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Chapter 11 - Grupo secreto (Parte 2).

Cuando escuché que mis padres se despertaban, me callé para que no levantar sospechas. Mirella también entendió y empezó a subir por mi brazo hasta quedarse detrás de mi cuello."Buenos días, hijo", dijo mamá mientras se estiraba.

"¿Dormiste bien?"

Asentí con una sonrisa forzada, tratando de ocultar mi nerviosismo.

"Sí, mamá, dormí bien. ¿Y ustedes?"

"Sí, bastante bien. Vamos a salir a buscar más provisiones. ¿Quieres acompañarnos hoy?"Papá interrumpió en seco.

"Amor, ya sabes que recién va a salir hacia el bosque cuando su pelo haya crecido hasta por debajo de sus hombros".

¿Eh? ¿Y esas ideas raras? ¡No hablen justo de eso ahora!

Espera... ¿No será una indirecta porque ya me vieron fuera?

Puse las manos adelante y las palmas abiertas en señal de calma.

"Sí, sí, mamá. Todavía no soy tan grande como para salir afuera".

Mirella, oculta en mi cabello, seguía en silencio, pero sentía su nerviosismo constante a través de los pequeños movimientos de sus alas.Rundia asintió comprensivamente.

"Está bien, solo no te metas en problemas, ¿de acuerdo?"

Mientras no venga la niña golpeadora...Mientras mis padres se preparaban para salir nuevamente, me quedé sentado, intentando mantener una conversación mental con Mirella. Era raro tener a alguien tan cerca, tan dependiente de mí. No quería fallarle, ni a ella ni a mis padres, pero al mismo tiempo, no sabía si podía cumplir con las expectativas de todos.Anya los esperaba fuera; últimamente parece que se han amistado más con ella.Mirella salió de su escondite y flotó frente a mi rostro. Sus partículas amarillas brillaban intensamente a su alrededor.

"Quiero saber todo lo que puedas contarme, Luciano.

Por lo pronto, este lugar se ve bastante bien. ¿Quiénes son esas personas que viven contigo?"

"Ellos son mis padres. ¿No me escuchaste decirlo? Son Rin y Rundia; todos somos humanos normales y esta cueva es nuestro hogar".

Hice una pausa, mirando hacia la salida de la cueva.

"Ahora me toca preguntar a mí... Entonces decime, ¿por qué saliste de una piedra?"

"No lo sé", respondió, otra vez con un tono desinteresado mientras que, por alguna razón, inspeccionaba poco a poco mi cuerpo.

"¿Por qué tienes marcas moradas?" Preguntó, tocando por encima uno de los moretones.

¿Morado? Creo que esta es la primera vez en este mundo que escucho que nombran el nombre de un color. No es como si realmente hubiera hablado o escuchado hablar a muchas personas, pero a pesar de esa curiosidad de nombrar un color, es como si de alguna manera supieran hablar muy bien. Y eso que parece que la raza humana no ha estado viviendo por mucho tiempo, que lo deduzco por sus conocimientos limitados con respecto a herramientas y viviendas. Aun así, yo puedo comunicarme perfectamente con todos. Es por eso que me resulta extraño.¿Será una especie de memoria colectiva?Me pregunto qué otros conocimientos están enterrados en la mente de Mirella, esperando ser descubiertos, o si es más un reflejo de las capacidades limitadas de los humanos en este lugar. Pareciera que hubiera capas de conocimiento que algunas personas o seres simplemente no pueden alcanzar, mientras que otros, como Mirella, tal vez podrían llegar a absorberla sin siquiera darse cuenta.Tal vez existen seres que son intelectualmente superiores con respecto a otros.También está la cuestión de mis propios padres: son personas simples, buenas, pero hay tantas cosas que no entienden. Viven en un mundo sin la menor idea de las infinitas posibilidades que hay más allá de esta cueva o incluso dentro de ella.Es como si yo tuviera la llave para desbloquear todo este potencial, pero ¿qué tan justo es eso? ¿Cómo puedo ayudar a los demás a ver lo que yo veo sin sobrecargarlos o sin que piensen que soy extraño? Al fin y al cabo, lo último que quiero es que mi familia y amigos me vean como un bicho raro, alguien demasiado diferente para ser comprendido. Además, mi edad todavía es una traba para empezar a trabajar al respecto."Luciano, ¿todo está bien? Solo quería saber qué te pasó aquí".Y después está la otra cuestión: mi propio conocimiento. Aunque puedo ver las cosas desde una perspectiva más amplia debido a mis recuerdos de la Tierra, hay demasiadas cosas que no sé sobre este mundo. No entiendo del todo la magia, ni las leyes que rigen este lugar, y cada día me doy cuenta de lo mucho que aún me falta aprender. ¿Estoy realmente preparado para guiar a Mirella, a mi familia y a todos los demás que, en algún momento, podrían terminar dependiendo de mí? Tal vez solo estoy exagerando las cosas... Debo ser lo suficientemente humilde para admitir cuando necesito ayuda o cuando es mejor escuchar que hablar. Quizás, de esa manera, pueda ayudar a otros a descubrir su propio potencial sin imponerles el mío.Lo que más me preocupa es que, aunque tenga acceso a conocimientos más avanzados, no tengo todas las respuestas. La sabiduría no siempre viene con el conocimiento, y el hecho de saber algo teóricamente, no necesariamente significa que uno pueda aplicarlo correctamente en la vida real. Hay una línea muy fina entre el conocimiento y la arrogancia, y me aterra cruzarla sin darme cuenta."¡Auch!" El toque fuerte de Mirella en el moretón me dolió.

