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Chapter 17 - 18°. EPILOGO: EL FUTURO….

EPILOGO: EL FUTURO…

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1º. Parte: Siete años después.

Han pasado siete años desde la boda de Ranma y Akane.

Kasumi

iba para el dojo. Llevaba su hija... y a sus sobrinas, estas parecían

gemelas, aparentemente tenían la misma edad, pero la mayor tenía siete

años, en apariencia, Kagome era una niña normal… no tenía recuerdos de

su vida anterior como Shampoo, le había cambiado el color del pelo…a un

color azulado y los ojos a marrones. Era muy protectora con su hermana

pequeña… solo se llevaban un año. Noriko… era una réplica de su madre…

pero tenía el pelo negro y los ojos azules. Noriko tenía un hermano

gemelo que vivía con sus padres.

-Os tengo dicho que no os peléis. -dijo muy seria la mujer- ya habéis asustado a media escuela.

-La culpa es de ese tonto de Kuno. Dice que será el novio de las tres.

-

¡Es vuestro primo!… hoy me llamará vuestra tía Nabiki, para saber por

qué está lesionado su hijo. -dijo Kasumi con cansancio. -No es la

primera vez esta semana… ni la segunda. -aunque estaba riñendo a su hija

y a sus sobrinas, mentalmente las apoyaba, su sobrino era tan tonto

como su padre, el antiguo Trueno Azul de instituto Furinkan.

-Kuno

se lo buscó. Nos abrazó a las tres-dijo Noriko. -cada vez que me abraza

me entran escalofríos y tengo ganas de pegarle en esa cara de idiota.

-Opino

lo mismo que mi hermana. Es tonto… como su padre… tampoco lo aguanto

cuando viene de visita y nos abraza. Y nos llama sus niñas y que un día

nos casaremos con su hijo. Y toca muy mal la guitarra.

-No podéis

negar de quien sois hijas. -siguió Kasumi- Vuestros tampoco padres

soportaban a vuestro tío, ni a su padre, tuvieron muchos problemas con

los dos.

- ¿Por eso se fueron a vivir al extranjero? -preguntó su

propia hija, era meses más pequeña que Noriko. - yo también echo de

menos a mis tíos. Él es muy divertido, jugaba mucho con nosotras y ella

es muy amable y cariñosa.

-No…, bueno en parte sí. Tus tíos

estudiaban fuera, en el extranjero… pero unos años antes en un torneo

consiguieron… bastante dinero y podían vivir bien. Cuando se graduaron

en la escuela, se fueron a Europa y allí siguieron estudiando. Y

participaron en muchos torneos y los ganaron todos. Ahora son muy

conocidos y tienen muchos compromisos, tantos de su empresa como

participando en torneos.

- ¿Y por qué no vuelven? -preguntó Kagome- los echo mucho de menos. - estaba muy triste.

Kasumi la abrazó, tenía ganas de llorar, ella también los echaba de menos. Hacía más de un año que no los veía.

-Cuando

Nabiki se casó con Kuno… el mismo día de la boda. Kuno quiso obligar a

vuestros padres a divorciarse… los amenazó. Vuestros padres le dieron la

peor paliza que nunca le habían dado. Kuno se pasó toda su luna de miel

en el hospital. El padre de Kuno usó sus influencias para que Akane y

Ranma no pudieran volver al país, sólo pueden venir una semana al año.

- ¡Maldito Kuno…! mañana cuando vea a su hijo le daré una paliza-dijo Kagome.

- ¡Yo le ayudaré! - dijeron tanto Noriko como la propia hija de Kasumi.

-

¡Os lo prohíbo! Aun no os he contado todo… Hace dos años, la familia

Kuno fue a Europa. Visitaron cierta fábrica… y los dos dueños hicieron

que los expulsaran del país.

-Esos dos son…

-Si, vuestros

padres. Desde entonces Nabiki, no aguanta a Ranma y Akane… y les tiene

mucho miedo. No sé qué hicieron los Kuno… por qué le deben mucho dinero a

Ranma.

Estaban llegando al dojo, cuando la hija de Kasumi salió corriendo.

- ¡Papa! ¿Cuándo has llegado? -preguntó la niña, estaba contenta de ver a su padre.

-He dejado mis cosas en casa y he venido a buscaros. -cogió la niña en brazos.

Kasumi abrazó al hombre y lo besó.

- ¿Cómo te ha ido en China? ¿Has tenido algún problema con Cologne?

-No.

Ninguno, está muy tranquila. Me preguntó por tú sabes quién- y dirigió

una mirada disimulada a Kagome- y por Ranma y Akane. Le conté todo. Me

dijo que, si los veía que los mandase al pueblo de las Amazonas, que

allí vivirían tranquilos, que serían tratados como guerreros de elite.

