10° parte: El pasado secreto de la directora.
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Era de noche. Un grupo de chicas se movía en silencio, si tenía que hablar cuchicheaban entre ellas.
Entraron en el despacho de la directora.
La mujer las esperaba con otra de las chicas, solo había una lamparita encendida y el televisor. Todo estaba a oscuras.
-Entrad y sentaos, empezaremos enseguida- dijo la directora.
Habían pasado dos días del final del torneo y casi todo había vuelto a ser igual.
-Nos
hemos reunido aquí, por qué por fin tenemos información completa de
esas dos…" chicas'- en ese momento todas sabían el secreto de la chica
pelirroja. - se ha confeccionado un video, que ahora veremos… por
razones de seguridad se verá sin sonido
- No se puede molestar a nuestras compañeras- dijo alguien.
Se
encendió el video y apareció la presentación de la compañía que montó
el video. En ella aparecía un pato y un cerdito peleándose.
-Kaori, la próxima vez que montes un video… ahórrate la caratula de presentación- dijo Satsuki.
-Pues a mí me gusta.
-Es divertida. - dijo alguien divertida.
En las imágenes apareció el dojo Tendo.
-Aquí
es donde viven nuestras dos compañeras. Ahora están de reformas. Con lo
que ganaron esas dos podían tirarlo al suelo y volverlo a hacer nuevo.
Hemos infiltrado gente que fue quien nos proporcionó las imágenes.
En las imágenes apareció Kasumi.
-Esta
es Kasumi la hermana mayor, muy servicial y amable. Es muy inocente,
nunca se enfada. Se dedica a llevar la casa. Cocinar, fregar, etc.
La
imagen siguió y apareció Nabiki, en la sala alguien abrió un paquete de
patatas y todas empezaron a comer, hacía un rato que bebían refrescos.
-Esta
es Nabiki. Una timadora, os robaría la camisa y os la vendería como
nueva. Se dedica principalmente a hacer fotos y videos a su hermana y a
Ranma, tanto a la versión chica como chico, y venderlas en su instituto.
Sus dos mejores clientes son dos hermanos que están locos.
Al fondo del despacho dos de las chicas hicieron un comentario entre ellas que nadie oyó.
Siguieron
apareciendo imágenes de los residentes del dojo, incluyendo las dos
chicas de ese instituto, que fueron enviadas allí con el intercambio.
Parecían más integradas en ese grupo de locos.
- ¡Pobres!, Parecen
designadas, aunque se ve a Kaede reír. - dijo Satsuki. En el video se
veía a la chica reír y hablar con los demás- con lo poco que habla y el
miedo que le da la gente. Parece que este viaje le ha hecho bien.
Siguieron
hablando de los ocupantes del dojo, la directora se enfadó cuando en
las imágenes apareció Happosai, fue entonces cuando descubrió por qué le
parecían conocidos los dos hombres que aparecían en el video. Se puso
tensa recordando viejos tiempos y como le destrozaron la vida.
Entonces
aparecieron imágenes de los dos prometidos, eran imagines de poco
después de venir de China. Los dos chicos bromeaban, se peleaban o
entrenaban… pero hicieran lo que hicieran se le veía cierta complicidad.
-Todo
lo que hacen juntos es para ellos un juego, desde entrenar a pelearse.
Comen uno al lado del otro. Desde que se levantan hasta que se acuestan
están juntos. Se buscan con la mirada. Se animan mutuamente. Ellos lo
niegan... pero se tienen aprecio, mucho… incluso algo más. Están muy
unidos… como se ve en las imágenes… tanto como lo están aquí.
Las dos chicas del fondo se callaron y se miraron. Una de ellas fue a decir algo…pero se contuvo.
Empezaron a salir fotos e imágenes de los rivales.
-Estos
son los seis rivales de los dos chicos. Ellas persiguen a Ranma para
que rompa con Akane y salga con ellas. Los tres chicos se lo quieren
cargar, dos de ellos para quedarse con Akane, el tercero para quedarse
con una de esas tres chicas… y ellos persiguen a Akane para que se quede
con ellos y las tres chicas para liquidarla.
