino sonrió con comprensión. "Eso es completamente natural. Y esta primera clase de Historia te ayudará a entender un poco mejor lo que implica este mundo que estás a punto de explorar."
Finalmente, llegaron a una de las aulas más grandes. Las ventanas dejaban entrar luz natural, y las paredes estaban llenas de mapas, diagramas y escritos antiguos. El aire estaba impregnado con la sensación de conocimiento profundo.
"Bienvenida a la clase de Historia de los Poderes," dijo Tino mientras abría la puerta. "Hoy hablaremos sobre el origen de los poderes que algunos poseen y otros obtienen. Toma asiento, y asegúrate de escuchar con atención. Esto es fundamental para comprender no solo el mundo que conocemos, sino también cómo podemos cambiarlo."
Aracely se acomodó en uno de los asientos cerca de la pizarra, mirando al frente con expectación.
Tino comenzó a escribir en la pizarra mientras explicaba: "El poder que poseemos hoy en día tiene un origen muy antiguo, casi tan antiguo como la misma existencia del universo. Muchos creen que el principio de todo se remonta a la creación del mundo por parte de Jehová, pero la verdad, como en muchas historias, tiene matices."
Aracely frunció el ceño, algo confundida. "¿Jehová? ¿No es un dios supremo?"
"Así es," dijo Tino, continuando. "Jehová es un nombre que se asocia a la creación, pero lo que la mayoría no sabe es que Jehová no fue el único ser involucrado en la creación. De hecho, lo que muchos llaman 'el origen de los poderes' no se trató de una única entidad, sino de una serie de eventos que involucraron a dos seres poderosos: Jehová y el arcángel Miguel."
Aracely lo miró con interés. "¿Miguel? ¿El arcángel?"
"Sí," asintió Tino. "Miguel no solo fue un arcángel, sino una de las fuerzas más formidables del universo. Fue él quien, junto a Jehová, colaboró en la creación del primer universo. Sin embargo, las cosas no fueron tan simples."
Tino comenzó a dibujar en la pizarra dos figuras: una representando a Jehová y otra a Miguel. "Después de un tiempo, la creación de este mundo comenzó a volverse inestable. Fue entonces cuando una tercera entidad se presentó: Karla'k, una figura llena de caos, pero también de poder increíble."
"¿Karla'k?" Aracely preguntó, sorprendida. "¿Por qué algo tan peligroso estaba involucrado en la creación?"
"Karla'k, aunque caótica y destructiva, tenía el potencial de darle equilibrio a la creación. Sin embargo, sus intenciones no eran del todo claras, y su poder desbordaba todo lo que se había planeado. Al final, el choque de estos tres seres fue inevitable. Jehová y Miguel se enfrentaron a Karla'k en una batalla titánica."
Tino cambió su expresión, reflejando la gravedad de lo que estaba diciendo. "Durante ese enfrentamiento, Jehová y Miguel golpearon a Karla'k, y con un último choque de poder, la existencia misma de Karla'k fue consumida. Pero antes de ser destruido, Karla'k dejó una marca imborrable en el mundo: los poderes que algunos seres humanos y otros entes ahora poseen."
Aracely quedó pensativa, procesando la magnitud de lo que acababa de escuchar. "Entonces, ¿todo esto comenzó con una batalla entre esos tres?"
"Exactamente," respondió Tino. "Esa batalla fue el catalizador de todo lo que vino después: la división de los poderes, las razas que nacieron, y cómo algunas personas terminaron obteniendo habilidades extraordinarias. En muchos casos, los poderes fueron heredados, mientras que en otros, fueron adquiridos a través de decisiones y pactos."
"Y ese es el mundo en el que ahora vivimos," dijo Aracely, comenzando a entender la conexión entre la historia y su propia vida. "Un mundo de poderes, caos, y creación."
Tino sonrió. "Correcto. Y ahora, Aracely, tú formas parte de esa historia. Es posible que no comprendas todo de inmediato, pero al final, estos conocimientos te ayudarán a entender lo que significa ser un héroe o, en algunos casos, una amenaza."
El aula quedó en silencio mientras Aracely absorbía la información, sabiendo que el camino por delante sería más complicado de lo que había imaginado. Pero algo en ella se encendió, una chispa de determinación. Sabía que este conocimiento sería clave para su propio destino.
Blue, una joven con una mirada decidida y una presencia tranquila, entró al aula justo cuando Tino comenzaba a profundizar en la historia de los poderes. Su cabello azul claro caía en suaves ondas sobre sus hombros, y su uniforme de la academia estaba perfectamente ajustado, como si ya hubiera estado familiarizada con el lugar por un tiempo. Ella se acercó a la mesa al lado de Aracely, mirando al frente con atención mientras se sentaba sin hacer ruido.
Aracely notó su llegada y, aunque estaba un poco nerviosa por todo lo nuevo que estaba aprendiendo, le sonrió tímidamente a la chica. "Hola," dijo con voz suave, intentando ser amigable.
Blue la miró por un momento, sus ojos de un tono azul profundo reflejaban una calma casi inalcanzable. "Hola," respondió con una leve sonrisa. "¿Primera clase?"
"Sí, la historia de los poderes," dijo Aracely, su curiosidad por la joven de cabellera azul creciendo. "¿Tú ya has estado aquí antes?"
"Sí," respondió Blue, ajustándose un poco en su asiento. "Es mi tercer año en la Academia. Conozco bastante sobre los poderes y la historia que nos enseñan aquí. Quizás pueda ayudarte a entender algunas cosas."
Aracely asintió, agradecida por la amabilidad de la chica. "Eso sería genial, porque hay muchas cosas que no entiendo bien."
Tino continuó hablando, pero su voz parecía alejarse un poco mientras Aracely se sumergía en una conversación silenciosa con Blue. De alguna manera, la presencia de Blue la tranquilizaba; había algo en su actitud serena que hacía que Aracely sintiera que, tal vez, no todo sería tan aterrador como parecía en este nuevo mundo.
"¿Qué piensas de todo esto?" preguntó Aracely en voz baja, refiriéndose a la historia que Tino estaba explicando. "Todo lo que dijo sobre Jehová, Miguel y Karla'k... es tan... extraño."
Blue observó atentamente la pizarra, luego miró a Aracely. "Es mucho para procesar, ¿verdad? Pero la historia de los poderes no es solo algo del pasado, es algo que sigue presente. Las batallas, las decisiones... todo eso aún tiene impacto. Si deseas ser una heroína, es importante entender de dónde vienen los poderes, por qué existen, y cómo las decisiones de otros pueden afectarnos."
Aracely asintió, tratando de absorber todo lo que Blue decía. "Entonces, ¿tú también tienes poderes?"
Blue hizo una pausa, como si estuviera evaluando la pregunta. "Sí, tengo algunos... habilidades que he entrenado, aunque no soy la más destacada. Pero sí, la mayoría de los estudiantes aquí tienen habilidades especiales o al menos algo que los hace diferentes."
Aracely se sintió un poco más aliviada al saber que no era la única con dudas o incertidumbres. La conversación con Blue la hacía sentir más conectada con este mundo extraño y lleno de poder, y de alguna manera, le dio una sensación de que podría encontrar su lugar allí.
"Gracias, Blue," dijo Aracely, sonriendo con más confianza. "Creo que este lugar va a ser interesante."
Blue sonrió en respuesta. "No te preocupes. Si alguna vez necesitas alguien con quien hablar o simplemente entender algo mejor, aquí estaré."
El resto de la clase continuó, pero Aracely ya no se sentía tan perdida. Con Blue a su lado, parecía que este nuevo capítulo de su vida en la Academia Historia podría no ser tan aterrador después de todo.
La clase de historia llegó a su fin, y los estudiantes comenzaron a alistarse para su próximo periodo. Aracely guardó sus cosas lentamente, procesando todo lo que había aprendido sobre los orígenes de los poderes. Miró a Blue, quien ya se había levantado, y sonrió con una nueva sensación de confianza.
"Nos vemos luego," dijo Aracely a Blue, quien le asintió con una leve sonrisa.