Hablaba en serio, me dio su palabra que no sería molestados.

-No me gusta. ¡No quiero que vivan en China…! ¡los quiero aquí! - dijo Kasumi, estaba muy triste.

-Algún día volverán. Y será pronto. Yo también quiero que vuelvan. -contesto su esposo.

Se acercaron al dojo y vieron un coche rojo. Era un deportivo.

- ¡Mira papa! Un coche. Que guapo es… ¡un Caballo Escarlata!

Kasumi y su esposo se miraron. Eso les sonaba.

En la puerta les esperaba Nabiki.

-Está furiosa-le dijo el esposo de Kasumi a esta.

-Sí, hoy le han pegado a su hijo. Han sido tus sobrinas.

-Eso no es verdad-dijo la hija del matrimonio- he sido yo, ellas me han ayudado.

El matrimonio miró a su hija, no sabían si felicitarla o castigarla.

- ¿Ya te han contado lo que le han hecho tus sobrinas y tu hija a mi hijito? -preguntó furiosa Nabiki.

-Seguro que él se lo ha buscado- dijo Kasumi.

-Debe ser tan tonto como su padre- dijo una voz.

- ¡Tía Ranko has vuelto! - dijeron las tres niñas y se abalanzaron sobre ella.

-Y tú eres tan tonta como tu… hermano. - dijo Nabiki-todos los gastos de lesiones los pasaré a Ranma y Akane y…

-Aún

no le has pagado el destrozo que hizo tu esposo en el dojo, ni lo que

hizo en nuestra empresa, y te lo cobraran con intereses. - dijo Ranko,

la chica vivía con su hermano en el extranjero, tuvo que emigrar, estaba

cansada de mandar a Kuno al hospital- y no le debéis sólo eso.- Nabiki

miró a la chica pelirroja con rabia, pero no dijo nada.

- ¿Nos has traído algo? -preguntaron la niña.

-No seáis interesadas, que os volveréis como… - dijo Kasumi, y todos miraron a Nabiki y se pusieron a reír.

- ¡No le veo la gracia! -dijo Nabiki furiosa.

-Si

tengo algo. Está en casa-dijo la chica pelirroja. -Mis padres y el tío

Soun ya tienen su parte. - dijo Ranko enigmática. Miró a Nabiki. - y tu

marido y tu hijo la suya…- y se rió. - creo que ya han recibido muchas

veces ese regalo.

Nadie supo a lo que refería Ranko hasta que vieron salir volando del dojo a Kuno y a su hijo.

-Entremos-indicó Ranko- no hagamos esperar a los 'regalos".

Entraron y…

-Ir a poneros en kimono de combate, os reto a una pelea -dijo Ranko.

-No nos ganaras tía Ranko… papa nos ha enseñado bien. -dijo la hija de Kasumi.

-Yo le gané a tu padre- dijo la chica-quiero ver donde habéis llegado.

Las

tres niñas fueron a cambiarse. Tía Ranko era buena peleando casi tan

buena como Ranma, a las niñas le gustaba entrenar con ella.

- ¿Sabéis de quien ese coche? - preguntó el marido de Kasumi- es muy guapo.

-Es

el nuevo modelo de la marca Caballo Escarlata… creo que se llama…

¡"¿Jusenkyo?"! - preguntó sorprendida Kasumi. - ¡no puede ser!

-No, este modelo es…- dijo Ranko.

-¡AKANE!- Exclamó Kasumi.

Ranko la miró sorprendida.

- ¿Cómo lo sabes? Es un prototipo aún no se ha comercializado, ni se ha presentado a la prensa.

-No… que ahí está Akane…- dijo Kasumi.

Dentro estaba Akane cogiendo por el brazo a su marido.

Kasumi se abalanzó sobre los dos jóvenes llorando y los abrazó.

-Sois muy malos. No me habéis avisado. - dijo Kasumi. - ¿Era este el regalo? - preguntó Kasumi y Ranko asintió sonriendo.

-Queríamos

daros una sorpresa- dijo Akane- teníamos que arreglar unos papeles. Por

fin nos hemos librado de la imposición de los Kuno. Nos quedaremos a

vivir aquí.

Kasumi se lanzó llorando sobre su hermana.

-Es la mejor noticia que me han dado.

Mientras Ranma hablaba con su cuñado.

-Me alegro de verte. ¿Estáis bien? -preguntó el joven empresario mecánico- ¿Eres feliz con Kasumi?

-Si. No me puedo quejar. Tengo la mujer más guapa del país. Tengo una hija fantástica.

