Daictor levantó ambas manos hacia el cielo, sintiendo la tremenda carga de energía acumulándose en su interior. Sus ojos brillaban con la intensidad de la fusión de Victor y Daiki, y su cuerpo emanaba una radiación cegadora mientras canalizaba toda su fuerza en un solo movimiento. Un destello dorado y rojizo envolvió sus manos, cargándose con el poder de la blaster solar final.
"¡Este es el final, Xar'khal!" exclamó Daictor, su voz resonando con un poder imparable, mientras lanzaba el rayo de energía directamente hacia Xar'khal. El blaster solar salió disparado como un rayo de destrucción pura, iluminando el espacio a su paso y desintegrando todo a su alrededor. La intensidad de la explosión que se generó al momento del impacto fue tan grande que el propio espacio comenzó a distorsionarse, y un agujero gigante se formó en el vacío, como si el mismo tejido del universo se estuviera rasgando.
La energía liberada por la explosión desintegró la tierra, el cielo y todo lo que estaba alrededor de Xar'khal, creando un campo de destrucción masiva. La onda expansiva atravesó dimensiones, ardiendo con un resplandor cegador que alcanzó incluso el mismo espacio-tiempo. La grieta en el espacio creció, expandiéndose mientras absorbía todo lo que quedaba en su camino, como si estuviera succionando la esencia misma del universo.
Cuando el rayo de energía finalmente colisionó con Xar'khal, la explosión fue aún mayor, creando un vacío absoluto donde antes existía el campo de batalla. Xar'khal, al verse alcanzado por el poder devastador de Daictor, fue empujado hacia atrás, rodeado de una tormenta de escombros y fragmentos de energía. Su cuerpo se desintegró momentáneamente, dejando solo su forma de dios, resquebrajada, ante la magnitud de la explosión.
Daictor permaneció firme en su posición, observando el caos y la destrucción que acababa de liberar. La luz del ataque comenzó a disiparse lentamente, dejando tras de sí un panorama de devastación. Los ecos de la explosión resonaban en el aire, y la atmósfera, antes cargada de energía y furia, quedó sombría y en silencio.
El agujero en el espacio se extendió aún más, dejando una cicatriz visible en el cosmos, como un recordatorio de la batalla que había ocurrido allí. La victoria de Daictor parecía ser absoluta, pero en los rincones de esa misma explosión, Xar'khal aún respiraba, su voluntad de destrucción no se había extinguido por completo.
Pero el universo, por un breve instante, respiró aliviado.
El poder de Xar'khal era insondable, su mera existencia era un concepto más allá de cualquier comprensión, una fuerza primordial que desafíaba las leyes de la realidad misma. Tras la explosión devastadora que había sido lanzada por Daictor, Xar'khal no solo sobrevivió, sino que su forma se regeneró, retornando a su estado inicial, como si todo lo ocurrido fuera una mera alteración pasajera de su ser.
Con un gesto de su mano, los clones de Xar'khal surgieron de su ser, como sombras que tomaban forma y materialidad a su alrededor. Estos clones, espectros de pura energía y maldad, aparecieron detrás de los héroes. Toby, Yaneth, José y Rigor no se dieron cuenta a tiempo; Xar'khal absorbió a cada uno de ellos en un solo y rápido movimiento, tomando sus poderes y habilidades, como si fueran meros fragmentos de su existencia que él podía consumir y modificar a su voluntad.
Cada vez que absorbía a uno de ellos, su poder aumentaba exponencialmente. Los fragmentos de poder de Rigor, José, Yaneth, y Toby se fusionaron dentro de él, transformándolo en una entidad aún más imparable, mientras su apariencia cambiaba con cada nueva habilidad que absorbía. Xar'khal se elevó en el aire, un espectáculo de energía desbordante, cubierto de una neblina de poder oscuro, su rostro marcado por una sonrisa diabólica, consciente de la magnitud de su victoria.
Evil Victor, al observar la escena, sintió una creciente incomodidad. Había presenciado innumerables batallas y derrotas, pero nunca algo tan oscuro como esto. Xar'khal era más que un dios, era el concepto mismo de la destrucción personificada. Su poder ahora superaba incluso las expectativas más pesimistas.
Los héroes caídos ahora servían de herramientas para Xar'khal, quienes al ser absorbidos, no solo le daban su poder, sino que se convirtieron en parte de él, sumidos en un oscuro ciclo sin fin. La atmósfera se llenó de una creciente tensión, ya que ahora Xar'khal no solo tenía un ejército de clones, sino la habilidad de combinar y usar las técnicas de sus víctimas en su propio cuerpo.
"Esto no es el fin, solo una nueva etapa", resonó su voz, profunda y retumbante, como un eco de caos y poder absoluto. "Ahora soy más que un dios. Soy la voluntad misma de la destrucción."
La batalla no había terminado; más bien, Xar'khal había alcanzado un nuevo nivel de poder, dejando a los héroes con la sensación de que el verdadero combate estaba por comenzar.
La atmósfera estaba cargada de desesperación. Evil Victor, al ver que la fusión de Daictor se había deshecho, sintió una ola de enojo y frustración. Habían estado tan cerca de destruir a Xar'khal, pero el brutal golpe de energía había desgarrado la unión entre Daiki y Victor, haciendo que la fusión se desintegrara en el aire como una tormenta de chispas. La realidad de la situación los golpeó con fuerza. Xar'khal estaba más fuerte que nunca, y ahora, sin la fusión, tanto Victor como Daiki estaban más vulnerables que nunca.