Antes de que Aracely pudiera salir, el aula se llenó de murmullos, y la puerta se abrió de golpe. Una mujer de cabello largo y oscuro, ataviada con un uniforme elegante de la Academia Historia, entró al aula con paso firme. Su presencia era notable, casi imponente, y todos los estudiantes se quedaron en silencio por un momento al verla.
"¡Buenos días! Soy la profesora Chuuya, de New Argentina," dijo con una sonrisa, pero con una mirada penetrante que indicaba su seriedad. "Estoy aquí para hacer un par de observaciones antes de comenzar."
Chuuya caminó por el aula, observando a cada uno de los estudiantes, con una calma que contrastaba con la intensidad de su presencia. Sus ojos, de un color violeta brillante, mostraban una mente aguda y llena de determinación. Se detuvo cerca del escritorio de Tino, quien había salido para su descanso, y colocó una mano sobre el escritorio.
"Espero que todos hayan aprovechado la clase de historia, pero ahora es mi turno," dijo con una sonrisa ligera. "Hoy tenemos algo de práctica. Como saben, la historia es fundamental, pero los poderes no se entienden completamente hasta que los experimentamos."
Aracely, que no había tenido la oportunidad de conocer a Chuuya, observó en silencio. Había algo en la profesora que la hacía sentir que no sería una persona fácil de impresionar, pero al mismo tiempo, sentía una extraña admiración por su seguridad en sí misma.
"Hoy vamos a hacer un ejercicio práctico relacionado con la historia que vimos, pero antes, quiero que todos me sigan en este ejercicio mental para conectar lo aprendido con lo que podemos hacer," continuó Chuuya, su tono ahora mucho más serio. "Y, por supuesto, si alguien tiene dudas, pueden preguntarme."
Aracely sintió una mezcla de emoción y nervios. Este sería su primer encuentro real con un ejercicio de poder, y aunque la historia era fascinante, nada la preparaba completamente para lo que vendría. Miró a Blue, quien ya estaba lista, y su mirada le dio algo de confianza.
"Vamos a comenzar," dijo Chuuya, y la clase se preparó para lo que sería un desafío tanto físico como mental.
Chuuya, al notar que la ropa formal no la hacía sentirse cómoda, decidió hacer algo un poco más dinámico. Cerró los ojos por un momento, concentrándose en su energía natural. Un suave resplandor violeta comenzó a rodearla, y con un movimiento fluido de sus manos, la energía comenzó a moldearse, creando una nueva vestimenta en su cuerpo.
La transformación fue rápida, y en segundos, Chuuya se encontraba con una ropa más casual, pero con un toque único que reflejaba su personalidad: un conjunto que parecía inspirado en ropa de hombre, con una chaqueta ligera, pantalones ajustados y botas. Todo lo hizo con su poder, como si fuera una extensión de su propio ser. La vestimenta parecía tan cómoda como funcional, y definitivamente se alejaba del aspecto formal que normalmente tenía.
"¿Qué les parece?" dijo, dando una vuelta con una sonrisa juguetona. "Así es mucho mejor. ¡No me gusta la rigidez de las formalidades! ¡Quiero que se diviertan aprendiendo, no que se sientan presionados o incómodos! Así que, hoy, esa será nuestra actitud: aprender pero con estilo."
Los estudiantes la miraron sorprendidos, especialmente Aracely, quien aún estaba un poco nerviosa por ser nueva en la academia. Ver el poder de la profesora de manera tan visible la hizo sentirse más intrigada y menos intimidada.
"Recuerden," continuó Chuuya con una sonrisa traviesa, "el aprendizaje no tiene por qué ser aburrido. Si quieren ser buenos en esto, tienen que ser flexibles, no solo con su cuerpo, sino también con su mente. Así que, ¿quién está listo para una clase un poco más... dinámica?"
El ambiente en el aula cambió al instante. La atmósfera que había comenzado con algo de tensión se volvió más ligera, como si la presencia de Chuuya hubiera roto una barrera invisible entre la seriedad de la lección y el deseo de los estudiantes de disfrutar el proceso.
"Vamos, sigan mi ejemplo," dijo Chuuya, guiando a los estudiantes hacia el ejercicio. "Usen su energía y muéstrenme lo que tienen. ¡Estoy lista para ver todo lo que pueden hacer!"
Aracely, con una concentración feroz, cerró los ojos y comenzó a sentir cómo la energía natural fluía dentro de su cuerpo. Estaba nerviosa, pero algo dentro de ella le decía que debía confiar en su capacidad. Sabía que el control del aire era algo que podía dominar, pues su conexión con la energía natural le daba la habilidad de manipular los elementos a su alrededor.
A medida que se concentraba, el aire a su alrededor comenzó a moverse suavemente, como si respondiera a sus pensamientos. Primero, unas pequeñas ráfagas de viento giraron suavemente a su alrededor, luego, con un esfuerzo aún mayor, logró que el aire se concentrara en un remolino pequeño en su mano. Su respiración se volvió más profunda mientras la energía fluía a través de su cuerpo, tomando forma en el aire que comenzaba a controlar.
Chuuya observaba con atención, su mirada seria pero satisfecha al ver los avances de Aracely. "Muy bien, Aracely," dijo con tono aprobador. "Estás entendiendo cómo conectar tu voluntad con el elemento. El aire es uno de los más difíciles de dominar, pero veo que estás haciendo un buen trabajo. Ahora, intenta moldearlo de manera más fluida. Piensa en el aire como un lienzo vacío, algo que puedes modelar a tu voluntad."
Aracely, con la mente enfocada, intentó darle forma al viento. De repente, logró que el aire comenzara a formar una esfera flotante sobre su mano, como una burbuja invisible pero poderosa. Era como si hubiera creado una pequeña tormenta en miniatura, con corrientes de aire moviéndose rápidamente en su interior.
"Eso es," dijo Chuuya, sonriendo ampliamente. "Estás creando una pequeña tormenta de aire. Ahora, intenta controlarla sin que se disipe. Mantén esa forma, pero también aprende a dirigirla. Es aquí donde muchos jóvenes fallan, pero tú lo estás logrando."
Aracely no podía evitar sonreír, se sentía poderosa. Con todo el esfuerzo que ponía en controlar la energía, la pequeña esfera comenzó a brillar con más intensidad, el aire giraba a su alrededor, y por primera vez, sintió una conexión completa con su poder.
"Lo estoy haciendo," murmuró para sí misma, su rostro iluminado por la satisfacción de su éxito. Aunque aún quedaba mucho por aprender, ese momento le dio la confianza que necesitaba para seguir adelante.
Chuuya, con su energía vibrante y su entusiasmo contagiante, no pudo evitar dejarse llevar por su emoción. Al ver que sus estudiantes comenzaban a entender y controlar sus poderes, su corazón se aceleró y, sin pensarlo dos veces, levantó una mano en el aire.
"¡Aquí está mi poder!" exclamó con una sonrisa traviesa. Un impulso de energía natural la invadió y, con un movimiento fluido de su mano, alteró la gravedad en la habitación. En un abrir y cerrar de ojos, la gravedad aumentó de forma dramática. Las sillas comenzaron a crujir bajo el peso y, sin previo aviso, todos los estudiantes fueron derribados por la fuerza repentina, cayendo al suelo con un estrepitoso ruido de sillas rotas.
Aracely, sorprendida, intentó mantenerse en pie, pero la gravedad aumentada era demasiado intensa para su control. Cayó al suelo con una risa nerviosa, dándose cuenta de que la profesora no estaba jugando. Algunos de los estudiantes, como Blue, ya estaban intentando adaptarse al cambio, aunque se sentían claramente superados por la situación.
"¡Profesora Chuuya!" exclamó uno de los estudiantes mientras trataba de levantarse, pero la gravedad lo mantenía pegado al suelo. "¿¡Qué estás haciendo!? Esto es… ¡demasiado!"
Chuuya se rió a carcajadas mientras observaba a sus estudiantes luchando por mantenerse en pie. "¡Ay, no! No se asusten, chicos," dijo entre risas, bajando gradualmente la gravedad de nuevo. "Solo quería que sintieran el verdadero peso de las cosas. A veces, los poderes no son solo sobre lo bonito, sino también sobre lo inesperado."
