El aire estaba cargado de tensión mientras los cuatro grupos se alineaban para la prueba final en el campo de entrenamiento. Cada invocado sabía que esa sería la última oportunidad para demostrar su habilidad, y que las decisiones y acciones de ese día podrían marcar su futuro. Kaeleen sentía la presión como un peso sobre los hombros, aunque su determinación lo impulsaba a seguir adelante. Su núcleo de mana de nivel 2 era ahora más fuerte y estable, y aunque sentía todavía el agotamiento de la noche anterior, estaba seguro de que podía superarse a sí mismo.
Los grupos estaban listos, y el Profesor Wolfram avanzó hasta el centro del campo para dar inicio a la prueba. Su voz resonaba clara y firme mientras explicaba las instrucciones.
"Esta prueba medirá su capacidad de trabajo en equipo, estrategia y control del mana. Cada grupo enfrentará una serie de tareas en las que su habilidad para coordinarse y adaptarse será evaluada," explicó el profesor. "No habrá enfrentamientos directos; sin embargo, la competencia implicará la interacción y contacto entre los grupos. Cualquier interferencia desleal será penalizada."
El campo se dividió en varias áreas de trabajo, cada una asignada a una tarea específica. Los grupos fueron enviados a sus respectivas posiciones, y pronto cada uno comenzó su trabajo. El grupo de Kaeleen se movía de manera coordinada gracias a la dirección de Naomi, la joven en el primer lugar de las pruebas, quien, aunque distante, sabía cómo liderar con firmeza.
Kaeleen se encargó de ayudar en la creación de barreras mágicas alrededor de su grupo, usando su mana oscuro para levantar defensas mientras sus compañeros completaban las tareas asignadas. A pesar de la fatiga que sentía, logró crear un escudo estable que bloqueaba los ataques mágicos de práctica enviados por otros equipos para entorpecer su avance. Sin embargo, apenas estaba a mitad de una de las tareas cuando una presencia familiar y desagradable hizo que su atención se desviara.
Ithan y Erik, con sus compañeros, se acercaron desde la distancia, sus ojos llenos de esa familiar mezcla de burla y malicia. Kaeleen intentó concentrarse, ignorando las provocaciones y comentarios sarcásticos, pero era evidente que los bullies no tenían la intención de dejarlo en paz.
Mientras intentaba reanudar su trabajo, sintió una vibración en el aire, un hechizo que se aproximaba rápidamente hacia él. Apenas tuvo tiempo para girar y levantar una barrera antes de que el hechizo impactara en su escudo, forzándolo a retroceder. Ithan sonreía mientras bajaba la mano, claramente satisfecho de haberle hecho perder la concentración.
"¿Qué pasa, Kaeleen? ¿Eso es todo lo que puedes hacer?" se burló Ithan, con una sonrisa arrogante.
Kaeleen respiró hondo, intentando ignorar el comentario y centrarse en la tarea, pero el hechizo de Ithan lo había obligado a interrumpir su flujo de mana. Intentó recomponer su barrera, pero otro hechizo voló hacia él, esta vez lanzado por Erik. Se vio obligado a defenderse de nuevo, y cada ataque adicional parecía diseñado para hacerle perder el equilibrio y la concentración.
"No estoy aquí para pelear," murmuró entre dientes, sin embargo, la creciente irritación se reflejaba en su mirada.
Erik rió con una risa oscura. "Qué sorpresa, porque yo tampoco estoy aqui para pelear." Dicho esto, lanzó otro ataque de mana que hizo estremecer la barrera de Kaeleen.
Kaeleen retrocedió unos pasos y decidió que no podía quedarse de brazos cruzados. Si Ithan y Erik querían provocarlo, les daría una razón para pensarlo dos veces. Con un movimiento rápido, conjuró una esfera oscura que lanzó hacia ellos, obligando a ambos a retroceder.
Ithan apenas logró esquivar el ataque, pero su sonrisa se mantuvo. "¿Eso es lo mejor que tienes? No es de extrañar que todos te consideren una carga."
Las palabras lo hirieron de una forma que no esperaba. Apretó los puños, esforzándose por mantener la calma, pero la presión del mana oscuro dentro de él aumentaba. Era como si cada palabra de Ithan estuviera diseñadas para desestabilizarlo. En ese momento, Erik lanzó un ataque directo hacia Elise, quien estaba cerca de Kaeleen, y el hechizo la alcanzó, dejándola inconsciente en el suelo.
La visión de Elise cayendo hizo que una ola de rabia lo invadiera. La contención que había logrado mantener se desmoronó en un instante, y sintió cómo el mana oscuro comenzaba a agitarse violentamente. Cada intento por contenerlo solo parecía aumentar su intensidad, como un río desbordado que amenazaba con romper sus barreras internas.
