Chereads / History Academy Arco 5: sufrimiento y redención. / Chapter 1 - Episodio 1: El día de la paz y la derrota de Xal'Azar

History Academy Arco 5: sufrimiento y redención.

🇸🇻Victor_Jose_Perez
  • 33
    Completed
  • --
    NOT RATINGS
  • 3.3k
    Views
Synopsis

Chapter 1 - Episodio 1: El día de la paz y la derrota de Xal'Azar

Victor, aún en medio del vacío y en proceso de asimilar lo sucedido, sintió la presencia de Jehová acercándose a él. Giró lentamente, encontrándose con la figura ahora liberada de aquel ser oscuro que había causado tanta destrucción. La pregunta de Jehová, simple pero cargada de significado, resonó en el espacio infinito: "¿Estás bien?"

Victor, con la mirada fija en el horizonte vacío, dejó que el silencio permaneciera por un momento antes de responder. Aún con su cuerpo y mente agotados por la batalla, dejó escapar una leve risa amarga.

"¿Estoy bien?" repitió, casi incrédulo. "He ganado... pero todo lo que conocía ha desaparecido. El costo de detener a Xal'Azar fue más alto de lo que imaginé. No hay hogar, no hay lugar donde regresar, no queda nada... ¿eso cuenta como estar bien?"

Jehová lo observó con una expresión solemne. "Lo entiendo, Victor. El sacrificio fue grande, y las cicatrices de lo que se perdió no sanarán fácilmente. Pero tú eres más fuerte de lo que crees. Lo que has logrado hoy ha evitado la aniquilación absoluta de todo. Aún tienes el poder de rehacer lo que se destruyó. No estás solo en esto."

Victor lo miró por un instante, notando la seriedad y el cansancio en el rostro de Jehová. "¿Y tú? ¿Qué vas a hacer ahora? Después de todo lo que ha pasado... ¿qué nos queda a los dos?"

Jehová inclinó la cabeza con un gesto pensativo. "Quizás... ahora es el momento de crear un nuevo comienzo. Para ti, para mí... y para lo que queda de este universo. Podemos reconstruirlo. Tú tienes la fuerza, y yo el conocimiento. Juntos, podemos restaurar lo que fue perdido, o tal vez, crear algo aún mejor."

Victor miró sus propias manos, sintiendo el peso del poder que había adquirido. "No sé si estoy listo para eso. Pero si hay algo que pueda hacer... lo intentaré."

Jehová asintió con una sonrisa suave. "Eso es todo lo que se necesita. Un primer paso."

Con esas palabras, los dos comenzaron a contemplar el vacío infinito, preparados para dar los primeros pasos hacia la creación de un nuevo destino.

Jehová se acercó a Victor y, con un tono firme pero alentador, dijo: "Tienes el poder suficiente, solo tienes que chocar el puño conmigo."

Victor, sin decir una palabra, asintió y levantó su puño. Con toda su fuerza, golpeó el puño de Jehová, y en ese instante se creó una explosión inmensa, un nuevo Big Bang, pero a la inversa. La energía desatada no creó vida nueva, sino que retrocedió el tiempo, llevando el universo a un punto anterior a la destrucción, restaurando las ciudades, los planetas y parte de la existencia de seres vivos.

Mientras el proceso avanzaba, Victor observaba cómo lentamente comenzaban a aparecer algunas criaturas, humanos y otros seres. Las ciudades se reconstruían y todo parecía volver a la normalidad, pero no de manera completa.

Jehová, mirando el panorama con cierta tristeza, comentó: "Algunos aparecerán, Victor, y otros no. No hay una posibilidad alta de que todo regrese como antes. Así es la naturaleza de la restauración; no es perfecta. No sé si tus amigos, como Rigor o José, volverán."

Victor observó a Jehová con una mirada seria, el vacío en su interior creciendo con cada segundo. El sentimiento de odio y desprecio comenzó a brotar dentro de él, mezclándose con la confusión y la frustración de haberlo perdido todo, incluso tras haberlo dado todo en la batalla.

Se sentía traicionado por la injusticia del universo, por la impotencia de Jehová para restaurar a sus amigos. A pesar de haber derrotado a Xal'Azar y haber restaurado parte de la existencia, el vacío seguía ahí, como una herida que no podía sanar.

Sin palabras, el desprecio en su mirada hacia Jehová lo decía todo: la ira de un héroe que había sacrificado tanto, pero al que la victoria no le devolvió lo que más importaba.

Jehová miró a Victor y, al observar el odio y el desprecio en sus ojos, algo profundo dentro de él resonó. Por un momento, comprendió lo que su hijo, Jesús, había experimentado cuando fue crucificado en la cruz hacía tanto tiempo. La sensación de abandono, el dolor y el sacrificio inútil resonaban ahora en el corazón de Jehová, y las antiguas cicatrices en sus manos y pies parecieron arder una vez más.

