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Chapter 8 - Episodio 8: Pensamientos para la derrota.

Victor emergió de la luz del portal, sus ropas desgarradas y cubiertas de polvo estelar, pero con una determinación renovada en su mirada. Evil Victor, que había estado en guardia al percibir la llegada de su homólogo, frunció el ceño, preparándose para un posible enfrentamiento.

Por un momento, Evil Victor vio la figura temible que Victor había sido durante su etapa como zombie, recordando el caos y la destrucción que había desatado en su frenesí. Los recuerdos de los universos que casi perecieron a manos del Victor infectado aún estaban frescos en su memoria. Pero al observar detenidamente, notó algo diferente en la forma en que Victor se movía, en la claridad de sus ojos.

El Momento de la Verdad

Evil Victor dejó escapar un suspiro de alivio, bajando su guardia ligeramente.

—Pensé que todavía estabas... perdido —dijo con voz tensa, sin apartar la vista de Victor.

Victor asintió lentamente, comprendiendo la desconfianza.

—Lo estaba —admitió—, pero logré liberarme. El virus... ya no tiene control sobre mí.

Ambos se quedaron en silencio por un momento, la tensión entre ellos comenzando a disiparse. Para Evil Victor, este era un alivio inesperado. Había huido del universo que se derrumbaba bajo la locura de un Victor zombie, llevándose consigo a su familia y a la de Daiki, sin saber si alguna vez volvería a ver un rastro del hombre que alguna vez fue su aliado.

Un Nuevo Comienzo

—¿Y ahora? —preguntó Evil Victor, con un toque de curiosidad en su voz—. ¿Qué harás después de todo lo que pasó?

Victor bajó la mirada por un instante, recordando su propósito renovado.

—Voy a cazar a Xar'khal. Sé que sigue vivo, y sospecho que tiene a nuestros amigos atrapados en su interior, como conceptos. No puedo permitir que siga existiendo... y no puedo dejar atrás a quienes todavía pueden ser salvados.

Evil Victor observó a Victor por un momento más, luego asintió con un destello de entendimiento en sus ojos.

—Entonces, irás a buscarlo. Pero esta vez, no estarás solo.

Victor levantó la vista, sorprendido por las palabras de su contraparte.

—Yo también tengo cuentas pendientes con Xar'khal —continuó Evil Victor, con una sonrisa astuta—. Además, no puedo dejarte llevarte toda la gloria.

Ambos compartieron una rara sonrisa, una mezcla de alivio, camaradería y determinación. Sabían que Xar'khal era una amenaza mayor de lo que cualquiera de ellos podía enfrentar por sí solo, pero juntos, tenían una oportunidad.

La Alianza Inesperada

Con un apretón de manos que selló una alianza tácita, Victor y Evil Victor comenzaron a planificar su próximo movimiento. Sabían que el tiempo era crucial. Xar'khal seguramente estaba recuperando fuerzas, preparándose para su próximo ataque, y quizás, absorbiendo más conceptos para volverse aún más poderoso.

—Entonces, ¿cuál es el plan? —preguntó Evil Victor, cruzándose de brazos.

Victor miró hacia el horizonte, con los ojos brillando de determinación.

—Primero, encontraremos el rastro de Xar'khal. Luego, lo destruiremos... y recuperaremos a nuestros amigos.

Ambos asintieron, sabiendo que esta sería una de las mayores batallas que jamás enfrentarían. Pero esta vez, estaban preparados para enfrentar el caos, la destrucción, y cualquier cosa que Xar'khal les arrojara.

El universo no sabía lo que estaba por llegar, pero con Victor y Evil Victor en alianza, había una esperanza renovada.

Xar'khal flotaba en un vacío oscuro, el espacio entre conceptos y realidades. Fragmentos de memoria y escenas de vidas ajenas giraban a su alrededor como espejos rotos, reflejando momentos clave de aquellos a quienes había absorbido. Sus múltiples ojos se movían frenéticamente, escaneando cada recuerdo, cada pedazo de conocimiento en busca de una salida.

—Hay que encontrar la brecha —murmuró, su voz reverberando como un eco en ese limbo abstracto.

Vio fragmentos de la vida de Daiki, recordando sus habilidades con precisión quirúrgica; el dolor y la furia de Victor en sus múltiples batallas; incluso los oscuros pensamientos de Evil Victor y sus estrategias para sobrevivir. Xar'khal profundizó más, encontrando los recuerdos de cómo escaparon de situaciones imposibles.

