15º. Un ataque inoportuno.
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Habían
pasado varios días de la vuelta de los dos prometidos. Era la hora de
la comida en la Furinkan, una joven buscaba a un chico, sabia donde se
encontraba. Subió a la azotea de la escuela. Le tenía que dar una
noticia y no sabía cómo la recibiría el chico.
Lo encontró, el
chico estaba comiendo, y ella empezó a contarle la verdad. Al chico se
le escapó la comida de las manos. No sabía cómo resolverían eso, estaban
metidos en un lio muy grande. Ninguno de los dos hablaría de eso con
nadie…. aún, tenían que planear que hacer. No lo podían ocultar mucho
tiempo.
Kasumi estaba preocupada. Los dos más jóvenes de la familia de la
noche a la mañana se habían vuelto muy serios y taciturnos, algo les
preocupaba. Temía que alguno de sus rivales los hubiese amenazado… pero
pronto se dio cuenta que esto no era posible. Los dos chicos aventajaban
a sus rivales... ¿pero entonces que los preocupaba? Después de mucho
pensar llegó a una conclusión, era imposible…pero era la única
explicación. Y un temor se apoderó de ella, si se enterasen los rivales
de los chicos, las consecuencias podían ser terribles. Entonces entendió
el posible temor de los dos chicos.
Nodoka también estaba preocupada. Ella creía saber lo que les pasaba a
los dos jóvenes. El comportamiento sobreprotector de Ranma hacía su
prometida, y el temor de esta. Le indicó lo que les pasaba. No le
parecía mal. Pero no podían ocultarlo eternamente. Temía la reacción de
los padres, pero sobre todo la de los seis chicos que iban detrás de los
dos chicos.
Nabiki sabía que los dos chicos le ocultaban algo. Tarde o temprano lo averiguaría… y entonces le sacaría provecho.
Una
noche, Akane estaba en su habitación y oyó ruidos en la ventana, sabía
quién intentaba entrar. Se levantó y abrió la ventana.
-Entra Ranma, hace frio. - dijo Akane. - te vas a refriar. Podías venir por la puerta.
-Si.
Y empieza a llover y no me quiero convertir chica-contestó él. - no
quiero que me vean entrar, Nabiki nos vigila, se huele algo.
-Casi toda la familia se huele algo. Creo que tu madre y Kasumi se imaginan lo que nos pasa.
Ranma se sorprendió y se asustó, lo que le había dicho Akane era algo muy malo. Debían ocultarlo el máximo tiempo posible.
-Aún no se lo podemos decir, nos expondríamos mucho. No quiero que te ataquen.
- No pasará nada- intentó tranquilizarlo la chica.
-Fue culpa mía-dijo con tristeza el chico-debí tener cuidado.
-No
te culpes- contestó ella- yo tampoco tuve cuidado, fue culpa de los
dos. - entonces cambió de tema- ¿Qué vas hacer con la carta que te ha
llegado hoy?
Esa tarde llegó una carta a su nombre, sin remitente.
Le informaba que en el norte en una montaña había una cueva y dentro de
ella un lago que curaba cualquier tipo de maldición. El chico ponía en
duda la veracidad del lago. Parecía una trampa para alejarlo de Nerima… y
de Akane… no quería ir… no quería dejar sola a su prometida. Tenía un
mal presentimiento, lo tenía desde que volvieron a Nerima, semanas
antes. Algo se estaba fraguando en contra de ellos.
- ¡No quiero
ir! No iré. No puedo… no puedo… dejarte sola… no… no quiero dejarte
sola, ahora no. Algo me dice que debo estar aquí… contigo. Me da igual
librarme de la maldición. Tú eres más importante.
- Pero librarte de la maldición era lo más importante para ti.
-
Eso era antes… ahora hay algo más importante que eso- y la miró con una
sonrisa extraña. Pero ella ya sabía que era lo más importante para
Ranma.
-Puedes ir no me pasara nada, pero si quieres te puedes quedar.
-Has cambiado, Akane, antes no te haría gracia que fuese. Te hubieras enfadado.
-Y no me gusta. Pero es importante para ti. No puedo meterme por medio.
-Tú eres importante para mí, ¡lo más importante! Lo demás no importa.
- No me pasará nada. Esos días no hay clase, otra de las locuras de ese director. No saldré del dojo.
-Tengo
tu palabra. No saldrás del dojo hasta que yo vuelva- dijo Ranma. La
abrazó por la cintura y la miró con cariño. -Me entran ganas de no irme.
Tengo una prometida muy tentadora, no quiero soltarla. He tardado mucho
tiempo en librarme de esa estúpida timidez. Ahora que te tengo abrazada
no me da la gana de soltarte.
-Pero Ranma ¿cómo me puedes decir eso? - dijo la chica sonrojada.
-La
verdad, estoy deseando abrazarte y decirte esto… desde que me llevaste
al dojo a practicar, el día que nos conocimos. Cuando me dieron a
elegir, deseé con toda mi alma que fueses tú la elegida. Me alegré mucho
cuando te tocó cargar con un prometido antipático. Todo lo que decía de
fea y marimacho no era verdad. Te encontraba muy guapa, la mujer más
guapa que conocí… pero cuando me parecías más guapa era cuando te
enfadabas. Y por eso te insultaba. Me gusta que me lleves la contraría.
¡Eres tan terca y cabezona!… tanto como lo soy yo.
- ¡Ranma! Qué cosas dices. - dijo ella muy nerviosa y sonrojada.
