Trapecio, Palitogood, Asagi, Kiara, Spajit, Beasty y Amsel observaban desde una colina, el viento soplaba con fuerza mientras sus miradas se clavaban en Adriene, quien estaba más adelante, en la distancia. El aire era denso, cargado de la tensión que precede a una gran batalla. Adriene, con su semblante tranquilo pero decidido, ajustaba sus guantes y revisaba el equipo a su alrededor, preparando cada detalle con la precisión de alguien que sabía que el enfrentamiento que se avecinaba sería uno de los más difíciles.
El grupo permanecía en silencio, cada uno de ellos concentrado en sus propios pensamientos y estrategias, sabiendo que Adriene no era un oponente cualquiera. La preparación de Adriene revelaba su experiencia y su destreza en combate, algo que no podían subestimar.
Spajit, con sus nefestos en mano, miraba a Beasty, quien llevaba la espada Leviathan firmemente. Amsel, siempre calculador, no apartaba la vista de Adriene, mientras que Kiara entrecerraba los ojos, intentando anticipar los movimientos de su futuro adversario. Asagi y Palitogood intercambiaban palabras en voz baja, conscientes de la importancia de lo que estaba por venir. Trapecio, por su parte, mantenía una postura relajada, pero sus ojos mostraban concentración y un deseo intenso de superar lo que estaba por delante.
El combate era inevitable. Adriene, de alguna manera, ya estaba en pie de lucha, con su energía emanando en el aire.
Adriene, con un movimiento ágil, invocó una lanza de plata que brillaba bajo la luz, reflejando su letalidad. Con una sonrisa confiada en su rostro, giró la lanza con gracia, como si fuera una extensión de su propio cuerpo. El viento pareció detenerse por un momento, y sus ojos destellaron con determinación.
"¿Eso es todo lo que tienen?" dijo Adriene, con un tono desafiante, mientras clavaba la lanza en el suelo con fuerza. El impacto resonó a lo lejos, y la tierra alrededor comenzó a vibrar ligeramente. El grupo frente a ella entendía que esa lanza no era una simple arma; algo mucho más peligroso estaba por venir.
Trapecio, Amsel, y los demás se prepararon, sintiendo la creciente intensidad del combate que estaba a punto de desatarse. Spajit dio un paso al frente, lista para enfrentar lo que fuera necesario, mientras Beasty apretaba su espada con fuerza, anticipando el primer movimiento de Adriene.
Adriene, con una velocidad casi imperceptible, lanzó su lanza de plata hacia el grupo. La distancia entre ellos parecía desaparecer en un instante, y justo cuando la lanza estaba a solo cinco metros de impactar, chasqueó dos dedos. Al hacerlo, la lanza se multiplicó en el aire, creando una lluvia de armas idénticas que llenaron el cielo.
Las lanzas cortaban el viento con un sonido agudo, y el grupo apenas tuvo tiempo de reaccionar. Trapecio invocó un escudo de energía, cubriendo a todos, mientras Beasty intentaba interceptar algunas de las lanzas con su espada. Spajit, siempre rápida, esquivaba las armas con agilidad, mientras que Amsel y los demás se preparaban para el próximo ataque, sabiendo que Adriene no se detendría ahí.
"¡Es más rápida de lo que parece!" gritó Amsel, mientras el impacto de las lanzas resonaba a su alrededor.
Adriene, con una sonrisa sádica en su rostro, levantó sus dedos en una formación precisa y dijo con frialdad: "Malevolent Kitchen." En un abrir y cerrar de ojos, una energía oscura se extendió como una ola y envolvió a todos los presentes. El entorno cambió de inmediato, y la dimensión en la que ahora se encontraban era un vasto vacío en blanco y negro.
El suelo estaba cubierto de espadas dispersas, como si hubieran caído de una tormenta invisible. La atmósfera se llenaba de tensión, y de la nada, cortes invisibles comenzaron a materializarse, surgiendo con fuerza letal en todas direcciones. Estos ataques cortaban el aire con un silbido afilado, pero nunca alcanzaban a Adriene. Las espadas en el suelo parecían moverse por sí solas, respondiendo al poder de la técnica que la protegía como un ejército silencioso.
"Bienvenidos a mi dominio," susurró Adriene con una voz que resonaba en la dimensión vacía. "Aquí, todo lo que intenten será inútil."
El grupo, atrapado en este nuevo mundo distorsionado, se mantuvo en guardia mientras trataban de descifrar cómo sobrevivir a los ataques que parecían venir de todas partes.
Trapecio, Amsel, Palitogood, Kiara y Asagi se lanzaron hacia adelante con una velocidad impecable, desafiando los cortes invisibles que los rodeaban. Mientras corrían y esquivaban los ataques, las heridas comenzaron a abrirse en sus cuerpos, y la sangre se derramaba, pero ninguno de ellos se detenía. El dolor era intenso, pero todos estaban acostumbrados a pelear en situaciones extremas.