-Eso

es imposible. La mujer más guapa de Japón es la mía. -comentó Ranma

riendo. Se dirigió a Kasumi- gracias por cuidar a mis hijas, os estamos

muy agradecidos. Sólo nos pudimos llevar a Kentaro.

-Ya será un hombrecito- dijo Kasumi- he tenido ayuda con tus hijas, estaba tu madre y Ukyo... me han ayudado mucho.

Entonces entraron tres niñas y se quedaron mirando a los recién llegados.

-¡Mamaa!, ¡Papaaaa!-dijeron las dos niñas y se abalanzaron sobre sus padres.

- ¿Cuándo habéis venido? ¿Os vais a quedar mucho tiempo? ¿Y nuestro hermano? - preguntaron las dos niñas.

-Volvimos

hace dos días. No pudimos venir a veros antes. Nos quedaremos… para

siempre-las dos niñas se alegraron y abrazaron llorando a sus padres. –

vuestro hermano… se está cambiando… tuvo un pequeño problema con un

pequeño insolente-dijo Ranma mirando con insolencia a una Nabiki

furiosa. -Algo que no puedan resolver los Saotome o los Tendo.

Nabiki se acercó a su cuñado.

-Tus hijas son unas insolentes. Siempre le pegan a mi hijo… y arrastran en sus fechorías a la hija de Kasumi.

-Seguro

que tu hijo es tan tonto como su padre… y tan débil. Y según me han

dicho, persigue a mis hijas y a Sakura, como su padre perseguía a mi

prometida y a la chica pelirroja.

-Nos dice que se casará con la tres… y nos abraza-dijo Sakura, la hija de Kasumi.

-Y nosotras le pegamos y lo hacemos volar… pero al instante siguiente ya lo tenemos encima- dijo Noriko.

-Y su padre nos canta y toca una guitarra… y lo hace fatal.

-Es

igual que su padre, el viejo director Kuno, aunque ese tocaba el

ukelele, aún tengo pesadillas, ¡Que mal tocaba el ukelele! - dijo Akane…

y todos se rieron.

Nabiki estaba roja de furia. Hacía tiempo que no podía hacer caer a su hermana pequeña y al marido de esta en sus trampas.

Ranma miró a su cuñado.

-

¡Mousse! ¿Sabes algo de Ryoga? No lo he vuelto a ver desde el día de su

boda. Lo tuvimos que llevar a la iglesia, se había perdido. Iba a coger

un avión rumbo a Suecia.

-Nada. Su hijo estudia donde nuestras

hijas… Ryoga y Akari, su esposa, están desaparecidos… según parece

fueron a comprar pan y no volvieron. Y de eso ya hace seis meses. A su

hijo lo cuida Ukyo.

-Ese chico, nuestro compañero, es un

despistado. Un día entró en el vestuario de las profesoras pensando que

era el comedor... el demás chico lo envidian, cuando entró se estaba

cambiando la profesora de gimnasia, todos chicos están locos por ella. y

otra vez lo encontraron entrado a un colegio… de Kyoto.

-Típico hijo de la familia Hibiki-dijo Ranma, y todos se rieron.

-No te pases Ranma, no te rías, pobres que mal lo deben estar pasando -dijo Akane… pero ella también se reía.

- ¡Nabiki! ¿Y tú cuñada? ¿Aún sigue en el extranjero?

-Si me pagas bien te lo digo. -dijo Nabiki.

Ranma se acercó a ella y la miró con maldad.

- ¿Te acuerdas esas fotos que aparecíamos Akane y yo en una playa?

-No… no me acuerdo. -estaba espantada. Sabía que su hermana y su cuñado estaban furiosos, por esas fotos.

-Sí, esas que las retocaste para que pareciese que Ranma estaba con otra- dijo Akane enfadada.

-Nos

búscate un buen lio. Estuvimos a punto de arruinarnos. Nuestros socios

se echaban atrás y muchos nos abandonaron… pero seguimos adelante.

-Desde

que vimos las fotos supimos que eran falsas… hablamos con nuestros

abogados… se ha llegado a un acuerdo con el tuyo… ¿sigo? -preguntó Akane

irónica.

- ¡Nooo! -gritó Nabiki, debía pagar a su hermana una

buena cantidad por esas fotos… a parte del que ya debía por los desmanes

de la familia Kuno.

- ¡Akane Tendo, la chica de la trenza…, digo

Ranko Saotome! Os querré siempre- Kuno volvió a aparecer y abrazó a las

dos mujeres.

- ¡SUELTANOS! -gritaron las dos mujeres y le pegaron un golpe. El joven se estampó contra la pared.

- ¡Como os pasáis! Kuno solo...-dijo Nabiki. Las dos "agredidas" la miraron con mala cara y Nabiki decidió callarse.

