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Chapter 3 - 3ª. Las hermanas a San Miguel . 1°. Parte:

3°. Las primeras semanas en una escuela nueva.

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Shampoo se despertó, no se acordaba como llegó a la cama.

-Ya has despertado, llevas una semana inconsciente. Si tienes fuerza cuéntame que te paso.

La chica se intentó asentar en la cama.

-Abuela fue bestial. Me atacó con rabia. Tuve que huir.

-Eso ya lo sé. Cuéntamelo "TODO". Y no me mientas y cuéntamelo desde el principio. -dijo con voz severa la anciana.

-Me acerqué con sigilo a la casa para no ser detectada. Cuando llegué estaban desayunando. Mi futuro esposo estaba al lado de su falsa prometida. Noté algo extraños en ellos, cuando nadie los miraba se lanzaban miradas y se sonreían.

-Siempre han tenido una complicidad entre ellos.

-Fue entonces cuando ataqué. Airen se asustó y empezó a chillar, su "prometida", intentó alejarme de él y yo la arañé- la chica sonrió con maldad. -Y entonces oí maullar a Airen y me giré. Y me asusté. Ranma estaba a cuatro patas y transformado mentalmente en un gato. Y dispuesto a atacarme.

-Ranma defendía a Akane.

-Todos mis instintos me decían que huyese. Pero no hice caso y quise seguir atacando a la chica violenta. Airen se interpuso y me atacó. Jamás pensé que fuera tan fuerte en ese estado. Me dio una paliza increíble. La madre de Airen lo llamaba, pero no le hacía caso. No me dejaba huir. Y como siempre Akane lo llamó, y él acudió a su llamada con docilidad. Aproveché para huir y no sé dónde perdí el conocimiento. Y me he despertado aquí.

-Te encontró Mousse, te ha velado varias noches. Le he prohibido que se vengué. Has estado a punto de no salir. Pediste mucha sangre.

-Me vengaré de Akane. -dijo la chica con rabia-fue culpa suya…-su abuela la abofeteó.

- ¿No me has oído? No te vengaras. No debiste provocar el estado de gato al futuro yermo. Aunque lo niegue, Akane es muy importante para él. Si lo hubiese provocado y no estuviese Akane para calmarlo, ahora estarías muerta. Jamás debes atacarlo de esa forma. Le debes la vida a tu rival.

-Puedo controlar a Ranma mejor que Akane.

- ¿Eso piensas? Ranma te ha superado. Es mejor que cualquier amazona. Akane tiene la fuerza y la técnica para ganar a nuestras mejores guerreras. Es casi tan fuerte como tú. No la subestimes. A parte ellos dos tienen un vínculo muy fuerte. Se aprecian y se tienen confianza, aunque ellos lo nieguen. Ni tú ni siquiera Ryoga o la chica de la espátula, tienen ese vínculo con Ranma, aunque el futuro yerno los considera sus mejores amigos… a veces.

-Ranma se casará conmigo, dejará a esa chica violenta-afirmó la chica con convicción.

Cologne la miró con tristeza, su nieta no podía separar a Ranma y Akane. Eran las dos personas, de todas las que conocía, que estaban más unidos, aunque ellos lo negasen.

-No vuelvas a desafiar nunca a Akane, o Ranma acabará contigo o con quien la dañe. Está muy disentido con vosotros. Se lo habéis hecho pasar muy mal estos últimos meses. Ya te dije que no lo atacaras y no me hiciste caso. Estas así únicamente por tu culpa.

Shampoo bajó la cabeza. Su abuela tenía razón. Pero no podía dejar a su Airen en manos de Akane, no se lo merecía.

En eso oyeron mucho jaleo y las dos mujeres se miraron.

-Lo han vuelto hacer-dijo Mousse entrando exaltado- Ranma y Akane han vuelto a desaparecer. Y esta vez con el consentimiento de su familia.

Detrás de él entraron Ukyo y Ryoga.

-Esta vez me la pagará Ranma, por raptar a Akane.

- ¿Cuántas veces os lo he de decir? -dijo Ukyo con cansancio-El director ha hecho un intercambio con otra escuela y mandó a Akane a esa escuela. Y de alguna forma Ranma consiguió que a él también lo enviasen a la misma escuela. Fue él quien la siguió. Solo de pensar donde han ido me entran temblores.

-No pasara nada, los dos son fuertes y lo superaran. -dijo Mousse.

-Yo no estaría tan seguro. Cuando sepas donde lo han enviado te asustaras. -siguió Ukyo.

-Ni que fuese el Colegio Internado de San Miguel para gente rica -dijo Shampoo riendo. Ese colegio tenía fama de ser muy riguroso y estricto. Su mala fama, por sus castigos, asustaba a los estudiantes de todo el país. Shampoo miró a Ukyo y la sonrisa murió en sus labios- ¿No me dirás que ese loco director ha mandado a Airen y a la chica violenta a esa prisión?

-Sí, y allí estarán entre uno y tres meses, sin poder venir a casa. No los veremos en ese periodo de tiempo. Cuando vuelvan no volverán a ser los mismos. Si pensáis ir, quitáoslo de la cabeza. En ese colegio no se aceptan ni visitas ni mascotas. Si pillan a una la sacrifican… delante de su dueño. Y las visitas solo pueden ir al final del trimestre.

Los otros tres se asustaron, no podían ver a la pareja durante mucho tiempo. En ese tiempo los dos chicos tendrían libertad para tener uno o más acercamientos.

De golpe Mousse tuvo un sobresalto.

-Pero. Ese colegio… ¿No es una escuela femenina?

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Akane estaba en su nueva escuela. El día anterior había sido una pesadilla. Cuando fue llevada ante la directora notó cierto despacio hacía ella. En la presentación delante de sus compañeras vio cierta hostilidad hacia su persona. Al irse a sentar su compañera de atrás le quitó la silla, su preparación en las artes marciales evitó que diese con sus huesos en el suelo. Pero se llevó la bronca y el castigo de su profesora. Al entrar en su habitación descubrió que alguien había registrado sus cosas y roto una foto que aparecía toda la familia. Se preguntó quién sería su compañera de habitación. Sería la otra alumna del Furinkan, y deseó que no fuese nadie, lo pasaría mal.

Al levantarse de la cama, había echado de menos el entrenamiento… y a Ranma, deseaba pelearse y discutir con él. Deseaba ir con él al Furinkan… pero durante un mes, como mínimo no lo vería.

- ¡Ranma! -murmuró.

- ¿Qué te pasa Tendo? -preguntó con desprecio su compañera de atrás- ¿Echas de menos a tu novio? Eso si tienes, por qué alguien tan fea como…- no pudo seguir se abrió la puerta y entró la directora llevando la otra chica del Furinkan.

Akane la miró sorprendida.

- "No es posible. ¿Cómo ha conseguido que el director…? -pensó la chica.

-Esta chica es la segunda chica de intercambio con la escuela Furinkan- dijo muy sería la directora. El desprecio hacia la chica pelirroja era evidente.

La chica la miró y se calló. Akane miró la chica. Conociéndola, no sabía cómo no le había contestado. Esa chica estaba furiosa por el desplante. La directora se fue y dejó la nueva alumna sola con sus compañeras.

-Mi nombre es Ran…- y miró a Akane- mi nombre es Ranma… Saotome.

-Tienes nombre de chico. - murmuró una chica con ironía.

-Que horrible color de pelo tiene. -dijo en voz baja otra.

- "Cuanta hostilidad hay en esta clase. Y dirigida a Akane y a mí, espero que no nos hagan nada, por qué no respondo de lo que haga". -pensó Ranma.