Poco a poco, la gravedad volvió a la normalidad, y los estudiantes comenzaron a levantarse con dificultad, mirando a Chuuya con una mezcla de asombro y molestia. Algunos se sacudían el polvo de la ropa mientras otros respiraban con dificultad por el repentino cambio de presión.
"Bueno," dijo Chuuya, al ver las caras sorprendidas de sus estudiantes, "espero que ahora todos tengan una pequeña idea de lo que se siente manipular las fuerzas que afectan todo a su alrededor. La gravedad es uno de esos poderes que siempre deben tomarse en serio."
Aracely, aún un poco mareada, se levantó lentamente, mirando a la profesora con una sonrisa. "Eso fue… bastante impresionante, aunque… no sé si quiero experimentar eso otra vez," bromeó.
"¡Lo prometo, no será una rutina!" dijo Chuuya, haciendo una mueca divertida. "Pero nunca olviden que nuestros poderes deben ser manejados con cuidado. Pueden ser útiles, pero también peligrosos si no los controlamos. Ahora, vamos a tomar un pequeño descanso. Espero que esta experiencia les haya dado algo de perspectiva sobre la manipulación de fuerzas en su entorno."
Los estudiantes, aún atónitos, comenzaron a reír entre ellos mientras Chuuya los guiaba hacia una pausa más relajada. Aunque todos habían quedado un poco sorprendidos, también estaban emocionados por lo que vendría después en su entrenamiento.
El sol comenzaba a ocultarse mientras Blue y Aracely caminaban juntas hacia sus casas después de un intenso primer día en la Academia Historia. Las risas y conversaciones relajadas entre ambas llenaban el ambiente, mostrando una naciente amistad. Sin embargo, en la distancia, escondida entre las sombras de un edificio alto, Kats las observaba con frialdad, su mirada fija en su objetivo.
Con precisión calculada, Kats ajustó el visor de su rifle de francotirador pesado. Su dedo índice descansaba sobre el gatillo, su respiración lenta y controlada. Susurró para sí misma: "Adiós, pequeña promesa de heroína." Y, sin vacilar, apretó el gatillo.
El estruendo del disparo resonó, pero algo inesperado ocurrió. La bala, que debería haber alcanzado su objetivo con mortal precisión, cayó al suelo apenas unos metros frente a las chicas. Un extraño brillo cubría la bala, como si algo invisible hubiera desviado su trayectoria.
Blue y Aracely, sobresaltadas por el impacto cercano, miraron el suelo donde la bala había caído, luego intercambiaron miradas llenas de miedo y sorpresa. Sin esperar a entender qué había pasado, ambas reaccionaron al instinto más básico: correr.
"¡Corre, Aracely!" gritó Blue, tomando su mano mientras ambas salían disparadas por la calle, zigzagueando entre los callejones para evitar ser un blanco fácil.
Desde su posición, Kats frunció el ceño. "¿Qué demonios...?" murmuró, examinando rápidamente el rifle y el visor para comprobar si algo había fallado. Pero el arma estaba en perfecto estado. "No fue error mío. Algo o alguien las protegió."
Mientras corrían, Blue y Aracely sentían una extraña energía a su alrededor, como si una fuerza invisible las estuviera resguardando. "¿Qué fue eso?" preguntó Aracely, con la voz temblorosa.
"No lo sé," respondió Blue, jadeando mientras trataba de mantener el ritmo. "Pero quien sea que intentó atacarnos no se detendrá tan fácilmente."
En su escondite, Kats observaba cómo las dos chicas desaparecían entre las calles. Su mirada se endureció mientras desmontaba el rifle. "Parece que hay algo más en juego aquí. Pero no importa... la próxima vez no fallaré." Con una sonrisa maliciosa, se desvaneció en la oscuridad, planeando su próximo movimiento.
Blue y Aracely finalmente llegaron a un lugar seguro, escondiéndose en un pequeño callejón. Ambas se miraron, aún respirando con dificultad, pero con la determinación de sobrevivir clara en sus ojos.
"Debemos decírselo a alguien en la academia," dijo Blue, todavía nerviosa pero tratando de mantenerse tranquila.
"Sí," asintió Aracely, con el corazón latiendo con fuerza. "Pero primero tenemos que llegar a casa. No sabemos si aún estamos siendo seguidas."
Con cuidado, las dos chicas continuaron su camino, sabiendo que este era solo el inicio de algo mucho más peligroso.
Desde lo alto del edificio donde se encontraba, Kats miró con frustración cómo las chicas escapaban. Su rostro se torció en una mueca de enojo mientras apretaba los puños con fuerza. De repente, en un estallido de ira, golpeó una parte de la pared cercana, dejando una grieta visible en el concreto.
"¡Malditas crías!" exclamó con los dientes apretados. "Fallé el primer intento... pero no importa. Si no puedo acabar con la pequeña heroína de frente, destrozaré lo que la sostiene desde dentro."
Con una sonrisa maliciosa, Kats comenzó a idear un nuevo plan. Sabía que para destruir a alguien no siempre era necesario un ataque directo. El desmoronamiento de su familia sería mucho más efectivo y, en el proceso, más satisfactorio. Si lograba sembrar discordia en el hogar de Aracely, su espíritu se debilitaría, y Kats podría intervenir en el momento justo.
"Es hora del plan B," murmuró mientras ajustaba su chaqueta y revisaba su reflejo en un pequeño espejo de mano. Kats era consciente de su atractivo físico, una herramienta que había perfeccionado para manipular a otros. "No importa si es el padre o la madre. Los dos caerán. Solo necesito acercarme lo suficiente para sembrar las semillas del caos."
Con una estrategia clara en mente, Kats se deslizó entre las sombras, observando de cerca la rutina de la familia. Cada movimiento de Law, Taejoo y Aracely sería analizado. Desde las cenas familiares hasta los momentos más privados, Kats buscaría el punto débil en la dinámica del hogar.
"Esto será un juego de paciencia," pensó mientras se alejaba del lugar. "Pero cuando todo se desmorone, Aracely estará completamente indefensa. Y entonces será mía."
Mientras tanto, la familia de Aracely, ajena al peligro que acechaba, continuaba su vida cotidiana, sin saber que el verdadero enemigo ya había puesto en marcha su siguiente jugada.
Law y Taejoo estaban en la cocina, conversando tranquilamente mientras preparaban la cena. Law cortaba algunos vegetales mientras Taejoo revisaba el horno, asegurándose de que el pastel que habían preparado estuviera en su punto. Era una escena hogareña y tranquila, llena de risas y pequeños comentarios sobre el día.
De repente, la puerta principal se abrió con un golpe apresurado. Aracely entró corriendo, su respiración acelerada y sus ojos llenos de miedo. Las palabras parecían atorarse en su garganta mientras trataba de hablar.
"¡Mamá! ¡Papá!" exclamó con la voz temblorosa, deteniéndose frente a ellos.
Taejoo fue la primera en notar el pánico en el rostro de su hija. Dejó lo que estaba haciendo y se acercó rápidamente, colocando sus manos suavemente sobre los hombros de Aracely.
"¿Qué pasó, cariño? ¿Estás bien?" preguntó, su voz llena de preocupación.
Law dejó caer el cuchillo sobre la tabla de cortar y dio un paso hacia ellas, frunciendo el ceño. "Aracely, respira. Cuéntanos qué pasó."
Aracely trató de calmarse, pero su corazón aún latía con fuerza. "Alguien... alguien nos disparó," dijo finalmente, su voz quebrándose. "Blue y yo íbamos camino a casa, y... ¡una bala cayó justo frente a nosotras! Corrimos tan rápido como pudimos."
El rostro de Taejoo se tensó al escuchar eso. Abrazó a su hija con fuerza, como si quisiera protegerla de todo lo malo en el mundo. "Tranquila, ya estás a salvo aquí. Nadie va a hacerte daño."