Mientras observaba a Erik acercarse a Elise con una expresión cruel, las voces en su mente se intensificaron. Podía escuchar el mana oscuro susurrándole, incitándolo a dejarse llevar, a defender a Elise con todo su poder.
"¿Qué vas a hacer ahora, Kaeleen?" dijo Erik, arrodillándose cerca de Elise con una mirada de desprecio. "Quizá deberíamos divertirnos un rato con tu amiga… y tú solo podrás mirar."
Esa última burla rompió las pocas barreras que quedaban en la mente de Kaeleen. Sintió cómo toda la energía acumulada se liberaba en un estallido de ira pura. Los susurros del mana oscuro, siempre latentes y controlados, se transformaron en gritos, exigiéndole venganza. En ese momento, toda contención o disciplina desapareció, y un aura oscura comenzó a envolverlo.
El campo de entrenamiento se sumió en un extraño silencio cuando una densa nube de mana oscuro rodeó a Kaeleen, formando una especie de vórtice de sombras que crepitaba con una energía amenazante. Los ojos de Kaeleen brillaban con una intensidad desmedida, sus pupilas reflejando la furia de alguien que estaba al borde de perder el control absoluto.
"¿Esto es lo que querían?" susurró Kaeleen, aunque su tono transmitía una amenaza que se sentía en el aire. "Pues lo tendrán."
Con un movimiento brusco de su mano, liberó una ráfaga de energía que hizo retroceder a Ithan y Erik, ambos ahora con expresiones de sorpresa y miedo en sus rostros. Sin darles tiempo a reaccionar, Kaeleen lanzó una serie de hechizos oscuros hacia ellos, sus ataques cada vez más feroces e incontrolables.
Cada golpe resonaba en el campo, y el suelo temblaba bajo la fuerza de sus ataques. Kaeleen se movía rápido, sus manos enviaban ráfagas de energía oscura que explotaban al impactar, levantando polvo y escombros. Los espectadores, quienes al inicio miraban con curiosidad, comenzaron a retroceder, claramente alarmados por el descontrol en que había caído Kaeleen.
Erik, atrapado en una esquina del campo, intentó defenderse con un escudo improvisado, pero la intensidad de los ataques de Kaeleen era abrumadora. Cada golpe debilitaba sus defensas, y la expresión de Erik cambiaba del desprecio al miedo puro. Ithan intentó huir, pero Kaeleen lo interceptó, lanzándole una descarga que lo obligó a caer de rodillas.
Los susurros en la mente de Kaeleen se intensificaron. Ahora, ya no eran solo voces lejanas, sino órdenes claras y tajantes que lo incitaban a acabar con ellos, a no mostrar piedad. La furia lo cegaba, y aunque una parte de su mente intentaba detenerlo, su voluntad se había vuelto débil ante la oscuridad que lo dominaba.
"Por lo que le hicieron a Elise…" murmuró, su voz temblando de rabia contenida, "…se los haré pagar."
Concentró una enorme cantidad de mana oscuro en sus manos, y las sombras se arremolinaron a su alrededor. Su intención era acabar con ellos de una vez por todas. Sin embargo, justo en ese momento, una luz dorada y cegadora apareció entre él y sus oponentes.
La princesa Selene avanzaba hacia él, su rostro reflejando una calma que contrastaba con el caos alrededor. Extendió su mano, y una barrera de mana divino rodeó a Kaeleen, neutralizando el mana oscuro y conteniendo la oscuridad que lo envolvía. La energía de Selene era pura, y el contraste con la energía de Kaeleen hizo que el campo entero se iluminara.
Kaeleen sintió la intensidad de la energía divina, y fue como si de repente se disiparan todos los susurros en su mente. La rabia se desvaneció, y la tensión en su cuerpo desapareció, dejándolo débil y sin fuerzas. Su visión comenzó a oscurecerse y, antes de que pudiera comprender del todo lo que sucedía, su cuerpo cedió y cayó al suelo, inconsciente.
La princesa Selene mantuvo la barrera por un instante más, asegurándose de que el mana oscuro había sido contenido. A su alrededor, los demás invocados la observaban en silencio, algunos murmurando en voz baja mientras sus miradas pasaban de Kaeleen a los bullies heridos y debilitados. El miedo en sus rostros era evidente; lo que habían presenciado superaba cualquier expectativa.
La princesa, tras asegurarse de que el peligro había pasado, hizo un gesto a dos guardias cercanos. "Llévenlo a mi despacho," ordenó, con una mirada seria y calculadora. Sabía que Kaeleen necesitaba ayuda, pero también comprendía que la naturaleza de su poder podía ser peligrosa si no se controlaba.