Y se dirigió a pupitre contiguo a de su prometida.

- ¡Hola Akane! -dijo Ranma con una sonrisa- mucho gusto en verte.

- ¡Hola Ranma!, lo mismo digo. -Estaba muy contenta al menos tendría a su prometido cerca.

Al irse sentar su silla se movió. La chica giró cogió la silla y la estiró. La chica del asiento de atrás salió impulsada para adelante y se cayó al suelo. Esa había chica atado una cuerda a la silla de Ranma y estiró cuando la chica pelirroja se fue a sentar, pero esta no calló en la trampa.

-Tu compañera de al lado hizo lo mismo ayer y la castigué. Hoy te toca a ti. Has atacado a una compañera. Es algo inusual...

-Ella empezó-se defendió la chica.

-Esa chica tiene un nivel superior al tuyo. Debes callar y déjate humillar.

-Nadie lo ha hecho, ni siquiera aquel que tenía un nivel superior a esa chica- dijo Ranma-y aquel estuve a punto de matarlo.

-Aquí harás lo que te digamos, tú y esa chica de tu lado sois los gusanos más infestos de este colegio. Pídele disculpas a tu compañera.

Ranma estaba furiosa, jamás había pedido disculpas y ahora no la pediría. Era esa chica quién tenía que pedirle a él las disculpas. Pero notó la mirada de Akane.

-Te pido perdón por tirarte al suelo- dijo la chica apoyándose en el pupitre de su compañera. Y tocó ligeramente y disimuladamente la silla con el pie.

-Disculpas… no acertadas. ¡De esta te arrepentirás!

- ¡Tú si te arrepentirás! -pensó Akane, fue la única que se dio cuenta del ataque de Ranma.

No había pasado ni diez minutos cuando el pupitre de la rival de Ranma se rompió. Y a los pocos segundos, la silla.

- ¡Es culpa tuya, pelirroja de mierda! -dijo desde el suelo una enfadada joven.

-Saotome para ya- le exigió la maestra a Ranma, pensaba que la chica se cansaría… se equivocó- darle tu silla. Permanecerás de pie como castigo. Ranma le entregó su silla y se quedó de pie. No se cansaría, había soportado entrenamientos peores que esa "tortura".

La chica al sentarse en la silla recién adquirida, recibió una sorpresa. Esa silla también se rompió. Se empezó a rumorear que estaba un poco… gorda.

Horas después Ranma y Akane estaban en clase castigadas.

- ¡Mierda! No hemos hecho nada. Esas arpías nos han lanzado bolas de petanca y las hemos destrozado. No veo por qué nos castigan a nosotros.

-Ranma acuérdate que aquí, para todas eres una chica. Debes hablar en femenino.

- ¡Yo soy un... HOMBRE!, aunque tenga esta aparecía. No me voy a rendir, ni tu tampoco. Nunca lo hemos hecho, ni lo haremos aquí, ni ahora ni nunca. Si me hubiese rendido en Jusenkyo, ahora tanto tú como yo estaríamos… muertos.

La chica lo miró sorprendida, pocas veces hablaba de eso. Parecía que era algo que le traía malos recuerdos. Hasta mucho tiempo después el chico no le contó por qué no quería hablar de eso.

Estaban haciendo unos deberes especiales, se habían quedado sin comer. Pero los dos estaban acostumbrados a mantener sus cuerpos con pocos sustentos. Con unos padres, que los castigaban sin cenar, por pelease o ser desobedientes. O esos mismos padres que eran unos egoístas, y cuando la familia se daba cuenta ya habían acabado con la comida ellos dos solos.

Siguieron hablando del castigo. Akane quería poner paz, ella siempre tan confiada y Ranma viendo que les harían la vida imposible, no quería rendirse.

El castigo consistía en reparar las dos sillas. Cuando entraron su compañera, vieron a las dos chicas nuevas poner recta una de las patas de la silla, usando solo su fuerza, se asustaron, estas dos chicas de clase baja no eran normales… pero Satsuki se encargaría de domarlas.

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Horas después tuvieron clase de gimnasia. Akane estuvo a punto de negase que Ranma se cambiase con ellas. Pero en pocas horas se había vuelto una desconfiada hacía sus compañeras, y supuso que con su prometido estaría más segura… y tuvo razón.

Akane se estaba cambiando cuando fue a coger su ropa deportiva de su taquilla vio que había desaparecido. Y empezó a buscarla.

- ¿Busca algo? Negada-preguntó una de su compañeras- ¿buscas esto? -y le tiró la ropa, estaba destrozada. -No tenías que haber venido. Este colegio no es para la gente de tu nivel. -y se rió, su alegría y la de sus compañeras duraría segundos.

No había acabado de hablar, cuando una de las taquillas de movió de su sitio y chocó con la del frente, por el hueco dejado por la taquilla pasó Ranma.

-Que débiles son estas taquillas, me apoyo en una y sale disparada. ¡Qué mal sujetadas están! - y se rió. Iba en ropa interior femenina. Akane se dio cuenta que estaba furioso. Y no solo por llevar ropa de chica- ¿has visto Akane? Se me ha roto mi ropa y esta chica es tan amable que se ha prestado a dejarme la suya.

Akane adivinó que esa chica tan buena, era quien había destrozado la ropa de su prometido. Y Ranma le enseñó que podía hacer si estaba un poco de mal humor.

-Akane esta chica tan educada ¿es quién te ha dado tu uniforme destrozado? Ahora te donada el suyo.

-Me niego por completo…

-Mira niña mimada-advirtió Ranma con un susurro amenazante-Tú destrozaste su ropa...-la chica pelirroja se acercó a la taquilla destrozada, cogió la puerta y sin hacer fuerza la arrancó. Y la empezó a doblar. Empujó a la chica contra una taquilla y con la puerta doblaba la atrapó, clavando esa puerta en la taquilla. - Estoy un poco enfada… ¿da? O le das a mi amiga tu ropa. O le cuento a todo tu secreto. -Cuando Ranma esperaba ser recibido por la directora, oyó la conversación de esta y de la joven rompe ropa.

La chica se puso blanca, pero hizo un último esfuerzo.

-Dile algo a tu amiga-se dirigió a Akane.

-Ranma no me hará caso, nunca lo hace. Yo de ti haría lo que él… ella pide. -dijo con cansancio. Tenía ganas de darle una lección a esa idiota.

-Reír ahora, que cuando venga Satsuki ya veréis que es bueno.

- ¿Satsuki? ¿Quién o qué es Satsuki? -peguntó Akane mirando extrañada a su prometido.

-No lo sé- le contestó la chica pelirroja. -pero aquí todas hablan de ella.

-Lleváis aquí unas horas y vais de problema en problema-una iracunda profesora de gimnasia les reprendía por haber cogido las ropas deportivas de sus compañeras.

-Ellas nos rompieron las nuestras, deben ser castigadas-pidió Ranma.

-Tú no eres nadie para pedir un castigo-le respondió la profesora.

-Pero ella si pidieron uno para nosotras-contestó Akane.

-Vosotras no sois como ellas-contestó la profesora- no os comparéis con ellas. -y las miró de forma siniestra. -Ahora vais a competir con vuestras compañeras. Vais a correr contra ellas. Daréis diez vueltas, vosotras empezareis cuando ellas lleven una vuelta y media. Y llevareis estas mochilas de veinte quilos. Ya podéis cogerlas y colgarlas en vuestras espaldas.