Entonces entró un chico, se parecía a Kuno y a Nabiki.

-Tía Kasumi, un chico extraño me ha atacado en esta casa. Estoy muy dolorido… me tendrás que pagar cuatro mil yens por…

- ¡Nabiki! tu hijo es igual que tú. Me pregunto si podremos curarle de su dolencia…- dijo Ranma y puso sonrisa malvada.

-No

le hagáis nada… -dijo asustada Nabiki. La pobre recordaba lo mal que lo

pasó cuando Ranma y Akane la convencieron de que no volviese a vender

fotos suyas, aunque no aprendió la lección. - mi hijo dejará a tus hijas

en paz.

- ¿Y a Kasumi y a su hija? -preguntó Akane.

Nabiki se veía acorralada, sabía que su hijo era igual que su padre... y que ella.

-Esto se arregla pronto-dijo Ranma- ¡KENTARO! - gritó.

El hijo de Nabiki., se había acercado a las chicas.

-Me casaré con las tres-y recibió el golpe de las tres chicas y el hijo de Nabiki se estampó en la pared.

-Estos lo he visto antes-dijeron varias personas.

Yuzuru, el hijo de Nabiki, salió despedido y chocó con algo. El chico pensó que era una pared.

- ¡Maldita sea! Nada se opone a los deseos de Yuzuru Kuno. Seréis mías, o…

Se giró y vio que lo que él pensaba que era una pared, era el mismo chico que unos minutos antes lo había vencido.

-

¿Me has llamado, papa? - dijo el recién llegado, parecía una versión

infantil de Ranma… pero con el pelo con tintes azulados y los ojos

marrones – la tía Ranko me ha dado unos pasteles. He dejado dentro de

casa unos para mis hermanas y mi prima.

- ¡Te he dicho que te largues del dojo Tendo!, no permitiré que vivas bajo el mismo techo que mis amores.

-Estás molestando a mis hermanas, estás molestando a mi prima, ya te lo he dicho antes ¡déjalas en paz!

El joven Kuno lo miró.

-Ni

Kagome ni Noriko son tus hermanas, te deben haber recogido de la calle.

Una persona de baja estopa como tú… -se calló, el otro niño lo ignoraba

y se acercó a las tres niñas.

- ¡Hola! Cuanto tiempo sin veros-dijo el niño a sus hermanas.

- ¡Hermanito! -gritaron las dos niñas y lo abrazaron. El joven Kuno abrió mucho la boca sorprendido.

-No dejaré que te vuelvan a llevar lejos de aquí- dijo Kagome, era tan protectora con el chico, como con su hermana.

-Hemos

venido para quedarnos-dijo el chico. Miró a su prima, y sonrió y la

saludo con un poco de vergüenza. -Hola Sakura, ¿Cómo te va?

La chica lo miró y se acercó al chico enfadada.

-

¡Eres idiota! – Dijo la niña llorando golpeándole en el pecho-Dejas que

tus padres te lleven lejos... lejos de mí. No me escribes, ni llamas

por teléfono, hace dos meses que llamaste por última vez. Te odio ¡no

quiero volver a verte!

- ¡Niña tonta! Vivo en el extranjero, no

domino mucho los abecedarios japoneses… y tampoco el occidental. Las

llamadas telefónicas entre países son muy caras. La última vez que llamé

mis padres me castigaron. Aún me duelen las orejas, mi madre se enfadó

mucho…- y tuvo un escalofrío recordando el castigo de Akane.

-Me prometiste…-dijo la chica. Y miró a su alrededor, los dos chicos se pusieron rojos, toda la familia los miraba riendo.

-

¡Niños! Que solo tenéis seis años…- dijo Kasumi riendo-os falta más de

diez años para ser novios. Aunque vuestras peleas me recuerdan a las de

dos- y miró a Akane y Ranma que miraron a otra parte disimulando.

-

¡Que envidia me dan! -dijo Ranma- si dos tontos que yo me sé, hubieran

sido como estos dos niños. Y cuando se enamoraron se hubieran declarado…

hubieran tenido muchos problemas menos… pero fueron muy tontos y lo

negaron, aunque los dos deseaban estar juntos.

Akane miró a su padre y a Genma.

-Ni se os ocurra comprometerlos, son muy jóvenes, para ellos es casi un juego.

-No

lo consentiré-dijo el hijo de Nabiki- yo Yuzuru Kuno… evitaré que ese

niño de bajo nivel este bajo el mismo techo que mis primas.

-Papa este niño tonto ¿es… mí… primo?

-Si- dijo Ranma con resignación- ¡él… es… tú primo!