Era como si, por primera vez en milenios, pudiera sentir el verdadero peso del sufrimiento, el dolor de ver a alguien que lo había dado todo y aún así sentía que no había logrado nada. Las marcas en sus manos y pies eran recordatorios permanentes de su propio sacrificio, pero ahora entendía mejor que nunca lo que significaba perder lo más importante, aquello que incluso el poder divino no siempre podía restaurar.

Jehová habló con voz baja y llena de pesar: "Victor, comprendo tu dolor... Lo que has perdido, lo que has sacrificado... Es algo que ni siquiera yo, con todo mi poder, puedo deshacer completamente. La vida tiene un precio, y a veces, ni siquiera los dioses pueden evitar que el destino tome lo que es suyo."

La gravedad de sus palabras, junto con las marcas en su cuerpo, mostraban la vulnerabilidad que sentía en ese momento, algo que rara vez revelaba a los mortales.

Victor, con una mirada llena de incredulidad y una mezcla de rabia y dolor, respondió a Jehová. Su voz era áspera, pero cargada de emociones reprimidas:

"¿Comprendes mi dolor? ¿De verdad crees que entiendes lo que es perderlo todo? ¡Tú eres un dios! Has estado aquí desde el principio, lo controlas todo, y aun así... ¿me dices que no puedes cambiar nada? ¡Eso es una burla! Me obligaste a luchar, a sacrificar todo lo que tenía, mis amigos, mi vida, y para qué... ¿para que las cosas sigan igual? ¿Para que no puedas hacer nada?"

Victor dio un paso hacia Jehová, apretando los puños con fuerza, el vacío en su corazón cada vez más evidente. Continuó, sin bajar la mirada:

"Siempre nos han enseñado a creer en ti, a pensar que tienes todas las respuestas, pero ahora, cuando más lo necesito, solo encuentro vacío. No quiero tus palabras de consuelo, no quiero tu comprensión. Lo que quiero es justicia para los que he perdido, y no creo que seas capaz de dármela."

El desprecio en sus palabras era inconfundible, y la incredulidad en su semblante mostraba que, aunque Jehová podía ser todopoderoso, para Victor, en ese momento, no era más que otra figura que lo había decepcionado.

Jehová notó el odio en los ojos de Victor y bajó la mirada con una expresión de pesar. Con voz apesadumbrada, dijo:

"Perdón, pero yo... ya no puedo hacer nada al respecto. Perdona, mi poder, aunque está intacto, cuando entidades o personas como Xal'Azar borran algo, cuesta mucho volverlo a poner... o en todo caso, recuperar."

Victor permaneció en silencio por un momento, observando a Jehová con incredulidad y desdén. Finalmente, respondió con una voz contenida pero llena de resentimiento:

"Lo siento, no es suficiente... Tu poder es lo que nos trajo hasta aquí, pero ahora me dices que no puedes hacer nada. Xal'Azar destruyó a mis amigos, mi mundo... y tú simplemente no puedes recuperarlos."

Miró alrededor, viendo cómo la restauración de la existencia era incompleta. Algunas vidas volvían, pero otras no. Victor cerró los ojos y añadió, sombrío:

"¿De qué sirve todo este poder si no podemos salvar lo que realmente importa? No quiero excusas, no quiero promesas vacías... Tal vez nunca debimos haber confiado en los dioses."

El agotamiento físico y emocional se reflejaba en cada palabra, pero sobre todo en sus ojos, que ahora carecían del brillo de esperanza que una vez tuvo. Victor había alcanzado niveles de poder inimaginables, pero el costo había sido demasiado alto, y ahora ni siquiera un dios como Jehová podía enmendar el dolor de sus pérdidas.

Victor, con los puños apretados y la voz quebrada por la frustración, miró directamente a Jehová y dijo:

"Mi familia era importante... ellos me amaban, ¿sabes? Todo lo que hice, cada lucha, cada sacrificio, fue por ellos. Y ahora me dices que no puedes devolverme eso, que todo este poder no es suficiente para traerlos de vuelta."

Su mirada estaba llena de rabia y tristeza, mientras continuaba:

"¿De qué sirve salvar este maldito universo si no están ellos aquí para verlo? Me prometí a mí mismo que los protegería, pero ahora... ahora me dices que no hay manera. Es como si todo hubiera sido en vano."

Victor sacó lentamente la pequeña canica outversal de su bolsillo y la observó por unos instantes. Su mirada, llena de melancolía, se desvió hacia Jehová, mientras sostenía la esfera brillante en su mano.

"Aquí están algunos conocidos... pude protegerlos," dijo con una mezcla de alivio y tristeza. "No todos, pero algunos lograron sobrevivir."

Sus ojos volvían a la canica, sintiendo el peso de su decisión. Sabía que había hecho todo lo posible, pero la realidad de las pérdidas aún era abrumadora.

Con un movimiento rápido, Victor lanzó la pequeña canica hacia el vacío del espacio, observando cómo desaparecía entre las estrellas. Sin dudarlo, chasqueó los dedos, y al instante, el outverso que había creado comenzó a expandirse a una velocidad increíble.

