"¡Todos con las manos en alto! ¡Estamos acá para buscar a Luciano!"
"¿Q-Quienes son ustedes? ¡No les daré a Luciano, él es nuestro salvador!"
A pesar de las palabras del cura, las botas siguieron retumbando el piso junto al sonido del techo caerse encima nuestro."¡Tenemos órdenes de llevar a salvo a Luciano! ¡Búsquenlo por todo el lugar, rápido!"
De pronto una luz parpadeante invadió el pequeño lugar donde me encontraba."¡Acá está! ¡Lo tenemos!" Gritó un uniformado negro, claramente era de los mismos que me habían rescatado en el hospital.La luz de su linterna me cegó un segundo, pero después, mis ojos se ajustaron y vi sus ojos apenas visibles bajo la máscara.
Me levantaron bruscamente, dos soldados tomándome del cuello y mi único brazo sin ningún cuidado, a pesar de que yo no podía moverme casi nada."Lo tenemos, muchachos. ¡Vámonos ya! ¡Este lugar se viene abajo!"
"¡Agghhhhh!"El grito desgarrador de uno de los dos soldados resonó por la sala cuando el techo cedió por completo, y un bloque enorme de piedra cayó directamente sobre nosotros. Él recibiendo todo el impacto por detrás.
En ese momento me di cuenta de que el efecto del sedante estaba pasando, porque sentí algo de dolor en mis piernas, probablemente ya no podría utilizarlas más..."¡Defiendan el objetivo con su vida!" Gritó el que parecía ser el comandante, intentando tironear mi cuerpo desde debajo de los escombros mientras tenía sus pies sobre el primer escalón.
Sentí un nudo en el estómago. Tal vez no debería haber estado acá. Tal vez... no tendría que haber permitido que tanta gente muriera por mi causa.Negué con la cabeza."Comandante... o no sé quién eres. Tengo que decirte algo".
"¡No hables como si fueras a morir, maldición! ¡Te estoy intentando sacar!"
Sentí un dolor agudo al respirar, como si cada bocanada de aire me recordara lo frágil que era mi situación. A mi alrededor, el caos se apoderaba del lugar, con escombros cayendo, el techo derrumbándose, y los soldados desesperados por sacarme de allí. Sus gritos se mezclaban con el retumbar del colapso inminente."Escúcheme... Hay algo... algo que no sabes. Algo que nadie te ha contado. Morí más de una vez... No solo aquí, sino que, en otro lugar, en otra vida".
El que suponía que era el comandante dejó de tirar por un segundo, su respiración pesada resonaba, y aunque no podía verle bien el rostro bajo la máscara, pude sentir su confusión."¿Qué demonios estás diciendo?"
"No sé si es el mismo destino para todos, pero hay algo allá afuera. El universo es más vasto de lo que imaginamos los humanos. La muerte no es el final que la mayoría cree"."¿Estás diciendo que... después de todo esto, todavía hay algo? ¿Una vida más después de morir?"Asentí con la cabeza."Sí... Así que, por favor, ya no tires más".
El silencio que siguió a mis palabras fue extraño. Los pocos soldados que quedaban seguían corriendo, buscando alguna manera de salir de este caos, pero el comandante estaba quieto. Su mano, aún aferrada a mi cuerpo, dejó de empujar con la misma fuerza."¡Comandante!" Gritó otro soldado."¡El techo está cediendo más rápido, tenemos que movernos ya o no vamos a poder salir por la escalera!"
Él ni siquiera se giró para ver al otro soldado, solamente seguía clavado frente a mí."No sé si lo que estás diciendo es verdad o no, pero no me mandaron hasta acá para dejarte morir. Vamos a sacarte de acá, incluso si eso significa cargar con tu trasero moribundo a la fuerza".
Debo decir que su vigor era un poco contagioso. No sé qué objetivo tenían conmigo como para dar la vida por mantenerme vivo, pero ahí estaban, maniobrando un tablón de madera haciendo palanca contra los escombros."¡No te rindas, maldición! ¡¿No querés ver a tu madre, puto niño de mierda?! ¡Pensá en todas las cosas que todavía no hiciste! ¡No podés largarte ahora como un cobarde cualquiera!"No... no sigas...
"¿¡Tan buena era tu puta vida en ese mundo!? ¡No me jodas! ¡Te juro que te vamos a conseguir todo lo que quieras!"Ya basta... No quiero...
"¡Solo un poco más!" Gritó uno de los soldados todavía en pie mientras me retiraba de debajo de los escombros."Te lo dije... No tiene sentido. Si muero, solo... regresaré. De una forma u otra".Mis palabras salían entrecortadas, ni siquiera supe si dije lo que quería decir, porque estaba empezando a perder la consciencia.
