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Chapter 4 - 4ª. Las hermanas a San Miguel. 2°. Parte:

4ª. Las hermanas a San Miguel 2°. Parte:

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2°. Parte: Satsuki.

Era de noche. La chica salió de la prisión de la escuela, afuera la esperaban su pandilla. Eran las líderes de las diversas pandillas que dominaban la escuela. En pocas palabras era la verdadera jefa de las bandas de la escuela.

Miró a su segunda, la veía distinta, le preocupaba algo. Las chicas le mostraban el debido respeto, pero en los ojos de ellas se veía temor.

-Señora, estamos contestas de que haya salido, ha sido un castigo excesivo. - Kaori, su segunda expresó lo que todas sentían.

Satsuki había dejado en coma a una chica nueva, una ignorante que no le mostró el debido respeto. La chica estuvo un mes en coma, sólo una suma elevada de dinero y unas amenazas a la familia de la víctima, impidieron que la agresora acabase en una prisión de verdad.

- ¿Algún problema con la directora? -preguntó seria la líder del grupo.

-No… no hemos tenido ningún problema con ella. Como siempre nos facilita nuestras acciones.

- ¿Alguna novedad que debo saber? - preguntó la chica.

Era la pregunta que todas temía.

-Tenemos chicas de intercambio.

- ¿Alguna del Furinkan? - preguntó Satsuki, no era un secreto que la directora odiaba al director Kuno, y por añadidura a los alumnos del Furinkan.

-Si… tenemos dos. Una pelirroja y una chica de pelo azulado.

-Ya deben haber aprendido la lección, con nosotras no se juega...- se empezó a reír, pero al ver a sus secuaces serias y con miedo- ¿Qué pasa? ¿Qué me ocultáis?

-Son dos chicas muy diferentes a las demás… No nos tienen miedo… ganaron a nuestras mejores luchadoras… en menos de cinco segundos.

-Lo peor es que esas dos chicas habían recibido el castigo de la profesora de gimnasia. Corrieron diez vueltas con veinte kilos encima. Salieron con una vuelta y media de retraso y llegaron antes que nosotras… con unas tres vueltas de ventaja y después ganaron al equipo de lucha. En teoría ya tienen el rango de alfil. Pero nadie las tiene en cuenta.

-Una noche entramos en la habitación donde duermen, creímos que las apaleamos, pero en realidad se ocultaron y nos grabaron. Hay alumnas que las temen. Y la mayoría del profesorado también. Ya se han cargado a dos profesores. Y la próxima será la bruja de historia, ella misma se lo está buscando. Ya la han advertido muchas veces.

-La pelirroja usa unas técnicas increíbles, lanza bolas de energía.

-Pero en la lucha no son muy buenas. Usted las supera.

- ¿Os habéis dejado atemorizar por dos nuevas? -gritó una enfurecida Satsuki. -No os entrené para eso. Mañana demostraremos a esas dos quien manda aquí. Esperó que de ahora en adelante todo vaya como debe ir. No quiero más problemas.

Las chicas se dirigieron a sus habitaciones, sin percatarse que dos figuras vestidas de negro de cabeza a pies las espiaban.

-Así que esa es a la que llaman Satsuki. Es más fuerte que la demás, pero cualquier de mis supuestas prometidas se la merendaría sin problemas.

- ¿Qué supuestas Prometidas? ¿A mí también me incluyes?

-He dicho supuestas, ¡no he dicho prometida!

Los dos se estaban enfadando.

- ¡Así que soy más débil que tus otras amiguitas! -Akane estaba rabiosa, sentía la necesidad de golpearlo.

- ¡Yo no he dicho eso! Tienes un buen nivel, has mejorado mucho. Eres más fuerte, mucho más, que cuando llegué a tu dojo…

-Pero…

-Eres muy buena. No te gusta hacer daño, si fuese como mis "amiguitas", no podían contigo. Pero te prefiero así, aunque espero que algún día venzas a esas tres brujas.

- ¡Ranma! -exclamó sorprendía- ¿Tanto odias a esas tres?

-No es eso-contentó él y se alejó- te han atacado tantas veces… y yo muchas veces no puedo intervenir… sois todas chicas. No me gusta que te ataquen por mí. Si te hacen daño algún día. No voy a poder contenerme y… las mataré.

- ¡Ranma! No pasará nada. Tú siempre me proteges y cuidas de mí. Me gusta que estés aquí conmigo ahora, si estuviese sola… estaría muy deprimida. No quiero que me dejes sola. No te vayas.

- No pienso irme, no te pienso dejar sola… aquí. No estaría tranquilo contigo aquí sola. Tendría que venir y verte y saber que estás bien.

Los dos se miraron y se acercaron, el chico la cogió por la cintura y ella le pasó los brazos por el cuello. Y se acercaron para besarse…

-Ranma… está lloviendo. Y te has convertido en…

- ¡Mierda!, - ¡Mierda! - gritó la chica pelirroja con frustración- no podía llover cuando ya estuviésemos en la habitación.

Volvieron a la habitación. Por el camino Akane notó el enfado del chico como algo tangible. Y sonrió, esa noche había descubierto muchos de los secretos de su prometido.

- ¿Crees que tendremos problemas con esa chica? -Akane se secaba el pelo con una toalla. Al volver a la habitación. Se habían duchado, Ranma no tenía pudor y salía desnuda. Pero ella no era igual, realmente su compañera era un chico. Aunque se dio cuenta que le gustaba compartir habitación con él.

-Si Akane, tendremos problemas, nuestras vidas aquí se ha complicado y mucho. Pero no nos dejaremos vencer ni ahora ni nunca.

-Tienes razón somos los orgullosos representantes de las familias Saotome y Tendo, no nos dejamos vencer nunca. Jamás lo hemos hecho y jamás lo haremos. Pero eso ya lo has dicho antes, te repites como un viejo.

Las dos chicas se rieron.

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No lejos otras dos chicas que compartían habitación hablaban de las dos chicas de intercambio. Kaori le enseñó fotos de ambas.

-La de pelo azul me gusta, quiero que sea mí prometida mientras este aquí. -dijo Satsuki. Y miró la foto de la chica. Akane estaba riendo- ¿A quién miraba cuando hiciste la foto? - le daban celos, esa mirada y esa sonrisa estaban dirigido a alguien de mucha confianza.

-A la chica pelirroja, no se separan para nada. Parece que se protegen mutuamente.

-Yo la separaré, siempre lo he hecho.

Kaori miró a su jefa. No opinaba sobre los gustos sexuales de su compañera de habitación. Pero no lograría nada. Lo que unía a esas dos chicas era algo más fuerte que la amistad… juraría que estaban enamora… imposibles eran dos chicas… y no parecían de esas.

Satsuki miró una foto de Ranma, la quería como segunda suya… por ningún instante se le paso por la cabeza que la chica pelirroja tal vez… no se conformase con ser solo la segunda… y que esa chica ya tuviese una segunda en su banda.

- ¿Cuál de las dos es la líder? - preguntó Satsuki.

-Ninguna. Se cambian contantemente el liderato, a cada instante. Se complementa a la perfección, pero creo que ellas no se han dado cuenta de eso.