Los ojos de Daiki se encontraron con los de Victor. Ambos sabían lo que significaba esto. La magnitud de la amenaza era ahora tan grande que no solo sus vidas, sino las de sus seres queridos, incluidos sus esposas, hijos, y amigos, estaban en juego. El temor de perderlos inundó sus corazones, y por un momento, el peso de la derrota parecía inevitable.
Evil Victor, a pesar de su naturaleza destructiva y despiadada, no pudo evitar sentir un escalofrío. Xar'khal, en su estado actual, era imparable, y el poder que había absorbido lo hacía aún más aterrador. La entidad que había emergido de este caos ya no parecía tener límites. Evil Victor, con una sonrisa sádica, observó la desesperación de los demás, pero no pudo ocultar la preocupación que sentía en lo más profundo de su ser.
La incertidumbre de la situación los envolvía, pero todos sabían que no podían rendirse. Victor, mirando a Daiki, sentía el peso de la responsabilidad que recaía sobre sus hombros. Era su deber proteger a su familia, a sus amigos, y a su mundo. Sabía que no había vuelta atrás. La lucha no solo era por la supervivencia, sino por el futuro de todos los que amaban.
En un momento de silencio, las palabras de Victor rompieron la tensión:
— "No podemos dejar que esto termine aquí. No podemos permitir que lo que más amamos se destruya. Vamos a pelear hasta el final, Daiki."
Daiki, con el corazón acelerado pero con determinación, asintió. Sabía que no podían seguir enfrentando a Xar'khal de la misma forma, pero tenían que encontrar una nueva manera, un último destello de esperanza.
El poder de Xar'khal seguía creciendo, su forma de caos absoluto ahora más que nunca una amenaza inminente. Victor, Daiki, y Evil Victor intercambiaron una última mirada de entendimiento. Si iban a morir, lo harían luchando, y lucharían juntos, incluso si el final era incierto.
Mientras la devastación se desataba alrededor, la última chispa de esperanza brilló en sus corazones, aunque el costo sería incalculable. La batalla final, la última oportunidad para salvarlo todo, se estaba acercando a su clímax. Xar'khal no iba a ceder, y ellos tampoco.
El ambiente estaba tenso, cargado de una energía tan densa que parecía a punto de explotar. Xar'khal, con su poder desbordando todos los límites, se abalanzó sobre Daiki con una rapidez inhumana. Antes de que Daiki pudiera reaccionar, Xar'khal lo absorbió por completo, su cuerpo envuelto en una luz oscura, drenando su esencia y absorbiendo su poder. En cuestión de segundos, Xar'khal había adquirido una nueva transformación, una versión aún más monstruosa, donde el caos y la energía de Daiki se fusionaban con la suya. Su aura de poder se intensificó a tal nivel que el aire parecía vibrar con su fuerza.
Con un movimiento frío y preciso, Xar'khal alzó su mano, generando una técnica devastadora que había aprendido directamente de Daiki: el Corte Perfecto. El espacio mismo tembló antes de que el ataque se materializara, una onda de energía pura que cortaba todo a su paso con una precisión mortal. Victor y Evil Victor, con sus reflejos agudizados por la desesperación, esquivaron la técnica a duras penas, pero el poder del corte era tan grande que la destrucción que dejó a su paso era apocalíptica.
Victor observó, con el corazón en la garganta, cómo el Corte Perfecto de Xar'khal desgarraba todo a su alrededor, como si el mismo tejido de la realidad fuera destruido por el filo de esa energía. El suelo se partió, las montañas se desplomaron, y toda la zona de combate se redujo a un paisaje arrasado, todo debido al poder imparable de ese ataque.
Evil Victor, por otro lado, observaba la magnitud de la destrucción con una sonrisa, aunque en sus ojos brillaba una profunda preocupación. Había subestimado a Xar'khal antes, pero ahora, con su nueva forma y las habilidades adquiridas de Daiki, la batalla había dado un giro aún más aterrador. Este nuevo poder parecía sobrepasar todos los límites, y la presencia de Xar'khal estaba a punto de consumir todo.
Pero, a pesar de la devastación, no hubo rendición en los ojos de Victor ni de Evil Victor. Ambos sabían que si no luchaban con todo lo que tenían, lo perderían todo: su gente, su mundo, y sus seres queridos.
Victor, furioso y lleno de un propósito renovado, gritó:
— "¡Esto no va a terminar así! ¡No vamos a dejar que arruines todo lo que amamos!"
Evil Victor, con una risa sádica pero con un toque de desesperación, se preparó para el próximo movimiento, sus ojos rojos brillando con intensidad. Xar'khal podía tener el poder de todos, pero la determinación de Victor y Evil Victor no iba a ser tan fácil de quebrantar.
El enfrentamiento continuaba, pero cada golpe que Xar'khal lanzaba acercaba más y más a la destrucción total. Sin embargo, en sus corazones ardía una llama que, a pesar de todo, no permitiría que Xar'khal ganara sin luchar hasta el final.
El aire vibraba con la intensidad de la batalla mientras Xar'khal lanzaba su ataque final. En un movimiento inesperado, sus manos se extendieron hacia Evil Victor y Victor, sujetándolos con una fuerza imparable. Ambos héroes intentaron resistirse, pero la presión era demasiada. Xar'khal, con su poder recién adquirido, los arrastró hacia él, envolviéndolos en una energía oscura y peligrosa.
