Joel abrió lentamente su único ojo, sintiendo el peso de su cuerpo después de días de inconsciencia. La habitación estaba en penumbra, y lo primero que vio fue a Victor sentado en una silla al lado de la cama, observándolo con una mezcla de preocupación y alivio.
— Al fin despiertas, chico. —dijo Victor con una sonrisa cansada pero sincera.
Joel intentó incorporarse, pero un dolor agudo en todo su cuerpo se lo impidió. Al llevar una mano a su rostro, notó las vendas y las cicatrices que cruzaban donde antes estaba su ojo derecho. Cerró los ojos por un momento, procesando la pérdida.
— Mi ojo... —murmuró, tocando suavemente la zona dañada.
Victor asintió con seriedad. — Lo siento, Joel. Hice lo que pude para mantenerte estable, pero esa herida... no había forma de curarla completamente.
Joel apretó los dientes, intentando mantenerse fuerte. Había aceptado la posibilidad de no salir entero de aquella batalla, pero enfrentarse a la realidad era más difícil de lo que imaginaba.
— Al menos sigo vivo, ¿no? —dijo con una sonrisa forzada, intentando aliviar la tensión.
Victor soltó una pequeña risa. — Sí, y eso es lo que importa. Gaby se encargó de cuidarte todo este tiempo. Estaba preocupada.
Joel asintió lentamente, mirando alrededor como si esperara verla entrar en cualquier momento. — ¿Dónde está?
— Salió hace un rato a buscar algunas cosas. Pero no tardará en volver.
El silencio se instaló por unos segundos antes de que Joel volviera a hablar. — ¿Y Koah?
Victor se cruzó de brazos, mirando al suelo. — Destruimos su cuerpo físico, pero sigue existiendo como un concepto. Esto no ha terminado, pero lo enfrentaremos juntos cuando sea el momento.
Joel respiró hondo y cerró los ojos nuevamente. Sabía que la batalla aún no había terminado, pero por ahora, estaba agradecido de seguir con vida y tener a Gaby y Victor a su lado.
Victor lo miró con seriedad, entendiendo la determinación en las palabras de Joel. Se levantó de la silla, cruzando los brazos mientras meditaba la idea.
— Una técnica que acabe con el alma... —murmuró. Luego, miró a Joel directamente. — No es algo que cualquiera pueda manejar. Destruir un alma es un acto definitivo, más allá del cuerpo y la materia. Pero si estás dispuesto a asumir el peso de algo así, puedo enseñarte una técnica especial.
Joel asintió sin dudar. — Estoy listo. Quiero protegerlos a todos, incluso si eso significa llevar una carga mayor.
Victor sonrió levemente, apreciando la decisión de Joel. — Muy bien. Hay una técnica antigua llamada "Purgatorio Eterno". No solo ataca el cuerpo físico, sino que encierra y purifica o destruye el alma dependiendo de tu intención. Pero requiere control absoluto sobre tu energía y emociones. Si pierdes el control, podrías destruir tu propia alma.
Joel frunció el ceño, procesando la advertencia. — ¿Cómo empiezo a entrenarla?
Victor colocó una mano en su hombro. — Primero, debes fortalecer tu vínculo con Azrakil, el poder dentro de ti. Él será tu ancla para manejar esta técnica. Luego, trabajaremos en canalizar tu energía hacia el plano espiritual. Esto tomará tiempo, pero lo lograremos juntos.
Joel asintió con determinación. — Hagámoslo. No quiero volver a ser un peso muerto. Quiero ser el soporte que el equipo necesita.
Victor sonrió, orgulloso de su decisión. — Bien. Entonces, prepárate. Entrenaremos en el sótano de energía. Ahí no hay límites para lo que podemos desatar.
Gaby, al ver a Joel levantado y consciente, no pudo contenerse. Con lágrimas en los ojos y una mezcla de alivio y emoción, corrió hacia él y se lanzó sobre su cuerpo, abrazándolo con fuerza.
—¡Joel! Pensé que no despertarías nunca... —dijo mientras lo abrazaba, hundiendo su rostro en su pecho.
Joel, aún algo débil pero consciente, dejó escapar una leve risa, sintiendo el calor del abrazo de Gaby.
—Tranquila, Gaby. Estoy aquí... aunque un poco más roto. —Intentó bromear, tocando las cicatrices en su rostro.
Gaby se separó solo un poco para mirarlo a los ojos, limpiándose las lágrimas rápidamente.
—No vuelvas a hacerme pasar por algo así, ¿me oíste? —le dijo con una mezcla de enojo y preocupación, mientras volvía a abrazarlo con fuerza.
Victor, observando la escena desde la distancia, sonrió ligeramente antes de retirarse, dándoles un momento a solas.
Victor decidió dejarlos solos y se puso de pie con calma. Sabía que Joel y Gaby necesitaban tiempo juntos después de todo lo que habían pasado. Mientras salía de la habitación, murmuró:
—Tengo cosas más importantes que hacer. Ese bebé necesitará todo listo.
Con una lista mental de lo necesario, Victor tomó sus llaves y salió de la casa, dirigiéndose a la tienda más cercana. Caminaba con determinación, pensando en todo lo que Luci y el bebé necesitarían en los próximos días: ropa, pañales, una cuna, y tal vez algunos juguetes.
En el fondo, sentía una mezcla de emoción y responsabilidad. Este nuevo capítulo en su vida significaba proteger a su familia con aún más fuerza.
Victor levantó una mano en señal de saludo al ver a Rigor en el mismo pasillo de la tienda. Caminó hacia él con una sonrisa relajada, pero sus ojos mostraban la sorpresa de encontrarse con su viejo amigo en ese lugar tan cotidiano.
—Rigor, ¿qué haces aquí? —preguntó Victor, estrechándole la mano.
Rigor sonrió de vuelta, sosteniendo una pequeña cesta llena de productos básicos.
—Lo mismo que tú, supongo. Preparándome para tiempos complicados. —Rigor miró el carrito de Victor, notando algunos artículos para bebé—. ¿Tiempos felices en tu caso, no?
Victor asintió, dejando escapar una risa breve.
—Sí, algo así. Hay un bebé en camino. Y tú, ¿cómo van las cosas?
Rigor miró a su alrededor antes de responder, como si midiera sus palabras.
—Tranquilas por ahora... pero no por mucho tiempo.
Victor arqueó una ceja y soltó una risa burlona.
—¿Te refieres a esas dos? —dijo, señalando con la cabeza—. Spajit y Dariel… parece que tienes un drama digno de telenovela en tus manos. ¿Siguen peleando por tu amor?
Rigor suspiró, pasando una mano por su cabello con cansancio evidente.
—No me lo recuerdes. —miró a Victor con una sonrisa resignada—. Cada vez que pienso que las cosas se calman, alguna de las dos aparece con algo nuevo.
Victor rió, dándole una palmada en el hombro.
—Tú te lo buscaste, amigo. No es fácil tener a dos mujeres poderosas en tu vida.
Rigor negó con la cabeza, aunque una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.
—Lo sé. Pero a veces desearía que todo fuera más sencillo.
Victor miró a Rigor con una sonrisa confiada mientras acomodaba algunas de las cosas en el carrito.
—La próxima semana nos vemos para trabajar en eso, ¿vale? —le dijo, con un tono despreocupado.
Rigor asintió, levantando una mano en señal de despedida.
—Claro, estaré listo. Cuídate, Victor.
Victor se dirigió a la caja, pagó las compras y salió del lugar con calma. Una vez en casa, dejó las bolsas en la cocina y suspiró, pensando en los preparativos para el bebé que estaba por llegar. Todo estaba cayendo en su lugar, pero sabía que aún quedaban desafíos por enfrentar.
Victor observaba desde el sillón con una sonrisa tranquila mientras Gaby y Joel conversaban, compartiendo un momento de calma después de tantas batallas. Sabía que, a pesar de todo lo que habían enfrentado, estos momentos eran los que realmente importaban.
Mientras tanto, en una esquina de la habitación, el peluche que contenía a Azrakil parecía inerte, pero Victor podía sentir la presencia de la entidad fantasmal. Azrakil, atrapado en ese cuerpo suave y pequeño, seguía siendo una fuerza latente.
Victor desvió la mirada hacia el peluche y, en voz baja, murmuró:
—Sé que sigues ahí, Azrakil. No creas que me he olvidado de ti.
El peluche se movió levemente, apenas perceptible, como si la entidad estuviera respondiendo de alguna manera. Victor, sin perder la calma, cruzó los brazos y continuó vigilando a Joel y Gaby, disfrutando del momento pero siempre atento.
Victor observó con curiosidad mientras el pequeño peluche de Azrakil se movía lentamente por el suelo. Con movimientos torpes pero decididos, trepó al sillón y, finalmente, se acomodó junto a él, sentándose con una postura sorprendentemente firme para un objeto tan inusual.
Victor arqueó una ceja y, con una sonrisa ligera, comentó:
—¿Ya te cansaste de estar en la sombra?
El peluche inclinó la cabeza levemente, como si estuviera considerando sus palabras. La presencia de Azrakil era palpable, aunque contenida. Victor sabía que, aunque atrapado en ese cuerpo, Azrakil seguía siendo un ser poderoso.
—Si tienes algo que decir, este es el momento, compañero,— añadió Victor, sin quitarle la vista de encima.
El peluche permaneció en silencio por unos segundos antes de que una voz grave y etérea resonara en la mente de Victor:
—El equilibrio se está rompiendo. Pronto, necesitarás más que palabras.
Victor cerró los ojos un momento, asimilando la advertencia. Sabía que el tiempo de paz estaba contado.
Victor soltó una risa suave y, con un gesto despreocupado, miró al peluche de Azrakil.
—Sabes que tienes un aparato dentro de ti para comunicarte, ¿verdad? No hace falta que me hables en mi cabeza como si fuera una película dramática.
Azrakil se quedó inmóvil por un momento, y luego una pequeña luz parpadeó en el pecho del peluche. Una voz robótica, algo distorsionada pero claramente reconocible, resonó desde el dispositivo interno.
—Prefería el toque dramático, pero si insistes... aquí estoy, Victor.
Victor sonrió con satisfacción.
—Mucho mejor. Ahora sí parece que estamos teniendo una conversación normal.
Azrakil, con su tono característico, añadió:
—No te acostumbres. Me gusta mantener el misterio.
—Claro, claro, señor misterio,— respondió Victor, levantándose del sillón. —Pero por ahora, necesito saber más sobre ese "equilibrio" del que hablas.