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Y llegó la mañana siguiente y Satsuki y su sequito fueron muy temprano a la habitación de las dos nuevas, querían que ambas les jurasen fidelidad y respeto. Y entraron en la habitación y… la encontraron vacía.

-Nos temen han huido- empezó Kaori. Y oyeron un sonido. Y sobre ellas cayó una mezcla de agua y harina. Quedando todo el grupo blanco de pies a cabeza.

- ¡Serán malditas!, cuando nos la encontremos…-empezó Satsuki.

-Ja, Ja, Ja- oyeron una voz-habéis caído en nuestra trampa. Al salir se nos ha olvidado desconectarla. - la voz salía de una grabadora conectada al mecanismo que hizo caer el agua y la harina.

Se tuvieron que ir a cambiar y volver a bañar. A la hora de almorzar, ya había corrido por el colegio que las nuevas habían desafiado a Satsuki, nadie hizo un cometario ni se rió, no eran tan tontas.

Las dos nuevas no aparecieron. Se dijo que fueron almorzar antes de amanecer y después desaparecieron.

Satsuki iba para su clase, Kaori iba con ella, y se fijó el pelo blanco de su segunda.

-No te has duchado bien, tienes el pelo blanco- Kaori se paró y se quedó pálida. Y le contó la razón de tener el pelo de ese color. - ¡Esas dos me la pagaran!, ¡ya está bien que me desafíen con tanto ardor!

Todas las alumnas se apartaban y la saludaban con el respeto que se merecía a la líder del colegio, entró en clase… y allí se encontró a las dos chicas que habían tenido la osadía de desafiarla. Que esas dos entrasen en clase antes que ella era otro desafío. Debían esperar que ella entrase, como hacían todas.

Akane estaba sentada en su pupitre. Y Ranma se sentaba en la mesa de su compañera, la dos hablaba y se reían. Al estar ella en clase la miraron y empezaron a cuchichear entre ellas. Algo le dijo que era peligroso desafiarlas. Pero en esa escuela quien mandaba era ella.

Las miró con odio… pero decidió cambiar de estrategia.

- ¡Kaori!, ves a la chica de pelo corto, para decirle que quiero hablar con ella… ¡a solas! Si la otra dice algo o se opone la amenazas.

Satsuki vio a su compañera ir a las dos chicas y dirigirse a la del pelo corto, ella les contestó y después habló la chica de la trenza, Kaori la amenazó de forma cortante. Y vio como la chica se enfurecía, juraría que vio un fuego encenderse en los ojos de la pelirroja, esta le contestó de forma muy cortante y fría a la chica que la amenazó. Kaori retrocedió y miró a esa chica con miedo. La llamada Akane aseveró a su amiga y se dirigió a Kaori, Satsuki supo al instante que se negaba a ir hasta donde estaba ella.

Kaori regresó y…

-Se ha negado a venir. Ha dicho que si quiere algo que vaya donde esta ella. Que Ranma no se moverá, si va con la pretensión que se vaya Ranma… no hace falta que vaya. Y que no harán caso a lo que les pida… si no les gusta.

Satsuki se enfadó. Eran las dos chicas más tercas que había conocido. Pero al final ella triunfaría… siempre lo había hecho.

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Ranma y Akane fueron a entrenar muy pronto, y después se ducharon y desayunaron. En ese momento todas sus compañeras estaban aún acostadas. Y después desaparecieron, habían descubierto un paraje difícil de llegar, y allí los dos prometidos estaban tranquilos, incluso Ranma podría ser chico con tranquilidad. Había aguas termales y los dos la utilizaban para relajarse.

Volvieron al colegio y entraron en clase, y al cabo del rato llegó Satsuki.

-Mira Akane, llega nuestra rival-dijo Ranma en voz baja.

-Parece más preparadas que las otras chicas… pero es más débil que Kodachi-dijo Akane, la chica se sabía superior a la gimnasta.

-Pero no nos fiemos. Puede tener trucos escondidos. Shampoo no es mucho mejor que tú… pero sus trucos la hacen parecer que estáis a años luz.

-Está mandando a Kaori, quiere hablar con nosotras-dijo Akane.

-No, quiere hablar sólo contigo. -sentenció Ranma

Kaori se acercó

-La señora Satsuki quiere hablar contigo Akane Tendo… a solas. Tu compañera se quedará aquí.

- ¿Qué le pasa a tu amiga? ¿Es tímida? ¿O nos tiene miedo? Puede venir no nos la comeremos.

-Akane no ira a ninguna parte si ella no quiere. Y yo tampoco la dejaré sola…

-Es con ella con quien quiere hablar la señora Satsuki… contigo no. Permanecerás aquí y no te moverás. Un solo movimiento y lo pagaras. Y habla cuando se te dirijan a ti, no estoy hablando contigo. -era una amenaza, uso un tono frio y cortante.

Akane vio como Ranma se enfadaba y tuvo miedo de la contestación de su prometido.

-Escúchame bien- respondió Ranma furiosa con un tono aún más frio y cortante que Kaori. Su voz heló la sangre de quien lo oyó, ya que era muy un tono muy sarcástico y sádico. La chica entornó los ojos y Kaori tuvo miedo, esa mirada era de una asesina- No necesito tu permiso ni él de nadie para hablar, Akane es mi… mejor amiga. Mi hermano me ha encargado que la proteja… y lo voy a cumplir… el primero que se le ocurra hacerle daño… lo mataré, sea hombre o mujer. No dejaré que nadie la dañe. Y tú me estás enfadando. Si ella no quiere ir, no ira. Y yo no me separé de ella si viene tú… jefa.

-Ranma no sea cruel, no hace falta ponerse en ese modo… ¡Kaori!, comunicarle a tu jefa, que no iré, si quiere algo que venga. Ranma permanecerá a mi lado y opinará tanto como yo. Si pretende hacerme daño… mi amiga me protegerá. Pero si intenta dañar a Ranma seré yo quien la protegerá. Siempre estamos juntas para protegernos mutuamente, siempre lo hemos hecho y siempre lo haremos.

Kaori se fue a hablar con su jefa y las chicas vieron cómo se esta se enfurecía e iba hacía ellas muy furiosa.

- ¿Quiénes os habéis pensado que sois? Sois las últimas monas, y nos debéis un respeto. Y ahora os enseñaré la debida educación.

Las dos amigas se quedaron miraron y estañaron en carcajadas. Todas sus compañeras la miraron con estupor. Las dos chicas estaban locas si desafiaban de esa manera a la jefa de la escuela.

-Perdona que nos riamos… pero ni nuestros padres, ni el pervertido de su maestro, ni siquiera nuestro director. Nadie nos ha podido doblegar… si piensas que lo lograras tú… andas muy equivocada.

Satsuki no salía de su asombro, estas dos chicas eran muy… rebeldes. No pensaba que fuesen tan tercas. Pero iría al grano y se lanzó al abismo.

-He decidido que tú, seas mi prometida durante este trimestre. Tendrás muchas ventajas mientras estés aliada conmigo. Y tú si quieres -hablándole a Ranma-puede ser mi segunda.

Las dos chicas nuevas se miraron y abrieron mucho su boca y… volvieron a carcajearse.

-Lo siento… pero no eres mi tipo… además ya estoy prometida… y él es muy celoso- Ranma se puso tenso- le tengo mucho aprecio y no voy a dejarlo por ti. Es mucho mejor que tú.

