Después de que la Yuki-onna en el cuerpo de Mitsuki congelara a los magos con un solo movimiento, el ambiente se llenó de un silencio tenso. Reki miraba con incredulidad, asimilando la magnitud del poder que había desatado su amigo.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó Reki, con un tono que intentaba ser firme, pero su voz temblaba un poco.
La Yuki-onna sonrió de manera enigmática, su figura etérea brillando con un frío azul. —Mi objetivo es robar el corazón de Mitsuki. En las leyendas, se dice que yo no poseo sentimientos, y siento curiosidad por experimentar lo que es ser humano.
Reki soltó una risa nerviosa. —Vamos, ¿en serio? ¿Esto es un juego para ti? Devuélvele el control a Mitsuki.
La Yuki-onna se rió con desprecio. —Un humano tan débil como él jamás podría controlar a un yurei de categoría demonio como yo. Para eso, necesitaría un pacto... o obligarme. Pero para ello, tendría que ser más fuerte que yo.
Reki sintió un escalofrío recorrerle la espalda. —¿Y si estuvieras dispuesta a hacer un pacto? ¿Cuáles serían tus condiciones?
La Yuki-onna soltó una carcajada que resonó en el aire helado. —Quiero el corazón de Mitsuki.
Mientras tanto, Mitsuki luchaba dentro de su propia mente. Al recobrar los sentidos, se encontró en un vasto lugar oscuro, casi desolado. Allí, frente a él, estaba la Yuki-onna.
—¿Quién eres? —preguntó Mitsuki, aún confuso.
—Soy Yuki-onna —respondió con una voz suave pero firme—. Has hecho una invocación involuntaria. Estoy aquí porque sentiste un gran deseo de poder.
Mitsuki frunció el ceño. —No entiendo. ¿Cómo sucedió esto?
Yuki-onna explicó. —Durante un momento de frenesí, sientes que tu espíritu se conecta con el de otro. Si ese espíritu decide atender tu llamada, puedes invocarlo. En tu caso, conectaste conmigo, y ahora formo parte de tu ser. Sin un pacto, tengo la capacidad de tomar control de tu cuerpo en cualquier momento.
—Eso suena peligroso... —dijo Mitsuki, preocupado.
—Normalmente, el pacto se realiza al mismo tiempo de la invocación para evitar complicaciones. Pero tú no tenías entrenamiento previo, por eso estamos en esta situación.
Mitsuki frunció el ceño, sintiendo el peso de la responsabilidad. —¿Podemos hacer un pacto ahora? —preguntó.
La Yuki-onna le miró fijamente. —Sí, pero deberás aceptar mis condiciones.
—¿Por qué tú pones las reglas? —exclamó Mitsuki. —¡Es mi cuerpo!
—Porque eres mucho más débil que yo —respondió ella con calma—. Esa es la naturaleza de los pactos.
Mitsuki respiró hondo, considerando la situación. —Entonces, ¿qué tal si compartimos el corazón? Que ambos sintamos lo mismo en todo momento.
Yuki-onna se detuvo por un momento, sorprendida. Luego sonrió, asintiendo. —Acepto.
Un brillo azul envolvió a Mitsuki y Yuki-onna, y la conexión entre ambos se estableció. Con eso, el pacto se selló, y Mitsuki sintió un nuevo flujo de poder y sensaciones.
En un instante, Mitsuki recuperó el control de su cuerpo. Las marcas en su rostro brillaban suavemente, indicándole que ahora compartía una conexión especial con Yuki-onna.
—¿Estamos listos para seguir? —preguntó Reki, aún atónito por todo lo que había sucedido.
—Sí —respondió Mitsuki, sintiéndose más fuerte que nunca. —Y ahora, no tengo miedo.
Fin del capítulo 5