Victor se cruzó de brazos y miró a Azrakil con una expresión seria. Sabía que el poder de Azrakil dentro de Joel, la conexión con la entidad, podría ser una de las claves para obtener una ventaja en las futuras batallas. Al mismo tiempo, también comprendía la complejidad de enseñar a manipular y dañar el alma de cualquier ser, ya sea el suyo o de otro ser.
—Enséñale a Joel cómo dañar el alma de cualquier cosa, sea mía, tuya o de cualquier otra... Creo que eso podría ser muy útil para todos nosotros.
Azrakil, en su forma fantasmal dentro del peluche, emitió un suave suspiro, como si la solicitud fuera una carga de responsabilidad. Su voz resonó desde el peluche, grave y distante.
—El poder completo está en Joel, cierto. Yo, por ahora, permanezco en este estado reducido, pero si mi poder se fusiona completamente con él, entonces el concepto de alma se vuelve más... maleable.
Victor asintió, entendiendo que la verdadera amenaza no solo era el poder físico, sino el control sobre el alma y la manipulación de la misma. Joel aún no había alcanzado su máximo potencial, pero ese era precisamente el objetivo: enseñarle a manejar el poder de Azrakil de una manera más eficiente y devastadora.
—Entonces, ¿qué necesitamos hacer? ¿Cómo lo enseñamos?— preguntó Victor, visualizando los pasos a seguir.
Azrakil parecía estar pensando profundamente, como si tuviera que tomar una decisión importante antes de dar su respuesta. Finalmente, lo hizo, con un tono más sombrío y reflexivo.
—El Purgatorio Eterno... — repitió, como si esa idea fuera mucho más que una simple técnica. —Es un proceso que no solo destruye el alma, sino que la distorsiona, la envuelve en un ciclo interminable de sufrimiento y vacío. Es más que un ataque. Es un borrado de existencia. Para lograrlo, Joel debe conectar su ser con mi poder, alcanzar un estado de fusión. Es ese poder el que le permitirá manipular las almas a su voluntad, pero primero debe aprender a dominarlo sin que lo consuma.
Victor asintió, entendiendo que esto no sería un proceso sencillo. Estaba dispuesto a hacerlo, porque sabía que el poder de Azrakil dentro de Joel podría ser clave en la lucha que estaba por venir. Pero también era consciente de lo peligroso que sería todo esto.
—¿Cómo lo hacemos?— volvió a preguntar, con una mirada fija en el peluche, como si Azrakil estuviera allí, observándolo.
Azrakil se movió levemente dentro del peluche, y su vibración resonó en el aire.
—El entrenamiento será largo y peligroso. El alma es un lugar oscuro y caótico, y aprender a manipularla puede llevarnos a lugares que ni siquiera yo quiero explorar. Pero si Joel tiene lo que se necesita... si es capaz de comprender el equilibrio entre la destrucción y la preservación, entonces lo logrará. El primer paso será enfrentar su propio miedo y su propia ira, porque ese será el combustible necesario para activar el Purgatorio Eterno. Sin ellos, no podemos ni empezar.
Victor miró a Joel, quien descansaba cerca, y suspiró profundamente.
—Entonces vamos a comenzar.
Azrakil dejó escapar un suspiro bajo y casi etéreo.
—De acuerdo. Pero recuerda, Victor... —advirtió Azrakil, con un tono de advertencia—. Una vez que comience el proceso, no habrá vuelta atrás.
Victor suspiró profundamente, mirando el peluche que contenía a Azrakil, mientras procesaba todo lo que acababa de aprender. Sabía que el poder que estaban por desatar era increíble, pero también peligrosísimo. Necesitaba respuestas, algo que solo el arcángel Miguel podría proporcionarle. Sin perder tiempo, cerró los ojos y levantó la mano, invocando a Miguel.
En un parpadeo, el arcángel Miguel apareció frente a él, su presencia resplandeciente y serena. Victor lo miró con determinación.
—Miguel, necesito saber algo importante. —dijo Victor, su tono grave y preocupado.
Miguel asintió, su mirada calmada y atenta.
—¿Qué necesitas, Victor? —preguntó Miguel, notando la seriedad en su voz.
Victor dio un paso hacia adelante, sintiendo el peso de la decisión que estaba por tomar.
—Azrakil me ha hablado sobre el Purgatorio Eterno, y de cómo podría fusionarse completamente con Joel para darle el poder de manipular las almas... —explicó, mirando al suelo un momento antes de continuar. —Pero hay algo que no entiendo. Si Joel comienza este proceso, ¿hay alguna forma de que podamos detenerlo si las cosas se complican? ¿O será un camino sin retorno?
Miguel lo observó en silencio por un momento, su expresión grave pero serena. Sabía que Victor entendía la gravedad de lo que estaba a punto de suceder.
—El Purgatorio Eterno no es algo con lo que se pueda jugar, Victor. —dijo Miguel, su voz suave pero llena de sabiduría. —Una vez que el proceso se inicie, la conexión con las almas es profunda y difícil de deshacer. Azrakil te ha dicho la verdad; una vez que Joel alcance ese poder, el control sobre su alma y la de los demás será casi absoluto. El problema, sin embargo, es que esa clase de poder puede consumirlo completamente si no está preparado.
Victor frunció el ceño, sintiendo la presión de la decisión que tenía en sus manos.
—¿Entonces no hay forma de deshacerlo si las cosas se complican? —insistió Victor, con la preocupación marcando cada palabra.
Miguel suspiró y miró al frente, como si estuviera pesando sus palabras cuidadosamente.
—Existen formas, pero son extremadamente difíciles y arriesgadas. Si Joel no tiene el control adecuado, si no puede manejar la magnitud de ese poder, su alma misma podría desintegrarse. El proceso de liberación o desactivación del Purgatorio Eterno solo puede ser realizado por alguien con un conocimiento profundo del alma... y eso no es algo fácil de encontrar, ni siquiera para un ser como yo.
Victor asimiló las palabras de Miguel, y aunque no le gustaba lo que escuchaba, entendía que no había vuelta atrás. Si Joel iba a caminar por ese sendero, tendrían que estar preparados para lo peor.
—Entonces, ¿cuál es el siguiente paso? —preguntó Victor, con determinación renovada.
Miguel lo miró fijamente, y sus ojos brillaron con una luz suave pero intensa.
—El siguiente paso es simple: entrenar a Joel. Ayudarlo a que se prepare para lo que viene. Pero también debes estar listo para intervenir si las cosas se descontrolan. La línea entre el poder y la destrucción es muy fina.
Victor asintió, consciente de que la responsabilidad recaía sobre sus hombros. Si todo salía mal, sería él quien tendría que hacer lo impensable.
—Gracias, Miguel. —dijo Victor, inclinando ligeramente la cabeza en señal de gratitud.
El arcángel asintió con una ligera sonrisa.
—Confío en que sabrás qué hacer, Victor. Recuerda, no estás solo en esto.
Miguel desapareció en un destello de luz, dejando a Victor con más preguntas que respuestas. Pero al menos ahora sabía lo que tenía que hacer. Si Joel quería aprender a dominar ese poder, tendría que estar preparado para todo lo que viniera, y él estaría allí para asegurarse de que su hija y su compañero no se perdieran en el camino oscuro que estaban por recorrer.
Victor se quedó pensativo por un momento, la inquietud recorriéndole el cuerpo. Sabía que la amenaza de Evil Victor era un peligro que no podía subestimar, pero el Evil Victor del que hablaba ahora no era el de este lugar, sino uno de una línea de tiempo alterna, uno que había logrado tomar el control total del cuerpo de Victor en otra realidad.
Con una mirada decidida, Victor se volvió hacia Miguel, quien había vuelto a aparecer ante él.
—Miguel, necesito que busques a Evil Victor... pero no el de este mundo, el que tomó mi cuerpo en otra línea de tiempo. —dijo Victor, su voz grave pero cargada de urgencia.
Miguel lo observó, entendiendo de inmediato la gravedad de lo que pedía.
—¿Te refieres al Victor de la línea de tiempo donde tu alma fue tomada y él se apoderó de tu cuerpo? —preguntó Miguel, ya sabiendo a quién se refería.
Victor asintió con firmeza, sus ojos mostrando una mezcla de determinación y desesperación.
—Sí. Ese Victor. Necesito que lo encuentres, Miguel. Necesito saber qué está planeando, y si tiene alguna conexión con lo que está sucediendo ahora. Si está tomando fuerza en esa línea de tiempo, podría afectar este mundo también.
Miguel reflexionó un momento, sus ojos brillando con una luz profunda mientras procesaba la solicitud.
—Buscaré esa línea de tiempo y te traeré la información que necesitas, Victor. El Evil Victor de esa realidad no será fácil de encontrar, pero con mi poder, puedo rastrear sus huellas.
Victor asintió en silencio, agradecido por la disposición del arcángel, aunque no podía evitar sentir que cada segundo que pasaba, las sombras de ese enemigo se acercaban más.
—Gracias, Miguel. Necesito saber si hay alguna forma de detenerlo antes de que sea demasiado tarde. Si su poder crece, puede afectar todas las líneas de tiempo, no solo la nuestra.
Miguel hizo una ligera reverencia y asintió solemnemente.
—Lo haré, Victor. Prepárate, porque lo que descubras sobre él podría cambiarlo todo.
Con un destello de luz, el arcángel Miguel desapareció, y Victor se quedó solo con sus pensamientos. Sabía que el tiempo corría y que el poder de Evil Victor no era algo que pudiera ignorarse. Tendría que estar listo para enfrentar lo que viniera, no solo por él mismo, sino por todos los que estaban a su alrededor.
Con una nueva determinación en su corazón, Victor se preparó para lo que estaba por venir, sabiendo que el camino hacia la victoria sería más oscuro y peligroso que nunca.
Evil Victor, en la línea de tiempo número 24, no tenía una piel grisácea, sino que su apariencia era más fiel a la de su versión original, con su piel de tono normal. Sin embargo, la diferencia principal era la intensidad de su mirada y la energía oscura que lo rodeaba. A pesar de tener el mismo cuerpo que Victor, el mal se había apoderado completamente de él, transformando su esencia en algo completamente ajeno al Victor que conocía su familia y amigos.
Este Evil Victor estaba más imponente, con cuatro brazos, que lo hacían aún más aterrador. En su mano derecha, sostenía la Lanza del Caos Eterna, un artefacto antiguo y poderoso capaz de destruir no solo cuerpos, sino también almas y realidades enteras. El poder que emanaba de esta lanza era palpable, y su mirada fija, intensa y fría, reflejaba su dominio sobre esa arma y el caos mismo.
