Victor Zombie, tras haber consumido el concepto mismo de Xar'khal y haber devorado su esencia, se alzaba como una abominación imparable. Su cuerpo, ahora completamente deformado y corrupto, emanaba una energía oscura que distorsionaba la realidad a su alrededor. Sus ojos brillaban con una luz infernal, carentes de humanidad, mientras una sonrisa macabra se dibujaba en su rostro. Había perdido todo rastro de lo que alguna vez fue el héroe que juró proteger a los inocentes. Ahora solo quedaba una entidad sedienta de caos y destrucción.
Con cada paso, Victor Zombie rasgaba el tejido del multiverso. Sin necesidad de portales ni tecnología avanzada, utilizaba su poder para crear grietas dimensionales. Era como si el mismo cosmos temblara ante su presencia, abriéndose para permitirle cruzar entre realidades. Victor Zombie había evolucionado en algo más que un simple villano; se había convertido en un cataclismo viviente, una fuerza que devoraba mundos sin discriminación.
Cruzando al Primer Universo Desafortunado
Victor apareció en un universo completamente ajeno, lleno de vida y tecnología avanzada. Sin previo aviso, aterrizó en el centro de una metrópolis bulliciosa. Edificios altísimos y vehículos flotantes se convirtieron en escombros bajo su paso. La gente, asustada, intentó huir, pero no había escapatoria. Victor Zombie abrió su boca y de ella surgió un rugido antinatural que desintegró a cientos de seres vivos al instante. Con un gesto de su mano, comenzó a absorber la esencia vital de todos a su alrededor, convirtiendo la ciudad en un páramo desolado.
Su poder ahora era tal que con cada alma consumida, se fortalecía aún más. Los poderes de Xar'khal, combinados con sus propios conocimientos y habilidades adquiridas, le permitían manipular la realidad misma. Creaba abominaciones de carne y hueso con sus víctimas, esbirros que lo seguían y ayudaban a arrasar con todo a su paso.
Desatando el Infierno en el Multiverso
Satisfecho con la destrucción en el primer universo, Victor Zombie sonrió, mostrando sus dientes afilados y llenos de sangre. Usando su habilidad de devorar conceptos, desintegró el mismo núcleo de ese universo, provocando su colapso total. Las estrellas comenzaron a morir, los planetas se convirtieron en polvo cósmico, y finalmente, el vacío lo consumió todo.
Sin detenerse, pasó al siguiente universo, uno habitado por seres místicos y deidades menores que intentaron frenarlo con todo su poder. Pero ni siquiera los hechizos más poderosos pudieron contenerlo. Victor Zombie desgarró a los dioses de ese universo con sus propias manos y absorbió sus poderes, convirtiéndose en algo más allá de lo divino.
El Rastro de Caos Continúa
La noticia de una entidad que devoraba universos completos comenzó a extenderse a través del multiverso. Aquellos que habían oído hablar de la caída de Victor se llenaron de terror al comprender que él era la nueva amenaza. Evil Victor, refugiado en un universo lejano con las familias de Daiki y su propia familia, observaba impotente cómo las dimensiones colapsaban una tras otra, sabiendo que tarde o temprano la abominación llegaría también a ellos.
Victor Zombie había pasado de ser un héroe caído a una amenaza existencial. No había piedad, no había remordimiento; solo el hambre insaciable por consumir todo lo que existía. Y mientras tanto, en algún rincón lejano del multiverso, los sobrevivientes empezaban a organizarse, buscando desesperadamente una forma de detener la ola de destrucción.
Pero para Victor Zombie, cada universo destruido era solo un paso más en su camino de caos eterno. Su misión no era simplemente devorar, sino erradicar la existencia misma, hasta que solo él quedara en la inmensidad del vacío cósmico.
Victor Zombie se encontraba en medio de un planeta destrozado, rodeado de los restos calcinados de ciudades enteras. Sus ojos brillaban con un fulgor rojo que atravesaba la oscuridad, reflejando la locura y el hambre insaciable que ahora lo dominaba. La transformación en una criatura zombificada había distorsionado su percepción; ya no distinguía entre amigos, enemigos, inocentes o monstruos. Para él, todos los seres que respiraban eran simplemente presas, obstáculos que debían ser eliminados.
El Grito del Abismo
De repente, Victor Zombie lanzó un grito aterrador, un sonido que resonaba como el eco de mil almas condenadas. El rugido fue tan potente que rompió la barrera del sonido, creando una onda expansiva que hizo temblar la atmósfera del planeta. Pero este no era un grito cualquiera; era una manifestación de su poder corrompido, un ataque sónico que distorsionaba la realidad misma. Todo a su alrededor comenzó a desintegrarse: los edificios se derrumbaron, la tierra se partió, y los cielos se oscurecieron como si un eclipse eterno hubiera comenzado.