-Supongo que los dos chicos huirán cuando los ataquen, que no será a menudo.
-Te equivocas, suelen atacarlos casi cada día, y varias veces. Por eso son tan fuertes.
Siguieron
hablando de los rivales. Cuando aparecieron las imágenes de los
hermanos Kuno y de su padre, el carácter de la directora se ensombreció,
algo en su pasado la ataba a esa familia y no era un recuerdo
agradable.
Las dos chicas del fondo se dieron cuenta del malestar de la directora. Hacía tiempo que sabían por qué.
Siguieron
hablando de los dos prometidos. Aunque no lo confesasen, los dos
chicos, se habían ido ganando su respeto. Luchaban por su independencia,
que nadie les impusiera a quien querer o por qué el destino quería para
sus vidas. Y tenían que hacerlo cada día.
-Veamos, esos dos son
tercos. Les han impuesto con quien deben casarse y ellos parece que… -
la directora estaba haciendo un resumen. Tenía cogido un vaso con un
refresco… cuando se dio cuenta que había algo raro… ¿de dónde habían
salido los refrescos y la comida? Supuso que la trajo alguna de la
chica- ¿por dónde iba?...
Siguieron hablando media hora más.
-Ahora debemos planear como tratar de vencer a esas dos. - dijo Kaori.
No sacaron nada en claro, no sabían cómo atracarlas.
-Me están volviendo loca, ahora entiendo cómo han vuelto al director Kuno se ha vuelto loco. - dijo la directora.
-Siento defraudarla directora, pero el director Kuno siempre ha estado loco. -dijo la voz de una chica al fondo de la sala.
La
directora encendió la luz, y al fondo de la sala estaban sentado los
dos chicos. Ranma se acababa de transformar en chico. Los dos parecían
divertidos, eran ellos los que habían traído los refrescos y la comida.
- ¿Desde cuándo estáis aquí? -preguntó la directora asustada. No vio cuando entraron.
-Venimos con ellas, no es a la primera reunión clandestina que asistimos. - dijo Akane.
-La película ha sido muy mala-reconoció Ranma- los dos protagonistas salen muy pocos. Merecían más minutos de pantalla.
Aunque seguía pareciendo egocéntrico, pero ahora siempre añadía a su prometida, esta sabía que lo decía de broma.
-No eres el mejor Ranma- lo amonestó Akane- fue una mala idea decirle eso. El chico bajo la cabeza.
-Ya
lo sé- dijo con tristeza- si lo fuera no te transformarías en gata.
Saffron no te hubiera secuestrado. Y no te seguirían esas tres locas.
-No
puedes seguir así Ranma, no es culpa tuya. Yo también te he metido en
líos. Kuno te persigue por mi culpa. Su hermana, desde que se topó
contigo cuando quiso liquidarme a mí. Shampoo, por qué la venciste
cuando me defendías.
- Parece que nacimos para meter al otro en problemas.
- ¿De qué os habéis enterado? -preguntó Satsuki.
-Prácticamente de todo, solo nos falta cierta información. - dijo Ranma.
-Y solo nos la puede dar la directora.
-Sí, la directora Akemi... ¿O debemos llamarla directora Kuno?
Todas miraron la directora sorprendidos, no era posible.
-Aunque no tengo ese apellido, pertenezco al clan Kuno. Soy prima del director del Furinkan. Pero ¿cómo sabéis eso?
-Se
parece a Kodachi Kuno. – dijo Ranma-y ésta esa foto que tiene colgada
en el marco. La miré al llegar. Akane también lo hizo cuando llegó. Los
dos nos sorprendimos, vimos en esa foto a tres personas que conocíamos… a
pesar de tener más de veinte años.
Las demás chicas se acercaron a la fotografía y la miraron. Se quedaron asombradas vieron algunas que ya conocían.