La esfera, que parecía insignificante, se transformó en un vasto y creciente universo, llenándose de vida nueva. Planetas, estrellas, y galaxias comenzaron a tomar forma, mientras seres vivos, tanto conocidos como nuevos, volvían a habitar este nuevo cosmos. Victor observaba en silencio, viendo cómo su creación cobraba vida y se convertía en un refugio para los seres que había logrado proteger.

Un profundo alivio, mezclado con una ligera tristeza, recorrió su cuerpo. Había dado un nuevo comienzo a aquellos que pudo salvar, pero el dolor de las pérdidas aún permanecía en su corazón.

Victor, con la mirada fija en el vasto outverso que acababa de crear, apretó los puños y sus palabras salieron llenas de frustración y resentimiento.

"Confié en ti más que en nadie, Jehová," dijo, su voz temblando ligeramente, pero cargada de una intensidad palpable. "Pensé que eras la respuesta, la guía... y al final, solo trajiste más dolor. Mi familia... mis amigos... todos ellos, confiando en mí, confiando en que podría protegerlos. Y mira lo que sucedió."

Se giró lentamente hacia Jehová, su semblante endurecido. "Te di mi fe, mi lealtad... y ahora, ¿qué queda? Un universo vacío, con apenas fragmentos de lo que una vez fue. Me fallaste."

Victor, con el rostro endurecido por el dolor y la frustración, suspiró profundamente mientras observaba a Jehová una última vez.

"Volveré a mi universo", dijo con un tono cansado. "Espero que en tu cielo o tu plano astral puedas recuperarlos... porque yo ya no tengo más fuerzas para seguir perdiendo a los míos."

Con un suspiro, se dio la vuelta y comenzó a alejarse, elevándose hacia el vacío del espacio, dejando atrás a Jehová y todo lo que representaba. Mientras volaba, su figura desapareció en la vasta oscuridad, llevando consigo el peso de sus recuerdos, sus pérdidas, y la esperanza de que algún día las cicatrices se curarían.

Victor atravesó el mega omniverso observable con una velocidad inigualable, su figura desvaneciéndose en la inmensidad del espacio mientras se dirigía a su propio universo. El viaje fue arduo, y su mente comenzó a jugarle malas pasadas; el desgaste y el poder colosal que empleaba empezaron a hacer mella en él.

Con el universo de nuevo a la vista, Victor sintió cómo su vuelo se volvía cada vez más errático. La atmósfera de la Tierra se acercaba rápidamente, y mientras atravesaba el espacio, lanzó una parte de su poder para propulsarse, luchando contra la fricción del ambiente. Su ropa y piel se incendiaron por el calor de la reentrada, pero él permanecía imperturbable, el fuego no le afectaba.

Finalmente, Victor descendió sobre la atmósfera terrestre, pasando por los edificios y la Academia Historia que se divisaban abajo. Observó brevemente Guatemala y luego México mientras se precipitaba hacia el suelo. Su velocidad era incontrolable, y cuando finalmente impactó, la fuerza del choque creó un enorme cráter en el suelo mexicano. La estatua de México en el centro de la ciudad fue destruida por completo por la colisión.

Victor yacía en el cráter, exhausto y gravemente dañado, su cuerpo debilitado por la travesía y la enorme fuerza del impacto. La caída había dejado marcas profundas en el suelo, y él, completamente agotado, yacía inmóvil en medio de la devastación que había causado.

Victor, tendido en el cráter, comenzó a observar cómo las personas empezaban a aparecer gradualmente en su entorno restaurado. Algunas de ellas, sorprendidas por la repentina aparición del cráter y la destrucción a su alrededor, se acercaron con cautela. Entre ellos, algunos se aventuraron a asomarse al borde del cráter, mirando con asombro y preocupación hacia donde yacía Victor.

Las miradas curiosas se volvían hacia el extraño fenómeno y el cráter, sin entender del todo lo que había ocurrido. La presencia de Victor, casi invisible entre los escombros y el polvo, parecía ser una parte de este nuevo y desconcertante paisaje.

Victor intenta levantarse, pero solo logra sentarse en medio de los escombros, su cuerpo aún exhausto y dolorido. Agacha la cabeza y murmura con un tono de resignación: "No sé si sentirme feliz o triste." Las emociones conflictivas y el peso de todo lo que ha sucedido lo abrumaban, dejándolo atrapado entre la satisfacción de haber salvado a algunos y la tristeza por lo que ha perdido y el dolor que ha soportado.

Victor, aún agotado y tambaleándose, ve aparecer a dos figuras desconocidas: una científica con nanobots y una heroína llamada Yin. Su mente alerta, lo que queda de su energía se enfoca en prepararse para un posible enfrentamiento. Aunque no sabe quiénes son ni sus intenciones, se levanta con dificultad, preparándose para lo que pueda venir mientras observa a las nuevas llegadas con cautela.

La científica, con su armadura de nanobots ya formada, da un golpe a Victor. Él se tambalea, aún exhausto y confundido. Mientras trata de entender la situación, se da cuenta de que ella está en una postura defensiva.