Desde su perspectiva distorsionada, los seres que huían en todas direcciones se transformaban en monstruos grotescos a sus ojos. Era como si la infección que había corrompido su mente le hiciera ver a todos como abominaciones que debían ser purgadas. Sus recuerdos, una vez llenos de seres queridos, compañeros y promesas de protección, ahora eran sombras borrosas, reemplazadas por una única misión: destruir y consumir.
La Ola de Destrucción
Con su rugido aún resonando en el aire, Victor Zombie comenzó a moverse a una velocidad que desafiaba las leyes de la física. Cada paso que daba dejaba cráteres en el suelo, y los tentáculos que habían emergido de su espalda se alargaron, destrozando cualquier cosa en su camino. Aquellos que intentaron enfrentarlo —héroes, soldados, incluso dioses menores— fueron destrozados sin piedad.
Para él, ellos no eran más que sombras monstruosas que acechaban en su mente. Sus garras corruptas cortaron a través de carne, metal y energía mágica con la misma facilidad. Se lanzó sobre sus "enemigos" con la ferocidad de un depredador primordial, arrancando miembros y devorando la esencia vital de todo lo que se movía.
Una Visión del Pasado
En medio de su frenesí, algo hizo que Victor Zombie se detuviera por un breve instante. Entre los escombros y cadáveres, vio la silueta de una mujer y dos niños, figuras que evocaron un recuerdo enterrado profundamente en su mente rota. Era una visión de su vida anterior, antes de la corrupción, antes de la transformación en el monstruo que era ahora.
Por un segundo, sus ojos perdieron ese brillo maligno, y una chispa de humanidad pareció asomar. Pero el momento fue fugaz. La visión se desvaneció, y lo que quedaba de Victor Zombie volvió a sucumbir a su locura. La mujer y los niños, inocentes que habían logrado sobrevivir al caos inicial, se convirtieron para él en demonios que debían ser aniquilados.
Sin dudar, Victor Zombie se lanzó sobre ellos, destrozando lo poco que quedaba de su humanidad. Su rugido volvió a llenar el aire, anunciando la condena de cualquier universo que se cruzara en su camino.
Un Nuevo Temor en el Multiverso
Mientras tanto, en rincones lejanos del multiverso, aquellos que habían oído rumores sobre la abominación que consumía universos empezaban a prepararse. Evil Victor, quien había huido con las familias, observaba desde un refugio oculto, su corazón lleno de temor. Sabía que la amenaza que alguna vez fue su otra mitad estaba desatada, y que ningún universo sería seguro mientras Victor Zombie continuara con su rastro de destrucción.
El multiverso entero temblaba bajo la sombra de un nuevo cataclismo, uno que no podía ser detenido fácilmente. Para Victor Zombie, cada ser vivo era solo otro "monstruo" que debía ser purgado de la existencia, y nada lo detendría hasta que no quedara absolutamente nada por destruir.
Después de varios meses de desolación y caos a lo largo del multiverso, Victor finalmente logró liberarse del control absoluto del virus que lo había convertido en una criatura sin alma. Durante ese tiempo, su cuerpo, distorsionado y mutilado por la corrupción, había sembrado el terror en innumerables universos, dejando un rastro de destrucción imposible de borrar. Sin embargo, en un momento inesperado, la esencia pura de Victor comenzó a emerger desde lo más profundo de su ser.
La Lucha Interna
En medio de una de sus incursiones destructivas, algo dentro de él empezó a cambiar. A medida que el virus consumía cada vez más de su energía, la voluntad inquebrantable de Victor—la misma voluntad que había alimentado sus luchas y victorias durante años—comenzó a pelear de regreso. Era una batalla interna, una guerra silenciosa entre la corrupción y su espíritu, una lucha que no involucraba puños ni poderes cósmicos, sino una determinación férrea por recuperar su ser.
Durante esos meses, los restos de su alma, que habían quedado atrapados en las profundidades de su conciencia, comenzaron a reunirse. Cada memoria de su familia, cada promesa hecha a sus amigos, y cada grito de auxilio que había jurado responder actuaron como un ancla, trayéndolo de vuelta desde el abismo. Poco a poco, Victor empezó a recordar quién era realmente.
La Purga del Virus
En un momento culminante de claridad, Victor consiguió lo imposible: forzó al virus fuera de su sistema con una descarga masiva de energía espiritual, utilizando su técnica más poderosa de purificación. Una ráfaga de luz púrpura y blanca emergió de su cuerpo, iluminando el vacío del espacio que lo rodeaba y desintegrando la corrupción que había infectado su alma.