Ranma y su prometida se miraron. Y sonrieron de forma extraña, como si le hubiesen ordenado hace algo difícil, pero que ellas dominaban con facilidad.

Las dos chicas se acercaron a las mochilas y las miraron como si pesasen poco.

-Esas mochilas deben pesar mucho-comentó una Akane aparentemente asustada.

- ¿Qué dices Akane? Hemos cogido cosas más pesadas. Cuando vamos a las montañas, nuestras mochilas pesan mucho más.

-Tienes razón Ranma. -y las dos chicas levantaron las mochilas como si no pesasen nada y se las colgaron.

-Tenéis que llegar entre las diez primeras, si una de vosotras llega después de la décima posición, seréis castigadas las dos a ser las esclavas del colegio.

-Este colegio funciona como un ajedrez. La categoría más baja son los peones, para subir tenéis que ganar a los que están por un nivel por encima vuestro para subir de categoría. Vosotras dos no sois ni peones, debéis vencer a los peones para tener una categoría. Y jamás venceréis a nuestras luchadoras.

-Y ¿Si retamos a los reyes, pasando del resto? -preguntó Ranma irónica.

- ¿Piensa que podéis ganar a nuestras mejores luchadoras? -preguntó la profesora enfadada.

-No lo pienso… lo haremos. -amenazó la chica. - No hay aquí nadie que nos supere. Hemos luchado contra luchadores, que uno solo era mil veces peor que todas juntas.

-Cuando acabes la carrera lucharás tú y tu amiga contra nuestros cinco combatientes más fuertes. No te ira bien en la carrera… y en la lucha peor- y se rió sarcásticamente.

-Ranma, eres un bocazas- le dijo en bajo, una rabiosa Akane.

-No voy a dejar que nos humillen. No estamos por debajo de ellas. Si no se lo permití ni a Kuno ni a Saffron, no se lo permito a estas.

Empezó la carrera. Las chicas nuevas tuvieron que esperar a que las otras diesen la vuelta y media. Durante ese tiempo, las dos chicas hicieron lo que ellas llamaron un ligero entrenamiento.

-Si esto es un ligero entrenamiento-pensó asustada la directora, viéndolas luchar- ¿A que llamaran un combate?

Cuando empezaron a correr, no demostraron cansancio. En pocos minutos adelantaron al grupo de chicas.

- ¡Venga Ranma! Que solo hemos recuperado media vuelta. Nos queda una vuelta para igualaras.

- ¡Si! Antes de cinco minutos las superaremos.

Y se fueron distanciando de sus compañeras. Las continuas carreras para llegar a tiempo al Furinkan, habían fortalecido sus piernas.

Cuatro minutos después ya habían igualado a sus compañeras. Cuando las dos chicas acabaron sus diez vueltas, a las otras chicas le quedaban dos o tres vueltas aún por dar.

-Podéis dejar las mochilas donde quedáis-dijo la profesora asombrada y asustada. Esas dos chicas no eran normales. Le daba miedo pensar en el entrenamiento que habían tenido para llegar a ese nivel. Le entró un escalofrío, esas dos chicas eran mejores que ella misma.

A su lado la directora tenía pensamientos parecidos. Ahora sabía por qué el director del Furinkan tenía tantos problemas con ellas, aunque el director Kuno se creaba él solo los problemas. Ella sabía el secreto de Ranma, era en realidad un chico que se transformaba en mujer. No había problema, ella domaría a esos dos jóvenes rebeldes, cuando volviesen al Furinkan serían… sumamente dóciles.

Las dos chicas se quitaron las mochilas y las arrojaron, como si no pesasen nada, a más de cuarenta metros. La directora se las quedó asustada, no sería nada fácil domarlas, pero no se echaría atrás.

La profesora ya estaba segura, no había nadie en la escuela igual que ellas, eran las mejores deportistas de la institución. Hablaría con la directora, no quería perderlas y que se las llevase algún club no deportivo.

Las cinco chicas que tenían que luchar con ellas vieron la partida perdida. Después de diez vueltas y veinte kilos encima, las dos nuevas no mostraban cansancio, estaban frescas como si hubiesen salido a pasear.

El combate empezó cuando todas las chicas acabaron la carrera.

Se hizo un círculo y dentro había las dos chicas nuevas y las cinco campeonas de la escuela. El combate duró poco, ni cinco segundos. Las cinco chicas no fueron rivales para Ranma y Akane, que se deshicieron de ellas con demasiada facilidad.

Al ganar el combate, las dos chicas no demostraron ninguna emoción por haber ganado.

-No creéis que por haber ganado vais a salir enteras de aquí. Os daremos una lección, que no olvidareis.

-Sí que podemos con vosotras. Estáis más cansadas que nosotras… y si uso esa técnica…-dijo Ranma

-No la puedes, Ranma. Causaríamos un desate muy grande. Cuanto más adversarios, mayor energía implicada y…

-Tienes razón. Pero se lo merecen.

- ¡Parad ¡Dejad de descurtir! No habrá revancha. -la directora estaba furiosa. Y mirando a los prometidos- Me he percatado que sois muy rebeldes, aquí sabemos domar a gente como vosotros. Y tú, Ranma acuérdate lo que prometiste.

-No dejaré que nadie dañe a Akane. Quién se ha atrevido a hacerlo, ha pagado su osadía muy cara, me he vengado con creces. Quien le toque es persona muerta sea hombre…- y puso un tono siniestro- o mujer. No dejaré que pase lo de aquella vez.

Akane vio la rabia de su prometido como algo tangible. No olvidaba lo de Jusenkyo, y como el pueblo del Fénix la utilizó para atacarlo.

-Ni que fuese tu prometida. ¿No series lesbianas?

-Prometí a mí "hermano' defenderla. Si le pasa algo, él vendrá por respuestas. Cuando se valla no quedará piedra sobre piedra aquí. Ni nadie con sus huesos sanos.

-No quiero más peleas. Se acabaron las novatadas. No tentéis vuestra suerte-se dirigía a toda la clase. Pero casi todas las chicas pensaban que iba por las dos nuevas, realmente estaba advirtiendo a la clase de lo mal que podían pasarlo, si desafiaban a las dos chicas nuevas.

Habían terminado las clases sin ningún tropiezo con sus compañeras. Nadie les hablaba, pero les daba igual. No se sentían para nada solas. Iban por un pasillo para sus habitaciones.

-Bueno, ahora hacer los deberes, cenar, descansar un poco y acostarse.

Se acercaron a una puerta y las dos fueron a abrir la puerta y sus manos se tocaron, y las dos las retiraron como si hubiese recibido un calambre.

- ¿Me toca compartir habitación contigo? Creía… creía que dormiría solo.

- ¡No quiero dormir contigo! -respondió Akane.

-Yo tampoco quiero dormir contigo. -dijo su prometido se apoyó en la puerta y esta se abrió un poco. Las dos chicas se miraron extrañadas- Yo he cerrado la puerta.

Entraron, la habitación estaba registrada. Sus ropas extendidas y rotas por toda la habitación. Ranma encontró una foto de Akane y sus hermanas con su madre, la habían pintado, Akane al verla lloró. Ranma se enfadó, la culpable lo pagaría caro.

Al chico le llamó algo la atención en el suelo había algo. Y no era ni suyo ni de Akane. Y solo había visto alguien con uno parecido, ya tenía una de las culpables. Se lo enseñó a su prometida y las dos sonrieron con maldad.

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Unas horas después toda la escuela se reunió en el comedor para cenar. Las últimas en entrar fueron las dos chicas nuevas. Y todas las miraron con odio.

Fueron avanzando sin hace caso a los comentarios de sus compañeras.