-No
es posible. En esta foto está tanto Tendo como Saotome, aunque tiene el
pelo negro en lugar de rojo. Y también hay alguien que se parece a esa
chica que luchó contra vosotros.
-Creemos que son nuestras madres y
la que se parece a nuestra rival es usted, ¿verdad directora? - la
directora asintió-supongo que estudiaron en esta academia.
-Si lo
son y esa otra chica soy yo. Tenía el presentimiento que ya os había
visto con anterioridad, pero no sabía que vuestras madres se casaron con
esos dos locos. Creo que se equivocaron. Les provocarían muchos males
de cabeza.
-En el caso de mi padre tiene razón- dijo Ranma- ese
imbécil me apartó de ella, la hizo sufrir durante diez años- Ranma
estaba enrabiado.
-En el caso de mi padre no paso igual. Mi padre
quiso mucho a mi madre y él sufrió cuando… se fue-a Akane se le escapó
una lagrima- aún la echa de menos. Pero es igual de cabezota y tonto que
el padre de Ranma.
-No el tuyo, es más- dijo Ranma. Akane se
preparó para darle un golpe. - Si tu padre fuese un poco listo, había
echado de su dojo al mío. Y mi madre también lo tenía que poner en la
calle, mi padre es un vividor y un timador.
- ¿Y tú qué harías? -preguntó asustada ella, le daba miedo la contestación del chico.
-Me
iría a vivir con mi madre. No volvería a ir con ese viejo loco, no con
lo mal que lo pasé con él. Te contador cosas que me hizo con la excusa
de entréname.
- ¡Me opongo! ¡No estoy de acuerdo! -dijo Akane exaltada.
- ¿Por qué? ¿Qué te pasa Akane? -preguntó Ranma.
-No
quiero que me dejes… no quiero volver a pasar por lo que pase cuando te
fuiste a China. No me despedí de ti. Podías haber muerto y por mi
estúpido orgullo…- estaba llorando- no te dejaré que ni tu padre ni tu
madre te lleven lejos de mi… te aparten de mí. Si tú te vas… yo te
seguiré… eres mi prometido. Y si lo viejos rompen nuestra promesa y nos
quieren separar… yo te seguiré...
- Yo también lo haré. Formas parte de mí, como yo soy una parte de ti-contestó el chico.
-No ha estado mal esa declaración… mejor que una peli romántica-dijo Satsuki riendo.
Entonces
se dieron cuenta que habían tenido espectadores. Y se pusieron muy
colorados. Habían olvidado a los demás. Durante el instante que duró la
declaración todo y todos a su alrededor desapareció.
Durante un minuto hubo un silencio enorme, nadie osó hablar. Pero al final fue Akane la que habló.
-Nos tiene que aclarar mucha cosa, directora Kuno.
-Ese
no es mi apellido… mi padre se lo cambió... El padre del director Kuno
lo obligó. Estaba tan loco como su hijo… y según he oído como sus
nietos. Obligó a todos sus hermanos a cambiarse el apellido. Les hizo
que le jurasen fidelidad, como hacían los caballeros medievales
europeos. Según me contó mi padre, tuvieron que ir a Escocia y
alquilaron un castillo y armaduras medievales.
Todos tuvieron un escalofrió al imaginar eso.
-Ahora
empezaré a contar lo que me habéis pedido. Solo contaré los últimos
días, me saltaré muchos detalles. En ese tiempo no era mayor que
vosotras…. Y estaba prometida al que es ahora el director del Furinkan.
El sueño destrozado de la directora.
La
chica corría por los pasillos de la escuela, estaba llorando. Se sentía
una desgraciada. Su mundo se había venido abajo, esas tres personas le
habían destrozado sus sueños. Ya no tenía objetivos en la vida de ahora
en adelante.
