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Chapter 34 - La solbra de Garhul

El sol apenas asomaba por el horizonte, tiñendo el cielo de tonos rojos y naranjas. La fría brisa de la mañana barría las tierras estériles de Silence, donde todo parecía estar en una quietud ominosa. Kael, con su cuerpo aún fortalecido por el entrenamiento bajo la tutela de Rothar, miraba al frente, sin dejar que el paisaje desolado afectara su determinación. Había algo en el aire, algo que lo empujaba hacia adelante, aunque los caminos por los que transitaba se volvían cada vez más inciertos.

"Preparado para lo que viene?" La voz de Rothar, grave y algo cargada de experiencia, irrumpió en el silencio de la mañana.

Kael asintió sin desviar la mirada. "No sé si estoy preparado, pero es lo que debo hacer. Es hora de enfrentarnos a Garhul."

Rothar dejó escapar un resoplido mientras ajustaba su equipo de caza. "Es mucho más que eso, Kael. Garhul no es solo un líder brutal. Hay algo mucho más oscuro detrás de sus acciones. Algo que ni siquiera él parece comprender del todo."

Kael sabía que las palabras de Rothar estaban cargadas de experiencia. El misterioso líder de los sobrevivientes de Silence había visto horrores durante sus años en el continente desolado, y ahora su tono grave indicaba que lo que estaba por descubrir no era algo sencillo. No era solo la lucha contra Garhul lo que los esperaba. Había algo más grande, más siniestro, que los acechaba en las sombras. El Culto de las Llamas Eternas, con su influencia expansiva, jugaba un papel mucho más importante de lo que Kael había anticipado inicialmente.

Partieron a lo largo de un sendero poco transitado, atravesando áreas cada vez más inhóspitas. Silence, en su brutalidad, parecía desafiar toda lógica de supervivencia. Los árboles retorcidos y los suelos áridos se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Cada paso que daban los acercaba más al corazón de esta tierra olvidada, un lugar donde los recuerdos de los seres humanos y las criaturas que lo habitaban parecían disolverse en el aire denso y cargado de Vitalis.

"Las señales que estamos siguiendo son claras," dijo Rothar mientras se adelantaba unos pasos. "Garhul tiene una fortaleza al norte, cerca de las ruinas antiguas. Pero lo que encontramos no son solo huellas de su poder militar. Algo más se mueve en la oscuridad. Algo relacionado con el Culto."

Kael se detuvo por un momento, sus ojos fijos en el suelo, donde encontró huellas extrañas. No eran huellas de hombres ni de las criaturas comunes de Silence. Eran marcas más profundas, como si algo o alguien hubiera sido arrastrado a través de la tierra con fuerza descomunal.

"Estas huellas... no son naturales." Kael se agachó para examinar más de cerca. Las líneas parecían deslizarse hacia el norte, hacia el territorio de Garhul.

Rothar frunció el ceño al ver las huellas. "Sí. Algo más está aquí, algo relacionado con el uso del Vitalis. El Culto no se limita solo a las palabras y los rituales. También experimentan. Usan el Vitalis como una herramienta para crear algo... más. Y Garhul parece estar en el centro de todo eso."

La mención del Culto de las Llamas Eternas hizo que una sombra cruzara el rostro de Kael. El recuerdo del ataque a su pueblo, de la masacre a manos de los seguidores del Culto, aún estaba fresco en su mente. Recordaba la figura sombría del Señor del Fuego, el líder del culto, y las llamas que todo lo consumían. Ahora, al escuchar a Rothar hablar sobre experimentos con Vitalis, una sensación de incomodidad se instaló en su pecho.

"¿Qué tipo de experimentos?" preguntó Kael con voz firme, pero sin poder ocultar la preocupación.

"Hay rumores," respondió Rothar, "rumores de seres creados a partir del Vitalis, seres que no son humanos ni bestias. El Culto ha estado probando maneras de usar esta energía para cambiar la naturaleza misma de lo que son. Transformar cuerpos. Controlar mentes. Destruir la barrera entre la vida y la muerte."

