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Chapter 5 - Cumplir objetivos (Parte 2).

Algunos días aburridos después...Hoy decidí sacarme una pequeña y tonta duda ante la falta de cosas que hacer y el ya no saber exactamente cuánto tiempo llevo en este mundo. Así me aburría demasiado.

Vi que nadie me estaba cuidando y me acerqué a una piedra que Rin usa para salir a cazar. Tiene bastante filosos y es algo alargada. Después acerqué un mechón de pelo y lo empecé a refregar contra uno de los bordes filosos.

Luego de unos segundos, el pequeño mechón se cortó y finalmente pude saberlo, ¡tengo pelo castaño! En mi anterior vida era negro, así que... me encanta.

¿Me veré más lindo? Quizás en un futuro pueda tener una oportunidad con la señorita Anya... Na, mentira.

De pronto se escuchó: "¡Suelta eso, Luciano!" Desde el fondo de la cueva, papá venía corriendo super enojado.

"¡Le dije a Rundia que llevarte lejos y presumir iba a causarnos problemas, pero no me hizo caso!"

Luego de esas palabras, me arrebató la piedra y me dio un golpe en la mano.

"¡Esto no se toca!"

Rin me levantó con firmeza por debajo de las axilas y me llevó al fondo de la cueva, donde mamá estaba esperando con una mano cubriendo su boca.

"¡Mira lo que tu hijo estaba haciendo!" Gritó Rin, mostrando el mechón de pelo que me había cortado.

Uh, me la mandé... Todo por estar aburrido... Ahora es uno de esos momentos en los que tengo que salir del paso rápido.Rundia se acercó, observando la situación.

"Luciano, eso es peligroso. No deberías jugar con cosas peligrosas".

Me regañó suavemente mientras me tomaba en brazos. Se notaba que no le salía el gritarme y enojarse conmigo.

Entendí la reprimenda, aunque sabía que mi curiosidad y mi deseo de aprender eran más fuertes que el miedo al regaño. Sin embargo, decidí fingir un poco de arrepentimiento para tranquilizar a mis padres: bajé la mirada, como si entendiera la gravedad del asunto.Rin suspiró, relajando un poco su expresión.

"¿Ya entendiste? Solo debes sacarlo fuera para bañarlo o que vea el lugar. Si no, empezará a hacer estas idioteces por presumido".

Mamá simplemente se quedó callada mientras me llevaba de vuelta a mi lugar de siempre.Pasado un tiempo, seguí gateando por la cueva e intentando caminar. Ellos ya casi que no me vigilaban mucho porque salían más seguido a cazar. Ahora también salía mamá y me dejaban solo en la cueva.No entiendo por qué siempre hay buen clima; todos los días tenemos un clima templado o caluroso, lo que hace que estar desnudo todo el tiempo no sea tan malo.

¿Será posible que estemos en una isla tropical o algo así? A la primera que me haga más mayor, voy a buscar algo para tapar mis partes nobles.

Me fui gateando hacia el fondo de la cueva a ver qué tal era. En un rato explorando encontré las plumas que intercambiamos aquella vez, pero lo que más me llamó la atención fue que de algunas piedras incrustadas en la pared salían unas diminutas cosas flotando de color amarillo, como si fueran unas partículas. ¿Será eso parte de la magia que mencionó la diosa? Y si es así, ¿cómo podría aprender a aprovechar su poder? Para colmo, estaban un poco altas para llegar a alcanzarlas.

Lo raro es que ninguno de mis padres haya mencionado algo sobre esto, porque hasta parecería que dan un poco de iluminación...

Intenté revolear piedras normales contra las piedras raras, pero mi fuerza no alcanzaba a ser suficiente como para alcanzarlas. Deberé seguir teniendo paciencia y seguir creciendo al menos unos meses más.Se escucha movimiento fuera. Mejor vuelvo a mi lugar de siempre, no vaya a ser que me regañen de nuevo como el otro día. *** Estuve investigando por aproximadamente seis meses estas rocas... Bueno, si es que quedarse viéndolas cuenta como investigar. Puedo concluir que solo yo puedo ver estas partículas, y creo que podría llegar a tener algo que ver con mi conexión con la diosa.

Ahora estoy terminando de preparar una piedra con punta super afilada que fui puliendo a golpes durante este tiempo en el que me dejan solo.

Ya me cansé de gatear, así que ahora, cuando vuelvan mis padres, voy a caminar. Total, mis padres solo van a decir que soy inteligente y bla, bla, bla… No van a sospechar nada, ni les va a parecer raro. Hasta creería que ya estoy en la edad adecuada como para hacer eso. Ya me siento listo, hasta estuve intentando hacerlo hace un rato y me parece que sí puedo.

