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Chapter 30 - Bienvenidos a la Academia (2)

Un silencio reverente llenó el auditorio después de las palabras iniciales de la directora. Ethel Arannis permaneció firme en el podio, su figura irradiando una autoridad incuestionable. Sus ojos escudriñaban la multitud de estudiantes como si pudiera ver a través de cada uno de ellos.

"Hoy comienza un nuevo capítulo en sus vidas, uno que no estará exento de desafíos ni sacrificios. Aquí, en la Academia Mágica de Ethelia, se les dará la oportunidad de superar sus límites y descubrir el verdadero alcance de su potencial."

La directora hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran en los presentes.

"La academia no es solo un lugar para aprender magia o perfeccionar habilidades marciales" continuó Ethel, con un tono firme pero inspirador. "Es un lugar donde descubrirán quiénes son realmente. Aquí encontrarán aliados… y rivales. Se enfrentarán a pruebas que no solo pondrán a prueba su fuerza, sino también su carácter."

Luther no podía apartar la mirada de ella. Había algo en su voz que resonaba en lo más profundo de su ser. A su lado, Elise también parecía cautivada, con los ojos brillando de emoción.

"Sin embargo, quiero dejar algo claro desde el principio" dijo Ethel, su tono volviéndose más grave. "No todos ustedes llegarán al final de este camino. Algunos caerán, incapaces de soportar la presión. Otros descubrirán que sus ambiciones no son suficientes para enfrentar lo que se avecina. Y eso está bien. No todos están destinados a la grandeza."

Un murmullo inquieto recorrió el auditorio ante esas palabras, pero Ethel alzó una mano, y el silencio volvió de inmediato.

"Para aquellos que perseveran, para quienes enfrentan la adversidad con determinación y coraje, las recompensas serán inigualables. Aquí, formaremos a los futuros líderes del reino, a los guardianes de nuestra gente y a los innovadores que llevarán nuestra magia a nuevas fronteras. La pregunta es: ¿quién de ustedes tiene lo necesario para estar entre ellos?"

Luther sintió un escalofrío recorrer su columna ante esas palabras. La determinación comenzó a arder en su interior. Podía sentir la misma emoción en el aire, compartida por muchos de los estudiantes que lo rodeaban.

La directora dio un paso atrás, extendiendo ambas manos. Un círculo mágico brillante apareció bajo sus pies, proyectando un mapa tridimensional de la academia que flotaba en el aire para que todos lo vieran.

"Esta es la Academia Mágica de Ethelia. Aquí están sus aulas, sus dormitorios, sus campos de entrenamiento. Esta será su casa y su campo de batalla. Aprovechen cada oportunidad que se les presente. Desde hoy, sus vidas ya no serán las mismas."

El mapa desapareció, y el círculo mágico bajo ella se disipó con un suave destello. Ethel Arannis inclinó ligeramente la cabeza, su mirada recorriendo una vez más a la multitud.

"Bienvenidos, estudiantes."

El auditorio estalló en aplausos y vítores. Los estudiantes se pusieron de pie, algunos con expresiones de entusiasmo, otros con determinación renovada. Luther se unió a los aplausos, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que estaba a punto de embarcarse en algo mucho más grande de lo que jamás había imaginado.

Mientras la directora se retiraba de la tarima, Darius se acercó al grupo, luciendo una sonrisa de satisfacción.

"Espero que hayan prestado atención. Ahora, síganme, hay algo que tienen que ver."

Elise y Luther, junto al resto del grupo, siguieron a Darius a través de los pasillos iluminados de la academia, hasta llegar al amplio patio principal. Apenas cruzaron el umbral, una escena impresionante se desplegó ante sus ojos, dejando al grupo boquiabierto.

El patio era un espacio vasto y lleno de vida, rodeado por altos edificios adornados con intrincados grabados mágicos que brillaban débilmente bajo la luz del sol. Estudiantes de todas partes conversaban, practicaban magia, o simplemente disfrutaban del ambiente. Pero lo que realmente captó la atención del grupo fueron los estudiantes mismos. Entre ellos había criaturas humanoides con características animales: orejas alargadas, cuernos, pieles de colores exóticos, y colas que se movían con gracia.

Luther parpadeó, incapaz de ocultar su asombro. A su lado, Elise observaba a los estudiantes con una mezcla de fascinación y curiosidad, como si estuviera viendo algo sacado de una leyenda.

"¿Eso… eso es una persona con cuernos?" murmuró uno de los estudiantes del grupo, señalando a una figura alta con piel azulada y un par de cuernos retorcidos que sobresalían de su frente.

"¡Y esa chica tiene orejas de gato!" exclamó otro, señalando a una estudiante que pasaba cerca, cuyo rostro se volteó brevemente hacia ellos antes de seguir caminando.

Darius, al escuchar sus comentarios, se detuvo y se giró hacia ellos, con una sonrisa amplia en el rostro.

"Ah, es verdad, se me olvidó que es su primera vez viendo a diferentes razas, ¿no?" comentó, riendo ligeramente al ver sus expresiones de asombro.

"¿Diferentes razas?" preguntó Elise, aún mirando alrededor.

Darius asintió, cruzándose de brazos mientras les explicaba. "Sí, la Academia Mágica de Ethelia no discrimina entre razas o especies. Aquí no solo encontrarán humanos, sino también otras razas. Este es uno de los pocos lugares en todo el reino donde realmente pueden convivir en paz… al menos en teoría.

Luther se cruzó de brazos, aún digiriendo la información mientras observaba a un grupo de elfos conversando cerca de una fuente mágica que flotaba en el centro del patio. Su postura elegante y orejas alargadas los hacían destacar, pero lo que más llamaba la atención era su aura tranquila y segura.

"¿En teoría?" preguntó Luther, alzando una ceja, su voz cargada de curiosidad.

Darius sonrió con un toque de ironía y continuó: "Bueno, no todas las razas se llevan bien entre sí. Hay rivalidades antiguas, prejuicios que todavía persisten y… egos descomunales. La academia hace lo posible por mantener la armonía, pero cuando juntas a tantas personalidades fuertes en un solo lugar, las cosas pueden ponerse… interesantes."

Luther asintió lentamente, observando cómo un draconiano una figura imponente con escamas brillantes y una cola musculosa practicaba movimientos marciales en el campo de entrenamiento al aire libre, mientras un grupo de estudiantes lo miraba desde una distancia segura.

"Impresionante…" susurró Elise, maravillada al ver a un grupo de bestiales, humanoides con rasgos animales, pasar cerca de ellos. Uno de ellos, con una melena leonina, los miró brevemente antes de seguir su camino.

"No se dejen intimidar por las apariencias" advirtió Darius, continuando su explicación. "Cada raza tiene sus fortalezas, pero también sus debilidades. Aquí aprenderán a trabajar juntos… o a competir entre sí. Depende de ustedes."

Mientras caminaban por el patio, algunos estudiantes más experimentados se detenían para observar al grupo de nuevos alumnos. Algunos lo hacían con interés genuino, otros con una mirada de desdén que dejaba claro que no estaban impresionados. Elise, notando esto, susurró a Luther:

Luther encogió los hombros, sin perder de vista a un par de estudiantes demoníacos que parecían estar susurrando entre sí mientras los miraban. "Déjalos mirar. Si quieren problemas, se los dare."

Elise rodó los ojos, aunque una pequeña sonrisa curvó sus labios. "Siempre tan amigable, ¿eh?"