Ranma la miró y sonrió.

-Yo también paso. Creo que tanto Akane como yo somos más fuertes que tú. Nuestra asociación no tendría razón de ser. No pasaría mucho tiempo, ni dos horas, que diésemos un golpe de estado y nos hiciéramos con el poder. Tú si quieres puedes ser nuestra tercera…

Satsuki estaba rabiosa. La habían rechazado las dos y encima se habían burlado de ella.

-Esta ofrenda tendrá contestación. ¡Esto es la guerra! -gritó Satsuki. - nadie me rechaza, y quién lo hace que se atenga a la consecuencia. Si Akane no es mía… no será de nadie.

Ranma se enfureció. Su aura se hizo visible, era negra y se le pusieron los ojos rojos.

-¡No oses amenazarnos!. Como le pongas un dedo encima a Akane… te mato… y será una muerte muy lenta y muy, muy dolorosa-Ranma hablaba de forma lenta y pausada. Su voz era siniestra. Más de una chica se desmayaron al oírla, y muchas tuvieron pesadillas esa noche-. No trolero que nadie amenace a… la prometida de mi hermano. Tócala y vendrá él y acabará lo que yo empiece, si queda algo de ti… él ésta deseando venir, sabe cuándo alguien hace daño a su prometida… no dejaremos que vuelvan hacer sufrir a Akane, si tengo que destruir todo este colegio… lo haré. No volverá a pasar lo de la otra vez.

Satsuki notó que temblaba, tenía frio. Ranma desprendía frio, y helaba la clase. La chica miró a su alrededor, todas sus compañeras notaban ese helor… todas menos Akane, que la miraba con frialdad.

Akane miró a su prometido, por un momento no vio a su versión chica, sino a su versión chico. No recordaba haberlo visto nunca tan furioso. Cumpliría con su amenaza. Sabía a qué se refería con volver a pasar lo de la otra vez. Se refería a Jusenkyo, cuando el chico pensó que estaba muerta. Se había dado cuenta que el chico la vigilaba y cuidaba más desde que regresaron de China.

-Nadie me ha amenazado y ha salido entera para contar su historia. Vosotras no seréis menos. -dijo Satsuki.

-Nos has amenazado. Gente mucho más peligrosa que tú lo han hecho y no han logrado nada. - le contestó una muy irritada Ranma.

Entonces entró la profesora y Satsuki fue a su pupitre. Planeaba una venganza atroz. Ranma se arrepentiría de haberla desafiado.

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Habían pasado varios días desde que las dos chicas rechazaron la propuesta de Satsuki. Habían recibido varios ataques y los habían rechazado. No había nadie que se ofreciese por segunda vez para atacarlas de nuevo, había algo en la forma de luchar de las chicas que atemorizaba a sus rivales.

Realmente Satsuki quería que bajasen la guardia para acabar con ellas, pero ellas no caían en esa trampa tan sencilla, siempre estaban en guardia, nunca se relajaban. Era como ese estado fuese normal en ellas. Las dos chicas esperaban un ataque aún más grande. Ataque que no ocurrió, al menos como ellas esperaban.

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Unas semanas después Satsuki y su grupo descubrieron la razón de ese estado de alerta.

Se acercaba el fin del mes de intercambio, y no sabían si volvían al Furinkan o debían estar allí más tiempo. Akane ya dominaba la técnica que Ranma creó para ella. Y ella misma creó otra técnica basándose en ella, pero no se lo dijo a su prometido, lo quería vencer con ella. Pero Ranma lo sabía. Era la auténtica técnica que quería para ella.

Una mañana Akane decidió utilizarla en contra de Ranma. Estaba atacando a Ranma, la chica había mejorado bastante, aunque aún perdía con su prometido.

Llevaban entrenando mucho rato. Cuando Akane hizo una rápida sucesión de golpes en el aire, a un punto delante de Ranma.

-Golpe de la implosión- gritó la chica. De repente allí en el punto del aire donde golpeó la chica se creó un vórtice que empezó a absorber objetos cercanos, Ranma se sintió atraído, absorbido por ese punto, y quedó atrapado.

-Si no me libro, cuando el vórtice este lleno explotará… conmigo dentro.

Fue entonces cuando Akane utilizó el exceso de energía que utilizaba su prometido para librarse del vórtice, Akane modelo esa energía en una bola de energía y la lanzó al chico de la trenza. El chico no pudo esquivar del todo el ataque y cayó.

- ¡Lo conseguí! - estaba contenta había logrado un ataque poderoso y había logrado vencer a su orgulloso prometido. Él estaría enfadado.

Vio que no se movía y se acercó.

- ¡Ranma! ¡Ranma!¿Estás bien? – preguntó.

Se agachó a su lado. Estaba con los ojos cerrados y ella se asustó.

Lo empezó a tocar. Estaba asustada.

- ¡Ranma! ¡Ranma! -lo llamó desesperada.

Él abrió los ojos de golpe, la cogió por la muñeca y tiró para él. La chica cayó encima de él, y giró dejándola estirada en el suelo… y él encima de ella.

- ¡Has hecho trampas! ¡Tramposo! – gritó ella furiosa.

-No he hecho trampas- se defendió. El chico pasó una mano por la cara de la chica quitándole un mechón- así está más maja.

- ¡Me has engañado! Creía que estabas herido.

-Ha sido un buen golpe… pero no lo has aprovechado bien.

- ¡El señor Ranma lo hubiese hecho mejor! - estaba furiosa con lo que le costó descubrirlo y desarrollarlo.

- ¡Y tanto que sí!

-¡Demuéstralo y!… ¡SAL DE ENCIMA MIO! -gritó.

-Si te gustaba que estuviésemos así- dijo el chico divertido.

Era cierto… pero no le daría esa satisfacción al chico. No quería aumentar su ego.

Se levantaron y empezaron a luchar de nuevo y…

-Golpe de la implosión- gritó Ranma. Lo sabía hacer tan bien como su prometida. Y cuando la chica empezó a ser atraída por el vórtice, Ranma lanzó el mismo ataque desarrollado por su prometida. Fallando a su objetivo, pero ella se dio cuenta que lo hizo de forma premeditada.

-Tú…tú lo sabía hacer desde el principio-dijo ella enfadada.

-Si… pero no podía explicarte cómo hacerlo. Era algo que debías descubrir por ti misma.

-Eres malo-lo amonestó la chica- creía que lo había descubierto yo… y tú ya lo sabías hacer.

-Pero nunca lo había hecho. Tú fuiste la primera en hacerlo.

- ¿Cómo se llama esta técnica?

-No lo sé. Es tú técnica, ponedle tú el nombre. Pero conociéndote le pondrás un mal nombre.

- ¿Insinúas que no sé poner buenos nombres? Mira a Pechan.

-Me has dado el ejemplo de un mal nombre. - dijo él riendo.

Ella se lanzó sobre él, amenazándolo con su puño.

- ¡Ranma de esta te acuerdas! -dijo ella.

- ¡No me alcanzaras! -contestó el chico huyendo. Se persiguieron todo el camino de regreso a la escuela. Ranma pasó por un riachuelo, mojándose para convertirse en chica.