Me estoy haciendo mierda las rodillas y las manos de tanto gatear. ¡Ya no aguanto más!

Finalmente, llegaron.

¡Mamá, solo pido que no hagas la misma idiotez de llevarme fuera otra vez! Bueno, aunque volver a ver a la hermosa Anya no sería una mala idea.

Mamá tenía una sonrisa en el rostro mientras entraba cargando algunas pocas frutas y papá traía unas ramas y un animal que había cazado. ¿Un conejo?"Miren quiénes han vuelto", dijo mamá con voz dulce mientras me miraba.Papá dejó su carga en el suelo y se estiró, dejando escapar un largo suspiro.

"Cada día es peor... Vamos a preparar algo para comer".

Parecía que iba a comenzar a encender el fuego con las ramas que había traído.

Este era el momento que había estado esperando. Decidí que era hora de impresionar a todos con mis nuevos logros. Me apoyé en una roca cercana y, lentamente, me puse de pie. La cueva parecía un poco menos grande desde esta nueva perspectiva.'Miren esto', pensé mientras daba un paso inseguro, seguido de otro.Mamá notó mi movimiento y sus ojos se abrieron de par en par.

"¡Amor, ven rápido! ¡Luciano está caminando!"

Papá giró la cabeza con rapidez y, dejando todo a un lado, corrió hacia donde yo estaba.

"¡Lo está haciendo, está caminando!" Exclamó, su rostro ahora iluminado por el fuego con una mezcla de orgullo y asombro.

Mamá me levantó por las axilas y me llenó de besos en las mejillas.

"Estoy tan orgullosa de ti, Luciano. Estás creciendo tan rápido".

Una vez que me bajó, me volví loco.CAMINAR. AGGH... ¡CAMINAAAAAAR! ¡SÍ, YA PUEDO CAMINAR!Era el mejor día de mi nueva vida hasta que, corriendo hacia la salida de la cueva, me choqué contra algo. Cuando levanté la mirada, lo vi; él estaba parado mirándome con sus ojos brillantes y su pico alargado. Esta vez noté que había dos de esas partículas amarillas recorriéndole el cuerpo, una en cada brazo.

"¿Por qué estás tan apurado en progresar?" Preguntó con una voz turbia, casi esperando a que yo le respondiera la pregunta.

Cuando empezó a acercar sus garras hacia mi cara, fue la primera vez que sentí terror de verdad, y también la primera vez en la que parecía un bebé de verdad. Salí arrastrándome hacia atrás, intentando que no me agarrara.

De repente, una mano firme me levantó del suelo. Papá estaba ahí, con una expresión de protección en su rostro.

"¡Aléjate de mi hijo!" Gritó, colocándome detrás de él.

Mamá, que estaba trayendo al conejo para cocinar, se acercó corriendo; su rostro estaba pálido.

"¿Qué pasó, amor? ¿Estás bien, Luciano?" Preguntó, revisándome rápidamente para asegurarse de que no estaba herido.

De pronto el hombre pájaro tiró una de sus plumas al suelo, como si estuviera entregándola.

"Seguiré esperando a ver qué se te ocurre hacer con esto".

Y con esas palabras, empezó a hacer su risa entrecortada mientras se iba.

Papá miró a mamá, sin darle importancia a lo que había hablado el pajarraco.

"Sí, él está bien. Pero ese... tipo apareció de la nada.

¿Qué quiso decir con eso de progresar?"

"No lo sé... No me gusta ese hombre".Maldito hombre pájaro... acaba de arruinar todos mis planes a futuro. ¿Acaso me estaba desafiando? De pronto vino, dijo eso y se fue. Todo muy raro...

Está bien, pájaro de mierda, acepto tu estúpido desafío. Aun así sea una trampa.

Por la noche me quedé sacando cuentas sobre a qué edad surgían las cosas en una vida normal, pero realmente no lo sé, nunca me puse a averiguarlo. Si se supone que el próximo paso es aprender a hablar, ¿cuánto más debería esperar?Al día siguiente, mis padres me regalaron una prenda de ropa hecha con la piel del conejo que habían cazado ayer atada a otra piel. Es la primera vez que tengo algo de ropa, y además, cubre toda mi entrepierna. ¡Con qué poco soy feliz!

Ellos también parecen tener algunas prendas nuevas, en especial mamá, la cual ahora cubre sus pechos más regularmente.

"Este regalo es porque eres muy inteligente y valiente", dijo Rin mientras me lo terminaba de acomodar alrededor de mi cadera.

"Ya eres todo un muchacho apuesto, ¡eh! Tienes el cabello como el de Rundia".

Agarró uno de mis mechones con su mano y la deslizó hacia abajo, sintiendo la textura de mi cabello lacio.

Mientras tanto, mamá se mordía las uñas, sin decir nada.