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Chapter 37 - Silencios Nocturnos

Luther salió de la oficina de Seraphis sintiendo un cansancio que no era solo físico, sino también mental. Había sido una sesión intensa, llena de revelaciones incómodas y ejercicios que lo dejaron agotado. Caminó por los pasillos de la academia, notando cómo la luz de las lámparas mágicas era más tenue, y el bullicio del día había dado paso a un silencio más sereno. Casi sin darse cuenta, llegó a su habitación.

Al abrir la puerta, lo primero que vio fue a Kay, sentado en su litera superior, con el rostro iluminado por la suave luz de una lámpara pequeña mientras leía un libro. Era una imagen casi reconfortante, familiar.

"¿Otra vez estudiando, Kay?" preguntó Luther con voz ronca, intentando sonar más relajado de lo que realmente estaba.

Kay alzó ligeramente la mirada, sus ojos reflejando la concentración interrumpida. "Uhum" respondió con un tono como fastidiado por la pregunta. "Pareces exhausto."

Luther asintió sin dar detalles. No tenía ganas de explicar la extraña cercanía de Seraphis, su mano sobre las suyas, la compasión incómoda, ni el dolor de la magia oscura. Soltó un suspiro y se percató de algo más: Ithan y Kael no estaban. Generalmente, a estas horas, la habitación se llenaba de discusiones o comentarios sarcásticos, sobre todo entre Ithan y Kael, quienes tenían una relación tensa desde el primer día.

"¿Dónde están Ithan y Kael?" preguntó Luther, frunciendo el ceño.

Kay se encogió de hombros sin apartar la mirada de su libro. "No los he visto. Ithan salió hace rato, y Kael supongo que estará en la biblioteca o en algún otro lado, que se yo."

Luther se quedó pensativo. Que Ithan saliera sin más no era raro, pero la ausencia de su característico mal humor a estas horas sí despertaba curiosidad. Con un leve encogimiento de hombros, se dirigió hacia la ventana y corrió ligeramente la cortina, queriendo despejar su mente con la vista del exterior.

Desde allí, se podía ver parte del bosque que rodeaba la academia. Bajo la luz plateada de la luna y las estrellas, el bosque adquiría un aire misterioso. Observando distraído, Luther frunció el ceño al distinguir una figura masculina esperando a la orilla del arbolado. Al fijar la vista, reconoció sin lugar a dudas a Ithan, quien parecía muy nervioso, mirando a todos lados como temiendo ser descubierto.

"¿Qué mierda tramas ahora, idiota?" murmuró Luther para sí mismo, entrecerrando los ojos.

Estuvo a punto de apartarse y acostarse cuando notó que otra figura aparecía junto a Ithan. Una sombra encapuchada, de movimientos fluidos, se deslizó desde el follaje hasta situarse frente a él. Parecían estar conversando. Luther no logró distinguir sus palabras, pero podía adivinar la tensión en el lenguaje corporal de Ithan: sus hombros rígidos, las manos apretadas. La figura encapuchada, en cambio, se mantenía serena, con un aplomo inquietante.

A Luther le bastó esa imagen para sentir que algo no estaba bien. Esa no era una reunión casual. Pocas razones podrían llevar a Ithan a escaparse en medio de la noche para encontrarse con alguien así, en el linde del bosque, lejos de miradas indiscretas. Había peligro, o al menos el aroma de un secreto que no debía salir a la luz.

Kay, al notar el silencio prolongado, levantó la vista del libro hacia Luther. "¿Pasa algo?"

Luther se apartó un poco de la ventana, intentando mantener la compostura. "Nada importante, solo creí ver a Ithan allá afuera."

Kay soltó un leve "Ah" como si no fuera un dato particularmente interesante. Sin embargo, Luther no podía sacudirse la inquietud. Observó de nuevo por la ventana, esta vez con más cuidado. La figura encapuchada y Ithan ya no estaban allí, como si la oscuridad se los hubiera tragado.

"Bueno, que haga lo que le de la gana" dijo Luther en voz baja, intentando convencerse. "De seguro esta tramando alguna mierda molesta como siempre."

De vuelta a la habitación, se quitó la capa con parsimonia y se preparó para acostarse. Notó que Kay lo observaba de reojo, quizás percibiendo su inquietud.

"Mejor descanso" pensó Luther, frotándose el cuello adolorido. "Mañana será otro día largo."

Acostado en su cama, Luther cerró los ojos, pero no sin antes grabar en su mente la imagen de Ithan y el encapuchado. Por un instante, deseó que solo fuera una tontería más del pendenciero de Ithan, alguna travesura sin importancia. Pero su intuición le decía que no era así...

Al día siguiente...

Luther, tras un sueño algo intranquilo, se despertó con una sensación de alerta. Recordaba muy bien lo que vio la noche anterior: Ithan reunido con aquella figura encapuchada en el borde del bosque. La imagen seguía rondando en su mente, negándose a desvanecerse.

Lo primero que notó fue la ausencia de Ithan en su cama. Por lo general, ese buscapleitos dormilón solía levantarse tarde, haciendo que el resto de sus compañeros tuviera que despertarlo o dejarlo atrás. Pero hoy, la cama estaba intacta desde temprano, lo que resultaba inusual y confirmaba las sospechas de Luther.

Se vistió en silencio, colocando su uniforme con cuidado, y salió al pasillo con paso decidido. Necesitaba comentarle a Elise, Borik y Naomi lo que había visto. Quizás juntos pudieran entender qué se traía entre manos Ithan.

El pasillo estaba ocupado por el trajín matutino de siempre. Algunos estudiantes ajustando sus capas, otros comentando el plan de las clases del día. Luther se movió entre ellos, buscando las caras familiares de sus amigos. No tardó en encontrarlos: Borik apoyado contra una pared, con los brazos cruzados; Elise sonriendo al verlo acercarse; Naomi con la vista puesta en un pergamino, pero prestando atención a su llegada.

"¡Luther!" lo saludó Elise con su tono ligero y cordial, mientras Borik esbozaba una mueca cómplice y Naomi alzaba ligeramente la vista, reconociendo su presencia.

"¿Y esa cara?" bromeó Borik, arqueando una ceja. "¿Tuviste una mala noche?"

Luther se acercó a ellos, y mientras caminaban hacia la sala de clases les conto manteniendo la voz baja. "Anoche… vi algo. Ithan no estaba en la habitación. Fui a la ventana y lo vi en el bosque. No estaba solo, se encontró con alguien encapuchado. No sé qué significa, pero…"

No pudo terminar la frase. Una voz brusca e inconfundible los interrumpió antes de que pudiera explicar más.

"¿Qué miras, imbécil?" espetó Ithan, apareciendo justo frente a ellos. Su repentina intervención cayó como un balde de agua fría. Estaba de pie, más madrugador que nunca, y por su expresión, era evidente que no estaba de buen humor.