-

¡No!, ¡no es verdad! ¡es mentira! -gritó el hijo de Ranma. Y se dejó

caer al suelo deprimido, y con pena y tristeza- yo esperaba que no fuera

verdad. Ahora cada vez que vaya a la escuela… ese niño me hará pasar

vergüenza.

Sakura se acercó a su primo, y le puso una mano en el hombro.

-Lo

siento mucho. Ahora sentirás lo mismo que sentimos tus hermanas y yo…

ese chico nos pone en evidencia… En la escuela piensan que nosotras

somos igual que él.

-Nos da vergüenza ser sus primas-dijo Noriko, se le notaba avergonzada y a su hermana también.

- ¡ESTAIS HABLANDO DE MI HIJO! -dijo Nabiki escandalizada.

-Si tan idiota como su padre… y su abuelo Kuno- dijo Ranko.

Y todos se rieron, menos Nabiki… que estaba rabiosa.

- ¿No puedo ir a otra escuela? - preguntó el chico. No quería encontrarse con su primo.

-No. Iras con tus hermanas y tu prima…- dijo Akane rotunamente. -… y con tu primo… con él también iras.

El chico se resignó. Pero se acercó su primo.

-Como

representante de la familia Tendo, en el colegió, yo Yuzuru Kuno, te

acojo como mi seguidor, aunque no te dejaré acercarte a tus hermanas y a

tu prima, ni abrazarlas, cosa que solo puedo hacer yo...te dejaré que

seas mi aprendiz…

No pudo seguir las tres niñas y el niño lo

estamparon contra la pared, y bufaron con fastidio. La vida escolar iba a

ser muy larga… pero no aburrida.

-Ranma he visto tu coche, ¡es una pasada! - dijo Mousse entusiasmado- me han dicho que le has puesto el nombre de tu esposa.

-Si-

dijo Ranma- se lo merece. Aunque es doctora en medicina, me ayuda en el

diseño de los coches, me da buenas ideas. Mis coches tienen tanto de

ella como de mí.

-No había caído, tu marca es Caballo Escarlata, hace referencia a tu nombre y al de Akane. - dijo Kasumi.

-Si

Kasumi, fue idea conjunta, yo quería llamarla Akane… pero ella no

estaba de acuerdo. Dijo que mi nombre también debía estar, como no nos

poníamos de acuerdo fusionamos los nombres. Pero logré ponerle su nombre

al nuevo modelo- miró a su cuñado-Quieres ir a dar una vuelta… ya sé

que te operaron y te curaron la miopía- dijo Ranma. Y los dos jóvenes

salieron.

- ¡Hombres! No sé lo que los ven a los coches-dijo Nabiki con desprecio.

-Velocidad, buen diseño, libertad- dijo Akane riendo.

-Tu marido diseña y construye coches… eso no implica que tú también te impliques en su trabajo. - dijo Nabiki.

-Me

gusta ayudar a Ranma y al él que yo le ayude-contestó Akane- nos

divertimos mucho haciéndolo. Él también me ayudó a sacarme mi carrera,

nos ayudamos mutuamente, como hacemos desde que nos conocimos.

-Hola…

¿nos os podéis imaginar a quien es visto? -Dijo una voz. Y entraron dos

chicas y un niño. La chica de pelo largo se quedó mirando a Akane y la

abrazó.

- ¡Akane! Cuanto tiempo sin verte- dijo Ukyo- he visto a

Ranma. No habéis cambiado. Parecéis Igual de jóvenes que los dos chicos

tontos, que tenían miedo a decir que se querían, que conocí hace ocho

años.

-Hemos crecido- dijo Akane riendo y se puso seria- me debes

una… no te has casado. Ni tienes una relación. Eres muy mala amiga.

Acuérdate que nos prometiste a Ranma y a mí casarte.

- Esto…

yo…salgo con mi camarero con… Nos casaremos dentro de un tiempo, un par

de meses, un año, pero no más de dos-dijo la joven incomoda, y cambió de

tema, no le gustaba hablar de eso y no quería que le pregustasen por la

boda- mirar a quien he encontrado. Venía para aquí con el hijo de Ryoga

y Akari, y me encontrado con sus padres. Ryoga se ha ido con Ranma y

Mousse en un cochazo.

Akari se adelantó.

- Siento los

problemas que os hemos causado. Fuimos a comprar un poco de pan… y nos

perdimos. Suerte que nos hemos encontrado a Ukyo.

El hijo de Ryoga

se acercó a los otros niños y pronto se alió con ellos en contra de

Yuzuru Kuno. Kyosuke Hibiki no soportaba tampoco a ese idiota. Se

acercaba mucho a su idolatrada Kagome. Aunque con Kentaro mantenía la

misma relación de Ryoga con Ranma, eran amigo, pero también rivales.