Con una explosión de fuerza, Xar'khal los lanzó al espacio, atravesando la atmósfera de la Tierra a una velocidad vertiginosa. El universo se desvaneció a su alrededor mientras Victor y Evil Victor sentían la gravedad del impacto aplastarlos. El viaje a través del vacío espacial fue casi insoportable, la fricción y la energía de la atmósfera creando una resistencia que parecía querer desgarrarlos por completo.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Victor y Evil Victor fueron lanzados con violencia hacia un planeta lejano. La atmósfera del planeta desconocido los absorbió como si fuera un campo de batalla desolado, y cayeron con un estruendoso impacto cerca de un pequeño rincón habitado. Un paisaje verde y boscoso rodeaba el lugar, pero la destrucción causada por su llegada era inevitable. Las montañas cercanas temblaron al recibir el golpe, y el ecos de su aterrizaje resonaron a través de la tierra.
Victor, adolorido pero sin perder la determinación, se levantó con dificultad, observando a su alrededor. La naturaleza del planeta parecía tranquila, pero la energía que habían liberado en su caída había atraído la atención de algunos seres misteriosos que comenzaban a acercarse. En el horizonte, una ciudad familiar para Daiki se veía a lo lejos. Era el hogar de su esposa, el lugar donde Daiki había crecido, y ahora era el escenario de esta nueva confrontación.
Evil Victor, con una sonrisa torcida en su rostro, también se levantó lentamente, sintiendo la presencia de los habitantes de ese planeta acercándose. La intensidad de su poder había dejado una huella en el aire, y la tierra misma temblaba bajo su energía. Los dos se miraron mutuamente, conscientes de la gravedad de la situación.
Victor apretó los puños, sus ojos brillando con un fuego renovado.
— "Estamos en su mundo ahora, pero esto no termina aquí. ¡Vamos a detenerlo, por Daiki, por todos!"
Con un grito de desafío, Victor y Evil Victor se prepararon para enfrentarse a la nueva amenaza que Xar'khal había dejado en su camino. El planeta de Daiki, que antes parecía ser un refugio de paz, ahora se convertía en el campo de batalla de un conflicto aún más grande. Los destinos de todos, desde Daiki hasta sus seres queridos, estaban en juego, y la lucha estaba lejos de terminar.
Evil Victor miró a Victor con una mezcla de desprecio y comprensión. Sabía que la única forma de superar a Xar'khal era fusionarse de nuevo con él, aunque no fuera la perfección que una vez alcanzaron. El Nexus, esa conexión profunda entre ambos, volvió a resurgir con una energía vibrante, como si el mismo espacio se distorsionara al unirse.
Con un gesto sutil, Evil Victor activó la conexión, permitiendo que las energías fluyeran entre ellos. Victor sintió cómo Evil Victor volvía a entrar en su cuerpo, una sensación familiar pero inquietante. Ambos se fusionaron de nuevo, sus cuerpos y mentes entrelazados, creando una nueva forma, un ser más poderoso, pero sin llegar al nivel de Xar'khal.
La energía en el aire aumentó, una presión palpable que hacía que la atmósfera se distorsionara. Victor, al sentir la fusión completa, sintió su poder incrementarse, pero no era suficiente. La diferencia de poder entre ellos y Xar'khal seguía siendo abismal, pero la determinación de Victor no flaqueaba.
Con el Nexus activado, Victor levantó la vista hacia el horizonte, donde las figuras de los habitantes de este extraño planeta comenzaban a acercarse, algunos con una energía similar a la suya. Evil Victor dentro de él, sonrió con malevolencia.
— "Ahora estamos completos, pero incluso nuestra forma unificada no es suficiente para enfrentarnos a él."
Pero Victor, pese a la advertencia, no mostró miedo. Su mirada era firme, y a través de la fusión, podía sentir cómo su poder aumentaba. Xar'khal era un concepto en sí mismo, un ser de inmensa fuerza, pero no podían rendirse. Victor tenía la fuerza de su familia, de sus amigos, y de la gente que confiaba en él. Evil Victor, por su parte, sentía la misma intensidad en su interior, pero su motivación era más oscura, más egoísta.
— "No se trata solo de poder. Se trata de lo que estamos dispuestos a sacrificar para detenerlo."
El aire vibró nuevamente con la energía acumulada mientras ambos se preparaban para avanzar. Sabían que enfrentarse a Xar'khal sería el combate definitivo, y aunque la batalla parecía perdida, su voluntad de pelear seguía intacta. Las opciones eran limitadas, pero el universo no tenía opción más que mirar y esperar el desenlace.
Victor, con su cuerpo ahora fusionado con Evil Victor, avanzó hacia la ciudad de Daiki, el peso de la decisión que acababan de tomar sobre sus hombros. En su mente, solo había una cosa clara: debían enfrentarse a Xar'khal o perderlo todo.
La explosión fue brutal, el impacto de Victor contra Xar'khal fue tan violento que la tierra bajo sus pies se desintegró en un destello de energía, y el propio planeta comenzó a desmoronarse. Victor, impulsado por la furia de la batalla, lanzó un golpe certero contra Xar'khal, arrastrándolo hacia la superficie del planeta y rompiendo todo a su paso. Las ondas expansivas de la colisión hicieron que la tierra temblara como si el mismo núcleo del planeta estuviera quebrándose.
