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Chapter 8 - El Combate contra Cedric

El aire fresco de la mañana se filtraba a través de las ramas de los árboles, pero Kael no sentía el alivio que debería aportar. En lugar de eso, una tensión creciente lo envolvía mientras se dirigía al claro donde había estado entrenando en secreto. La sensación de anticipación era abrumadora; cada día se sentía un poco más fuerte, un poco más habilidoso, y estaba ansioso por poner a prueba sus progresos. Sin embargo, la sombra de su hermano mayor, Cedric, siempre lo seguía. La presión de sus expectativas y su abrumadora presencia eran una carga constante en la mente de Kael.

Desde su infancia, Cedric había sido la imagen del guerrero perfecto: fuerte, decidido y respetado por todos en el pueblo. Kael había intentado seguir sus pasos, pero la inseguridad y la falta de talento físico siempre lo habían dejado atrás. A medida que crecía, el rencor hacia su hermano se había convertido en una mezcla de admiración y frustración. Mientras Kael se esforzaba por mejorar, Cedric no había mostrado interés en entender sus motivaciones. Para él, el entrenamiento de Kael era simplemente una traición a su familia, y eso lo había llevado a una confrontación inevitable.

Cuando Kael llegó al claro, su corazón latía con fuerza en su pecho. Comenzó a practicar su nueva técnica de "flujo de Vitalis", sintiendo la energía vibrar en su interior mientras conectaba su Vitalis con el entorno. Aquel día, el intento de canalizar su energía parecía más fácil que nunca, y la conexión con la naturaleza lo llenaba de una calma inesperada. Sin embargo, ese momento de paz fue interrumpido por la llegada de Cedric, cuya figura robusta se recortaba contra la luz del sol que se filtraba a través de los árboles.

"¿Qué crees que estás haciendo?" preguntó Cedric con voz grave, su mirada penetrante como una flecha. Kael se giró lentamente, sintiendo que el peso de su hermano lo aplastaba. Sabía que esta confrontación era inevitable, pero aún así, su mente luchaba por encontrar las palabras adecuadas.

"Solo estoy entrenando un poco más," respondió Kael, intentando mantener la calma. "Quiero mejorar, ser más fuerte."

Cedric frunció el ceño, su expresión oscureciéndose. "¿Más fuerte? ¿Por qué? ¿No es suficiente con lo que eres? ¿Acaso quieres deshonrar a la familia entrenando a escondidas? Esto no es un juego, Kael. Hay un límite para tu ambición."

Kael sintió un ardor en su pecho. La humillación y el resentimiento burbujeaban en su interior. Cedric no podía entender lo que significaba para él convertirse en un guerrero, superar sus limitaciones, y lo último que quería era defraudar a su familia. Sin embargo, lo que más le dolía era que su hermano no reconocía sus esfuerzos.

"No estoy tratando de deshonrar a nadie," replicó Kael, su voz temblando con frustración. "Solo quiero ser alguien que pueda proteger a la familia, no seguir siendo un niño débil."

La mirada de Cedric se volvió más dura, y en un instante, la tensión se transformó en acción. "Entonces, demuéstramelo," dijo, avanzando hacia él. "No voy a ir suave contigo. Si quieres ser más fuerte, tendrás que aprender de la manera difícil."

Sin otra opción, Kael se preparó para lo inevitable. Aunque sabía que su hermano era físicamente superior, sentía que había una chispa de determinación en su interior, una fuerza que provenía de su deseo de ser mejor. La imagen de su familia, especialmente la de su madre y su hermana, lo impulsó a levantarse y luchar.

Ambos se enfrentaron en el claro, el silencio del bosque en contraste con el tumulto que ocurría entre ellos. Cedric se movió con rapidez, lanzando un golpe directo a Kael, quien, por instinto, esquivó a un lado. Pero su hermano era un oponente formidable, y pronto se dio cuenta de que estaba en desventaja. Cada movimiento de Cedric era preciso y lleno de fuerza, y Kael tuvo que usar toda su agilidad para mantenerse a flote.

Fue entonces cuando recordó su reciente entrenamiento en la técnica de "flujo de Vitalis". En un instante de inspiración, decidió arriesgarse. Concentrándose, empezó a canalizar su Vitalis a través de su cuerpo, conectándose con la energía de la naturaleza a su alrededor. Sintió cómo su Vitalis fluía, fortaleciéndose y pulsando con vida. Era como si la tierra misma le diera poder, elevando su agilidad y reflejos.

Con un grito de guerra, Kael se lanzó hacia adelante, utilizando su nueva técnica. Con un movimiento sorprendentemente rápido, logró esquivar un golpe de Cedric y contraatacar, golpeando el costado de su hermano. El impacto fue suficiente para dejar a Cedric momentáneamente aturdido, y Kael sintió una explosión de esperanza. Había encontrado una brecha, una oportunidad que le daba una ventaja, aunque fuera por un breve periodo.

Sin embargo, esa ventaja fue efímera. Cedric, recuperándose rápidamente, redobló su esfuerzo, y en cuestión de segundos, volvió a tomar el control de la pelea. Con un movimiento calculado, lanzó a Kael al suelo, aplastando su espíritu con la fuerza de su propio cuerpo. El aire se le escapó de los pulmones, y Kael sintió cómo la energía de su Vitalis se desvanecía rápidamente, dejándolo vulnerable.

"¿Ves? No importa cuánto intentes, siempre serás inferior," dijo Cedric, su voz dura y despectiva. La humillación lo envolvió como una sombra, y la desesperanza lo acechaba. Kael se quedó en el suelo, sintiéndose impotente y derrotado. Pero en lo más profundo de su ser, algo despertó; una determinación silenciosa que lo impulsó a levantarse de nuevo.

Con esfuerzo, Kael se puso de pie, sintiendo el ardor de sus músculos y el peso de la decepción. "No estoy dispuesto a rendirme," declaró, su voz resonando con una nueva resolución. "Este no es el final. Voy a ser más fuerte, lo prometo."

Mientras Cedric se alejaba, Kael sintió que algo había cambiado en él. Aunque la confrontación había sido dura y humillante, había logrado demostrar, incluso si solo por un momento, que tenía el potencial para ser más que lo que su hermano había visto en él. Aunque la lucha había dejado cicatrices, también había avivado la llama de su determinación. Era hora de regresar a su entrenamiento y utilizar cada herramienta a su disposición para crecer, sin importar lo que dijera Cedric.

Con la mente aún zumbando por la confrontación, Kael se adentró de nuevo en el bosque, decidido a superar sus limitaciones y descubrir todo lo que podía lograr. La lucha había sido un recordatorio brutal de sus debilidades, pero también le había dado una razón más para luchar. En su corazón, sabía que el camino por delante sería difícil, pero estaba listo para enfrentarlo, sin importar cuán arduo pudiera ser.