A pesar de sus cambios, no había una distorsión drástica en su físico, más bien se sentía una energía oscura y corrupta que se extendía a su alrededor, como una sombra que envolvía todo lo que tocaba.
Así, con su trono oscuro y la lanza, Evil Victor miraba el horizonte, sabiendo que su destino era forjar el caos en todas las líneas de tiempo y reinar sobre todas las realidades.
El arcángel Miguel descendió de los cielos con una presencia imponente, su energía irradiaba una luz cegadora que contrastaba con la oscuridad que rodeaba el trono de Evil Victor. Su mirada era desafiante, una mezcla de furia y determinación, mientras se acercaba a su enemigo, preparado para confrontarlo. La atmósfera se cargó de tensión, y el suelo tembló levemente bajo sus pies.
Evil Victor, sentado con su lanza en mano, no mostró ni el más mínimo signo de miedo. Al contrario, sus ojos se entrecerraron, observando a Miguel con una calma perturbadora. Aunque el arcángel representaba la luz y la justicia, Evil Victor estaba completamente sumido en la oscuridad, su corazón ya no palpitaba con compasión o amor, solo con pura ambición y poder.
Evil Victor no se inmutó. Con un simple movimiento de su brazo, la Lanza del Caos Eterna brilló con un resplandor rojo intenso, como si la misma oscuridad fuera absorbida por la lanza. "¿Qué esperas, Miguel?" dijo, su voz resonando como un eco profundo y sibilante. "Has venido a desafiarme, pero ¿acaso no te das cuenta de que ya no soy el mismo? ¿Que no soy el Victor que conoces? Yo soy el caos hecho carne, la sombra que devora todas las esperanzas. ¿Realmente crees que tu luz puede hacer algo contra mí?"
El arcángel Miguel, aún firme y con la mirada fija en su enemigo, replicó con una calma de hierro: "El caos solo es un vacío que se alimenta del miedo. Pero nada es eterno, ni siquiera tú. Y si algo he aprendido, es que el mal siempre se consume a sí mismo. No importa cuán fuerte te creas."
Los dos se quedaron en silencio por un momento, la confrontación inevitablemente a punto de estallar. La batalla entre la luz y la oscuridad estaba a punto de comenzar, y las fuerzas que se desplegarían serían más grandes de lo que cualquiera podría imaginar.
Evil Victor se movió con una rapidez aterradora, desafiando toda lógica. En un parpadeo, su Lanza del Caos Eterna atravesó el aire, perforando el brazo derecho de Miguel con una precisión mortal. La lanza se hundió profundamente en su carne celestial, causando una explosión de energía oscura que iluminó brevemente el lugar.
Miguel gritó de dolor, pero su expresión no cambió. A pesar de la herida, su voluntad seguía siendo inquebrantable, su luz interna resplandecía intensamente, como una llama que no podía apagarse. Evil Victor, con una sonrisa macabra, retiró su lanza, observando la herida infligida como si fuera una simple diversión. La sangre celestial de Miguel brillaba de una manera que reflejaba la lucha interna entre la luz y la oscuridad.
"No olvides tu lugar, ser miserable," dijo Evil Victor, con un tono tan frío como el hielo. Su voz estaba cargada de desdén, como si estuviera hablando a una criatura inferior. "Soy el dueño de este destino. Tú, arcángel, no eres nada más que un vestigio de una era que ya ha muerto. El caos que yo traigo es lo único que perdurará. ¿Lo entiendes ahora?"
A pesar del dolor, Miguel se mantenía erguido, su aura de luz brillando más fuerte que nunca, aunque su brazo derecho sangraba y la herida parecía estar comenzando a corroer parte de su ser. "No me subestimes," replicó Miguel, su voz llena de determinación y un rastro de ira. "El caos puede reinar, pero la luz siempre renace. Y yo soy la prueba viviente de ello."
Con una ráfaga de energía celestial, Miguel intentó liberar su brazo de la lanza de Evil Victor, preparándose para una respuesta feroz. La batalla acababa de comenzar, y cada golpe de oscuridad solo alimentaba la fuerza de la luz, aunque de manera peligrosa. La lucha entre estos dos seres colosales se desataría sin piedad, sin importar las consecuencias.
Evil Victor observó con intensidad mientras la energía de Miguel se disipaba en el aire, y con un rápido movimiento de su tercer brazo, desintegró la energía celestial con facilidad, como si fuera nada más que polvo en el viento. Luego, su mirada se volvió aún más penetrante, como si tratara de entender la naturaleza del ser frente a él.
"¿De dónde vienes?" dijo Evil Victor, su voz profunda y cargada de arrogancia. "El Miguel que yo maté... debería estar muerto. No es posible que sigas aquí."
Su tono era desafiante, pero también había una pizca de confusión. Evil Victor había erradicado al arcángel Miguel en su propia línea de tiempo, destruyendo su esencia en la batalla final, o al menos eso creía. La presencia de este Miguel frente a él desafiaba toda lógica, como si un espectro de su pasado estuviera ahora frente a él, intacto.
"No eres el Miguel de mi línea de tiempo," continuó Evil Victor, analizando a su enemigo con ojos calculadores. "Tú eres otro... otro vestigio de un futuro alternativo. ¿Has venido a detenerme?"
La atmósfera entre ellos se volvió aún más densa, cargada de una energía palpable. Miguel, aún en pie a pesar de la herida, lo miró con calma, sus ojos brillando con una determinación inquebrantable.
"No importa cuántas veces me mates," respondió Miguel con una calma serena, "la luz siempre regresa. Siempre existiré para detenerte, incluso en las líneas de tiempo que crees haber destruido."
Evil Victor sonrió, pero era una sonrisa fría y sin alma. "Pues entonces, prepárate. Esta vez no habrá otra oportunidad para ti."
Con un movimiento brutal, levantó su lanza, lista para destruir a Miguel de una vez por todas, mientras la oscuridad del lugar comenzaba a envolverlo por completo, amplificando su poder. La lucha entre estos dos titanes estaba lejos de terminar.
Ambos, Evil Victor y Miguel, se lanzaron hacia el portal con una velocidad descomunal. El aire que los rodeaba se distorsionaba a medida que sus cuerpos atravesaban el espacio-tiempo, el sonido de la brecha dimensional resonando como una tormenta rompiendo el silencio absoluto del vacío.
Evil Victor, con su lanza de caos, estaba decidido a seguir a Miguel hasta su línea de tiempo, a donde su poder podría dominar aún más, donde las leyes del universo podrían ser doblegadas por su voluntad. El portal brillaba con una luz intensa mientras él saltaba tras el arcángel, un rastro de oscuridad dejando huella en el aire.
Por otro lado, Miguel, sabiendo que el enemigo lo seguía, cerró los ojos y apretó los dientes, reconociendo que no podría enfrentarse a Evil Victor en ese instante. Necesitaba llevarlo a su línea de tiempo, donde podría haber una oportunidad real de detenerlo, tal vez con la ayuda de aliados del pasado. Miguel saltó a través del portal, su cuerpo desvaneciéndose momentáneamente mientras la dimensión cambiaba a su alrededor.
Ambos atravesaron el vórtice hacia la línea de tiempo de Miguel, un lugar que era conocido por su estabilidad y la presencia de fuerzas que, aunque poderosas, no podían igualar el caos generado por Evil Victor. Miguel llegó primero, cayendo en un paisaje celestial, lleno de luz y de energía pura, un contraste claro con la oscuridad que perseguía a su enemigo.
Evil Victor aterrizó segundos después con un estruendo, la energía de su lanza golpeando el suelo, creando grietas en la realidad misma. Miró a su alrededor con desdén, sintiendo la atmósfera del lugar, pero sin mostrar miedo. Este era otro mundo, uno que también podía destruir si se lo proponía.
"Bienvenido a mi hogar," dijo Miguel, con una sonrisa segura, su presencia luminosa en medio de la tensión que comenzaba a construirse entre los dos. "Aquí, las reglas son diferentes. Pero no me importa si eres el rey del caos, porque te detendré."
La atmósfera se cargó de una energía estática, como si el mismo tiempo estuviera esperando a ver qué sucedería a continuación. Ambos guerreros, enfrentándose ahora en el corazón de la línea de tiempo de Miguel, sabían que la batalla por la supervivencia y el control del multiverso recién comenzaba.
Victor se colocó en una postura firme, adoptando la forma clásica del Kyokushinkai, su cuerpo estaba listo, su mente enfocada. La tradición de este estilo de combate se reflejaba en su postura sólida, los puños cerrados a la altura de su cintura, sus piernas alineadas en un ángulo preciso, y el peso distribuido de manera que podría responder ante cualquier ataque. Era el arte de la lucha pura, sin adornos ni trucos, solo la fuerza y el control de su propio cuerpo.
A su frente, Evil Victor adoptó una postura diferente, mucho más fluida, fusionando técnicas del karate mixto, una combinación de varios estilos de lucha, rápidos y letales. Su cuerpo se movía con una gracia peligrosa, cada músculo preparado para ejecutar ataques precisos y devastadores. Con la lanza de caos eterna en su mano, una extensión de su propio ser, la entidad maldita parecía estar lista para usar tanto su habilidad marcial como su arma para destrozar a Victor.
El aire entre ellos parecía volverse más espeso, como si los propios elementos se prepararan para la colisión que se avecinaba. El Kyokushinkai de Victor era un estilo de combate directo y poderoso, mientras que el karate mixto de Evil Victor era impredecible, con movimientos rápidos y explosivos que involucraban combinaciones de golpes de puños, patadas y técnicas para desarmar o incapacitar al oponente.
De repente, ambos se lanzaron al ataque.
Victor fue el primero en moverse, utilizando su velocidad y fuerza para golpear rápidamente, sus puños cerrados como martillos, dirigidos directamente hacia Evil Victor. Un gyaku-zuki (puño reverso) se lanzó al rostro de su enemigo, un golpe devastador, seguido de un mawashi geri (patada circular) a la cabeza.
Evil Victor, con su estilo más fluido, esquivó el primer golpe con un giro lateral, moviéndose rápidamente hacia la izquierda para evadir la patada, y en un instante, estaba detrás de Victor, lanzando un uraken (golpe de reverso de puño) al costado de su torso. Su lanza brilló en el aire como una extensión de su propia voluntad, y con una rapidez mortal, trató de perforar a Victor por la espalda.