La superficie del planeta se fracturó, y una explosión masiva se desató. La atmósfera se incendió, y fragmentos del planeta comenzaron a volar en todas direcciones. Victor, con toda su fuerza desatada gracias a la fusión con Evil Victor, fue lanzado hacia el espacio junto con Xar'khal. Los dos combatientes se desplazaron por el espacio, dejando atrás una estela de destrucción y caos.
El planeta que había sido escenario de su feroz batalla desapareció en una nube de polvo cósmico. Victor y Xar'khal salieron disparados, y mientras el dios de la destrucción seguía resistiendo el impacto, Victor, con su poder elevado, se mantenía firme.
El siguiente destino fue el planeta cercano, donde Darkness y los hijos de Daiki vivían. Victor no tenía idea de lo que le esperaba, pero sabía que debía llegar allí para detener a Xar'khal a toda costa, sin importar el costo.
Xar'khal, aunque herido y debilitado por la fuerza de la explosión, aprovechó el impulso y se preparó para un contraataque. Pero Victor no se lo permitió. De repente, se detuvo en medio del espacio, mirando la aproximación al planeta y a sus habitantes. Sabía que no podía arriesgar la vida de aquellos que amaba.
El choque fue inminente. Victor y Xar'khal atravesaron el vacío y cayeron sobre el planeta con una fuerza devastadora, creando una onda expansiva que sacudió el suelo. La destrucción era inminente, y los residentes del planeta, que no esperaban tal cataclismo, sintieron la presión de la batalla al acercarse.
Darkness y los hijos de Daiki, al sentir el impacto de la batalla, supieron que algo peligroso estaba sucediendo. La presencia de Victor y Xar'khal estaba a punto de llegar, y el destino de su hogar estaba en juego.
El impacto fue devastador. Victor, con toda su furia y poder concentrado, fue arrojado por Xar'khal con una fuerza colosal. La violencia del lanzamiento atravesó el espacio como un cometa en llamas, y Victor impactó contra el reino de Darkness. El choque sacudió el suelo con una explosión tan fuerte que las casas cercanas fueron arrasadas, desmoronándose en escombros y dejando un rastro de devastación.
La onda expansiva atravesó las paredes del castillo, y todo el reino tembló bajo la fuerza de la colisión. Victor, aunque herido por el impacto, se levantó entre los escombros, empapado en sangre pero con una determinación implacable. Sabía que la pelea no era solo por su vida, sino por la protección de todo lo que amaba. Xar'khal, por otro lado, se mantenía impasible, su poder inquebrantable y su mirada llena de frialdad.
Dentro del castillo, Darkness, la esposa de Daiki, sintió la llegada de la destrucción. El aire se cargó de tensión, y el reino entero quedó en silencio por un instante, a punto de presenciar una batalla más allá de lo que sus paredes habían presenciado.
El rey y la reina, conscientes de la magnitud de la amenaza que se cernía sobre su hogar, se prepararon para lo peor. Darkness, con un poder ancestral que residía en su interior, levantó su mano al cielo, invocando el poder de su reino para protegerlo, mientras Victor y Xar'khal continuaban su feroz enfrentamiento.
Xar'khal lanzó una lluvia de esferas de energía negra, desintegrando todo a su paso, pero Victor, con sus habilidades mejoradas y su fuerza abrumadora, esquivó y contrarrestó con ráfagas de energía solar, creando un choque titánico en el aire. Las ondas de choque destruyeron los edificios cercanos, arrasando con el paisaje mientras ambos combatientes se adentraban más en el corazón del reino.
Darkness, con su poder, se mantenía observando desde su castillo, temiendo por la vida de su gente, y por la de su familia. Daiki, en el fondo de su alma, sentía la presencia de la batalla, sabiendo que su padre y los suyos estaban luchando contra un enemigo casi invencible.
El aire estaba cargado de desesperación y coraje, y cada golpe entre Victor y Xar'khal resonaba como un golpe en los cimientos del universo. El destino de todos los que amaban estaba en juego, y la batalla estaba lejos de terminar.
La brutalidad del ataque de Xar'khal fue devastadora. Con una rapidez sobrehumana, Xar'khal agarró a Victor por el rostro, aplastando su cabeza con la fuerza de su agarre. Antes de que Victor pudiera reaccionar, Xar'khal lo lanzó hacia el suelo con tal violencia que el impacto retumbó por todo el reino de Darkness.
El suelo se rompió, y Victor cayó a gran velocidad, atravesando el terreno y creando una serie de grietas en su camino. La tierra se rompió a su paso, y las capas del planeta parecían ceder bajo la presión de la caída. Victor fue arrastrado hacia el núcleo del planeta, donde las temperaturas y las fuerzas gravitacionales eran insoportables.
Con cada segundo que pasaba, la energía interna del planeta comenzó a liberar destellos de luz y fuego. Xar'khal, observando desde la superficie, lanzó un ataque devastador, una bola de energía oscura que atravesó el espacio y siguió la trayectoria de Victor, alcanzando el centro del planeta. La explosión fue cataclísmica.
Un resplandor cegador iluminó el cielo, y las vibraciones del choque retumbaron en cada rincón del planeta. El planeta entero comenzó a temblar como si fuera a partirse en dos. La energía liberada era tan intensa que las capas exteriores de la tierra comenzaron a desintegrarse, dejando un rastro de devastación a su paso.
En el núcleo del planeta, donde la batalla se desarrollaba, la temperatura alcanzó niveles insostenibles. Victor, rodeado de lava y fuego, luchaba por mantenerse consciente. Sabía que no podía dejar que todo terminara aquí. Con su cuerpo al borde de la destrucción, su determinación seguía siendo su mayor fuerza.
