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Chapter 29 - Episodio 29: Batalla final.

El aire se volvió aún más denso con la acción brutal de Evil Victor, quien, con una rapidez inhumana, teletransportó a Gaby hacia él, atrapándola antes de que pudiera reaccionar.

Con su sonrisa sádica intacta, Evil Victor la miró con desprecio, como si fuera una simple pieza en su juego macabro.

"Nah, muy fácil, tu putita esposa," dijo, su voz llena de desdén. "No tiene ni idea de lo que está a punto de pasar."

Antes de que Gaby pudiera hacer cualquier intento de defenderse, Evil Victor perforó su pecho con una velocidad mortal, sus garras atravesando el corazón de Gaby. El dolor y la desesperación se reflejaron en sus ojos mientras el corazón de Gaby se extraía y, como una muestra de su absoluta crueldad, Evil Victor lo devoró, tragándolo como si fuera una simple golosina.

El grito de agonía de Gaby resonó en los corazones de todos los presentes. La pérdida de Gaby era algo que no podían tolerar, y la imagen de Evil Victor alimentándose del corazón de una de sus compañeras, una mujer que había luchado junto a ellos, solo alimentaba la ira que ya burbujeaba en sus venas.

Victor, Joel y Jonathan, al ver esto, sentían una furia imparable recorrer sus cuerpos. Las emociones se entrelazaban: la tristeza, la rabia, el dolor, y la venganza.

La batalla había tomado un giro más oscuro.

Victor, quien había experimentado la fusión de su poder, sintió cómo su ira alcanzaba niveles indescriptibles. El genocida que había sido despertó en su interior. El dolor de perder a Gaby no solo los unía más en su lucha, sino que encendía una llama de venganza que no quedaría apagada.

Joel, al ver cómo su amada había caído, los recuerdos de las batallas pasadas, las promesas que se hicieron, todo eso resurgió con una intensidad brutal. Ya no quedaba lugar para la misericordia.

Jonathan, con la energía divina del serafín, también sintió cómo su poder se fusionaba con el sufrimiento de la situación. No era solo una cuestión de pelea, sino de justicia.

Evil Victor, confiado en su poder, observó cómo los tres héroes se acercaban con una intensidad que nunca había visto. La guerra que estaba a punto de librarse no solo definiría el destino de ellos, sino de todo lo que estaba en juego.

La furia estaba a punto de desatarse.

La tensión en el aire era palpable. Victor, Joel, y Jonathan, unidos por el dolor y la furia, atacaron en perfecta sincronización. Los tres lanzaron un golpe combinado hacia Evil Victor, sus puños, puños de venganza, atravesando con fuerza imparable su pecho. El impacto fue tan brutal que la tierra misma pareció temblar bajo sus pies.

En ese momento, Victor, con una furia que parecía consumirlo, se teletransportó con rapidez y agarró a Evil Victor por el pecho, apretando con una fuerza descomunal. La mirada de Victor, llena de odio, se clavó en los ojos de Evil Victor mientras empezaba a perforar su pecho con sus manos, rasgando la carne, la sangre brotando de la herida. La sangre oscura de Evil Victor salpicaba el aire, mientras su rostro se retorcía de dolor.

Pero Evil Victor, que no estaba dispuesto a caer tan fácilmente, reaccionó con rapidez. Lanzó un corte mortal con una precisión diabólica hacia el pecho de Victor. El filo invisible cortó la carne de Victor, pero, con su resistencia sobrehumana, Victor aguantó el dolor. Su expresión no cambió, solo una chispa de furia se avivó en su mirada.

Con una fuerza brutal, Victor lanzó a Evil Victor al aire, enviándolo volando a través del terreno, destrozando el paisaje a su paso. La explosión de energía que provocó su lanzamiento hizo temblar el suelo, dejando un rastro de destrucción a su paso.

Evil Victor, herido y desgastado, intentó levantarse, su cuerpo recuperándose rápidamente, pero ya podía sentir que la derrota era inminente. Victor, Joel, y Jonathan ahora sabían lo que tenían que hacer: acabar con él de una vez por todas.

La batalla estaba lejos de terminar, pero ahora, con la furia desatada, los tres guerreros sabían que esta era su oportunidad para vengar la muerte de Gaby y poner fin a la amenaza de Evil Victor.