-Señoritas llegan tarde a cenar. Teniendo en cuenta que aún no saben las reglas…-Se dio cuenta que las dos chicas ignoraban su comentario y que se habían plantado delante de una joven- ¿pueden decir algo? ¿Qué desean de su compañera?

-Si. Hoy han entrado en nuestra habitación y han destrozado nuestras pertenencias. Y sabemos quién ha sido. -y dirigiéndose a la chica- ¿verdad?

- ¿Tienes pruebas que acusen a tu compañera? -dijo la directora-Si acusas en falso, te expulsaré de este colegió. Y haré que no te cojan en ninguno.

-Si una de la implicadas se dejó dos cosas en la habitación.

-Una fue esta pulsera-dijo Akane y enseñó una pulsera rota- supongo que cuando asaltaron nuestra habitación alguien le avisó que llegábamos.

-Ladrona devuélveme mi pulsera.

-En su loca huida se enganchó la pulsera y se le rompió. -continuó Ranma sin prestar atención al comentario de la chica.

-No fue lo único que te dejaste. Te arañaste el brazo. Al lado de donde encontramos la pulsera había una mancha de sangre. Si la analizamos y coincide con la tuya…

La chica se quedó blanca. Sabían que era ella, pero no le harían nada. El castigo sería para las dos chicas nueva.

- ¡He sido yo! Pero no me pasará nada. A vosotras os castigaran por acusarme.

-No deberíais haber acusado a vuestra compañera. Su padre es un importante ejecutivo que…

-Cuando se acabe el intercambio, debemos hacer una redacción de nuestra estancia aquí. Y no pensamos ocultar nada. Pronto se rumoreará por Nerima que clase de institución es esta. No tendréis buena fama, ya no la tenéis, y pueden venir de educación a investigar…

Era una amenaza. Ranma y Akane habían aprendido de Nabiki.

-No oséis a amenázanos. Sois demasiado pobres para… -se quedó mirando a las jóvenes. Los había juzgado mal, no se dejarían dominar. -Por ahora ganáis.

-Estaréis contentos, me habéis humillado delante de todo el colegio. -dijo la chica.

-No necesitas a nadie para que te humillen. Tú sola te bastas. -contestó Ranma-solo una cosa ¿Por qué lo hicisteis?

La chica la miró.

-Nuestras mejores compañeras han sido asignadas al Furinkan. Hemos hablado con ellas. El director del colegio está loco. Sus alumnos esperan que regrese esa chica, la llamada Akane y su prometido, para que controlen al director.

-Como ha dicho Emma. El director está loco. Pero su hijo está aún más, se piensa que todas las chicas están enamoradas de él. Pero sus sueños sois vosotras dos.

-No hace falta que nos hables de la familia Kuno. Ya sabemos cómo son.

-No es solo el hijo del director, sino su hija y otros cuatro locos, que os buscan a vosotras y a un chico también llamado Ranma. Esos seis locos persiguen a nuestras amigas para saber dónde estáis.

-Y no es lo peor. Nuestras amigas han sido asignadas a cargo de una familia que vive en un dojo-Akane y Ranma se temieron donde era- En ese sitio viven el dueño con dos de sus tres hijas. Un viejo vago, una mujer con una Katana y a veces un panda y… un viejo pervertido.

-Residen en nuestra casa-dijo Ranma a su prometida-las compadezco.

-Todo es culpa vuestra-Emma estaba llorando. No vais a tener amistad de aquí. Vuestra vida aquí va ser un infierno.

-Destrozasteis la foto de Akane, era la única que tenía con su madre y sus hermanas. Su madre está muerta.

- ¡Nos alegramos! -dijo una chica con cinismo.

Akane se puso tensa y los ojos se le llenaron de lágrimas, pero se los limpió. No lloraría delante de esas brujas. Ranma la miró y se enfadó. Su aura se hizo visible y asustó a las chicas y profesoras. Miró a unas fotos colgadas en la pared.

-Ahí tenemos las fotos de las primeras, de las mejores, de las que han sido el orgullo de la escuela.

-No te atrevas a tocarlas, como le pongas un dedo encima...-gritaron todas en la sala.

- ¿Un dedo? -dijo con ironía la chica pelirroja. - No necesito eso para hacerle lo mismo que vosotras habéis hecho a la foto de Akane.

Akane ya sabía cómo se vengaría su prometido.

-Ranma ten cuidado, no te pases.

-No te preocupes-dijo la chica y se concentró- ¡golpe del Tigre!

Cuando las chicas vieron la bola de energía se asustaron, pero se asustaron aún más cuando esta bola desintegró totalmente todas las fotos conmemorativas.

-Ahora estamos empatados, vosotras destrozasteis dos fotos de Akane, y yo he hecho lo mismo. Aunque me ha costado lanzar una bola tan… pequeña. Un pequeño fallo y hubiese sido cinco veces más grande.

La directora la miró a la cara, no mentía, esa chica estaba acostumbrada a lanzar bolas de energía más grandes. Las dos chicas nuevas eran unas adversarías formidables, disfrutaría con ellas allí.

-Has confesado que fuiste tú, con la ayuda de todas tus compañeras-Ranma estaba furiosa- para asustaros a todas no necesito a nadie…-miró a su prometida y sonrió-solo a Akane… No nos desafiéis. Estamos acostumbrados a líbranos de gente peor que vosotras… esos seis locos que persiguen a vuestras amigas… son nuestros rivales… y no pueden con nosotros.

- ¿Nosotros? Hablas como si fueses un chico.

-Tal vez sea un chico disfrazado de chica-ironizó Ranma. Se abrió la camisa y le pudieron ver los pechos- te engañé.

-Estáis castigadas sin cena…-empezó la directora.

-Ya nos han castigado sin comer. Si desfallecemos de inanición nuestra familia vendrá y los seis rivales, también. Cuando se vallan esto será un desierto-amenazó Ranma.

Akane se imaginó el caso y sonrió, pasaría eso. Pero ella quiso puntualizar.

-A parte habrá una investigación y viendo cómo funciona esta academia…

Esas dos chicas eran malvadas. Pero sabían cómo controlar a sus compañeras, no podía deshacerse de ellas. Los diversos grupos de estudiantes que controlaban la escuela le provocaban mal de cabeza. Estas dos ¿chicas?... podían ser la solución.

-Podéis llevaros dos piezas de fruta cada una.

-Otra cosa-Ranma se acercó a otra chica- Esos pendientes que llevas no son tuyos, ¡se los regale yo a Akane!

-Son un recuerdo de familia-se defendió la chica, aunque su palidez indicaba que mentía.

-No lo creo. Son de China y solo existe un par… ¡ese par! Y al acercase ciertas personas a ellos, provocan un efecto divertido. -solo reaccionaban con los malditos de Jusenkyo, y en su forma maldita. Ranma los había comprado delante de Ryoga, era una advertencia al chico para que no se acercarse a Akane transformado en P-chan.

Ranma se acercó a ellos y se iluminaron. Todas las chicas se asustaron.

-A parte solo los puede llevar la persona a quién se regala. Si no... ¿No te duelen las orejas?

La chica se lo quitó y los tiró al suelo, tenía las orejas rojas y doloridas. Estaba muy asustada. Akane recuperó sus pendientes.

-Esperó que aprendas la lección-aunque le hablaba a la chica, se dirigió a todo el colegio. - todo lo que nos habéis robado lo recuperaremos. Para ser unas señoritas sois unas ladronas, seguro que en el futuro seréis políticas.

Y las dos amigas se giraron para abandonar el comedor.