Law, por su parte, se quedó en silencio por un momento, su mente trabajando rápidamente. Sabía que esto no era una coincidencia. Alguien había intentado atacar a su hija. Sus manos se apretaron en puños, y un fuego frío se encendió en sus ojos.
"Esto no se va a quedar así," murmuró con voz firme. "Voy a averiguar quién hizo esto y me aseguraré de que no vuelva a pasar."
Taejoo miró a Law, preocupada. "Law, por favor... primero asegurémonos de que Aracely esté bien y a salvo. Podemos encargarnos de eso después."
Law asintió, aunque la tensión en su rostro no desapareció. Sabía que la seguridad de su hija era lo más importante, pero también entendía que debían actuar rápido para evitar que algo así volviera a suceder.
"Está bien," dijo finalmente. "Primero la protegemos. Luego encontramos al responsable."
Mientras tanto, Aracely se aferraba a su madre, sintiendo que el miedo comenzaba a disiparse poco a poco. Aunque todavía estaba asustada, sabía que sus padres harían todo lo posible para mantenerla a salvo. Pero en el fondo, un presentimiento oscuro se apoderaba de ella: esto era solo el comienzo.
Después de varios días de observar con cuidado, Kats finalmente vio una oportunidad. Desde su escondite, observó cómo Law salía de su casa, vestido con ropa casual pero que destacaba su físico atlético y su porte confiado. Kats sonrió para sí misma, ajustando su vestido provocativo que había elegido especialmente para la ocasión. Era entallado, de un rojo intenso, diseñado para captar la atención y resaltar cada curva. Sabía cómo jugar con la percepción de los demás, y estaba lista para poner en marcha su plan.
Mientras Law caminaba por la acera, distraído revisando algo en su teléfono, Kats aprovechó el momento para acercarse. Fingió tropezar frente a él, dejando caer un bolso lleno de papeles y objetos pequeños al suelo.
"¡Oh, lo siento! Soy tan torpe..." dijo Kats, dejando escapar una risita nerviosa mientras se agachaba para recoger sus cosas.
Law, siendo educado, se detuvo y le ayudó a recoger los papeles. "No te preocupes, todos tenemos días así," respondió con una sonrisa cortés.
Cuando sus ojos se encontraron, Kats le lanzó una mirada calculada, una mezcla de aparente timidez y encanto. "Gracias, eres muy amable," dijo, dejando que su mano rozara la de él intencionalmente al recoger el último papel.
Law notó el gesto, pero lo interpretó como un accidente. "No es nada," respondió, preparándose para seguir su camino.
Antes de que pudiera alejarse, Kats sacó una pequeña botella de agua de su bolso y fingió limpiarse la frente. "Uf, hace calor hoy, ¿verdad? Por cierto, ¿vives cerca? Creo que te he visto antes."
"Sí, un par de cuadras más allá," dijo Law, sin mostrar mucho interés.
Kats notó su distancia emocional y decidió intensificar su plan. "Oh, qué coincidencia. Yo también vivo cerca. Oye, ya que me ayudaste, ¿te gustaría tomar algo? Tengo esta bebida que preparo yo misma, es refrescante y perfecta para este clima."
Sin sospechar nada, Law aceptó de manera casual, pensando que sería grosero rechazarla. Kats sacó un termo que contenía la bebida que había preparado con los químicos especiales. Sirvió un poco en un vaso y se lo ofreció, asegurándose de que su sonrisa pareciera inocente y amigable.
Law tomó un sorbo mientras Kats lo observaba con atención, esperando que los efectos comenzaran a surtir efecto. Pero, para su sorpresa, Law solo frunció el ceño ligeramente y dijo: "Es un sabor interesante. ¿Qué le pusiste?"
Kats improvisó rápidamente. "Es una mezcla de hierbas y frutas. Tal vez el sabor es un poco fuerte al principio, pero luego mejora."
Law asintió, aunque dejó el vaso a un lado sin terminarlo. "Bueno, gracias por la bebida. Tengo que irme ahora. Que tengas un buen día."
Kats lo observó alejarse, mordiéndose el labio con frustración. El plan no había salido como esperaba, al menos no del todo. Los químicos tardarían un poco en actuar, pero aún estaba segura de que tendría otra oportunidad. No importa cuánto tiempo tome, pensó, voy a desmoronar a esta familia, comenzando con él.
Kats, con una sonrisa amable que escondía sus verdaderas intenciones, decidió caminar a la par de Law mientras él avanzaba hacia su destino. Observaba cada pequeño gesto, cada leve cambio en su expresión, esperando las señales de que los químicos estaban comenzando a surtir efecto.
Law empezó a frotarse ligeramente la sien, como si sintiera un pequeño mareo. Kats, fingiendo preocupación, colocó suavemente su mano en su brazo.
"¿Estás bien? Pareces un poco... distraído," dijo, con una dulzura calculada.
Law parpadeó, como si tratara de enfocar su mente. "Sí, estoy bien. Solo... un poco cansado, tal vez. Ha sido una semana larga."
Kats asintió, aparentando empatía. "Lo entiendo. A veces necesitamos tomarnos un momento para respirar. Si quieres, puedo acompañarte un poco más. No quiero que te pase algo mientras caminas."
Law no respondió de inmediato, pero no rechazó la compañía. Los químicos empezaban a jugar con su percepción, y aunque no estaba completamente controlado, su mente comenzaba a suavizarse hacia la presencia de Kats. Sus barreras emocionales, por muy sutiles que fueran, estaban debilitándose.
"¿Sabes?" dijo Kats, rompiendo el silencio. "Me alegra haberte encontrado hoy. Creo que a veces el destino pone a las personas en nuestro camino por una razón."
Law la miró de reojo, como si intentara procesar sus palabras, pero no respondió.
Kats interpretó el silencio como una oportunidad. "A veces siento que no tenemos suficiente tiempo para apreciar las cosas pequeñas de la vida. Como el momento en que alguien amable te ayuda cuando tropiezas," agregó con una risa ligera.
Law asintió lentamente, como si estuviera de acuerdo, aunque no del todo consciente de lo que sentía. Kats notó esto y supo que los químicos estaban comenzando a nublar su juicio.
"¿Sabes?" dijo ella, inclinándose un poco más cerca. "Eres una persona muy especial, Law. Puedo verlo en tus ojos. Es como si llevaras una luz dentro de ti."
La cercanía hizo que Law diera un paso hacia atrás instintivamente, pero no lo suficiente como para apartarse del todo. Su mente estaba en conflicto, una parte de él sentía que algo no estaba bien, pero otra parte, influenciada por los químicos, no podía identificar exactamente qué era.
Kats sonrió para sí misma. Solo es cuestión de tiempo, pensó. Pronto, caerás por completo, y entonces podré comenzar con el resto de mi plan.
Law, bajo el efecto de los químicos, comenzó a acercarse lentamente a Kats. Su mirada, normalmente clara y llena de determinación, estaba ahora algo perdida y suavizada por la influencia de las sustancias. Kats, al notar su reacción, esbozó una sonrisa triunfal.
"¿Ves? No era tan difícil, ¿verdad?" murmuró Kats, acercándose aún más. Con movimientos calculados, inclinó la cabeza hacia él y le besó suavemente los labios.
El contacto fue breve pero suficiente para que Kats confirmara que su plan estaba funcionando. Se apartó lentamente, manteniendo una mirada segura y provocativa, como si no hubiera duda de que Law estaba bajo su control. "¿Ves? Nada te costaba," dijo con una voz suave pero firme, asegurándose de reforzar la influencia que los químicos ya ejercían sobre él.
Law, confundido pero incapaz de procesar del todo lo que acababa de pasar, solo asintió, como si estuviera de acuerdo. En el fondo de su mente, algo intentaba resistir, pero la sensación era difusa, como un eco lejano que no podía alcanzar.
Kats le acarició el rostro con fingida ternura. "Sabes, Law, creo que necesitabas esto tanto como yo. A veces, dejarse llevar es lo mejor que podemos hacer."
Por ahora, todo iba según el plan de Kats. Sin embargo, ella sabía que debía proceder con cuidado. Si bien los químicos estaban haciendo su trabajo, cualquier error podría romper el efecto y devolver a Law a su estado consciente. Pero en este momento, lo tenía justo donde quería.