El golpe de Joel fue rápido y preciso. Aprovechando la herida abierta que Victor había causado, Joel lanzó un golpe devastador con su técnica, el Purgatorio Conceptual Eterno. Un destello verde brillante salió de su puño, y el impacto fue directo al pecho de Evil Victor, donde la herida ya sangraba.

En el momento del impacto, una explosión de energía verde envolvió a Evil Victor. El fuego conceptual que emanaba del golpe comenzó a consumir su pecho. El fuego verde no era un fuego común; era un fuego conceptual, destinado a destruir no solo el cuerpo físico, sino también el alma misma. Evil Victor soltó un grito de dolor mientras su pecho comenzaba a arder, la llama se intensificaba más y más, sin mostrar signos de apagarse.

La dolorosa agonía que estaba sufriendo no era solo física. El fuego conceptual comenzaba a corroer su alma, desintegrando su esencia, creando una sensación insoportable de dolor eterno. Su alma se retorcía, como si el mismo vacío estuviera devorando su existencia.

Evil Victor intentó moverse, a pesar de la intensidad del dolor, pero el fuego verde lo mantenía atrapado, su cuerpo ya no podía moverse con la misma facilidad, y sus intentos por escapar eran inútiles. La energía del Purgatorio Conceptual estaba desgarrando su espíritu, dejando una marca imborrable.

La fuerza de la técnica de Joel no solo estaba desintegrando el cuerpo de Evil Victor, sino que también estaba sellando su destino, arrastrándolo hacia un sufrimiento eterno. Sin importar lo que hiciera, el fuego verde nunca se apagaría. Su alma ya no podría sanar, y la condena de Evil Victor estaba sellada para siempre.

El combate había alcanzado su punto culminante, y Evil Victor, con su alma consumida por el dolor y el fuego, sabía que su final estaba cerca.

Evil Victor, desesperado por escapar de la condena del fuego verde que Joel le había infligido, sintió la presión aumentar aún más cuando Jonathan aprovechó la oportunidad. Con su espada en mano, Jonathan, con gran precisión, la clavó directo al corazón de Evil Victor, atravesando su pecho con un golpe mortal. El corte fue rápido, letal, y profundo, lo que dejó a Evil Victor sangrando profusamente.

Sin embargo, la fuerza y maldad de Evil Victor no lo hacían un enemigo fácil de derrotar. A pesar de la herida grave, el malvado Victor reaccionó rápidamente, golpeando la sien de Jonathan con su mano izquierda, causando que Jonathan retrocediera por el impacto y quedara tambaleante.

Evil Victor se levantó con furia, su cuerpo herido pero aún lleno de determinación. Su regeneración era lenta debido al daño que el Purgatorio Conceptual había causado en su alma y cuerpo, pero no lo suficiente como para detenerlo por completo. Con su fuerza restante, lanzó cortes invisibles por todos lados, utilizando su técnica letal para mantener a sus enemigos a distancia. Cada uno de los cortes alcanzaba con precisión mortal, provocando desgarraduras en el aire y enviando a Victor, Joel y Jonathan a retroceder, algunos incluso rozados por la devastadora fuerza de los cortes.

Con la espada de Jonathan aún incrustada en su pecho, Evil Victor lanzó un grito de rabia y, con una rapidez impresionante, extrajo la espada de su cuerpo. Aunque la regeneración comenzaba a hacer su trabajo, la velocidad con la que sanaba era notoriamente más lenta. Evil Victor sabía que su resistencia estaba menguando, pero aún quedaba una última oportunidad de venganza.

A pesar de la agonía de las heridas, su fuerza maligna y el deseo de destruir a sus oponentes lo mantenían en pie, y la batalla continuaba. Cada uno de ellos sentía el peso de la lucha y sabían que solo uno de ellos saldría victorioso de este encuentro.

Desde el momento en que María apareció, ella se teletransportó con rapidez, apareciendo en un destello de luz frente a Evil Victor. Con una mirada llena de determinación, se lanzó hacia él con una velocidad impresionante. En ese instante, Evil Victor no tuvo tiempo de reaccionar, ya que María, con toda su fuerza, desató un golpe devastador hacia su pecho.

El golpe brutal que lanzó fue el destello Yadaratman, un poder increíblemente destructivo que no solo atacó el cuerpo de Evil Victor, sino que también permeó su alma, atacando directamente su esencia. Evil Victor sintió el golpe como una explosión interna de energía cósmica, que comenzó a desintegrar partes de su ser físico y espiritual.

