"Despierta"
Un sujeto con un gorro rojo despertó bastante confundido y aturdido, estaba solo en medio de un gran campo abierto y el sol se escondía en el horizonte.
–Estos idiotas otra vez me dejaron atrás –bostezó y se levantó del suelo– No entiendo por qué últimamente tengo tanto sueño, seguro uno de esos espíritus me lanzó una maldición.
Rascó su barbilla y miró hacia los alrededores, estaba desorientado ya que el lugar en el que estaba no era igual en donde sabia acostarse a descansar, por lo que decidió explorar, hasta que de la nada, las marcas en su rostro comenzaron a deslumbrar con fulgor una fuerte luz blanca.
–¿Eso es una cabaña? ¿Qué hace aquí en medio de la nada? –de forma anormal sintió la necesidad de correr hacia ella y así lo hizo, corrió y corrió hasta llegar y tocar la puerta.
Comet, apegó su oído a ella y la puerta se abrió sola, dejando a la vista un pasillo oscuro en donde al final se podía ver un foco parpadeante. Entró y estiró la cabeza hacia la oscuridad, dio pasos lentos y al entrar por completó la puerta se cerró y desapareció, quedando solo como una pared vacía.
–Que carajos está pasando –toco la pared buscando la puerta, pero realmente había desaparecido.
No había rastro de vida en ese lugar, y al no haber una salida cerca, decidió seguir caminando por el pasillo y observar las paredes con atención.
En cada lado había tres puertas cerradas, pero al fondo, en donde el foco titilaba había una puerta desquebrajada, llena de grietas y huecos. Al acercar su mano a la perilla la puerta se abrió haciendo un chillido muy abrumador a tal punto que tuvo que cubrir sus oídos.
«Estoy casi seguro de que esto es producto de algún espíritu que huyó del exorcismo, cuando lo encuentre juro que lo enviaré al infierno»
Cuando la puerta terminó de abrirse en medio del cuarto de cemento que era iluminado solamente por un foco con luz tenue había una mujer sentada en una silla blanca, cuyas facciones no podían verse por las sombras que producía, estaba quieta, con la cabeza baja y los brazos sueltos sin mostrar ningún rastro de conciencia.
–Oiga señorita... ¿Está usted bien? –se acercó y tocó su cabeza haciendo que el cuello se doble y caiga para atrás, mostrando sus cuencas vacías y su boca abierta evidencia de que aquella mujer estaba agonizando.
Comet gritó espantado y salió corriendo de allí, pasando nuevamente por el pasillo de las puertas hasta llegar a la pared en donde estaba la puerta. Se apegó a ella y tocó cada parte, buscando la forma de reactivar dicha salida, pero nada pasó.
Un líquido espeso y profundamente negro comenzó a salir de los ojos, nariz y boca de la mujer, cayendo en el suelo como un charco cuya corriente lo llevó por todo el suelo hasta los pies del sujeto.
–¡DEJENME SALIR DE AQUÍ!
Estaba acorralado y pese a que hacerlo era inútil, golpeó desesperadamente la pared y toda esa agua negra comenzó a elevarse y a condensarse en una forma extraña con brazos largos y dos cuernos desiguales, tragándose así al pobre Comet Armstrong.
THE ADVENTURE OF SPRING
Capitulo 7: Mal presagio
Había pasado varios días luego de aquel incidente, y Comet no había podido conciliar el sueño desde esa pesadilla tan extraña, cada que cerraba los ojos podía ver a aquel demonio de los cuernos desiguales y eso lo perturbaba, pero como todo ser humano tiene su límite, cayó rendido al sueño sin darse cuenta.
Cuando Comet abrió los ojos, estaba tirado en medio del pasillo de la otra vez, rápidamente entró en desesperación al darse cuenta de que se había quedado dormido y otra vez, a sus espaldas solo había una pared, estaba acorralado nuevamente.
Al aceptar el cruel destino, volteó y observó como en el musgoso suelo había charcos de agua negra proveniente de aquella criatura, pero esta vez la puerta de enfrente estaba cerrada y su foco apagado a diferencia de la pared de la derecha en donde una de las puertas estaba semiabierta y el foco del techo encendido.
Al no tener otra alternativa, decidió entrar a la habitación, la puerta no tenía ningún detalle, estaba vacía y permanecía de un color azul débil. Al abrirla y entrar vio a lo lejos a una niña de cabello corto y abrigo rosa sentada en el suelo, parecía que jugaba, pero no podía saberlo al ver solo su espalda.
Comet comenzó a caminar hacia ella, pero en el trayecto podía ver diferentes peluches rasgados y destruidos en el suelo, algunas cabezas y brazos cuya felpa salía de ellos le daba cierta incomodidad, y más cuando pisó una de ellas. Conforme se acercaba podía escuchar como la niña sollozaba y cuando finalmente llegó, ella levantó la mirada.
Sus ojos estaban cristalinos y las lágrimas caían como cascadas llenas de miedo, tristeza, culpa y desespero.
