Víctor, al cruzar el umbral de la nave, se encontró en un oscuro vestíbulo vacío. El silencio era inquietante, pero su instinto le decía que no bajara la guardia. De repente, sintió una presencia detrás de él, y antes de que pudiera reaccionar, una fría punzada en su nuca lo alertó.
Sin pensarlo, activó su poder y, en un movimiento rápido, giró su cuerpo, lanzando una onda explosiva. La energía se expandió en un poderoso estallido, arrasando con todo a su alrededor. Los enemigos que habían estado al acecho fueron enviados volando por los aires, chocando contra las paredes metálicas de la nave.
El ruido de los cuerpos cayendo resonó en el interior, y Víctor, ahora en guardia, se preparó para el siguiente ataque. La adrenalina corría por sus venas mientras su mirada se enfocaba en las sombras que empezaban a levantarse. Sabía que había desatado el caos, pero eso era justo lo que quería.
A medida que los enemigos intentaban recomponerse, Víctor avanzó, su poder resplandeciendo con una intensidad que iluminaba la oscuridad del lugar. Estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se le presentara, decidido a proteger a sus seres queridos y a acabar con la amenaza de una vez por todas.
Erick, un joven sicario con ambiciones desmedidas, había estado esperando el momento adecuado para demostrar su valía. La oportunidad llegó cuando su jefe, un criminal temido, comenzó a hablar de eliminar a Víctor de una vez por todas. Sin embargo, Erick tenía otros planes. Con un rápido movimiento, apuñaló a su jefe en la espalda, asegurándose de que no hubiera vuelta atrás.
Con la muerte del líder, Erick tomó el control de la operación y decidió que su prioridad era deshacerse de Víctor y apoderarse del dinero que había sido la base de su imperio. Sabía que enfrentar a Víctor sería un desafío, pero también veía en ello una oportunidad para ganarse un nombre en el mundo del crimen.
Mientras se preparaba para la confrontación, Erick reunió a un grupo de sicarios leales y trazó un plan. Con el poder de su antiguo jefe a su disposición, estaba listo para llevar a cabo su venganza, convencido de que podía superar al legendario guerrero. Su codicia y ambición lo cegaron a las realidades del enfrentamiento que estaba a punto de desatar.
Victor se lanzó hacia Erick con una velocidad abrumadora, y ambos se encontraron en el aire, intercambiando golpes que resonaban como truenos. Cuando sus puños chocaron, un destello de energía surcó el espacio, rompiendo el tejido del tiempo y el espacio a su alrededor.
La onda de choque creó una explosión de luz que iluminó la nave enemiga, enviando a los sicarios volando en diferentes direcciones. Victor, enfocado en su adversario, no se dejó intimidar por el caos que los rodeaba. Con una serie de movimientos rápidos, esquivó los ataques de Erick, buscando abrir una brecha en su defensa.
Erick, aunque sorprendido por la fuerza de Victor, contraatacó con rabia, su ambición impulsándolo a seguir adelante a pesar del peligro. El combate se intensificó, cada golpe enviando vibraciones por la nave, mientras ambos luchadores trataban de superar al otro en un duelo que definiría el destino de sus respectivos caminos.
Victor observó cómo ambos viajaban en el tiempo, llegando justo a la casa de la familia narco de Karen. Al ver a su hija adoptiva, Gaby, desatarse y correr hacia él, su corazón se llenó de pánico. Intentó protegerla, pero Erick se colocó a su lado, sonriendo maliciosamente.
En ese instante, Rigor despertó, recuperando fragmentos de su memoria al ver a Dariel. "¡Debemos ir donde Victor!", exclamó, tomando su mano y teletransportándose al pasado. Se situaron a una distancia prudente, justo cuando Erick, con una mirada de triunfo, dijo: "Tal vez tu padre no pueda salvarte".
Antes de que Victor pudiera reaccionar, Erick despojó a Gaby de su alma, lanzándola a la nada absoluta. Victor, sintiendo la pérdida, salió volando con rapidez hacia el alma de Gaby, decidido a recuperarla. Erick, sintiendo la inminente ira de Victor, lo persiguió, mientras Rigor se apresuraba hacia su amigo para ayudarlo.
Dariel, por su parte, permaneció cuidando el cuerpo inerte de Gaby en el suelo, su mente llena de preocupación. Sabía que el tiempo era crucial y que debía proteger a Gaby hasta que Victor pudiera traerla de vuelta. La tensión se palpaba en el aire, y el destino de todos dependía de la valentía y la determinación de Victor y Rigor.