Entraron en la escuela. A esa hora no había nadie despierto, ni alumnas ni profesores. Ranma se podría haber paseado por la escuela, con su auténtico aspecto y nadie lo hubiese visto, no era la primera vez que lo hacía.

Al llegar a la habitación.

-Me ducharé yo primero-dijo Ranma.

-Por mí de acuerdo-dijo Akane. Había logrado darle un golpe flojo en la cabeza.

Cuando los dos se habían duchado, salieron y fueron al comedor. La poca gente que se cruzaba con las dos jóvenes los miraba de forma extraña, incluso profesoras y personal del colegio.

-Algo se trama en contra nuestra, se huele en el ambiente.

-Ya lo noto, se siente como algo vivo, moviéndose a nuestro alrededor.

-Están todas confabuladas. Desde nuestras compañeras a las profesoras. No sé lo que deben ser los padres de Satsuki, pero todas las temen por su nivel social. Aunque su educción es baja.

-Debemos prepáranos para lo peor.

Al llegar al comedor se llevaron una desagradable sorpresa.

-Lo siento… pero no puedo darle nada para comer… me lo han prohibido… tengo una familia que alimentar.

- ¿Ya lo ha prohibido la directora? -dijo Akane.

-No ha sido ella. Ha sido la señorita Satsuki… su padre es muy influente… ahora el pobre está hospitalizado, fue asaltado por dos gamberros. Y le pegaron una paliza a él y a sus cuatro socios. Ayer la señorita Kaori puso sus fotos en la pared. Su padre es uno de los socios del padre de Satsuki.

Akane se acercó a las fotos y se sorprendió, reconoció a los cinco hombres.

- ¡Ranma! - su prometido se acercó y miró las fotos- ¿No son los…?

- ¡Y tanto que lo son! -alargó la mano y arrancó las fotos.

-No puede coger eso. La señorita Satsuki y las otras cuatro se enfadarán mucho. Sus padres trabajan mucho para…

-Contamos que se enfaden. Eso queremos. Y sabemos que los padres de esas cinco "Trabajan" mucho. Nadie de aquí lo sabe mejor que nosotras. Fueron contratados para "ayudarnos". -dijo Ranma.

Las dos chicas salieron del comedor… pero antes se llevaron dos manzanas cada una. La gente que antes las miraba con una sonrisa perversa, ahora la miraba con miedo. Esas chicas iban a hacer algo terrible.

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Satsuki estaba muy enfadada, esas dos habían cometido un pecado enorme al llevarse las fotos de su padre. La acompañaban las hijas de los socios de su padre.

Al llegar a la puerta de su clase la recibió una compañera.

- ¿Están ahí? -preguntó Satsuki.

-Sí, han entrado. No nos atrevemos a pasar. Sale frio del aula. Cuando han entrado hemos visto sus caras, parecían demonios. He oído golpes salir de dentro.

-No os asustéis, jamás se han enfrentado a nadie como nosotras. -dijo Satsuki y entraron las cinco chicas… y dentro le esperaba un infierno.

Al entrar vieron a las dos chicas de pie, apoyadas sobre sus pupitres y con los brazos cruzados. Tenían las caras muy serias…y estaban furiosas.

Las recién llegadas miraron a su alrededor. Las fotos que las dos chicas se llevaron estaban clavadas a la pared… con lápices. Quien las clavó debía tener una fuerza prodigiosa.

La chica de fuera tenía razón, en la clase hacía frio… mucho frio. Y parecía venir de las dos chicas.

- ¡Akane! A ti te toca la última- y le pasó una foto. Su prometida fue a una pared. En una mano tenía la foto. En la otra un lápiz. Puso la foto en la pared y cogió fuerza con la otra mano… y estampó el lápiz encima de la foto. El objeto se clavó en la pared, sujetando la foto.

Las chicas las miraron asustada.

Se acercó a la chica pelirroja y se sentó a su lado, en la misma mesa.

-Os habéis pasado. No deberíais haber cogido las fotos de nuestros padres- empezó Emma – son unos respetables hombres de negocios que se dedican a...

-… Venderse como mercenarios-acabó Ranma.

-Serás pu…- empezó Kaori. Pero sus dos rivales la miraban con odio.

-No hace falta que neguéis a que se dedican vuestros padres. Hace casi un mes recibimos su visita donde vivimos. Su objetivo era Akane… lo contrataron para acabar con su vida. Os parecéis a vuestros padres.

Se acercó a Emma.

-Tu padre se coló en mi habitación. No pudo conmigo, lo distraje y acabé con él, no vio como le llegó el ataque.

Akane se acercó a otra chica.

-Tu padre se coló en la habitación de mi padre… cayó enseguida…-se acercó a otra chica- el tuyo se coló en la de los padres de Ranma. No fue rival… para ellos.

-El tuyo, Satsuki, se metió en la habitación de la hermana mayor de Akane. La amenazó… obligó a Akane a cambiarse por ella… y se la llevó… entre sus objetivos estaba viólala y venderla para prostituirla… lo cogí en un parque antes de consiguiese tocarla… entre Akane y yo acabamos con él.

Ranma se acercó a Kaori. Y la miró con rabia, la chica.

-Tu padre quiso impedir que yo rescatase a mi prometida. Amenazó tanto a mis padres como a la familia de Akane… y eso no lo olvido.

La expresión de la chica era siniestra. Kaori retrocedió asustada.

-Que las hijas de unos asesinos. Pongan a sus padres como dioses me parece despreciable. Yo seré de clase baja… pero vosotras tenéis esa posición gracias a la sangre de las víctimas de vuestros padres. - dijo Akane mirándolas con asco.

Akane empezó andar en dirección a la puerta.

- ¡No huiréis! - dijo Satsuki.

-No te asustes, no huiremos- dijo Akane. Se puso al lado de la puerta y miró a su amiga- ¡Ranma!

Y la chica pelirroja cogió un pupitre, como si no pesase y se lo lanzó a Akane, esta lo cogió y lo puso delante de la puerta, se fueron pasando mesas, hasta tamponar bien la puerta.

-No pensábamos huir…estamos evitando que lo hagáis vosotras-dijo Ranma con maldad.

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3ª. Parte: El castigo a las hermanas

Satsuki estaba rabiosa. Esas dos… habían hecho tambalear los cimientos de su mando. No se lo perdonaría… y tampoco olvidaría. Esas dos las habían hecho pasar un rato terrorífico, pero se vengaría.

Cuando salieron de la clase, después de hablar con las dos nuevas, vieron en sus compañeras miedo. Miedo hacía ellas, las demás chicas sabían que serían ellas la que pagarían el enfado de Satsuki y su grupo. Y miedo hacía las dos nuevas, más bien terror… esas chicas no eran normales. Tenían algo monstruoso en ellas.

- ¡Kaori! -llamó a su segunda- el plan contra esas dos siguen en pie. Mañana lo pondremos en práctica.

-Como usted quiera-dijo la segunda satisfecha. Estaba deseando vengarse de las dos chicas.

-No… es lo que deseamos todas.

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La inquietud que tuvieron Akane y Ranma antes de asustar a el grupo de Satsuki no había desaparecido, sino todo lo contario, aumentó. Andaban sin bajar la guardia… habían recibido tres o cuatro ataques, que habían sido rechazados.