-
No quiero soltarte. No quiero que te alejes de mí. Me pareces un hada…
en un sueño… y si te suelto, se romperá el hechizo y me despertaré… y tú
desaparecerás. Si eres un sueño quiero soñar toda mi vida... quiero que
este momento dure lo más posible. No quiero que amanezca y me tenga que
alejar de este dojo., irme unos días y estar lejos... de ti. No quiero
ir a librarme de la maldición. No quiero separarme de ti. Creía que tú
eras mía… pero la verdad es que yo soy… tuyo. Me has hechizado y no
puedo romper tu hechizo y tampoco lo quiero hacer.
Akane lo miró
asombrada… no sabía dónde había aprendido a decir esas cosas. No parecía
el Ranma de siempre. Le gustaba el Ranma impetuoso y odioso, el chico
que le llevaba la contraría y la debatía. Pero este nuevo Ranma la
turbaba. Seguía siendo inseguro y temeroso con ella. Pero saber que la
quería la llenaba de alegría.
-Yo también no puedo estar lejos de
ti- dijo ella- no quiero que me sueltes. Si lo haces, tengo el
presentimiento que esos seis te alejaran de mí, y no lo quiero. Te
aprecio desde que te vi en el baño. Me pareciste un dios saliendo del
baño. - los dos se rieron de esa comparación. - me has hecho tener
sentimiento que juré no tener como el amor, la preocupación, los celos.
Tú dices que eres mío… pero yo siento que yo soy tuya. No quiero que te
vayas lejos de mí. No sé si encadenarte para que este siempre conmigo.
El chico se rió cuando ella dijo lo de la cadena.
-Eso
de la cadena no es posible… porque ya estoy encadenado a ti. Lo he
estado desde que nos conocimos- le acarició el pelo y la cara y la besó.
Ella se acopló al beso. Pusieron todo su cariño y amor. Parecía que se
quisieran devorar el uno al otro.
Al separarse. Ella lo cogió de
la mano y lo condujo a su cama. Y allí durmieron los dos juntos y
abrazados. Fuera estalló la tormenta y llovió como si fuese un nuevo
diluvio universal. Pero los chicos no oyeron nada, para ellos no existía
nada, solo ellos dos. Y aunque esa noche sólo durmieron, estar juntos
era estar en el paraíso.
Al día siguiente Kasumi se levantó. Le
extrañó que los dos chicos no se levantasen, al menos Akane. Y subió a
despertarlos. Y al abrir la puerta del cuarto de Ranma no lo vio y se
extrañó. Cerró la puerta y fue a la habitación de Akane. Abrió la puerta
y vio sorprendida a los dos chicos durmiendo juntos. Cerró la puerta,
estaba sonrojada, cuando bajó al comedor no mostró ningún sentimiento,
como si no hubiera visto nada. Jamás explicó lo que vio, guardó ese
secreto para siempre, y juro proteger a los dos chicos.
Akane se despertó y miró el despertador. Vio a su prometido durmiendo
a su lado. Se lo veía muy tranquilo, se dio cuenta que le gustaba verlo
dormir. A los pocos minutos él también se despertó, miró a Akane y
sonrió.
-Hola preciosa. ¿Estoy soñando? ¿O me he despertado? Porque tengo a la reina de las hadas delante mío.
-A
mí también me parece estar soñando. ¿Qué hora debe ser? – miró al
despertador. Se asustó se habían dormido. - es tarde muy tarde. ¡Si ha
subido Kasumi y nos ha visto! - estaba asustada.
-No solo eso. Nos
hemos saltado las primeras clases. - dijo Ranma asustado-Por lo pronto
llegaremos a la cuarta clase…- entonces recordó y se tranquilizó- si
estos tres días no hay colegio.
-Si nos ha visto Nabiki… tendremos problemas. - contestó Akane asustada.
- ¡Me voy Kasumi! - oyeron gritar a Nabiki. Y desde el pasillo vieron cómo se iba.
-Debe ir alguna parte- dijo Akane
-Yo bajo y me aseo y me voy… quiero estar de vuelta lo antes posible, mañana estaré aquí.
-Te esperaré – dijo la chica.
Después de asease desayunaron.
Ranma cogió sus cosas y se fue.
No estaba muy lejos del dojo. Cuando oyó que lo llamaban, se giró y vio llegar a su prometida.
- ¿Pasa algo Akane? -preguntó el chico alarmado.
Ella lo miró con timidez. Y sonrojada.
-No… es que... no me he despedido de ti como debo. - dijo ella y se le abrazó al cuello. Y lo besó. –ahora si lo he hecho.
Seguían abrazados, y él la miró con una sonrisa traviesa.
-Me gusta cómo te despides de mí. Anhelo el momento que vuelva, como me darás la bienvenida. - y le devolvió el beso.
-Será algo que no olvidaras nunca. -dijo una Akane traviesa, y lo volvió a besar.
-Estoy
pensando en volver al dojo… y volver a salir como si me fuese… para que
te vuelvas a despedir de mi así- dijo él con travesura. - podemos estar
todo el día así. -Y la volvió a besar
- ¡No seas malo! qué acepto
ese reto. - contestó la chica. Volvió a besar al chico. Jugaron a
besarse casi una hora. Y al final lograron separarse. Y Ranma se fue a
la montaña, volvería antes de lo que creía…
En un tejado cercano
había un grupo de jóvenes de la misma edad de Ranma y Akane, estaban
furiosos. Vieron a los dos chicos besarse, no les gustó lo que veían. No
les perdonarían esta ofensa, pagarían muy caro esta osadía. Lo que no
supieron nunca que los dos chicos sabían que los espiaban.