Las palabras de Rothar parecían sacadas de una pesadilla. Kael tragó con dificultad, imaginando la magnitud de lo que el Culto era capaz de hacer. La manipulación de Vitalis era peligrosa, pero usarla para crear monstruos que ni siquiera podían ser llamados seres vivos, era otro nivel de horror.

"Eso no puede ser posible," murmuró Kael, más para sí mismo que para Rothar. La idea de que el Vitalis, esa fuerza tan esencial para la vida, pudiera ser usada para fines tan oscuros, le resultaba incomprensible. ¿Cómo alguien podría tomar algo tan puro y transformarlo en un monstruo?

"No es solo una posibilidad," replicó Rothar, deteniéndose por un momento y mirando el horizonte. "Es la verdad. Y Garhul está en el centro de todo. Si llegamos a su fortaleza, tendremos respuestas. Pero también enfrentaremos un peligro más grande que cualquier monstruo que hayamos encontrado hasta ahora."

El sol comenzaba a declinar, tiñendo el cielo de colores dorados y morados mientras continuaban su viaje hacia el norte. Las huellas los guiaban, pero la tensión en el aire era palpable. Kael no podía dejar de pensar en lo que Rothar había dicho sobre la transformación del Vitalis, sobre cómo esta energía, que en su vida había sido tan vital y esencial, podía ser manipulada para crear horrores indescriptibles. Todo lo que había aprendido hasta ahora sobre el Vitalis parecía apuntar a la misma conclusión: esta energía no era solo una herramienta, sino un poder que podía ser usado para el bien o para el mal, dependiendo de las manos que lo controlaran.

A medida que el día se desvanecía y la noche comenzaba a tomar control del paisaje, la figura de una fortaleza surgió entre las sombras. Los restos de lo que alguna vez pudo haber sido una ciudad próspera estaban dispersos por todo el lugar, ahora reducido a escombros y ruinas, con torres que se erguían de manera desmoronada como dedos apuntando al cielo. La fortaleza de Garhul no era solo una base de poder, sino un testimonio del control y el miedo que ejercía sobre el continente de Silence.

"Ahí está," dijo Rothar, su voz cargada de una mezcla de respeto y temor. "La fortaleza de Garhul."

Kael asintió, su mente en alerta máxima. No solo se trataba de una batalla física. Si lo que Rothar decía era cierto, si Garhul estaba realmente involucrado con los experimentos del Culto, entonces la lucha que los esperaba era mucho más grande de lo que imaginaban. Había más en juego que solo la supervivencia personal. Enfrentar a Garhul era enfrentarse a todo lo que el Culto representaba.

Kael cerró los ojos por un momento, buscando dentro de sí mismo esa fuerza interior que lo había impulsado durante todo su viaje. Su determinación nunca había sido tan firme. Había llegado a Silence buscando respuestas sobre su propio poder, pero ahora veía con claridad que su misión era mucho más grande. No solo quería enfrentarse a Garhul. Quería detener los experimentos que estaban trastocando la naturaleza misma del Vitalis. Quería destruir la oscuridad que se había apoderado de este continente.

"No solo lucharemos por sobrevivir, Rothar," dijo Kael, sus palabras cargadas de una nueva resolución. "Lucharemos por liberar a todos los que el Culto ha manipulado, y para detener lo que Garhul ha desatado."

Rothar lo miró fijamente, un brillo de aprobación en sus ojos. "Entonces prepárate, Kael. Lo que viene será más difícil que cualquier cosa que hayas enfrentado. Pero con esa determinación... quizás tengamos una oportunidad."

Con esas palabras, los dos continuaron avanzando, adentrándose en la oscuridad de la fortaleza, dispuestos a enfrentar lo que les esperaba. En el aire, el Vitalis palpitaba con fuerza, como si todo el continente estuviera aguardando el desenlace de su viaje.