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Chapter 11 - 11°. Las hermanas a San Miguel. 9°. Parte:

10° parte: El pasado secreto de la directora.

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Era de noche. Un grupo de chicas se movía en silencio, si tenía que hablar cuchicheaban entre ellas.

Entraron en el despacho de la directora.

La mujer las esperaba con otra de las chicas, solo había una lamparita encendida y el televisor. Todo estaba a oscuras.

-Entrad y sentaos, empezaremos enseguida- dijo la directora.

Habían pasado dos días del final del torneo y casi todo había vuelto a ser igual.

-Nos

hemos reunido aquí, por qué por fin tenemos información completa de

esas dos…" chicas'- en ese momento todas sabían el secreto de la chica

pelirroja. - se ha confeccionado un video, que ahora veremos… por

razones de seguridad se verá sin sonido

- No se puede molestar a nuestras compañeras- dijo alguien.

Se

encendió el video y apareció la presentación de la compañía que montó

el video. En ella aparecía un pato y un cerdito peleándose.

-Kaori, la próxima vez que montes un video… ahórrate la caratula de presentación- dijo Satsuki.

-Pues a mí me gusta.

-Es divertida. - dijo alguien divertida.

En las imágenes apareció el dojo Tendo.

-Aquí

es donde viven nuestras dos compañeras. Ahora están de reformas. Con lo

que ganaron esas dos podían tirarlo al suelo y volverlo a hacer nuevo.

Hemos infiltrado gente que fue quien nos proporcionó las imágenes.

En las imágenes apareció Kasumi.

-Esta

es Kasumi la hermana mayor, muy servicial y amable. Es muy inocente,

nunca se enfada. Se dedica a llevar la casa. Cocinar, fregar, etc.

La

imagen siguió y apareció Nabiki, en la sala alguien abrió un paquete de

patatas y todas empezaron a comer, hacía un rato que bebían refrescos.

-Esta

es Nabiki. Una timadora, os robaría la camisa y os la vendería como

nueva. Se dedica principalmente a hacer fotos y videos a su hermana y a

Ranma, tanto a la versión chica como chico, y venderlas en su instituto.

Sus dos mejores clientes son dos hermanos que están locos.

Al fondo del despacho dos de las chicas hicieron un comentario entre ellas que nadie oyó.

Siguieron

apareciendo imágenes de los residentes del dojo, incluyendo las dos

chicas de ese instituto, que fueron enviadas allí con el intercambio.

Parecían más integradas en ese grupo de locos.

- ¡Pobres!, Parecen

designadas, aunque se ve a Kaede reír. - dijo Satsuki. En el video se

veía a la chica reír y hablar con los demás- con lo poco que habla y el

miedo que le da la gente. Parece que este viaje le ha hecho bien.

Siguieron

hablando de los ocupantes del dojo, la directora se enfadó cuando en

las imágenes apareció Happosai, fue entonces cuando descubrió por qué le

parecían conocidos los dos hombres que aparecían en el video. Se puso

tensa recordando viejos tiempos y como le destrozaron la vida.

Entonces

aparecieron imágenes de los dos prometidos, eran imagines de poco

después de venir de China. Los dos chicos bromeaban, se peleaban o

entrenaban… pero hicieran lo que hicieran se le veía cierta complicidad.

-Todo

lo que hacen juntos es para ellos un juego, desde entrenar a pelearse.

Comen uno al lado del otro. Desde que se levantan hasta que se acuestan

están juntos. Se buscan con la mirada. Se animan mutuamente. Ellos lo

niegan... pero se tienen aprecio, mucho… incluso algo más. Están muy

unidos… como se ve en las imágenes… tanto como lo están aquí.

Las dos chicas del fondo se callaron y se miraron. Una de ellas fue a decir algo…pero se contuvo.

Empezaron a salir fotos e imágenes de los rivales.