Horas antes.
Nabiki se acababa de
levantar era muy temprano, necesitaba dinero. No era la primera vez que
le hacía foto al prometido de su hermana dormido. Tenía mucha clientela,
sobre todo las tres locas que perseguían al chico.
Si tenía
suerte, lo podía transformar en chica y hacerle fotos y venderlas… los
chicos a pesar de saber el secreto de Ranma compraban esas fotos. Pero
su mejor cliente era Kuno.
Después haría fotos a su hermana. También tenía mucha clientela con las fotos de la chica.
Llegó
a la habitación de Ranma, no se oía nada. El chico tenía un sueño
pesado, pero abrió la puerta con cuidado… y encontró la habitación
vacía. No era la primera vez que el chico se quedaba dormido en algún
sitio… en el dojo o en tejado.
Cerró la puerta y fue hacía la
habitación de Akane. Ya tendría otro momento para fotografiar a Ranma.
Llegó a la puerta de la habitación de su hermana… y la encontró cerrada.
Por suerte una tenía llave y entró y lo que vio la dejó helada. Pero se
repuso enseguida, y pensó en sacar provecho de lo que vio.
Hizo
unas fotos y fue a su laboratorio y las reveló. No pensó en el daño que
causaría, sólo pensaba en el negocio que tenía entre manos, solo pensar
en el dinero que ganaría la puso contenta. No pasaría mucho tiempo para
que se arrepintiese de haberlas hecho y vendido. Alguien se tomaría muy
mal ese hecho y Nabiki pagaría un precio muy alto por traicionar a su
hermana y al prometido de esta.
Nabiki oyó que alguien se movía en
la habitación de su hermana pequeña y decidió ir a ver los rivales de
los dos chicos. Sabía dónde se reunían cada día para planear como
separar a los chicos. Sabía que habían puesto en práctica algo.
Lo que no suponía que su intervención provocaría que este plan se volviese a un más retorcido y perverso de lo que ya era.
Los cinco chicos estaban reunidos. En el restaurante chino de
Cologne. Estaban dando retoques a último plan para retozar el compromiso
de Ranma y Akane, los cinco últimos habían sido unos completos
fracasos. Pero este, suponían, no lo sería.
-Mousse se ha querido
ir a China, piensa que Ranma se vengará. Y no quiere sufrir las
consecuencias- dijo Shampoo, estaba convencida que triunfarían. Ya
planeaba su boda con Ranma. - lo he tenido que amenazar… puede que su
madre sea acusada de traición.
La familia de Cologne era muy
influente y podía hacerle mucho daño a quien le llevase la contraría.
Mousse la miró con rabia. Esa jugarreta se la pagaría.
- Y Ukyo se
ha negado a participar, dice lo mismo que Mousse… que Ranma se vengará.
Últimamente está muy extraña. Creo que no quiere hacerle daño a Akane… y
yo tampoco. Pero a Ranma lo quiero vencer. -dijo Ryoga.
-Esta vez ganaremos- dijo Kuno, ya se veía como el novio de Akane y de la chica de la trenza.
-Y Ranma será mío- dijo Kodachi contenta.
-Eso
no pasará- dijo Shampoo- Ranma me pedirá que me casé con él, una vez
que lo libremos de la chica violenta. - no vieron que Cologne los miraba
con lastima. Ella se había dado cuenta lo que les pasaba a los dos
prometidos. Si Akane sufría un daño… Ranma se vengaría… Ella no podía
hacer nada. Le prometió a su bisnieta no intervenir… ese grupo iba a
provocar un desastre y no pensaban que ello les traería el peor problema
que habían tenido nunca.
Se abrió la puerta.
-Aún está
cerrado…-dijo Shampoo, se calló cuando vio a Nabiki- ¿A qué has venido?
Si vienes a intentar a que no separemos a tu hermana y Ranma, no
lograras nada. No tienes el suficiente dinero para…
-Venía a
ofreceros unas fotos muy interesantes- dijo Nabiki muy insinuadora- pero
creo que solo Kuno y Kodachi pueden pagarme. Pero si sois buenos os
puedo hacer un precio especial.
-No nos interesan las fotos que nos puedes vender…- dijo Ryoga.
- ¿Y si esas fotos son de Ranma y Akane? - preguntó tentándolos Nabiki.
-Ya tenemos muchas fotos de esos dos- dijo Kuno.
-Pero como estas no.- dijo Nabiki y les enseñó dos fotos, en una se veía a Ranma dormir y en la otra dormir a Akane.
-Solo
son Ranma y Akane durmiendo, te has debido…- empezó Ryoga y calló. Esas
fotos eran muy extrañas… parecían complementarias. Las cogió y las puso
una al lado de otra… parecía que las dos fotos fueran en realidad una.
En esa foto los dos chicos compartían una misma cama- ¡no es verdad…!
¡Nabiki has hecho un fotomontaje!
Nabiki sonrió delante los
rostros incrédulos de los chicos. Y sacó unas fotos nuevas, en ella se
veía a los dos prometidos dormir en la misma cama… dormían juntos y
abrazados.
-Vosotros queréis esta foto. No es un fotomontaje. Os
puedo hacer un precio especial. Pero no bajará de los veinte mil yens. -
dijo una ambiciosa Nabiki.
Horas después. Los cinco chicos veían
con sus propios ojos la verdad, vieron a los dos chicos despedirse. No
durarían en separar a la pareja utilizando todos los medios.
-Ayer
recibió la carta con la indicación de donde se encuentra el lago, él
piensa que es una cueva en una montaña, no sospechará que es falsa.
