La princesa Selene avanzó un paso al frente, permitiendo que su mirada recorriera lentamente a los invocados que quedaban en el campo. Su postura era serena, pero su voz llevaba una firmeza que no admitía objeciones.
"Escuchen atentamente," comenzó, captando la atención de todos. "Primero que nada, como se mencionó anteriormente, solo aquellos que hayan alcanzado un núcleo de nivel 3 podrán participar en la prueba de admisión. Si no cumplen con este requisito, deben hacer una fila al costado."
Un silencio pesado cayó sobre el grupo mientras las palabras de la princesa resonaban.
"A quienes no cumplan los requisitos, se les entregará una moneda de oro y suministros suficientes para una semana. A partir de ahora, ya no tendrán relación alguna con el reino. Son libres de vivir sus vidas como deseen, pero no podrán formar parte de la Academia."
Tan pronto como terminó de hablar, los murmullos comenzaron a crecer entre los invocados que sabían que no habían alcanzado el nivel requerido. Algunos expresaron su frustración en voz alta, y otros lanzaron insultos hacia la princesa y los soldados.
"¡Esto es injusto!" gritó alguien desde el fondo. "¡Ustedes nos trajeron aquí y ahora nos desechan!"
La princesa mantuvo su expresión tranquila, pero uno de los soldados avanzó rápidamente hacia el grupo de quejosos, con una mirada severa. "¡Silencio!" ordenó con un tono que hizo eco en el campo. "Cumplan las órdenes o serán escoltados fuera por la fuerza."
Los invocados que no habían logrado el nivel 3 fueron obligados a formar la fila. Algunos miraban al suelo, con expresiones de derrota, mientras otros mantenían la cabeza en alto, desafiantes. Los que aún permanecían en el campo, los elegidos para el examen, observaron en silencio cómo los primeros eran equipados con sus suministros y enviados fuera del campamento. La atmósfera estaba cargada de incomodidad y tensión.
Una vez que el proceso terminó, la princesa retomó la palabra, su voz cortando el aire como una cuchilla. "Ahora que los no clasificados han partido, procedamos con la explicación del examen final."
Todos los que quedaban se enderezaron, expectantes. La princesa hizo una pausa breve antes de continuar.
"El examen será individual," anunció, provocando un murmullo inmediato entre los invocados. "Cada uno de ustedes será enviado al bosque. Allí deberán sobrevivir y recolectar piedras mágicas durante un día completo. Tendrán que regresar al punto de encuentro designado mañana en la mañana, con las piedras que hayan conseguido. La cantidad y calidad de las piedras determinarán su clasificación."
La princesa hizo un gesto hacia uno de los soldados, quien desplegó un mapa del bosque y lo colocó en un atril para que todos lo vieran.
"En el bosque encontrarán una variedad de monstruos que deberán cazar para obtener puntos. Los puntos se obtendrán al recolectar las piedras mágicas que se encuentran en los cadáveres de los monstruos. Cada tipo de monstruo otorga una cantidad diferente de piedras, dependiendo de su dificultad y nivel de poder."
Selene hizo una pausa para asegurarse de que todos estaban entendiendo. "Además, las piedras mágicas pueden ser robadas de otros participantes. Esto significa que no solo deben preocuparse por los monstruos, sino también por proteger lo que consigan. Sin embargo," agregó, con un tono más serio, "está estrictamente prohibido atentar contra la vida de otros participantes. Cualquier intento de hacerlo resultará en una descalificación inmediata."
El silencio que siguió a sus palabras fue sepulcral. Luther notó que algunos invocados intercambiaban miradas tensas, ya calculando estrategias en sus mentes.
"¿Alguna duda?" preguntó Selene, su mirada recorriendo a los invocados.
Un joven alzó la mano tímidamente. "¿Qué ocurre si no regresamos al punto de encuentro a tiempo?"
"Si no regresan a tiempo, serán descalificados automáticamente," respondió la princesa con frialdad. "No habrán excepciones."
Otro invocado levantó la mano. "¿Qué tan peligrosos son los monstruos del bosque?"
Selene asintió ligeramente. "Habrá una mezcla de niveles. Algunos serán manejables para invocados principiantes, mientras que otros serán un desafío considerable. Su éxito dependerá de su capacidad para evaluar las amenazas y actuar en consecuencia."
