Chereads / Mork Orden / Chapter 12 - ¿La magia no era más complicada?

Chapter 12 - ¿La magia no era más complicada?

El bosque de los Noctas es una de las 3 regiones prohibidas del continente, todos lo sabían. Pero lo que la gente desconoce es que, dentro del bosque, existe un pueblo que lleva el mismo nombre y donde habitan cientos de pobladores viviendo una vida sin problemas.

Cuando una persona normal se adentra al bosque de los Noctas sufre ataques constantes por parte de las bestias poderosas que residen allí, e incluso son fácilmente manipulados para perderse al encontrar cientos de caminos, por tal motivo es reconocido como una zona extremadamente peligrosa.

Incluso en su anterior vida, Lufa, como archimago, no sabía cómo funcionaba el bosque de los Noctas.

Una densa niebla cubría el bosque en su totalidad, justo escondidos entre la misma vivían las bestias, solo en el pueblo de los Noctas y algunas partes alrededor las bestias no se atrevían a llegar. Era todo un misterio.

-Aquellos que quieren pasar sus días en paz, alejándose del mundo exterior pueden ingresar al bosque de los Noctas.- Esas fueron las palabras que los duques predecesores dejaron a los Allen descendientes, y conjuntamente pasaron un token de madera que podría llevarlos al bosque sin sufrir la "ira" del mismo.

Cuando una familia buscaba ayuda en el duque Allen regente pidiéndole un lugar tranquilo para alejarse de sus problemas, el duque llevaba a dicha familia al pueblo de los Noctas para instalarse, con las condiciones de que debería trabajar para ofrecer algunos impuestos al ducado y que, si alguna vez quisiera irse, podría hacerlo, pero no podría volver, además de tener prohibido mencionar al pueblo.

Las palabras de aceptación no eran suficientes para ingresar al pueblo, así que por ello también se marcaba con magia a los futuros pobladores. Si en algún momento ellos hablan sobre el pueblo de seguro morirían a la semana siguiente. Así, los Noctas tenían todos, sin excepción, un tatuaje rúnico escondido en alguna parte del cuerpo.

Con ello, muchas generaciones se instalaron en el pueblo de los Noctas, alejados de las civilizaciones exteriores, siendo los únicos conocedores: el duque Allen, algunos soldados, los cobradores de impuestos y aquellos que se fueron para nunca regresar.

Así funcionó por muchos años hasta que llegó la madre de Lufa y tuvo un acuerdo con el duque Frederic Allen, donde se expresaba que ella podría salir a comerciar con la gente de fuera y traer elementos que necesitaban los pobladores a cambio de una comisión.

Nunca nadie supo cómo llegó a convencer al duque.

Ahora bien, al ser un pueblo oculto, existían muchas cosas que se desconocen dentro, especialmente los nacidos en el pueblo, ellos nunca escucharon de cosas como la magia. Ese fue el caso de Abigail.

Lufa trató de poner en palabras simples la definición de magia para que ella se interese.

-Es una fuerza que tenemos escondida para hacer fuego, agua, viento, tierra y más cosas…!DE LA NADA!-

La boquita de Abigail formó una "o", mostrando su sorpresa.

-¿Hacer viento y fuego con tu cuerpo?- preguntó curiosa.

-Sip, cuando practiques mucho incluso puedes llegar a volar como un pájaro- respondió Lufa.

Abigail estaba cada vez más interesada, pero, después de pensarlo un momento, frunció el ceño con cierta duda.

-¿Por qué nunca vi a nadie usar… magia?-

Ella no era tonta.

-Solo algunos pueden usar magia. Mira- Lufa le señaló un libro que mostraba el dibujo de una persona con un bastón expulsando fuego.

Todos los libros del pueblo eran históricos y sin ninguna mentira. Así que los ojos de Abigail brillaron, sofocando con ello las dudas que le quedaban.

Lufa miró a todos lados y susurró -Sabes Abi, leí en un libro cómo poder hacer magia-

-¿En serio?-

-Sí. Comencé a aprenderlo hace una semana.-

-¿Entonces puedes botar fuego?- preguntó con expectativa.

-Todavía no- respondió Lufa con una cara sin emociones -No es tan fácil, pero después de un tiempo podré hacerlo-

Abigail se quedó quieta, con los ojos desenfocados durante un tiempo, fantaseando con lo que Lufa dijo.

-¿Me puedes enseñar?- le rogó.

Abigail también quería hacer fuego de la nada.

-¡Claro que sí! Cómo no podría enseñar a mi pequeña Abigail- respondió Lufa con una sonrisa de complicidad.

El rostro de la pequeña se iluminó.

-Pero…- Lufa frunció el ceño. Su cara mostraba duda.