-Estos

son los seis rivales de los dos chicos. Ellas persiguen a Ranma para

que rompa con Akane y salga con ellas. Los tres chicos se lo quieren

cargar, dos de ellos para quedarse con Akane, el tercero para quedarse

con una de esas tres chicas… y ellos persiguen a Akane para que se quede

con ellos y las tres chicas para liquidarla.

-Supongo que los dos chicos huirán cuando los ataquen, que no será a menudo.

-Te equivocas, suelen atacarlos casi cada día, y varias veces. Por eso son tan fuertes.

Siguieron

hablando de los rivales. Cuando aparecieron las imágenes de los

hermanos Kuno y de su padre, el carácter de la directora se ensombreció,

algo en su pasado la ataba a esa familia y no era un recuerdo

agradable.

Las dos chicas del fondo se dieron cuenta del malestar de la directora. Hacía tiempo que sabían por qué.

Siguieron

hablando de los dos prometidos. Aunque no lo confesasen, los dos

chicos, se habían ido ganando su respeto. Luchaban por su independencia,

que nadie les impusiera a quien querer o por qué el destino quería para

sus vidas. Y tenían que hacerlo cada día.

-Veamos, esos dos son

tercos. Les han impuesto con quien deben casarse y ellos parece que… -

la directora estaba haciendo un resumen. Tenía cogido un vaso con un

refresco… cuando se dio cuenta que había algo raro… ¿de dónde habían

salido los refrescos y la comida? Supuso que la trajo alguna de la

chica- ¿por dónde iba?...

Siguieron hablando media hora más.

-Ahora debemos planear como tratar de vencer a esas dos. - dijo Kaori.

No sacaron nada en claro, no sabían cómo atracarlas.

-Me están volviendo loca, ahora entiendo cómo han vuelto al director Kuno se ha vuelto loco. - dijo la directora.

-Siento defraudarla directora, pero el director Kuno siempre ha estado loco. -dijo la voz de una chica al fondo de la sala.

La

directora encendió la luz, y al fondo de la sala estaban sentado los

dos chicos. Ranma se acababa de transformar en chico. Los dos parecían

divertidos, eran ellos los que habían traído los refrescos y la comida.

- ¿Desde cuándo estáis aquí? -preguntó la directora asustada. No vio cuando entraron.

-Venimos con ellas, no es a la primera reunión clandestina que asistimos. - dijo Akane.

-La película ha sido muy mala-reconoció Ranma- los dos protagonistas salen muy pocos. Merecían más minutos de pantalla.

Aunque seguía pareciendo egocéntrico, pero ahora siempre añadía a su prometida, esta sabía que lo decía de broma.

-No eres el mejor Ranma- lo amonestó Akane- fue una mala idea decirle eso. El chico bajo la cabeza.

-Ya

lo sé- dijo con tristeza- si lo fuera no te transformarías en gata.

Saffron no te hubiera secuestrado. Y no te seguirían esas tres locas.

-No

puedes seguir así Ranma, no es culpa tuya. Yo también te he metido en

líos. Kuno te persigue por mi culpa. Su hermana, desde que se topó

contigo cuando quiso liquidarme a mí. Shampoo, por qué la venciste

cuando me defendías.

- Parece que nacimos para meter al otro en problemas.

- ¿De qué os habéis enterado? -preguntó Satsuki.

-Prácticamente de todo, solo nos falta cierta información. - dijo Ranma.

-Y solo nos la puede dar la directora.

-Sí, la directora Akemi... ¿O debemos llamarla directora Kuno?

Todas miraron la directora sorprendidos, no era posible.

-Aunque no tengo ese apellido, pertenezco al clan Kuno. Soy prima del director del Furinkan. Pero ¿cómo sabéis eso?

-Se

parece a Kodachi Kuno. – dijo Ranma-y ésta esa foto que tiene colgada

en el marco. La miré al llegar. Akane también lo hizo cuando llegó. Los

dos nos sorprendimos, vimos en esa foto a tres personas que conocíamos… a

pesar de tener más de veinte años.