Pero Victor era imparable. Con una rápida gedan-barai (barrido hacia abajo) de su brazo, bloqueó el ataque de Evil Victor, desarmando momentáneamente la lanza. Aprovechando la apertura, Victor contraatacó con un kizami-zuki (golpe rápido de puño) dirigido al rostro, pero Evil Victor respondió con una patada en torno hacia las piernas de Victor, intentando derribarlo.
Los dos se enfrentaban en una danza de poder, velocidad y técnica pura, cada golpe, cada bloqueo y cada movimiento una muestra de habilidad y determinación. La energía entre ellos se acumulaba, haciendo que el aire pareciera vibrar con cada intercambio.
Victor entendía que la lucha no solo era física, sino también una batalla mental. Cada movimiento de Evil Victor era impredecible, y aunque sus ataques eran letales, Victor no iba a ceder. En el fondo de su mente, las palabras de Miguel y la presión de proteger a sus seres queridos lo mantenían firme.
La batalla no sería fácil, pero Victor sabía que su determinación era la clave para vencer a este mal, y con cada técnica que ejecutaba, el fuego de su voluntad ardía más fuerte.
En medio de la feroz batalla entre Victor y Evil Victor, un portal dimensional se abre repentinamente, interrumpiendo el flujo de la lucha. De él emergen Joel, Jonathan, y Gaby, quienes se posicionan rápidamente al lado de Victor. El aire a su alrededor parece vibrar por la energía acumulada, pero el momento es breve, y en seguida, todos se preparan para lo que está por venir.
Joel, aún recuperándose de sus heridas, se encuentra con una mirada decidida, su energía oscura corriendo por su cuerpo mientras observa a Evil Victor. No parece impresionado, sino más bien enfadado, recordando todo lo que este ser ha hecho.
Jonathan, el más joven, se pone en guardia con rapidez, su cuerpo tenso, pero su mirada llena de determinación. Sabía que no podían quedarse atrás en esta lucha, incluso si la tarea parecía imposible.
Gaby, al lado de Victor, observa con atención, lista para apoyar a su padre, aunque sus sentimientos son mixtos. Por un lado, está al lado de Victor luchando contra este monstruo, pero por otro, la presencia de Evil Victor le recuerda la oscuridad que había acechado a su familia. Su rostro muestra una mezcla de furia y concentración.
Victor, al ver a sus compañeros llegar, asiente con firmeza, agradecido de no estar solo en esta lucha. Sabía que este enfrentamiento sería crucial, no solo para ellos, sino para proteger a todo lo que amaban.
"Bienvenidos, parece que esta fiesta acaba de comenzar", dice Victor, mirando a Evil Victor con una sonrisa fría. "Ahora tengo compañía."
Evil Victor, al notar la llegada de los demás, susurra con una voz cargada de desdén, su mirada fija en ellos. "Tantas personas para caer en el mismo destino. Todos ustedes, en un solo golpe, serán borrados del mapa."
Con un giro de su muñeca, Evil Victor invoca su lanza de caos eterna, la cual brilla con una energía oscura que parece absorber la luz misma. Su postura cambia, ahora mucho más calculadora, preparando un ataque aún más destructivo.
Victor se adelanta, con la misma determinación en sus ojos. "¡No tan rápido!" Y antes de que Evil Victor pueda moverse, Jonathan y Joel lanzan sus ataques de apoyo al unísono, Jonathan liberando una poderosa onda de energía desde sus manos, y Joel utilizando su poder para desatar una tormenta oscura que rodea al enemigo.
Gaby, aprovechando el momento, se lanza al ataque con una patada voladora seguida de un puño cargado de energía hacia la espalda de Evil Victor, tratando de desestabilizarlo.
El conflicto se intensifica a medida que los tres luchadores se unen a Victor, cada uno utilizando sus habilidades y fuerzas para desafiar al enemigo común, pero Evil Victor no se detiene. Sabe que este es solo el comienzo y que debe aplastar a todos lo más rápido posible.
La batalla ahora es de fuerzas descomunales, y el destino de todos ellos está más en juego que nunca.
La atmósfera se vuelve densa, cargada con una energía oscura que amenaza con devorar todo a su paso. Victor y Evil Victor adoptan posturas similares, alineando sus dedos en el mismo gesto. Un silencio pesado se apodera de la escena antes de que ambos pronuncien sus poderosas habilidades.
"Infernal Eternal", dice Victor con voz firme, liberando un vórtice de energía oscura y roja que comienza a envolverlo, intensificándose a medida que se canaliza.
"Caos Eterno", responde Evil Victor, con una sonrisa maliciosa, mientras la energía negra que emana de su ser se expandía, como si fuera una manifestación de su propio dominio sobre el caos. Su poder parece engullir toda la luz a su alrededor, dejando una sensación de vacío absoluto.
Antes de que alguien pueda reaccionar, la energía de ambos se colisiona y se fusiona, creando una distorsión dimensional que arrastra a todos hacia una nueva realidad, una dimensión combinada de cortes, un lugar distorsionado, lleno de heridas abiertas en el espacio y el tiempo. Cada paso que dan parece destrozar la estructura de la propia realidad, con grietas que parecen tragarse todo a su paso. Los colores se mezclan en una amalgama infernal, y el aire está cargado con un zumbido pesado.
La dimensión del caos eterno es un laberinto de cortes dimensionales, donde las leyes de la física y el tiempo se disuelven. Victor y sus aliados, en su intento por adaptarse, sienten el peso de esta nueva realidad. Las heridas, las distorsiones, los cortes dimensionales son más peligrosos para ellos, su cuerpo parece ser desgarrado por las mismas fuerzas que deberían estar atacando a Evil Victor.
Victor se siente más vulnerable que nunca, mientras el caos eterno de Evil Victor se perfecciona en esta dimensión. Evil Victor, aparentemente en su elemento, camina sin esfuerzo, como si el caos fuera su hogar. Él observa a sus enemigos, disfrutando de cada momento de angustia que provoca.
"¿Creíste que podrías derrotarme con esa energía inútil?", dice Evil Victor, su voz resonando en las grietas de la dimensión. "Este es mi terreno. Aquí, tú y tus aliados no tienen ninguna oportunidad."
A su alrededor, los cortes dimensionales avanzan, cortando el espacio y el tiempo, separando a Victor, Joel, Gaby y Jonathan en distintas ubicaciones de la dimensión. Cada uno de ellos se enfrenta a un desafío diferente, luchando por mantenerse firmes en una realidad que se retuerce y cambia constantemente.
Victor, con la mirada llena de furia, se recompone y se prepara para luchar contra las distorsiones. "Este no es tu fin", murmura, con la determinación que solo él posee. "Te haré pagar por todo lo que has hecho."
Joel, sintiendo que el poder de Evil Victor está en su apogeo, libera una oscura energía que intenta estabilizar su cuerpo, pero la dimensión misma parece absorberla. Gaby, con su energía aún intacta, comienza a moverse rápidamente entre las grietas, buscando a Victor y tratando de reunir fuerzas.
Jonathan no se queda atrás, utilizando sus reflejos mejorados para esquivar los cortes que intentan alcanzarlo. En su interior, una energía crece, pero aún no sabe si es suficiente para enfrentar la magnitud de lo que está ocurriendo.
El caos eterno de Evil Victor ha llegado a su punto máximo, y la lucha por sobrevivir es ahora más crucial que nunca. ¿Podrán Victor y sus aliados encontrar una manera de revertir la distorsión? ¿O caerán en la oscuridad del caos eterno, como está dispuesto Evil Victor a hacerles?
La dimensión comienza a temblar violentamente, como si estuviera a punto de desmoronarse completamente bajo la intensidad del choque entre Victor y Evil Victor. Victor, herido pero con una determinación inquebrantable, tensa sus músculos y, con un rápido movimiento, se teletransporta hacia el frente de Evil Victor, preparando un golpe devastador dirigido al pecho de su enemigo.
Sin embargo, cuando Victor impacta, Evil Victor se muestra completamente inmune. El golpe de Victor es detenido por una barrera invisible, como si la propia dimensión se hubiera alineado para proteger a su creador. Evil Victor sonríe de forma arrogante, con los ojos brillando con malicia.
"Lo sabía", murmura Evil Victor mientras su mano se alza con una facilidad aterradora, bloqueando el ataque. "Este caos eterno es mi dominio. Tus esfuerzos son inútiles."
De repente, la dimensión comienza a crujir, como si estuviera a punto de romperse por completo debido a la inmensa energía de la batalla. Victor siente una presión insoportable en su cuerpo, pero no tiene tiempo para reaccionar. La distorsión alcanza su punto crítico, y con un estruendo ensordecedor, la dimensión combinada de cortes comienza a colapsar.
Una onda de energía devastadora estalla desde el centro del combate, expulsando a todos los presentes fuera de la dimensión. Victor, Evil Victor, Joel, Gaby, Jonathan y los demás son lanzados a través del espacio, sus cuerpos siendo arrastrados por la fuerza del impacto.
El caos se apodera del lugar mientras todos se encuentran atrapados en un remolino de energía y oscuridad, siendo expulsados de la dimensión rota. En un abrir y cerrar de ojos, el vacío de la distorsión los envuelve, dejando a cada uno disperso en diferentes puntos del espacio-tiempo.
Victor aterriza con un fuerte golpe en el suelo, sus heridas amplificadas por el impacto. El caos eterno se ha desvanecido, pero la amenaza de Evil Victor sigue latente. Victor lucha por ponerse de pie, respirando con dificultad.
"Este no es el final, Evil Victor", murmura Victor entre jadeos. "Te voy a detener, cueste lo que cueste."
Mientras tanto, Evil Victor también ha sido arrojado fuera de la dimensión, pero su sonrisa arrogante no ha desaparecido. A pesar del caos, sabe que este enfrentamiento aún no ha terminado.
Gaby, Joel, y Jonathan se encuentran a su alrededor, todos dispersos pero todavía conscientes. La batalla ha dejado sus marcas, pero la lucha por detener a Evil Victor está lejos de concluir. La guerra entre la luz y la oscuridad sigue siendo inminente, y mientras el polvo se asienta, todos saben que la verdadera prueba está por venir.
Joel, con su cuerpo marcado por las heridas pero impulsado por la energía de Azrakil, se levanta con determinación. Su transformación es impresionante: su pelo se vuelve rojo, y sus ojos grises brillan con la intensidad de un poder recién desatado. Un aura de energía oscura y cósmica lo rodea mientras se prepara para lanzar su ataque más poderoso.