Me había quedado en mis pensamientos; todas esas cosas que no podía contarle a nadie, solo me tengo a mí mismo. Soy el único de los que me rodean que conoce la magnitud de las cosas que oculta el universo.

Si le cuento a alguien, ¿quién me creería que existe la reencarnación? Que después de morir existe la posibilidad de poder vivir una nueva vida en otro o en el mismo mundo.

Ella se echó para atrás, asustada.

"¡L-Lo siento! No sabía que te dolía".

Esa diosa... En mi vida pasada, el concepto de dioses era algo abstracto, algo que la gente mencionaba en momentos de desesperación o esperanza, pero nunca como una realidad tangible. Todo se basaba en creencias.

Ahora, Sariah es una presencia constante en mi mente, aunque apenas se haya manifestado en una ocasión. Ella me trajo aquí por una razón, pero... ¿Qué tan clara era esa razón, incluso para ella?

Me gustaría saber si Sariah realmente tiene un plan meticuloso para mí o si simplemente está experimentando, viendo qué sucede si pone a un humano con conocimientos de otro mundo en este entorno tan primitivo. A veces siento que soy solo una pieza en un juego que ella está jugando, y eso me irrita un poco. Aunque... también podría ser que ella esté tan perdida como yo, intentando comprender su propio propósito como diosa."Luciano, ¿me estás escuchando?" La voz dulce de Mirella interrumpió mi flujo de pensamientos."No, no pasa nada. Esas son... unas pequeñas marcas de golpes, pero ya van a sanar".Cambió su cara con una sonrisa al ver que todo estaba bien. Parece ser bastante sentimental."Por cierto, ¿no comés nada?""Creo que no me hace falta, no creo tener ganas de comer como tú lo haces.

¡Pero si quieres puedo intentarlo!"

Vaya, me saqué un peso de encima, porque tener otra boca que alimentar, y encima a escondidas, sería difícil."Está bien, cuando tengamos bastante comida te voy a compartir un poco.

Ahora, me gustaría saber más sobre tus habilidades mágicas que me dijiste que tenías. ¿Qué podés hacer exactamente?"

"Soy un hada de la luz", comenzó diciendo, levantando sus brazos diminutos en el aire, como si quisiera explicar que eso para ella era algo muy impresionante.

"Puedo iluminar lugares oscuros y protegerte con pequeñas barreras de luz. También puedo sentir la presencia de la oscuridad y de seres malvados".

Luego agregó, aún más emocionada: "¡Mira, mira!"

Desde su pequeña mano comenzó a formarse una bola de luz que ella llevó hacia el fondo de la cueva, donde la luz del sol no solía llegar.

"¡Así que la magia sí existe! La cantidad de cosas que podríamos hacer con ella es inmensa, pero, ¿hay alguna limitación o algo así?"

Mientras tanto, miré la bola de luz, que parecía una lámpara que iluminaba todo el lugar sin usar electricidad.

"Creo que cuando uso magia, las cosas amarillas que flotan a mi alrededor empiezan a desaparecer... Bueno, es que no... No estoy acostumbrada a hacerlo", contestó, chocando la punta de sus dedos índices entre sí.¿Realmente sabe algo o es como si recién hubiera nacido con un conocimiento 'inyectado' de alguna forma?"Sí, sí, no te presiones. Recordá que recién salís de esa piedra mágica... Seguro que debe ser difícil para ti.

Pero... ¿Sabés cómo era tu vida antes?"

Justo antes de que Mirella pudiera responder, afuera se empezaron a escuchar gritos de mujeres. De hecho, creo que son de las niñas que parecen gemelas. Siempre pasan como a esta hora.Mirella se sobresaltó y voló rápidamente hacia mi cabello, escondiéndose entre los mechones.

"¿Quién habla?" Susurró, su voz apenas audible entre los gritos.

"Ya lo veremos".

Salí de la cueva para ver qué estaba pasando.