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Chapter 21 - Presentación en estado crítico (Parte 1).

Al final hicimos el pacto y salió bien, al menos por ahora.

Lo único que cambió desde aquella vez es que ahora no tengo cinco uñas y me siento incómodo. ¿Cuánto tiempo voy a durar hasta que alguien se dé cuenta?

Mamá... No, Rundia y Rin llegaron de su recolección, parece que no les fue nada mal. Mientras tanto Mirella observaba desde la lejanía, sobre la rama de un árbol.

Me acerqué a ellos y, sin decir nada, les mostré la almohada primitiva hecha de plumas.

"¿Qué es esto?" Preguntó Rundia mientras la investigaba de arriba a abajo, luego se la dio a Rin para que la vea."Se siente suave..."

La aplastó con sus dos manos, así es como a esos doctores les hubiera gustado aplastarme la cabeza para que no causara más problemas, ¿no?

Basta de pensar en lo que pasó antes. Tenés que volver a tu cruda realidad, Luciano... Respirá hondo...

Tengo que concentrarme, ellos son mis padres y así va a ser por el resto de mi vida. Calma. Tengo que cambiar el chip, pensar en lo que viene y seguir actuando normal.

"Es un invento que se me ocurrió, lo llamé almohada y sirve... para apoyar la cabeza mientras duermes".

Cuando lo dije sonó medio estúpido. Sin embargo, por primera vez había traído algo de mi conocimiento previo a este mundo, me siento renovado. Si es que se le puede decir así.

"Me la quedo", dijo Rin."¡¿Eh?!"

Caradura de mierda... Me aguanté las ganas de insultarlo de arriba a abajo, obviamente no podía

Rundia soltó una carcajada mientras el ladrón de almohadas la apretaba con más fuerza."Vaya, Luciano. Esto es raro. Supongo que ahora podré descansar mejor después de los largos días de recolección. Gracias".Bueno, al menos me dio las gracias. Tal vez fue mi culpa al no decirles que era algo para mí. Ya fue."Luciano, tienes que enseñarme cómo hacer una de esas cosas para mí también"."Claro... mamá".

Me costó, pero lo dije.

El simple hecho de que algo tan básico como una almohada pudiera sorprenderlos me recordó lo diferente que era este mundo de mi vida pasada. De alguna manera, traerles estos pequeños inventos me hacía sentir que no todo estaba perdido, a pesar de lo que había vivido últimamente.Mirella, desde su posición en la rama del árbol, seguía observándome con sus ojos brillantes y llenos de curiosidad. En este momento solo yo podía distinguirla gracias a sus partículas amarillas y brillantes que revoloteaban a su alrededor.

Se balanceaba levemente, haciendo que su pequeño vestido celeste ondeara con la brisa, mientras yo seguía reflexionando sobre la confesión de Sariah acerca de su origen. La simple idea de que alguien la hubiera creado a partir de energía divina me hacía sentir una especie de vínculo extraño con ella, aunque ahora era aún más complejo. ¿Qué tanto de lo que decía y hacía era realmente producto de su propia voluntad? La duda me quemaba, pero a la vez, no podía tratarla de manera diferente solo porque ahora sabía más. Tampoco podía decírselo, claramente.

No me quedó del todo claro lo de que dijo Sariah sobre que su esencia es ser atraída hacia mí o algo parecido es lo que dijo, no entendí muy bien a qué se refería o si tenía doble sentido la frase. Pasa que ella nunca habla del todo claro y no responde todas mis preguntas.Y así terminó el día en el que mi propio padre me robó mi primer 'invento'.***Saltemos varios días. Ya hice las pases conmigo mismo.Papá me despertó muy emocionado.

"Hijo, hoy es un día especial. ¿Ya te diste cuenta? ¡Tu pelo creció hasta la altura de tus hombros!"

Claro, lo dice el señorito que se cortó el pelo él mismo gracias a que me vio haciendo travesuras con una piedra filosa. ¡Más te vale que también me dejes cortarme el pelo en un futuro!

"Ah, es verdad".

"¡Eso significa que ya eres lo suficientemente grande como para salir a explorar fuera de la cueva! ¿No es emocionante?"Entonces no sabe que ya salí mil millones de veces fuera mientras ellos no estaban, Mirella se debe estar cagando de risa allá fuera. Bah, si es que está despierta."¿Entonces puedo salir a buscar comida con ustedes?"

Llevo un buen tiempo comiendo las nañas y ya no paso tanta hambre. Lo ideal sería llevarlos a explorar hacia ese lado.

Ah, las nañas son las cosas verdes comestibles, así las llamé.

"Claro, vas a salir con mamá y papá y te enseñaremos las cosas básicas que hay que hacer para conseguir comida".Mamá nos hacía señas desde la salida de la cueva para que vayamos.