En el pasillo se encontró con dos chicas. Las miró
con desprecio. Eran esas dos chicas que iban juntas siempre. Sus
nombres, él de la chica de pelo oscuro era Nodoka, tenía un carácter un
poco conservador, siempre iba con kimono. La otra no recordaba su
nombre, creía que se llamaba Noriko. Tenía el cabello azulado y siempre
lo llevaba corto.
Las dos tenían mucho genio y no se dejaban
avasallar. Se decía que la familia de Noriko tenía un dojo y que se
casaría con experto en arte marciales. La otra chica era una experta en
el manejo de la katana.
Las dos, como ella, estaban prometidas. Y
las dos decían que odiaban a sus prometidos. Eran dos aprendices de un
viejo maestro con fama de viejo verde y ladrón de ropa femenina. Pero
según Akemi, las dos chicas, iban detrás de su prometido.
-Mira
quien tenemos aquí, las dos que me quieren robar mi prometido- dijo
Akemi. - y lo han logrado. Habéis hecho que mi Kuno siga a vuestros
prometidos.
-No queremos saber nada de tu prometido, es él quien nos acosa, como a todas las jóvenes que ve. -dijo Noriko.
-No
me gusta que me abrace tu prometido-dijo la otra chica- y no soporto
que me cante lo hace muy mal y no sabe tocar el ukelele.
-No
podéis engañarme; os he visto saltar a sus brazos, para disimular lo
lanzasteis lejos-dijo Akemi- Kuno es mío, y no os lo dejaré.
-Te estás engañando. Kuno nos abrazó él, nosotras no se lo pedimos.
-Ese
chico persigue a cualquier persona con faldas. Si se cruzase con un
regimiento de escoceses, los seguiría diciendo que son mujeres barbudas
que están enamoradas del él.
-Eso es mentira, me tenéis envidia por tener un prometido más guapo que los vuestros.
Y salió corriendo al girar se tropezó y cayó al suelo llorando.
La
chica lloró con amagara. Y lloró, sabía la cruel realidad, Kuno jamás
sería suyo. Ese chico era un mujeriego. Siguió a los prometidos de esas
dos tontas, para eliminarlos y quedarse con las dos chicas. No volvería a
por ella, seguía a todas… menos a ella. Tardaría años en volver a
verlo.
Mientras las dos chicas hablaron de algo que las preocupaba.
-Nodoka…
he oído hablar a nuestros prometidos. Se han hecho una promesa. Quieren
unificar las dos escuelas. Quieren casar sus hijos, nuestros hijos…
para tener un heredero común. Realmente sus futuros hijos no les
importa… solo quieren un heredero. Quiero a mi prometido… pero no quiero
que obligue a mis hijos a casarse sin amor. Lo pienso evitar.
-Yo
pienso igual que tú. No quiero que a mi hijo o hija lo obliguen a
casarse con quien no quiera. No dejaré que mi prometido cumpla esa
promesa. Solo lo consentiré si veo que los dos chicos se quieren.
Noriko la miró y tuvo una idea.
-Nodoka
quiero que nosotras hagamos una promesa paralela a la de esos dos
cabezas huecas… casaremos mi hija o hijo con el tuyo… pero solo si ellos
se quieren. Que sean ellos los que elijan con quien casarse.
-Te
doy mi palabra. Aunque tengo un presentimiento… un hijo mío y una hija
tuya serán grandes amigos, y pueden que lleguen a casarse, aunque
tendrán muchos problemas para hacerlo.
Las dos chicas se miraron. Estaban contentas harían que sus hijos se conocieran y les gustaría que fuesen amigos.
-Quiero
tener por lo menos tres hijos y a la menor me gustaría llamarla Akane.
Sé que la tercera será una niña, en mi familia siempre la tercera es una
niña. -dijo Noriko.
Nodoka se estremeció, ella quería más de un hijo… pero tenía un mal presentimiento.
-Yo creo que tendré uno solo. Algo impedirá que tenga más. Me gustaría llamarlo Ranma si es chico.
Las
dos no sabían que una vez casadas no se volverían a ver más. Las
locuras de esposo de Nodoka lo impidieron. Pero estuvieron en contacto
durante mucho tiempo.