Con un grito de desafío, Joel coloca sus manos combinadas frente a él y dice, con firmeza:
"Pulso de Quásar."
La energía que canaliza es colosal. Joel ha liberado la fuerza de un quásar, el fenómeno más brillante y destructivo del universo. El aire alrededor de él comienza a vibrar, y una explosión de energía cósmica es liberada con una potencia devastadora. La onda de energía surge con tal intensidad que la materia misma se disuelve, y el espacio-tiempo se distorsiona a su alrededor, generando deformaciones gravitacionales y distorsiones temporales que hacen que la realidad misma tiemble.
La explosión impacta de lleno en Evil Victor, que apenas tiene tiempo de reaccionar. Aunque se cubre rápidamente con una barrera de energía, la fuerza del pulso lo lanza hacia atrás, dejándolo herido. Su armadura parece quebrarse por un momento, y el daño es considerable. Sin embargo, su capacidad para regenerarse es igualmente impresionante. Con un gesto, Evil Victor utiliza su poder para sanar sus heridas rápidamente, restaurando su cuerpo a su estado original.
Con una risa arrogante, Evil Victor se reincorpora. Aunque dañado, no está derrotado. La regeneración de Evil Victor parece casi infinita, pero la ira en su rostro ahora se mezcla con la sorpresa, pues nunca antes había experimentado un ataque de tal magnitud.
"Impresionante, pero no suficiente", dice Evil Victor, observando a Joel con una mirada de desprecio, mientras su risa se apaga lentamente. "Tu poder es fuerte, pero nada comparado con lo que soy capaz de hacer. Te voy a enseñar lo que significa ser el dios del caos eterno."
La batalla ha alcanzado un punto de no retorno. Joel y Evil Victor se miran, sabiendo que este enfrentamiento podría decidir el futuro de todos los que están involucrados. Victor, Gaby, y los demás observan desde la distancia, sabiendo que el resultado de este combate podría ser la clave para salvar o destruir todo lo que conocen.
Evil Victor se desplaza con rapidez, aprovechando la apertura que Joel ofrece. Con un movimiento fluido y casi imperceptible, desata un corte invisible que atraviesa el pecho de Joel de manera letal. La espada de Evil Victor no se ve, pero el daño es inmediato. Joel siente la sensación de la espada cortando a través de su carne, pero no hay filo visible; es un corte tan preciso que parece casi sobrenatural. La herida es profunda, con la carne abierta, pero lo que realmente marca la gravedad del ataque es la ausencia de dolor físico inmediato, pues el daño es tan preciso que corta más allá de lo visible.
Evil Victor, al ver la apertura, da un salto hacia atrás y rápidamente ejecuta otro corte invisible, dirigido a la mejilla de Joel. El filo no se ve, pero la herida es igual de cruel, dejando una cicatriz profunda en el rostro de Joel. La sangre comienza a brotar de su mejilla, pero Joel, a pesar de las heridas, se mantiene de pie.
Con fuerza de voluntad y pura determinación, Joel se recupera y se pone en pie, a pesar de las graves lesiones. Su puño brilla con una energía cósmica y celestial, el poder de Azrakil comenzando a tomar control. Su voz, aunque rasposa por el dolor, resuena:
"Purgatorio eterno," dice Joel, concentrando toda su energía en un solo golpe.
"Purgatorio conceptual," grita, mientras la distorsión en el espacio-tiempo se hace evidente a su alrededor.
Con un rugido de poder, Joel lanza su puño hacia Evil Victor, y el impacto es absolutamente devastador. El corte invisible que había deshecho a Joel se encuentra con la explosión cósmica generada por el puño de Joel. El choque entre las energías es titánico, y la energía cósmica no solo destruye la materia de Evil Victor, sino que se adentra en su alma misma.
Un fuego verde arde a través de la zona dañada, y el alma de Evil Victor comienza a ser consumida. El daño a su ser espiritual es irreparable, un golpe que no puede regenerar ni sanar, dejando su esencia marcada por el purgatorio eterno. El fuego verde consume su alma, el daño es tan profundo que ya no puede hacer nada para escapar de su destino.
Evil Victor, lanzado hacia atrás por el impacto, apenas puede mantenerse en pie, su cuerpo y alma en agonía. El dolor espiritual es palpable, y su arrogancia se convierte en desesperación.
"No... esto no es posible... No puedo... ser destruido..." balbucea, mientras su cuerpo se desintegra, su alma atrapada en el purgatorio eterno.
Joel, aunque herido, se mantiene firme, su respiración difícil, pero el sentimiento de victoria lo envuelve. Gaby, Victor, y los demás observan en silencio, sabiendo que la batalla ha llegado a su fin. Pero el precio que Joel ha pagado por su victoria es alto, y aún queda mucho por enfrentar.
Evil Victor, furioso y decidido a no ser derrotado tan fácilmente, se levanta con ira desbordante. Su cuerpo se mueve con increíble rapidez, como una sombra, y en un instante, la lanza del caos eterno aparece en sus manos, brillando con una energía oscura. Con una fuerza sobrenatural, comienza a usar la lanza con gran destreza, haciendo cortes rápidos y certeros que desgarran la piel de Joel. Cada golpe es como un relámpago, y la lanza corta a través de la carne de Joel con una precisión mortal.
Joel, debilitado y herido por las anteriores heridas, intenta defenderse, pero el ataque de Evil Victor es imparable. La lanza corta su torso, dejando heridas profundas, la sangre brota de su cuerpo. Pero Evil Victor no se detiene. En un abrir y cerrar de ojos, apunta con su mano, y con una explosión de energía oscura, lanza cortes profundos que atraviesan el pecho de Joel, desmembrando músculos y tendones en su interior. El dolor es insoportable, pero Joel intenta mantenerse de pie, aferrándose a su voluntad.
Luego, con un movimiento brutal, Evil Victor da un golpe directo a la pierna de Joel, perforando su tendón. El sonido desgarrador del golpe es inconfundible, y Joel siente como si su pierna fuera aplastada por un martillo. La pierna queda inutilizada, el tendón roto, y Joel cae de rodillas, su resistencia disminuida por el dolor que ahora consume su cuerpo.
Evil Victor se acerca, con una sonrisa cruel y victoriosa, disfrutando del sufrimiento de su oponente. "Es inútil, Joel... ya no tienes fuerzas para seguir." Su voz es un susurro, pero está lleno de arrogancia.
Joel, cubierto de heridas y con su cuerpo al límite, respira con dificultad. El dolor en su pierna es agónico, pero su determinación no se quiebra. Aunque el corte en su pecho lo deja débil y vulnerable, su mente sigue en pie. Sabe que la batalla aún no ha terminado.
Con un último esfuerzo, Joel cierra los ojos y recuerda el entrenamiento que recibió, el poder que Azrakil le otorgó, la energía cósmica que corre por sus venas. No puede rendirse ahora.
A pesar de estar gravemente herido, Joel se concentra, canalizando toda su energía en su alma y su poder. Aunque el dolor es casi insoportable, Joel sabe que solo tiene una oportunidad más. El poder de la energía cósmica comienza a brillar en sus ojos, sus manos empiezan a brillar con la luz de un quásar, y el purgatorio eterno comienza a despertar nuevamente.
El fuego verde de su puño comienza a formarse, mientras Evil Victor observa en silencio, sabiendo que su adversario aún tiene un as bajo la manga. Joel lanza su último ataque con el poder de un quásar, esperando que sea suficiente para detener a Evil Victor de una vez por todas.
Joel, a pesar de las graves heridas y el dolor abrumador, se levanta con determinación. Su cuerpo está lleno de cicatrices, pero su voluntad sigue intacta. Aprovechando los restos del poder de Azrakil, Joel concentra su energía en las áreas más críticas de su cuerpo, regenerando las partes más importantes como su pecho y su pierna, aunque las heridas en su torso y tendón siguen presentes. La regeneración no es perfecta, pero es suficiente para que Joel se ponga de pie nuevamente, demostrando su resistencia inquebrantable.
Con los ojos llenos de furia y concentración, Joel activa nuevamente el purgatorio conceptual. La energía verde comienza a envolver su brazo mientras lanza un golpe directo a las costillas de Evil Victor. El impacto es devastador. Un fuego verde sale de la zona impactada, mientras las costillas de Evil Victor se rompen y la energía cósmica empieza a dañar su cuerpo de manera brutal.
Pero Joel no se detiene. Con fuerza y precisión, repite el ataque, golpeando la otra parte de las costillas de Evil Victor. El poder del purgatorio conceptual sigue arrasando, desintegrando las estructuras internas de su enemigo. La energía cósmica sigue propagándose a través de su cuerpo, dejando una marca de fuego verde en cada parte que toca.
Evil Victor, aunque se regenera rápidamente, no puede evitar la sensación de que su cuerpo está comenzando a fallar. Los ataques de Joel son cada vez más certeros, y aunque su cuerpo se cura rápidamente, la energía cósmica le está causando un daño irreversible en su alma. Las costillas de Evil Victor están ahora gravemente deterioradas por los ataques, y su rostro muestra una mueca de dolor.
Joel, a pesar de la extenuación, sonríe con la satisfacción de haber golpeado a su enemigo donde más le duele, aunque sabe que no será suficiente para derrotarlo de inmediato. El ataque a la alma de Evil Victor ha comenzado, pero aún le queda mucho por hacer. El purgatorio conceptual sigue siendo su única esperanza de dañar permanentemente a su enemigo.
Este es el momento donde Joel hace un último esfuerzo, desesperado pero decidido a acabar con el caos que Evil Victor ha traído consigo.
Yekun, el dios ángel caído de la adaptabilidad, con sus ojos brillando con una intensidad oscura, fija su mirada en Victor, no en Evil Victor. La invocación no era solo para enfrentar a Evil Victor, sino también para ejecutar una venganza personal contra Victor, quien, en su tiempo, fue responsable de la caída de Yekun y su transformación en un ángel caído.
Con una rapidez abrumadora, Yekun se teletransporta y aparece frente a Victor, su cuerpo cambiando y adaptándose al entorno, lo que lo hace casi impredecible. Lucifer, quien está a la par de Evil Victor, parece confuso por un momento, al no entender la verdadera intención de Yekun. Sin embargo, Yekun lanza un golpe devastador hacia Victor, desintegrando todo a su paso.