Hablaron con la directora… pero fue como hablar con la pared.

-Van a atacarnos- advirtió Ranma a la directora- y como logren su objetivo, nuestra familia no se contentará ni con dinero ni con amenazas. Espero que la familia que nos ataque tenga un refugio nuclear… en la luna. Aunque esta escuela este a kilómetros de cualquier sitio habitado, no estará a salvo si nos pasa algo.

Las dos jóvenes salieron del despacho de esa directora.

-No me gusta Ranma, creo que nos van atacar por donde menos esperamos.

-No han logrado nada, ni nada lograran- lo había dicho para animar a su prometida… pero ella tenía razón. El chico estaba asustado. Tenía ganas de ir hablar con la directora y pedirle que los mandarse al Furinkan. Era rendirse, su familia se lo echaría en cara, pero no quería que Akane sufriese ningún daño.

Ella andaba un poco delante, él la miró y se dio cuenta que no podía apartar su vista de ella. Le importaba más de lo que confesaría. Se sentía atraído a ella, como una mariposa a la luz.

-Puede que esa luz me queme… pero no puedo… ni quiero alejarme de ella. ¡Mierda! ¿Por qué no puedo decirle que la…? Si sigo por este camino, llegará alguien y me la quitará… y me lo tendré bien merecido. No puedo seguir así. - pensó Ranma.

-Noto su mirada en mí. Casi capto lo que piensa, ¿Por qué no dice lo que siente por mí? ¿Por qué es tan tímido? Con lo bien que lo pasamos juntos, incluso cuando nos peleamos. Ojalá pudiera confesarme la verdad… aunque yo ya la sé. Haría cualquier cosa por mí. - pensaba la chica. No sabía que acababa de tener un pensamiento profético.

Entraron en clase y allí le espetaba la peor crisis de su estancia en esa escuela. No iban a salir bien de esa aventura.

Entraron al aula y les esperaban las cinco chicas del día anterior.

-Prepárate, la que nos viene encima no será pequeña. Van a ir por nosotros.

-Sí, ya lo sé. -contestó Akane.

-Como intenten ponerte un dedo encima… no respondo de lo que haga… no dejaré que se repita lo que te paso en China. No dejaré que nadie te haga daño, lo evitaré a toda costa.

Ella lo miró. No se equivocaba… su prometido sentía algo por ella.

-Cuanto ante empiece antes acabará.

Se acercó Kaori.

-La señora Satsuki. Le vuelve a proponer que sea la prometida suya. Si no acepta, se le acusará del robo de una cadena de Emma.

- ¡Yo no he robado nada! -se defendió Akane.

Entraron la directora y la profesora de historia, y le enseñaron la joya.

-La hemos encontrado escondida entre tus cosas ¿Tienes algo que decir? -dijo la profesora con malicia.

-Alguien lo ha metido allí- Akane está asustada. Por una parte, por la ruindad de la gente de ese colegio. Y por otra por la reacción de Ranma, notaba su furia, como algo material. Su aura se estaba haciendo visible, era de color oscuro.

-Todas las ladronas dicen los mismos. Serás castigada, se te darán diez azotes con una barra delante de toda la escuela… Que frio hace en esta aula. No es normal…-se giró hacia dónde venía ese helor… Y vio a Ranma. Algo oscuro rodeaba la chica. Juraría que la miraba con ojos rojos, llenos de odio. Era una mirada de asesina, no parecía una chica… tenía aspecto de demonio.

-No ha sido Akane… he sido yo. - su voz no era normal., era un tono frio y cruel. A todas se les heló la sangre. No habían oído jamás un tono tan lleno de crueldad. La directora entendió la amenaza. Si Akane recibía injustamente un castigo, Ranma se vengaría de los causantes- yo recibiré el castigo… yo, y solamente yo. Si alguien toca a Akane, nadie en esta sucia escuela se salvará de mi ira.

Que Ranma se acusase no se lo esperaban las cincas chicas… y tampoco la directora.

-No dejaré que sufras por mí

-Akane- dijo la chica pelirroja. Y la chica del pelo azulado tuvo una visión vio y oyó a su prometido, no a la versión chica. - es un castigo injusto. No sufrirás daño por eso… No lo permitiré, - y le acarició el pelo.

-Yo tampoco dejaré que tus sufras. - le contestó su prometida. Akane se giró a la directora. -Si Ranma recibe un golpe más de lo debido mataré al verdugo -su tono era tan frio y cruel como él de su prometido.

-Kaori lleva a Ranma a la prisión, estará allí hasta que reciba el castigo… esta tarde.

La chica fue a coger a Ranma.

-Ponme un dedo encima y te arranco las manos y me hago un collar con ellas. -Kaori retiró las manos, sabía que la chica cumpliría su amenaza.

- ¡Ranma! -gritó Akane y se abrazó a ella- no me rendiré. Desde que te conozco siempre me has dado fuerza para seguir adelante.

-A mí me ocurre lo mismo, eres tú quien me das fuerzas. Pasaremos esto, y volveremos a ir al cine juntos.

-Parecéis novias. Una pareja de lesbia… - empezó Emma y se calló, las dos chicas la miraban con unos ojos siniestros que la aterrorizaban.

Ranma se volvió a la directora.

-No quiero que nadie toque a Akane. Ni que se acerquen a ella. Si alguien lo hace… su prometido aparecerá y cuando se vaya…Se ira con Akane. Y este colegio será una ruina, y no quedará nadie que cuente lo que paso.

Y salió seguida de Kaori.

-Emma lleva a Akane a su habitación.

Emma se adelantó. Y cogió a Akane con fuerza… dos segundos después estaba incrustada en una pared.

-Sé el camino. No necesito que nadie me acompañe. Ni me coja- estaba amenazado a las chicas. Y salió con destino a su habitación. Nadie se atrevió a contradecirla, sabían lo que podía hacer esa chica cuando se enfadaba.

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Satsuki estaba en su habitación. Su plan no había salido como esperaba… pero al final, Ranma recibiría su castigo. Lo de acusar a la chica de robo, había sido un plan maestro, se había confabulado con la maestra de historia, la mujer se quería vengar de las dos chicas.

Le sorprendía la relación de las dos chicas. Estaban enamoradas, eso era evidente. El prometido de Akane o bien estaba siendo engañado por sus dos personas más queridas o bien no existía. Cosa que dudaba, ya que Akane hablaba de él casi con devoción… y a veces cuando Akane miraba a Ranma...

Se le ocurrió que Ranma fuese un chico disfrazado… imposible… aunque su padre le contaba historia sobre unas misteriosas lagunas, cercanas a donde él nació…

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Ranma estaba acostado en el camastro de la celda de la denominada prisión. Miraba el techo, tenía los brazos detrás de la cabeza.

Había hecho lo que debía. No iba a dejar que golpeasen a su prometida. Incluso Akane sabía que lo haría. No dejaría que nadie le hiciese daño.

Le habían dicho que toda la escuela vería el castigo, incluso su prometida. No quería eso, Akane sufriría mucho, a la joven no le gustaba ver sufrir a los demás.

Miró la hora en el reloj de la pared, quedaban minutos para que viniesen a buscarla. Notó que quería ver a Akane, estar un rato con ella… necesitaba abrazarla y que ella lo abrazarse.

