Heather estaba sentada en la mesa de la cocina. Estaba a punto de tomar un sorbo de su café cuando sonó el teléfono, el sonido estridente la sobresaltó. Con un suspiro, dejó la taza y levantó el auricular.
—¿Hola? —respondió, tratando de mantener su voz estable.
—¿Señora Heather Kray? —la voz al otro extremo era oficial, cortante.
—Ahora es Heather Mills —corrigió ella, con el corazón empezando a acelerarse.
—Hablo el Detective Fred Monroe del departamento de policía. Queríamos hacerle algunas preguntas sobre su exesposo, Ronald Kray .
La respiración de Heather se cortó en su garganta. No había escuchado ese nombre en años y había esperado nunca volver a hacerlo. —No lo he visto desde el divorcio —logró decir, con la voz tensa.