Los soldados comenzaron a organizar a los invocados en filas, y el capitán Radek alzó la voz para explicar las pruebas que enfrentarían. "Hoy demostrarán si tienen la resistencia física y mental para merecer el núcleo de maná que se les ha concedido. Realizaran cinco pruebas. No se equivoquen, solo los mejores obtendrán reconocimiento."
Los invocados intercambiaron miradas nerviosas, conscientes de que el más mínimo error podría dejarlos fuera. Radek se detuvo frente al grupo, evaluándolos con una frialdad que helaba la sangre, y luego señaló la primera área de prueba.
Primera Prueba: La Carrera de Resistencia
La primera prueba era una carrera de resistencia a través de un terreno desigual y rocoso. Los invocados debían correr una distancia considerable mientras ascendían y descendían una serie de colinas, enfrentándose al suelo irregular que amenazaba con hacerlos tropezar a cada paso.
Luther sintió que el aire fresco le llenaba los pulmones mientras avanzaba, cada zancada lo impulsaba hacia adelante, y su determinación lo mantenía en pie. Varios invocados comenzaron a quedarse atrás, exhaustos por la pendiente y el ritmo implacable, pero él continuó sin detenerse. Cuando llegó a la meta, con los músculos ardientes y el corazón latiéndole en el pecho, vio que solo otro participante había llegado antes que él. Borik llegó poco después, sudando profusamente, pero con una expresión de satisfacción.
Segunda Prueba: Escalada de Cuerdas
En la siguiente prueba, los invocados debían subir una cuerda que colgaba desde lo alto de una estructura de madera. La cuerda estaba humedecida con aceite, haciendo que cada ascenso fuera aún más difícil y que mantener el agarre fuera una lucha constante.
Luther sintió el dolor en sus manos y brazos mientras subía, sus dedos resbalaban con cada avance. Sin embargo, su determinación era inquebrantable. Se obligó a no mirar hacia abajo, enfocándose solo en alcanzar la cima. Aunque sus músculos temblaban al final, fue el primero en completar la escalada, y apenas descendió, sus manos estaban rojas y adoloridas. Borik también logró subir, aunque le costó algo más de tiempo.
Tercera Prueba: Prueba de Fuerza
La tercera prueba era una prueba de fuerza en la que los invocados debían levantar una piedra masiva del suelo y sostenerla sobre su cabeza durante varios segundos. La piedra, áspera y pesada, era casi imposible de sostener para quienes no tenían la fortaleza física adecuada.
Luther se posicionó, sujetando la piedra con ambas manos, y usó todo su cuerpo para levantarla. Los músculos de sus brazos y espalda ardían, pero logró mantenerla en alto hasta que el capitán Radek marcó el tiempo. Apenas dejó la piedra en el suelo, respiró con dificultad, notando que pocos habían logrado sostenerla tanto como él. Borik, con una mueca de esfuerzo, logró levantarla y mantenerla apenas unos segundos mas que Luther, ganándose el respeto de varios compañeros y una leve sonrisa de aprobación de Radek.
Cuarta Prueba: Supervivencia en el Agua
La siguiente prueba requería cruzar un estanque oscuro y turbio nadando, con una carga de peso amarrada al cuerpo para hacerlo aún más desafiante. El agua estaba helada, y el peso hacía que cada brazada fuera una lucha por mantener la cabeza fuera del agua.
Luther se lanzó al agua y sintió el frío como un golpe que le cortaba la respiración, pero comenzó a nadar, sus movimientos firmes y decididos. El peso tiraba de él hacia el fondo, pero no permitió que lo venciera. Finalmente, después de una lucha agotadora, salió del agua jadeando, con el cuerpo temblando. Borik también logró cruzar, aunque a duras penas, y cuando llegó a la orilla, le dio una palmada en el hombro a Luther, ambos compartiendo una mirada de cansancio y respeto.
Quinta Prueba: Carrera de Obstáculos con Armas
La última prueba era una carrera de obstáculos en la que los invocados debían saltar muros, pasar por debajo de alambres y arrastrarse en el barro mientras llevaban una espada en la mano. Era un recorrido largo, lleno de trampas y superficies resbaladizas.
Luther avanzaba con agilidad, saltando los obstáculos y esquivando los alambres. A pesar del barro que lo cubría y de las dificultades del terreno, logró cruzar la meta sin detenerse, con la respiración agitada y el cuerpo agotado, pero con la satisfacción de haber completado el recorrido. Borik llegó pocos segundos después, jadeando, pero sonriendo ampliamente.
Cuando todos los invocados terminaron las pruebas, el Capitán Radek reunió al grupo en la explanada. A medida que los invocados se alineaban, el capitán caminaba frente a ellos, su mirada severa y desaprobadora repasando cada rostro.
"En este primer día, han demostrado sus capacidades físicas. La mayoría de ustedes apenas logra estar a la altura de lo necesario para sobrevivir en este mundo, pero unos pocos han mostrado aptitudes dignas de mención." Radek hizo una pausa, observando cómo los invocados contenían la respiración, sus ojos llenos de tensión y expectativa.
"Voy a nombrar a los cinco mejores de las pruebas de hoy. Les recuerdo nuevamente que esta es una simple prueba para comprobar que son lo mínimamente útiles, que no se les suban los humos por destacar en semejante juego para niños pequeños."
Radek alzó la voz, firme y clara, y comenzó a recitar los nombres.
"Top 1: Naomi," anunció, señalando a una joven de complexión ágil, con el cabello oscuro recogido y una expresión serena, pero alerta. Naomi dio un paso adelante, y aunque mantenía una expresión controlada, sus ojos reflejaban orgullo.
"Top 2: Luther," continuó Radek, sus ojos clavándose en él. Luther sintió una mezcla de alivio y orgullo mientras avanzaba un paso, consciente de la presión de las miradas de sus compañeros.
"Top 3: Ithan," dijo Radek, dirigiéndose a un chico de mirada astuta y cuerpo compacto, que observaba todo con una expresión calculadora. Ithan se adelantó, evaluando a sus compañeros con una ligera sonrisa de autosuficiencia.
"Top 4: Borik." Borik, quien ya había esbozado una sonrisa antes de ser nombrado, avanzó con orgullo, mirando brevemente a Luther y dándole un asentimiento de camaradería.
"Y finalmente, Top 5: Elise," concluyó Radek, señalando a una joven rubia, de complexión delgada pero con músculos definidos, que tenía una mirada penetrante y determinada. Elise dio un paso al frente, y aunque no sonrió, había una chispa de satisfacción en su expresión.
Radek paseó su mirada por los cinco destacados, como si analizara sus rostros, buscando quizás alguna señal de debilidad o duda. "Han demostrado tener el potencial para lograr algo en sus vidas, pero no cometan el error de pensar que ya lo han logrado," advirtió, su tono cortante. "Esto es solo el principio."
Los cinco se mantuvieron firmes, y Radek continuó dirigiendo sus órdenes al resto del grupo, señalando la ruta hacia el alojamiento temporal.
Luther, junto con Naomi, Ithan, Borik, y Elise, sentía el peso de las expectativas, tanto propias como ajenas. Sabía que este era solo el inicio, pero el hecho de haberse destacado le daba un impulso para enfrentar lo que vendría.