Akemi oyó la promesa, se rió de la
simplicidad de las dos chicas. Esas promesas no se cumplían. Aunque las
dos chicas pusieran toda su voluntad, siempre había algo que echaría por
tierra esa bella promesa.
Odiaba a esas dos chicas, por perseguir
a su prometido. Odiaba a los prometidos de las chicas por atraer a su
prometido a un viaje que no debía hacer. Odiaba a su prometido por
dejarla y perseguir a toda chica que viese y por cantar tan mal. Y se
odiaba a si misma por ser tan crédula.
Corrió a su habitación y entró y dentro encontró a un ser robándole la ropa íntima.
-Veo que tú también has tenido una decepción… que te han dejado tirada.
La miró de arriba a abajo.
-Tienes
buen cuerpo- dijo el viejo. -Tienes una de las mejores proporciones que
he visto. Un buen busto y un buen culo. En otro momento me hubiera
aprovechado de ti… pero yo también estoy desanimado.
Ella miró al
extraño visitante. Era el maestro de esos dos chicos… lo que estaban
prometidos con esas dos odiosas chicas. Este hombre tenía a los dos
jóvenes atemorizados y hacía con ellos lo que quería. Había intentado
propasase con las prometidas de estos. Y las dos chicas se defirieron
con furia. No lo temían como sus novios, las dos tenían más agallas.
El hombrecillo se metió una mano en un bolsillo y sacó una botella con algún licor.
-Beber
de vez en cuando, te hace olvidar- dijo el viejo, tiempo después supo
que se llamaba Happosai. - pero sin que se vuelva una manía.
Ella lo miró entre asustada y fascinada.
-Ven conmigo y acompáñame a vaciar a mi amiga- dijo señalando la botella.
La
chica se sentó al lado del hombrecillo. Se dio cuenta que su visitante
también quería olvidar un amor de juventud. Happosai se llevó la botella
a los labios y bebió, le entregó la botella a la chica que también le
dio un buen trago.
Miró al hombre y se puso a llorar.
-Me dejó. Nunca me quiso, es un mujeriego. Se fue detrás de dos chicos, para eliminarlos y quedarse con sus prometidas.
-No te merecía, a ese chico lo conozco es y será un patán.
Ella
se levantó se caía de la borrachera que llevaba. Se desabrochó la
cremallera de la falda y la dejó caer, después se desabrochó la camisa y
se la quitó, la tiró encima de la cama, después hizo lo mismo con la
falda. No tuvo pudor en quedarse en ropa íntima delante del viejo.
- ¿Es que no tengo un buen cuerpo? ¿No soy guapa? ¿Por qué él no me quiere? -dijo ella llorando.
-Por qué tu prometido es tonto. No ve más allá de sus narices. Cualquiera se volvería loco por ti.
Ella
se contuvo un rato. Se llevó la mano a la espalda, se desabrochó el
sostén y se lo tiró al hombre y después se quitó las bragas y se la dio
al hombre. El hombrecillo la miró asombrado. Se guardó la ropa. Pero no
se movió. Akemi desnuda y sin vergüenza se sentó a su lado.
Era
verdad Akemi tenía un bello cuerpo. Ese día Happosai estaba desanimado.,
recordaba a su amor de juventud, en otro caso se hubiera abalanzado
sobre la chica.
-Este cuerpo si quiere será suyo- se ofreció la chica- si no ahora más para adelante.
El viejo la miró con deleite. Era una chica muy bella. Pero dejaría pasar unos años antes de aceptar el ofrecimiento.
Durante
unos años fueron amigos. El viejo la visitaba con frecuencia. Cuando la
chica cumplió la mayoría de edad, ya era una bella mujer, tuvieron
alguna noche de amor. Poco después el desapareció. Ella pensó que la
dejó por qué consiguió lo que quería. Muchos años después supo que fue
encerrado por sus dos alumnos para librarse de él… pero para entonces ya
era una vieja amargada, aunque no tenía mucho más de veinte años.