—Todos ellos... siempre encuentran un camino —se dijo a sí mismo, con una sonrisa retorcida—. Si ellos lo lograron, yo también podré hacerlo.

Las memorias se superpusieron, mostrando portales, fisuras en la realidad que los héroes habían utilizado en el pasado. Xar'khal, con su dominio de los conceptos y su habilidad de absorción, comenzó a manipular las energías dentro de esos recuerdos, reconstruyendo la técnica que podría permitirle escapar de su prisión conceptual.

Con un gesto, abrió un portal desgarrando la misma esencia del espacio-tiempo. Antes de atravesarlo, se detuvo, mirando uno de los últimos recuerdos de Victor: su juramento de destruir a Xar'khal para siempre.

—No... seré yo quien consuma tu existencia, Victor. Esta vez, no escaparás de mi poder.

Xar'khal se deslizó a través del portal, desapareciendo del vacío mientras el eco de su risa resonaba en la oscuridad, listo para desatar su venganza una vez más.

Xar'khal observó la infinita oscuridad que lo rodeaba. Había intentado manipular los recuerdos, las energías y los conceptos, pero nada parecía funcionar completamente. Fue entonces cuando recordó la técnica de Daiki: el "Corte Perfecto". Un movimiento capaz de cortar cualquier cosa, incluso la propia realidad.

—Entonces... utilizaré tu propia habilidad para liberarme —susurró, con una sonrisa malévola.

Concentró su energía, haciendo que su cuerpo brillara con un resplandor púrpura. Las múltiples bocas en su cuerpo comenzaron a entonar un cántico antiguo, absorbiendo las energías residuales de todos los héroes que había consumido. Formó una hoja de energía pura, delgada como un hilo pero más afilada que cualquier espada.

—Corte Perfecto —declaró con voz retumbante.

Xar'khal balanceó su brazo, y la hoja invisible atravesó el espacio. En un instante, un destello de luz atravesó el vacío. La oscuridad que lo rodeaba se partió como si fuera un cristal, abriéndose en fisuras que brillaban con luz cegadora. Un gran corte se abrió en la realidad misma, como una herida en el tejido del universo.

Con una sonrisa de triunfo, Xar'khal dio un paso hacia adelante, atravesando la grieta que había creado. Al otro lado, se encontraba un nuevo universo, un lugar lleno de vida, caos y oportunidades para desatar su poder una vez más.

—Estoy de vuelta —susurró al sentir el aire fresco y la energía vibrante de ese nuevo mundo—. Ahora, la verdadera caza comienza.

Victor sintió un escalofrío recorrer su columna cuando la familiar y ominosa energía de Xar'khal rasgó el tejido del universo, acercándose rápidamente hacia ellos. Su expresión se tensó al reconocer aquel poder que tanto había temido regresar. Con un suspiro profundo, giró hacia Evil Victor, que observaba con cautela.

—Parece que no nos dará un respiro... —murmuró Victor, apretando los puños hasta hacerlos crujir.

Evil Victor, con una sonrisa torcida, asintió mientras cruzaba los brazos. —No pensé que volveríamos a enfrentarnos tan pronto. ¿Listo para otra ronda, compañero?

Victor no respondió con palabras. Cerró los ojos y, en un estallido de determinación, su cuerpo comenzó a emanar un aura violenta de fuego púrpura. La "Ira Dansandankai" se activó, fortaleciendo sus músculos y aumentando su poder exponencialmente. Sus ojos se tornaron de un brillo feroz mientras el aire a su alrededor vibraba bajo la intensidad de su energía.

—No dejaré que nos arrebate a nadie más. Esta vez, Xar'khal no escapará —gruñó Victor con una voz cargada de furia contenida.

Evil Victor observó el cambio en su homónimo con una chispa de respeto en sus ojos. —Entonces, no perdamos el tiempo. Vamos a recibirlo como se merece.

Ambos guerreros se prepararon, sintiendo cómo el espacio a su alrededor comenzaba a temblar con la llegada inminente de Xar'khal. Los cielos se oscurecieron, y un viento helado azotó el lugar mientras la entidad maligna atravesaba el velo de la realidad, acercándose como una tormenta desatada.

Fin.