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Chapter 17 - Episodio 15: squadron

En el planeta Tierra, mientras Victor y su familia enfrentaban sus propios desafíos en la nave, un grupo peculiar de jóvenes se reunía en un lugar apartado, ajeno a los eventos que sucedían en el cosmos.

Shiro, una chica con el cabello blanco como la nieve y ojos de un azul penetrante, lideraba el pequeño grupo. Era conocida por su calma y sabiduría, a pesar de su juventud.

A su lado estaba Katter, un chico de carácter fuerte y protector, con una habilidad innata para encontrar soluciones a cualquier problema que se les presentara. Siempre con una sonrisa confiada en el rostro, Katter era el motor que mantenía al grupo unido.

Lointo, el tercero del grupo, era un enigma en sí mismo. Callado y reservado, sus ojos reflejaban una profundidad que los demás apenas comenzaban a comprender. Su silencio no era por timidez, sino por una mente que siempre estaba trabajando, analizando cada situación.

Y luego estaba el cuarto miembro, la persona que había sido una incógnita para todos ellos desde la infancia. Nadie, ni siquiera la persona misma, sabía con certeza si era hombre o mujer. A veces se presentaba con rasgos masculinos, otras veces con rasgos femeninos, y su identidad fluctuaba con el tiempo, reflejando una personalidad que desafiaba las normas convencionales. Pero lo que más destacaba era su habilidad para adaptarse a cualquier situación, usando su ambigüedad como una fortaleza.

Este grupo de jóvenes, cada uno con sus propias características y misterios, formaba un equipo que se enfrentaba a lo desconocido con coraje y determinación, sin saber que sus destinos estaban entrelazados con los de Victor y los demás, en una aventura que apenas comenzaba.

Los cuatro jóvenes se enfrentaban en una intensa sesión de entrenamiento, cada uno esforzándose al máximo para mejorar sus habilidades y resistencia.

Shiro, con su agilidad y precisión, esquivaba y contraatacaba con movimientos fluidos, mientras lanzaba golpes certeros. Su cabello blanco se movía como una estela en el aire mientras mantenía el control de cada movimiento.

Katter, conocido por su fuerza y tenacidad, recibía los golpes con una resistencia sorprendente. Su postura sólida y su mirada determinada mostraban su inquebrantable voluntad de volverse más fuerte, absorbiendo los ataques con una mezcla de agilidad y poder.

Lointo, con su estilo enigmático, parecía anticipar los movimientos de sus oponentes con una calma calculada. Aunque su cuerpo era más frágil en comparación con el de Katter, su habilidad para adaptarse y su rapidez mental le permitían manejar la situación con sorprendente eficacia.

El cuarto miembro, cuya identidad era incierta, manejaba la ambigüedad con una habilidad notable. Sus movimientos cambiaban fluidamente entre lo masculino y lo femenino, adaptándose a los estilos de combate de los demás y respondiendo con técnicas imprevistas que mantenían a sus compañeros en alerta constante.

A medida que los cuatro intercambiaban golpes y esquivaban ataques, el ritmo del combate se intensificaba. La sinergia entre ellos se fortalecía con cada golpe recibido y cada técnica ejecutada, creando un ambiente cargado de determinación y fuerza. Cada uno de ellos estaba decidido a superar sus límites, impulsados por el deseo de volverse lo más fuertes posible.

Kazela, con su rostro delicado pero su cuerpo musculoso, reveló que, a pesar de sus rasgos que podían llevar a confusión, era un chico. Su complexión atlética y su fuerza eran prueba suficiente de su verdadero género, aunque su apariencia a menudo desafiaba las expectativas. La genética había jugado un papel importante en su aspecto, haciendo que su rostro se viera más suave y juvenil en contraste con su físico robusto y su habilidad en combate.

A pesar de las dudas que otros pudieran tener al mirarlo, Kazela se movía con la confianza y destreza de un guerrero experimentado. Su capacidad para adaptarse y su habilidad en el combate demostraban que, independientemente de cómo se viera, su habilidad y determinación eran innegables.

Los cuatro chicos, coordinados en su ataque, lanzaron un golpe simultáneo al rostro de su oponente. La combinación de sus fuerzas fue contundente, provocando un impacto que resonó a través del aire. Cada uno, utilizando su técnica y fuerza personal, contribuyó al golpe, maximizando el daño y la potencia del impacto. El rostro del oponente, ahora golpeado por la fuerza unificada de los cuatro, mostró signos de conmoción y dolor, evidenciando el poder de su ataque combinado.

Lointo, Kazela, Katter y Shiro, exhaustos por el esfuerzo y la intensidad del combate, cayeron al suelo, respirando pesadamente. Sus cuerpos, aún temblorosos, reflejaban el cansancio acumulado. Cada uno, aunque agotado, mantenía un sentido de logro y determinación. Mientras se recuperaban, intercambiaron miradas de comprensión y solidaridad, conscientes de que su esfuerzo conjunto había sido crucial para avanzar en su entrenamiento y fortalecerse.

Con una sonrisa de satisfacción en sus rostros, los cuatro chicos se levantaron del suelo, sacudiéndose el polvo y la fatiga. Aunque agotados, sentían una mezcla de orgullo y camaradería que los animaba a seguir adelante. Decidieron que era momento de regresar a sus casas para descansar y reponer energías. Mientras caminaban juntos por el camino, el ambiente estaba cargado de una tranquila felicidad, sabiendo que habían dado un paso más en su camino hacia convertirse en luchadores más fuertes.

Fin.