Victor, tras lanzar el alma de Gaby a Rigor, sintió cómo la energía de su adversario, Erick, se intensificaba. Con determinación, se teletransportó velozmente, golpeando a Erick en la nuca con una fuerza devastadora que lo lanzó hacia atrás, desestabilizándolo.
Sin embargo, justo en ese momento, un portal se abrió detrás de él, y Nine Sharon emergió de las sombras, una figura temida en su universo. Su cabello blanco brillaba con una intensidad sobrenatural, y su mirada helada se posó sobre Victor. La atmósfera se tornó pesada, cargada de una tensión palpable.
"¿Aún luchas por lo que has perdido, Victor?" preguntó Nine Sharon, su voz resonando con un eco siniestro. "Siempre has sido un héroe, pero la derrota es un destino inevitable."
Victor, sintiendo el poder de Nine Sharon, recordó las batallas pasadas y todo lo que había sacrificado. "No voy a dejar que el pasado determine mi futuro. Lucharé por cada vida que pueda salvar", respondió, con la determinación ardiendo en su interior.
Erick, recuperándose del golpe, se levantó, con la rabia iluminando sus ojos. "¡No voy a permitir que te lleves lo que es mío!", gritó, lanzando una onda explosiva que destrozó el suelo a su alrededor.
Victor, concentrado, esquivó el ataque y contraatacó con una ráfaga de energía. Ambos, Erick y Nine Sharon, se lanzaron hacia él, creando una tormenta de puñetazos y explosiones. Cada golpe resonaba como un trueno, rompiendo el espacio-tiempo a su alrededor.
Mientras luchaban, Rigor, sosteniendo el alma de Gaby, se unió a la batalla desde la distancia. Sabía que debía proteger esa esencia mientras su amigo luchaba contra estos adversarios formidables. Dariel, al ver el caos, tomó una decisión. No podía quedarse al margen; debía ayudar a cuidar el cuerpo de Gaby y unirse al combate.
"¡No te preocupes, Gaby, estoy aquí!", murmuró Dariel, su corazón latiendo con fuerza mientras se preparaba para lo que estaba por venir.
Victor, viendo a sus amigos en peligro, sintió que su poder aumentaba, alimentado por la necesidad de proteger a aquellos que amaba. "¡No dejaré que nadie sufra más hoy!", gritó, elevando su energía a niveles nunca antes vistos. Su forma se transformó, músculos tensos y cabello brillante, preparado para desatar un poder descomunal.
Nine Sharon, sintiendo la transformación de Victor, sonrió con arrogancia.
Rigor se lanzó al combate con determinación, aprovechando la distracción de Victor y Erick. Con un movimiento ágil, impactó su puño en la mejilla de Nine Sharon, haciendo que retrocediera un par de pasos, sorprendido por la ferocidad del ataque.
"¡No estás solo, Victor!" gritó Rigor, reafirmando su decisión de luchar junto a su amigo. La conexión entre ellos se fortalecía, una sinergia forjada en batallas pasadas. Victor, viendo a Rigor al lado, sintió que su confianza aumentaba.
Erick, furioso por el golpe recibido, se giró hacia Rigor, lanzando una onda de energía oscura que amenazaba con devorarlo todo. Rigor, sin perder el tiempo, levantó su brazo para crear una barrera de energía, absorbiendo el impacto.
"¡No te dejaré ganar!" exclamó, mientras se preparaba para contraatacar. Victor, sintiendo la energía de su compañero, se unió a él, enviando una ráfaga de energía que envolvió a Erick.
La batalla se intensificaba, y el ambiente estaba cargado de tensión. Ambos, Victor y Rigor, sabían que el destino de sus seres queridos dependía de ellos. Mientras tanto, Dariel, cuidando el cuerpo de Gaby, sentía la necesidad de hacer más.
"Debo ayudar", murmuró, y aunque se sentía pequeña ante la magnitud del conflicto, su determinación la empujó a levantarse. Se acercó a la pelea, buscando cualquier forma de apoyar a sus amigos.
"¡Yo también soy parte de esto!" gritó, lanzando un ataque de energía hacia Erick. La explosión distrajo al sicario, dándole a Rigor y Victor la oportunidad perfecta para avanzar.
"¡Ahora, Victor!" ordenó Rigor, y ambos lanzaron un ataque combinado que resonó a través de la dimensión, creando una onda expansiva que alteró el tejido mismo de la realidad. La batalla alcanzaba su clímax, y la victoria estaba al alcance de sus manos.