En medio de sus cavilaciones la puerta se abrió y entraron cinco chicas.

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Akane estaba pensando en su prometido. Desde el momento de que la acusaron falsamente de ladrona y la quisieron castigar, sabía que Ranma saldría en su defensa, siempre lo había hecho.

El chico entró en su vida casi un año antes, y entre peleas y todas clases de tropiezos, el chico se había ido adueñando de su corazón. Le importaba demasiado, no quería perderlo.

También sabía que él sentía lo mismo. Toda negación era síntomas de una timidez extrema.

Se abrió la puerta de su cuarto y entraron cinco chicas.

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-Señorita Satsuki es la hora-dijo Kaori. No entró del todo a la habitación. Desde la puerta se lo comunicó.

- ¿Se sabe quién será el verdugo?

-Si… yo- contestó con satisfacción.

Satsuki miró a su compañera. No comprendía la vena sádica de la chica. Entendía que se quisiera vengar de las dos chicas… pero que sintiese satisfacción torturando a sus víctimas. Y algo le decía que no era bueno torturar a esas dos, las consecuencias serían fatales

Se empezaba a arrepentir del plan creado por ella misma.

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- ¿A que habéis venido? -preguntó la chica pelirroja.

-Somos el Comité de Disciplina de la escuela. Tenemos que llevarte ante la Junta de castigo, donde se procederá a infligirte el castigo pertinente.

- ¿El Comité de Disciplina de la escuela? - preguntó Ranma con ironía. -pues brilláis por vuestra presencia… si no me entendéis, quiero decir que estáis haciendo un buen trabajo.

Las chicas no entendieron la ironía de Ranma. Se creyeron alabadas cuando en realidad las insultaba. Les echaba en cara su falta de profesionalidad, para atajar los problemas del colegio.

-Habláis de forma muy pomposa y con petulancia y superioridad… seguro que es una especie de norma. Y lo aprendéis de memoria sin saber lo que quiere decir… ¿el Comité de Disciplina? ¡Puah! Dais asco. No os seguiré.

-Levántate y síguenos- chilló la que parecía la líder- debes acompañarnos, esposada y sin hablar, y sin resistirte.

-Pues parece que no os voy hacer caso. Iré al lugar de la cita sin vuestra molesta compañía… y vosotras, mis señoritas pomposas os quedareis aquí descansando. -y las miró de forma siniestra y nada amistosa.

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- ¿A que habéis venido? No os necesito-preguntó Akane.

-Somos el Comité de Disciplina de la escuela. Tenemos que llevarte ante la Junta de castigo, donde se procederá a infligir a tu cómplice el castigo pertinente.

-Eso lo tenéis aprendido… seguro que le habéis dicho a Ranma lo mismo, y él os ha llamado pomposas.

Las chicas estaban estupefactas. Normalmente las chicas se asustaban cuando recibían al Comité, pero esta chica demostraba no tenerles ningún miedo. Y no tenían noticias del otro grupo, algo había pasado.

-Pienso ir sola. Me podéis seguir… pero no me molestéis.

-Vendrás con nosotras por las buenas o por las malas… tú eliges. - dijo la líder de las cinco chicas y cogió a Akane por el brazo para obligarla a seguirla.

Akane miró la mano de la otra chica y a después a la chica y sonrió. La chica se dio demasiado tarde que esta sonrisa era… una advertencia.

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-Llegan tarde- dijo una impaciente directora.

-No podemos ponernos en contacto con los dos grupos del Comité.

- ¿Qué ha debido pasar? - dijo Kaori a una chica- da orden que se busque a esas dos… no escaparan...

La directora no opinaba lo mismo. Cuando se iban a entrenar y se sabían perseguidas, desaparecían sin dejar rastro. Si querían huirían, y cuando volviesen a saber de ellas ya estarían de nuevo en el Furinkan. Y allí escaparían a la venganza del grupo de Satsuki… es más demostrarían que eran inocentes y que ella estaba implicada en la falsa acusación y…

-… han huido y por qué nos tienen miedo- dijo convencida Kaori.

- ¿Huido? ¿De ti…? ¿De vosotras? -dijo Ranma sarcásticamente- ¡ni en sueños!

Entraba al recinto por una puerta.

- ¿Miedo? ¿De ti? Sé lo que es tener miedo de alguien... y tú no me inspiras ni el más mínimo. -Akane entraba por la otra puerta.

- ¿Y las del Comité de...? -preguntó la directora.

-Las mías durmiendo. Les ha entrado sueño de golpe. Están tumbadas en mi celda descansando.

-A las mías le ha entrado ganas de volar. – dijo Akane.

-Ja, Ja, Ja. Esa es mi Akane-contestó riendo Ranma.

-¡De esta os acordáis!- gritó una histérica Emma.

- ¿Cómo estás? -preguntó Ranma a su prometida, notó que la chica había llorado- no te preocupes hemos salido de cosas peores.

- ¿Cómo qué? - preguntó Akane.

-El maldito Saffron, no me vuelvas a preguntar sobre eso. Sabes que no me gusta. - estaba rabioso. Cada vez que salía ese tema el chico se enfadaba… con él mismo.

Ella lo abrazó y lo miró y volvió a tener la sensación de estar viendo al chico. No fue la única en ver a un chico de pelo negro, en lugar de la chica pelirroja. Tanto Satsuki como la directora lo vieron.

-Te tengo que decir algo Akane. - y le habló al oído, ella abrió muchos los ojos sorprendida. Y se le escaparon las lágrimas- ¿Te pasa algo Akane?

Ella negó con la cabeza y le sonrió, y le dijo algo en voz baja. Él se quedó un momento parado y cuando reaccionó la abrazó

-Saldremos de esta. Y nadie podrá… -lo que dijo a continuación solo lo oyó su prometida.

Se separaron y la ilusión de estar viendo a Ranma chico desapareció y delante de ella había su mejor amiga, una chica pelirroja.

Se acercó adonde lo iban azotar y se apoyó en los dos postes.

-Como intentes atarme a los postes, usaré la mejor técnica de Akane, y saldrás volando de aquí.

Kaori miró a la chica y se acercó. Pero antes de poder tocar a Ranma, este se volvió para atrás y se puso delante de Akane.

-Akane… vete. No quiero que veas como me golpean.

- ¡No quiero! ¡Me niego! - dijo llorando- no soportaría pensar que te están torturando y yo no poder estar contigo. Imaginando tu dolor.

Se volvió a abrazar al chico llorando.

-Y yo no quiero que veas como me castigan. No quiero que sufras por el dolor que me causaran. No quiero que tengas que volver a sufrir por mi culpa. Te tengo demasiado apreció para que sufras innecesariamente.

Entonces notó una mano que lo estiraba.

- ¡Venga! ¡Ponte en posición! Que no tenemos todo el día-era Emma que tenía prisa por humillar a Ranma.

Ranma la miró y sonrió diabólicamente. Y lanzó su aura contra la incauta, la chica empujada por la energía voló hasta chocar contra una pared y quedar desmayada.

-Akane voy a que me castiguen… ¡Volveré! – y la besó en la mejilla.