—Eso te pasa por meterte a mi cuerpo —dice la científica con un tono de reproche.

Victor, con dificultad, se endereza y, con una expresión de completa sorpresa, responde:

—No te he visto ni en mi puta vida loca.

Victor, con una expresión seria, sale disparado hacia la científica. Con un movimiento rápido, destruye una parte de su traje y, utilizando el "Corte Perfecto" de Daiki, lanza un corte hacia su espalda. Luego, con un dedo, dice:

—Blaster Solar.

Una explosión resonante ocurre, y la científica es enviada hacia el cráter que Victor dejó. Exhausto y abrumado, Victor observa la escena y murmura:

—Necesito un descanso.

Entre los pocos héroes que revivieron, Chomosukez y Lulu aparecen rápidamente en el lugar. La escena es caótica, con el cráter dejado por la caída de Victor aún visible, y la gente se agrupa alrededor con asombro y curiosidad.

Victor, exhausto y herido, se esfuerza por levantarse. Su cuerpo está cubierto de quemaduras y escombros, pero su determinación sigue intacta. Su mirada se dirige hacia Chomosukez y Lulu mientras se acercan con cautela.

Chomosukez, con su característico aire de seriedad, observa el estado de Victor y dice: "No puedo creer que hayas sobrevivido todo eso, Victor. Parece que la batalla ha sido más dura de lo que pensábamos."

Lulu, con su aura enigmática, agrega: "Es un milagro que estés aquí. Aunque nos costó mucho regresar, ver el daño que causó Xal'Azar y todo lo que has pasado... es impresionante."

Victor, con dificultad, responde: "No sé si sentirme aliviado o abrumado. He visto tantas cosas y perdido tanto... ¿dónde está el resto de los héroes? ¿Quién más ha sobrevivido?"

Chomosukez y Lulu intercambian miradas antes de responder.

"Solo nosotros hemos regresado hasta ahora," dice Chomosukez. "Pero la realidad es inestable. La batalla ha dejado huellas profundas. Estamos aquí para intentar reconstruir y entender lo que ha pasado."

Lulu asiente con solemnidad. "Haremos lo posible por ayudar. Pero primero, debes descansar. Lo que has hecho es asombroso, y tu cuerpo necesita recuperarse."

Victor asiente, aún con la mirada cargada de preocupación. "Necesito un descanso. Después de todo esto, me gustaría saber más sobre lo que ha sucedido y cómo podemos seguir adelante."

Con un suspiro de cansancio, Victor se deja caer nuevamente al suelo, tratando de recuperar fuerzas mientras Chomosukez y Lulu se preparan para ayudarlo y coordinar los esfuerzos de reconstrucción.

Victor, con una expresión que ahora refleja la ausencia total de sentimientos, mira a Chomosukez y Lulu. La sonrisa que había mostrado anteriormente se apaga, reemplazada por una fría indiferencia. Su voz, desprovista de emoción, resuena en el cráter.

"Qué bien, al menos ustedes siguen vivos," dice Victor, con un tono que deja claro que su entusiasmo y alegría han sido reemplazados por un vacío emocional.

Chomosukez y Lulu lo miran con preocupación. Chomosukez, aunque su rostro sigue siendo serio, no puede ocultar una sombra de preocupación en sus ojos. "Victor, entiendo que lo que has pasado ha sido devastador, pero necesitas saber que aún hay esperanza y propósito en todo esto."

Lulu, con su característica calma, agrega: "Tu sacrificio no ha sido en vano. Incluso en la oscuridad más profunda, podemos encontrar una forma de seguir adelante y reconstruir."

Victor simplemente asiente con la cabeza, su mirada fija en el horizonte, mientras se esfuerza por procesar el peso de sus experiencias. La frialdad en su actitud refleja la profunda transformación que ha sufrido, un cambio que va más allá de las cicatrices físicas y emocionales.

Victor comienza a caminar alejándose de Chomosukez y Lulu. Su rostro sigue serio, y se echa el peinado hacia adelante, ocultando parcialmente su expresión. La carga de su nueva responsabilidad como director de la academia pesa sobre sus hombros. La devastación que ha vivido no ha hecho más que profundizar el vacío que siente.

Mientras avanza, su mente se enfoca en la tarea que tiene por delante: dirigir la academia en un momento crítico, ahora que no hay director. Su andar es decidido pero cargado de una tristeza que se mezcla con la determinación. El futuro de la academia y sus estudiantes dependerán de su liderazgo, y aunque la responsabilidad le resulta abrumadora, sabe que debe continuar.

Cada paso que da lo acerca más a su nuevo rol, un papel que acepta con la comprensión de que, a pesar de todo lo que ha pasado, hay una nueva misión por cumplir.

Chomosukez y Lulu decidieron organizar una fiesta en un palacio antiguo de Japón para celebrar la victoria y honrar a quienes ayudaron en la reciente batalla. El palacio, con su arquitectura clásica y jardines ornamentales, ofrecía el escenario perfecto para un evento significativo.