Entre los dos pondrían a Yuzuru en su sitio.

Al poco volvieron Ranma y sus antiguos rivales. Pasaron un buen día y fue el principio de una vida muy larga.

Esa noche. Una pareja sentada en el tejado contemplaba las estrellas.

-Echaba de menos este sitio- dijo Ranma- mirar las estrellas contigo. En Europa no me encontraba igual.

-Pues son las mismas estrellas- dijo Akane.

-Ya

lo sé… pero no era igual. Este es nuestro hogar, es nuestra casa. Ya

hemos vuelto, para quedarnos. Ya no pueden echarnos. - estaba contento

por volver a su hogar.

-Si. Empezamos de nuevo. ¿Podemos con todo?

¿Dirigir el dojo y la empresa, yo en el hospital? ¿Vamos a tener tiempo

para nosotros?

-Lo sacaremos de donde sea. Algunos días daremos

clase y otros iremos a nuestros otros trabajos… pero solo por las

mañanas. Las tardes serán nuestras.

-No es normal esa forma de trabajar en este país. - dijo ella- pero será así.

-He

hablado con Ryoga, le ofrecido trabajar aquí, ha aceptado. - dijo

Ranma. Y miró a su esposa preocupado. Ryoga se lo había hecho pasar mal a

los dos, pero era hora de perdonar.

-De acuerdo- dijo la mujer- sólo que a veces no vendrá…- rió con una risa maliciosa- … se perderá viniendo.

Los dos se rieron.

-Ya pensaremos algo para solucionar eso. -respondió el chico.

-

¡Ranma! ¿Piensa que lo hacemos bien? Somos padres de tres niños, somos

empresarios, dirigimos un dojo y somos dueños de una pequeña marca de

coches, aunque tú lo haces casi por hobby, lo que realmente te gusta son

las artes marciales. Nos seguimos peleando por tonterías, aunque con

esto nos lo pasamos muy bien, y nos tenemos más de veinticuatros años.

¿Qué no traerá el futuro?

-No lo sé, Akane. Intentamos que

nuestros hijos sean felices, no les imponemos nada. Ya hablamos con

nuestros padres, no lo pasaron muy bien, estaban buscando a nuestros

hijos y a Sakura prometidos. ¿La empresa…? en poco tiempo se ha vuelto

muy competitiva, somos una pequeña compañía, pero poco a poco nos

estamos estableciendo en mercado y creciendo. ¿El dojo? Conseguiremos

ser el mejor de Japón. ¡Nuestras peleas? Nos divertimos peleándonos, es

como cuando nuestros padres juegan al shogi. Tienes razón somos jóvenes…

a nuestra edad muchos chicos aún piensan en pasarlo bien y

emborracharse. Pero nosotros también lo pasamos muy bien, pero de otra

manera. En poco tiempo tenemos otra competición, que ganaremos. ¿El

futuro? - la miró y le sonrió- está ahí para nosotros sólo debemos

cogerlo y cómenoslo. ¿Será dulce o amargó?... no lo sé, sólo sé que

nadie nos lo arrebatará, y que tú y yo… juntos… nada y nadie nos

derrotará.

-El futuro es nuestro… de nuestros hijos y de nuestros amigos- dijo ella.

Se

besaron y abrazados miraron las estrellas. Volvían a estar en el tejado

del dojo, y pasarían allí muchas veces en el futuro. Para ellos era el

lugar más mágico del dojo y era desde donde se veía mejor las estrellas.

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2º. Parte: Muchos años después...

Era

una noche tranquila, la vieja mujer yacía en una cama del hospital. Los

tranquilizantes mitigaban el dolor. Pero a pesar de saber que su tiempo

se acababa, no sentía miedo. Se iría tranquila en su último viaje. Al

otro lado le esperaban muchos conocidos, todos ellos amigos suyos.

Se

giró y miró al hombre que estaba sentado a su lado. Se conocían desde

adolescentes, de eso hacía muchos años, habían sido prometidos. Se

odiaron, se hicieron amigos, se enamoraron y se casaron. Tuvieron que

luchar contra muchos rivales que quisieron separarlos. Ahora eso era

historia. De sus rivales sólo quedaba el recuerdo, de sus amigos y

hermanas… también.

Habían vivido muchos años, más de lo debido. Conocieron a sus nietos y a los nietos de estos.

Ella

lo quería como al principio, y él a ella. Lo miró con más detenimiento,

no veía el hombre viejo canoso y más arrugado que una pasa. Estaba

viendo el joven engreído y presumido, musculoso de pelo negro con una

trenza.

- ¿Qué miras poco atractiva? Pareces más arrugada que Cologne-dijo el viejo.