Se acercó a los dos postes y se apoyó con las dos manos y esperó a recibir el castigo.

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Mientras, un coche de caballos corría a toda velocidad hacía una antigua construcción, una escuela de estilo occidental, en medio de un páramo. El coche parecía sacado de una película de terror gótico. La construcción también parecía sacada de una película del mismo estilo.

Los conductores, un panda con cara de desequilibrado y un hombre de pelo largo, parecían sacados también de una película de terror. Para redondear la atmosfera opresiva y la expresa niebla, que no alejaba la incertidumbre de las tres ocupantes, que creían que estaban dentro de un escenario terrorífico.

En el percate iban una gárgola que miraba con lujurioso interés a la construcción a la que se acercaban. Allí conseguiría un buen botín.

Nunca supieron como la hermana mediana consiguió alquilar el coche, pero la chica le sacó partido al viaje.

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Ranma se tuvo que quitar la camisa y quedarse en sujetador. Akane lo miró, Ranma notaba su rabia. Era un chico y tenía que llevar ropa de chica a toda hora. Sabía que estaba allí por ella, pero eso no significaba que le gustaba vestirse de mujer… lo odiaba. Y que lo viesen así, lo ponía de mala leche.

-Kaori, cuando acabe esto…-dijo Ranma y cargando su voz con una maldad increíble- te mataré.

-No creo que te recuperes de esta-dijo Kaori riendo.

-Me recuperaré… aunque pasen veinte años. Tú… tu amiga… y la directora…- se giró hacía esta y se la quedó mirando. De repente abrió mucho los ojos sorprendido. - ya decía que me parecía haber visto esa cara… ya sé que vinculación tiene con la familia Kuno.

Akane se giró y la miró, no le veía nada extraño… de golpe la vio más joven y supo a quien le recordaba y se asustó. Esto no acabaría bien.

-Que empiece el castigo.

El primer golpe cayó sobre Ranma y el segundo…

- ¿Ya ha empezado? No he sentido nada, la mascota de Akane me haría más daño- dijo con ironía Ranma y bostezó aburrido.

-No me desafíes-dijo Kaori.

Y siguió pegando con más fuerza y rabia. Y llegaron al décimo golpe… y Kaori continuó.

-Eran diez golpes. Te estás pasando, ¡para ya! -intentó atacar a Kaori, pero fue detenida por varías chicas, que no podían contenerla. Cada vez llegaban más chicas para detener a una furiosa Akane… y cada vez le costaba más pararla. Del motón de chicas, empezaron a salir volando algunas, impulsadas por una fuerza enorme.

Kaori seguía pegándole a Ranma, este había caído al suelo de cuatro patas. Pero no había gritado ni se había quejado.

- ¿Sabes una cosa? -dijo Kaori con una voz sádica-le he puesto sal a la barra para que te produzca más dolor en las heridas.

-Eres una sádica y tú amiga una lesbiana. - ¡qué pareja!

- Tú no eres nadie para acusar de lesbiana a nadie… tú y tu amiga estáis liadas. Se ve como os miráis.

¡YO SOY UN…! – grito Ranma y cayó inconsciente. Llevaba recibidos más de treinta golpes.

-Sólo queda el golpe de gracia- e intentó darlo en la cabeza de la caída.

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Ranma cerró los ojos, había recuperado la conciencia, sabía que lo vengarían… esa sádica no quedaría sin castigo.

Fue entonces cuando notó un peso encima de él. Supo quién era al instante. El olor que desprendía ese cuerpo, lo conocía y lo adoraba.

- ¡Akane! ¡Nooo! - gritó.

Y fue Akane quien se llevó el golpe en la espalda.

-Hoy es sido yo quien te ha salvado… no dejaré que nadie… te haga daño. No lo permitiré. Eres mi…- cayó inconsciente encima de su prometido, él la abrazó.

¡Akane!, ¡Akane!, ¡Akane!,-la llamó sin obtener respuesta. Le comprobó el pulso. Lo encontró y respiró aliviado.

-Te mataré, te voy a hacer sufrir todo el daño que le has hecho a mi prometida. Me va da igual que seas una mujer. Voy acabar contigo. Yo siempre cumplo mis… promesas. - y se desmayó.

Kaori se rió. No había segunda oportunidad. Esas chicas desaparecerían. Las encontrarían muertas, se dispuso a rematarlas, nadie la delataría.

Se preparó para dar el golpe de gracia. Sus ojos adquirieron una matriz de locura y… se detuvo asustada. Alguien le apuntaba con una Katana.

-Un golpe más y te atravieso como se atraviesa una oliva. -dijo la mujer con kimono. - No vuelvas a tocar a… mi hija, ni a la prometida de mi hijo.

-No puedes hacer esto… no puedes entrar aquí sin permiso. Puedo llamar a la policía. - dijo la directora, esa extraña mujer la inquietaba, juraría que…

- ¿De verdad quieres que vengan? ¿De verdad que quieres eso, Akemi? -la directora se sorprendió, esa mujer la conocía- ¿Que dirás cuando vean a Ranma y Akane? ¿Cómo contaras que te subvencionan asesinos, mercenarios…? O ¿Cómo contarás lo castigos que das? No has cambiado en nada, sigues siendo una manipuladora.

-No tienes pruebas… -dijo la mujer- nadie te hará caso… las chicas se cayeron por las escaleras.

- ¿Por la escalera? ¿Ranma y Akane? - dijo Nabiki-Nadie se creerá eso. Tal vez sea que tengas las escaleras en mal estado. Ranma y Akane te pueden desmandar.

La directora la miró asustada, esa excusa para contar el estado de las chicas no servía.

-Tampoco vale que fueron apalizadas por sus compañeras, eso hubiese ocurrido al revés.

- ¿Has grabado todo? -preguntó la madre de Ranma a Nabiki, se giró a la directora -veo que no has cambiado nada Akemi. Sigues igual de manipuladora que cuando nos conocimos.

-Sí, ha quedado bien grabado. Con esto no podrán negar que han apalizado a nuestros dos familiares.- contestó Nabiki

-Dame esa cinta- exigió la directora.

-Si me da un millón de Yens.

-Te lo puedo arrancar por la fuerza. -dijo la directora.

Todas las alumnas se lanzaron sobre las dos mujeres y…

Apareció un oso panda gigante con cara de loco.

- ¡Que os como niñas! -decía un cartel, que tenía el panda y el animal gruñó con furia.

Todas las chicas huyeron menos dos o tres.

También apareció un ser bajito.

- ¡Que buena cosecha he hecho hoy! -dijo Happosai. Había robado la ropa íntima de las chicas.

La directora lo vio con horror.

- ¿Aún estás vivo, viejo? No puedo olvidar como me destrozó la vida- gritó la directora.

-Pero si es la pequeña Akemi… con lo bien que lo pasábamos tú y yo. Debajo de ese vestido tan formal, sigues teniendo un bellísimo cuerpo.

La directora se asustó. Primero la madre de Ranma la llamaba por su nombre y por lo que dijo se habían conocido. Y después aparece ese viejo verde volvía aparecer en su vida, con el daño que le hizo. Y no había cambiado a pesar que habían pasado más de veinte años.

Happosai saltó sobre los pechos de Satsuki.