En la planificación de la fiesta, comenzaron a hacer una lista de invitados. Decidieron invitar a todos aquellos que habían desempeñado un papel crucial en la lucha contra Xal'Azar, así como a personas que habían sido esenciales en el combate, incluidos los héroes que habían resucitado y aquellos que habían mostrado valentía y apoyo durante el conflicto.

La invitación se extendió a varios grupos:

1. Héroes y Aliados: Chomosukez y Lulu invitaron a todos los héroes que habían participado directamente en el enfrentamiento, como Victor, Rigor, José del Futuro, y otros combatientes valientes.

2. Rescatistas y Apoyadores: También incluyeron a las personas que habían ayudado de manera crucial, como los científicos, los guardianes y los aliados inesperados que habían jugado un papel en la protección y la recuperación.

3. Figuras Importantes: Aseguraron invitar a figuras influyentes que podrían aportar su apoyo y colaboración en la reconstrucción y el futuro de la academia y el mundo en general.

Prepararon el palacio con decoraciones que combinaban la tradición japonesa con un toque festivo. Colocaron mesas adornadas con flores, luces suaves y un menú que ofrecía una mezcla de cocina local e internacional. La música en vivo y el ambiente alegre estaban diseñados para ofrecer un respiro tras los eventos tumultuosos.

Chomosukez y Lulu esperaban que esta celebración no solo sirviera para agradecer a todos por su esfuerzo, sino también para fortalecer los lazos entre los héroes y sus aliados, creando una red de apoyo y amistad para enfrentar futuros desafíos juntos.

Al llegar a casa, Victor encontró una foto de su familia en el celular de Luci, que estaba sobre la mesa. La imagen evocó recuerdos dolorosos y una profunda sensación de pérdida. Al ver la foto, la realidad de lo que había perdido lo golpeó con fuerza. Sus emociones contenían frustración, tristeza y un vacío abrumador que no podía ignorar.

Victor se dejó llevar por la tristeza y, sin poder contenerse, comenzó a llorar. Las lágrimas caían libremente mientras su frustración y dolor se manifestaban en cada sollozo. Había enfrentado a poderosos enemigos y había salvado a muchos, pero el costo personal era inmenso. La imagen de su familia, que ya no podía ver o abrazar, intensificó su dolor y su sensación de derrota.

Mientras lloraba, Victor se sentó en el suelo, sosteniendo el celular de Luci con la foto frente a él. A través de sus lágrimas, murmuró palabras de arrepentimiento y dolor, preguntándose si alguna vez podría encontrar una forma de reconciliarse con su pasado y sanar las heridas que tanto le pesaban.

Chomosukez y Lulu estaban ocupados organizando la fiesta en el antiguo palacio japonés, asegurándose de que todo estuviera a la altura. Decidieron que el evento sería una celebración a lo grande, invitando a una amplia variedad de asistentes para agradecer a aquellos que habían ayudado en la batalla contra Xal'Azar.

Los preparativos estaban en pleno apogeo: decoraciones elegantes adornaban el palacio, mesas llenas de manjares y bebidas se alineaban, y música festiva llenaba el aire.

Chomosukez y Lulu se encargaron de enviar invitaciones a reinos y países aliados, academias de héroes de diferentes regiones, y universidades de prestigio. La lista de invitados incluía a líderes políticos, científicos destacados, y héroes reconocidos de varias partes del mundo. Querían asegurarse de que todos aquellos que habían jugado un papel crucial en el combate y en la reconstrucción recibieran el reconocimiento y la gratitud que merecían.

Mientras tanto, los preparativos continuaban, con el palacio transformado en un lugar vibrante y lleno de vida, listo para recibir a sus distinguidos invitados y celebrar el triunfo y la recuperación de la existencia.

Victor recibió la invitación a la fiesta y, al leerla, una profunda tristeza se apoderó de él. Los ojos se le llenaron de lágrimas mientras miraba el elegante diseño y el texto que hablaba de celebración y agradecimiento. La invitación le recordó todo lo que había perdido y el dolor que llevaba consigo.

Se quedó un momento contemplando la invitación, sintiendo un peso en su pecho. La idea de celebrar algo tan grande y la ausencia de su familia en este evento tan significativo lo hizo sentirse aún más solo y devastado. Con un suspiro cansado, guardó la invitación en su bolsillo y se dirigió hacia el balcón, buscando algo de aire fresco y un momento de soledad para procesar sus emociones.

En el universo donde vive Darkness, el reinicio de la existencia llevó a que ella y sus padres vivieran en un mundo donde sus hijos nunca habían existido. Darkness seguía reinando sobre su reino, y su vida transcurría con una sensación de calma y normalidad.

Un día, mientras observaba el cielo, Darkness notó una perturbación inusual: un agujero negro apareció en el firmamento. De él, una figura cayó rápidamente, atravesando las nubes y descendiendo con velocidad hacia el palacio. La figura atravesó las paredes del edificio y, con un gran estruendo, aterrizó en la habitación de Darkness.