"Ayúdame"
En sus manos tenía dos peluches, el de un hombre y el de un niño, pero frente a ella estaba tirado un peluche destruido con la forma de una mujer con los ojos completamente vacíos y cuando se dio cuenta que era la misma de su sueño pasado no pensó dos veces antes de salir corriendo y dejando a la niña a su suerte.
–¡NO ME DEJES POR FAVOR! –de rodillas rogó, pero el sujeto la ignoró.
Extendía sus manitos en busca de ayuda y en el suelo se formaba un charco de lágrimas.
Mientras corría despavorido volteo levemente la mirada y detrás de ella, a través de los orificios del peluche se manifestó aquella sombra de dos cuernos desiguales y lentamente la absorbió y envolvió en un capullo gigante y brillante color púrpura y antes de que pudiese darse cuenta, tropezó con una mesa.
–¡¿COMO LLEGUE AQUI?! –Ahora estaba en el interior de una cabaña vieja y desgastada, las ventanas estaban sucias y el tapiz de los muebles están rasgados.
Esta cabaña si tenía una puerta de salida y sin pensarlo mucho corrió y la abrió, pero esto solo lo llevó nuevamente hacia ese capullo que al instante se abrió y de él salió un inmenso animal cuya presencia era aterradora, sus ojos eran alargados y oscuros en donde sus pupilas brillaban como el platino del alma y de su espalda salían a relucir espinas muy afiladas.
–¡¿QUE ERES?¡ ¡¿QUE QUIERES DE MI?! No le hago nada a nadie.
La bestia del Zodiaco se lanzó hacia Comet y lo derribó, quedándose sobre él para oler la agonía que salía de su cuerpo y sin dejarlo hacer algún movimiento, embocó su cabeza y lo decapitó en un segundo, despertando así de su pesadilla.
Era la segunda vez que sucedía y para empeorar la situación, fueron consecutivas, aunque solo fueran sueños, su cuello había recibido leves cortes en forma de mordida y la penetrante mirada de la bestia se quedó grabada en su retina por el resto de su vida.
Comet no volvió a dormir después de eso, creyó que estaba maldito y que si se volvía a dormir esta vez moriría en verdad, pero con el pasar de los días comenzó a presentir que aquello no era una maldición, si no eran visiones, un mal presagio de algo que se aproximaba y esto lo enloqueció más, incluso para no dormir recurrió al uso de sustancias ilícitas lo que empeoró su comportamiento a tal punto de volverlo mucho más agresivo.
La vida de Comet estaba en peligro, si no descansaba tan siquiera un poco su sistema podría colapsar, pero él no estaba dispuesto a dormir ni un segundo, sus amigos eran lo único en lo que podía confiar, no durmió 2 semanas investigó todo acerca de esa criatura, de ese mito al que el mundo llamaba bestia del Zodiaco y lo que podría provocar en el mundo.
–Tienen que creerme chicos por favor... ¡Ese demonio de los cuernos desiguales quiere apoderarse de la Bestia del Zodiaco y si lo hace todo llegará a su fin!
–Por favor, Comet, no existe ninguna bestia del zodiaco, eso es solo un mito, mira en lo que has convertido, en un conspiranoico drogadicto, déjanos ayudarte por favor.
–Tengo... Tengo que encontrar a esa niña, tengo que matarla, tengo que matarla antes de que esto termine muy mal –se colocó su capucha y su fez roja para partir en búsqueda de la caja de Pandora, pero sorpresivamente, recibió un golpe a sus espaldas, noqueándolo al instante para que finalmente se sumergiera en un profundo sueño.
Otra vez, estaba allí, el pasillo de las pesadillas que lo atormentaban. Gritó, repudió e insultó innumerables veces en medio de una crisis nerviosa que lo llevó golpear el suelo en donde estaba postrado, salpicando el agua del suelo hacia su rostro. Resignado se puso de pie y vio como todas las puertas estaban abiertas excepto la puerta del final definitivamente no entraría a la misma puerta, así que esta vez se acercó a la segunda puerta del lado izquierdo y observó como esta puerta estaba llena de huecos perfectos, como si de un rompecabezas se tratara.
–Llegaré al fondo de esto... No me queda otra opción –Agarró la perilla y esta brilló, electrocutando la mano.
Al estar semiabierta, solo empujó la puerta y entro a la habitación. A diferencia del resto de cuartos, este era blanco, o eso es lo que creía él, paso a paso observaba todo el lugar y allí no había absolutamente nada.
"Auch" Gritó luego de pisar un fragmento de cristal y que este se clavara levemente en su pie. Al sacar el vidrio y levantar la mirada todo su alrededor se había vuelto un pueblito bastante acogedor, se escuchaban las risas y el goce de la gente y todo estaba decorado con estrellas brillantes, las ventanas, los postes de luz, los techos, todo era muy bonito a ojos de aquel que lo veía.
"¿Un festival?" Caminó por los alrededores hasta llegar a un campo abierto en donde estaba un niño sentado con la mirada pegada al cielo nocturno.
Sus cabellos rojizos se le hicieron familiares y sobre todo aquel mechón que se movía al son del viento. Al pararse a su lado y voltear la mirada pudo ver como en sus ojos se reflejaban las estrellas y en el instante en el que se animó a preguntarle algo, una enorme explosión en el cielo se manifestó cegando a todo aquel que observó el cielo.