- ¡No os iréis sin que os castigue! -la que habían llamado Emma las atacó… con un cucharon.

Las dos chicas se pusieron a la defensiva y desplegaron sus auras de combate, después de un día de ataques y burlas, estaban hartas y terriblemente enfadadas. Ranma lanzó su aura en contra de la atacante, como tiempo atrás el maestro Happosai hizo con él, y la chica quedó paralizada y asustada sin poder moverse, como el resto de sus compañeras. Las dos chicas miraron a la atemorizada concurrencia y salieron del comedor.

- ¿Quiénes son estas dos? -preguntó una maestra.

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Días más tarde dos chicas descansaban en sus camas. Las dos estaban agotadas y tenían un sueño profundo. Pero de golpe las dos abrieron los ojos y se miraron, algo siniestro se acercaba a su habitación.

-Ir con cuidado, ya habéis visto que son muy fuerte-la chica respondía al nombre de Kaori. Era la segunda al mando, después de Satsuki. - no deben despertarse.

Tenían una llave de la habitación. Se lanzaron sobre las camas y empezaron a golpear los bultos que había en ellas.

-Supongo que habrán aprendido y mañana se irán asustadas. -dijo Kaori y todas las chicas salieron de la habitación.

Pasado unos minutos, de golpe las puertas de los armarios se abrieron y salieron las dos chicas que ocupaban esa habitación.

-Mañana se llevarán una sorpresa desagradable- dijo la chica pelirroja con una sonrisa siniestra.

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La directora se dirigía a la habitación de las dos chicas nuevas. Las quería despertar, para demostrar quien mandaba. La seguía la chica que dirigió el ataque a la habitación de Ranma y Akane.

-Así ¿Que esta noche montaron jaleo?

-Sí, señora directora-dijo Kaori.

- ¿No os pasaríais con el "recibimiento" que le disteis? Si descubren quién os dio la llave…

-No, le dimos para que aprendiesen la lección.

-No quiero problemas. El directo del Furinkan, me ha advertido contra esos dos. Son sus dos alumnos más problemáticos… y los más fuerte y tienen un genio muy fuerte. Como te hayas equivocado tendremos problemas.

No se dieron cuenta que desde una ventana dos personas las vigilaban.

-No vais a tener problemas, ya lo tenéis- dijo en voz baja una joven con trenza.

La directora entró en la habitación y se la encontró vacía. Las camas hechas y las dos chicas desaparecidas.

- ¿Dónde estarán estas rebeldes? No llegaran a tiempo para desayunar ni ducharse y la castigaremos por eso.

-Tal vez huyeron, se asustaron y ya estarán lejos de aquí. Huyeron como planeamos… empezó Kaori.

- ¿Miedo? ¿De ti y tus compañeras? Eso no pasará. Nos hemos enfrentado a rivales muchas veces peores que vosotras. No temas, no huiremos…-y la miró de forma siniestra. Ranma chica estaba furiosa-…eso lo harás tú y tus amigas.

- ¿Pero ¿qué te crees? Soy la delegada de… -no pudo seguir las dos chicas nuevas la miraban de una forma aterradora. Cuando se dio cuenta estaba retrocediendo y sudaba. Era un sudor frío y helado. Se sentía indefensa delante de dos fieras salvajes.

- ¿Dónde habéis estado? No llegareis a tiempo de ducharos ni de desayunar.

-Estábamos entrenando. No podemos descuidar el entreno. Ya hemos desayunado y duchado. Aquí os levantáis muy tarde.

-Os puedo prohibir que entrenéis, es más os lo prohíbo.

-Según las leyes de la escuela-dijo Akane-Para entrar en una habitación, hay que pedir permiso a sus ocupantes, eso vale tanto para el profesorado como el alumnado.

- ¿Qué insinúas? -contestó Kaori.

-Que habéis entrado en nuestra habitación sin permiso. Pondremos una queja, estamos en nuestro derecho.

-Yo puedo entrar donde quiero, ¡Soy la directora! -dijo gritando la directora.

-Usted si, pero…-dijo Ranma y las dos jóvenes mirando de forma poco amable a Kaori- Ella se irá ahora, tiene cinco segundos. Os se ira por las malas.

-No sabéis con quien os enfrentáis… -no pudo seguir Akane se puso delante de ella, la miró con desprecio y le dio un empujón suave. Y la joven salió volando de la habitación.

- ¿Cómo has podido empujar tan fuerte a tu compañera? -dijo la directora enfadada.

-Si le hubiese empujado fuerte, ahora estaría en Tokyo-dijo Akane.

Se oía mucho ruido en la escuela, algo debía pasar.

-Ahora debo descubrir que está pasando. Pero después hablaremos "señoritas". -remarcó la palabra señoritas, dejaba a entender que delante suyo no había señoritas.

Y salió corriendo al comedor, de allí venía todo el jaleo y al entrar y mirar la televisión se asustó. En la programación televisiva interna de la escuela. Se veía a unas chicas entrar en una habitación y apalear dos camas. La directora se espantó, las dos chicas nuevas eran terroríficas, habían grabado el ataque y lo estaban mostrando a todas las alumnas. Las cinco que habían atacado se quedaron asustadas, esto no se lo esperaban. Pero lo peor llegó después.

La directora corría hacía la sala de retrasmisiones y al llegar se llevó una sorpresa. Allí la esperaban Akane y Ranma… chico.

-Quedamos que no te volverías chico. -dijo la directora. Si se descubría que en el colegió había un chico…

-Quedamos que no volverían haber ataques ni contra mí o ni contra Akane. -contestó un Ranma muy furioso. - No pienso tolerar que vuelvan atacarnos como han hecho esta noche. Si lo hacen nos defenderemos… y no saldrán muy enteras.

-Os puedo echar... sois…

-Así ¿Que esta noche montaron jaleo?

-Sí, señora directora

- ¿No os pasaríais con el "recibimiento" que le disteis? Si descubren quién os dio la llave…

-No, le dimos para que aprendiesen la lección.

-No quiero problemas. El directo del Furinkan, me ha advertido contra esos dos. Son sus dos alumnos más problemáticos… y los más fuerte y tienen un genio muy fuerte. Como te hayas equivocado, tendremos problemas.

Ranma había grabado la conversación de la directora con Kaori. Y ahora la utilizaría en su contra.

-Directora, de la grabación de lo que pasó en la habitación… hemos enviado una copia a nuestra familia ya deben haberla visto. -dijo Ranma. -en estos momentos deben venir para aquí.

-Aparte mi hermana ha debido hacer copias y debe haberlas vendido en nuestro colegio… puede que nuestros padres sean su mal menor.

-Ahora la dejamos. En cinco minutos empiezan nuestras clases y debemos ir….

Ranma cogió un vaso con agua y se transformó en chica. Los dos jóvenes salieron de la sala y se fueron a cambiar para ir a clase. La directora estaba espantada, debía esperar una semana que Satsuki saliese de su castigo, ella domaría esas dos rebeldes.

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Fue en ese momento cuando la llamaron al despacho. Y se encontró que tenía visita. Eran un hombre de pelo largo y con bigote, una mujer vestida con kimono… con ¿una katana?... un panda gigante… ¿Un pan… un panda? ¿Qué hacía allí un panda? Y una joven parecía ser la hermana de Akane, fue la que llevó la discusión, era una chica muy intrigante y nada tonta. Esa chica supo cómo atacarla. Los padres y la hermana de las nuevas no eran normales… pero al salir de esa reunión estaba asustada. La habían amenazado, no era la primera vez, pero esta vez veía que se podía hacer realidad. Ahora tenía otro problema.