De repente, un destello de luz roja iluminó el oscuro vacío del núcleo. Victor apretó los dientes y, con su último aliento, canalizó todo su poder en un solo golpe, "Sundering Fist". La energía explotó en una onda expansiva que chocó contra las paredes del núcleo, mientras intentaba desviar la energía oscura de Xar'khal que lo había perseguido hasta ese punto.
El planeta continuaba desmoronándose, y Darkness, sintiendo la devastación desde el castillo, gritó al cielo con desesperación. Daiki, por su parte, estaba inconsciente de lo que sucedía, pero algo en su corazón le decía que la batalla había alcanzado un punto crítico.
La lucha por la supervivencia no solo era de Victor, sino de todo el universo. Xar'khal, aparentemente imparable, sentía que la victoria estaba al alcance, pero la resistencia de Victor nunca había sido tan feroz.
El suelo comenzó a temblar violentamente, y Darkness observó desde las alturas del castillo cómo la lava brotaba del suelo, envolviendo el horizonte en un caos infernal. Explosiones de volcanes se alzaban por todo el planeta, como si el propio mundo estuviera luchando por sobrevivir. La devastación era total, y el cielo estaba teñido de un rojo abrasador.
De repente, de entre la destrucción, emergió Victor. Su cuerpo estaba cubierto de heridas, su ropa destruida y su energía al borde del agotamiento, pero su determinación seguía intacta. A pesar de todo, seguía de pie, luchando con una fuerza que ni él mismo sabía de dónde provenía. La mirada de Xar'khal se fijó en él, como una sombra oscura que acechaba a su presa.
Xar'khal se acercó con una velocidad brutal y, sin piedad, comenzó a golpear a Victor. Cada golpe parecía más pesado que el anterior, empujando a Victor hacia el suelo y rompiendo el terreno bajo sus pies. Victor intentaba esquivar, pero la fuerza de Xar'khal era imparable. El caos que se desataba a su alrededor no hacía más que intensificar la magnitud de la lucha.
Xar'khal, con una sonrisa macabra, levantó ambas manos al cielo y comenzó a canalizar una energía oscura, con una intensidad que opacaba el mismo sol. La técnica "Blaster Solar" estaba lista para ser lanzada, la cual, había sido perfeccionada por su hijo en el pasado y luego fusionada con su propia fuerza. La energía que se acumulaba era tan poderosa que parecía distorsionar el aire mismo.
"¡Esto es el fin!" Xar'khal rugió, y con un solo gesto, lanzó la "Blaster Solar" hacia Victor. La energía brillaba como un sol en miniatura, cargada con la furia de Xar'khal, cruzando el espacio en un instante. La onda de energía era tan masiva que parecía consumir todo a su paso, destrozando el terreno y vaporizando el aire.
El impacto fue devastador. La explosión iluminó el cielo y el suelo, enviando ondas de choque por todo el planeta. Victor fue arrastrado por la fuerza de la explosión, su cuerpo golpeado y quemado por la poderosa energía. La onda de calor hizo que el aire fuera irrespirable, y las rocas cercanas se fundieron instantáneamente.
Sin embargo, en medio del caos, algo dentro de Victor no se rendía. Luchaba, aferrándose a la vida con todo lo que tenía, a pesar de la devastadora técnica de Xar'khal. El destino del planeta, de su familia y amigos, todo dependía de lo que ocurriera en ese momento.
Darkness, sintiendo la magnitud de la batalla, cerró los ojos, temerosa de lo que pudiera suceder a continuación. Daiki, también consciente del peligro, comenzó a prepararse para lo que podría ser la última oportunidad de salvar todo lo que amaba.
Pero aún había algo en Victor, algo que Xar'khal no había anticipado: su resistencia indomable.
Victor, a pesar de la gravedad de la situación, actuó con rapidez y determinación. En un movimiento casi instintivo, extendió sus manos y creó una burbuja de energía, envolviendo a Darkness y a los hijos de ella en su interior, reduciéndolos de tamaño con un solo gesto para asegurar su protección. Con la precisión de un maestro, los metió dentro del bolsillo de su pantalón, creando una cápsula de energía que los mantendría a salvo mientras él enfrentaba la catástrofe.
Antes de que pudiera procesar lo que acababa de hacer, el planeta entero comenzó a temblar, y con un estruendoso rugido, la explosión que Xar'khal había desatado se produjo, destruyendo la tierra bajo sus pies. Victor fue lanzado por el aire como una hoja en el viento, observando cómo el planeta estallaba en fragmentos que se dispersaban por el espacio.
La visión de la destrucción fue casi surrealista. La energía de la explosión creó una onda expansiva que desintegró todo a su paso. Victor apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que se viera nuevamente en el aire, atrapado en un torbellino de caos. A lo lejos, vio cómo los escombros del planeta se alejaban, chocando con otros planetas cercanos, creando aún más destrucción.
Sin embargo, no pudo relajarse. Xar'khal, con su fuerza apabullante, había anticipado cada movimiento. Apareció detrás de él, su poder aumentando a medida que tomaba el rostro de Victor con una mano, y lo aplastaba entre sus dedos con fuerza. Victor intentó resistir, pero las fuerzas cósmicas que Xar'khal desataba no podían ser detenidas.