"Desde hace tiempo no teníamos una pelea como esta," comentó Trapecio con una sonrisa, mientras sus músculos ardían por el esfuerzo y la adrenalina corría por sus venas.
Los cortes continuaban cayendo sobre ellos como lluvia afilada, cada uno más certero que el anterior, pero el equipo mantenía su compostura. Amsel, con una expresión de determinación, lanzó un ataque mágico para intentar desviar los cortes, pero apenas tuvo tiempo de bloquear un par antes de que más surgieran.
Adriene, observando la lucha desde su posición elevada, se mantenía imperturbable. Con una sonrisa fría, desenvainó una espada que brillaba con un poder oscuro y retorcido. "Esta espada contiene el poder de mi hermana Kafka," murmuró Adriene, mientras el aura del arma crepitaba con energía oscura.
La presencia de la espada era abrumadora, y su poder resonaba en el campo de batalla, llenando el aire con una tensión aún más sofocante. Los cortes invisibles parecieron intensificarse, como si la misma espada los estuviera controlando, aumentando la dificultad para el grupo que trataba de acercarse a Adriene.
Kiara miró a sus compañeros, asintiendo mientras trataba de resistir el dolor de las heridas. "No podemos permitir que esa espada siga en sus manos."
Kiara logró acercarse a Adriene con una determinación feroz, pero antes de que pudiera reaccionar, Adriene movió su espada con una rapidez letal. El filo oscuro del arma cortó el aire y trazó un arco directo hacia la frente de Kiara. En el instante en que la hoja tocó su piel, un fuego negro se encendió en la herida, extendiéndose con una intensidad abrasadora.
El "corte de flamas intenso" hizo que Kiara gritara de dolor, mientras el fuego negro devoraba la carne y quemaba todo a su paso. La herida no solo sangraba, sino que emitía una oscuridad envolvente, como si la misma esencia de la espada de Kafka estuviera devorando su ser.
A pesar del tormento, Kiara se mantuvo firme, sus ojos llenos de rabia y lucha. "¡No voy a caer tan fácilmente!" gritó, mientras trataba de deshacerse del fuego oscuro que seguía quemando su frente.
Kiara, envuelta en el fuego negro que se extendía rápidamente sobre su cuerpo, sabía que su tiempo era limitado. Aun así, con su última pizca de fuerza, se lanzó hacia Adriene, sus movimientos rápidos y precisos. Ejecutó tres golpes consecutivos con una velocidad fulminante, buscando cualquier oportunidad para herirlo. Cada golpe resonaba con el peso de su sacrificio.
El primer golpe rozó el brazo de Adriene, cortando la tela y dejando una pequeña marca. El segundo impacto fue bloqueado por la espada de Adriene, haciendo que chispas volaran al aire. El tercer golpe logró atravesar su defensa, creando una herida en su costado.
Sin embargo, antes de que pudiera celebrar su pequeña victoria, Kiara cayó de rodillas. El fuego negro la había consumido demasiado rápido. Su cuerpo se desplomó al suelo, inmóvil, mientras las llamas negras seguían ardiendo sobre ella. Había dado todo en su último acto de resistencia, pero al final, había perdido la vida en su intento por detener a Adriene.
Trapecio, consumido por la ira y el dolor, gritó el nombre de su amiga Kiara con un grito desgarrador que resonó en todo el campo de batalla. Sus emociones lo impulsaron a cargar hacia Adriene con una velocidad y furia inigualables. Sin pensar en nada más que en vengar a su amiga, lanzó un golpe directo al rostro de Adriene con todas sus fuerzas.
El impacto resonó, pero Adriene, apenas perturbado, dejó escapar una risa arrogante. Mientras se recuperaba del golpe, con una sonrisa burlona, dijo entre risas:
"¿Eso es todo lo que tienes, Trapecio? Si este es tu mejor esfuerzo, acabarás como tu amiga."
Su risa resonaba con crueldad, mientras Trapecio contenía aún más rabia, listo para seguir atacando, decidido a no ceder.
Después de reír con arrogancia, Adriene miró a Trapecio con desprecio, sus ojos fríos reflejando una cruel superioridad. Con una voz despectiva, soltó el comentario:
"Know your place... fool."
Las palabras resonaron en el aire como un desafío, mientras Adriene ajustaba su postura, listo para contraatacar. Trapecio, herido emocional y físicamente, apretó los dientes, su rabia y frustración alimentando su determinación, pero Adriene parecía disfrutar cada segundo de su sufrimiento.