Alarmada por el impacto, Darkness y sus guardias se apresuraron a la escena. Al llegar, encontraron a una figura desorientada y herida en el suelo de la habitación. Al observar más de cerca, Darkness vio que era Daiki, no Victor.

Daiki, exhausto y gravemente herido, se levantó con dificultad. La expresión de su rostro mostraba una mezcla de confusión y desesperación. Darkness, intrigada y sorprendida, miró a Daiki mientras sus guardias se mantenían alerta, preparándose para cualquier posible amenaza.

Darkness se acercó lentamente, su mirada fija en Daiki, mientras él, tambaleándose, intentaba comprender dónde se encontraba y qué había sucedido.

Daiki, al darse cuenta de que había logrado escapar del vacío donde todo había sido borrado, se levantó con dificultad. Al ver a Darkness, su rostro se iluminó con una sonrisa de alivio y esperanza. Sin poder contener su emoción, se acercó y la abrazó con fuerza, aliviado de ver a alguien familiar después de la catástrofe.

Darkness, desconcertada y sorprendida por el inesperado abrazo, lo apartó rápidamente, sin reconocerlo ni comprender su conexión. Su expresión cambió de sorpresa a confusión, mientras trataba de entender quién era este extraño que la había abrazado tan repentinamente.

—¿Quién eres y qué estás haciendo aquí? —preguntó Darkness con firmeza, sus guardias permaneciendo atentos a cualquier señal de peligro.

Daiki, con una mezcla de desesperación y tristeza, miró a Darkness y le dijo:

—Soy tu esposo, Darkness. Vamos, no creo que me hagas esa broma.

Darkness, aún confundida y sin poder conectar las piezas, negó con la cabeza. A pesar de sus esfuerzos, no parecía recordar a Daiki en absoluto. Su mirada era una mezcla de sorpresa y desconfianza, y los guardias observaban con cautela, listos para intervenir si fuera necesario.

—No sé de qué estás hablando —dijo Darkness, su voz firme pero llena de incertidumbre—. No tengo memoria de ti. ¿Cómo llegaste aquí? ¿Y qué ha pasado?

Daiki, herido por la falta de reconocimiento, intentó explicar más a fondo su historia mientras se mantenía en pie con dificultad.

Darkness, con el semblante serio, escuchó el relato de Daiki sin mucho convencimiento. Su desconfianza se reflejaba en su rostro mientras él hablaba. Finalmente, con una decisión firme, se dirigió a sus guardias y ordenó:

—Llévenlo lejos de aquí. No quiero que cause más problemas en el reino.

Los guardias, obedientes a la orden de su reina, se acercaron a Daiki para cumplir la orden. Daiki, con el corazón destrozado por la desilusión, vio cómo se acercaban y supo que no podía hacer mucho más en ese momento. Miró a Darkness una vez más, esperando que quizás un atisbo de reconocimiento o una chispa de memoria se encendiera en ella, pero no sucedió.

Mientras lo llevaban fuera del palacio, Daiki se preguntaba si alguna vez recuperaría la conexión con su esposa y el lugar que alguna vez consideró su hogar.

Daiki, con los sentimientos rotos y la esperanza desvanecida, caminaba lentamente, su rostro reflejando la desolación. A medida que se alejaba del palacio, sus emociones se apagaban hasta casi volverse irreconocibles. En un acto de desesperación, alzó la mano y murmuró:

—Corte perfecto.

Con su habilidad, destruyó el suelo bajo sus pies, creando una grieta que se expandió rápidamente. Con la tierra colapsando a su alrededor, Daiki se alejó del lugar, dejando atrás el palacio y el reino que una vez fue su hogar. Se adentró en la distancia, buscando un nuevo lugar donde pudiera empezar de nuevo, lejos del dolor y la confusión que ahora marcaban su vida.

Darkness, al ver la devastación que Daiki había causado y la destrucción del suelo, percibió la amenaza que él representaba. Sin entender completamente la situación pero preocupada por la seguridad de su reino, creó una lanza de energía con su mano. Con una determinación feroz, se lanzó tras él, atravesando el paisaje devastado y persiguiendo a Daiki.

Mientras corría, sus pensamientos se centraban en neutralizar la amenaza y proteger su reino, sin saber que el hombre que huía estaba vinculado a su pasado y a sus emociones más profundas.

Daiki, con la adrenalina al máximo, intenta prever los movimientos de Darkness. Sin embargo, antes de que pueda reaccionar, Darkness aparece delante de él con una lanza formada de energía oscura. Daiki se da cuenta demasiado tarde y, al intentar defenderse, la lanza atraviesa su cerebro, dejando un rastro de oscuridad en el aire.

La expresión de sorpresa y dolor en el rostro de Daiki es efímera antes de que caiga al suelo, su cuerpo inmóvil. Darkness, con una mirada fría y determinada, observa la escena, su lanza aún resplandeciente con energía oscura. El entorno se vuelve silencioso, marcado por la tragedia de una conexión rota y un final inesperado.