Las espinas negras salieron del interior de Evil Victor, perforando su carne mientras la sangre brotaba de su boca con violencia. Su cuerpo se retorcía, claramente doblegado por el dolor, mientras las espinas seguían atravesándolo, como una manifestación de la fuerza del alma dañada. Él intentó recuperarse, pero la regeneración era extremadamente lenta debido al ataque directo al alma.

A través de todo esto, Evil Victor escupió sangre. Su rostro estaba torcido por el sufrimiento, y sus ojos reflejaban la fúria y desesperación mientras intentaba levantarse, pero el daño a su alma y su cuerpo era demasiado grande para ignorarlo. Las espinas negras seguían causando estragos en su interior, y su regeneración parecía inútil ante el daño profundo y permanente que le había causado María.

En ese preciso momento, Evil Victor estaba al borde de la derrota.

Con la desprotección total de Evil Victor, el momento había llegado para que los tres héroes finalmente atacaran. Victor, Joel y Jonathan se teletransportaron con rapidez, formando una alineación perfecta alrededor de Evil Victor. El aire vibraba por la intensidad de la energía que emanaba de sus cuerpos, y, con una sincronización perfecta, los tres concentraron todo su poder en un único ataque devastador.

Joel fue el primero en golpear las costillas de Evil Victor con un puño lleno de energía cósmica, su destello divino explotando al impacto. Al mismo tiempo, Jonathan atacó con otro golpe brutal al otro lado de las costillas, causando que las huesos se quebraran bajo la fuerza pura de su ataque.

Finalmente, Victor, con un enojo palpable en su rostro, se preparó para el golpe final. Con su puño cargado de energía, lo lanza directamente al plexo solar de Evil Victor, liberando una explosión de energía cósmica que destruyó todo a su alrededor. El impacto fue brutal, el golpe atravesó el cuerpo de Evil Victor con tal violencia que su sangre brotó de su boca mientras sus ojos se cerraban lentamente, incapaz de sostenerse más.

Evil Victor escupió sangre mientras su cuerpo se desprendía de la energía que lo había mantenido vivo hasta ahora. La maldición que lo poseía fue expulsada del cuerpo de esa línea de tiempo, saliendo de él como una sombra oscura, desapareciendo finalmente en el aire.

El cuerpo de Evil Victor cayó hacia un lado, derrotado y casi inerte. Del mismo modo, Victor de otra línea de tiempo, también cayó, después de que su contraparte fuera liberada de la maldición que lo controlaba.

Con los tres héroes de pie sobre los cuerpos caídos de sus enemigos, la luz del lugar brilló más fuerte, pues por fin la amenaza de Evil Victor había llegado a su fin.

Victor, con una decisión fría y calculada, abrió un portal dimensional ante él, el cual absorbe al Victor de otra línea de tiempo, trasladándolo a un nuevo reino donde podría vivir una vida normal, alejado de los horrores y la maldad que había conocido. El portal se cerró rápidamente, dejando atrás una calma momentánea en el aire.

Con rapidez y desprecio, Victor se agachó frente al resto de Evil Victor, que ahora yacía en el suelo, transformado en una masa negra y amorfa, su forma deshecha y su energía oscura manifestándose en un único ojo y una boca deformada. Esta criatura no era más que un vestigio, una cáscara vacía de lo que había sido un enemigo mortal.

Victor lo miró fijamente a los ojos, con desdén absoluto. Aunque la criatura frente a él representaba la oscuridad y el mal que había enfrentado, algo en su mirada parecía vacío, una existencia sin propósito.

Sin embargo, Victor no sentía compasión por lo que quedaba de esa entidad. Con desprecio en su voz, se acercó y dijo:

— "No eres más que una sombra que ha dejado de existir. Vivirás como lo que eres, nada más que una mancha, olvidado en este rincón del tiempo."

Victor levantó su mano, y con un gesto firme, comenzó a concentrar una energía que podía borrar todo vestigio de lo que quedaba de Evil Victor. Sabía que este ser no merecía ningún tipo de misericordia, pues lo que había sido era una cosecha de sufrimiento para todos los mundos que había tocado. Era hora de eliminar la última amenaza, para asegurarse de que nunca más regresara.

