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Chapter 10 - Ecos del despertar (5)

Luther tocó la esfera de cristal, sus dedos temblando, mientras los demás observaban con anticipación. Apenas un segundo después de hacer contacto, la bola brilló con un destello blanco cegador, tan intenso que los presentes levantaron las manos para cubrirse los ojos. La luz era abrumadora, envolviendo la explanada en un resplandor puro, pero, de repente, algo cambió.

El blanco brillante comenzó a oscurecerse lentamente, volviéndose un negro tenue. Una sensación escalofriante invadió el ambiente, el aire se tornó frío y pesado. El silencio cayó sobre los espectadores, y todos los invocados quedaron atónitos ante lo que veían. Incluso la princesa Selene, siempre serena, mostró una expresión de genuina preocupación. Solo Sir Aldric rompió el hechizo de asombro, chasqueando la lengua con visible molestia antes de darse la vuelta y marcharse sin decir una palabra.

Luther, impactado por lo que acababa de ocurrir, miró a su alrededor en busca de respuestas. "¿Qué está pasando?", pensó, mientras su corazón latía desbocado. Al voltear hacia Borik, vio cómo este le dedicaba una sonrisa tranquilizadora. Sin embargo, cuando sus ojos se encontraron con los de Selene, lo que vio fue muy diferente: miedo y preocupación.

La preocupación de Luther se desbordo. Tembloroso, preguntó con una voz quebrada: "¿Está todo bien... princesa?"

Selene tragó saliva, claramente afectada por lo que había visto, y le devolvió la pregunta de manera inquietante: "¿Tú... eres verdaderamente humano?"

El ambiente, ya tenso, se volvió sombrío. Todos los presentes se quedaron en silencio absoluto, y hasta la sonrisa de Borik desapareció, dando paso a una expresión de preocupación genuina.

Luther, confundido, apenas pudo balbucear una respuesta. "¿Q-qué? Sí, claro que sí... ¿por qué me preguntas eso?"

Selene cerró los ojos por un momento, negando con la cabeza como si quisiera despejar sus propias dudas. "No... no te preocupes. Me he dejado llevar por mis pensamientos," dijo, intentando sonreírle con amabilidad, aunque la tensión seguía latente.

Finalmente, la princesa tomó aire y, con una voz más firme, anunció los resultados: "Luther, tienes una gran afinidad tanto con el mana arcano como con el mana oscuro. La intensidad de tu afinidad es extremadamente alta, tienes un gran futuro por delante."

Emocionado Luther, comenzó a caminar hacia la zona donde esperaban los ya evaluados. Sin embargo, antes de que pudiera avanzar mucho, Selene lo detuvo. Se acercó a su oído y, con un susurro casi íntimo, le dijo: "Mañana a la noche, ven a verme. Quiero hablar contigo."

Luther se quedó sorprendido por un segundo, sus mejillas enrojecidas por la sorpresa. "¿Que quiere conmigo la princesa?", pensó, sintiéndose increíblemente nervioso. Con una voz algo cortada por el asombro de la propuesta, logró responder: "Sí, claro, princesa..."

Mientras bajaba hacia el grupo, el corazón de Luther latía con fuerza. Borik lo estaba esperando con una sonrisa enorme. "¡Ah, te superaste, muchacho!", dijo Borik con una carcajada, dándole una palmada tan fuerte en la espalda que casi lo hace caer.

"¡Calmate!", exclamó Luther entre risas, intentando recuperar el aliento mientras Borik seguía riéndose.

"Vamos, Chico," dijo Borik, aún riéndose. "Ya eres el favorito de la princesa, me tienes que asegurar un puesto en el castillo una vez te conviertas en el rey JAJAJAJA."

Luther, entre risas y vergüenza, respondió: "¡Que dices! Si apenas y me conoce jaja..."

Borik lo sujetó con el brazo, tirando de él amistosamente. "¡Yaaa! ¡No te hagas! Crees que no te vi la cara de felicidad mientras bajabas, te apuesto que pensaste que se te iba a declarar JAJAJAJA." Luther intentaba sonreír, aunque le costaba respirar con Borik apretándolo tan fuerte. La escena era una mezcla de bromas y camaradería genuina, y por un momento, Luther se sintió realmente feliz, recordando los viejos tiempos con sus amigos de la pandilla...