Kats, satisfecha con su dominio sobre Law, dejó algunos mordiscos leves en su cuello, como marcas de su control y una burla a la fidelidad que él alguna vez había prometido. Estaba convencida de que tenía todo bajo control, sin preocuparse por las posibles consecuencias inmediatas.
Sin embargo, el destino tenía otros planes. Taejoo, regresando de hacer las compras, cruzó la calle cerca de donde estaban. Con una bolsa en cada mano, giró casualmente la cabeza hacia la acera donde Law estaba... y se detuvo en seco. Sus ojos se abrieron con incredulidad al ver a su esposo besándose con otra mujer, sus brazos alrededor de ella como si fuera algo natural.
El mundo pareció detenerse para Taejoo. Las bolsas cayeron de sus manos, y el sonido de las frutas rodando por el suelo fue insignificante comparado con el estruendo que sentía en su corazón. La imagen de Law, el hombre que amaba y en quien confiaba, entregándose a otra mujer, era una puñalada directa. Su rostro pasó del asombro a una mezcla de dolor y furia contenida.
"¿Law...?" murmuró, casi en un susurro, aunque la voz se le quebró en el intento. Sus ojos estaban vidriosos, llenos de lágrimas que no tardaron en deslizarse por sus mejillas.
Law, todavía bajo el efecto de los químicos, no reaccionó de inmediato. Kats, al escuchar la voz de Taejoo, volteó lentamente, su sonrisa transformándose en una expresión de fingida sorpresa. "Oh, vaya... No esperaba audiencia," dijo con sarcasmo, pero en el fondo disfrutaba cada segundo de la situación.
Taejoo dio un paso hacia ellos, con los puños apretados y temblando. "¿Qué... qué significa esto, Law? ¡Dime que no es lo que parece!" Su voz, cargada de dolor, resonó como un grito en el vacío.
Law, atrapado entre el control de Kats y el rostro devastado de su esposa, parecía incapaz de hablar. Sus labios se movieron, pero no emitieron palabras. Kats, aprovechando el momento, colocó una mano en el pecho de Law y susurró con descaro: "Lo siento, querida. Supongo que él simplemente encontró algo... mejor."
Taejoo no pudo soportarlo más. Giró sobre sus talones y comenzó a correr, dejando atrás las compras, las lágrimas y, posiblemente, una parte de su alma. Kats observó su partida con una sonrisa torcida, mientras el primer paso de su plan estaba completo: desmoronar a la familia desde dentro.
Taejoo llegó corriendo a casa, con el corazón latiendo rápidamente, pero no por el esfuerzo físico, sino por el torbellino de emociones que la consumía. Cerró la puerta con fuerza, sus manos temblaban mientras trataba de contener las lágrimas, pero fue inútil. Los sollozos comenzaron a brotar incontrolablemente, una mezcla de dolor, enojo y traición.
Entró a su habitación, buscando frenéticamente su ropa en el armario. Quería irse, alejarse de todo, dejar atrás esa escena que la había destrozado. Cada prenda que sacaba era arrojada sobre la cama con rabia, como si descargar su ira en objetos pudiera aliviar el agujero que sentía en el pecho.
Mientras hacía esto, las imágenes de Law y esa mujer no dejaban de reproducirse en su mente, como una tortura incesante. "¿Por qué? ¿Cómo pudo hacerme esto?" murmuraba entre sollozos. Cada pregunta sin respuesta incrementaba el peso en su corazón.
De repente, escuchó pasos acercándose por el pasillo. Su cuerpo se tensó, y giró rápidamente, esperando que fuera Law. Pero la puerta permaneció cerrada. Taejoo tomó aire profundamente, tratando de calmarse, pero su respiración era errática.
"Ya no puedo más... No quiero estar aquí," dijo para sí misma, tomando una maleta del armario y comenzando a llenarla sin cuidado, arrojando ropa al azar. Todo lo que quería era escapar, dejar atrás el dolor que parecía inundar cada rincón de esa casa que una vez fue su refugio de amor y felicidad.
Law entró a la casa con una expresión algo confusa, como si estuviera tratando de recordar algo que no cuadraba en su mente. Notó el desorden en la habitación y vio a Taejoo junto a una maleta medio llena, con los ojos rojos e hinchados por el llanto. Su corazón dio un vuelco.
—¿Taejoo? ¿Qué pasa? —preguntó, acercándose con cautela.
Taejoo lo miró con una mezcla de incredulidad y repulsión. Sus labios temblaban, pero esta vez no era por tristeza, sino por la ira contenida.
—¿Qué pasa? —repitió ella con una voz rota, pero cargada de enojo—. ¿De verdad tienes el descaro de preguntar qué pasa?
Law frunció el ceño, confundido. Se pasó una mano por el cabello, tratando de entender.
—No entiendo... ¿Hice algo mal? —preguntó, con genuina preocupación en su tono.
Ese comentario encendió aún más la furia de Taejoo.
—¿Que si hiciste algo mal? ¡Te vi, Law! ¡Te vi con otra mujer! Besándote con ella... tocándola como si yo no existiera.
Law dio un paso atrás, como si las palabras de Taejoo lo hubieran golpeado físicamente.
—¿Qué? Eso no... Eso no puede ser. Yo jamás haría algo así.
—¡No lo niegues! —gritó Taejoo, las lágrimas volviendo a brotar de sus ojos—. Estabas con ella, como si yo y nuestra hija no significáramos nada para ti.
Mientras tanto, Kats observaba desde la ventana, oculta en las sombras, con una sonrisa triunfante. Cada palabra de Taejoo y cada gesto de confusión de Law alimentaban su satisfacción. El plan estaba funcionando a la perfección.
Law se llevó las manos a la cabeza, tratando de recordar. Había algo borroso en su memoria, un vacío que no podía llenar.
—Taejoo, no recuerdo nada de eso. No sé qué pasó, pero... —Se acercó a ella, intentando tomar sus manos—. Tienes que creerme, jamás te haría daño a propósito.
Taejoo se apartó de golpe, su mirada llena de dolor y desconfianza.
—No sé qué es peor, que lo niegues o que no recuerdes. Pero ahora mismo, no quiero escucharte.
Kats observó con interés cómo Taejoo tomaba la maleta y pasaba junto a Law, dejando un ambiente lleno de tensión y desolación. La villana sabía que este era solo el comienzo.
Aracely abrió la puerta de la casa con energía, como siempre lo hacía después de un día de clases. Su sonrisa habitual desapareció al instante cuando vio a su padre, Law, sentado en una esquina del comedor. Estaba encorvado, con las manos cubriendo su rostro y los hombros temblando mientras lloraba silenciosamente.
—¿Papá? —preguntó Aracely, dejando caer su mochila al suelo.
Law no respondió de inmediato. Apenas alzó la cabeza para mirarla, sus ojos hinchados y enrojecidos por el llanto.
—Aracely... —murmuró, su voz rota por la angustia.
La chica, confundida y preocupada, corrió hacia él. Se arrodilló a su lado, colocando una mano en su hombro.
—¿Qué pasó? ¿Dónde está mamá?
El simple nombre de Taejoo provocó que Law soltara otro sollozo desgarrador. Se sentía como si el mundo entero se estuviera derrumbando sobre él.
—Tu madre... se fue, Aracely —logró decir entre lágrimas.
—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó la niña, su voz temblando por la mezcla de sorpresa y miedo.
Law negó con la cabeza, incapaz de encontrar las palabras.
—No lo sé... Ella... me vio haciendo algo que juro que nunca haría. Algo que no recuerdo. Es como si una parte de mí hubiera desaparecido.
Aracely frunció el ceño, tratando de entender lo que su padre decía. Aunque todavía era joven, podía ver cuánto estaba sufriendo Law.
—Papá, no entiendo. ¿Qué fue lo que pasó?
Law tomó aire profundamente, intentando calmarse para explicar.
—Tu madre me vio... con otra mujer. Pero yo no lo recuerdo, Aracely. No sé qué ocurrió, no sé cómo sucedió. Y ahora... ella piensa que la traicioné.