Vosotros debéis entretener a Ranma Y nosotras engañaremos a Akane para
que corten. Ese plan saldrá bien. Y una de nosotras se quedará con Ranma
y uno de vosotros se quedará con Akane.
-Pasado mañana celebraremos nuestro triunfo. - dijo Kuno.
Las
dos chicas adoptaron una sonrisa siniestra, que sólo vio Mousse, el
chico supo que no respetarían el trato e intentarían matar a Akane. Lo
sentía por la chica, no la odiaba… y es más lo sentía por Kasumi, cada
vez la hermana mayor la atraía más, iba a sufrir con la pérdida de su
hermana. No quería ver llorar a la mayor de las Tendo.
Pero ellos
tampoco respetarían el trato y Ranma moriría…Mousse sabía que Kasumi
consideraba a Ranma como a su hermano… tuvo un escalofrío… ese plan no
le gustaba. En el fondo tampoco odiaba a Ranma, él quería que los dos
prometidos no cortasen… eso no iba a acabar bien. Todos iban a salir
perdiendo.
Ranma estaba llegando a su destino, tenía el presentimiento que algo
iba mal. Y a cada momento ese malestar subía, sentía que debía volver. Y
llegó a donde debía estar la entrada de la cueva y no encontró nada.
Allí donde debía haber montañas, solo había un lago. Lo habían engañado
para alejarlo de Nerima... para alejarlo de…
- ¡Akane! - supo al
instante quien lo había engañado. Lo pagarían… y si su prometida sufría
un daño… no lo contarían… Se giró y vio a los tres chicos y supo para
que estaban allí. - Sois lo más bajo que me he encontrado. Dejarme pasar
no me obstaculicéis mi camino... tengo prisa.
-Venimos a acabar contigo. Libraremos a Akane y la chica de la trenza de tu yugo. - dijo Kuno.
-No permitiremos que Akane se case con un ser despreciable como tú- continuo Ryoga.
- No entiendo como podéis haber seguido el juego a esas tres…- dijo Ranma.
-
¿Tres? - preguntó con sorna Ryoga- Ukyo se ha rajado, no ha querido
saber nada. Engañaran a Akane para que corte contigo… pobres no saben
qué te mataremos.
Mientras Mousse miraba al suelo y apretaba los dientes. No podía seguir, él no quería que las cosas saliesen así.
-
¿Sois idiotas? Ni Kodachi ni Shampoo engañaran a Akane. La quieren
muerta, así se libran del peor obstáculo, después irán por Ukyo, es el
segundo peor obstáculo. Y después se matarán entre ellas… pero eso no
pasará por qué si tocan a mi prometida. Yo las mataré. Si os ponéis por
medio- y puso una sonrisa cruel- empezaré por vosotros.
- Te equivocas Ranma. Nos han prometido que…
-Ranma
tiene razón- estalló Mousse- quieren matar a Akane. ¡Ranma! Vez a
Nerima y salva a Akane. Yo evitaré que estos te impidan llegar… pero no
mates a Shampoo. ¡Prométemelo!
Ranma lo miró y asintió.
-Gracias
Mousse, no te prometo nada. Y a vosotros dos… acabaré con vosotros… si
Akane es herida o muere- y le lanzó una mirada siniestra- ¡haced
testamento!.
Los dos chicos intentaron evitar que Ranma huyese. Pero Mousse se puso en medio.
- ¿Por qué Mousse? Si él muere Shampoo será tuya. - dijo Kuno.
-Y
si sigue con Akane, también puede ser mía…- estalló en carcajadas y con
un tono irónico dijo- claro, si sigo enamorado de ella- lo lanzó como
una posibilidad. Los otros dos chicos se miraron ¿Y si Mousse se hubiera
enamorado de otra chica?
Ranma corría en dirección a Nerima, la
inquietud iba en aumento. Le hubiera gustado volar. Ser como los
personajes de un manga. Y volar a velocidades supersónicas, pero era
humano y su velocidad no era mucha.
Se odió por ser tan ingenuo y
caer en esa trampa. Sabía que era mentira y metió la cabeza en el lazo.
Tendría que llegar a tiempo… notaba que Akane lo llamaba, casi la oía.
La chica estaba en peligro. Aumentó su velocidad. Pero algo le decía que
llegaría tarde… muy, muy tarde.
Akane disfrutó de unos momentos de tranquilidad. Se sabía vigilada y
decidió encerrarse. Hacía poco que Ranma y ella habían descubierto como
subir a la buhardilla desde la habitación de Ranma. Y se escondió allí.
Nadie descubriría como subir.
Al cabo de las horas llegaron dos de sus rivales retándola.
-Akane, sal de inmediato. Te retamos, sal para que te venzamos. No eres digna de estar con Ranma. - dijo Kodachi.
-Nos has ofendido durmiendo con Ranma. Es mi prometido. -dijo Shampoo.
Kasumi se asustó, ¿cómo sabían eso? Y miró a Nabiki.
-
¿Cómo has podido hacer esto? -preguntó Kasumi muy enfadada- Nunca pensé
que traicionarías así a tu propia hermana. Nunca te lo perdonaré. No
sabes lo que has hecho
-Necesitaba dinero… cuando los vi… - estaba asustada nunca había visto a Kasumi furiosa.
-Si
algo le pasa a mi hermana… te mato- dijo La hermana mayor encolerizada,
incluso con un tono perverso y sádico. Y abofeteó a Nabiki.
Las dos chicas que buscaban a la hermana pequeña asistieron asustadas a la furia de la hermana mayor.