"¡Te destruiré en mil pedazos!" Xar'khal rugió, y con cada palabra, Victor fue lanzado a través de más planetas, estrellándose contra ellos. Cada golpe de Xar'khal era como si el universo mismo estuviera siendo arrancado y lanzado a la nada. Los planetas explotaban a su paso, y las ondas de choque creaban agujeros en el espacio, tragando todo lo que tocaban.
Victor sintió el impacto de cada golpe, su cuerpo siendo destruido una y otra vez, pero su voluntad no se quebrantaba. A pesar de las explosiones, de las heridas, de la destrucción a su alrededor, él seguía en pie. Sabía que si caía, todo se perdería: Darkness, sus hijos, el universo entero.
Finalmente, después de lo que parecía una eternidad de dolor y destrucción, Victor se levantó de entre los escombros, cubierto de sangre y polvo, pero con los ojos llenos de una determinación inquebrantable. Xar'khal lo observó desde la distancia, sabiendo que, aunque había ganado la batalla física, Victor aún no había caído.
"No te salvarás, Xar'khal," murmuró Victor, mientras un resplandor cósmico comenzaba a arder a su alrededor. Había algo en su mirada, una chispa de poder profundo, el último vestigio de esperanza en medio del caos.
Xar'khal se preparó para otro ataque, pero en el fondo de su ser, comenzó a sentir una presión desconocida. Algo más grande que él mismo, algo que Victor estaba a punto de desatar.
La batalla no había terminado.
Victor salió disparado a través del espacio y el tiempo, sus fuerzas agotadas, pero su voluntad aún inquebrantable. La explosión causada por Xar'khal lo había lanzado más allá de los límites conocidos, atravesando universos y dimensiones. A medida que cruzaba el vacío cósmico, Victor cerró los ojos, sintiendo que cada átomo de su cuerpo se disolvía en la inmensidad, el dolor y la confusión envolviéndolo.
Con un impacto brutal, cayó en una luna distante, aterrizando en su superficie rocosa con tal fuerza que la tierra tembló. Victor se arrastró por el suelo, cubierto de heridas, su cuerpo apenas podía resistir más. Sentía la gravedad de la luna tirando de él, pero su mente no podía detenerse. Sabía que tenía que levantarse, que aún había algo que proteger.
De alguna manera, logró ponerse de pie, con el rostro marcado por el sufrimiento y la fatiga, pero con los ojos brillando con determinación. ¿Dónde estoy? se preguntó. La luna era desolada, su paisaje vacío y sombrío, y las estrellas brillaban fríamente en el cielo. Sin embargo, el sentido de angustia que sentía no provenía solo de la batalla que acababa de enfrentar, sino de algo mucho más cercano: la familia de Evil Victor.
En un rincón lejano de esa luna, él podía sentir algo familiar, algo que lo conectaba con su destino. Victoria y los hijos de Evil Victor estaban aquí, en este universo, en este remoto lugar. Victor no sabía si era suerte o destino lo que lo había traído hasta aquí, pero una cosa estaba clara: debía protegerlos. Aunque estaba lejos de ser el héroe que una vez fue, el amor por lo que quedaba de su familia lo mantenía firme.
Poco después, Victoria y sus hijos, los cuales se encontraban en la luna, fueron alertados por el repentino aterrizaje de Victor. Victoria, sorprendida, corrió hacia él, su rostro lleno de angustia y preocupación. "¡Victor! ¿Qué pasó? ¿Dónde está Evil Victor?"
Victor levantó la vista, su expresión era agotada pero decidida. Sabía que los sacrificios no habían terminado. "Xar'khal... él destruyó todo. Nos enfrentamos a él... pero aún no ha terminado. Ahora, tenemos que escondernos. No sé cuánto tiempo tenemos…" Victor apenas pudo hablar antes de caer de rodillas por el agotamiento, sus energías al límite.
Victoria, aunque impactada por las palabras de Victor, entendió rápidamente la gravedad de la situación. Rápidamente, recogió a sus hijos y los abrazó, intentando darles algo de consuelo en medio del caos. Pero su mirada se encontraba con la de Victor, llena de dolor y desesperación. Había algo en sus ojos que hablaba más que mil palabras: la lucha aún no había terminado.
Victor, agotado y vulnerable, sintió cómo su transformación se desvanecía, dejando su cuerpo debilitado y casi incapaz de mantenerse de pie. Sabía que no podía permitirse perder el control. Xar'khal estaba cerca, y su poder era imparable. Pero, aún con su fuerza menguante, Victor actuó rápidamente. Formó una burbuja de energía a su alrededor, concentrando toda la energía que le quedaba para proteger a Victoria y a sus hijos. Los volvió pequeños y los guardó en su bolsillo, esperando que, al menos en ese estado, pudieran estar a salvo.
Antes de que pudiera dar un respiro, la presencia oscura de Xar'khal lo atravesó como una sombra. "No escaparás tan fácilmente, Victor," dijo Xar'khal, su voz resonando con pura maldad. Victor no tuvo tiempo para reaccionar cuando Xar'khal lo atacó desde atrás con una brutal golpiza, lanzándolo hacia la superficie lunar con tal fuerza que el suelo tembló. Victor cayó pesadamente, el impacto destruyendo parte de la luna.
Xar'khal no perdió tiempo. Su risa resonó en el aire frío de la luna mientras levantaba sus manos, creando una explosión de energía que devastó todo a su alrededor. La luna empezó a desmoronarse, la superficie temblaba y se resquebrajaba mientras las explosiones arrasaban todo.