La directora acabó su relato. Los jóvenes la miraban asombrados, no
les entraba en la cabeza que ese pervertido tuviera, aunque fuese un
poco de corazón.
- ¿Está diciendo que tuvo una relación con el pervertido de Happosai? - dijo Ranma asombrado.
-Sí,
la tuve. Ese idiota de mi primo me dejó por perseguir a esos idiotas
que tenéis por padres. Creo que al final tuvieron un acuerdo con él.
Ranma y Akane se miraron asustados.
-No me gusta, conociendo esos tres solo significa una cosa… tendremos problemas-dijo Akane.
-Es lo que siempre nos ha pasado con ellos- dijo Ranma. - ¿pero por qué se relacionó con ese... viejo pervertido?
-No
podía olvidar a mi tonto primo… lo perseguí diez años…, desde que era
una niña, para nada, él se fue con otra. Fue una promesa anterior a la
mía, pero ella lo dejó por mujeriego, y esa promesa también se rompió.
Mi tío engañó a mi padre, para quitarle mi derecho a dirigir el
Furinkan. Me vi obligada a ser la directora de este internado.
- ¿Qué mal hay en dirigir este colegio? -preguntó Satsuki.
-Una ley del loco de mi tío. No puedo dejar este colegio… en vida.
Los chicos se asustaron. Esa norma era una locura. Y quien la puso… era un Kuno.
-Pero… Pero ¿qué pasaría si deja el colegio? ¿Hay algún castigo? -preguntó Ranma.
-Pues
no… no hay… ningún…-estaba analizando lo que decía- ¿Estás diciendo que
estado encerrada estos años por una norma tonta y sin sentido? - la
directora estaba asustada.
Ellos la miraron con pena. Era víctima de una locura de la familia Kuno. Aunque también tenía algo de la locura de esa familia.
-Pero no nos ha dicho por qué Happosai se unió a usted.
-Cuando
era joven estuvo enamorado de una joven china, ella le rompió el
corazón, no pudo olvidarla. Según parece él la venció en un torneo y
según sus leyes se debía casar con ella… pero se tenía que amoldar a las
leyes de esa tribu.
- Y él se opuso y huyó- siguió Akane.
-Pero
antes, Happosai le pidió que huyese con él. La esperó dos meses… ella
nunca apareció, ella le contó mucho después que se debía a su pueblo,
aunque el corazón le pidió que lo siguiese.
-Conocemos a esa
mujer, es la bisabuela de una de mis… acosadoras- dijo Ranma. Su
prometida lo miró extrañada, al chico le pasaba algo con esas tres.
Sabía que no le gustaba que se le echasen encima, ni que intentasen
acabar con ella. -sabíamos que hubo algo entre ellos… pero no que el
viejo no pudo olvidarla. Eso explicaría parte su comportamiento.
-Chicas
es hora de irse… no os pienso contar más. Vosotros dos si queréis saber
más preguntar a Nodoka… no me caía bien…- y mirando a Akane- y tu madre
tampoco. Siempre juntas, siempre ayudándose…en eso os parecéis…sois
idénticos a ellas - los miró con rabia-ahora que sé quién sois
realmente… me recordáis a ellas… pero hubo una época que ellas y yo
fuimos amigas.
-No somos nuestras madres, tenemos más genio que ellas- dijo Akane.
La directora se rió.
-No
sabéis nada de ellas. Sois idénticas a ellas. No solo en aspecto.
Tenéis el mismo carácter que ellas cuando eran jóvenes. - miró a Ranma-
No puedes negar que eres su hijo. Te pareces mucho a ella, tanto como
chica como chico. De ti Tendo puedo decir lo mismo. sólo una cosa, no os
parecéis a vuestros padres… y se puede decir que tenéis suerte que sea
así. Al menos ellas tuvieron suerte, os tuvieron a vosotros. Mi primo
sólo volvió dos veces, y esas dos veces fue por unos objetivos, cuando
los consiguió, me los arrebató y se fue con ellos dejándome sola- miró a
los dos prometidos -y si conocéis a la familia Kuno, sabéis cual fueron
esos objetivos.