Aracely se quedó en silencio por un momento, procesando lo que acababa de escuchar. Luego, con un tono firme y decidido, dijo:
—Papá, si dices que no lo hiciste, te creo. Pero tenemos que arreglar esto. Mamá no puede simplemente irse.
Law la miró, sorprendido por su madurez.
—No sé si pueda, hija. No sé cómo demostrarle algo que ni siquiera entiendo.
Aracely lo abrazó con fuerza, intentando transmitirle algo de consuelo.
—Encontraremos una forma, papá. Pero no puedes rendirte.
Desde las sombras fuera de la casa, Kats observaba la escena con una sonrisa perversa. Aunque había logrado desmoronar a la familia, no esperaba que Aracely mostrara tanta fuerza.
—Interesante... —murmuró Kats para sí misma—. Parece que la niña será más problemática de lo que imaginaba. Pero ya encontraré la forma de quebrarlos a todos.
Con esa promesa en mente, Kats se alejó, dejando a la familia enfrentarse a sus propios demonios internos.
Taejoo llegó al hotel, con los pensamientos oscilando entre el dolor y la confusión. El peso del día había sido demasiado para ella; la imagen de su esposo besándose con otra mujer se repetía una y otra vez en su mente, mientras una mezcla de ira y tristeza se apoderaba de su corazón.
Entró en la habitación, que estaba decorada de forma elegante pero impersonal, tal vez por su propia necesidad de desconectar de todo lo que sucedía en su vida. Cerró la puerta con un suspiro pesado, quitándose el abrigo y dejando caer su bolso sobre la cama. Sus pasos fueron vacíos mientras caminaba por la habitación, recorriendo el espacio sin realmente ver nada.
"¿Qué hago ahora?" pensó mientras se sentaba en el borde de la cama, las manos temblorosas. "¿Debería irme de la casa? ¿Divorciarme? ¿Puedo perdonarlo?"
No podía evitar sentirse rota. La confianza que había puesto en Law había sido vulnerada de una manera que nunca pensó posible. El simple hecho de no saber si lo que había pasado había sido un error o algo que él realmente deseaba la atormentaba. Además, el hecho de que no recordara nada la dejaba aún más perdida. Si ni él sabía lo que había ocurrido, ¿cómo iba a poder reconstruir lo que quedaba de su relación?
Taejoo miró por la ventana, contemplando las luces de la ciudad, y por un momento, pensó en lo que su hija Aracely debía estar sintiendo. Era una niña fuerte, pero esta situación, sin duda, la marcaría también. ¿Cómo podía reconstruir una familia rota? ¿O ya era demasiado tarde?
El sonido de su celular vibrando sobre la mesa interrumpió sus pensamientos. Era un mensaje de Law:
"Lo siento tanto... por favor, escucha lo que tenga que decirte. Necesito verte, hablar contigo. No sé cómo arreglar esto, pero quiero intentarlo."
Taejoo suspiró profundamente. El mensaje estaba lleno de dolor, pero también de inseguridad. Sabía que Law estaba pasando por un momento difícil, pero la herida que él le había causado era profunda. La pregunta era, ¿podía perdonarlo? ¿O simplemente sería más fácil dejarlo atrás?
No quería tomar una decisión apresurada, pero la tristeza y el caos en su corazón seguían siendo abrumadores. Sabía que la conversación que tendría con él sería crucial para su futuro, pero en ese momento, necesitaba espacio para calmar sus emociones.
Con un suspiro largo, Taejoo se recostó en la cama, apagó las luces y cerró los ojos. Su mente seguía en tormenta, pero al menos por esa noche, quería descansar de todo.
Law pasó toda la noche preocupado, sin saber nada de Taejoo. No podía dejar de pensar en su comportamiento, en lo que había hecho, y en cómo había herido a la persona que más amaba. Despertó temprano, aún sin recibir noticias de ella, y esa sensación de vacío lo consumía. Su mente estaba llena de preguntas y culpas, pero no sabía cómo arreglar lo que había hecho.
Se sentó en la cocina, mirando la taza de café que tenía en las manos, sintiendo el peso de su tristeza. "¿Qué hice?", pensaba mientras su mente recorría una y otra vez la imagen de Taejoo llorando, de ella alejándose de él. El amor que había jurado proteger parecía desmoronarse ante sus propios ojos.
Por otro lado, Aracely, al ver a su padre en ese estado, intentó consolarlo. Sabía que las cosas en casa no estaban bien, pero tampoco podía entender todo lo que sucedía. Ella, con su corazón aún joven, no quería ver a su familia rota, pero no sabía cómo aliviar el dolor de su padre. Se acercó a él, abrazándolo, intentando darle fuerzas aunque también sentía la incertidumbre en su interior.
"Papá, todo va a estar bien", le dijo, con voz temblorosa pero llena de cariño. "Sé que las cosas están difíciles, pero mamá te ama. Yo sé que lo hará. Tal vez solo necesita tiempo."
Law la miró a los ojos, reconociendo en ella una fuerza que él mismo no sentía tener en ese momento. "Gracias, hija", dijo, tratando de sonreírle a pesar de todo. "Solo espero que todo esto se resuelva, porque no sé qué hacer sin tu madre."
Mientras tanto, Kats, desde el edificio donde se había hospedado, observaba con una sonrisa maliciosa. Había cumplido parcialmente con su plan, pero aún quedaban piezas por mover. El primer paso había sido hacer que Law cayera en su trampa, y ahora, su objetivo era Taejoo. No podía dejar que esa mujer se interpusiera en su camino, por lo que pensaba en cómo manipularla, igual que a su esposo.
Había estudiado la situación y sabía que la única manera de asegurarse de que Taejoo cayera en su red era usando el mismo químico que había utilizado en Law. Si lograba seducirla y darle la misma bebida, todo sería aún más fácil. Taejoo, herida y vulnerable, caería bajo el mismo hechizo. Y entonces, podría manipular a ambos, jugando con sus emociones hasta ver cómo se destruyen por completo.
Kats estaba dispuesta a todo para cumplir con su objetivo, pero sabía que necesitaba paciencia y un plan bien ejecutado. Se reclinó en la silla del hotel, con una sonrisa en el rostro. "Este será solo el comienzo", pensó, mientras contemplaba su próximo movimiento. "Voy a hacer que todos jueguen según mis reglas."
Kats había estado observando a Taejoo desde lejos, con una sonrisa maliciosa en sus labios. Había seguido a la mujer desde su salida del hotel, sabiendo que la oportunidad para manipularla llegaría pronto. Con la información que había conseguido, Kats sabía exactamente dónde estaba. Con astucia, se dirigió al mismo lugar, un hotel donde Taejoo se había refugiado, tratando de escapar del dolor de la traición de su esposo.
Al llegar al hotel, Kats no tardó en encontrar la habitación de Taejoo. Tocó la puerta con una sonrisa falsa, fingiendo empatía. Cuando Taejoo abrió, Kats vio en sus ojos una mezcla de dolor y vulnerabilidad. La mujer había estado llorando, su rostro demacrado por las lágrimas y el cansancio. A pesar de todo, Kats tenía la ventaja, y era el momento perfecto para dar el siguiente paso.
Kats, al ver la reacción de Taejoo, notó el cambio en su expresión. El dolor, la confusión y la furia se apoderaron de ella, y eso le dio una idea perfecta de cómo seguir manipulándola. Sin embargo, en lugar de seguir con su actitud calculadora, Kats adoptó una expresión de arrepentimiento fingido.
"Perdóname", dijo Kats, con tono suave y compasivo, al ver que Taejoo empezaba a comprender lo que había ocurrido. "Sé que no fue lo correcto lo que hice, pero mi corazón estaba tan confundido en ese momento... No quería hacerle daño a nadie, especialmente a ti."
Taejoo, con el rostro marcado por el dolor y la incredulidad, apenas podía procesar las palabras de Kats. Su mente estaba nublada por la bebida y por la emoción de la situación, pero las palabras de Kats llegaron a tocar una fibra en su corazón. "¿Qué? ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué a él?", susurró, con la voz quebrada.