El ojo de Evil Victor parecía moverse frenéticamente, pero el ser ya estaba roto, incapaz de reaccionar o hacerle frente. Victor lo observó por última vez, dejando que la energía purificadora lo consumiera por completo, erradicando su existencia de manera final.

El mundo a su alrededor quedó en un silencio profundo, la última batalla librada y la oscuridad, por fin, extinguida.

Mientras el mal había sido erradicado de la línea de tiempo, Victor sentía una extraña calma al ver cómo la maldición de su otro yo desaparecía, dejándolo finalmente libre de esa oscuridad que lo había acechado. Sin embargo, algo aún estaba presente dentro de él: el Evil Victor que llevaba dentro, la parte corrupta de su ser, había absorbido todo el poder del otro Victor, aumentando su fuerza de forma inesperada.

De repente, con un resplandor oscuro, la energía de ese mal conocido comenzó a dividirse. La fusión temporal que había unido a los dos Vics se deshizo. El Evil Victor medio bueno, que había absorbido el poder de su yo alternativo, parecía ahora mucho más fuerte y despiadado.

Con una sonrisa cruel, Evil Victor lanzó una ráfaga de energía y activó Nexus, un poder que podía trascender dimensiones, permitiéndole escapar a un plano diferente, donde pudiera tomar otro cuerpo y seguir persiguiendo sus propios deseos de control y destrucción. Un destello de luz oscura emergió, distorsionando el espacio a su alrededor, y en un parpadeo, desapareció de la escena, dejando atrás un vacío en el aire.

Victor, de pie, sintió una presencia que se desvanecía, como si una parte de él aún estuviera luchando por escapar. El recuerdo de esa fuerza oscura se quedaba en su mente como una pesadilla persistente, recordándole que no importa cuán lejos intente escapar de su sombra, siempre habría algo de esa oscuridad acechando dentro de él.

— "No puedo dejar que eso me controle... No más..." pensó, respirando profundamente mientras trataba de recuperar el control total de sí mismo.

Pero la amenaza aún persistía, y aunque Evil Victor se había escapado por ahora, el ciclo no se rompía completamente. Sabía que tenía que prepararse para lo que vendría a continuación.

Evil Victor, al volver al cuerpo clon de Victor, sintió el poder de su ser renovado, más fuerte que nunca, pero también sintió algo que nunca había experimentado antes: un deseo profundo de relajación. La batalla, el caos, la oscuridad que siempre había llevado consigo, todo parecía vacío en ese momento. De alguna manera, la necesidad de destrucción había perdido sentido.

Con una sonrisa sarcástica, Evil Victor se recostó, cerró los ojos y dejó escapar un suspiro, como si el peso de todo lo que había hecho ya no le importara. La fuerza oscura que una vez lo había impulsado ahora parecía más como una molestia innecesaria. En ese instante, solo pensaba en algo simple: unas vacaciones.

¿Por qué no descansar un poco? pensó, disfrutando de la sensación de estar sin preocupaciones.

Pero entonces, como si de repente regresara a la realidad, recordó algo. Su esposa, la misma que había estado involucrada en tantas batallas, probablemente no estaría nada feliz de ver todo lo que había sucedido. Quizá, solo quizá, su enorme poder y la destrucción que había causado serían cosas que no se dejarían pasar fácilmente. Y la venganza de su esposa podría ser mucho peor que cualquier batalla que haya tenido.

"¿Será que esta vez me va a pegar por mis malas decisiones?" pensó con una pequeña sonrisa, sabiendo que, aunque se relajara, las consecuencias lo alcanzarían.

A pesar de su nuevo poder, Evil Victor no pudo evitar sentir una leve inquietud. La fuerza que ahora albergaba en su interior podría destruir todo a su paso, pero las relaciones personales... esas podían ser mucho más complicadas que cualquier combate.

Con una ligera risa, se levantó, decidido a afrontar lo que viniera, pero no sin antes disfrutar de una pausa merecida. Sin embargo, al fondo de su mente, sabía que el conflicto nunca se iría del todo, y que la guerra interna seguiría siendo la más difícil de todas.

Victor, observando la escena con sus ojos llenos de emoción, vio cómo su hija, que había estado tan afectada por todo lo sucedido, ahora miraba con un brillo renovado en su mirada. Aunque su corazón aún estaba marcado por la lucha y el caos de los eventos pasados, una sensación de alivio lo invadió al ver a su familia, finalmente, a salvo.