Finalmente, logré respirar profundamente cuando los escombros se apartaron lo suficiente para que me sacaran completamente. Sentí el frío del aire en mi cara, pero también el peso de la incertidumbre.Todo alrededor era caos. Había dos soldados corriendo, el techo seguía desplomándose, y el lugar entero se sacudía con una violencia que parecía imparable. El cura, que antes había gritado en mi defensa, estaba tendido en el suelo, con el cuerpo parcialmente cubierto de escombros. No se movía.Alguien me cargó sobre sus espaldas con urgencia, casi a los tumbos, mientras los gritos y el estruendo del colapso llenaban mis oídos. El calor del lugar en llamas hacía que el aire fuera sofocante, y apenas podía mantener los ojos abiertos, pero lo único que distinguía eran siluetas borrosas moviéndose desesperadamente.¿Por qué seguían estos hombres arriesgando tanto por mí? ¿Qué sabían ellos que yo no? Tal vez no tenía importancia en ese momento, pero la duda me carcomía por dentro.Finalmente, salimos a la calle. El aire frío golpeó mi rostro, y por un segundo sentí algo parecido a alivio. Pero ese sentimiento fue rápidamente aplastado cuando vi lo que nos rodeaba.Ruinas. Humo. El lugar entero estaba devastado. Edificios a medio derrumbar, fuego por todas partes, y cuerpos… demasiados cuerpos esparcidos en el suelo, sin vida.Vehículos blindados y soldados en formación estaban rodeando la zona, y todo el lugar era un caos. Explosiones distantes sacudían el aire, y las balas silbaban por encima de nuestras cabezas, mientras los soldados trataban de evacuarme. La realidad se mezclaba con la confusión, y no podía discernir si todo lo que veía era producto del shock o si realmente la situación era tan desesperada como parecía.Cuando nos acercábamos al blindado que estaba con la puerta trasera abierta, sucedió algo inesperado. Una sombra oscura se abalanzó desde el cielo, o de donde fuera que había caído, aterrizando justo frente a mí. Una figura envuelta en un manto negro, no... Él era como un fuego negro. Parecía un ser humano muy alto, pero al mismo tiempo, una criatura humanoide. No era de este mundo.
"¿Qué... demonios es eso?"El soldado que me cargaba retrocedió, apuntando con su arma.
La criatura avanzó rápidamente hacia mí, ignorando los disparos que traspasaban su piel negra e invisible. Pude ver que sus ojos estaban vacíos, directamente no había nada allí."Luciano", una voz profunda y resonante habló, pero no desde la criatura, sino como si fuera desde dentro de mi mente."Tu tiempo aquí ha terminado".
La criatura extendió una de sus dedos hacia mí, tocando mi frente. En ese momento, todo alrededor se detuvo. El sonido de las explosiones, los gritos, el dolor... todo quedó en silencio.
Ah... Se terminó la barbarie.Miré hacia abajo, mi cuerpo volvió a verse como el de su mundo. Morí de nuevo, sin poder hacer absolutamente nada y encima causando un enorme desastre en mi propio país, si es que todavía puedo llamarle así. ¿Tan inútil puedo ser?"No eres inútil".Ella me miraba de reojo mientras estaba sentada en su sofá blanco. Toda la sala seguía de color blanco, se veía diferente a como estaba la última vez, un poco más desgastada y rota, pero el lugar donde ella estaba seguía intacto, perfecto.Su cara tenía un atisbo de vergüenza, casi esperando a que yo tomara la palabra. Tenía muchas cosas que preguntarle.
"Diosa, yo... creo que tomé una decisión equivocada al confiar en esa hada, me hizo caer en una trampa y al final...""No, te equivocas, Luciano. Yo fui quién tuvo la culpa de lo que te sucedió. Siéntate así puedo explicarte más a detalle", dijo, cortando mis palabras usando un tono más fuerte que el mío.
¿Cómo? ¿Su error? No lo podía creer, no solo por sus palabras, sino porque la diosa, la cual uno pensaría que debería ser segura y fuerte, estaba aceptando su error frente a un mortal como yo.Me quedé parado unos segundos, procesando todo lo que estaba ocurriendo y escuchando. Seguí viendo mi cuerpo y tocándolo, se sentía raro estar pasando de uno al otro, más sabiendo lo que le pasó al otro...
No pensé que este momento de volver a vernos llegaría tan temprano.Me acerqué lentamente y tomé asiento en el sofá frente a ella, viendo que mis pies cortos de niño todavía no llegaban a tocar el suelo.Al verla mejor, noté un pequeño cambio en su estilo de ropa, esta vez se veía un poco más arreglada, más elegante.
"¿Te sientes bien? Gracias por el cumplido, supongo".