Adriene, con una sonrisa siniestra, levantó ambas manos mientras una masa negra se materializaba frente a él. La energía oscura empezó a girar violentamente, creando un vórtice de sombras y poder oscuro. Con voz firme y retumbante, dijo:
"Yo te invoco, ángel caído de los 7 reunidos... ahora serán uno... Yekun."
De la masa oscura emergió una figura imponente, un ángel caído. Sin alas, pues habían sido arrancadas hacía mucho tiempo, su apariencia era aún más aterradora. Portaba un círculo de energía brillante detrás de su cabeza, con una cruz invertida en el centro. Su presencia irradiaba una fuerza maligna, una amenaza palpable que prometía devastación y caos.
Trapecio y los demás sintieron el peso de esa energía en el aire, sabiendo que el enfrentamiento con Yekun sería un desafío mortal.
Amsel se acercó a Adriene con una expresión de furia y determinación. Su mirada era fija, y no tenía la intención de permitir que Adriene escapara impune. Sin embargo, Adriene, con una agilidad inesperada, esquivó el ataque con un movimiento rápido y preciso. Mientras pasaba por encima de Amsel, la escena se tornó brutal.
Adriene, sin inmutarse, giró su cuerpo con una precisión letal. Con un solo movimiento de su espada, realizó un corte limpio y certero que dividió la cabeza de Amsel en tres partes. El cuerpo de Amsel cayó al suelo, y su cabeza, ahora seccionada, rodó lentamente, dejando un rastro de sangre en el suelo. La frialdad de Adriene era evidente mientras observaba la caída de su oponente, mostrando su dominio en la batalla y la frialdad con la que trataba a sus enemigos.
Yekun, el ángel caído, se movió con una rapidez sobrehumana. Su velocidad superó la de Trapecio, quien apenas tuvo tiempo de reaccionar. Con una precisión letal, Yekun se lanzó hacia Trapecio, su figura envuelta en una aura de energía oscura. Trapecio intentó esquivar, pero la agilidad y la velocidad de Yekun eran inhumanas.
Yekun, en un movimiento fluido y decidido, se acercó a Trapecio con una rapidez que parecía desafiar el tiempo mismo. El ángel caído desató un ataque directo, con la intención de acabar con su enemigo antes de que pudiera hacer algo. Trapecio, aunque intentó defenderse, se encontró rápidamente superado por la implacable ferocidad de Yekun.
Trapecio, en un último intento desesperado, concentró toda su energía en una esfera brillante de pura fuerza. Con un movimiento rápido y preciso, lanzó la bola de energía directamente hacia el puño de Yekun en el momento en que el ángel caído se acercaba para golpearlo.
La esfera impactó contra el puño de Yekun, generando una explosión de energía que iluminó el campo de batalla. El estallido fue tan potente que envió a Yekun retrocediendo, sus formas de energía distorsionadas por la fuerza del impacto. Trapecio aprovechó la brecha creada por la explosión para intentar reponerse y planear su próximo movimiento.
Trapecio, Palitogood, Asagi, Spajit y Beasty se lanzaron al ataque con determinación, golpeando a Yekun con una serie de movimientos rápidos y precisos. Cada uno de ellos, con habilidades y técnicas distintas, se esforzaba por no darle un respiro al ángel caído.
Sin embargo, la cruz invertida en el círculo de energía que Yekun llevaba en su espalda comenzó a moverse lentamente hacia la derecha, un brillo intenso emergió de los ojos de Yekun. Con un impulso repentino y una velocidad sorprendente, Yekun realizó un corte vertical hacia arriba.
El corte fue tan rápido que parecía un destello de luz negra. La energía cortante se expandió en un haz oscuro que repelió a Trapecio, Palitogood, Asagi, Spajit y Beasty. La fuerza del ataque envió a los héroes a volar hacia atrás, desestabilizándolos y creando una brecha en el ataque coordinado que habían montado contra él.
Yekun, con su presencia imponente, se preparó para lo que siguiera, su cruz invertida resplandecía con un poder renovado.

Palitogood, en un intento desesperado por defenderse, activó su energía natural, creando una barrera que buscaba protegerlo de los ataques de Yekun. Sin embargo, la habilidad de Yekun era abrumadora. La luz negra del corte penetró la barrera de Palitogood, rompiendo su defensa.
Con una precisión mortal, el corte de Yekun se dirigió directamente hacia los ojos de Palitogood. El impacto fue brutal, y la energía oscura atravesó la defensa de Palitogood, dejándolo con sangre en sus pupilas y causando un dolor intenso. La visión de Palitogood se volvió borrosa, y la oscuridad empezó a invadir su campo de visión, dejándolo gravemente herido y vulnerable en el campo de batalla.