Joel, con su poder sanador, estaba al lado de Gaby, cuyo cuerpo aún mostraba las marcas de la brutalidad que había enfrentado. Sin embargo, gracias al esfuerzo incansable de Joel, el poder en sus manos logró hacer lo impensable: revivirla. Gaby, aquella que había estado al borde de la muerte, comenzó a respirar nuevamente, y lentamente sus ojos comenzaron a abrirse, revelando el asombro de estar viva tras haber sido arrebatada tan cruelmente de este mundo.

Victor sintió una oleada de felicidad al ver el milagro que Joel había logrado. Aunque sabía que la vida nunca sería la misma, y las cicatrices emocionales y físicas seguirían presentes, este momento de esperanza le dio la fuerza para seguir adelante.

"Gracias, Joel," pensó Victor, mientras se acercaba a su hija y a Gaby, abrazándolas con una suavidad y ternura que rara vez mostraba. La guerra, la tragedia y el caos de su vida parecían diluirse por un momento. "Por fin... podemos respirar tranquilos."

Joel, al ver el éxito de su esfuerzo, exhaló profundamente, con una expresión de alivio. La energía que había invertido en la curación era desgastante, pero la recompensa de ver a Gaby revivida y a Victor aliviado valía cada segundo.

Gaby, todavía débil, sonrió con gratitud, pero también con algo más: una promesa silenciosa de que no dejaría que el dolor de su pasado destruyera su futuro.

Victor, mirando a su familia, comprendió algo fundamental: la familia era su verdadera fuerza. Y aunque el mundo alrededor de ellos pudiera seguir siendo oscuro y peligroso, ahora, al menos, tenían algo por lo que luchar. Juntos.

Jonathan, después de todo lo que había sucedido, se acercó a Victor, Joel, y Gaby, notando la calma que se había asentado entre ellos. Aunque el peso de las batallas que habían enfrentado seguía en el aire, una sensación de paz, aunque efímera, se había instalado en el grupo.

"¿Sabes?" dijo Jonathan, con una sonrisa un poco forzada, pero sincera, al unirse a la conversación. "Siempre pensé que estaría solo en esto... pero verlos a ustedes... luchando, sobreviviendo, me hace darme cuenta de algo."

Victor, reconociendo la vulnerabilidad en las palabras de Jonathan, lo miró con una leve sonrisa. "¿Qué es lo que te das cuenta?" preguntó, manteniendo su tono calmado pero lleno de gratitud.

Jonathan se encogió de hombros, aunque su expresión mostraba una seriedad de fondo. "Que no tengo que hacerlo todo solo. Que amigos, familia... eso es lo que realmente importa. Lo que no te destruye, te hace más fuerte, ¿verdad?"

Joel, al escuchar eso, asintió con una mirada pensativa, su mente aún en el proceso de sanar el daño que había hecho. "Tienes razón, Jonathan. Las cicatrices no se curan con solo un hechizo o una batalla ganada. Pero con la gente correcta a tu lado... podemos seguir adelante."

Gaby, quien aún se sentía algo débil, pero claramente más fuerte de lo que había estado antes, sonrió levemente. "Lo peor que podemos hacer es aislarnos. La lucha nunca termina, pero tenerlos a ustedes a mi lado... hace que todo valga la pena."

Jonathan, sonriendo ahora con más confianza, se sintió incluido, aceptado. A pesar de su naturaleza más solitaria y el camino difícil que había recorrido, había algo reconfortante en saber que no estaba solo en esa batalla.

"Gracias, amigos," dijo, mirando a todos. "Es bueno saber que hay algo más grande que las peleas y las oscuridades del pasado."

Victor, con una mirada profunda y seria, asentó en silencio. "Aquí no hay solos... solo nosotros. Juntos."

En ese momento, sin decir más palabras, todos sabían que más allá de los horrores del pasado y las incertidumbres del futuro, su vínculo como amigos y familia era lo que realmente les daba fuerza para enfrentar lo que viniera.