Con el cuerpo de Daiki inerte en el suelo, Darkness observa cómo la lanza de energía oscura se desintegra en su mano. Su rostro sigue serio, sin mostrar signos de arrepentimiento.

"¡La amenaza está neutralizada!", anuncia con firmeza, su voz resonando con una mezcla de alivio y tristeza. Aunque ha eliminado lo que consideraba un peligro, la carga emocional de lo que acaba de hacer pesa en el aire, dejando un sentimiento de vacío y resolución. Darkness se da la vuelta, dejando atrás el lugar de la tragedia, su mente llena de pensamientos confusos sobre el precio de sus acciones y el futuro incierto.

Cuando las memorias de Darkness regresaron a su mente, se desató una ola de comprensión y horror. La verdad se hizo evidente: el hombre que acababa de asesinar era su esposo, Daiki. Las imágenes de su vida juntos, los momentos felices y el amor compartido inundaron su conciencia, haciéndola sentir una profunda desesperación y culpa.

Con el corazón roto y el estómago en un nudo, Darkness cayó de rodillas junto al cuerpo de Daiki, lamentando su trágica acción. Su rostro, antes serio y decidido, ahora se veía lleno de angustia y asco por lo que había hecho. El peso de sus acciones la abrumaba mientras el silencio se asentaba en el aire, su mundo girando en torno a la dolorosa realidad de haber destruido a la persona que una vez amó.

En el cielo, Jehová, ajeno a la devastación que se estaba produciendo, continuaba con su trabajo, sin saber el impacto que sus acciones habían tenido en el universo que había dejado atrás.

Darkness, con su mente en shock por la aparición inesperada de Daiki, no pudo evitar una mezcla de sorpresa y alivio al ver que él estaba vivo. Sin embargo, la alegría se transformó rápidamente en terror al ver su expresión y comportamiento cambiados. Daiki se levantó con una sonrisa siniestra, completamente diferente al hombre que ella conocía.

Antes de que Darkness pudiera procesar lo que estaba sucediendo, Daiki lanzó un ataque de energía roja hacia ella, enviándola volando a través de varios árboles con una fuerza devastadora. El ataque dejó una estela de destrucción y el eco del grito de Daiki resonó en el bosque. La expresión de egocentrismo y euforia de Daiki contrastaba bruscamente con la preocupación y el dolor de Darkness.

Confundida y herida, Darkness se levantó lentamente, sintiendo una parte de su cerebro dañada debido al ataque de Daiki. Esto le hizo ver a Daiki como una amenaza inminente y enemiga, exacerbando su conflicto interno. Aunque había un profundo dolor y confusión, Darkness sabía que debía actuar para defenderse y entender la razón detrás de esta transformación de su esposo.

Ambos estaban en una batalla de emociones intensas y acciones violentas, donde el amor y el odio se entrelazaban en una confrontación desgarradora.

Daiki, con una sonrisa macabra y una determinación fría, apareció frente a Darkness con su katana en mano. La espada relucía con un brillo ominoso, reflejando la luz de los árboles rotos y el caos que había dejado a su paso. Aunque sus ojos mostraban un destello de reconocimiento en medio de la locura, su mente estaba dominada por un odio insensible y un deseo de enfrentar a Darkness como una amenaza.

"Hola, cuánto tiempo," dijo Daiki con una voz distorsionada por la euforia y la maldad, su mirada fija en Darkness. La katana, empapada en un aura de sangre y energía, estaba lista para atacar, pero la confusión y el dolor en los ojos de Darkness mostraban que todavía había un rastro del amor que alguna vez sintió por él.

Darkness, herida y agotada, sintió una mezcla de tristeza y desesperación al ver a Daiki así, sabiendo que lo que una vez fue su amor ahora estaba convertido en un enemigo formidable. Se preparó para defenderse, consciente de que el enfrentamiento que tenía por delante no solo era físico, sino también emocionalmente devastador.

Daiki, con una sonrisa siniestra en su rostro, se preparó para lanzar el corte perfecto. La katana estaba cargada con una energía destructiva que prometía un ataque devastador. Darkness, al ver la intensidad en los ojos de Daiki, actuó rápidamente. Con un gesto decidido, utilizó escombros y pedazos de árbol, creando una barrera para atrapar a Daiki y evitar el ataque.

Sin embargo, Daiki, impulsado por su euforia y fuerza imparable, no se detuvo. Con un movimiento certero, desató el corte perfecto. La energía cortante atravesó la barrera de escombros y madera con facilidad, destruyendo todo a su paso. La barrera se desintegró bajo la potencia del ataque, y Daiki continuó avanzando, implacable y decidido a cumplir su objetivo. La determinación en sus ojos y la sonrisa en su rostro reflejaban la locura y la intensidad del momento, mientras Darkness se preparaba para enfrentar la furia de su antiguo amor.

Darkness, actuando con rapidez y desesperación, abrazó a Daiki por detrás, intentando frenarlo y apelar a su humanidad. Daiki, con su katana alzada y su energía desbordante, intentó girarse para enfrentarse a ella, pero el abrazo lo detuvo momentáneamente.