Las demás chicas se acercaron a la fotografía y la miraron. Se quedaron asombradas vieron algunas que ya conocían.

-No

es posible. En esta foto está tanto Tendo como Saotome, aunque tiene el

pelo negro en lugar de rojo. Y también hay alguien que se parece a esa

chica que luchó contra vosotros.

-Creemos que son nuestras madres y

la que se parece a nuestra rival es usted, ¿verdad directora? - la

directora asintió-supongo que estudiaron en esta academia.

-Si lo

son y esa otra chica soy yo. Tenía el presentimiento que ya os había

visto con anterioridad, pero no sabía que vuestras madres se casaron con

esos dos locos. Creo que se equivocaron. Les provocarían muchos males

de cabeza.

-En el caso de mi padre tiene razón- dijo Ranma- ese

imbécil me apartó de ella, la hizo sufrir durante diez años- Ranma

estaba enrabiado.

-En el caso de mi padre no paso igual. Mi padre

quiso mucho a mi madre y él sufrió cuando… se fue-a Akane se le escapó

una lagrima- aún la echa de menos. Pero es igual de cabezota y tonto que

el padre de Ranma.

-No el tuyo, es más- dijo Ranma. Akane se

preparó para darle un golpe. - Si tu padre fuese un poco listo, había

echado de su dojo al mío. Y mi madre también lo tenía que poner en la

calle, mi padre es un vividor y un timador.

- ¿Y tú qué harías? -preguntó asustada ella, le daba miedo la contestación del chico.

-Me

iría a vivir con mi madre. No volvería a ir con ese viejo loco, no con

lo mal que lo pasé con él. Te contador cosas que me hizo con la excusa

de entréname.

- ¡Me opongo! ¡No estoy de acuerdo! -dijo Akane exaltada.

- ¿Por qué? ¿Qué te pasa Akane? -preguntó Ranma.

-No

quiero que me dejes… no quiero volver a pasar por lo que pase cuando te

fuiste a China. No me despedí de ti. Podías haber muerto y por mi

estúpido orgullo…- estaba llorando- no te dejaré que ni tu padre ni tu

madre te lleven lejos de mi… te aparten de mí. Si tú te vas… yo te

seguiré… eres mi prometido. Y si lo viejos rompen nuestra promesa y nos

quieren separar… yo te seguiré...

- Yo también lo haré. Formas parte de mí, como yo soy una parte de ti-contestó el chico.

-No ha estado mal esa declaración… mejor que una peli romántica-dijo Satsuki riendo.

Entonces

se dieron cuenta que habían tenido espectadores. Y se pusieron muy

colorados. Habían olvidado a los demás. Durante el instante que duró la

declaración todo y todos a su alrededor desapareció.

Durante un minuto hubo un silencio enorme, nadie osó hablar. Pero al final fue Akane la que habló.

-Nos tiene que aclarar mucha cosa, directora Kuno.

-Ese

no es mi apellido… mi padre se lo cambió... El padre del director Kuno

lo obligó. Estaba tan loco como su hijo… y según he oído como sus

nietos. Obligó a todos sus hermanos a cambiarse el apellido. Les hizo

que le jurasen fidelidad, como hacían los caballeros medievales

europeos. Según me contó mi padre, tuvieron que ir a Escocia y

alquilaron un castillo y armaduras medievales.

Todos tuvieron un escalofrió al imaginar eso.

-Ahora

empezaré a contar lo que me habéis pedido. Solo contaré los últimos

días, me saltaré muchos detalles. En ese tiempo no era mayor que

vosotras…. Y estaba prometida al que es ahora el director del Furinkan.

El sueño destrozado de la directora.

La

chica corría por los pasillos de la escuela, estaba llorando. Se sentía

una desgraciada. Su mundo se había venido abajo, esas tres personas le

habían destrozado sus sueños. Ya no tenía objetivos en la vida de ahora

en adelante.

