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Chapter 3 - La Estrategia del Inmortal

Después de las inscripciones, Ling Tian regresó a su habitación con una mente llena de pensamientos y una sensación de urgencia quemando en su pecho. Mientras se sentaba en su viejo colchón de paja, cerró los ojos y comenzó a cultivar, canalizando el Qi de su entorno para reforzar su débil núcleo espiritual. El flujo del Qi lo tranquilizaba, pero sabía que tenía un largo camino por recorrer antes de siquiera acercarse al poder que alguna vez tuvo.

"Tengo que ser rápido. No puedo permitirme perder tiempo."

Pero mientras la energía espiritual fluía a través de su cuerpo, su mente no se detuvo. Comenzó a recordar cómo, en su vida anterior, las sectas cayeron una por una ante el Clan Demoníaco Sangriento. ¿Cómo un clan que antes era considerado una amenaza menor se había convertido en una fuerza capaz de destruir incluso la Secta Celestial Tianyan?

Ling Tian cerró los ojos con más fuerza, tratando de organizar sus pensamientos. La respuesta no era simple, pero ahora que lo pensaba, ciertos eventos destacaban.

Primero, recordaba cómo el Clan Demoníaco había obtenido un Artefacto Celestial de Nivel Supremo, algo que en el pasado se consideraba un mito. Este artefacto, llamado El Ojo de las Mil Verdades, tenía la capacidad de detectar las defensas más ocultas y los puntos débiles de cualquier secta, incluso las más poderosas. Con este artefacto, los demonios siempre sabían cuándo y dónde atacar, golpeando justo donde dolía más.

"La obtención de ese artefacto fue el principio del fin," pensó Ling Tian, frunciendo el ceño. Recordaba cómo una secta menor había desaparecido de la noche a la mañana, su líder traicionado y asesinado. En ese momento, nadie sospechaba del Clan Demoníaco, pero más tarde, se supo que ellos habían emboscado a un explorador celestial, robando el artefacto mientras su maestro y compañeros habían caído.

Otro factor clave fue la infiltración. Traidores. El Clan Demoníaco era experto en sembrar discordia y corrupción desde adentro. Se decía que ofrecían tesoros, habilidades oscuras y poder a cambio de la lealtad de ciertos discípulos de sectas rivales. Incluso en la Secta Celestial Tianyan, habían al menos tres maestros de alto rango que vendieron información vital al Clan Demoníaco a cambio de promesas de poder y riqueza eterna.

"Maestro Xun y Maestro Lei," pensó Ling Tian, recordando los nombres. "Ambos traicionaron a la secta por codicia y ambición." El Maestro Lei, en particular, había vendido la ubicación de las defensas ocultas de la Montaña Principal, lo que permitió a los demonios abrirse paso fácilmente en su ataque final.

Pero quizás lo que más devastó a la Secta Celestial Tianyan fue la capacidad del Clan Demoníaco para utilizar las Llamas del Desvanecimiento Celestial, un fuego que solo puede ser alimentado por almas puras. Se decía que cada vez que una secta caía, los demonios capturaban las almas de sus miembros más puros y usaban esa energía para alimentar las llamas, haciéndolas más poderosas. La noche que atacaron la Secta Tianyan, las llamas ardían tan intensamente que incluso los cultivadores en el nivel de Alma Naciente fueron consumidos sin poder resistirse.

Ling Tian abrió los ojos lentamente, un brillo frío reflejándose en ellos.

"No puedo permitir que eso suceda de nuevo." Se levantó y caminó hacia la ventana de su pequeña cabaña, observando la luna que comenzaba a elevarse en el cielo nocturno. "La clave está en el artefacto y en encontrar a los traidores antes de que puedan actuar. Pero también tengo que prepararme para el fuego..."

Mientras observaba el cielo, una idea comenzó a formarse en su mente. "Debo encontrar la forma de que nuestra secta no dependa solo de la defensa. Necesitamos algo que los demonios no puedan anticipar."

En ese momento, recordó el gran maestro de formación, un hombre que había desaparecido en la historia, pero que poseía conocimientos sobre formaciones defensivas únicas que eran imposibles de detectar. Si podía encontrarlo y aprender de él, tal vez, solo tal vez, tendría una oportunidad.

"Maestro Gu siempre decía que 'el talismán más efectivo no es el que te protege, sino el que hace que el enemigo dude en atacar'," murmuró Ling Tian para sí mismo. Tenía que aprender a ser más que un simple cultivador; necesitaba convertirse en un estratega, en alguien que siempre iba un paso adelante de su enemigo.

De repente, la puerta de la cabaña se abrió y el Maestro Gu entró, mirándolo con curiosidad.

—¿Qué haces aún despierto, Ling Tian? El camino de la cultivación requiere descanso también, ¿sabes? No te volverás más fuerte en una noche.

Ling Tian se giró y, por primera vez, sonrió de manera relajada, dejando ver un atisbo de la serenidad que siempre había poseído antes de la tragedia.

—No se preocupe, Maestro. Solo estaba recordando por qué me uní a la Montaña de los Talismanes.

—¿Ah sí? —El Maestro Gu arqueó una ceja—. ¿Y cuál fue la razón?

Ling Tian se quedó en silencio un momento antes de responder.

—Para demostrar que no es la montaña la que hace al cultivador, sino el cultivador el que hace la montaña.

El Maestro Gu lo miró con sorpresa, pero luego asintió, sonriendo.

—Tienes razón. Ahora descansa, muchacho. Mañana será un día largo.

Mientras el Maestro Gu se retiraba, Ling Tian volvió a sentarse en su cama, cerrando los ojos para cultivar una vez más. Pero esta vez, lo hizo con un propósito más claro. Ya no era el joven que había sido antes. Ahora tenía la oportunidad de cambiarlo todo, y lo haría, cueste lo que cueste.

Pero antes, debía asegurarse de no dejarse consumir por el odio o la desesperación. Debía seguir siendo directo, pero no obsesivo, cauteloso, pero no paralizado por el miedo. Y así, la primera noche en su segunda vida, comenzó a tejer la red de estrategias que utilizaría para enfrentar al Clan Demoníaco y proteger a aquellos que, en su vida pasada, había perdido.

"Esta vez, seré el cazador, no la presa," pensó antes de sumergirse de lleno en su cultivo, la energía del universo respondiendo a su voluntad.