Kaeleen bajó de la carroza, entrecerrando los ojos bajo la intensa luz del sol. Frente a él, el edificio principal de la academia se alzaba con una majestuosidad que superaba cualquier descripción que le hubieran dado en el campo de entrenamiento. Torres altas y murallas adornadas con emblemas dorados rodeaban la estructura de piedra blanca, y arcos tallados con figuras de criaturas míticas formaban los portales de entrada.
A su lado, Elise y Borik compartían su asombro. Aunque ambos intentaban disimular, sus miradas delataban una mezcla de nerviosismo y admiración. Kaeleen sintió una mezcla de emociones al observar la grandeza de la academia. Este sería el lugar donde debería probarse a sí mismo y, finalmente, donde tendría que controlar su poder.
"Esto es impresionante…" murmuró Elise, lanzando una mirada tímida hacia Kaeleen.
Kaeleen asintió, sintiendo el peso de las expectativas sobre sus hombros.
Grupos de estudiantes se paseaban por los patios y jardines que rodeaban la entrada, y no tardaron en llamar la atención de Kaeleen y sus amigos. Figuras de diferentes razas llenaban el lugar: elfos de cabellos plateados, enanos robustos y algunos hombres bestia caminaban entre estudiantes humanos, todos vistiendo el emblema dorado y azul de la academia.
"Parece que estaremos aquí con todo tipo de personas… y criaturas" murmuró Borik, lanzando una mirada cautelosa hacia un grupo de elfos que caminaba con aires de superioridad.
Antes de que Kaeleen pudiera responder, una voz familiar rompió el ambiente. Ithan, uno de los bullies que había conocido en el entrenamiento, caminaba hacia ellos con una expresión desdeñosa. A su lado estaba Erik, quien, como siempre, parecía dispuesto a respaldar cualquier provocación de su compañero.
"Vaya, vaya… si no es nuestro amigo el 'prodigio' del mana oscuro" dijo Ithan, pronunciando cada palabra con burla mientras cruzaba los brazos frente a él. "Supongo que también invitan a cualquiera a la academia estos días."
Kaeleen sintió la sangre hervir, pero se obligó a no responder. Sabía que no valía la pena caer en las provocaciones de Ithan. Sin embargo, algo en la postura de su rival era diferente; la confianza que mostraba era más imponente que en el campo de entrenamiento.
"Deja a Kaeleen en paz, Ithan" respondió Elise, su voz tranquila, aunque con una firmeza que lo sorprendió.
Ithan soltó una risa burlona y ladeó la cabeza hacia Elise.
"¿Por qué defiendes a este rarito, Elise? Solo te pondrás en peligro. Este chico no controla su poder y todos sabemos lo peligroso que puede ser el mana oscuro."
La tensión en el ambiente era palpable, y otros estudiantes comenzaban a detenerse para observar el enfrentamiento.
"¿Qué ocurre aquí?" preguntó una voz firme desde detrás de ellos. Los estudiantes se apartaron al ver acercarse a una figura vestida con una elegante capa blanca y dorada. La princesa Selene.
Los ojos de Kaeleen se abrieron sorprendidos al ver a la princesa en la academia. Recordaba su presencia imponente desde el día de la invocación, pero verla aquí, entre estudiantes, hacía que la situación fuera aún más irreal. Selene observó la escena con una mezcla de severidad y curiosidad.
"Espero que estén preparándose para las clases y no causando problemas" advirtió Selene, con una mirada especialmente dirigida hacia Ithan.
Ithan intentó recomponerse y bajó la cabeza en señal de respeto, aunque la mueca en su rostro delataba su resentimiento. Selene, satisfecha con la reacción, desvió su mirada hacia Kaeleen y le dedicó una leve sonrisa.
"Kaeleen, Elise, Borik, bienvenidos a la academia. Espero que encuentren aquí todo lo que necesitan para fortalecer sus habilidades."
Kaeleen asintió, agradecido por la intervención de la princesa. Sin embargo, sintió una extraña incomodidad en la forma en que los demás estudiantes lo miraban. Parecía que la atención de la princesa solo había empeorado las cosas, especialmente para Ithan, cuya mirada se tornó más fría.
Una vez que Selene se alejó, Ithan soltó una sonrisa maliciosa y murmuró:
"Que disfruten su momento de gloria. Ya veremos cuánto dura su suerte en este lugar."
Kaeleen, Elise y Borik intercambiaron miradas y decidieron alejarse, evitando darle más importancia al enfrentamiento. Mientras caminaban hacia la entrada principal, la sensación de ser observados no desaparecía. Kaeleen sabía que su estancia en la academia no sería sencilla y que los desafíos apenas comenzaban.
La Gran Sala de la academia era un lugar que superaba cualquier descripción. Las paredes estaban adornadas con antiguos estandartes de batallas ganadas y de alianzas con otros reinos. Filas de asientos organizados frente a un podio de piedra aguardaban a los nuevos estudiantes. Los colores vibrantes de las insignias parecían brillar con un leve resplandor mágico. Todos los nuevos alumnos tomaron asiento mientras los profesores se alineaban frente a ellos.
A medida que Kaeleen observaba a los profesores, reconoció algunas caras del campo de entrenamiento, pero también vio rostros nuevos y desconocidos. Uno de ellos, una mujer alta con cabello rizado y una túnica blanca y azul oscuro, se adelantó al podio. Su porte y expresión reflejaban una autoridad imponente.