En el pasillo se encontró con dos chicas. Las miró

con desprecio. Eran esas dos chicas que iban juntas siempre. Sus

nombres, él de la chica de pelo oscuro era Nodoka, tenía un carácter un

poco conservador, siempre iba con kimono. La otra no recordaba su

nombre, creía que se llamaba Noriko. Tenía el cabello azulado y siempre

lo llevaba corto.

Las dos tenían mucho genio y no se dejaban

avasallar. Se decía que la familia de Noriko tenía un dojo y que se

casaría con experto en arte marciales. La otra chica era una experta en

el manejo de la katana.

Las dos, como ella, estaban prometidas. Y

las dos decían que odiaban a sus prometidos. Eran dos aprendices de un

viejo maestro con fama de viejo verde y ladrón de ropa femenina. Pero

según Akemi, las dos chicas, iban detrás de su prometido.

-Mira

quien tenemos aquí, las dos que me quieren robar mi prometido- dijo

Akemi. - y lo han logrado. Habéis hecho que mi Kuno siga a vuestros

prometidos.

-No queremos saber nada de tu prometido, es él quien nos acosa, como a todas las jóvenes que ve. -dijo Noriko.

-No

me gusta que me abrace tu prometido-dijo la otra chica- y no soporto

que me cante lo hace muy mal y no sabe tocar el ukelele.

-No

podéis engañarme; os he visto saltar a sus brazos, para disimular lo

lanzasteis lejos-dijo Akemi- Kuno es mío, y no os lo dejaré.

-Te estás engañando. Kuno nos abrazó él, nosotras no se lo pedimos.

-Ese

chico persigue a cualquier persona con faldas. Si se cruzase con un

regimiento de escoceses, los seguiría diciendo que son mujeres barbudas

que están enamoradas del él.

-Eso es mentira, me tenéis envidia por tener un prometido más guapo que los vuestros.

Y salió corriendo al girar se tropezó y cayó al suelo llorando.

La

chica lloró con amagara. Y lloró, sabía la cruel realidad, Kuno jamás

sería suyo. Ese chico era un mujeriego. Siguió a los prometidos de esas

dos tontas, para eliminarlos y quedarse con las dos chicas. No volvería a

por ella, seguía a todas… menos a ella. Tardaría años en volver a

verlo.

Mientras las dos chicas hablaron de algo que las preocupaba.

-Nodoka…

he oído hablar a nuestros prometidos. Se han hecho una promesa. Quieren

unificar las dos escuelas. Quieren casar sus hijos, nuestros hijos…

para tener un heredero común. Realmente sus futuros hijos no les

importa… solo quieren un heredero. Quiero a mi prometido… pero no quiero

que obligue a mis hijos a casarse sin amor. Lo pienso evitar.

-Yo

pienso igual que tú. No quiero que a mi hijo o hija lo obliguen a

casarse con quien no quiera. No dejaré que mi prometido cumpla esa

promesa. Solo lo consentiré si veo que los dos chicos se quieren.

Noriko la miró y tuvo una idea.

-Nodoka

quiero que nosotras hagamos una promesa paralela a la de esos dos

cabezas huecas… casaremos mi hija o hijo con el tuyo… pero solo si ellos

se quieren. Que sean ellos los que elijan con quien casarse.

-Te

doy mi palabra. Aunque tengo un presentimiento… un hijo mío y una hija

tuya serán grandes amigos, y pueden que lleguen a casarse, aunque

tendrán muchos problemas para hacerlo.

Las dos chicas se miraron. Estaban contentas harían que sus hijos se conocieran y les gustaría que fuesen amigos.

-Quiero

tener por lo menos tres hijos y a la menor me gustaría llamarla Akane.

Sé que la tercera será una niña, en mi familia siempre la tercera es una

niña. -dijo Noriko.

Nodoka se estremeció, ella quería más de un hijo… pero tenía un mal presentimiento.

-Yo creo que tendré uno solo. Algo impedirá que tenga más. Me gustaría llamarlo Ranma si es chico.