Victor regresó a su segunda casa en New Honduras, un lugar que siempre había sido un refugio, alejado del caos que solía rodear su vida. Al llegar, vio a Luci esperándolo en la entrada, una sonrisa cálida iluminando su rostro. La luz del atardecer se filtraba a través de las ventanas, creando una atmósfera tranquila que contrastaba con los intensos días que había vivido.

"Te extrañé," dijo Luci, sin dudarlo, mientras lo abrazaba con fuerza. Su abrazo era un recordatorio de la paz que tanto necesitaba, un refugio seguro en un mundo que a menudo parecía estar al borde del colapso.

Victor respondió al abrazo, cerrando los ojos por un momento, sintiendo cómo la tensión de las últimas batallas se desvanecía por un breve instante. "Yo también," susurró, apretándola con suavidad. La paz en ese abrazo era algo que no tomaba por sentado, especialmente después de todo lo que había ocurrido.

Mientras tanto, Joel y Gaby caminaban hacia la casa. Gaby, aunque aún frágil por todo lo que había vivido, se mantenía fuerte a su lado. El sonido de sus pasos era suave, como si todo a su alrededor respirara en armonía con ellos. Gaby miró a Joel, quien caminaba en silencio, con una leve sonrisa en su rostro, mientras pensaba en cómo todo lo que habían pasado los había unido más que nunca.

"¿Te sientes mejor?" preguntó Gaby, con suavidad, mientras tocaba su brazo. Joel asintió lentamente, aunque su mirada aún mostraba la carga de las experiencias recientes.

"Sí. Pero creo que lo más importante es que estamos juntos. Lo superamos."

Gaby sonrió, agradecida de que estuvieran vivos, aunque el peso de las pérdidas pasadas seguiría siendo parte de ellos. "Eso siempre fue lo más importante. Y con suerte, ahora podemos vivir en paz... al menos por un tiempo."

En cuanto a Jonathan, él había decidido tomar un camino diferente. La vida de aventura lo llamaba una vez más. Sabía que su viaje no había terminado, que aún había muchas más batallas que librar, pero no solo en combate, sino también dentro de sí mismo. Su corazón seguía buscando, algo más grande, algo que le diera sentido a su existencia.

"Nos veremos pronto," dijo, sonriendo con determinación mientras se alejaba en dirección al horizonte, listo para las nuevas aventuras que le esperaban.

La casa de Victor en New Honduras finalmente estaba llena de calma. Luci, Joel, y Gaby, juntos, mientras Jonathan partía en busca de su propio destino. Todo parecía haber encontrado su lugar en ese momento, aunque sabían que las aventuras no terminaban ahí, pero por ahora, el equilibrio y la paz les pertenecían.

Gaby caminaba junto a Joel, su mente aún llena de pensamientos oscuros, pero intentando mantener una apariencia tranquila. La pérdida de su bebé había dejado una herida profunda en su corazón, un dolor que la consumía por dentro. Aunque Joel no lo sabía, Gaby sentía la ausencia de la vida que había crecido dentro de ella, una vida que ya no estaba.

El peso de ese dolor era abrumador, pero no quería mostrarle a Joel lo que realmente sentía. Sabía que él estaba luchando con sus propios demonios, y aunque había sobrevivido a todo lo que les había pasado, no quería añadir más carga a su alma. "Lo superaremos," pensaba, repitiéndose a sí misma mientras veía las casas y el paisaje que se desplegaban frente a ellos, intentando distraer su mente.

"¿Te sientes bien?" Joel la miró de reojo, como si pudiera notar que algo no estaba bien, pero ella respondió con una leve sonrisa, tratando de ocultar su dolor.

"Sí, solo cansada... Es todo," dijo, su voz temblorosa por un momento antes de tomar una respiración profunda y mirar hacia adelante. No quería que Joel viera lo quebrada que estaba por dentro. Tenía que ser fuerte, al menos por él.

A medida que continuaban caminando hacia la casa, Gaby trató de concentrarse en lo que tenía a su alrededor: la paz, la sensación de estar lejos del caos. Aun así, el vacío en su pecho no desaparecía. "¿Cuándo le diré? ¿Cuándo encontraré el valor?" se preguntaba, sabiendo que tarde o temprano, tendría que enfrentar la realidad.

Por ahora, todo lo que podía hacer era caminar a su lado, sonriendo de forma forzada, sin mencionar la tragedia que acababa de vivir. Pero en su interior, las palabras no dichas pesaban como una carga invisible.

Fin.