"Bienvenidos a la Academia Real de Ethelia" dijo la mujer, con una voz clara y firme que se proyectaba con facilidad en la sala. "Soy la directora, Ethel Arannis. Aquí aprenderán a controlar sus habilidades, a entender la esencia de su poder, y a ser dignos representantes de nuestro reino."
Kaeleen sintió que el peso de las palabras de la directora cargaba aún más sobre sus hombros. La expectativa en sus ojos era evidente; no solo debía sobrevivir en un entorno hostil, sino también demostrar su valía.
"Recuerden" continuó la directora Arannis, haciendo una pausa significativa, "que la academia es un lugar donde todos tienen la oportunidad de alcanzar su potencial. Sin embargo, solo aquellos que demuestren disciplina, respeto y lealtad lograrán el éxito. Les aseguro que el camino no será fácil."
Kaeleen respiró hondo, decidido a perseverar, sin importar los obstáculos. Sabía que estaba en un lugar donde podría, finalmente, entender la naturaleza de su poder oscuro. Sin embargo, una sombra de duda se asentó en su mente mientras observaba los rostros de sus compañeros.
Tras la ceremonia de bienvenida, los estudiantes fueron guiados a sus respectivas aulas. Kaeleen, Elise y Borik fueron asignados al salón de Magia Básica, donde su profesora, Nylaen Fira, los esperaba.
La profesora Nylaen, una mujer de aspecto cálido y ojos verdes brillantes, les sonrió a todos cuando entraron. Vestía una túnica azul claro y tenía una expresión amigable y entusiasta que contrastaba con la rigidez de algunos de los otros profesores.
"Bienvenidos a su primera clase de Magia Básica" dijo con entusiasmo. "Aquí aprenderemos a manejar los aspectos más esenciales del mana. Esta energía se manifiesta en cada ser y es lo que nos permite utilizar nuestra afinidad mágica. El primer paso es aprender a respetarla y entenderla."
Kaeleen escuchaba con atención, intentando ignorar las miradas de algunos compañeros que lo miraban de reojo. Sabía que el mana oscuro era visto con recelo, y se preparó mentalmente para cualquier comentario o provocación.
"Ahora," continuó Nylaen, "cada uno de ustedes tiene una afinidad distinta, y aprenderemos a canalizarla de manera segura." Observó a los estudiantes y señaló a Kaeleen. "Kaeleen, ¿puedes decirnos cuál es tu afinidad?"
Kaeleen sintió una ligera incomodidad, pero decidió enfrentarla. Se levantó y dijo, con voz firme:
"Mi afinidad es con el mana oscuro."
Un murmullo se esparció por la clase. Algunos estudiantes intercambiaron miradas sorprendidas, y otros, como era de esperarse, parecían asustados. Ithan, quien estaba sentado en la parte trasera del aula, soltó una risita burlona, mientras Erik lo acompañaba con una sonrisa cómplice.
La profesora Nylaen, sin embargo, no mostró sorpresa ni desdén, y asintió comprensivamente.
"El mana oscuro es una afinidad compleja y requiere mucha disciplina" dijo Nylaen. "Pero es, al igual que cualquier otro, una forma de energía que puede ser utilizada para el bien o el mal. Con el entrenamiento adecuado, podrás aprender a controlarlo."
Kaeleen asintió, aliviado por la respuesta comprensiva de la profesora. Durante el resto de la clase, Nylaen les explicó cómo canalizar el mana básico, guiándolos a través de un ejercicio de concentración que ayudaría a estabilizar el flujo de energía en sus cuerpos.
Al final de la clase, Kaeleen, Elise y Borik se dirigían al comedor cuando un hombre alto y delgado, vestido con una túnica oscura, se acercó a ellos. Su mirada era penetrante, y Kaeleen sintió una extraña incomodidad en su presencia. Se presentó como el Profesor Seraphis Morvane, el profesor de Clases Privadas de Control de Mana Oscuro.
"Kaeleen," dijo, mirando al joven directamente a los ojos, "he escuchado sobre tu afinidad única. Estaré a cargo de tus clases privadas en el manejo del mana oscuro. Es un campo desafiante, pero estoy seguro de que con mi guía, lograrás controlarlo."
Kaeleen sintió una mezcla de nervios y curiosidad. No estaba seguro de qué pensar de este profesor, cuya expresión fría y controlada le causaba cierta inquietud.
"Gracias, profesor," respondió con una leve inclinación de cabeza.
Elise lo miró con preocupación cuando Seraphis se alejó.
"Ese profesor… hay algo extraño en él, ¿no crees?" susurró ella.
Kaeleen asintió, compartiendo la intuición de Elise. Había algo en la presencia del profesor Seraphis que despertaba en él una sensación de alerta. Sin embargo, sabía que necesitaba aprender a controlar su poder, y si eso significaba aceptar su ayuda, lo haría.
"De cualquier manera," intervino Borik, intentando aligerar el ambiente, "parece que tendremos que aprender a cuidar nuestras espaldas."
Con esas palabras, los tres continuaron explorando el vasto territorio de la academia, sabiendo que el verdadero desafío apenas comenzaba.