Las

dos no sabían que una vez casadas no se volverían a ver más. Las

locuras de esposo de Nodoka lo impidieron. Pero estuvieron en contacto

durante mucho tiempo.

Akemi oyó la promesa, se rió de la

simplicidad de las dos chicas. Esas promesas no se cumplían. Aunque las

dos chicas pusieran toda su voluntad, siempre había algo que echaría por

tierra esa bella promesa.

Odiaba a esas dos chicas, por perseguir

a su prometido. Odiaba a los prometidos de las chicas por atraer a su

prometido a un viaje que no debía hacer. Odiaba a su prometido por

dejarla y perseguir a toda chica que viese y por cantar tan mal. Y se

odiaba a si misma por ser tan crédula.

Corrió a su habitación y entró y dentro encontró a un ser robándole la ropa íntima.

-Veo que tú también has tenido una decepción… que te han dejado tirada.

La miró de arriba a abajo.

-Tienes

buen cuerpo- dijo el viejo. -Tienes una de las mejores proporciones que

he visto. Un buen busto y un buen culo. En otro momento me hubiera

aprovechado de ti… pero yo también estoy desanimado.

Ella miró al

extraño visitante. Era el maestro de esos dos chicos… lo que estaban

prometidos con esas dos odiosas chicas. Este hombre tenía a los dos

jóvenes atemorizados y hacía con ellos lo que quería. Había intentado

propasase con las prometidas de estos. Y las dos chicas se defirieron

con furia. No lo temían como sus novios, las dos tenían más agallas.

El hombrecillo se metió una mano en un bolsillo y sacó una botella con algún licor.

-Beber

de vez en cuando, te hace olvidar- dijo el viejo, tiempo después supo

que se llamaba Happosai. - pero sin que se vuelva una manía.

Ella lo miró entre asustada y fascinada.

-Ven conmigo y acompáñame a vaciar a mi amiga- dijo señalando la botella.

La

chica se sentó al lado del hombrecillo. Se dio cuenta que su visitante

también quería olvidar un amor de juventud. Happosai se llevó la botella

a los labios y bebió, le entregó la botella a la chica que también le

dio un buen trago.

Miró al hombre y se puso a llorar.

-Me dejó. Nunca me quiso, es un mujeriego. Se fue detrás de dos chicos, para eliminarlos y quedarse con sus prometidas.

-No te merecía, a ese chico lo conozco es y será un patán.

Ella

se levantó se caía de la borrachera que llevaba. Se desabrochó la

cremallera de la falda y la dejó caer, después se desabrochó la camisa y

se la quitó, la tiró encima de la cama, después hizo lo mismo con la

falda. No tuvo pudor en quedarse en ropa íntima delante del viejo.

- ¿Es que no tengo un buen cuerpo? ¿No soy guapa? ¿Por qué él no me quiere? -dijo ella llorando.

-Por qué tu prometido es tonto. No ve más allá de sus narices. Cualquiera se volvería loco por ti.

Ella

se contuvo un rato. Se llevó la mano a la espalda, se desabrochó el

sostén y se lo tiró al hombre y después se quitó las bragas y se la dio

al hombre. El hombrecillo la miró asombrado. Se guardó la ropa. Pero no

se movió. Akemi desnuda y sin vergüenza se sentó a su lado.

Era

verdad Akemi tenía un bello cuerpo. Ese día Happosai estaba desanimado.,

recordaba a su amor de juventud, en otro caso se hubiera abalanzado

sobre la chica.

-Este cuerpo si quiere será suyo- se ofreció la chica- si no ahora más para adelante.

El viejo la miró con deleite. Era una chica muy bella. Pero dejaría pasar unos años antes de aceptar el ofrecimiento.

Durante

unos años fueron amigos. El viejo la visitaba con frecuencia. Cuando la

chica cumplió la mayoría de edad, ya era una bella mujer, tuvieron

alguna noche de amor. Poco después el desapareció. Ella pensó que la

dejó por qué consiguió lo que quería. Muchos años después supo que fue

encerrado por sus dos alumnos para librarse de él… pero para entonces ya

era una vieja amargada, aunque no tenía mucho más de veinte años.

