Mitsuki miró la carta que había recibido aquella mañana, la cual llevaba el mismo apellido que el suyo, "Yamamoto". Su corazón latía con fuerza. ¿Quién podría ser?

—Mitsuki, ¿Qué tienes ahí? —preguntó su abuelo desde la cocina.

—Nada, solo una carta... —respondió, guardándola en su bolsillo.

Sin pensarlo dos veces, decidió ir a la dirección indicada. Al llegar, se encontró ante la majestuosa Academia de Magia de Tokio, un lugar que parecía sacado de un sueño. Su nerviosismo aumentó cuando entró, pero no estaba preparado para lo que sucedería.

Al atravesar el vestíbulo, chocó con una chica de cabello recogido negro con puntas rubias, que lo miró con desdén.

—¿Cuidado, no? —dijo ella, apartándose.

—Lo siento, realmente no... —Mitsuki titubeó, perdiendo la oportunidad de disculparse. La miró alejarse, sintiendo que era la chica más hermosa que había visto. Su nombre era Rina Tsukino, y no tenía idea del impacto que tendría en su vida.

—¿Estás bien? —preguntó una voz a su lado. Mitsuki se giró y vio a un chico de cabello rojo. Se presentó como Reki, un mago del clan de fuego.

—Esa chica es Rina, pero no sé mucho más sobre ella —le explicó Reki. —Lo que sí sé es que hay cuatro grandes clanes: agua, fuego, luz y sombra. Yo estoy en el más bajo del clan de fuego, pero tengo una amiga que podría ayudarte.

Después de charlar, Reki se ofreció a ayudarlo a inscribirse en el examen de ingreso, que se llevaría a cabo en unos días. Era un examen crucial para formar equipos que combatirían a los Yūrei, criaturas que poseían a humanos del mundo real.

—¿Y si no puedo usar magia? —preguntó Mitsuki, ansioso.

—No te preocupes. Comenzaremos con lo básico —dijo Reki con una sonrisa. —Primero, necesitas aprender a ver el poder mágico de las personas.

Reki le explicó cómo detectar la magia de otros. A medida que Mitsuki observaba a su alrededor, notó que Reki poseía un poder mágico de 987 puntos, algo normal para su edad.

—¡Vaya! —exclamó Mitsuki, impresionado.

Reki decidió que era hora de que Mitsuki se equipara. Lo llevó a una tienda mágica, donde había una variedad de armas.

—¿Qué tipo de arma te gustaría? —preguntó Reki, mirando las opciones.

Mitsuki examinó las cuchillas expuestas y su mirada se detuvo en un cuchillo largo, más parecido a una espada cuchilla.

—Me gusta este. —Lo tomó con cuidado.

—Es una buena elección. Aunque no puedes invocar armas como yo, siempre puedes usarlo en combate. Recuerda guardarlo en su estuche.

El Examen y las Reglas

El día del examen llegó. En el estadio, 204 estudiantes se reunieron, y solo 78 serían seleccionados. Mitsuki se sintió pequeño entre ellos, especialmente cuando volvió a ver a Rina conversando con su equipo.

Un cuervo de ojos esmeralda voló y se posó en el centro del estadio, anunciando las reglas del examen.

—Atención, aspirantes. Este examen durará tres días en el bosque. Formarán equipos de tres. Los puntos se ganan derrotando a otros equipos y sobreviviendo. Solo los mejores serán seleccionados —dijo el cuervo, con una voz profunda y autoritaria.

Mientras buscaba a Reki, vio a Rina a lo lejos y decidió acercarse para disculparse. Pero al ver su poder mágico, que ascendía a 1436 puntos, se asustó y decidió que era una mala idea.

—¿Quiénes son esas chicas con ella? —preguntó, nervioso.

—Rina tiene dos compañeras.

Justo en ese momento, apareció una chica de cabello rubio que se presentó como Akane Hoshino, amiga de la infancia de Reki y que formaría parte del equipo de Mitsuki.

—¡Hola, Reki! —dijo con una sonrisa cálida.

—Akane, que se había acercado, le explicó—. La rubia es Mika Hoshino, mi hermana, y tiene 1428 puntos de poder mágico. La otra es Saya, del clan de sombra; es hermana del director.

Ya en el bosque donde se realizaría el examen Mitsuki y su equipo se encontraban caminando en busca de un refugio cuando de repente, unos magos "ninjas" aparecieron y atacaron. Reki y Akane se prepararon, mientras Mitsuki se sentía inútil.

—¿Qué magia tienes? —preguntó Akane, preocupada.

—Aun no puedo usar magia... —Mitsuki confesó, bajando la mirada.

—¡Pero si sabes pelear! —gritó Reki.

A medida que la pelea avanzaba, Mitsuki sintió la adrenalina correr por sus venas. Con un giro de su cuchillo, logró desviar un kunai, sorprendiéndose a sí mismo.

Después de escapar, se encontraron con un Yūrei de bajo nivel. En una intensa batalla, lograron derrotarlo con esfuerzo conjunto, ganando su primer punto.

—¡Lo hicimos! —gritó Reki, emocionado y cansado.

Esa noche, se refugiaron en una cueva. Pero Mitsuki despertó al día siguiente, atrapado en un árbol.

—Veo que ya despiertas—un chico rubio con orejas de gato lo miraba, jugando con un rayo en su mano.

—¿Quién eres? —preguntó Mitsuki, aún aturdido.

—Soy Yuto Raijin. ¿Quieres jugar con electricidad? —dijo, sonriendo de oreja a oreja.

Fin del Capítulo 1

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