Los dos prometidos se miraron y de golpe supieron
por el director Kuno fue en busca de su prima y que le quitó, los dos
jóvenes se quedaron boquiabiertos, ahora comprendían la amargura de la
directora Akemi. El director Kuno estaba más loco de lo que parecía.
La mujer cogió una botella de brandi y miró a las chicas.
-Es hora de olvidar… por unas horas-dijo la mujer. Abrió la puerta- ¡id saliendo!
Las chicas y Ranma salieron… pero este se volvió.
-He
visto a mi padre emborracharse desde que yo era muy pequeño. Lo he
visto emborracharse junto con el padre de Akane. He visto también beber
al maestro Happosai… pero ninguno resolvió sus problemas con el alcohol,
ni estos desaparecieron. Solo perderá la dignidad.
La directora lo miró y se enfadó.
-¡FUERA! ¡NO SABES LO QIE DICES!- Y estrelló la botella contra el marco de la puerta a pocos centímetros de donde estaba el chico.
La mujer cayó de rodillas y empezó a llorar, por todo lo que fue, por todo lo que le quitaron.
Ranma
cerró la puerta dejando a la mujer sola. Sintió pena por ella, un
puñado de locos le destrozaron la vida, acabaron con sus sueños de
juventud. Que unos de los responsables fuera su propio padre lo
indignaba. Iba solo con Akane y la miró. Se dio cuenta que la chica era
su sueño de juventud, no quería que nadie le arrebatará dicho sueño,
lucharía por él.
-Estas muy callado, Ranma ¿En qué piensas? – le preguntó su acompañante.
Él la miró y se encogió de hombros.
-En
lo que nos ha contado la directora, en cómo se derrumbaron sus sueños,
en que es fácil que unos… locos…- el chico tuvo un escalofrío, pensaba
en sus seis locos. - destrocen todo lo que tú quieres.
Ella lo
miró, sabia en que pensaba el chico… a ella también le atemorizaba esa
idea. Había tenido pesadillas en que los seis rivales lograban
separarlos… no quería que eso se volviera realidad.
-Nuestras
madres también hicieron una promesa de casarnos- dijo de golpe Ranma-
pero solo si nosotros estuviésemos enamorados y quisiéramos dar ese paso
por nosotros mismo.
- Si, ellas querían que fuésemos, al menos, buenos amigos. -le contestó ella pensativa.
Le preocupaba algo. Ella no quería ser solo buena amiga de Ranma. Quería ser algo más.
A
Ranma le preocupaba lo mismo. Y por millonésima vez desde que conoció a
Akane, se reprochó su falta de valor con ella y su estúpida timidez.
- ¡Ranma! - le llamó ella casi suplicando- hagamos nosotros nuestra propia promesa.
- ¿Nuestra propia promesa? -preguntó entre sorprendido y asustado.
-Sí,
que seremos buenos amigos, que nos queremos como hermanos. Y si… si nos
casamos… será por qué tú y yo así lo queramos. Sin que nadie nos
imponga nada.
Él la miró y sonrió.
-No te voy a prometer nada-dijo él-no veo por qué te tengo que prometer algo así.
Ella se enfadó y lo encaró.
- ¡Ya! El señor Ranma me ve de poco valor… debe pensar que sus otras prometidas son mejores…
La
chica aceleró la marcha y él tuvo que correr para cogerla. La agarró
del brazo y la empujó contra la pared. Ella se asustó, se pensaba que el
chico le haría algo malo.