La directora acabó su relato. Los jóvenes la miraban asombrados, no

les entraba en la cabeza que ese pervertido tuviera, aunque fuese un

poco de corazón.

- ¿Está diciendo que tuvo una relación con el pervertido de Happosai? - dijo Ranma asombrado.

-Sí,

la tuve. Ese idiota de mi primo me dejó por perseguir a esos idiotas

que tenéis por padres. Creo que al final tuvieron un acuerdo con él.

Ranma y Akane se miraron asustados.

-No me gusta, conociendo esos tres solo significa una cosa… tendremos problemas-dijo Akane.

-Es lo que siempre nos ha pasado con ellos- dijo Ranma. - ¿pero por qué se relacionó con ese... viejo pervertido?

-No

podía olvidar a mi tonto primo… lo perseguí diez años…, desde que era

una niña, para nada, él se fue con otra. Fue una promesa anterior a la

mía, pero ella lo dejó por mujeriego, y esa promesa también se rompió.

Mi tío engañó a mi padre, para quitarle mi derecho a dirigir el

Furinkan. Me vi obligada a ser la directora de este internado.

- ¿Qué mal hay en dirigir este colegio? -preguntó Satsuki.

-Una ley del loco de mi tío. No puedo dejar este colegio… en vida.

Los chicos se asustaron. Esa norma era una locura. Y quien la puso… era un Kuno.

-Pero… Pero ¿qué pasaría si deja el colegio? ¿Hay algún castigo? -preguntó Ranma.

-Pues

no… no hay… ningún…-estaba analizando lo que decía- ¿Estás diciendo que

estado encerrada estos años por una norma tonta y sin sentido? - la

directora estaba asustada.

Ellos la miraron con pena. Era víctima de una locura de la familia Kuno. Aunque también tenía algo de la locura de esa familia.

-Pero no nos ha dicho por qué Happosai se unió a usted.

-Cuando

era joven estuvo enamorado de una joven china, ella le rompió el

corazón, no pudo olvidarla. Según parece él la venció en un torneo y

según sus leyes se debía casar con ella… pero se tenía que amoldar a las

leyes de esa tribu.

- Y él se opuso y huyó- siguió Akane.

-Pero

antes, Happosai le pidió que huyese con él. La esperó dos meses… ella

nunca apareció, ella le contó mucho después que se debía a su pueblo,

aunque el corazón le pidió que lo siguiese.

-Conocemos a esa

mujer, es la bisabuela de una de mis… acosadoras- dijo Ranma. Su

prometida lo miró extrañada, al chico le pasaba algo con esas tres.

Sabía que no le gustaba que se le echasen encima, ni que intentasen

acabar con ella. -sabíamos que hubo algo entre ellos… pero no que el

viejo no pudo olvidarla. Eso explicaría parte su comportamiento.

-Chicas

es hora de irse… no os pienso contar más. Vosotros dos si queréis saber

más preguntar a Nodoka… no me caía bien…- y mirando a Akane- y tu madre

tampoco. Siempre juntas, siempre ayudándose…en eso os parecéis…sois

idénticos a ellas - los miró con rabia-ahora que sé quién sois

realmente… me recordáis a ellas… pero hubo una época que ellas y yo

fuimos amigas.

-No somos nuestras madres, tenemos más genio que ellas- dijo Akane.

La directora se rió.

-No

sabéis nada de ellas. Sois idénticas a ellas. No solo en aspecto.

Tenéis el mismo carácter que ellas cuando eran jóvenes. - miró a Ranma-

No puedes negar que eres su hijo. Te pareces mucho a ella, tanto como

chica como chico. De ti Tendo puedo decir lo mismo. sólo una cosa, no os

parecéis a vuestros padres… y se puede decir que tenéis suerte que sea

así. Al menos ellas tuvieron suerte, os tuvieron a vosotros. Mi primo

sólo volvió dos veces, y esas dos veces fue por unos objetivos, cuando

los consiguió, me los arrebató y se fue con ellos dejándome sola- miró a

los dos prometidos -y si conocéis a la familia Kuno, sabéis cual fueron

esos objetivos.