"Vamos, Luciano. ¡Salgamos fuera!"

¿En serio me toca fingir todo esto? Que pereza...

"¡Si! ¡Voy a salir afuera!"

Rundia me agarró de la mano para que vayamos juntos.

Vi de reojo que Mirella seguía durmiendo, espero que no haga ninguna tontería mientras está sola. Es capaz de buscarme hasta en el mismísimo infierno solo para reprocharme que la dejé ahí sin avisarle

.

Mis padres tomaron la dirección hacia el claro del bosque mientras me iban explicando algunas cosas sobre las plantas, cosas que no se debían comer y demás. Relativamente ya sabía todo, las mandarinas era la fruta que más predominaba en la zona.

Al llegar al claro en el bosque, estaba Anya con algunas frutas en la mano.

"¡Qué sorpresa, trajeron al pequeño Luciano!"

Rundia tomó la palabra luego de darle un abrazo.

"Sí. Como puedes ver, ya le creció el pelo hasta los hombros. Ahora es todo un muchacho"

"A ver..." Dijo Anya mientras se ponía en cuclillas para verme mejor.

"Estoy segura de que serás un muchacho inteligente y muy apuesto".

Si lo dice la hermosa Anya, entonces debe ser verdad, ¿no? Me sonrojé un poco, no puedo evitarlo, aunque intenté disimularlo mirando hacia otro lado y jugando con una ramita en el suelo. Anya siempre ha sido tan cálida y amableDe pronto su mano se acercaba hacia mi cabeza. ¡Tengo que hacer algo rápido!Me aferré a sus piernas, después de todo el sufrimiento no iba a poder soportar esa maldita sensación de electricidad de nuevo.

"¡Gracias Anya, te quiero mucho!"

Ay, que linda la inocencia de los niños.Anya se quedó sorprendida por el gesto repentino, pero no pudo evitar sonreír. Pude ver su rostro de cerca, aunque cualquier movimiento en falso iba a hacer que mi pelo rojo y largo terminara chocando con alguna parte de su cuerpo.

"Vaya, tan cariñoso. Debo decir que me has tomado por sorpresa, Luciano".

Esta vez me acarició la espalda, menos mal.

Mamá rodó los ojos con una sonrisa.

"Luciano siempre sabe cómo conquistar corazones".

¿Y eso? ¿Lo dice por ella misma?

"Toma esto, pequeño. Es un regalito para que sigas creciendo mucho más", dijo Anya, parándose de nuevo y estirando su mano para regalarme una mandarina. Luego le dio otra a Rundia.

Me voy a terminar poniendo anaranjado de tanto comer esta fruta, tampoco es como si me molestara verla, o sea, mi color favorito es el naranja.

"Gracias, Anya. ¡Sos muy amable!"

Si bien seguía fingiendo ser un niño, lo que dije si era verdad, Anya siempre es muy amable.

"Rundia, ¿no crees que Luciano tiene una forma muy particular de hablar?"Uh, ¿lo dice por el voseo? Es imposible no hacerlo.

Esta señorita es bastante directa, me gusta.

Rundia sonrió, tal vez un poco sorprendida por el comentario de Anya.

"Sí, a veces me pregunto de dónde saca esas expresiones. Pero, bueno, los niños siempre tienen sus maneras curiosas de ver el mundo, ¿verdad?"

"Supongo que sí. Es parte de lo que los hace tan especiales".

¿Dónde estará Tarún? Digo, debe dejarlo solo como a mí me dejaban solo hasta hace un día.

Recuerdo que ella dijo que en su familia eran solo dos, ¿y su pareja?

Mientras ellas hablaban, me dediqué a pelar la mandarina que Anya me había dado. El aroma cítrico llenó el aire en frente mío.Anya nos acompañó un rato, y no pude evitar notar cómo la complicidad entre ella y mi madre hacía todo más ameno. Era agradable ver cómo compartían sus experiencias y anécdotas, mientras yo intentaba concentrarme en lo que decía mi padre. Él me enseñaba cómo identificar las huellas en el suelo, qué árboles daban mejor fruta en ciertas épocas y cómo movernos sin hacer ruido para no espantar a los animales.

Mi teoría de que estamos en una isla tropical sigue vigente. Los árboles en la costa parecen ser del estilo de una palmera y mientras más te adentres en la espesura del bosque, se comienza a parecer a una selva. El clima es siempre cálido y hay pocas lluvias. También estamos rodeados de agua donde al horizonte no se ve nada de nada, aunque eso de que estamos rodeados de agua todavía tengo que confirmarlo más adelante.

Me gustaría decir que no estamos en una isla, pero todo indicaría que sí.