- ¿Qué es ese ruido? Parece que viene de fuera de la escuela-no le iba a gustar saberlo, Ranma y Akane tenían más amigos que todas las alumnas de ese colegio juntas. Y tenían el doble de peligro que todas ellas.

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Veinte minutos después…

La profesora de historia iba para su clase, seguida de todas sus alumnas, menos las dos nuevas, las castigaría por llegar tarde. Y al entrar en clase, se encontró a las dos chicas.

-Os debería castigar por…

- ¿Llegar a nuestra hora? -preguntó con tono irónico Ranma. - Ayer nos castigó por llegar dos minutos tarde y las tres que llegaron después que nosotros, no sufrieron igual suerte.

-Según el reglamento-siguió Akane-Aquella que llegue con retraso será castigada. Si llega diez o más minutos, permanecerá castigada en el pasillo. Nuestras compañeras llegan con quince minutos de retraso…

- ¿Qué insinúas? -dijo Kaori- ¿Intentáis compararos con nosotras?

-Ni en sueños-dijo Ranma con prepotencia-Ni todas juntas lograríais ser mejor que nosotras.

- ¡Salid fuera! -gritó la maestra, dirigiéndose a las dos chicas nuevas. -Castigadas por prepotentes y por no presentar el trabajo.

-Lo tiene encima de la mesa-dijo Akane.

La maestra lo cogió y lo rompió.

-Yo no lo he recibido-dijo la maestra con una sonrisa siniestra, que murió enseguida en sus labios. Las dos chicas la miraban con una sonrisa aún más siniestra.

-Sabe que es mentira- dijo Ranma.

-Si, pero no tenéis pruebas-contestó la maestra.

Entonces entró la directora.

-Vuestros compañeros del Furinkan están ahí fuera, quieren ver que estáis bien.

Ranma miró a Akane y los dos sonrieron.

-Nos negamos a salir. -contestó Ranma.

- ¡Os lo ordeno! - gritó la directora. Los dos chicos hicieron como si no la oyesen.

Ranma se asomó a la ventana.

- ¡Mira! ¡Mira! -exclamó emocionada- parece a esas pelis antiguas, cuando el pueblo rodea la mansión del científico loco para pegarle fuego. Los de Furinkan vienen con azadas, espadas y antorchas.

- ¡Qué bien! Hoy tendremos habrá una hoguera en este colegio, espero que nuestros compañeros hayan traído algo para hacer en ella y comer. Que aquí se come muy mal, que mala es la cocinera, tanto como yo.

- ¿Qué queréis a cambio de salir? -dijo la directora.

-Hemos presentado un trabajo y la profesora nos lo ha destrozado.

-Eso es mentira, ellas no lo han presentado, tengo por testigos a toda la clase- se defendió la profesora, toda la clase la apoyó, pero no se esperaba el contraataque de los dos jóvenes.

Ranma saco una mini grabadora y la conectó. La profesora y las chicas palidecieron, habían grabado la conversación y en ella se oía como la profesora rompía el trabajo de las dos chicas…

- ¡Sois unas brujas…! - dijo la profesora- ¡de esta os acordáis! Estáis suspendidas por qué yo quiero, no hace falta que os presentéis al examen de...-Ranma le enseñó una segunda grabadora y se giró.

-Vamos a ver nuestros compañeros-dijo Akane a su amiga. -Mi hermana estará contenta con el material que le suministramos hoy. De aquí hasta que nos marchemos de aquí, tenemos toneladas de información para hacer el trabajo de la profesora.

-No saldéis si no entregáis esas cintas. -amenazó Kaori.

Fue un mal momento para amenazar a las dos chicas. Ranma y Akane se pusieron a la defensiva y proyectaron sus auras de combate al máximo contra la incauta. Las auras de combate paralizaron a la chica y no pudo moverse. Sintió como si fuese un conejito atacado por dos grandes y poderosos dragones. Kaori se asustó. Jamás en la vida tuvo tanto miedo. Cayó sentada al suelo no podía aguantar los temblores. Esas dos chicas eran dos terroríficos monstruos que la devorarían. Notó que algo le pasaba en el pelo, se le encrespó y se le puso casi todo blanco.

Las demás chicas se asustaron y dejaron pasar a las dos chicas. La directora y la profesora se asustaron, eran dos chicas terroríficas.

-Me lo prometió… ningún ataque-dijo Ranma- mi "hermano" quiere venir. Lo noto, él sabe cuándo nos atacan. Otro ataque… y aparecerá- con un tono siniestro dijo- No dejará piedra sobre piedra. Este colegio desaparecerá como si no hubiera existido, y su alumnado y profesores… también.

-No le tememos a tu hermano, y esa idiota-dijo una chica señalando a Akane- sufrirá la consecuencia.

Ranma se acercó a la chica y puso su pie derecho en su pupitre. Y miró a la chica con ojos de asesina y una cruel sonrisa nació en sus los labios.

-El ultimo que le hizo daño a Akane… mi "hermano "…-hablaba de forma pausada, pasando un dedo por el cuello de la incauta y poniendo toda crueldad en su voz- lo… mató. ¿No queras verlo enfadado?

Akane lo miró, era verdad Ranma mató a Saffron, por dañarla, pero ese ser resucitó. Akane creía que quien se atreviese a dañarla sufriría una cruel venganza de su prometido.

La chica amenazada la miró espantada, esa chica pelirroja no mentía, lo veía en sus ojos, Pero Akane sufriría la venganza de toda la clase, pensó la chica y tuvo una predominación, si eso pasaba la venganza del hermano de la pelirroja… sería terrible…

Lo dicho por Ranma era una amenaza y la directora sabía que se cumpliría si Akane sufría un solo daño.

Ranma fue a su cartera sacó un trabajo y se lo entregó a la profesora.

-Ya pensamos que haría eso-refiriéndose a que les hubiese roto el trabajo. -Por eso lo cambiamos por él de Kaori. -la aludida se asustó. Y miró donde estaba su tarea… había desaparecido, odió a las dos chicas. Ranma detectó la rabia de la chica, pero la ignoró. Y mirando a la profesora de dijo- No se moleste en romperlo, tenemos más. Y acuérdese que grabamos la conversación.

-Debemos entregar una copia de nuestros trabajos a nuestros profesores del Furinkan. Ellos también lo puntuaran.

-Cada semana vendrán nuestros profesores hablar con ustedes. Si ellos notan que no se nos califica como se debe… hablaran con el responsable de educación…

La profesora se sentó en la silla asustada. Sabia eso… pero ¿Cómo lo sabían los dos jóvenes?, no debían saberlo. Sabía de dos profesores que les había destrozado los trabajos… ¡pobres!, conociendo como actuaban las dos chicas jóvenes pronto serían despedidos

Las dos chicas salieron y fueron recibidas por sus compañeros con vítores. La directora iba con ellas. Las vio acercarse a la chica que había ido a la reunión de unos minutos antes… y le entregaron una copia del trabajo a esa chica.

-Nabiki, entrega estos trabajos a nuestros profesores. Y con estas grabaciones haz lo que quieras.

-No podéis hacer esto-dijo la directora. -Darme esas grabaciones.

-Si me da un millón de Yens le doy… una copia-exigió Nabiki.

-Te la puedo quitar por la fuerza.

-Eso ya estaba previsto-dijo la chica- tengo varias compañeras grabándola, si intenta algo… la acusaremos de agresión. Suficientemente mala fama tiene su colegio… no le añada más. Con el material que ya nos han pasado podemos cerrar este… "establecimiento".