Los dos prometidos se miraron y de golpe supieron

por el director Kuno fue en busca de su prima y que le quitó, los dos

jóvenes se quedaron boquiabiertos, ahora comprendían la amargura de la

directora Akemi. El director Kuno estaba más loco de lo que parecía.

La mujer cogió una botella de brandi y miró a las chicas.

-Es hora de olvidar… por unas horas-dijo la mujer. Abrió la puerta- ¡id saliendo!

Las chicas y Ranma salieron… pero este se volvió.

-He

visto a mi padre emborracharse desde que yo era muy pequeño. Lo he

visto emborracharse junto con el padre de Akane. He visto también beber

al maestro Happosai… pero ninguno resolvió sus problemas con el alcohol,

ni estos desaparecieron. Solo perderá la dignidad.

La directora lo miró y se enfadó.

-¡FUERA! ¡NO SABES LO QIE DICES!- Y estrelló la botella contra el marco de la puerta a pocos centímetros de donde estaba el chico.

La mujer cayó de rodillas y empezó a llorar, por todo lo que fue, por todo lo que le quitaron.

Ranma

cerró la puerta dejando a la mujer sola. Sintió pena por ella, un

puñado de locos le destrozaron la vida, acabaron con sus sueños de

juventud. Que unos de los responsables fuera su propio padre lo

indignaba. Iba solo con Akane y la miró. Se dio cuenta que la chica era

su sueño de juventud, no quería que nadie le arrebatará dicho sueño,

lucharía por él.

-Estas muy callado, Ranma ¿En qué piensas? – le preguntó su acompañante.

Él la miró y se encogió de hombros.

-En

lo que nos ha contado la directora, en cómo se derrumbaron sus sueños,

en que es fácil que unos… locos…- el chico tuvo un escalofrío, pensaba

en sus seis locos. - destrocen todo lo que tú quieres.

Ella lo

miró, sabia en que pensaba el chico… a ella también le atemorizaba esa

idea. Había tenido pesadillas en que los seis rivales lograban

separarlos… no quería que eso se volviera realidad.

-Nuestras

madres también hicieron una promesa de casarnos- dijo de golpe Ranma-

pero solo si nosotros estuviésemos enamorados y quisiéramos dar ese paso

por nosotros mismo.

- Si, ellas querían que fuésemos, al menos, buenos amigos. -le contestó ella pensativa.

Le preocupaba algo. Ella no quería ser solo buena amiga de Ranma. Quería ser algo más.

A

Ranma le preocupaba lo mismo. Y por millonésima vez desde que conoció a

Akane, se reprochó su falta de valor con ella y su estúpida timidez.

- ¡Ranma! - le llamó ella casi suplicando- hagamos nosotros nuestra propia promesa.

- ¿Nuestra propia promesa? -preguntó entre sorprendido y asustado.

-Sí,

que seremos buenos amigos, que nos queremos como hermanos. Y si… si nos

casamos… será por qué tú y yo así lo queramos. Sin que nadie nos

imponga nada.

Él la miró y sonrió.

-No te voy a prometer nada-dijo él-no veo por qué te tengo que prometer algo así.

Ella se enfadó y lo encaró.

- ¡Ya! El señor Ranma me ve de poco valor… debe pensar que sus otras prometidas son mejores…

La

chica aceleró la marcha y él tuvo que correr para cogerla. La agarró

del brazo y la empujó contra la pared. Ella se asustó, se pensaba que el

chico le haría algo malo.