-Y tú tan pervertido como Happosai. -dijo ella.

-Eres

más marimacho que cuando eras joven- contestó él. Tuvo la visión de ver

a su esposa con dieciséis años, más de un siglo atrás.

De repente él sintió un golpe. De la nada había aparecido un mazo.

-Hacía un siglo que no me pegabas así- se quejó él.

-Te lo has merecido-dijo ella sonriendo.

El hombre le sonrió.

-

¿Sabes una cosa mi marimacho? - preguntó él y ella volvió a escuchar la

voz de un joven de dieciséis años- sigues siendo tan atractiva y sexi

como cuando éramos unos criajos y subíamos a ver las estrellas, pero eso

era una excusa para estar juntos.

Ella lo miró.

-Tú también

estas igual que entonces. Quiero pedirte un favor, llevarme a ver las

estrellas, Ranma, ¡por favor! -suplicó la mujer. -las quiero ver una vez

más, quiero verlas por ultimas vez, las quiero ver junto a ti.

El hombre la miró y asintió.

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Ranko

Saotome era la tataranieta de Ranma y Akane, para ser exactos era la

nieta del nieto de Ranma y Akane. Los dos ancianos decían que era

idéntica a la hermana de Ranma. Era enfermera donde estaba ingresada su

tatarabuela... Aunque le entristecía pensarlo, su pariente no viviría

una semana más y lo más seguro que el marido seguiría a la mujer.

Siempre habían estado muy unidos. Los dos se irían juntos, como habían

nacido, Akane era dos o tres días mayor que Ranma, eso siempre le

intrigó, desde el nacer parecían estar unidos y predestinados, era

extraño, muy extraño.

Se limpió las lágrimas y entró. Sus abuelos

le hubieran echado una reprimenda si la hubiesen visto llorar, aunque se

peleaban a menudo, siempre estaban alegres.

Abrió la puerta y se llevó un buen susto, la habitación estaba vacía.

Donde estaba el antiguo dojo Tendo, se erguía un moderno edificio,

por el exterior, en apariencia, era igual que el antiguo edificio, pero

estaba edificado con la más moderna tecnología. En el interior tenía

todas las comodidades de un edificio de finales del siglo veintiuno. Se

seguía impartiendo clase. Era el dojo central de la cadena internacional

de dojos Tendo-Saotome.

En el tejado había dos personas. De lejos

parecían dos jóvenes alocados y enamorados, de cerca aparentemente eran

dos ancianos, pero en sus rostros se veían una jovialidad, que

contradecía su edad.

-Mira Akane, esa constelación es leo y allí

está… - el hombre le explicaba, como había hecho ciento de veces el

nombre de las estrellas. -Pero no son tan bellas como tú.

-Qué cosas dices, aun me sacas los colores-dijo ella.

Tenían sus manos cogidas, él notó que ella aflojaba su presión… y supo lo que significaba.

-Mira

Akane…- dijo el hombre- …por allí íbamos… al instituto Furinkan. Como

siempre íbamos… tarde…. Teníamos que…. co…rrer- lloraba sabía que ella

ya no lo escuchaba, que se había ido. Que lo había dejado solo... – tu

salías antes… y yo corría para cogerte…. Como me has hecho hoy… pero

pronto te cogeré y volveremos a correr y jugar por los prados y nada ni

nadie poda separarnos.

La familia Saotome estaba reunida.

-Se han vuelto a escapar-

dijo el nieto de Ranma, que era a su vez abuelo de Ranko. - siempre

igual, desde que los conozco siempre han sido unos rebeldes.

- ¿Te

extraña? - dijo su hijo- los abuelos siempre han sido así. Desaparecían

durante meses. Conocían a gente muy extraña. Como esa vieja mujer

China. La que decían que fue maestra suya.

- ¿Dónde se han debido

meter? -dijo una nieta de Ranma- siempre han sabido burlar la

vigilancia, ni GPS, ni cámaras de vigilancia, ni drones, ni nada.

Ranko estaba callada y tuvo una idea.

-Ya sé dónde están. Donde han ido desde jóvenes- dijo la chica y empezó a correr, el dojo Tendo no estaba muy lejos.

La

chica y sus acompañantes no tardaron mucho en llegar y vieron a Akane

tumbada con la cabeza apoyada en las piernas de su marido y a este

acariciándole con cariño el rostro, cantándole una vieja canción de

amor, de cuando él era un jovencito. Cuando acabó de cantar miró a su

familia, y sonrió con alegría.

-Me voy, llego tarde… Akane me está

esperando, se enfadará si la hago esperar. No quiero que se enfade

conmigo. ¡Espérame Akane! ¡Qué voy contigo!