Kats, sintiendo la oportunidad, dio un paso hacia adelante, acercándose un poco más a Taejoo, quien aún estaba ligeramente desorientada. "Porque... porque él me dio algo que yo necesitaba en ese momento. Pero no quise que esto te hiciera daño, te lo juro. Mi corazón está lleno de arrepentimiento por lo que hice."
Su tono era suave, pero había una manipulación sutil en sus palabras. Kats estaba jugando con los sentimientos de Taejoo, creando la ilusión de que, en cierto modo, ella también estaba sufriendo por lo ocurrido. Al mismo tiempo, sabía que estaba minando la fortaleza de Taejoo, haciéndola sentir compasión por ella.
"Yo... yo solo... quiero que esto termine. No puedo seguir viéndote sufrir", continuó Kats, mientras sus ojos mostraban una falsa ternura. "Déjame ayudarte a sanar, te lo prometo."
Taejoo, confundida por las palabras de Kats y aún luchando contra la niebla en su mente causada por la bebida, apenas pudo responder. "No... No sé si puedo perdonarte por esto... No sé si debo."
"Lo entiendo", respondió Kats, poniendo una mano en el hombro de Taejoo de manera casi maternal. "Tómate tu tiempo, pero cuando estés lista, yo estaré aquí para ti. Sé que todo esto parece imposible de superar, pero juntos podemos encontrar una forma de sanar."
Con esas palabras, Kats se alejó un poco, dejando a Taejoo atrapada en sus pensamientos, sintiendo una mezcla de tristeza, ira y confusión. Mientras tanto, Kats sonrió con satisfacción, sabiendo que ya había dado el primer paso para manipularla aún más.
En la mente de Taejoo, la lucha entre el perdón y el dolor seguía, pero lo que Kats no sabía era que su manipulación había comenzado a tener un efecto contrario al esperado. El corazón de Taejoo, aunque herido, no iba a ceder tan fácilmente.
Kats observó cuidadosamente a Taejoo mientras el químico comenzaba a hacer su efecto. La atracción de Taejoo hacia ella era innegable, y lo podía ver en la manera en que sus ojos brillaban con una mezcla de deseo y confusión. Sonrió satisfecha, sabiendo que su plan estaba funcionando perfectamente.
Aprovechando el momento, Kats se acercó lentamente a Taejoo, sin decir una palabra, y la besó en los labios. Taejoo, en un primer momento sorprendida, no pudo resistir la creciente atracción que sentía hacia la mujer frente a ella. La química de la situación, tanto emocional como física, la estaba envolviendo por completo. Kats, sintiendo el control total, mordió suavemente el cuello de Taejoo, dejando una marca visible que le daría una sensación de posesión sobre ella. Taejoo, sumida en la mezcla de emociones y la confusión que el químico provocaba, no pudo evitar dejarse llevar, sus manos tocando levemente a Kats en un intento de respuesta.
Sin embargo, en ese preciso momento, la puerta del hotel se abrió, y Law, alguien que nunca pensó que vería una escena como esa, apareció en el umbral. Al principio, no comprendió lo que estaba sucediendo. La imagen frente a él fue como un golpe a su estómago. Su esposa, Taejoo, besándose con otra mujer, y la sensación de impotencia y traición lo invadió de inmediato. Un nudo se formó en su garganta mientras las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, mezcladas con incredulidad. No podía creer lo que estaba viendo. Era como un mal sueño del que no podía despertar.
Taejoo, al sentir que alguien la observaba, apartó lentamente los labios de Kats, solo para ver a Law, parado en la puerta con los ojos llenos de lágrimas. Un silencio pesado llenó el aire. Taejoo, confundida y alterada por todo lo que había ocurrido, apenas pudo procesar lo que estaba sucediendo. Se sentía atrapada en una espiral de emociones, mientras Kats, con una sonrisa en los labios, se apartó sutilmente para observar cómo se desarrollaba la escena.
"Law...", murmuró Taejoo, su voz quebrada, pero sin saber realmente qué decir, cómo justificar lo que había sucedido. La confusión y la atracción que había experimentado bajo el influjo del químico la hacían dudar de sus propios sentimientos.
Law, con el corazón roto, no podía articular una respuesta. El dolor era palpable en su rostro. Sentía como si el mundo se estuviera desmoronando a su alrededor. La imagen de su esposa en los brazos de otra mujer, besándola, era un golpe demoledor. No solo por la traición, sino también por el hecho de que no sabía cómo habían llegado a ese punto.
Kats, desde su lugar, observaba la escena con satisfacción, sabiendo que había logrado hacerle daño a la familia de Law. Había sembrado la duda y la confusión en Taejoo, y ahora veía cómo todo se desmoronaba, tal como lo había planeado.
Kats, al ver que Law se alejaba sin decir una palabra, sonrió con una mezcla de satisfacción y victoria. Su plan estaba funcionando perfectamente. Mientras Law se marchaba, sus ojos aún llenos de dolor, ella siguió besando a Taejoo, aprovechando la vulnerabilidad de la situación y la atracción inducida por el químico.
Taejoo, por su parte, estaba completamente atrapada en la confusión de sus propios sentimientos. El beso, la atracción que sentía por Kats, todo estaba nublado por el efecto del químico. No sabía cómo reaccionar, no sabía si era lo que realmente quería o si era una ilusión provocada por el veneno en su cuerpo. Su mente estaba llena de caos, pero el contacto de Kats era lo único que parecía tener sentido en ese momento.
Kats, con una sonrisa triunfante, seguía ejerciendo su influencia sobre Taejoo, sabiendo que, al final, había logrado lo que se había propuesto. Mientras tanto, Law caminaba fuera del hotel, su corazón hecho trizas. Sabía que algo se había roto irremediablemente entre él y Taejoo, pero no entendía cómo ni por qué había sucedido. La imagen de su esposa besando a otra mujer lo perseguiría durante mucho tiempo.
Dentro de la habitación, Taejoo seguía perdida en la neblina de la confusión, mientras Kats, como una araña tejiendo su red, continuaba con su manipulación.
Esa misma noche, Taejoo y Kats compartieron una experiencia intensa, un encuentro que trascendió lo físico. La química entre ellas era innegable, y bajo la influencia del químico, Taejoo se dejó llevar por la situación. El dolor y la confusión de su relación con Law parecían desvanecerse mientras Kats la guiaba en una noche que, aunque encantadora, se sentía fuera de lugar. Fue una noche llena de sensaciones desconocidas, de deseo y atracción que Taejoo nunca había experimentado.
Al amanecer, cuando los efectos del químico comenzaban a disiparse, Taejoo despertó en la habitación, sola. No había rastro de Kats, solo el leve olor a perfume y la marca en su cuello que le recordaba lo sucedido. Confusa, se incorporó, pero lo único que lograba entender era que algo en ella había cambiado. La atracción por Kats había sido real, pero ¿qué había significado todo eso? No podía recordar con claridad los detalles, pero sí sabía que había sido algo muy intenso.
Taejoo intentó entender lo que había pasado, pero sus pensamientos se entrelazaban en un caos. Kats se había ido sin dejar rastro, sin decir una palabra. Era como si hubiera sido una aparición fugaz, alguien que llegó a desordenar su mundo y luego desapareció, dejándola con una sensación de vacío. Taejoo se levantó de la cama, mirando alrededor, esperando encontrar alguna respuesta, pero no había nada.
A medida que los efectos del químico desaparecían, la realidad comenzaba a pesar sobre ella. ¿Por qué había hecho eso? ¿Cómo pudo haber caído tan fácilmente en las manos de alguien como Kats? Y, sobre todo, ¿qué pasaría ahora con su vida, su familia y su matrimonio con Law?
Mientras Taejoo se encontraba perdida en sus pensamientos, Kats ya se había alejado, desapareciendo antes de que el efecto del químico se disipara por completo. No sentía culpa ni remordimiento, solo satisfacción al haber logrado manipular a Taejoo como lo había planeado. Con su misión cumplida, dejó el lugar sin mirar atrás, dejando a Taejoo con el peso de lo que había sucedido, sin explicación, sin consuelo.