Darkness, con lágrimas en los ojos y una voz temblorosa, comenzó a hablarle desde lo más profundo de su ser:

"Daiki, por favor, escucha... Soy Darkness, tu esposa. No sé qué ha pasado, pero esto no eres tú. Recuerda quién eres, lo que compartimos, lo que significas para mí. Eres mi amor, mi todo. No permitas que el odio y la locura te controlen. No me dejes perderte de nuevo."

Mientras hablaba, Darkness intentaba conectar con el Daiki que conocía, esperando que su voz llegara al corazón de la persona que alguna vez amó.

Daiki, mientras su cerebro se regeneraba y su mente recuperaba claridad, sintió la confusión y el conflicto interno en aumento. Su dedo, que estaba a punto de perforar el pecho de él, junto con el de Darkness, tembló al recuperar su enfoque y su humanidad. Su rostro, antes lleno de euforia y locura, comenzó a mostrar signos de reconocimiento y tristeza.

Al darse cuenta de lo que estaba a punto de hacer y al recordar su amor por Darkness, bajó su katana lentamente y dejó caer el dedo, alejándose de ella. Con una expresión de dolor y arrepentimiento, soltó a Darkness, su mente claramente confundida por el impacto de la regeneración y el regreso a la realidad.

"Darkness… Lo siento. No quería… No sé qué me pasó," murmuró Daiki, su voz cargada de angustia y remordimiento mientras miraba a Darkness, tratando de entender la magnitud de lo que había hecho y lo que aún podía hacer.

Daiki y Darkness se abrazaron con una mezcla de alivio y tristeza. Daiki, con lágrimas cayendo por su rostro, se aferró a Darkness con fuerza, buscando consuelo en su abrazo. Darkness, aunque aún confundida por los eventos recientes, correspondió al abrazo, sintiendo una profunda tristeza por lo que había pasado y una alegría sincera al ver a su esposo de vuelta.

En ese momento, el abrazo se convirtió en un refugio para ambos, un espacio en el que el dolor y la confusión podían ser compartidos y mitigados. La conexión entre ellos, aunque herida, permaneció intacta, mostrando que, a pesar de las circunstancias y los errores, su vínculo era lo suficientemente fuerte como para superar el caos y el sufrimiento que habían enfrentado.

Darkness y Daiki recibieron la invitación para asistir a la fiesta por la derrota de Xal'Azar. Al leerla, Darkness se mostró pensativa, mientras que Daiki, aún emocionado por la reciente reconciliación, se mostró interesado. La invitación era un símbolo de celebración por la victoria y una oportunidad para reconectar con los héroes que habían luchado a su lado.

Darkness, viendo la oportunidad de cerrar viejas heridas y fortalecer sus lazos con otros héroes, consideró asistir para apoyar y compartir su gratitud. Daiki, con una actitud más optimista y agradecido por la oportunidad de restablecer algunas conexiones, también decidió asistir.

Ambos se prepararon para la fiesta, listos para reunirse con otros héroes y disfrutar de un merecido momento de celebración después de tantas pruebas y dificultades.

Daiki y Darkness estaban en el evento, disfrutando de la celebración y de la compañía de los héroes que habían luchado junto a ellos. La atmósfera era alegre y llena de gratitud, con música y conversación en todo el salón.

Poco después, Victor llegó al evento, su rostro reflejaba el agotamiento y la tristeza de las recientes experiencias. Sus ojos estaban enrojecidos, evidenciando el profundo dolor y el llanto que había pasado. A pesar de su apariencia cansada, Victor hizo un esfuerzo por estar allí, participando en la celebración y compartiendo su pesar con quienes también habían vivido momentos difíciles.

Daiki y Darkness, al ver a Victor en ese estado, se acercaron para ofrecerle apoyo. La fiesta continuó en un ambiente de camaradería y consuelo, donde todos se unieron para honrar a los héroes caídos y celebrar el renacimiento de la esperanza.

Victor se acercó al centro del evento, su cabeza inclinada, como si tratara de ocultar el peso de su dolor. A cada paso, su mente se llenaba de recuerdos de sus seres queridos que ya no estaban. Intentaba no pensar en su esposa, hijos y amigos que había perdido, y se esforzaba por mantener la compostura en medio de la celebración.

A pesar de la música y las conversaciones animadas a su alrededor, Victor se sentía aislado, con una tristeza abrumadora que le impedía disfrutar del evento. La sonrisa de los demás y la alegría de la fiesta parecían distantes para él, reemplazadas por un sentimiento profundo de pérdida y anhelo.

Victor se sentó en una silla apartada, alejado del bullicio de la fiesta. Desde su posición, observaba a los invitados disfrutar y celebrar, pero se mantenía distante, sumido en sus pensamientos. Su rostro reflejaba la tristeza y el agotamiento que sentía por dentro.

El ambiente festivo contrastaba dolorosamente con su estado emocional. Intentaba encontrar un momento de paz en medio del caos, esperando que el tiempo le ofreciera un alivio a su pena.

Fin.