La directora los miró con odio, se giró y entró en el recinto.

- ¡Ranma, Akane!, tenéis cinco minutos para entrar os castigare

-Tened cuidado. Esa directora es un peligro. Tiene alguna vinculación con la familia Kuno. Los odia y todo lo que está relacionado con esa familia.

Ranma y su prometida dijeron si con la cabeza y entraron. Los problemas que tenían se multiplicarían muy pronto.

.

Habían pasado días, la vida en ese colegio se volvió rutinaria. Se levantaban antes del amanecer, y salían a entrenar, lo hacían durante unas horas. Volvían a su habitación, se duchaban, iban a almorzar, eran las primeras, al principio los trabajadores del comedor eran muy bordes con ellas y le daban sobras del día anterior, hasta que se enfadaron y las cocineras se asustaron.

-No queremos esta comida reseca de ayer, no se la darían ni a los perros-dijo una Akane furiosa-o nos dan igual que a nuestras compañeras o…-las dos chicas habían desplegado sus auras de combate, eran oscuras. El personal del comedor se asustó. Habían visto lo que hizo una de ellas con las fotos. Harían lo que les pidieron las dos chicas… contradiciendo las órdenes de la directora.

Desde ese momento, las dos jóvenes, fueron tratadas mejor a la hora de ir al comedor, eran las que mejor comían. El personal del colegio no era bien tratado ni por el profesorado ni por las alumnas. Estas dos chicas rebeldes que le habían plantado cara a todo el colegio, les producía cierta satisfacción, pero sabían que se acabarían rindiendo, todas lo hacían. Aunque llegaron a apreciar a las chicas, eran las únicas personas que eran amables con ellas.

Después iban a clase, cuando sus compañeras llegaban, ellas ya estaban allí. Para enfado de las profesoras que no podían castigarlas, se tenían que inventar mil triquiñuelas para hacerlo, pero las dos chicas siempre sabían salir de todos los problemas que las metían. Y devolver el tiro con una potencia aumentada.

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La directora estaba en su despacho, cuando entró una joven, era la líder de unas de las bandas. En ese grupo todas pertenecían a un club deportivo. Decidían y controlaban quien entraba en ellos, y quien no, aunque la profesora de gimnasia quería a las dos nuevas en un club, ese grupo negó la entrada de las dos chicas.

- ¿Has descubierto donde entrenan? Esta vez has tardado en localizar su escondrijo.

-Si. Sé dónde entrenan. He tenido que poner varios grupos en varías localizaciones. Ha sido como una carrera de relevos. De donde uno no podía llegar, salía otro. Así sucesivamente.

-Será difícil de llegar.

-Para ellas no, se mueven muy bien. No tenemos a nadie que las iguale. Y sospecho que ellas saben que las hemos espiado y seguido.

-Al menos las habéis grabado entrenando ¿no?

-Si, pero en no son gran cosa entrenando, no demuestran ser muy buenas, Satsuki las supera. Cuando vuelva en unos días las dejará planas.

La chica puso el video y la directora comprobó que las dos chicas eran bastante malas en artes marciales. La líder de la pandilla de las deportistas tenía razón. Satsuki se merendaría a las dos chicas en un momento. Entonces tuvo un presentimiento, ¿y sí las dos chicas entrenaban por debajo de sus posibilidades? Puede que si sabían que estaban siendo espiadas ¿podía hacer comedía?... imposible eran del montón. Tenían una buena preparación… pero no valían gran cosa.

-Aunque no sabemos cómo entregan los trabajos a la gente del Furinkan. Cuando acaban el entrenamiento, logran despistarnos. Por eso pienso que saben que la vigilarnos.

-Síguelas vigilando, debemos saber más de ellas.

-Si directora.

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Las dos chicas estaban entrenando. Se habían percatado que las seguían y espiaban. Sus perseguidoras eran pésimas en esa labor, no se ocultaban, hacían ruido y no se escondían bien.

-Nuestras "amigas" nos están mirando. -dijo Akane- Si las comparamos con Nabiki, son muy malas espiando.

-Ahora el sol da en donde están y se ve el reflejo de la cámara. Debería haberse puesto en el lado contario.

-Me cuesta mucho entrenar a tan bajo nivel, parecemos novatos.

-Debemos engañarla. Los informes que nos pasó Nabiki sobre su campeona, esa tal Satsuki, indica que es muy buena. Pero no tanto como tú y yo. Debemos engañarlas. Hemos de hacer creer que somos buenas… pero no excelentes.

- ¿Por qué? -preguntó la chica enfadada.

-Nos ahorraremos problemas. Siempre soy yo quien se lanza siempre al abismo sin calibrar su peligrosidad. Y tú la que me tienes que contener. Ahora es al revés. -y rió- No quiero que te metas en peligro. Acabemos por hoy, mañana iremos a nuestro sitio real de entrenamiento. Debemos conseguir dominar la nueva técnica.

-No me gusta entrenar, para que domines una nueva técnica. ¿Para qué? Solo la utilizaras tú. Yo solo te sirvo de sparing- contestó Akane enfadada. -tu solo me quieres para hacerte más fuerte y…

- ¿Eres idiota o qué? -le contestó Ranma-esa técnica no es para mí. La estoy desarrollando para ti… Todos nosotros tenemos nuestras técnicas. Desde Ukyo hasta Mousse. Yo tengo más de una… tú no tienes ninguna.

-No quiero ninguna-contestó su prometida furiosa- yo puedo con…

Ranma la cogió por los hombros y la empujó contra un árbol.

¿Es que no lo entiendes? Te han secuestrado, te han suplantado. Estuviste muy cerca de morir. Yo no…-Akane vio a la chica pelirroja temblar y vio que le escapaban las lágrimas- no quiero volver a pasar por eso… tú no sabes lo terrible que fue para mí pensar que estabas… muerta… yo no pude protegerte. Si tú hubieses muerto yo te hubiese…-Ranma cayó de rodillas al suelo y empezó a llorar más fuerte.

Akane lo miró con compasión, pocas veces lo había visto llorar. Sabía a qué se refería cuando dijo "lo que si ella hubiese muerto..." él la hubiese seguido. Ahora ya sabía que el chico la quería… aunque fuese un poco. Se agachó y tocándole la mejilla

- ¡Venga Ranma anímate!, no me pasará nada. Y gracias por pensar en mí y preparar una técnica para mí. Mañana aprenderé tu técnica y con ella te venceré. -y la ayudó a incorporarse.

-Ni en milenios me vencerás-le contestó el chico con una sonrisa burlona.

Akane la empezó a perseguir. Estaba un poco enfadada.

-Cuando te coja veras lo que es bueno-amenazó a la chica pelirroja.

-Eres lenta. ¡Jamás me cogerás! -dijo Ranma huyendo. Estaban jugando, su enfado realmente no iba en serio. Y persiguiéndose volvieron a su habitación en el internado.

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Akane se había duchado y esperaba a Ranma que saliese de la ducha y cuando salió….

-Ranma-dijo ella sorprendida-eres tú… eres…

-Si soy yo… ¿esperabas a otra persona? -dijo Ranma burlón.

-No, eres Ranma... chico- y se lanzó sobre él llorando y lo abrazó. -Te he echado de menos. No sabes lo que te he echado de menos.

-Pero si he estado todo tiempo contigo-dijo el chico.

-Eres idiota Ranma, eres un insensible… ya sé que has estado aquí, pero tenía muchas ganar de ver a alguien conocido… quería verte a ti… a mi Ranma chico-y se calló al oírse hablar. Había revelado sus sentimientos.

