Los días pasaron volando. Luther y Elise seguían compartiendo sus noches juntos, y aunque la cercanía entre ellos crecía, no se había vuelto a repetir ningún incidente como el del primer día. Mientras tanto, Marcus parecía estar planeando algo. Luther no podía evitar sentir su mirada sobre él y Elise en todo momento. Marcus los observaba a escondidas, con una expresión que solo transmitía resentimiento y rabia.
Al llegar el quinto día de la semana, los invocados se reunieron en el campo de entrenamiento como de costumbre. El sol apenas comenzaba a salir, y el aire fresco de la mañana envolvía el área. El profesor Wolfram esperaba con su habitual postura rígida, pero esta vez, su expresión era diferente: parecía más serio, incluso para sus estándares habituales.
"Escuchen con atención," comenzó Wolfram, su voz resonando sobre los murmullos de los estudiantes. "Tengo un mensaje importante que quiero compartir antes de comenzar con el entrenamiento de hoy."
El grupo se quedó en silencio, expectante. El profesor sacó un pergamino doblado de su túnica y lo sostuvo en alto. "Me ha llegado una carta de la Academia," continuó, mirando al grupo con ojos severos. "Debido al estado actual en la capital, se han implementado nuevas reglas para el examen de admisión. Escuchen bien, porque esto afecta directamente a todos ustedes."
Los murmullos comenzaron a crecer entre los invocados, pero Wolfram levantó una mano para silenciarlos. "A partir de ahora, no será suficiente con superar el examen de ingreso. También será obligatorio contar con un núcleo de mana latente de nivel 3 como mínimo para ser aceptados en la Academia."
El impacto de sus palabras cayó como una piedra sobre el grupo. Algunos invocados abrieron los ojos con incredulidad, mientras otros comenzaron a susurrar con preocupación.
"¿Nivel 3?" preguntó una chica desde el fondo.
El profesor Wolfram soltó un suspiro cansado. "Presten atención, porque solo lo explicaré una vez. Los núcleos de mana se dividen en cuatro etapas principales: Inicial, Intermedio, Avanzado y Maestro. Cada etapa tiene tres niveles, y su progreso determina cuán eficiente y poderoso es su control del mana."
Se detuvo para asegurarse de que todos estaban prestando atención antes de continuar. "El núcleo latente, que es donde la mayoría de ustedes se encuentran ahora, pertenece a la etapa inicial. Dentro de esta etapa, existen tres niveles:"
Nivel 1: El núcleo apenas está formado, recién se puede empezar a sentir el mana por lo que los hechizos y el control es débil.
Nivel 2: El núcleo se estabiliza y comienza a permitir un flujo de mana más constante, ya aquí se pueden utilizar hechizos simples.
Nivel 3: El núcleo está refinado y ya se pueden utilizar hechizos menores y manipular pequeñas cantidades de mana elemental.
El profesor señaló a algunos de los invocados. "Actualmente, algunos de ustedes ni siquiera han logrado formar completamente un núcleo natural. Otros están atrapados en el nivel 1 o, con suerte, en el nivel 2. Pero el nivel 3 no será alcanzado por muchos de ustedes. Es un hecho, no una opinión."
Un silencio pesado cayó sobre el grupo. Los invocados intercambiaban miradas preocupadas. Wolfram continuó, con su tono severo pero pragmático. "Hoy y mañana son sus últimos días para entrenar antes de la prueba de admisión. Si no alcanzan el nivel 3, no importa qué tan bien les vaya en el examen, serán rechazados. Y para algunos de ustedes," agregó con una mirada fría, "eso será inevitable."
Wolfram giró sobre sus talones y comenzó a caminar lentamente frente al grupo. "Dicho esto, debo admitir que hay algunos entre ustedes que, con suficiente esfuerzo, podrían lograrlo."
Los murmullos volvieron a aumentar, pero esta vez con un matiz de esperanza para algunos y desesperación para otros. Luther miró de reojo a Elise, quien parecía estar igual de concentrada que él, procesando la información. Por su parte, Marcus, de pie en la distancia, apretaba los puños con una expresión de enojo y determinación, sus ojos lanzando miradas furtivas hacia Luther y Elise.
El profesor se detuvo y cruzó los brazos frente al grupo. "No perderemos más tiempo. Si no quieren ser expulsados como el lastre inútil que son, prepárense para trabajar como nunca antes."