Lucifer, al ver que Yekun ahora es la verdadera amenaza, se da cuenta de que la prioridad de esta batalla ha cambiado y se prepara para intervenir. Evil Victor, por otro lado, observa la escena, pero no puede evitar sentir una mezcla de satisfacción y enojo, pues su poder aún se ve amenazado por estos dos poderosos seres caídos.
Victor, al sentir la energía inhumana de Yekun, reacciona rápidamente. Con su experiencia en combate, se teletransporta para esquivar el golpe de Yekun y en su lugar, lanza un puño cargado de energía cósmica hacia el ángel caído, esperando que esta maniobra le dé tiempo para ganar terreno.
La batalla se vuelve aún más impredecible, con Yekun enfocado en eliminar a Victor mientras Lucifer evalúa si intervenir o no. Joel, consciente de que esta pelea podría irse completamente de control, también se prepara, pero sabe que no puede bajar la guardia.
Joel, con la furia de la batalla en su cuerpo, se prepara para atacar a Lucifer. Sin embargo, Lucifer, con su experiencia y poder sobrehumano, anticipa el movimiento y, con una rapidez letal, lanza un corte vertical desde su mano, cuya piel gruesa y afilada como una espada corta a través de Joel, dejando una herida profunda en su pecho.
El corte es tan preciso que Joel no tiene tiempo de reaccionar completamente antes de sentir la dolorosa herida. Retrocede, gruñendo de dolor, y mira cómo la sangre brota de la herida. La piel rasgada parece casi imparable. Se toma un momento para respirar profundamente, intentando mantener el control sobre su cuerpo y su mente.
Lucifer, al ver la herida que infligió, sonríe con una mezcla de desdén y satisfacción. Su poder sigue siendo abrumador, y no tiene intención de detenerse. "¿Creíste que podrías vencerme?" dice con voz profunda y resonante, su presencia llenando la atmósfera.
Joel, aunque herido, se niega a rendirse. Con un esfuerzo sobrehumano, se recarga en su pierna y, con una expresión de pura determinación, prepara un ataque devastador. El purgatorio conceptual comienza a brillar en su puño, listo para atacar de nuevo, a pesar del dolor punzante.
Victor, desde su posición, ve a Joel herido pero luchando, mientras Lucifer parece disfrutar de cada segundo de la pelea. Con la situación volviendo a un punto crítico, sabe que cada segundo cuenta para mantener a sus aliados con vida y ganar esta pelea.
La batalla toma un giro aún más oscuro mientras las fuerzas cósmicas y el poder de los ángeles caídos se desatan en una danza mortal.
El arcángel Miguel, con un movimiento vertiginoso, se lanza al combate contra Evil Victor. Aprovechando su agilidad y velocidad sobrehumana, Miguel ejecuta una patada fulminante que lanza a Evil Victor directamente hacia una montaña cercana. La explosión del impacto resuena en todo el terreno, dejando un cráter masivo en el lugar donde Evil Victor cae.
A pesar de ser enviado tan lejos, Evil Victor no muestra ni el más mínimo signo de incomodidad. Sonríe de manera arrogante mientras se levanta, moviendo sus dedos y manos en una posicion exacta, creando una red mortal de cortes invisibles. Con un solo movimiento, Evil Victor lanza un corte devastador en cuatro direcciones: vertical, horizontal, arriba y abajo. Esta red de cortes es casi imposible de ver, pero su presencia se siente como una amenaza mortal.
Miguel, con su gran resistencia, reacciona en fracción de segundo. Protege todo su cuerpo, creando una barrera de energía celestial que intenta bloquear la red de cortes. La onda de energía chocó contra la red invisible de Evil Victor, destruyendo la mayoría de los cortes. Sin embargo, la potencia de la técnica es tan grande que algunos de los cortes atraviesan la barrera y atraviesan el cuerpo de Miguel, dejándolo gravemente herido.
A pesar del daño, Miguel no se detiene. Con su regeneración rápida y su voluntad inquebrantable, se recupera casi de inmediato, su cuerpo brillante y lleno de energía celestial. Empuña su espada con fuerza renovada, la hoja resplandece como una estrella en la oscuridad. Miguel no pierde tiempo y, con gran furia, comienza a desatar cortes a través de la montaña, destruyéndola y causando explosiones masivas en el proceso. La tierra tiembla mientras los cortes divinos de Miguel cortan a través de la roca, arrasando con todo lo que encuentran a su paso.
Evil Victor, sin embargo, se adapta rápidamente a los movimientos de Miguel y sonríe de manera retorcida. "No es suficiente", murmura para sí mismo, mientras sus ojos se llenan de malicia. La batalla está lejos de terminar, y ambos luchadores siguen con una determinación feroz, cada uno buscando la oportunidad de destruir al otro en este épico enfrentamiento.
Gaby, con su valentía inquebrantable, decide intervenir para ayudar a Miguel. Viendo que la situación se torna cada vez más peligrosa, se lanza hacia Evil Victor con toda su fuerza, pero Evil Victor, con su precisión mortal y su velocidad inhumana, no tarda en reaccionar. Con un movimiento casi imperceptible, lanza un corte invisible que atraviesa el aire, cortando una pierna de Gaby de manera limpia y precisa. Gaby cae al suelo, dejando escapar un grito de dolor, mientras observa la severidad de su herida. El sangre brota de la herida, pero ella se mantiene consciente, luchando contra el dolor con su voluntad.
Miguel, viendo a Gaby caer, se enfurece. Sin embargo, antes de que pueda reaccionar, Evil Victor aprovecha la oportunidad. Con una velocidad asombrosa, lanza un golpe directo al estómago de Miguel, perforando su cuerpo y enviándolo volando al aire como un ragdoll. El impacto es brutal, y Miguel queda suspendido en el aire, luchando por recuperar el control.
Pero Evil Victor no se detiene ahí. En un movimiento calculado, apunta sus manos hacia el cielo y desata un blaster solar. Una explosión de energía cósmica pura llena el espacio, golpeando a Miguel de lleno, enviándolo a través de vástagos de dimensiones y universos, rebotando entre varios planetas antes de finalmente estrellarse contra el vacío del espacio. El impacto es tan devastador que Miguel queda fuera de vista, herido y perdido entre las galaxias.
Evil Victor sonríe con arrogancia, satisfecho con el resultado de su ataque. "Ni el arcángel puede resistir mi poder", dice con voz fría y despreciativa, mientras observa a Gaby, todavía tirada en el suelo, sufriendo la grave herida en su pierna. El ambiente está cargado de tensión, mientras las fuerzas del mal siguen imponiendo su dominio, dejando atrás un rastro de destrucción y desesperación.
Evil Victor observa con una sonrisa de satisfacción mientras Joel y Victor luchan contra sus bestias invocadas. La escena es caótica: las bestias que ha conjurado son monstruos imponentes, deformados por el caos y la maldad, capaces de causar estragos con solo moverse. Se retuercen y rugen, luchando ferozmente contra los dos, que están dando todo de sí para mantenerse en pie.
Joel, aún gravemente herido, se esfuerza por concentrarse. Su energía de azrakil brilla con intensidad, y su forma se llena de poder, pero la fatiga lo acecha. La piel de las bestias es dura, casi impenetrable, y sus ataques son brutales, cada golpe deja a Joel tambaleando. A pesar de su determinación, cada vez le resulta más difícil mantenerse firme.
Victor, por su parte, utiliza sus habilidades de combate avanzadas y sus estrategias tácticas. La energía cósmica lo envuelve mientras lanza puñetazos y patadas a las criaturas, desintegrándolas parcialmente en cada golpe. Sin embargo, las bestias parecen regenerarse rápidamente, como si nunca pudieran ser completamente detenidas.
Evil Victor se cruza de brazos, observando con calma, sabiendo que este enfrentamiento es solo una muestra del poder absoluto que posee. Él los observa con desdén, disfrutando el espectáculo de cómo Joel y Victor luchan por sus vidas, mientras él sigue siendo el maestro del caos. Cada movimiento que hacen es predecible, cada estrategia que intentan es ineficaz.
"¿De verdad creían que podían ganarme?" murmura Evil Victor, su voz llena de una soberana arrogancia. "Pelean como simples mortales, sin comprender el verdadero poder que yace en el caos."
Victor y Joel, a pesar de su resistencia, se sienten sobrepasados. Cada momento que pasa, las bestias de Evil Victor parecen más poderosas, y la desesperación crece. Sin embargo, la lucha no ha terminado. Aunque todo parece perdido, el espíritu de lucha de los dos sigue intacto.
Joel, reuniendo todo su poder restante, lanza una explosión de Big Bang en una línea recta. La energía cósmica se libera con tal intensidad que Lucifer no tiene tiempo de reaccionar. La explosión envuelve por completo al ángel caído, desintegrando su cuerpo en una ráfaga de energía pura, dejando solo el vacío donde alguna vez estuvo. La destrucción es total, su presencia borrada del campo de batalla.
Aprovechando el caos, Victor no pierde tiempo. En un giro rápido, canaliza su blaster solar final, una técnica que concentró toda su energía cósmica en un solo disparo devastador. La explosión de luz arde con un brillo cegador, impactando directamente contra Yekun. El dios ángel caído no tiene forma de escapar y es completamente arrasado por la intensidad del ataque, su cuerpo y alma desintegrados por la fuerza de la explosión.
Con ambos enemigos caídos, Victor y Joel no pierden ni un segundo. Sabían que la batalla no había terminado, y que Gaby, su aliada y compañera, estaba aún en peligro. Con rapidez y determinación, ambos se dirigen hacia Gaby, que yacía herida por los ataques previos de Evil Victor.
Al llegar junto a ella, Joel se agacha, preocupándose por su estado, mientras Victor lanza una mirada feroz a Evil Victor, que aún permanece en pie, observando a los dos con una sonrisa macabra.
"Este no es el final," dice Evil Victor, su voz llena de veneno. "Aún no han visto todo lo que soy capaz de hacer."
Victor y Joel, exhaustos pero decididos, se preparan para lo que parece ser la última fase de esta guerra interminable, mientras intentan salvar a Gaby y detener a Evil Victor de una vez por todas. La batalla por el futuro continúa, pero los héroes no están dispuestos a rendirse.
El aire se congela por un instante, y el sonido del corte resuena como un estrépito mortal. Evil Victor, con una mirada fría, lanza un corte en línea vertical con tal velocidad y precisión que Joel no tiene tiempo de reaccionar. El filo invisible de su arma atraviesa su cuerpo, desmembrando a Joel en un solo movimiento brutal.
