Después de los eventos intensos de la prueba de combate, la atmósfera en la academia estaba tensa. La noticia de la explosión de sombras provocada por Kaeleen se había esparcido rápidamente, y tanto estudiantes como profesores lo miraban con una mezcla de miedo y desconfianza. A pesar de que la Princesa Selene había intervenido en su defensa, los rumores y las miradas desconfiadas solo parecían aumentar.
Mientras caminaba por los pasillos de la academia con Elise y Borik, Kaeleen podía sentir la hostilidad de sus compañeros. Algunos cuchicheaban a su paso, y otros simplemente lo observaban con cautela.
"No te preocupes, Kaeleen," dijo Elise, intentando levantarle el ánimo. "Sabes que no tienes que demostrarle nada a nadie."
"Es fácil decirlo, pero me parece imposible ignorarlos," respondió Kaeleen, con una sonrisa débil. "Siento que todos están esperando a que cometa un error para señalarme como un peligro."
Borik asintió, comprensivo, y le dio una palmada en el hombro.
"No estás solo, amigo. Nos tienes a nosotros, y vamos a apoyarte pase lo que pase."
"Gracias, chicos," murmuró Kaeleen, agradecido por el apoyo de sus amigos. Sabía que necesitaría toda la ayuda posible para enfrentar lo que venía.
Esa tarde, Kaeleen recibió una notificación de que el Profesor Seraphis quería verlo en su sala de entrenamiento privada. Aunque estaba algo nervioso, sabía que esta sería una oportunidad valiosa para aprender a controlar su mana oscuro y evitar futuros incidentes como el de la prueba.
Al entrar en la sala, se encontró con Seraphis, quien lo esperaba con una expresión imperturbable.
"Kaeleen," comenzó Seraphis, con voz calmada. "He oído sobre lo que sucedió en la prueba de combate. El mana oscuro es una energía compleja y poderosa. Debes aprender a controlarla o será tu perdición."
Kaeleen asintió, sintiendo una mezcla de respeto y temor hacia el profesor. Sabía que Seraphis era alguien con vastos conocimientos sobre las artes oscuras, y aunque había algo en su presencia que le resultaba inquietante, confiaba en que el profesor podría ayudarlo.
"Hoy, nos enfocaremos en enseñarte a canalizar tu energía sin dejarte llevar por las emociones," explicó Seraphis. "El primer paso es aceptar el poder oscuro dentro de ti. No lo rechaces; entiende que forma parte de ti, pero no permitas que te domine."
Kaeleen cerró los ojos, siguiendo las instrucciones del profesor. Visualizó el mana oscuro en su núcleo, concentrándose en su peso y en la tensión que creaba en su pecho. Con cada respiración, intentaba mantener la calma, aceptando la oscuridad sin dejar que se desbordara.
"Siente cómo fluye," susurró Seraphis. "No luches contra ella; guíala. Recuerda, tú eres quien debe controlar el mana oscuro, no al revés."
Kaeleen continuó respirando profundamente, concentrado en canalizar la energía sin que esta escapara de su control. Lentamente, comenzó a sentir que podía guiarla de manera más estable, como si estuviera estableciendo una conexión más profunda con su núcleo.
Después de unos minutos, abrió los ojos, sintiendo una calma inusual. Seraphis lo observaba con una leve sonrisa de aprobación.
"Buen trabajo, Kaeleen," dijo. "Aún queda un largo camino, pero ya has dado el primer paso. Pronto aprenderás a usar este poder sin miedo."
A pesar de su progreso en las lecciones privadas, las tensiones en la academia no cesaban. Durante una clase de historia con la profesora Lyanna sobre la creación de Aether y las razas que lo habitaban, Luka y su compañero Revan aprovecharon cada oportunidad para lanzarle miradas despectivas a Kaeleen, susurrando burlas cuando la profesora no estaba atenta.
"¿Quién lo diría?" murmuró Revan en voz baja, lo suficiente para que Kaeleen escuchara. "El rarito del mana oscuro quiere hacerse pasar por héroe."
Kaeleen apretó los dientes, intentando ignorarlos. Sabía que responder solo empeoraría la situación, pero la hostilidad constante comenzaba a desgastarlo. Elise, sentada a su lado, le dio un suave codazo en señal de apoyo.
"No les hagas caso," susurró. "Son solo provocaciones."
Sin embargo, Luka no parecía dispuesto a detenerse. Cuando la clase terminó, se acercó a Kaeleen con una sonrisa sarcástica.
"Espero que disfrutes tu tiempo en la academia, Kaeleen," dijo, con una mirada fría. "Aunque, claro, no creo que dure mucho si no puedes controlar tu 'pequeño problema'."
Kaeleen lo miró fijamente, conteniendo la rabia que empezaba a arremolinarse en su pecho. Decidió no responder y simplemente se dio la vuelta, saliendo del aula con Elise y Borik.
Más tarde, ese mismo día, Kaeleen se encontraba en el patio de la academia, reflexionando sobre las palabras de Luka y las lecciones con Seraphis. Fue entonces cuando notó que Naomi se acercaba. La líder de su grupo en la prueba de combate rara vez hablaba con otros estudiantes, y su frialdad era conocida por todos. Sin embargo, esta vez, parecía interesada en hablar con él.
"Kaeleen," comenzó, con su habitual tono indiferente. "Quería hablar contigo sobre lo que ocurrió en la prueba."
Kaeleen se preparó para una reprimenda, pero, para su sorpresa, Naomi parecía genuinamente interesada en ayudarlo.
"He visto el potencial en tu mana oscuro," dijo. "Pero te falta control. Si realmente quieres progresar en la academia, necesitas dominar ese poder. Yo misma estoy dispuesta a ayudarte, si lo deseas."
Kaeleen se sorprendió por la oferta. Sabía que Naomi rara vez se involucraba con otros estudiantes, y el hecho de que quisiera ayudarlo le daba una sensación de esperanza.
"Gracias, Naomi," respondió, sin saber qué más decir. "Aprecio mucho tu apoyo."
Naomi asintió y, sin añadir nada más, se dio la vuelta y se alejó. Kaeleen sabía que la ayuda de Naomi sería invaluable, y estaba decidido a aprovechar cada oportunidad para mejorar.
Esa noche, Kaeleen reflexionaba sobre todo lo que había sucedido: la prueba de combate, las provocaciones de Luka y Revan, y la inesperada ayuda de Naomi y Seraphis. Sabía que el camino hacia el control de su mana oscuro sería difícil, pero sentía que cada día avanzaba un poco más.
Con el apoyo de sus amigos y de aquellos que creían en su potencial, Kaeleen estaba decidido a enfrentar todos los desafíos que le aguardaban en la academia. Aunque los rumores y las hostilidades no cesaban, cada experiencia lo hacía más fuerte y le recordaba que estaba en Aether por una razón.
"Voy a demostrarles a todos que puedo controlar este poder," murmuró para sí mismo, mirando las estrellas desde su ventana. "No importa lo que digan, no me rendiré."
Con esta resolución en su corazón, Kaeleen se preparó para el siguiente día, sabiendo que el verdadero desafío estaba apenas comenzando.