- ¡Eres una mentirosa…! Los tiene postizos… los tuyos reales son los más pequeños que he visto en años. -Satsuki quiso quitarse de encima al viejo, pero este se movía muy rápido por todo el cuerpo de la chica-al menos tienes un buen cuerpo y no digamos tu culo.

Satsuki le quiso pegar, pero el viejo saltó sobre Kaori, y se horrorizó.

-Tu… tú no eres una...- dijo el viejo con una sonrisa- eres un… al menos Ranma cuando… es una… normal… tú solo eres una…

Kaori no escuchó todo. Pero el viejo supo algo que no debía saberse. Intentó pegarle, pero el viejo la mandó a una pared.

- ¡Akemi! - Voy a llevarme a…mi hija, y a la prometida de mi hijo a su habitación. No quiero más ataques o la gente sabrá que pasa aquí.

- ¡Se merecían ese castigo…! -empezó la directora. Pero se calló. Nodoka la apuntaba con su Katana.

-Y tú mereces uno. Vuelve a tocar a uno de esos dos, un nuevo ataque y acabaré contigo. -se giró- ¡Genma! ¡Señor Tendo! Llevad a las dos chicas a su habitación.

Los dos hombres cogieron a las dos chicas desmayadas y la llevaron a su habitación.

-Sabe que su hija es en realidad un chico. Que escandalo puede ocurrir si se sabe´-amenazó la directora.

-Si. Sé que es mi hijo. Pero ¿Sabes por qué está aquí? ¿No? - se giró y señaló Akane en brazos de su padre-por ella, está aquí por ella. Sólo por ella, para protegerla, para que no esté sola. Para ayudarla. Por qué temía por ella. Por qué ya no sabe vivir sin ella. Por ella haría cualquier cosa, incluso moriría para salvarla. ¿Sabe cómo se llama eso?

La directora la miraba asombrada. Ella había olvidado como se llamaba eso, lo odiaba con toda su alma. No podía olvidar como le destrozaron la vida.

- ¿Sabes por qué ella lo protegió a cuenta de su vida? Por qué siente lo mismo que mi hijo siente por ella. Akane lo protegerá de la misma forma que él la protegerá a ella. - se giró- Mándame a la doctora del centro. No me hagas llamar a un médico externo, habría consecuencias para este centro.

La madre de Ranma la amenazaba. Con esta familia no valían ni amenazas ni sobornos. Kaori sufriría la venganza de los dos jóvenes. Ni su padre la salvaría.

Las familias Tendo y Saotome estaban reunidas en la habitación de las chicas.

La doctora de la escuela había curado a las chicas. La pobre estaba partida, por una parte, por las amenazas de la directora de que no curase bien a las chicas. Y por otra las de las familias de las chicas de denunciarla si no hacía todo lo posible. En el primer caso perdería el empleo, pero podía volver a la clínica familiar, no quería volver allí, se fue para hacerse un nombre.

En el segundo caso no volvería nunca ejercer. Y tomó la decisión adecuada. Tenía la carta de renuncia escrita hacía tiempo, no le gustaba la política de la escuela.

Pasaron unas horas, las dos chicas no mejoraban pese a todos los cuidados de la doctora. A Ranma le supuraban las heridas. Los dos chicos deliraban y tenían mucha fiebre. Se llamaban él uno al otro en sueños.

Todo parecía ir a peor. Hasta Kasumi se acordó que el doctor Tofu, antes de desaparecer, le dio la formula, de un ungüento y la mayor de las Tendo siempre tenía un tarro en casa. Viviendo allí los dos jóvenes más fuertes de Nerima, lo creía necesario. Y mandó a su padre, que volvió con el ungüento en menos de una hora.

A partir de entonces los dos jóvenes se recuperaron. Y al cabo de las pocas horas despertaron. Cuando pasaron tres días desde el momento del castigo ya se levantaban, y las heridas se fueron curando.

Al cabo de una semana del castigo, ya estaban totalmente restablecidos y con ganas de volver a clase. Debían ajustar cuentas, pero su familia no opinaba lo mismo.

-Debéis volver al Furinkan- dijo Kasumi- al final acabaran con vosotros.

-¡Nooo! Ranma y yo hemos decidido quedarnos. No nos iremos con el rabo entre las piernas.

-Pero estos rivales no son como los otros que tenéis. No podéis atacar con la fuerza. Estos utilizan la astucia.

-Ya lo sabemos… pero no nos podemos rendir-dijo Ranma- nuestro orgullo nos lo impide.

Se llevó un golpe flojo y cariñoso de Akane. Los dos se rieron y se pelearon en broma sin hacerse daño. Kasumi los miró y sonrió. Se había dado cuenta lo que dos no ocultaban lo que sentían el uno por el otro. Pero ellos dos eran los únicos que no se habían dado cuenta… y los dos viejos tampoco.

Los dos chicos se quedaron mirando y sonrieron y asistieron con la cabeza.

- ¿Estas seguras? Akane- preguntó Ranma.

-Sí, lo estoy- contestó ella convencida. - ¿Y tú?

-No hace falta preguntarlo- contestó el chico- se giró a su madre- Kasumi, madre nos quedamos. Nada que digáis nos convencerá. Ya sabéis que somos las personas más tercas de Nerima.

-Haced lo que querías. -dijo Kasumi- No me hace falta decirlo, ¡no os rindáis!

Los chicos se miraron y sonrieron a Kasumi.

-Nunca lo haremos, nunca lo hemos hecho-dijeron los dos a la vez. Se miraron sorprendidos y se rieron. De repente Ranma se puso serio.

- ¿Y Nabiki?

Nabiki estaba hablando con la directora.

Le había enseñado un video muy interesante.

-Si mi hermana o Ranma reciben un daño más o no le quita acusación de robo a los dos, el video llegará a cierta gente.

-No puedes hacer eso.

-Y tanto que si, Ranma y Akane son inocentes. Usted sabe quién metió la cadena en la habitación de mi hermana. Quiero que les pida perdón, y que le sean devueltos lo que se les robó a los dos. Tiene hasta la medianoche de hoy. Por cierto, la madre de Ranma y Happosai no son los únicos que saben quién es usted realmente. Yo lo sé y Ranma y Akane lo saben.

La chica salió del despacho, dejando a la directora furiosa.

Habían grabado cuando escondieron la joya en la habitación. La familia Tendo conocía la culpable. Eso les costaría caro. Mandaría a sicarios al dojo Tendo. Eran un grupo del pueblo del padre de Satsuki.

- ¿Dónde te habías metido? - preguntó Kasumi a su hermana. La estaban esperando en la puerta del colegio

-Haciendo negocios con la directora-dijo Nabiki con una risa perversa. Y toda la familia volvió al dojo.

Dos días después la directora recibió, a medianoche, una llamada. Los sicarios que mandó al dojo. Habían entrado… y fracasaron, fueron reducidos por sus residentes. Los cinco mercenarios acabaron en prisión. La noticia la recibió de la familia Tendo, concretamente de la hija mediana… el precio por no decir nada se había multiplicado. Y encima tendría que dar la noticia a las hijas de esos sicarios... que estaban internas allí.

El chillido que dio al colgar el teléfono despertó a todas alumnas. De una habitación se oyó reír a dos chicas, la directora había fracasado otra vez.