Victor, debilitado y sin fuerzas, miró el caos a su alrededor. Sintió cómo el suelo de la luna se desmoronaba bajo él, mientras todo lo que conocía parecía venirse abajo. Pero en su mente había un pensamiento claro, un objetivo: proteger a su familia a toda costa. En su interior, la desesperación y la rabia lo impulsaban a seguir luchando, aunque las posibilidades de sobrevivir eran mínimas.
El polvo y la fragmentación del terreno se alzaron a su alrededor, cubriéndolo todo en una nube de escombros y esferas de energía que caían del cielo, destruyéndolo todo. Las rocas volaban, y el horizonte se llenaba de fuego y destrucción.
Victor se esforzó por levantarse, pero sus fuerzas ya no respondían. La energía de Xar'khal era demasiado. Su mente era un torbellino de pensamientos caóticos, y su cuerpo, ya exhausto, parecía rendido ante el poder del enemigo.
"Es inútil, Victor," dijo Xar'khal, su voz llena de arrogancia. "Nada puede salvar a tu familia, ni siquiera tú."
Victor, con el último vestigio de poder que le quedaba, miró hacia el bolsillo donde había guardado a Victoria y a sus hijos. Un sacrificio necesario. Sabía que, si caía, ellos serían los que vivirían para enfrentar un futuro mejor. Pero la luna ya comenzaba a fracturarse, y Victor tenía que actuar antes de que fuera demasiado tarde.
Xar'khal no mostró ni un ápice de misericordia. Agarró a Victor por el brazo con una fuerza descomunal y, con un feroz grito, lo lanzó hacia un planeta parecido a la Tierra, un lugar donde Evil Victor había hecho su hogar. Victor impactó con el suelo, creando un cráter gigantesco. El suelo tembló violentamente bajo el impacto, mientras el polvo y las rocas se levantaban a su alrededor. Los habitantes del planeta, asustados por la brutal destrucción, comenzaron a correr por sus vidas.
Xar'khal, molesto por la resistencia de Victor y su intento de proteger a sus seres queridos, dejó escapar una explosión de ira. En un acto de pura rabia, levantó ambas manos hacia el cielo y comenzó a formar una bola de energía cargada de rencor. La esfera brillaba con un resplandor oscuro, una manifestación palpable de todo el odio y furia que Xar'khal sentía hacia el universo y aquellos que intentaban detener su ascenso.
"¡Moriréis todos!", rugió Xar'khal, y lanzó la bola con una fuerza devastadora hacia el planeta. La esfera cruzó el cielo como una tormenta oscura, desintegrando todo a su paso. Montañas, océanos y ciudades fueron arrasados en su trayectoria, dejando una estela de destrucción absoluta.
Sin embargo, justo antes de que la bola de energía llegara al planeta, Victor, con el dolor y la furia acumulada en su interior, se levantó. Aunque su cuerpo estaba magullado y agotado, algo dentro de él lo impulsó a seguir luchando. "¡No dejaré que destruyas a los inocentes!", gritó con fuerza, levantando sus manos. De sus palmas, surgió una gran explosión de energía, un blaster solar cargado con toda la energía que le quedaba.
El blaster solar salió disparado hacia la bola de rencor de Xar'khal, alcanzándola a medio camino en el aire. El impacto causó una explosión monumental, desatando una onda expansiva que arrasó todo lo que estaba a su alrededor. El choque de energías creó una grieta en el espacio-tiempo mismo, con ambos ataques colisionando con tal fuerza que el suelo se estremeció, y el aire se llenó de luces cegadoras y explosiones.
Victor cayó al suelo de nuevo, exhausto y casi sin fuerzas, pero una chispa de esperanza brillaba en sus ojos. Sabía que aún quedaba una lucha por librar, pero en ese momento, las fuerzas de Xar'khal parecían haber sido contenidas, al menos por ahora.
La batalla no había terminado. Pero el planeta, y sus habitantes, aún seguían de pie, gracias al último esfuerzo de Victor.
Victor, a pesar de su cuerpo maltrecho y su energía agotada, se levantó con una determinación inquebrantable. Las heridas de su cuerpo sangraban, pero su espíritu de lucha seguía ardiendo con fuerza. A pesar del agotamiento, Victor sabía que si caía ahora, el universo entero sufriría las consecuencias. Xar'khal no mostraría piedad, y sus seres queridos estarían en peligro.
El aire se cargó con una presión densa y palpable cuando Victor activó su técnica más poderosa, "Ira Dansandankai". La energía oscura que emanó de él empezó a envolver su cuerpo, oscureciendo el aire alrededor y haciendo que sus músculos se fortalecieran al instante. Sus ojos brillaron con un fuego morado, y una onda de calor y fuerza envolvió su ser, como si todo el odio y el dolor acumulados durante su lucha se hubieran condensado en un solo momento.
"¡No me detendrás, Xar'khal!", rugió Victor, sus palabras llenas de furia contenida. Con cada palabra, su cuerpo comenzó a llenarse de poder, su energía se expandió, desbordando todo a su alrededor. En ese instante, el tiempo parecía distorsionarse a su alrededor. Los músculos de Victor se tensaron, el aire alrededor de él se retorció como si fuera parte de su voluntad, mientras su figura se elevaba sobre el suelo como una tormenta que comienza a formarse.