-Pero qué… ¿Hay algo malo?-

-Yo te puedo enseñar, pero… no debes decirle a nadie- Lufa se puso un dedo en la boca -Shh-

Abigail lo imitó.

-Shh. No le avisaré a nadie-

Con ello Lufa se aseguró de que nadie sepa su secreto.

-Ahora bien, pequeña Abi. Lo primero que debes hacer es sentir el mana-

-¿Mana? ¿Qué es eso?- ladeó la cabeza.

-Mana es una fuerza que fluye dentro del cuerpo, parecida a la sangre. Y es necesaria para poder hacer magia- respondió.

Abigail tenía las cejas juntas, parecía no entender.

-Es mejor que lo pruebes-

Lufa se movió detrás de Abigail y puso su mano en la espalda, tocando la parte por dónde se alojaba su corazón.

-Cierra los ojos y concéntrate-

Abigail se sintió tímida, pero para aprender magia asintió obedientemente.

-Si te concentras en lo que sucede dentro de tu cuerpo puedes llegar a sentir los latidos de tu corazón. -

-Pa. Pa. Pa- Lufa comenzó a hacer débiles sonidos con la boca, sintonizándolos con el ritmo del corazón de Abigail.

-¡Lo estoy sintiendo!- respondió eufórica.

A su corta edad, Abigail no pensó en nada complicado, solo vivía su vida normal de manera feliz, siempre tratando de divertirse, así que conocer nuevas cosas siempre le traía alegría.

 -Bien hecho. El primer paso ya está listo- Lufa le acarició la cabeza – Pero ahora viene la parte más complicada-

Ella rápidamente se calmó, asintiendo.

-Al igual que los latidos de tu corazón, existe otro sonido proveniente de tu cuerpo, suena como el agua que fluye-

Lufa también se concentró, pues quería sintonizar sus murmullos con el mana del cuerpo de Abigail.

Este método para sentir el mana fue uno de los más sencillos y eficaces, siendo su creador el gran archimago Polic Forz y era usado por la mayoría de las casas nobles para inculcar a sus hijos por el sendero de la magia.

Luego de unos minutos, Lufa pudo sentir el débil flujo mágico recorriendo el cuerpo de Abigail. Con ello, hizo soplidos audibles cada vez que sentía el mana recorrer su palma.

Fuuuu fuuuu.

No pasó mucho tiempo antes de que Abigail grite de emoción.

-¡Puedo sentirlo!-

-¿Eh? ¿Puedes sentirlo?- preguntó Lufa, atontado.

Abi volteó la cabeza.

- ¡Sí!- dijo con una sonrisa -Es como agua que fluye por mi cuerpo. Tú soplas cada vez que ese "agua" pasa por tu mano-

Lufa estaba más que asombrado. Tenía los ojos muy abiertos.

"¡Imposible! ¿Cómo es que lo sintió tan rápido?"

Él sabía que era bastante complicado sentir la primera vez el mana, y menos a esa edad tan temprana. En todo el imperio estaba normalizado aprender magia a partir de los 10 años, pues esa era la edad mínima para sentir el flujo mágico, incluso así, los niños tardaban unos meses en sentirlo.

Lufa creía que, con su ayuda, ella podría aprenderlo lentamente teniendo una edad tan tierna. Pero ahora, ¡Abigail lo percibió en unos minutos!, nunca había visto algo parecido.

Abigail movía su manito de un lado a otro frente a los ojos de Lufa. –¿Lufa?-

-Ah, sí. Buen trabajo Abi. Lo hiciste muy bien- solo pudo forzar una sonrisa.

-¿Ahora puedo botar fuego?- preguntó inocentemente.

"Cómo podría ser fácil ser un mago", mantuvo esos pensamientos en su cabeza.

-Aún no. Todavía tienes que practicar un poco más. - le acarició la cabeza -Como ya sentiste el flujo de mana, ahora tienes que controlarlo y hacer que vaya más rápido. Una vez que lo logres, sentirás que tu cuerpo absorberá más y más mana. Cuando tu cuerpo esté repleto te enseñaré a hacer fuego-

Antes de que pueda darle algunas instrucciones más, su voz fue cortada.

-Se está llenando rápido- respondió Abigail.

Sin perder el tiempo, Lufa puso ambas manos en la espalda de la pequeña, y lo sintió. El mana fluía por todo su cuerpo, pasando como un torrente por cada parte y volviendo cerca del corazón en cuestión de segundos. Era tan fuerte que se podía sentir con solo tocarlo.

Lufa casi se desmaya por la fuerte impresión.

"¿Aprender magia no debía ser más complicado?", apretó los dientes para no soltar maldiciones. -¡Que Monstruo!-