Erick y Nine Sharon, a pesar de las heridas visibles en sus cuerpos, sintieron cómo una oleada de poder fluía a través de ellos. Con un grito gutural, Erick reunió su energía oscura, intensificando su presencia. Al mismo tiempo, Nine Sharon se enfocó, sus ojos brillando con una furia renovada.
"¡No hemos terminado!" rugió Erick, levantando una mano para canalizar una esfera de energía negra que comenzó a girar peligrosamente. "Este es solo el comienzo de nuestra venganza."
Nine Sharon, viendo a su aliado enérgico, se unió a él. "Juntos, somos invencibles," dijo, y ambos comenzaron a formar un ataque combinado. Una sombra oscura se extendió entre ellos, creando un aura ominosa que hizo temblar el espacio alrededor.
Victor y Rigor intercambiaron miradas. Sabían que el siguiente golpe podría ser decisivo. "Debemos trabajar juntos," dijo Victor, alzando su mano y canalizando su poder. "Rigor, necesitamos que uses toda tu fuerza."
"¡Cuenten conmigo!" respondió Rigor, mientras sus músculos se tensaban y una luz brillante lo rodeaba. La energía positiva se intensificó a su alrededor, creando una barrera contra la oscuridad que emanaban Erick y Nine.
Rigor, con determinación, se lanzó hacia Nine Sharon, quien lo esperaba con una sonrisa desafiante. Ambos comenzaron a intercambiar golpes, la intensidad de la batalla elevándose a medida que se alejaban del campo de combate original. El espacio se distorsionaba a su alrededor, y en un instante, se encontraron en un planeta lejano, con paisajes extraños y una atmósfera cargada de energía.
Aprovechando una apertura, Rigor ejecutó un rápido movimiento, golpeando el plexo solar de Nine con un puño contundente. El golpe dejó a Nine sin aliento, tambaleándose hacia atrás. Sin perder tiempo, Rigor canalizó su energía y lanzó un ataque devastador, una esfera de poder concentrado que atravesó el pecho de Nine. La explosión resultante iluminó el paisaje, dejando a Nine con el torso y el estómago gravemente heridos, luchando por mantenerse en pie.
"Esto no ha terminado, Rigor," gruñó Nine, mientras la furia brillaba en sus ojos. Pero Rigor, sintiendo el ardor de la victoria, se preparó para el siguiente movimiento, decidido a acabar con su enemigo de una vez por todas. Sin embargo, sabía que Erick aún representaba una amenaza significativa, y debía volver a unirse a sus aliados.
Nine Sharon, sintiendo el peso de su derrota y la fatiga acumulada, miró a Rigor con una mezcla de resignación y arrepentimiento. "Hey," dijo con voz temblorosa, "dile a Victor que me perdone. Fue un error volverme un enemigo."
Con esas palabras, su cuerpo se dejó caer, cayendo de rodillas y finalmente colapsando, dejando una estela de energía en el aire. Rigor, aunque victorioso, sintió una extraña mezcla de alivio y tristeza al ver caer a su enemigo. Sabía que en la guerra, las decisiones erróneas podían costar vidas y destruir amistades.
Rigor se dio la vuelta, consciente de que la batalla aún no había terminado. Tenía que regresar con Victor y Erick, y asegurarse de que la amenaza se extinguiera por completo. La lucha contra el destino y el dolor del pasado aún resonaban en el aire, y cada uno de ellos debía enfrentar sus propios demonios.
Erick, sintiendo la presión del poder que Victor emanaba, dio un paso hacia atrás, malherido, pero con la determinación de no rendirse. "Estás... acabado," dijo con dificultad, la fatiga y el dolor visible en su rostro.
Victor, sin perder la compostura, simplemente sonrió. "Te dije que no pueden vencerme," respondió, su voz firme y decidida. Con un movimiento rápido, reunió su energía.
Victor, atónito por la brutalidad del ataque, sintió cómo su corazón se hundía al ver a Erick lanzó el corte que lo desmembro, el corte que había recibido había sido devastador. La sangre manaba de las heridas, manchando el suelo, mientras las piernas de Erick aún temblaban con vida.
Erick, con su aliento entrecortado, miró a Victor con una mezcla de desafío y desesperación. "Creías que estabas a salvo, ¿verdad?" dijo, su voz apenas un susurro. "Este juego apenas comienza."
Victor, sintiendo la rabia y la impotencia, reunió su energía para intentar sanar su propio cuerpo, pero la escena frente a él le hizo cuestionar su propia fuerza. Sabía que no podía permitir que la situación se descontrolara aún más. Sin embargo, el horror de lo que había presenciado lo dejó en un estado de confusión. No pudo aguantar ya y quedó muerto con sus ojos abiertos.
Continuará.