Xar'khal, que ya se había recuperado parcialmente del impacto de los ataques anteriores, se preparó para recibir otro golpe. Pero ahora, Victor no era el mismo. Su cuerpo se había transformado en una fuerza destructiva. Se lanzó hacia Xar'khal con una velocidad impresionante, sus puños como cañones de energía pura. Cada golpe que Victor daba era explosivo, sacudiendo el espacio a su alrededor y dejando ondas de choque devastadoras.
Xar'khal trató de defenderse, bloqueando algunos golpes con su fuerza titánica, pero la intensidad de los ataques de Victor lo estaba llevando al límite. La ira dansandankai había desatado en él una furia insostenible, y cada golpe que lanzaba no solo dañaba físicamente a Xar'khal, sino que parecía afectar su misma existencia.
"¡Es ahora!", pensó Victor. Su cuerpo ya no soportaba más el dolor, pero el propósito de proteger su mundo y a aquellos que amaba era más grande que cualquier herida. Él no se detendría hasta que Xar'khal fuera detenido. El poder de la ira dansandankai lo empujaba más allá de sus límites, mientras la batalla continuaba a una intensidad imparable.
Xar'khal, con una velocidad abrumadora, lanzó un golpe brutal a Victor, quien apenas logró bloquearlo con el brazo. La onda de choque recorrió su cuerpo, dejándolo aturdido por un momento. Pero Victor no perdió el foco, y con un grito de furia, aprovechó la oportunidad para golpear con toda su fuerza en la cabeza de Xar'khal, enviándolo varios metros hacia atrás.
Ambos se quedaron un instante, observándose, sabiendo que ninguno de los dos cedería. Pero en cuanto la tierra se estabilizó, el combate volvió a intensificarse. Victor lanzó varios puños rápidos, cada uno cargado con la energía de su ira dansandankai, pero Xar'khal, con su increíble resistencia y fuerza, pudo desviar y bloquear algunos de los ataques, respondiendo con sus propios golpes descomunales.
Ambos guerreros se golpeaban con una ferocidad inhumana, cada impacto resonando en el aire como un trueno. Victor sentía su cuerpo vibrar con cada golpe, su piel quemada y sangrante, pero su voluntad seguía intacta. Mientras tanto, Xar'khal parecía ser una máquina de destrucción, sus movimientos certeros y despiadados.
De repente, Xar'khal vio una oportunidad. Con una explosiva patada, lanzó a Victor a través de varias paredes de casas cercanas, haciéndolas volar por los aires. Victor salió disparado, atravesando el suelo, dejando un rastro de destrucción detrás de él. El impacto fue tan fuerte que algunas casas se derrumbaron a su paso, y las grietas en el suelo se extendieron a lo largo del área.
Victor se levantó lentamente de entre los escombros, herido pero no derrotado. Con una sonrisa desafiante, mostró que aún tenía fuerzas para continuar. Xar'khal, con una mueca de desprecio, se acercó rápidamente, sabiendo que Victor estaba más cerca del límite que nunca.
El combate había tomado una nueva dimensión, ambos combatientes ahora agotados pero llenos de determinación. La batalla había superado cualquier cosa que ambos pudieran haber anticipado, pero no había vuelta atrás. Uno de ellos tendría que caer.
Victor estaba al borde del colapso, su cuerpo destrozado por los impactos, pero su voluntad seguía siendo fuerte. Apenas logró levantarse, cayendo de rodillas en el suelo, exhausto, con la respiración agitada y el dolor recorriendo cada rincón de su cuerpo. Sabía que Xar'khal se acercaba, y no tenía fuerzas para hacer nada más.
El rumor de pasos resonó detrás de él. Xar'khal avanzó, su figura imponente proyectando una sombra sobre el agotado Victor. El sonido de sus pasos pesados era como el final de una sentencia. El dios se detuvo justo al lado de Victor, observando al héroe con una sonrisa macabra.
"¿Tan pronto te rindes?" dijo Xar'khal, con una risa fría y cruel. Sus ojos brillaban con desdén mientras se agachaba para quedar a la altura de Victor. "¿Creías que podrías detenerme? Yo soy la esencia misma de la destrucción."
Victor, de rodillas, apenas podía mirar a Xar'khal a los ojos. La fatiga y el dolor lo consumían, pero en su pecho aún palpitaba un destello de esperanza. No podía rendirse, no ahora, no después de todo lo que había luchado por proteger.
"Este... no es el final..." susurró Victor con voz rasposa, luchando por mantenerse consciente. "No... no te dejaré ganar..."
Xar'khal se inclinó hacia él, su sonrisa se amplió al ver la determinación que todavía brillaba en los ojos de Victor, aunque debilitada. "Te lo dije... no hay forma de que puedas ganar. Ya eres mío."
Con un gesto rápido, Xar'khal levantó la mano, listo para dar el golpe final. Pero algo en el aire cambió. En ese mismo instante, Victor sintió una energía extraña y familiar despertar dentro de él, un último destello de poder que lo había estado esperando.
El universo parecía temblar a su alrededor. Aunque Victor estaba al borde de la muerte, su espíritu se reavivó. En un último acto de pura voluntad, con una explosión de energía, Victor levantó la mano. La fuerza del ataque que generó, aunque débil, era suficiente para provocar una distracción en Xar'khal.
Xar'khal vio cómo el poder de Victor se expandió brevemente, presagiando algo inesperado. La sonrisa de Xar'khal se desvaneció un momento, y con furia volvió a lanzar un ataque, pero el destino de la lucha aún no estaba sellado.
¿Sería este el momento en que Victor tendría su última oportunidad o caerá bajo el poder absoluto de Xar'khal?
Fin.