-
¡Te odio Nabiki! - dijo Kasumi llorando- coge tus cosas y vete de casa y
no vuelvas. Tú ya no eres una Tendo. Has puesto en peligro a Akane. Si
le pasa algo iré a por ti. Y Ranma también lo hará. No lloraré si te
mata.
Nabiki retrocedió asustada. No sabía que había hecho.
-
¿Qué he hecho? -la chica no entendía nada, pasaba algo grave para que
Kasumi estuviera tan enfadada-Siempre he vendido fotos de ellos dos. No
sé porque te pones así ahora.
-Porque Akane…- empezó Kasumi.
-
¡Calla, Kasumi! ¡No le cuentes nada! - Akane había aparecido- Kasumi
tiene razón, nos has traicionado. Si les has vendido fotos, es que has
entrado en mi habitación. ¿Cómo has podido hacerlo? ¿Con que derecho
entras en mi habitación? ¡Sal de mi vista!
-Yo hermana…- dijo Nabiki y recibió un tortazo de Akane
-Tú no tienes hermanas, ni familia. Tu única familia es el dinero. Me avergüenzo de ser tu hermana.
Nabiki se tocó la cara, allí donde le había pegado su hermana.
-No sabes lo que has hecho… Akane no puede combatir. Si lo hace…
-
¿Cómo que no puede pelear? - preguntó Nabiki-ella supera a esas dos.
Puede vencerlas si...- entonces comprendió la verdad. Lo que ocultaban
los dos chicos- No, no es posible… no pueden haber llegado tan lejos…
¿Qué he hecho? – la siempre fría Nabiki estaba llorando, ahora sabia el
mal que podía haber causado.
-No dejaré que ataquéis a mi hermana-
dijo Kasumi- hacerlo y lo pagareis- dijo Kasumi, poniéndose delante de
Akane defendiéndola.
- ¡Kasumi! Quítate del medio. Deja que acabemos con tu hermana. - dijo Shampoo.
- ¿Pensáis que después Ranma ira a vosotras y se lanzará a vuestros brazos? - dijo Nabiki.
-Claro
que lo hará, él no quiere a tu hermana- dijo Shampoo- vendrá a mí y me
agradecerá que lo haya librado de esa molestia- acabó alegre, volvía a
verse ya casada con Ranma.
-Pues estas equivocadas- siguió Nabiki-
Él os lo agradecerá, cortándoos en pedazos, le habéis mandado los
chicos a entretenerlo, ya debe acabado con ellos y cuando llegué será
mejor que estéis lejos, al otro lado del mundo. Porque lo que hará con
vosotras no será agradable.
-Tú también lo has traicionado- dijo Kodachi.
-Sí,
lo hecho. Y cuando venga a por mí no haré nada por defenderme. Me
mereceré el castigo que me dé. Pero al igual que Kasumi, defenderé a mi
hermana. Pagaré parte de mi deuda con ella.
Y las dos
pretendientes se lanzaron sobre Akane y sus hermanas. Las tres habían
recibido lecciones de su padre y pudieron defenderse. Pero Shampoo
utilizó un truco sucio. Saco una pelota y la lanzó al suelo. Explotando y
cogiendo de lleno a las tres Tendo. De la bola salió un gas que afectó a
las tres hermanas, que cayeron al suelo paralelizadas.
-Ahora Akane prepárate porque veras a tu madre- dijo la china, y atacó a la chica con un salvajismo desconocido.
- ¡La vas a matar! - dijo una llorosa Kasumi, sin poder intervenir.
- ¡Eso es lo que quiero! - contestó una sádica Shampoo riendo como una loca.
-No
sabes lo que estás haciendo… Ranma te matará. Te acabas de volver en su
peor enemigo. No veras un nuevo día y Kodachi tampoco.
-Te equivocas Ranma… -seguía castigando a Akane… cuando se vio lanzada al jardín.
- ¿Cómo te atreves a tocarme? - dijo Shampoo.
-Kasumi tiene razón. Ranma te matará. - dijo Ukyo, había llegado y defendía a Akane.
- ¿Tuuú?... ¡pero si a ti también te conviene que esa molestia desaparezca!
-Aprecio
a Ranma… pero él sólo me ve como una amiga. No lo traicionaré-se giró y
preguntó- ¿Estás bien…? ¡Akane! - gritó, la chica de pelo corto estaba a
cuatro patas vomitando sangre- he avisado a la policía, están en
camino, entregaos, ellos os protegerán de la furia de Ranma.
- ¡MIENTES! - gritó Kodachi. Pero se oyeron las sirenas de la policía. Y las chicas huyeron, dejando a tres personas heridas
Cuando se iban las ambulancias llegaron Soun y los señores Saotome. Y se fueron con las chicas al hospital.
- ¡Ukyo!, espera a Ranma llegará pronto, darle la noticia.
-No me gusta. Se lo tomará muy mal-dijo la chica- se enfadará. Es la peor noticia que podía darle.
-No
te hará nada. Alguien tiene que quedarse. Sé que no tienes una buena
misión… pero él vuelve a confiar en ti. – y Ukyo se quedó sola, para
comunicarle a Ranma una pésima noticia.
Ranma había llegado a Nerima, Le faltaba el aliento, pero siguió
corriendo. Ya veía el dojo, se lo encontró muy silencioso. No le
gustaba, tenía un mal presentimiento.
- ¡Akane! - llamó- Akane
¿Dónde estás? - se estaba inquietando y se encontró a Ukyo. La cogió por
el cuello y con un tono cruel le inquirió- ¿Dónde está Akane? Habla o
te mato.