El proceso fue doloroso, más allá de lo que cualquier batalla física había implicado, pero Victor no retrocedió. Su cuerpo se regeneró lentamente: sus músculos volvieron a la normalidad, las heridas sanaron, y finalmente, su alma, que había estado en un estado de limbo, regresó a su lugar.
El Renacimiento de Victor
Cuando el resplandor de la purificación se desvaneció, Victor cayó de rodillas sobre los escombros de lo que una vez fue un planeta próspero. Su cuerpo estaba cubierto de cenizas, y su respiración era pesada, pero él era Victor una vez más. Había recuperado su humanidad, y con ello, todos los recuerdos de las atrocidades que había cometido bajo la influencia del virus.
Al abrir los ojos, vio el daño que había causado: universos enteros arrasados, millones de vidas perdidas. La culpa y el arrepentimiento llenaron su corazón, pero sabía que no podía dejarse consumir por la desesperación. Había recuperado su vida, y ahora tenía una nueva misión: enmendar todo el daño causado.
Un Nuevo Propósito
Con su alma restaurada y su cuerpo regenerado, Victor se propuso buscar a aquellos que habían sobrevivido a su locura, especialmente su familia y amigos que aún podrían estar en peligro. Sabía que el camino para redimirse sería largo y difícil, y que muchos jamás lo perdonarían por lo que había hecho, incluso si no estaba en control de sus acciones. Pero eso no lo detendría.
Antes de partir, elevó sus manos al cielo, liberando una onda expansiva de energía que selló las grietas dimensionales que había abierto durante su reinado de terror, con la esperanza de que esta vez sus acciones pudieran empezar a reparar el tejido de los universos que había roto.
Victor, el guerrero que una vez fue un héroe, un villano, y luego una bestia desalmada, había regresado. Esta vez, más decidido que nunca a proteger el multiverso no solo de las amenazas externas, sino también de la oscuridad que alguna vez lo había consumido.
Victor, aún debilitado pero consciente de sus acciones pasadas, comenzó a experimentar un cambio inesperado. Al recordar el impacto de haber devorado a Xar'khal, algo dentro de él se rebeló. En un gesto de pura voluntad, Victor se estremeció, su cuerpo temblando con una energía incontrolable, y finalmente escupió tanto la carne como el concepto de Xar'khal que había consumido.
El Renacimiento de Xar'khal
Lo que ocurrió después fue nada menos que un milagro cósmico. Al liberar la esencia devorada de Xar'khal, el concepto mismo del dios comenzó a materializarse en el vacío espacial frente a Victor. El aire a su alrededor se distorsionó como si el universo estuviera retrocediendo, reescribiendo la realidad para traer de vuelta al dios destruido. Fragmentos de existencia se arremolinaron en un torbellino de energía, fusionándose y reconstruyendo el cuerpo de Xar'khal.
En cuestión de segundos, el dios cósmico Xar'khal resurgió de entre los restos que Victor había escupido, con su forma física restaurada y su poder aparentemente intacto. Sus ojos, llenos de furia y desconcierto, se posaron sobre Victor, quien ahora se encontraba agotado y vulnerable tras el acto de purga.
El Rostro de la Venganza
Xar'khal, aunque restaurado, parecía aún más enfurecido. Su mera existencia como concepto que había sido devorado y luego rechazado, le había dado un nuevo propósito: vengarse de Victor por la humillación y la profanación de su esencia. Con un rugido que sacudió los cimientos del espacio-tiempo, Xar'khal alzó sus manos, invocando energías ancestrales, listas para desatarse sobre su enemigo.
Pero esta vez, había algo diferente en Victor. Aunque apenas podía mantenerse en pie, su voluntad no había sido quebrada. Sabiendo que había liberado a un enemigo aún más peligroso, Victor se preparó para lo que podría ser su batalla final. Sabía que enfrentarse nuevamente a Xar'khal con el estado en el que se encontraba era prácticamente un suicidio, pero no podía permitir que la criatura continuara su reinado de terror.
La Decisión Final
Mientras Xar'khal se preparaba para desatar un ataque devastador, Victor tomó una decisión rápida y desesperada. En lugar de intentar luchar contra el dios en su estado actual, Victor usó las pocas energías que le quedaban para abrir un portal dimensional. En un último acto de heroísmo, lanzó el portal detrás de Xar'khal, con la intención de atraparlo en un vacío dimensional donde ni conceptos ni carne pudieran existir.