Akane miró a su prometido, notó que el chico se había puesto nervioso. Él también estaba sonrojado.

-Ya sé que no puedes vivir sin mí, tu prometido- dijo el chico con prepotencia. Akane lo miró enfadada. Pero el chico le guiñó un ojo y sonrió, él estaba bromeando-si quieres ver a Ranma-chico para mí no hay problema. Siempre que pueda te complaceré.

Ella no sabía si bromear con él o matarlo. Pero estaba contenta de verlo como chico.

-Me alegró de verte, con tu aspecto real… bueno la chica también eres tú… no sé cómo explicarme.

-Transformado en hombre ¿quieres decir? -preguntó el chico- yo también me alegró de poder ser durante un momento mi yo… real. Lo necesitaba, me iba volver loco.

Aún seguían abrazados, era una cercanía peligrosa. Un deseo nació en ambos y creció como una crecida, imposible de retener.

- ¡Ranma! -dijo ella.

- ¡Akane! - le contestó él.

Se fueron acercándose para besarse… y entonces oyeron ruidos y voces que venían del pasillo.

-…si directora, son voces de hombre-era una chica hablando en el pasillo-esas dos han metido en su habitación a un chico.

-Si es verdad recibirán un castigo.

Las voces de las dos llegaron con claridad y Ranma tuvo tiempo de coger un vaso de agua, lo tenía preparado por si acaso, y mojarse, cuando las dos entraron se encontraron a dos chicas.

- ¿Qué pasa? ¿A qué vienen esas prisas? -dijo la chica de la trenza.

-Vuestra compañera ha oído salir una voz de chico de aquí ¿Qué podéis decir? - dijo la directora.

-Puede registrar la habitación no encontrará a ningún chico-dijo Akane.

- ¿Insinúas que miento? -dijo la chica. Estaba confundida. Se había pasado un buen rato espiando a las dos chicas. Y oyó voces de un hombre. Y corrió a avisar la directora.

-Nos has querido inculpar en falso. ¡Cotilla! -Ranma casi escupió el insulto. - ¡Nos has espiado!

- ¡Eso es falso! -lloriqueó la chica. -No os he espiado.

-Lo has hecho con un vaso. Has estado mucho tiempo. Se nota por la marca que tienes en la oreja.

La chica se llevó la mano a la oreja, avergonzada, no se había dado cuenta de eso. Pero no se rindió.

-Ese chico ha entrado por la ventana.

-Estamos en un tercero-dijo Ranma, pero él y su prometida salían y entraban por esa ventana.

-Lleva toda la tarde lloviendo, es una tempestad. Venir aquí con ese tiempo es una locura. Solo un loco lo haría. -Y miró disimuladamente a su prometido… Si Ranma no estuviese con ella en ese colegio, la visitaría aún con ese tiempo, estaba segura.

-Además si hubiese entrado alguien había dejado marcas de agua por todos sitios. -continuó Ranma.

Todos miraron la habitación, estaba implacable. Las dos chicas limpiaban la habitación todos los días.

- ¡Kaori! Déjame sola… ¡y no espíes!, vuelve a tu habitación- ordenó la directora.

La chica salió enrabiada y pensó en vénganse. Las dos chicas le habían jugado muy malas pasaras. Faltaban horas para que saliese Satsuki, ella le ajustaría las cuentas a esa dos criajas.

-Esperó que no vuelva aparecer el chico-ordenó la directora, mirando a Ranma.

-Lo siento, pero yo soy ¡UN CHICO! -gritó Ranma-él aparecerá de vez en cuando. No puedo ser siempre una chica.

Entonces Ranma se calló se acercó a la puerta y la abrió. Kaori cayó al suelo, no le había hecho caso a la directora y se apoyó en la puerta espiando. No había oído nada.

Ranma la miró con una mirada siniestra.

- ¡Fuera! Si dentro de tres segundos no has desaparecido, te lanzo por la ventana.

-Pero ¿Quién te piensas que eres...? -empezó la chica, no pudo continuar.

- ¡Akane! -dijo Ranma, ni la directora ni la chica sabían lo que quería la chica de la cola, hasta que Akane abrió la ventana y Kaori salió volando por ella... hasta una piscina cercana.

La directora miró a las dos chicas asustada. Pero se repuso.

-No deberías haber hecho esto. Tu conducta es inapropiada para una escuela como esta…

-No ha pedido permiso para entrar, según el reglamento podemos incluso emplear la fuerza para hacer salir al intruso. Nosotras lo hemos hecho-contestó Akane.

- ¡Habéis utilizado una fuerza mayor! -dijo la directora… os voy a castigar duramente.

-Nos merecemos un juicio…, está en el reglamento… se expondrá nuestra versión y como ella entró si permiso en nuestra habitación. Ella será castigada, por qué nosotros lo pediremos… y lo peor diremos que entró con la directora.

La mujer miró a las chicas. Eran perversas y manipuladoras. Las dos chicas la estaban amenazando. Tuvo que rendirse, pero pondría condiciones

-De acuerdo no habrá castigo, pero el chico no volverá a aparecer.

-No se lo prometo… será como usted quiera-dijo Ranma. Akane lo miró espantada, era imposible que el chico claudicase, y al verle sonreír se tranquilizó. Ranma planeaba algo-… pero un ataque más a Akane y el chico volverá, está muy furioso…-Ranma estaba amenazando con vengarse- por qué Akane no es solo mi amiga, ¡es mi prometida! Y no tolero que nadie le toque un pelo. Suficiente daño le han hecho por mi culpa. Ya no aguantó que le hagan sufrir. Ni a mí mismo me lo tolero.

Akane miró a su prometido. Estaba furioso, antes no era así, pero desde que volvieron de Jusenkyo había cambiado… no desde antes de eso ya le había notado un pequeño cambio. Pero que regresaron de China el proceso se aceleró. No la insultaba tanto y procuraba que no tuviese peleas con las otras prometidas. Ranma se había enfadado con ellas por atacarla.

-De acuerdo- dijo la directora y salió enfadada. Al día siguiente saldría Satsuki de su castigo y ella se encargaría de las dos nuevas. Con un poco de suerte las bandas que había en el colegio y las dos nuevas se destruirían entre ellas. Y ellas sería la ganadora por partida doble.

Se desharía de las pandilleras. Y se vengaría al fin de quién le hizo tanto daño.

- ¡Ranma! Esa mujer planea algo malo. No me gusta. Pretende que destruyamos las bandas de pandilleras y que nosotros dos caigamos también-dijo Akane con miedo.

La chica pelirroja la miró, él también temía eso. No podía ocultárselo a la chica.

-Lo sé. Akane, pero nunca podrá con nosotros-dijo al mirar la chica la vio temblar, tuvo gana de abrazarla para confortarla. - vamos a cenar que ya es hora, mañana sale esa tal Satsuki y nos buscará las cosquillas, no se lo pondremos fácil. Recuerda que somos de las familias Saotome y Tendo, nunca nos damos por vencidos.

Akane la miró y sonrió, aunque parecía una chica, realmente era su orgulloso prometido. Y le estaba diciendo que ella por ser una Tendo debía estar orgullosa de serlo. Y no rendirse.

-Nunca no dejaremos vencer, somos los orgullosos representantes de nuestras familias. Y no somos inferiores a esas niñas mimadas.

El chico la miró y asintió. Sabía que las cosas se pondrían difíciles, a partir de día siguiente, pero no se rendirían antes nadie, ni ante la directora ni el profesorado ni ante las prepotentes de sus compañeras.