-La… la han atacado… Shampoo y Kodachi… le han dado una paliza… está en el hospital.
-
¿Qué haces aquí? - su tono seguía siendo cruel. - ¿Y Kasumi? ¿O la
fisgona? A ella también la tengo que castigar. - el chico había
adivinado de alguna manera que Nabiki los traicionó.
-Han caído
también, intentaron defender a Akane... esas dos querían matarla. Llegué
a tiempo. Pero no está bien, sus hermanas tampoco, las drogaron y se
cebaron con Akane. Tu madre me encargó que te informara. -el chico la
había soltado y ya no la miraba de forma cruel.
-Ukyo ¿dónde está? ¿En qué hospital? - inquirió Ranma, Y cuando la chica se lo dijo, el chico salió corriendo hacia allá.
Aunque la chica lo siguió, no logró pillarlo. El chico iba corriendo a una velocidad asombrosa.
Mientras en el hospital.
-Las
dos chicas mayores están bien dentro de la gravedad. Esa droga era a su
vez un veneno. Hemos logrado neutralizarlo. Pasará un tiempo para ver
si responden bien al tratamiento- dijo el doctor.
- ¿Y Akane, la más joven? - preguntó Nodoka.
-Ha
perdido mucha sangre. Ha tenido un problema interno. Pero la hemos
cogido a tiempo, y está estabilizada… en cuanto el veneno lo ha
resistido mejor que sus hermanas, no le ha hecho casi efecto... Pero… no
es como decirles esto.
- ¿Cómo esta ella? - preguntó Ranma, acababa de entrar.
-Es pronto para decirlo… hay que darle tiempo. Pero creemos que se recuperará.
- ¿Y…y…y…? ¿Cómo esta…? - preguntó el chico con nerviosismo.
El doctor miró al chico… él joven sabía lo que pasaba.
-No hemos podido hacer nada por él… lo siento.
El
chico apoyó las manos en la pared e inclinó la cabeza y de repente la
subió y lanzó un grito de dolor, angustia y desesperación.
-Ranma, ¿Qué pasa? - preguntó Ukyo. Acababa de llegar- ¿Que te sucede? - estaba asustada, su amigo estaba muy afectado.
El chico se abrazó llorando a su madre.
-Me
lo han quitado… nos lo han quitado… esas locas nos lo han quitado. -
parecía un loco. Estaba muy enfadado, fuera de sí. Al borde del colapso.
-las mataré, juro que las mataré.
- ¿Qué te han quitado? - preguntó Soun intrigado.
-A mi hijo. Akane…- lloraba con desesperación- Akane… estaba… embarazada… esperaba un niño…mío.
- ¿Cómo pudiste hacerle eso a mi hija? - preguntó amenazándolo Soun.
Ranma
lo miró con rabia. El hombre dio un paso atrás asustado. Veía que el
joven no se pararía si intentaba hacerle algo. El estado del chico no
invitaba a amenazarlo. En ese estado era muy peligroso desafiarlo.
El medico decidió intervenir.
-La
chica esta ahora dormida, necesitamos que alguien se quede con ella. Y
también necesitamos que alguien se quede con las otras dos chicas. La
policía nos ha dicho que pueden ser atacadas de nuevo. Ellos no pueden
dejar a nadie y nosotros tampoco.
-Me quedo con Akane- advirtió Ranma. No era una petición, era una orden. - no acepto que nadie más la cuide.
-No estoy de acuerdo- dijo Soun- podías hacerle algo a mi hija…- Ranma lo cogió por el cuello.
-
¿Dónde estabas tú y mi padre cuando la atacaron? Seguro que bebiendo…
es lo normal en vosotros. Mi madre os tuvo que ir a buscar, estoy
seguro. Sabíais que yo no estaba y que Akane estaba amenazada. No os lo
perdono-Ranma estaba muy furioso.
Era lo que pasó, el chico vio en
los ojos del hombre que tenía razón. Ranma soltó al hombre con asco. Su
desprecio hacía el padre de su prometida y hacía el suyo era enorme.
-Madre
cuida de Kasumi. Ukyo ¿puedes cuidar de la chismosa? No se lo
merece…pero alguien debe hacerlo, suficiente castigo tendrá cuando se
entere de lo que ha pasado.
-No te quedarás con mi hija- dijo
Soun- después de lo que le hiciste, no eres digno de ella. No te quiero
volver a ver. Tus padres se pueden quedar en mi casa. Tú… tú ni se te
ocurra ir a buscar tus cosas. Ya te la mandaremos donde nos digas...
-
¡Eres un hijo indigno! - dijo Genma- tú ya no eres mi hijo. Me buscaré
otro hijo y lo casaré con Akane. Digo lo mismo que Tendo, cuando tengas
sitio te mandaremos tus cosas
-Mándalas a casa de mi madre. Es
donde pienso ir. -miró a los dos patriarcas-Vosotros dos no aparezcáis,
si asomáis la cara os mando al cementerio. Nunca habéis sido unos padres
dignos… y desde que apareció el viejo maestro aún sois peores. No
pienso dejar a Akane con vosotros… me llevaré a Akane conmigo. No me fio
de vosotros
¡ES MI HIJA! - gritó Soun.
Ranma lo miró con rabia.
- ¡ES MI ESPOSA!