Sin embargo, la resistencia de Xar'khal fue feroz. El dios comenzó a ser absorbido por el portal, pero no antes de lanzar una última mirada desafiante a Victor, jurando que regresaría más fuerte que nunca. La grieta dimensional se cerró con un estallido de energía, y por un breve momento, el silencio envolvió el cosmos.
Un Respiro Temporal
Victor, ahora completamente agotado, cayó de rodillas, sintiendo cómo su cuerpo finalmente cedía ante el agotamiento. Aunque había logrado contener temporalmente a Xar'khal, sabía que esto no era el final. El dios podría volver en cualquier momento, más furioso y poderoso que nunca.
Con su última gota de energía, Victor miró hacia el horizonte estelar, consciente de que la guerra contra entidades como Xar'khal nunca terminaría. Pero mientras tuviera vida, lucharía para proteger a aquellos que amaba, incluso si eso significaba enfrentarse a los mismos conceptos que definen el universo.
Ahora, con el regreso de Xar'khal y la amenaza latente de su resurgimiento, la galaxia se encontraba al borde de un nuevo cataclismo. Pero Victor, renacido y redimido, estaba listo para enfrentarlo, cueste lo que cueste.
Victor, aún recuperándose de su intensa batalla, se sentía un torbellino de emociones. Había visto de primera mano lo que Xar'khal era capaz de hacer, no solo destruyendo mundos, sino absorbiendo conceptos, seres y almas. Aunque había logrado expulsar a aquel dios por un tiempo, no podía ignorar un pensamiento perturbador que le martillaba la mente: sus amigos podrían seguir atrapados en el interior de Xar'khal.
La Inquietante Revelación
Al recordar el momento en que Xar'khal había creado clones de sus amigos absorbiendo sus esencias, Victor se dio cuenta de que no solo había sido un truco para obtener poder; había un propósito más profundo y siniestro detrás de aquello. Xar'khal no solo consumía a sus víctimas, sino que absorbía sus conceptos enteros, sus memorias, habilidades y tal vez, incluso sus almas. Rigor, José, Toby, Yaneth... ¿podrían estar aún vivos dentro de esa entidad monstruosa?
Victor sintió una mezcla de esperanza y desesperación al pensar que tal vez sus amigos seguían existiendo, atrapados en algún tipo de limbo dentro del dios cósmico. Era una posibilidad remota, pero no podía darse por vencido.
El Nuevo Propósito de Victor
Con este nuevo entendimiento, Victor sabía que no podía permitirse descansar. Xar'khal regresaría, eso era seguro. Pero si había una oportunidad, aunque fuera mínima, de salvar a sus amigos, entonces debía prepararse para esa confrontación final. Decidió que no solo enfrentaría a Xar'khal por la seguridad del universo, sino para liberar las esencias atrapadas en su interior.
Respirando profundamente, se dirigió hacia el horizonte estelar, con la mirada fija en el vacío donde había expulsado al dios. "No estás muerto, Xar'khal, y sé que volverás. Pero cuando lo hagas, estaré listo... y recuperaré a mis amigos."
Una Búsqueda por el Multiverso
Con la convicción renovada, Victor comenzó a planificar su próximo movimiento. Sabía que necesitaría volverse aún más fuerte y quizás buscar aliados en otros universos que pudieran ayudarle en su misión. Además, debía descubrir más sobre los conceptos y cómo funcionaban. Si lograba entender cómo Xar'khal manipulaba esos conceptos, podría hallar una manera de revertir el proceso y liberar a aquellos que habían sido absorbidos.
Victor encendió un portal hacia el universo donde alguna vez había encontrado a poderosos aliados y seres con conocimientos ancestrales. Esta vez, no solo buscaba poder; buscaba sabiduría, respuestas, y una manera de salvar a quienes creía perdidos.
El Inicio de una Nueva Aventura
Así comenzó una nueva travesía para Victor, una misión que trascendería dimensiones, desafiaría dioses, y lo llevaría a enfrentarse a horrores aún mayores de los que había conocido. Pero esta vez, no solo lucharía por venganza o redención, sino por una esperanza que se había encendido en su corazón: la esperanza de recuperar a sus seres queridos.
Y en algún lugar, en los confines del cosmos, Xar'khal aguardaba, preparando su retorno. Sabía que el enfrentamiento final con Victor era inevitable. Pero esta vez, no sería solo una cuestión de poder, sino de voluntad, ingenio y determinación. La batalla entre ambos no solo decidiría su destino, sino el de todos aquellos atrapados en el limbo conceptual del dios oscuro.
El universo, una vez más, esperaba tembloroso el enfrentamiento entre el héroe renacido y el dios devorador de conceptos.
Fin.