Chris estaba allí, sintiendo un torbellino de pensamientos que giraban en su mente mientras las palabras de Damien apenas se registraban. —Eso explica por qué ella te ha estado evitando. Probablemente se enteró de tu conexión conmigo y no confía en ti.
Pero Chris no estaba realmente escuchando. Su mente estaba atascada en otra cosa, algo que le había estado molestando desde la feria. Ryan. El niño de ojos azules brillantes. Chris había ignorado la sensación familiar al principio, pensando que no era más que una breve sensación de déjà vu. Pero ahora, con todo lo que Damien acababa de revelar, las piezas del rompecabezas comenzaron a encajar, y la imagen que formaban era preocupante.