- gritó, se giró y mirando a la pared siguió hablando-Nos.…Nos casamos
hace dos semanas. Pedimos ayuda a una asociación contra el acoso y el
maltrato… sabían nuestros problemas con esos seis, desde que venimos del
último viaje de entrenamiento nos ayudan… no de antes, desde que
volvimos de China, también nos aconsejan. Ya no sabíamos que hacer, nos
acorralaron, siempre que salíamos estaban allí para molestar. Queríamos
tener lo de la boda en secreto algunos años. - miró con recelo y odio a
los dos hombres- ahora tú y mi padre nos habéis acorralado también…
ateneos a las consecuencias.
-Esta noche Ranma se quedará con
Akane, es su deber…- dijo Nodoka, y mirando a los dos hombres- y
vosotros no haréis nada para destrozar ese matrimonio y no se lo diréis a
nadie. A partir de ahora será como si esta revelación no hubiera
ocurrido… Ranma y Akane seguirán siendo prometidos.
-Yo no diré
tampoco nada- prometió Ukyo- aunque eso me obligué a perseguiste como
hasta ahora, para que nadie sospeche nada. Pero quiero que me prometas
algo...
Ranma la miró furioso.
- ¿Qué es lo que quieres? -dijo Ranma, se veía chantajeado.
-Que si la haces sufrir… me dejarás que te mate… A pesar de todo, le tengo aprecio a Akane… y tú eres un cabeza hueco.
Ranma la miró y sonrió.
-Gracias
Ukyo, eres una buena amiga… no estoy de humor y me has hecho sonreír.
No sé lo que nos traerá el futuro, nada bueno, pero no dejaré que ella
pase por una experiencia como esta.
Se giró y entró en la habitación de Akane.
Les
había mentido. Era verdad que tenían el apoyo de esa asociación… pero
no se habían casado, pero haría todo lo posible para que nada y nadie lo
separarse de su prometida. Pero si tenía que casar lo haría.
Pasó
toda la noche cuidando de Akane, a cierta hora pasó una doctora y le
enseñó que debía hacer. No durmió en toda la noche. Se temía un ataque
de las dos chicas… pero no ocurrió.
Por la mañana llegó la
policía, seguían buscando a las autoras del ataque… pero no sabían dónde
encontrarlas. Y Ranma pensó que se esconderían en la mansión de Kuno y
así se lo dijo.
Y poco después llegaron la directora y una
secretaría de la asociación que conocían los dos chicos sus problemas
con sus rivales y el secreto de Ranma.
- ¿Qué vas hacer Ranma? -preguntó la mujer.
-No
lo sé. Ya no sé qué hacer… - dijo muy triste-nos han destrozado todo…
nuestro plan de futuro. Nuestras esperanzas... ¡todo! No podemos ser una
pareja normal, siempre están ahí para interferir. Si huimos, nos
seguirán… si seguimos aquí, nos incordiaran… destrozaron la casa de mi
madre… no íbamos a casar y…- no pudo seguir se le escapaban las
lágrimas-no se la veces que hemos tenido reparaciones en el dojo por
culpa suya. Para ellos no somos personas… somos premios…objetos que
exhibir delante de los que derroten. Yo sólo soy un menor y me exigen
como si ya fuera un adulto.
El chico estaba destrozado.
- ¿Qué, has pensado de la propuesta que os hice? -preguntó la directora.
-No puede hacer eso… sólo son unos niños.
-Sabes
también como yo que tienen un problema grave de acoso, lo persiguen
tres chicas, lo quieren obligar a casase con ellas y a Akane también la
persiguen. Nuestro deber es ayudarlos. Estamos parasolucionar problemas
así. Sin importar nada. Además, son menores, no podemos dejarlos
tirados.
-No estoy de acuerdo… podemos tener problemas con sus
padres. - dijo la secretaría, la directora la miró y al final accedió-
os ayudaremos, pero se te exigirá un pago.
- ¿Acertar su ayuda e
ir a estudiar a Europa? Me gustaría y a ella también... pero tengo que
hablar con Akane… ella decidida… donde vaya Akane iré yo… no pienso
dejarla sola. Es la segunda vez que pensaba que la perdía. No… - no pudo
continuar.
-La quieres y mucho… ¿pero ella lo sabe?
-No lo
sé…- dijo él, y las mujeres lo miraron sorprendidas- cada vez que me
intento acercar a ella… cada vez que la abrazo… pierdo la conciencia…
tengo fallos en la memoria y no sé qué pasa durante unos minutos…a ella
también le pasa. No sabemos cuándo concebimos al niño que esperábamos…
pero era hijo de los dos. Esas lagunas nos pasan desde una vez que me
fugue de casa, quería alejar los problemas de ella... pero Akane supo lo
que planeaba y me pescó fugándome… me siguió.
-Estuvimos, creímos
estar, dos semanas fugados… cuando regresamos a casa descubrimos que
realmente había pasado casi un mes desde que nos fuimos. Volvimos con
lagunas en la memoria y se han ido repitiendo… cada vez que tenemos
deseos de besarnos o de abrazarnos- Akane se había despertado.
-
¡Akane! ¿Cómo estás? -preguntó el chico emocionado y se sentó en la cama
al lado de ella y le acarició la cara. - creí… creí que…- no pudo
seguir.
- ¿El gran Ranma Saotome llorando? No decías tú que llorar es cosa de mujeres.
-
¡Me transformo en chica! Tal vez sea ella la que me hace llorar…- movió
la cabeza-Eso es mentira… creí que te perdía… al verte despierta no
pude aguantar más… mi madre dirá que no es un comportamiento masculino…
pero me da igual. No pienso reprimir lo que siento.
-Ranma, no te voy a criticar…te lo hecho pasar muy mal. - dijo ella cogiéndole las manos.