Victor, con un reflejo protector, se agacha rápidamente sobre Gaby, cubriéndola con su propio cuerpo para evitar que ella también sea alcanzada. Sin embargo, el corte de Evil Victor no deja margen para esperanza. Los brazos de Joel caen al suelo de inmediato, y su torso se divide cruelmente en dos. La columna vertebral se parte con una precisión mortífera, separando las partes de su cuerpo, dejando su torso levantado hacia el cielo, mientras las piernas caen de lado.
El golpe es tan devastador que Joel apenas tiene tiempo de hacer una última exhalación, escupiendo sangre mientras el dolor de la herida es instantáneo. El campo de batalla se torna en un horrendo silencio mientras su cuerpo queda destrozado, su vida desvaneciéndose rápidamente.
Victor, con el corazón destrozado por lo que acaba de ver, levanta la vista hacia Evil Victor, quien sonríe con una satisfacción macabra. El villano no muestra remordimiento, solo una frialdad total mientras observa la muerte de Joel.
"Un sacrificio sin valor," dice Evil Victor, con su voz impregnada de desprecio. "Solo una pieza más en el tablero."
La ira de Victor alcanza niveles insostenibles. El fuego de la venganza quema en su interior, pero sabe que el tiempo para lamentarse ha terminado. Con Gaby todavía bajo su protección, se levanta lentamente, el dolor en su pecho palpable. La batalle se intensifica y el destino de todos pende de un hilo.
El dolor y la ira se mezclan en el aire. Victor se levanta lentamente, sus músculos tensos, cada fibra de su ser ardiendo con furia. Evil Victor, viendo la reacción de su oponente, se mantiene quieto, disfrutando del sufrimiento que ha causado.
Gaby, con los ojos llenos de lágrimas y un grito de desesperación, se abalanza sobre el cuerpo de Joel, su rostro contorsionado por el dolor. Su alma está rota, pero en su mente, la culpa comienza a cobrar forma. Ella voltea a mirar a Victor, el dolor transformándose en rabia.
"¡¡Es tu culpa!! ¡¡Todo esto es tu culpa!!" Gaby grita, su voz quebrada y llena de resentimiento. Las lágrimas caen sin cesar mientras señala a Victor, culpándolo por la muerte de su pareja. Su dolor se convierte en odio, y no puede contener la furia que siente al ver a Joel tan brutalmente destruido.
Victor, parado frente a ella, sabe que las palabras no pueden mitigar lo que acaba de suceder. Su corazón late con fuerza en su pecho, el arrepentimiento lo consume, pero al mismo tiempo, la rabia por lo que ha hecho Evil Victor lo impulsa hacia adelante.
"No, Gaby… no fue mi culpa…" dice, su voz dura pero llena de pesar. Él también sufre, pero su deseo de vengar a Joel lo lleva a avanzar sin importar el peso de las palabras que puedan lanzarse hacia él.
Evil Victor, observando la escena, sonríe fríamente ante la división que ha causado, disfrutando de cada momento de desesperación. "¿Te duele, Victor?" se burla. "¿Vas a seguir buscando venganza por alguien que ya no importa? Todo es parte del juego."
Victor, sin tomar en cuenta las palabras de Evil Victor, se pone en posición de combate, sus ojos ardiendo de furia. Ya no hay marcha atrás. El dolor de Gaby y la muerte de Joel lo han marcado para siempre, pero este combate es lo único que importa ahora. Su único objetivo es la destrucción de Evil Victor, y nada lo detendrá, ni siquiera el sufrimiento de Gaby.
Victor, completamente consumido por la furia y el dolor, deja que sus sentimientos se disipen en el aire. Ya no hay lugar para la duda, el arrepentimiento o el remordimiento. Solo queda la ira, la desesperación, y el deseo de venganza.
Con una respiración profunda, Victor activa la "Ira Dansandankai" a nivel dos. El fuego morado comienza a rodear su cuerpo mientras la energía se intensifica, sus músculos se expanden, y su poder se eleva a niveles inimaginables. El campo de fuerza que crea a su alrededor parece distorsionar el espacio mismo, el tiempo se ralentiza a medida que su energía comienza a consumir todo a su alrededor.
Pero eso no es todo. En su interior, la omnipotencia comienza a despertar. El "Omni-Yadaratman" surge, una transformación definitiva, el regreso de Victor, el genocida de hace años. El poder que ha sido sellado en su alma, el mismo que le permitió destruir planetas y devastar mundos, comienza a salir en oleadas. La energía que emana de él es pura destrucción, capaz de desintegrar cualquier cosa que toque.
Sus ojos se vuelven completamente blancos, la luz de su furia irradia en todas direcciones, y su cuerpo comienza a brillar con una intensidad cegadora. El aire tiembla, y el ambiente mismo parece reaccionar al regreso del monstruo que fue, el ser imparable que había causado caos en su tiempo.
El mundo parece temblar a su alrededor, ya no queda espacio para la duda ni la vacilación. Evil Victor, al ver la transformación de Victor, se detiene un momento, su sonrisa desapareciendo ante la magnitud del poder que su enemigo ha alcanzado.
"Ahora soy el mismo monstruo que fui hace años", Victor murmura, su voz un susurro cargado de intensidad. "No habrá piedad. No habrá redención. Solo destrucción."
Gaby, aún atrapada entre la furia y la desesperación, observa la transformación de Victor, sin saber si sentir alivio, miedo o desesperación. Victor ya no es el hombre que conoció, se ha convertido en una fuerza destructiva, un ser cuyo único objetivo es la aniquilación de Evil Victor.
Evil Victor, sintiendo el poder de Victor en su máxima expresión, decide que ha llegado el momento de la batalla final. Su lanza del caos eterna brilla con una luz oscura mientras se prepara para lo que podría ser la última lucha entre ambos.
El universo entero parece detenerse en ese momento, el duelo de titanes está a punto de comenzar, y la destino de todos podría depender de este enfrentamiento.
El destello final de Victor, combinado con la energía colosal de los Blasters Solar, causó una explosión tan devastadora que Joel, a pesar de los esfuerzos de Gaby para salvarlo, no pudo sobrevivir. La onda expansiva y la fuerza de la colisión destruyeron su cuerpo, y aunque Gaby logró salvar lo que pudo, Joel murió en el campo de batalla.
El cuerpo de Joel se desintegró parcialmente en el impacto de la explosión, y la herida mortal que había recibido fue irreparable. Gaby, al ver la escena, se sumergió en una oleada de desesperación. Su grito resonó por el aire, una mezcla de dolor y culpa, mientras caía de rodillas junto al cuerpo mutilado de su amado.
Victor, transformado en el Omni-Yadaratman, se dio cuenta de lo que había sucedido. La furia que lo consumía no era suficiente para cambiar lo que ya había ocurrido. El sacrificio de Joel no fue en vano, pero el peso de su muerte quedó grabado en su corazón, llenando el aire con una tensión de pérdida y culpa.
La destrucción que había causado, aunque estaba destinada a acabar con Evil Victor, tuvo un precio alto, un precio que no solo Joel pagó, sino también Gaby, que se encontraba atrapada en el dolor de perder a su compañero.
La lucha aún no había terminado, pero el vacío dejado por la muerte de Joel era palpable, y el futuro de todos parecía incierto.
Evil Victor, con una risa sombría, se levantó de entre los escombros y se acercó con una calma mortal. Su sonrisa arrogante estaba marcada por la certeza de que la victoria era suya. Victor, en su forma más poderosa como el Omni-Yadaratman, había subestimado el poder de su enemigo, y fue esa confianza lo que permitió que Evil Victor lanzara un corte con una velocidad impresionante.
El corte invisible fue tan rápido y preciso que Victor no pudo reaccionar a tiempo, y su propio cuerpo fue alcanzado, dejando una herida similar a la de Joel. Su pecho fue atravesado, y la sangre brotó de la herida, debilitando momentáneamente su forma. El golpe, aunque no tan mortal, fue suficiente para dejar a Victor en un estado vulnerable.
Gaby, al ver la escena, se sintió atrapada entre la esperanza rota y la desesperación. Joel había muerto a causa de este ser, y ahora, Victor también estaba al borde de la muerte. Evil Victor se acercaba lentamente a Gaby, su sonrisa cruel reflejando una mortal satisfacción al ver el sufrimiento de sus oponentes.
Regenerándose rápidamente, Evil Victor aprovechó la oportunidad. Su cuerpo, que antes parecía estar al borde de la destrucción, se reconstruyó con una rapidez sorprendente. Los cortes que Victor y Joel habían infligido ya no eran más que cicatrices superficiales.
Gaby, sin embargo, no se rendiría tan fácilmente. A pesar de su dolor y desesperación, el instinto de lucha seguía vivo en ella. Pero, con Victor debilitado y la amenaza de Evil Victor a punto de materializarse por completo, ¿cómo podría ella enfrentarse a semejante monstruo?
Evil Victor levantó su mano, preparado para lo peor. Todo dependía de lo que Gaby fuera capaz de hacer para detenerlo… o si, en el último momento, alguien podría llegar a salvar la situación.
La sonrisa cruel de Evil Victor se amplió cuando, sin previo aviso, golpeó con toda su fuerza el vientre de Gaby, sintiendo cómo el golpe se impregnaba en sus entrañas. La presión fue suficiente para destruir lo que había dentro de ella: el hijo/a de Joel, que no tuvo oportunidad de sobrevivir al brutal impacto. La muerte del bebé fue inmediata, y el dolor de Gaby se intensificó no solo por la herida mortal en su vientre, sino también por la pérdida irreparable que sufría.
Gaby cayó al suelo, mal herida y rodeada por el polvo y escombros del cráter gigante en el que terminó, luchando por mantenerse consciente. La sangre manchaba su ropa y la tierra que la rodeaba, su cuerpo casi sin fuerzas para levantarse. Cada respiración le costaba más, y el dolor físico era tan grande que apenas podía pensar.
La desesperación y la rabia invadieron su mente. Había perdido a Joel y ahora el hijo que llevaba dentro, todo por culpa de Evil Victor. Su futuro, ya marcado por la tragedia, parecía no tener esperanza alguna.
Evil Victor observó la escena con indiferencia, satisfecho por la destrucción que había causado, pero también sintiendo que, al final, Gaby sería una nueva pieza en su victoria total.
Sin embargo, mientras Gaby yacía herida y al borde de la muerte, la decisión de Victor y su poder a su disposición aún no estaban completamente agotados. ¿Sería este el final para los héroes o aún había una chispa de esperanza en medio de la oscuridad total que Evil Victor había traído consigo?