Palitogood, en un intento desesperado por defenderse, activó su energía natural, creando una barrera que buscaba protegerlo de los ataques de Yekun. Sin embargo, la habilidad de Yekun era abrumadora. La luz negra del corte penetró la barrera de Palitogood, rompiendo su defensa.
Con una precisión mortal, el corte de Yekun se dirigió directamente hacia los ojos de Palitogood. El impacto fue brutal, y la energía oscura atravesó la defensa de Palitogood, dejándolo con sangre en sus pupilas y causando un dolor intenso. La visión de Palitogood se volvió borrosa, y la oscuridad empezó a invadir su campo de visión, dejándolo gravemente herido y vulnerable en el campo de batalla.
Yekun, con una agilidad impresionante, se abalanzó sobre Palitogood, tomando firmemente sus brazos y piernas. En un movimiento brutal, Yekun lanzó a Palitogood directamente contra su propia pierna, aplicando una fuerza inmensa.
El impacto fue devastador. La columna vertebral de Palitogood se rompió con un crujido horrendo, y el dolor agudo se extendió por su cuerpo. Palitogood cayó al suelo, inmovilizado y gravemente herido, mientras la sangre y el sufrimiento se hicieron evidentes. El ataque de Yekun había sido letal, dejando a Palitogood en un estado crítico y debilitando aún más la resistencia de los héroes.
Palitogood, con una determinación feroz, reunió toda su energía natural y la concentró en un poderoso ataque. Lanzó su energía hacia Trapecio y el resto del grupo, esperando que este esfuerzo combinado fuera suficiente para contrarrestar a Yekun. La explosión resultante llenó el campo de batalla con una luz cegadora y una onda expansiva que sacudió el aire.
Sin embargo, Yekun no se dejó intimidar. Con una velocidad sorprendente, realizó un corte letal que impactó directamente a Spajit, Beasty, Asagi y Palitogood, acabando con sus vidas al instante. Los cuerpos de los héroes se desplomaron, inmóviles y derrotados. La carnicería había sido rápida y despiadada.
Trapecio, observando la escena con una sonrisa cínica, fijó su mirada en Adriene y Yekun. Adriene, al ver la amenaza que representaba Trapecio, ordenó a Yekun que se encargara de él. Sin embargo, Trapecio, con una rapidez y fuerza inesperadas, lanzó un golpe directo a la sien de Yekun. El impacto fue tan contundente que Yekun fue enviado a volar a gran distancia, dejándolo aturdido y fuera de combate por el momento.
Trapecio, con determinación, disparó un agujero negro de color rojo directamente hacia arriba. Yekun, mientras se levantaba con una sonrisa en su rostro, creó un agujero azul a su lado. Los dos agujeros comenzaron a acercarse lentamente, y Yekun se lanzó hacia Trapecio para interrumpir la técnica que estaba en proceso.
En el instante en que Yekun se aproximaba, Trapecio le dio un golpe directo en la barbilla, haciéndolo tambalear. Al mismo tiempo, Adriene apareció bajo la sombra de Yekun y, con la palma de su mano derecha, lanzó un ataque de energía hacia Trapecio. Sin embargo, Trapecio lo interceptó con su técnica, y Adriene, al notar que su ataque se dirigía hacia el agujero azul, comentó con una risa maníaca: "¡Tienes miedo de que mi ataque choque con el tuyo!"
Trapecio, con una sonrisa, observó mientras el ataque de Adriene se acercaba al agujero azul y dijo: "Nah, crepúsculo izquierda."
La técnica de Trapecio desvió el ataque de Adriene y lo potenció al máximo. Cuando los agujeros azul y rojo se unieron, se formó un agujero morado que empezó a desestabilizarse rápidamente. La energía liberada se expandió en un radio de 10 km², causando una devastación masiva que acabó con la vida de Adriene y Yekun, junto con todo lo que estaba dentro del alcance de la explosión.

Antes de morir por la explosión, Trapecio sonrió con satisfacción. Yekun y Adriene, sin embargo, vieron cómo la sonrisa se desvanecía de sus rostros mientras la devastadora energía los envolvía. La fuerza de la explosión arrasó con todo, marcando el fin de la batalla y dejando tras de sí un paisaje desolado.
Victor y los demás, mientras combatían con Karla'k y otros enemigos, notaron una explosión masiva a lo lejos que se elevó rápidamente hacia el espacio. La detonación alcanzó una altura de 100 kilómetros sobre la superficie terrestre, creando una devastadora onda expansiva que parecía engullir el cielo y el horizonte. La magnitud de la explosión dejó claro que una batalla crucial había tenido lugar, y su impacto fue visible desde el campo de batalla donde Victor y su grupo luchaban con intensidad. La presencia de esta explosión masiva hizo que se preguntaran sobre el destino de sus compañeros y el impacto de la batalla en el equilibrio de la lucha que estaban llevando a cabo.
Fin.