-No tanto como yo a ti- dijo él.
- ¡Ranma, Akane! pensad en mi propuesta.
-Juramos que nadie nos haría huir… pero prometí protegerla. Para cumplir una promesa debo faltar a la otra.
-Piensa en cuál de las dos tiene más peso. - dijo la secretaría.
- ¿Cuál de las dos promesas tiene más peso? - dijo el chico y mirando a su prometida- no es difícil contestar a eso.
-Pues ya sabes lo que tienes que hacer-dijo la directora de la asociación y las dos mujeres salieron.
Un
día después, Ranma no sabía cómo comunicar a su prometida que habían
perdido al niño que esperaban. La chica veía que el chico le ocultaba
algo. Le costó una pelea que le confesase que sus hermanas habían sido
heridas en el ataque. Esperaba que se restableciese un poco para
comunicarle la noticia.
Había hablado con la familia, sería él
quien comunicase la noticia a su "esposa" y los amenazó para que
tuvieran la boca cerrada.
Ella sospechaba que él no era sincero.
La cara del chico le decía que le estaba ocultando información, lo veía
triste y muy recaído, no parecía él, y algo que había oído, pero no
sabía el que.
- ¡Ranma! ¿Qué me ocultas? Te conozco bien y sé que me ocultas algo- entonces se alarmó- no habrás matado a esa dos.
El chico suspiró aliviado. Creía que no lo había visto su prometida… pero se equivocaba.
-No
les hecho nada. Están fugadas… creemos que están en la mansión de los
Kuno… pero no dejan entrar a la policía… esa maldita familia tiene
muchas influencias…- hablaba con rabia.
- Si no estuviese tan
débil yo...- entonces se dio cuenta y recordó que cuando despertó Ranma
habló, con las mujeres de la asociación, del niño en pasado- ¡No!, no,
no es verdad. - empezó a llorar- ¡dime que no es verdad!
Él la miró y la chica vio en su mirada tristeza, desesperación, ira, odio… y mucho dolor...
-El
medico dijo que no te dijéramos nada… hasta que estuvieras más
restablecida…estas muy débil y podías tener una recaída- él también
lloraba, se apoyaba en la ventana- no pude hacer nada para evitar que
nos lo quitaran... no pude salvarlo. -se sentó en la cama al lado de
ella.
Akane se tiró a sus brazos y se abrazaron llorando de pena, de frustración.
- ¿Qué nos han hecho, Ranma?, ¿Por qué nos lo han hecho? - dijo Akane llorando.
Ranma
no tenía respuestas abrazó a Akane, y le importó poco que no fuera un
comportamiento masculino, lloró con su prometida y las lágrimas de ambos
se mezclaron
Así los encontró Nodoka. La mujer no supo que
decirles, y los dejó solos, era lo mejor, no era un momento que para que
los presionasen. Ella también lloraba, para ella también era un trauma.
Al salir vio a los padres que querían entrar. No les dejó pasar.
-Akane acaba de saber que ha perdido el niño.
-Mi hija me necesita-dijo Soun.
-
¡No! Tu hija sólo necesita que Ranma esté a su lado apoyándola y mi
hijo la necesita a ella. Son muy jóvenes y han recibido un disgusto muy
grande. Esto suele dejar marca, hay adultos que les ha pasado y no han
logrado superarlo nunca. Vamos a tener que apoyarlos. No quiero que los
molestéis con bodas o que se han portado como malos hijos. Y si aparecen
sus rivales... os toca deshaceros de ellos, que no lleguen a acercarse a
ellos.
-Estoy de acuerdo con ella- dijo Kasumi, ya estaba
recuperada y había recibido el alta médica- lo que menos necesitan ahora
que los agobiemos, dejad pasar el tiempo. Mejor no volváis a marearlos…
si lo hacéis os echo de casa- amenazó la chica- queda prohibido hablar
de bodas… o tonterías parecidas. Dejarlos a su aire, ellos se quieren… y
con el tiempo se casarán.
-Ya lo están, lo dijo Ranma. - dijo Soun y Genma asintió.
-
¡Sois unos ignorantes!... ¡No lo están! Ranma lo dijo para que no lo
separarais de su prometida- dijo Nodoka- pero lo de irse a mi casa y
llevarse a Akane lo dijo muy en serio. Es más, ella lo seguirá por
voluntad propia. Si intentáis separarlos os arrepentiréis.
Los dos hombres tragaron saliva, no querían a la familia en contra.
Pasaron
varios días y Akane salió del hospital y llegó al dojo. Se encontró a
casi toda su familia reunida. Ranma estaba en el Furinkan. Nabiki hizo
lo que su hermana le ordenó, se fue a vivir con una amiga. Había
encontrado un trabajo, con él que pagaba su parte del alquiler.
Al
llegar el joven a casa se la encontró ya en casa, esperándolo en la
puerta de entrada, se enfadó con él mismo, pensaba que debería haber
estado allí cuando ella llegase y recibirla como se merecía.
-Veo que la feúcha y marimacho ha vuelto-dijo riéndose.
- ¡Eres idiota, imbécil y raro! - gritó ella enfadada.
-Seré todo eso y más-dijo él y la abrazó, la miró con cariño-pero este idiota, imbécil y raro te ha echado mucho de menos.
-Y yo a ti-dijo ella.
Aunque
parecían alegres y contentos, en sus ojos se reflejaba la tristeza.
Habían tenido una perdida muy grande y tardarían en recuperarse.
Se cogieron de las manos y entraron en la casa.