Ambos se quedaron congelados por un momento, sus respiraciones pesadas llenando el silencio de la habitación. Luther bajó lentamente el puño, lanzándole una última mirada de advertencia a Ithan antes de levantarse y abrir la puerta.
La abrió de un tirón, revelando una figura alta en el pasillo tenuemente iluminado.
Era Darius.
"Buenas noches, caballeros," saludó Darius, con un tono falso de alegría. Sus ojos afilados analizaron inmediatamente la escena: los muebles fuera de lugar, el estado desaliñado de Ithan y los puños cerrados de Luther. "¿Acaso llego en… mal momento?"
Luther se apartó para dejarlo entrar, cruzándose de brazos mientras se apoyaba contra el marco de la puerta. "Solo acomodándonos," respondió secamente, sin ofrecer más explicaciones.
Darius entró en la habitación con las manos detrás de la espalda, inspeccionando los restos del altercado. Miró a Kay, quien simplemente se encogió de hombros y señaló a los otros dos.
"No vi nada," comentó Kay, con sarcasmo evidente en su voz. "Solo un poco de convivencia entre nuevos compañeros."
Darius arqueó una ceja, claramente poco impresionado, antes de dirigir su atención a Ithan, quien intentaba sacudirse el polvo y aparentar indiferencia.
"Ithan," dijo Darius con una mirada significativa, "no me importa qué resentimiento tengas o qué problemas estés buscando. Lo que ocurrió fuera de esta academia se queda allá. ¿Entendido?"
La sonrisa de Ithan se desvaneció por un momento, pero rápidamente la recuperó, asintiendo con fingida indiferencia. "Entendidísimo," murmuró.
"Y tú, Luther," continuó Darius, girándose hacia él. "Te aconsejo evitar estas situaciones en el futuro. No querrás que la directora se entere de tus… situaciones."
Luther sostuvo su mirada, con el rostro inmutable. "Quizás dile a Ithan que la próxima vez guarde su cuchillo," respondió con voz tranquila pero firme.
Darius lo observó por unos segundos antes de asentir. "Justo. Pero que esto sea la primera y última vez que tengo que intervenir. ¿Quedó claro?"
Un silencio tenso llenó el aire antes de que Luther e Ithan asintieran a regañadientes. Satisfecho, Darius se giró y comenzó a salir de la habitación. En la puerta, hizo una pausa y miró por encima del hombro.
"Oh, una cosa más," añadió con una sonrisa burlona. "Luces apagadas en una hora. No quiero que molesten a sus vecinos con su… convivencia."
Con eso, desapareció por el pasillo, dejando a los tres en silencio.
Kay fue el primero en hablar. "Bueno, eso estuvo entretenido," dijo, poniéndose de pie y estirándose con pereza. "Yo me quedo con la litera de arriba."
Ithan lo fulminó con la mirada, pero no dijo nada, frotándose la mandíbula mientras se dirigía a su cama. Luther permaneció junto a la puerta, todavía furioso, aunque las palabras de Darius lo habían hecho contenerse.
"Que tengan dulces sueños, chicos," dijo Kay con una sonrisa mientras se acomodaba en la litera superior.
La habitación quedó en silencio por un breve instante tras la salida de Darius. Ithan se tiró pesadamente en su cama, gruñendo por lo bajo, mientras Kay simplemente seguía en la litera superior, entretenido con un libro que había sacado de su maleta. Luther, por su parte, permanecía apoyado contra la pared, procesando el reciente enfrentamiento.
Sin embargo, el silencio se interrumpió nuevamente por un golpe suave en la puerta.
"¿Quién demonios es ahora?" murmuró Ithan, claramente irritado. Se levantó bruscamente de la cama y caminó hacia la puerta, abriéndola de un tirón. "¿Qué quieres?" preguntó, su tono áspero.
Al otro lado de la puerta había un chico de aspecto bastante peculiar. Su rostro era delicado y hermoso, casi angelical, con rasgos suaves que parecían esculpidos por un artista. Su cabello negro, brillante como la obsidiana, estaba atado en una elegante coleta que caía sobre su espalda, y sus ojos grises brillaban con una intensidad inusual. Era de baja estatura, pero mantenía una postura que irradiaba confianza. Parecía tan fuera de lugar en ese contexto que, por un momento, Ithan parpadeó, confundido.
"Habitación equivocada" dijo Ithan finalmente, mientras hacía ademán de cerrar la puerta.
El chico levantó una mano con rapidez, deteniendo la puerta antes de que se cerrara por completo. Su expresión seguía siendo tranquila, pero sus ojos reflejaban una firmeza inesperada.
"No me equivoqué" respondió con una voz suave pero segura. "Esta es mi habitación."
Ithan lo miró con incredulidad, su irritación creciendo con cada segundo que pasaba. "¿Tu habitación?" repitió, casi riéndose. "Mira, niñita, no sé quién te mandó aquí, pero…"
"Soy Kael Éveris" interrumpió el chico, sin levantar la voz pero dejando claro que no estaba dispuesto a ser interrumpido nuevamente. "Y según la lista de asignaciones, esta es mi habitación. Así que, si no te importa, ¿puedo pasar?"
El sarcasmo en la voz de Kael no pasó desapercibido, y la mandíbula de Ithan se tensó mientras lo miraba fijamente. Antes de que la situación pudiera escalar, Luther intervino, acercándose a la puerta y empujando ligeramente a Ithan hacia un lado.
"¿Kael, dices?" preguntó Luther, evaluando al chico con la mirada. "¿Tienes algo que lo pruebe?"
Kael asintió con serenidad y sacó un pergamino enrollado de su bolsillo. Lo desenrolló con cuidado, mostrando un documento oficial de la academia que confirmaba su asignación a esa habitación.
Luther tomó el pergamino y lo examinó rápidamente antes de devolvérselo. "Parece que está en lo correcto. Es uno de nosotros."
Kael sonrió levemente, inclinando la cabeza en un gesto de agradecimiento, y luego pasó junto a ellos con elegancia. Su presencia era tan pulcra que parecía un contraste absoluto con el caos previo en la habitación. Caminó hacia la litera que quedaba libre y dejó caer su bolsa con delicadeza, inspeccionando el lugar con un aire casi analítico.
"Bueno, parece que vamos a ser compañeros" comentó con una leve sonrisa, mirando a los tres. "Espero que podamos llevarnos bien."
Ithan resopló, cerrando la puerta con más fuerza de la necesaria antes de volver a su cama, claramente irritado. Kay, por otro lado, bajó ligeramente el libro y observó a Kael con curiosidad.
Luther se cruzó de brazos, observando la situación. Aunque Kael parecía tranquilo y educado, había algo en su porte que sugería que no era alguien a quien subestimar. Ithan, en cambio, lo ignoraba deliberadamente, dejando claro que no estaba de humor para socializar.
"Bueno, Kael" dijo Luther finalmente, rompiendo el silencio. "No le hagas caso a Ithan es solo un amargado. Como ya ves, llegaste en un momento algo… tenso."
Kael asintió, agradeciendo el gesto. "Jaja esta bien, gracias."
La habitación volvió a sumirse en el silencio mientras cada uno retomaba lo suyo. Luther se recostó en su litera, Kay volvió a su libro, e Ithan simplemente permaneció mirando el techo, claramente molesto por la nueva incorporación. Pero una cosa estaba clara: con Kael en la ecuación, las cosas en esa habitación estaban lejos de ser aburridas.
Mientras el silencio incómodo se asentaba en el aire, un pensamiento cruzó por la mente de Luther: Este semestre será largo.