Con esa última advertencia, Wolfram se giró y señaló el campo de entrenamiento. "¡A sus puestos! ¡El entrenamiento comienza ahora!"
El grupo de invocados no tardó en moverse hacia sus posiciones, aunque el ambiente estaba notablemente más tenso que de costumbre. Las palabras de Wolfram habían encendido una chispa de urgencia en algunos y una sombra de resignación en otros.
Luther se ubicó junto a Elise, quien se giró hacia él con una mirada determinada. "¿Qué piensas de esto?" le preguntó en voz baja, ajustándose la coleta.
Luther apretó los labios y miró al campo. "Pues que estamos jodidos si no llegamos al nivel 3 y no se tu pero yo no llegue hasta aquí para fallar ahora." Aunque sus palabras eran firmes, por dentro sentía el peso de la presión. No sabía si sería capaz de lograrlo en tan poco tiempo.
Elise asintió, dándole una palmada ligera en el hombro. "Entonces no fallaremos. Estamos juntos en esto."
Mientras tanto, Marcus, en su rincón del campo, observaba a ambos con los ojos entrecerrados, su mandíbula apretada mientras escuchaba las órdenes del profesor. A su alrededor, sus seguidores murmuraban y asentían a sus comentarios, aunque sus miradas siempre volvían hacia Luther y Elise.
Wolfram comenzó a dar instrucciones específicas para los ejercicios del día. "Hoy se enfocarán en estabilizar el flujo de mana en sus circuitos. No importa cuán rápido logren canalizarlo, si no lo hacen de manera estable, no alcanzarán el nivel 3. Más aún, si se esfuerzan demasiado sin control, podrían romper sus núcleos. Y les aseguro que no quieren saber cómo se siente eso."
Al escuchar esto, varios invocados tragaron saliva con nerviosismo. Sin embargo, Wolfram continuó implacable. "Aquellos que estén cerca del nivel 3 deben concentrarse en aumentar la capacidad de sus núcleos. Si no saben si están cerca... bueno, probablemente no lo estén."
Luther cerró los ojos, centrando toda su atención en el flujo de mana dentro de su cuerpo. Desde que había logrado formar su núcleo natural, podía sentir cómo el mana oscuro y arcano fluía con más fuerza, pero también con una intensidad peligrosa. El desafío era canalizar esa fuerza sin perder el control.
Mientras practicaba, un destello a su izquierda llamó su atención. Elise estaba completamente concentrada, sus manos ligeramente extendidas mientras una suave corriente de mana comenzaba a envolverla. A pesar de su pequeño tamaño, la intensidad de su mana era impresionante, y Luther no pudo evitar sentir un leve orgullo al verla avanzar.
"Impresionante, ¿verdad?" dijo una voz sarcástica detrás de él. Luther no tuvo que girarse para saber que era Marcus. "Deberías preocuparte por ti mismo en lugar de admirar a los demás. Aunque, claro, tal vez ya te hayas rendido."
Luther respiró hondo, tratando de ignorarlo. Sabía que responder solo alimentaría el ego de Marcus, pero no podía evitar sentir cómo la rabia burbujeaba bajo la superficie.
El día transcurrió entre ejercicios intensos y evaluaciones constantes por parte de Wolfram. Para algunos, el progreso era evidente; para otros, el agotamiento comenzaba a pasar factura. Elise y Luther seguían destacando, atrayendo miradas tanto de admiración como de envidia. Marcus, por su parte, parecía esforzarse al máximo, aunque sus seguidores pasaban más tiempo burlándose de los demás que entrenando.
Cuando finalmente cayó la noche, Wolfram despidió al grupo con una advertencia final. "Mañana será su última oportunidad. Si no están listos, mejor comiencen a pensar en cómo sobrevivir fuera de la Academia. Y recuerden: la magia no es un regalo. Es una responsabilidad. Si no la manejan adecuadamente, se volverá en su contra."
Mientras los invocados regresaban a sus habitaciones, Luther y Elise caminaban en silencio. Ambos estaban exhaustos, pero había una determinación compartida en sus expresiones. Sin embargo, Luther no pudo evitar mirar de reojo a Marcus, quien caminaba unos pasos detrás de ellos, sus ojos llenos de resentimiento y algo más que no podía identificar.