Taejoo, finalmente, quedó sola, con la confusión y el dolor de lo sucedido aún latiendo en su corazón, sin saber qué hacer ni cómo enfrentarlo.
Cuando Taejoo revisó su teléfono, encontró los mensajes de Law. La pantalla mostraba claramente lo que había escrito: "Tal vez es mejor el divorcio, intentaré mejor estar solo." Esas palabras golpearon su corazón con una fuerza inesperada. Todo lo que había temido se había hecho realidad. Law, su esposo, había llegado a la conclusión de que la relación no podía continuar. La incertidumbre y el dolor de los días previos parecían culminar en ese mensaje, dejándola más perdida que nunca.
Taejoo se quedó mirando la pantalla en silencio, el peso de las palabras retumbando en su mente. Todo lo que había pasado con Kats, la traición, el químico, y las decisiones tomadas bajo esa influencia, parecían haber desmoronado lo que quedaba de su matrimonio. Aunque no recordaba todos los detalles, sentía en lo profundo que algo había cambiado. No solo en su relación con Law, sino también en ella misma.
El sentimiento de abandono la invadió, pero también una sensación de desesperación. Había perdido a su esposo, y en cierto modo, también se sentía perdida a sí misma. Taejoo no sabía si lo que había hecho con Kats era un error o una liberación. En su mente se mezclaban los recuerdos de la noche anterior con las palabras de Law.
Con las manos temblorosas, Taejoo dejó el teléfono sobre la mesa, y por un momento, solo se quedó allí, mirando al vacío. La confusión, el arrepentimiento y el dolor se apoderaban de ella, pero también había una parte de Taejoo que sabía que algo más grande estaba en juego. Tal vez ya no era solo una cuestión de salvar su matrimonio, sino de encontrar una forma de sanarse a sí misma, de entender quién era en medio de todo este caos.
Pero por ahora, las palabras de Law seguían resonando en su mente, y el dolor de esa distancia definitiva la dejaba sin fuerzas para tomar cualquier decisión.
Aracely, con la determinación de una joven que aún cree en la unidad familiar, no estaba dispuesta a dejar que todo se desmoronara sin hacer nada. Aunque sus padres parecían atrapados en una espiral de dolor y confusión, ella sabía que había algo que podía hacer. Si bien sus esfuerzos no serían fáciles, estaba decidida a mantener viva la esperanza en su familia.
Una tarde, después de que Taejoo llegara a su casa, aún afectada por los últimos eventos, Aracely la abordó con una conversación seria. "Mamá, necesitamos hablar", dijo, con una mirada de firmeza. Taejoo, aún con el peso de las decisiones pasadas sobre ella, la miró sin decir nada por un momento. Finalmente, asintió, sabiendo que su hija tenía razón. La situación entre ella y Law no podía seguir así.
Aracely fue clara en su mensaje: "Papá y tú no pueden seguir evitando lo que está pasando. Necesitan hablar como adultos, no como niños que se esconden de lo que sienten. Si realmente quieren salvar su relación, deben enfrentarse a esto juntos, sin evasivas. Lo que sea que hayan hecho, lo que sea que haya sucedido, tiene que ser solucionado de una manera madura, por el bien de todos, pero sobre todo, por el bien de ustedes."
Aunque Taejoo sentía que el daño era irreversible, algo en las palabras de su hija la hizo reconsiderar. Recordó los momentos felices de su matrimonio, las razones por las que se había enamorado de Law, y cómo la vida había cambiado de manera tan inesperada. No todo estaba perdido, pensó, y quizás había una forma de reconstruir lo que se había roto.
Aracely no dejó que la conversación se detuviera allí. Fue directamente a buscar a su padre, quien, perdido en sus propios pensamientos y frustraciones, estaba solo en el sofá, mirando al vacío. "Papá, ya basta de esconderse. Mamá y tú deben hablar. Ustedes se quieren, pero se están destruyendo por no enfrentar lo que pasa entre ustedes. No quiero perder a ninguno de los dos."
Con una mezcla de tristeza y arrepentimiento, Law escuchó a su hija. En el fondo, sabía que no podía seguir viviendo en la negación. Algo dentro de él quería reparar las cosas, pero las heridas eran profundas y no sabía cómo empezar. Sin embargo, al ver el dolor y la preocupación en los ojos de Aracely, algo dentro de él se conmovió.
Finalmente, después de un largo silencio, Law se levantó y aceptó la idea de hablar. "Tienes razón", dijo, con una voz quebrada, "Tengo que hablar con tu madre. No sé si podemos arreglar esto, pero por ti, lo intentaré."
Así, Aracely logró reunir a sus padres. Aunque ninguno de los dos sabía cómo empezar, ambos sabían que, por el bien de su hija y de su amor, debían al menos intentarlo. A pesar de todo, el amor que se había compartido, aunque dañado, seguía ahí, esperando ser reconstruido.
El proceso de sanar y reconstruir su relación no sería fácil, pero Aracely sabía que, mientras se mantuviera firme en su deseo de mantener a su familia unida, había esperanza.
Kats, al ver que Aracely había logrado reunir a sus padres y que estaban intentando reconciliarse, sintió una furia creciente en su interior. La satisfacción que había experimentado al ver la familia destrozada por sus manipulaciones se desvaneció rápidamente, reemplazada por una necesidad más oscura. Ya no se trataba de seducir o manipular a Law, ni de alejar a Taejoo. Había llegado al punto en el que ya no podía soportar que el plan se viniera abajo.
Con determinación, Kats se cubrió con su capucha, ocultando su rostro de los posibles testigos. Sabía que esta era su última oportunidad. Si no tomaba acción ahora, el equilibrio de poder que había establecido entre Law y Taejoo se desmoronaría, y ella quedaría expuesta y derrotada.
Sin pensarlo dos veces, Kats comenzó a caminar hacia la casa de la familia. Su paso era firme, sus pensamientos oscuros. Había observado a Aracely y a sus padres a lo lejos, y sabía que la reconciliación podría significar su fin. No podía permitir que sus planes se derrumbaran tan fácilmente.
Al llegar al borde de la casa, Kats sacó una daga oculta bajo su capa, preparada para lo que fuera necesario. Estaba dispuesta a enfrentarse a cualquiera que tratara de detenerla, y su resolución era inquebrantable. No importaba lo que tuviera que hacer, los destruiría a todos. La familia que había intentado salvarse no tendría oportunidad contra su poder.
Kats respiró profundamente, dispuesta a acabar con la vida de los tres si era necesario, con una única misión en su mente: que nadie pudiera frustrar sus planes. Y con esa oscuridad, se preparó para atacar en el momento que fuera oportuno.
Aracely, al ver a Kats acercándose con la daga en mano y con intenciones de atacar, reaccionó rápidamente. Con una habilidad inesperada, se lanzó hacia Kats y la golpeó con toda su fuerza, enviándola contra un poste cercano. El impacto resonó en el aire, pero Kats no quedó inmóvil por mucho tiempo.
Con una furia creciente, Kats se levantó rápidamente, sacudiéndose el polvo y mirando a Aracely con ojos llenos de ira. Sin dar tiempo a que su oponente se preparara, Kats saltó hacia ella, con la intención de someterla de inmediato. En el aire, su figura se deslizó hacia Aracely, pero antes de que pudiera aterrizar sobre ella, algo inesperado sucedió.
En un movimiento vertiginoso, Kats cayó de lleno junto a Law, apuntando directamente hacia su pecho. El arma en su mano brilló peligrosamente mientras la miraba fijamente, sabiendo que este sería el golpe final si no intervenían.
Law, paralizado por un instante, solo podía mirar cómo Kats se preparaba para disparar. Aracely, aún recuperándose del golpe anterior, no podía hacer mucho para impedirlo. El tiempo parecía ralentizarse, y el destino de todos parecía pender de un hilo.
Kats sonrió con malicia, segura de que había ganado, pero algo en su interior sentía una leve duda. ¿Sería este el final para Law?
Continuará...