Y abrazando a su esposa, la siguió en su último viaje.

-

¡Abuela! ¡Abuelo! -gritó Ranko llorando al darse cuenta lo que pasaba.

Se abalanzó sobre los dos ancianos, y los tocó, ¡estaban fríos!, debía

hacer horas que estaban muertos… eso era imposible, Ranma les había

hablado. La chica miró a su familia, ellos tampoco lo entendían… los dos

viejos estaban sonriendo, tenían un aspecto de paz en sus rostros.

-Ranko

es tarde. -dijo su padre emocionado-Ya no podemos hacer nada por

ellos... Vivieron felices, han muertos felices. Debemos estar contentos,

eran lo que ellos querían, lo que nos enseñaron. Se cómo ellos, no te

rindas, lucha por lo que quieras, sin que nadie te imponga nada. Así

vivieron ellos, así viviremos nosotros, somos sus descendientes.

Cuando

miraron donde estaban los cuerpos de los dos ancianos, vieron como

estos empezaban a brillar y desaparecían como si no hubieran existido.

Se sorprendieron, pero no se asustaron… mucho. Sus abuelos siempre

habían sido especiales, incluso a la hora de morir.

Entonces escucharon a una voz.

-Te

oído Ranma. Estoy enfadada contigo. Llegas muy tarde. -Todos se giraron

y vieron a una joven, de unos dieciséis de pelo corto de tintes

azulados y con muy un anticuado traje escolar de color azul, ¡era el

antiguo uniforme del Furinkan! Esa chica era traslucida y su silueta

desprendía una luz azul. Sonreía con picardía- te debo dar por

pervertido.

- ¿Un marimacho como tú? -dijo un chico de la misma

edad, vestía una camisa roja y pantalón negro, muy pasado de moda. Tenía

el pelo negro acabado en una trenza. Tenía una sonrisa traviesa. Como

la joven era traslucido y también deprendía luz. -No me lograras

golpear, ni en siglos, hemos estado juntos desde hace milenios y nunca

me ha logrado dar.

-No hace mucho te di-dijo ella tentadora.

-Por qué yo quise-dijo él.

Parecían que jugaban a pillar, el chico la cogió y la abrazó.

-Te amo, mi marimacho- dijo El chico de la trenza, acariciándole la cara.

-Y yo a ti, mi pervertido- dijo la chica abrazándolo.

Se miraron y sonrieron

-Nacemos en este mundo una y otra vez. Nos encontramos y seguimos el camino juntos. - dijo la joven.

-Volvemos

al cielo y volvemos a nacer y se repite el ciclo. No es una maldición,

es nuestra bendición. Seguiremos estando juntos toda la eternidad. Hemos

nacido y nos hemos encontrado miles de veces y lo haremos por toda la

eternidad. -acabó el joven sonriendo.

Se acercaron y se besaron.

Cuando se separaron se cogieron de la mano, y salieron corriendo hacía

donde estaba el instituto Furinkan.

Ranko y su familia había visto

la escena entre asustados y emocionados. Sus abuelos seguían juntos más

allá de la muerte. A lo lejos vieron elevase dos luces y desaparecer en

el cielo. En el firmamento aparecieron dos estrellas juntas, hacía más

de un siglo que misteriosamente habían desaparecido del cosmos.

Quien

miraba esas dos estrellas, decía que parecía que se acercaran una a la

otra, y se alejaran, que parecían que se abrazaban y que otras veces

bailaban, que a veces parecía que se lanzasen furiosos destellos, como

si estuviesen enfadadas. Parecía que jugasen como dos enamorados. Eran

dos estrellas juguetonas que nunca estaban quietas… y una noche…

volvieron a desaparecer del firmamento.

Ranko, la bisnieta de

Ranma y Akane, esa noche les contaba a sus nietos la historia de sus

tatarabuelos, estaban en el tejado del antiguo dojo Tendo, y todos

miraron al cielo y vieron caer las dos estrellas.

Cuando las dos estrellas estuvieron sobre ellos, se quedaron quietas un instante, como si se mirasen.

-Te

buscaré y te encontraré-dijo la estrella que parecía ser el antiguo

Ranma-Como siempre he hecho, como hemos hecho desde el principio del

universo.

-Te esperaré como siempre he hecho- dijo la estrella de

Akane- Y juntos los dos empezaremos de nuevo nuestra eterna historia de

amor.

Las dos estrellas estuvieron un rato quietas y de golpe se separaron.

Ranko

miró toda la escena emocionada, al ver las dos estrellas separarse

lloró, sus tatarabuelos habían vuelto a nacer y volverían a estar

juntos, como llevaban haciendo desde hacía milenios, como harían

eternamente.

FIN