Comet volteó y se cubrió con sus brazos, pero el niño no despegó la mirada del cielo, más bien levantó sus brazos, emocionado y la sonrisa de su rostro no se iba por nada del mundo.
"¿Acaso esta es la Neo Star?" Cuestionó muy confundido y la cara del niño cambio luego de escuchar sus palabras.
–Neo Star... –volteó la mirada e inclinó la cabeza con intriga– ¿Tú quién eres?
Instantáneamente todo su alrededor nuevamente se volvió un eterno y blanco vacío. Comet entró en pánico, el niño había desaparecido y su único recurso fue correr sin rumbo llamando al niño con un grito que resonaba por todo el inmenso lugar. Para él habían pasado horas desde que comenzó a buscar al niño y sobre todo una salida, pero no había nada. Resignado se sentó y permaneció en silencio, esperando que algo lo matara para despertar de esta pesadilla o de una vez, ser asesinado.
"¿Crees que estoy roto?"
Sorprendido levantó la mirada y lo que parecía ser infinito se había vuelto una esquina en donde frente a ella estaba aquel niño de cabellos alborotados sentado y deprimido.
–¿Por qué dices eso?
–Porque él lo cree así, él me dice que estoy roto.
–¿Quién?
El niño volteo la mirada hacia Comet usando una máscara trizada cuya expresión facial era deprimente y en las mejillas llevaba diminutos rayos de color neón. Sin decir otra palabra señaló hacia atrás y al voltear, Comet vio a un hombre parado a lo lejos, un hombre cuya cara era imposible de divisar.
–¿Quién es el?
–¿El? Él es el hombre de los cuernos desiguales.
En un suspiro corto, tanto el niño como el hombre desaparecieron sin dejar rastro, Comet comenzó a mirar hacia todas partes puesto que en un eco eterno recorría el sonido de una gota cayendo repetidas veces.
Cuando logró avistar un posible final de la eternidad corrió lo más rápido que pudo hasta entrar al mismo lugar con el cielo estrellado y la gente alegre, pero en lugar de calidez y goce, solo había agonía.
La gente corría despavorida, las casas se habían reducido a escombros y dispersos en el suelo yacían cuerpos sin vida, algunos partidos por la mitad y otros simplemente masticados y mutilados, todos recorriendo un solo camino, un camino de muerte que llevaba al lugar en donde sentada estaba aquella bestia del Zodiaco.
Comet sintió un nudo en la garganta y trato de correr, pero su cuerpo estaba paralizado, al sentir su presencia el animal solo volteo la mirada y movió su cola riendo descaradamente. El desesperado hombre torció los labios y chocó sus dientes con fuerza tratando de liberarse, pero ningún efecto había.
"Tu no deberías estar aquí"
Detrás de él, una figura negra con los cuernos desiguales le susurró al oído dicha frase antes de atravesar su pecho y dispersar un montón de hilos negros por todo su cuerpo.
"Incluso después de muerta sigue jodiéndome"
Los hilos se extendieron de tal forma que terminó despedazando su cuerpo, llevándolo que finalmente despierte de su pesadilla.
Al abrir los ojos observó cómo sus amigos lo estaban rodeando y tocando su cabeza mientras las marcas de sus caras brillaban incandescentemente.
–Ustedes me hicieron esto... –consternado levantó su torso y soltó un quejido, su manto comenzó a teñirse de rojo, un rojo proveniente de la sangre que salía de los cientos de cortes que había recibido luego de morir en su pesadilla.
–Tienes que calmarte Armstrong, estamos ayudándote.
–¡NO ME PIDAS QUE ME CALME! Ustedes me traicionaron... ¡USTEDES ME TRAICIONARON! –se levantó y caminó hacia atrás.
La chica más bajita del grupo, quien parecía alguien que dormía incluso al estar despierta exclamó:
–Usé mi Genn para adentrarme en tus sueños y ver que era lo que te atormentaba, pero cuando ingresé, tu mente estaba en blanco... No has soñado nada, Comet.
Comet se quedó atónito, ni siquiera podía respirar y cuando vio que su líder trató de acercarse hacía él, este rápidamente se apartó con mucho miedo.
–¡PARA ATRÁS FORTACHON! ¡APARTENSE! ¿Lo que ustedes quieren es que ese demonio gane no es así? Han vendido su alma a aquel que opera desde las sombras.
Agarró una piedra y se las tiró, justo antes de salir corriendo despavorido, él solo quería huir lo más lejos posible. Si lo que dijo su amiga era verdad significa que efectivamente eso era una visión.
–De nada sirve correr tras él sin tener una solución a su problema –afirmó Kon, el líder del grupo de Espiritistas.
–Tenemos que encontrar la forma de ayudarlo y cuando la tengamos, lo encontraremos.
Aquel Espiritista que había huido de sus amigos manifestó una enorme navaja que empuñó, completamente decidido a una cosa...
–Voy a encontrarte, Bestia del Zodiaco.
Capitulo 7 - FIN