-Por mí no hay nada que prometer, eso
qué pides ya pasa. Pero si quieres que te lo prometa… te prometo ser tu
amigo, tu hermano… y si así lo queremos en el futuro… nos casaremos por
que tú y yo así lo queremos- cerró los ojos-por mí no hace falta que te
prometa nada. Siempre seré tu amigo, te ayudaré cuando me necesites,
siempre te apoyaré… solo no te ayudaré en algo- el chico tragó saliva,
lo que iba a decir era para él algo difícil. -Jamás te ayudaré si te
enamoras de un imbécil.
La soltó y se giró y se dirigió a su habitación.
-
Y tanto que me ayudaras- musitó ella con una sonrisa en los labios. -
por qué al imbécil con quien me tienes que ayudar eres tú mismo. Sé que
tarde o temprano serás mío, aunque creo que ya lo eres.
Él pensaba cosas parecidas.
-No
te ayudaré, por qué quiero que seas mía. No te dejaré a nadie. Me da
miedo decirte lo que siento… pero no puedo negarlo. Aunque sospecho que
tú ya sabes… que estoy loco por ti.
En medio mes abandonarían ese
colegio, en el fondo no había sido tan malo. Estaban lejos de sus padres
y los seis rivales que los perseguían. Lejos de Nabiki que los
chantajearse o les hiciera fotos, tenían que escarmentarla de una vez.
Pero
estaba al lado de su marimacho y no preciosa prometida. La tenía para
él solo, no podía pedir más. Sólo que esos tres meses le sabían a poco.
Se la quería llevar al viaje de entrenamiento, durante las dos semanas
de fiesta… estaba pensando en secuestrarla si no quisiera acompañarlo.
Akane
lo miraba con disimulo. Pensaba en lo mismo que él. Al día siguiente le
hablaría de hacer un viaje de entrenamiento, cuando acabase ese
trimestre y empezarse las dos semanas de vacaciones. Quería que fuese
con ella, alejarlo de todos lo que los acosaban en Nerima. Si no
accedía... si no… se lo llevaría a la fuerza.
Iban a entrar en la habitación.
-
Ranma… lo nos ha contado la directora, su promesa con el director Kuno,
que todo fuese un engaño para quitarle la dirección del Furinkan… Lo
que contó sobre el viejo maestro y la abuela de Shampoo. ¿No te hacen
recordar algo? -Preguntó Akane.
-Te refiere a mi relación, si se
puede llamar así, con Ukyo y Shampoo. No lo sé. Creo que el director
sabía que engañaba a su prima. Y yo, cuando mi padre engañó al padre de
Ukyo, era demasiado crio para darme cuenta de lo que hacía ese viejo
loco. Y lo de Shampoo… Cologne y Happosai estaban enamorados… se
separaron, por qué uno no quería que unas leyes lo dominasen y la otra
por no ser capaz de enfrentarse a esas mismas leyes. Yo por Shampoo… no
siento lo mismo que ella siente por mí. Puede que amistad… o eso sentía…
por qué después de los últimos ataques…- se había enfadado recordando
cómo los habían atacado.
Él se apoyó en la puerta de su
habitación, parecía recaído. La chica se le acercó y le puso una mano en
el hombro. Ranma se giró y vio como ella le sonreía.
-Vamos Ranma, ¡anímate! No nos vencerán, no te dejes llevar por el desánimo.
- ¡Si! ¡Mientras estemos juntos nada ni nadie podrá con nosotros!
- Eso es una promesa- dijo la chica.
Él la miró y la vio irresistible, tuvo ganas de abrazarla y besarla, y no reprimió ese deseo. La cogió por la cintura.
-
¿Se puede saber lo que estas hacien…? - dijo enfadada, no pudo seguir,
notó que él la besaba. Luchó para librarse de ese beso y del abrazo…
pero de repente de dio cuenta que ella también lo abrazaba y respondía a
su beso.
Cuando se separaron se sonrieron y entraron a la
habitación. Se acostaron en la misma cama y durmieron abrazados, no era
la primera vez que dormían juntos. No hubo nada más. Aunque jóvenes y
muy inconscientes, no eran tan locos de dar ese paso siendo aún tan
jóvenes, o eso pensaban ellos...