-Por mí no hay nada que prometer, eso

qué pides ya pasa. Pero si quieres que te lo prometa… te prometo ser tu

amigo, tu hermano… y si así lo queremos en el futuro… nos casaremos por

que tú y yo así lo queremos- cerró los ojos-por mí no hace falta que te

prometa nada. Siempre seré tu amigo, te ayudaré cuando me necesites,

siempre te apoyaré… solo no te ayudaré en algo- el chico tragó saliva,

lo que iba a decir era para él algo difícil. -Jamás te ayudaré si te

enamoras de un imbécil.

La soltó y se giró y se dirigió a su habitación.

-

Y tanto que me ayudaras- musitó ella con una sonrisa en los labios. -

por qué al imbécil con quien me tienes que ayudar eres tú mismo. Sé que

tarde o temprano serás mío, aunque creo que ya lo eres.

Él pensaba cosas parecidas.

-No

te ayudaré, por qué quiero que seas mía. No te dejaré a nadie. Me da

miedo decirte lo que siento… pero no puedo negarlo. Aunque sospecho que

tú ya sabes… que estoy loco por ti.

En medio mes abandonarían ese

colegio, en el fondo no había sido tan malo. Estaban lejos de sus padres

y los seis rivales que los perseguían. Lejos de Nabiki que los

chantajearse o les hiciera fotos, tenían que escarmentarla de una vez.

Pero

estaba al lado de su marimacho y no preciosa prometida. La tenía para

él solo, no podía pedir más. Sólo que esos tres meses le sabían a poco.

Se la quería llevar al viaje de entrenamiento, durante las dos semanas

de fiesta… estaba pensando en secuestrarla si no quisiera acompañarlo.

Akane

lo miraba con disimulo. Pensaba en lo mismo que él. Al día siguiente le

hablaría de hacer un viaje de entrenamiento, cuando acabase ese

trimestre y empezarse las dos semanas de vacaciones. Quería que fuese

con ella, alejarlo de todos lo que los acosaban en Nerima. Si no

accedía... si no… se lo llevaría a la fuerza.

Iban a entrar en la habitación.

-

Ranma… lo nos ha contado la directora, su promesa con el director Kuno,

que todo fuese un engaño para quitarle la dirección del Furinkan… Lo

que contó sobre el viejo maestro y la abuela de Shampoo. ¿No te hacen

recordar algo? -Preguntó Akane.

-Te refiere a mi relación, si se

puede llamar así, con Ukyo y Shampoo. No lo sé. Creo que el director

sabía que engañaba a su prima. Y yo, cuando mi padre engañó al padre de

Ukyo, era demasiado crio para darme cuenta de lo que hacía ese viejo

loco. Y lo de Shampoo… Cologne y Happosai estaban enamorados… se

separaron, por qué uno no quería que unas leyes lo dominasen y la otra

por no ser capaz de enfrentarse a esas mismas leyes. Yo por Shampoo… no

siento lo mismo que ella siente por mí. Puede que amistad… o eso sentía…

por qué después de los últimos ataques…- se había enfadado recordando

cómo los habían atacado.

Él se apoyó en la puerta de su

habitación, parecía recaído. La chica se le acercó y le puso una mano en

el hombro. Ranma se giró y vio como ella le sonreía.

-Vamos Ranma, ¡anímate! No nos vencerán, no te dejes llevar por el desánimo.

- ¡Si! ¡Mientras estemos juntos nada ni nadie podrá con nosotros!

- Eso es una promesa- dijo la chica.

Él la miró y la vio irresistible, tuvo ganas de abrazarla y besarla, y no reprimió ese deseo. La cogió por la cintura.

-

¿Se puede saber lo que estas hacien…? - dijo enfadada, no pudo seguir,

notó que él la besaba. Luchó para librarse de ese beso y del abrazo…

pero de repente de dio cuenta que ella también lo abrazaba y respondía a

su beso.

Cuando se separaron se sonrieron y entraron a la

habitación. Se acostaron en la misma cama y durmieron abrazados, no era

la primera vez que dormían juntos. No hubo nada más. Aunque jóvenes y

muy inconscientes, no eran tan locos de dar ese paso siendo aún tan

jóvenes, o eso pensaban ellos...