"Sin embargo," añadió la princesa, haciendo una pausa mientras paseaba su mirada entre los invocados. "les daré una pequeña pista, mientras mas profundo en el bosque vayan mas fuertes serán los monstruos y por ende mas cantidades de piedras mágicas soltaran al morir, por lo que los que mas se arriesguen podrán obtener mejores recompensas."
"Oh... y me había olvidado, solo pasaran el examen los 10 mejores que obtengan la mayor cantidad de puntos, ¿Alguien tiene alguna otra duda?"
Nadie más levantó la mano. La princesa dio un paso atrás y asintió. "Si no hay más preguntas, cada uno será escoltado a un punto de partida diferente dentro del bosque. No habrá contacto con otros participantes hasta que comience oficialmente la prueba. Prepárense para lo que viene. Esta prueba no solo evalúa su fuerza, sino también su ingenio, habilidades de supervivencia y capacidad para tomar decisiones bajo presión. Buena suerte a todos."
Mientras los soldados comenzaban a organizar a los invocados, Luther buscó a Elise entre el grupo. La encontró no muy lejos, ajustándose su equipo con una expresión que mezclaba determinación y nerviosismo. Decidió acercarse a ella, consciente de que podría ser la última vez que hablaran antes de que comenzara la prueba.
"Bueno, parece que aquí es donde nos separamos," dijo Luther, intentando sonar más relajado de lo que realmente estaba.
Elise levantó la vista, y al notar su presencia, una sonrisa suave iluminó su rostro. "Sí, supongo que sí. Pero sabes que lo harás bien, ¿verdad?"
Luther asintió, aunque por dentro sentía una punzada de incertidumbre. "Tú también, Elise. Eres fuerte. Estoy seguro de que lo lograrás."
Ambos intercambiaron una mirada cargada de emociones que no necesitaban palabras. Elise bajó un poco la mirada, jugueteando nerviosamente con una de las correas de su cinturón. Finalmente, levantó la vista de nuevo, con una mezcla de dulzura y firmeza. "Cuídate, ¿sí? No hagas ninguna locura... aunque sé que probablemente lo harás."
Luther rió suavemente. "Intentaré no meterme en problemas... jaja."
El sonido de los soldados llamando a los invocados para dirigirse a sus puntos de inicio cortó el momento. Luther dio un paso atrás, listo para unirse a su escolta. "Nos vemos en el punto de encuentro," dijo, con una pequeña sonrisa.
"Sí..." respondió Elise, con una voz más baja de lo habitual. Luther asintió y comenzó a girarse para marcharse con los escoltas.
De repente, unos pasos rápidos detrás de él lo hicieron detenerse. Antes de que pudiera reaccionar, Elise corrió hacia él, colocándose justo frente a su rostro. Sin decir una palabra, se inclinó y le robó un beso. Fue rápido, pero lleno de emoción. Luther, sorprendido, se quedó paralizado mientras su rostro se teñía de rojo.
Elise, igualmente sonrojada, dio un paso atrás, evitando su mirada. "B-buena suerte," tartamudeó antes de darse la vuelta y correr hacia su escolta, dejando a Luther atónito en su lugar.
Cuando finalmente logró reaccionar, una pequeña sonrisa se formó en sus labios. Su corazón latía con fuerza, pero no era por nerviosismo... al menos no solo por eso. "Gracias," murmuró para sí mismo, antes de retomar su camino hacia el bosque.
La prueba aún no había comenzado, pero para Luther, el gesto de Elise le daba una fuerza renovada para enfrentar lo que estaba por venir.
Cuando Luther llegó a su punto de inicio, uno de los soldados le indicó que esperara allí hasta que sonara el cuerno. El bosque frente a él era denso y oscuro, con árboles altos que bloqueaban gran parte de la luz. Aunque el sol aún brillaba, dentro del bosque parecía ser mucho más tarde.
"Un día completo," pensó Luther, ajustando su equipo y respirando hondo. "Esto será jodido eh..."
El cuerno resonó finalmente en la distancia, anunciando el inicio de la prueba. Luther apretó los puños, respiró profundamente una última vez y dio su primer paso hacia el bosque, consciente de que cada decisión que tomara en las próximas horas podría determinar su futuro en la Academia... o su supervivencia.