Masahiko, desde el primer día de clases en la academia, fue conociendo a sus compañeros. Aunque su grupo era diverso y enérgico, dos figuras destacaban: Sasuke Uchiha, siempre rodeado de una habilidad natural y una intensidad que todos admiraban, y Naruto Uzumaki, el chico ruidoso al que muchos evitaban, pero cuya energía parecía interminable.
A medida que pasaron los años, Masahiko enfrentó muchas peleas y desafíos, esforzándose cada día para mejorar. Aunque siempre quedaba detrás de Sasuke en las evaluaciones de combate, se enorgullecía de su crecimiento. Su entrenamiento intensivo en taijutsu le permitió desarrollar un estilo propio, inspirado en movimientos que recordaba de Dragon Ball, rápidos y de gran impacto. Sin embargo, sentía que no tenía una gran cantidad de chakra, por lo que optó por enfocarse en perfeccionar su control.
Durante su tiempo en la academia, Masahiko dedicó largas horas a aprender algunos ninjutsu básicos de rango D y un jutsu de rango C. También empezó a interesarse en el fūinjutsu después de conocer a un vendedor en el mercado, quien le explicó sobre los usos y secretos de los sellos. Un día, al comprarle un papel especial, Masahiko hizo la prueba de afinidad elemental y descubrió que poseía los elementos de agua y tierra. Aunque no tenía técnicas avanzadas en esos elementos, sentía que ese conocimiento le serviría en el futuro.
Finalmente, el día del examen de graduación llegó. Los estudiantes debían completar un examen escrito y una prueba práctica, que incluía ejecutar el Jutsu de Clon de Sombra. Nervioso pero preparado, Masahiko pasó el examen sin dificultad, impresionando a sus instructores con su esfuerzo constante. Al recibir la banda de Konoha, se sintió orgulloso, como si cada día de entrenamiento y estudio hubiera valido la pena.
Sin embargo, su alegría se vio empañada al notar que Naruto no había logrado pasar. Masahiko observó de lejos, preocupado, mientras Mizuki, uno de los instructores, se acercaba a Naruto y le susurraba algo. Aunque no alcanzó a escuchar del todo, sintió que algo no iba bien.
Con su banda ninja en la mano y una nueva sensación de responsabilidad, Masahiko se preparaba para el próximo capítulo de su vida, sin imaginar el peligro que se acerca Nuevos Equipos y Nuevas Oportunidades
días después La emoción de Masahiko era palpable. Con su banda ninja en la frente y una chispa de emoción en sus ojos, se preguntaba quiénes serían sus compañeros y qué tipo de aventuras les esperaban. Al llegar a la academia, el ambiente estaba lleno de expectativas mientras Iruka sensei comenzaba a anunciar los equipos.
Los equipos fueron asignados como de costumbre, y Naruto, Sasuke, y Sakura fueron colocados juntos en el Equipo 7. Sin embargo, cuando llegó el turno de Masahiko, su nombre no se incluyó en ninguno de los grupos. La sorpresa inicial se transformó en incertidumbre al ver que el Hokage Hiruzen Sarutobi había decidido no integrarlo en un equipo estándar. Masahiko sintió un leve golpe en el orgullo, pensando que quizás no tenían grandes expectativas sobre sus habilidades como ninja.
Entonces, Hiruzen llamó a Yūgao Uzuki, una kunoichi de los ANBU, quien sería su sensei especial, apartada temporalmente de sus funciones. Al verla, Masahiko sintió una mezcla de respeto y curiosidad, preguntándose cómo sería entrenar con alguien tan experimentada. Yūgao, con su calma y seriedad, le dedicó una leve sonrisa, asegurándole que, aunque estuviera solo, recibiría el mejor entrenamiento posible.