Luego de que todos los invocados hubieran sido evaluados, los hicieron juntarse nuevamente para anunciar los resultados. Radek tomó nuevamente la palabra y comenzó a dividir a los invocados en dos grupos: los que serían entrenados por Sir Aldric y los que estarían bajo la tutela de la princesa Selene.

Radek dio unos pasos hacia el frente y levantó una mano para llamar la atención del grupo de invocados. Su expresión era severa, y todos guardaron silencio, expectantes.

"Los resultados han sido evaluados," comenzó, con su voz resonando en la explanada. "Ahora procederemos a dividirlos en dos grupos: aquellos con alta afinidad física, quienes se entrenarán bajo la guía de Sir Aldric, y los que poseen una afinidad mágica, que estarán bajo la tutela de la princesa Selene."

Radek recorrió el grupo con la mirada y comenzó a enumerar los nombres. "Naomi, Ithan, Borik… ustedes serán entrenados con Sir Aldric." Un murmullo de decepción recorrió a los asignados, especialmente a Naomi e Ithan, quienes intercambiaron miradas de frustración. Borik frunció el ceño y lanzó un suspiro de exasperación, pero fue el primero en romper el silencio.

"¿Porque? Yo destaque mucho mas en la prueba mágica, debería ir con la princesa," protestó Borik, en un tono que mezclaba frustración y desilusión. Ithan y Naomi asintieron en silencio, claramente decepcionados.

Radek, sin ninguna pizca de paciencia, los fulminó con la mirada. "¡Silencio!" su voz fue un trueno que hizo temblar a los presentes. "No están aquí para elegir. Recuerden que no son mas que perros ahora mismo. Aquí, ustedes no tienen voz ni voto."

La seriedad en su tono hizo que las quejas se disiparan al instante, y Borik bajó la cabeza, tragándose sus protestas.

Fue entonces cuando Sir Aldric se unió a la conversación. Su voz, aunque grave, tenía un matiz de comprensión. "Entiendo su decepción," dijo, recorriendo con la mirada a Borik, Naomi e Ithan. "Pero sepan que el entrenamiento que recibirán conmigo no será menos valioso. La magia puede abrir puertas, pero en este mundo, la habilidad para defenderse y pelear en la línea de frente puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Aprovechen esta oportunidad, y demuestren que su habilidad física no es inferior a la magia."

Las palabras de Sir Aldric parecieron calmar un poco a los asignados, quienes asintieron, resignados, aunque conservando la frustración. Luther observó la escena en silencio, sintiendo una mezcla de alivio y orgullo. La posibilidad de entrenarse con la princesa Selene estaba cada vez más cerca.

Radek continuó, retomando su tono formal y sin perder tiempo. "Luther, Elise… y Kay," anunció, dirigiendo una mirada hacia el grupo de invocados mágicos. "Ustedes tres serán entrenados con la princesa Selene."

Luther sintió un cosquilleo de emoción y nerviosismo cuando escuchó su nombre. Pero un detalle lo hizo detenerse: el nombre de "Kay" era nuevo para él. Intrigado, levantó la vista y trató de ubicar a la persona en cuestión. Fue entonces cuando notó al chico desconocido, el mismo que había demostrado una afinidad asombrosa con todos los tipos de maná elemental y el maná arcano. El joven, Kay, tenía una expresión serena, casi enigmática, y apenas asintió cuando su nombre fue llamado.

Radek hizo una pausa, permitiendo que los seleccionados asimilaran la situación, y luego continuó con un tono que dejaba claro que no había margen de discusión.

"Esta será su última noche juntos," anunció. "A partir de mañana, estarán en grupos diferentes y se entrenarán en lugares apartados. El entrenamiento será intenso y los lazos que creen con sus compañeros serán fundamentales. Aprendan a trabajar con quienes se les asignaron, o pagarán las consecuencias."

El aviso de Radek dejó una sensación de tensión en el ambiente. Muchos invocados miraban con inquietud a sus futuros compañeros, conscientes de que los lazos de camaradería que pudieran construir serían cruciales en un mundo tan hostil como Aether.