Jonathan, desesperado por intentar salvar a Gaby y vengar la muerte de Joel, corrió hacia Evil Victor con toda la determinación que le quedaba, empuñando su espada con ambas manos. Sin embargo, Evil Victor, con una velocidad letal y una precisión mortal, cortó ambos brazos de Jonathan en un solo movimiento, dejando que la espada cayera al suelo junto con los brazos mutilados. El dolor y la sorpresa fueron tan intensos que Jonathan no pudo reaccionar a tiempo.
Antes de que pudiera siquiera intentar defenderse, Evil Victor lo atacó con un golpe brutal, lanzándolo contra varias montañas. El impacto fue tan fuerte que la tierra tembló y las montañas se derrumbaron por la fuerza del golpe. Jonathan quedó inconsciente, su cuerpo enterrado bajo los escombros, mientras la sangre salía de sus heridas abiertas.
El dolor, combinado con el peso de la derrota, era insoportable. El grupo estaba siendo arrasado, y la esperanza parecía desvanecerse. Gaby, Jonathan, Joel, y todos los que habían luchado con valentía se encontraban al borde de la muerte o ya perdidos, mientras que Evil Victor avanzaba con una sonrisa triunfante, imparable en su destrucción.
En este instante de total desesperación, ¿sería posible que algo o alguien pudiera revertir el curso de los acontecimientos o la oscuridad se había apoderado completamente de este mundo?
Victor, todavía con dificultad para mantenerse en pie debido a sus heridas, sentía una energía extraña en el aire, un poder que emergía desde lo lejos, algo que lo sorprendió. Su mirada, aún nublada por el dolor, se desvió hacia el lugar de la batalla donde Joel había caído, con su cuerpo destrozado. Algo extraño estaba ocurriendo.
Los restos de Joel comenzaron a moverse, y lentamente, como si una fuerza superior lo estuviera reensamblando, sus brazos se unieron, seguidos por la parte de su torso y piernas, todas las partes de su cuerpo regresando a su posición original, como si todo se estuviera reconstruyendo por sí mismo. La piel se regeneró rápidamente, pero no de una forma común. Había una cicatriz que quedaba como prueba del daño previo.
Los ojos de Joel se abrieron de golpe, pero ya no tenían el mismo brillo humano que antes. Ahora brillaban con una tonalidad grisácea, similar a la de Azrakil, lo que indicaba que su alma y poder se habían fusionado, algo completamente fuera de lo normal.
Joel, renovado y resucitado, se puso de pie con una fuerza inexplicable. Un poder inmenso emanaba de su cuerpo, y su mirada ahora poseía la serenidad de Azrakil, pero con una intensidad peligrosa. Era claro que Joel ya no era el mismo; algo había cambiado dentro de él, una fusión con un poder celestial oscuro. Azrakil había dejado su huella en su cuerpo, transformándolo en una versión más poderosa y con un propósito completamente nuevo.
Victor, al ver esto, entendió que algo monumental acababa de ocurrir, pero no sabía si eso significaba una esperanza o una nueva amenaza.
Joel, con sus ojos brillando, miró a Evil Victor con una mirada fría y decidida, y dijo con voz grave:
"Esto no ha terminado. Ahora... es mi turno."
El poder recién adquirido de Azrakil se manifestaba en Joel de una forma aterradora, y su energía irradiaba por todo su ser, mientras se preparaba para enfrentarse al monstruo que había destrozado todo lo que amaba.
La batalla acababa de tomar un giro inesperado.
Jonathan, aunque gravemente herido, sintió una energía desconocida fluir a través de su cuerpo. La energía divina de un Serafín se estaba transfiriendo a él, dándole una segunda oportunidad para luchar. A medida que su cuerpo se regeneraba, una brillante luz celestial rodeaba sus heridas, sanándolas rápidamente. Sin embargo, esa no era la única transformación que ocurría.
Sus ojos, antes apagados por el dolor, se llenaron de un brillo superior, un resplandor celestial que indicaba la fusión con el poder divino. La presencia de un Serafín se sentía en su interior, como si ahora tuviera el poder de una entidad celestial en su cuerpo. Esta nueva energía no solo lo sanó, sino que le otorgó un poder que nunca antes había experimentado.
Jonathan se puso de pie, ahora con una aura radiante que lo rodeaba. Sus alas de serafín se desplegaron, brillando con un resplandor dorado y resplandeciente. Cada una de las plumas era una manifestación de poder divino, como si su presencia fuera una fuerza de la naturaleza misma.
Con un suspiro profundo, Jonathan miró a su alrededor, y en ese instante su poder se incrementó aún más. Había absorbido no solo la esencia del Serafín, sino también un fragmento de su sabiduría, volviéndolo más fuerte y más consciente de su papel en la lucha que estaba por venir.
Su nueva energía creaba ondas de choque a su alrededor, mientras sus ojos brillaban con una intensidad cegadora. Ya no era el mismo Jonathan, la fusión con el poder celestial lo había transformado en un ser superior.
"Este poder… lo usaré para protegerlos. Para detenerlo."
Con un nuevo propósito en su corazón, Jonathan avanzó, preparándose para enfrentarse nuevamente a Evil Victor. No sería el mismo hombre derrotado que antes; ahora era una combinación de luz y fuerza. Un nuevo héroe renacido para terminar lo que había comenzado.
El poder divino que ahora fluía en su cuerpo haría la diferencia en esta guerra.
La fusión de Victor y el Evil Victor medio bueno no fue una transformación abrupta, sino una lucha interna y cósmica. A medida que los dos seres se unían, sus almas y poderes se entrelazaban en una especie de convergencia. Uno de ellos había sido un héroe decidido, lleno de dolor y sacrificios, y el otro, un ser oscuro, pero con algo de humanidad aún en su interior.
La fusión comenzó a distorcionar la realidad alrededor de ellos, creando ondas de energía que desbordaban las leyes conocidas del universo. Victor, quien había sido consumido por el odio y la ira en el pasado, sintió cómo una parte de su humanidad se mantenía firme contra la oscuridad, mientras que el Evil Victor medio bueno, con su retorcida moralidad, aportaba una intensidad de poder y voluntad. Sin embargo, esta combinación traía consigo una extraña sensación de confusión, como si el poder de ambos hubiera abierto una nueva puerta a una versión más compleja de sí mismos.
El poder que emanaba de la fusión era impresionante. Victor podía sentir cómo su cuerpo y su mente se volvían más potentes, su fuerza y su sabiduría multiplicándose mientras su alma absorbía tanto el lado oscuro como el bueno de la fusión. La luz y la oscuridad coexistían en su interior, pero con un desequilibrio palpable.
Su aura comenzó a brillar en un color plateado y rojizo, un reflejo de los dos aspectos de su alma. Su poder de combate se vio amplificado, pero con una nueva perspectiva sobre lo que significaba ser un héroe y cómo usar ese poder.
Victor, ahora fusionado, se sintió renovado. El odio del pasado se había disipado, pero una nueva determinación lo impulsaba. Su corazón, una vez lleno de ira, ahora estaba en equilibrio con la compasión del Evil Victor medio bueno que había sido un guerrero con conciencia, aunque atormentado por su propio pasado.
"Ahora entiendo..." dijo Victor, mirando al horizonte, mientras una energía dorada y negra chisporroteaba alrededor de su cuerpo. "La batalla no es solo sobre destruir, sino también sobre preservar lo que queda."
Aunque la fusión lo había cambiado, algo de su antiguo yo seguía allí, dispuesto a proteger a los que quedaban, pero sin perder la fortaleza que lo definía como guerrero. El poder de ambos fluyó a través de él, dejando un vacío que solo la sabiduría adquirida por ambas versiones podría llenar.
Con un grito de decisión, Victor fusionado se preparó para el siguiente combate, un ser con dos almas, pero una misión: salvar y destruir lo necesario, manteniendo un delicado equilibrio entre la luz y la oscuridad en su interior.
"Este es el comienzo de mi nuevo destino..." murmuró, mientras su energía se expandía en una onda de choque, lista para afrontar lo que viniera.
Victor, Joel y Jonathan, ahora completamente preparados para la batalla, se destruyen sus camisas pesadas de entrenamiento, eliminando cualquier barrera que les impidiera moverse con mayor rapidez y eficacia. La camisa de entrenamiento, diseñada para proporcionar resistencia y aumentar su fuerza mediante la carga, ya no era necesaria para ellos. Ahora, más ligeros y más ágiles, se sintieron como si el peso de todo lo que llevaban atrás se desvaneciera.
El aire a su alrededor se volvía más denso con cada segundo, la tensión aumentaba.
Victor, con su poder de fusión recién adquirido, respiró profundamente y estiró sus músculos, preparándose para liberar toda la energía acumulada dentro de él. La energía plateada y roja que emanaba de su cuerpo vibraba, su presencia ahora mucho más imponente, una mezcla perfecta entre el pasado heroico y la oscuridad que una vez lo consumió.
Joel, aunque recién revivido, ya no tenía el mismo cuerpo de antes. La cicatriz que recorría su torso le daba una apariencia más desgarrada y feroz, pero también más resistente, como si su alma hubiera sido fortalecida por la lucha que había atravesado. Sintió la electricidad en sus músculos mientras preparaba su próximo movimiento, su aura resplandeciendo con el poder de Azrakil, listo para desatar un ataque destructivo.
Jonathan, con su nueva habilidad superior, miró al frente, sus ojos brillando con un poder desconocido para la mayoría. La energía del serafín que se había sacrificado por él ahora fluía a través de su ser, dándole un control total sobre las fuerzas divinas y oscuras. Su fuerza era ahora una combinación perfecta de sacrificio y voluntad, un ser que estaba dispuesto a darlo todo para proteger lo que quedaba.
Las tres fuerzas se alineaban, y el aire parecía volverse eléctrico. Ya no solo estaban luchando contra su enemigo, sino contra el destino mismo. Evil Victor, ahora fusionado, observaba desde la distancia, su sonrisa sádica extendiéndose. Gaby, aún con la herida profunda en su alma por la pérdida, había encontrado su resolución y estaba lista para apoyar a sus compañeros, su energía canalizándose en un poder que la impulsaba.
La batalla estaba a punto de comenzar. El suelo temblaba bajo sus pies, como si el propio universo supiera que lo que estaba a punto de suceder cambiaría todo. Con la camisa destrozada, su agilidad aumentada, y su poder al máximo, Victor, Joel y Jonathan sabían que solo quedaba una opción: ganar.
Fin.