"Nunca voy a encontrar a la bestia del Zodiaco..."
Sin rumbo caminaba aquel que alguna vez tuvo amigos, había avanzado un gran tramo durante toda la noche, su estómago rugía necesitando saciedad y su cabeza rogaba por descanso, pero para ese entonces su cuerpo solo avanzaba por inercia, era un zombi sin vida caminando como mendigo en medio toda una multitud en el centro de la ciudad rodeada de unos hermosos y frondosos arboles verdes, pero no era el verde tradicional de la vegetación, aquella ciudad se caracterizaba por tener unos de los árboles más altos del país con un verde tan brillante que llegaba a iluminar la ciudad en lugar de cubrirla con las sombras.
Las personas ignoraban su presencia y solo chocaban hombros con él, como un cero a la izquierda. Accidentalmente casi tropezó con sus propios pies y por el ajetreo y la multitud vomitó, pero lo único que salió de él fue un líquido amarillento
"¡Hermanito! ¡Mira esto! Es un pajarito de madera"
Cuando escuchó esas palabras, el timbre de voz lo escuchó muy familiar y por un segundo pensó que había enloquecido, pero cuando divisó entre toda la multitud a esa niña de abrigo rosa, su mente hizo implosión.
–El contenedor... Si es real –su dirección cambio y atravesó a todo el gentío con la mirada completamente clavada en la niña que reía feliz junto al niño de cabellos erizados.
–Vayamos a ver más cosas hermanito, este lugar se ve muy divertido -jaló el brazo de Spring, pero esté no movió ni un pie.
–No podemos movernos de aquí hasta que el señor Gerald regrese Jenni, podríamos perderlo de vista y ser un blanco fácil de cualquier enemigo.
"Ahora todo tiene sentido... Por eso he tenido esos sueños... Por eso llegué aquí sin siquiera pensarlo, fui elegido, fui elegido para salvar al mundo"
En su mano volvió a manifestar aquella navaja gigante y la empuñó con un odio insaciable, listo para acabar con el mal que amenazaba al mundo.
"¡YO FUI ELEGIDO PARA MATARTE!"
Comet se lanzó hacia Jennifer, apuntando directamente al pecho, pero sin previo aviso, una niña de cabello rojo se lanzó sobre él y evito que la dañe.
–¡¿Que intentabas hacer?! ¿EHHH?
«¿COMO CARAJO ME EMBISTIÓ UNA MOCOSA?»
Los hermanos voltearon al escuchar el revoltijo y rápidamente reconoció a ese personaje con solo ver su espalda.
–¿Señorita Paulette? ¿Qué estás haciendo aquí?
Paulette pegó un brinco y volteó algo avergonzada, acomodando sus anteojos mientras arremetía al homicida.
–Cuanto tiempo sin vernos Spring je, je.
La mirada del niño se inclinó hacia Comet, y aquel que creyó que era el elegido lo miró a los ojos y al instante lo reconoció como el niño de la máscara rota.
–¡YAAA, QUITATE MOCOSA! –agarró a Paulette de la cintura y la lanzó hacia un lado con fuerza
Rápidamente se levantó y limpió la tierra de su capucha, la gente lo miraba horrorizada, hablaban y murmuraban cosas muy feas de su persona e incluso agarraban piedras y le tiraban cosas a tal punto que entre todos estaban a punto de lincharlo por el intento de homicidio.
–¡¿POR QUE NO LO ENTIENDEN?! ¡YO LES ESTOY SALVANDO LA VIDA A TODOS USTEDES TARADOS!
Al ver que no tenía más opciones volteó la mirada hacia los hermanos y violentamente agarró el brazo de la menor.
"Genn espiritual: Desvanecimiento"
–¿Qué crees que haces? –exclamó Spring sin reaccionar rápido.
–Llevarme al contenedor... –ambos comenzaron a desvanecerse como humo y cuando Spring intentó agarrar la mano de su hermana está solo la atravesó.
Ambos se desvanecieron como espectros y desde el aire en las proximidades del bosque reaparecieron y cayeron bruscamente. Mientras todo esto sucedía, Gerald se encontraba en una tienda de campaña básicamente al frente de donde estaban los hermanos.
–Esto de aquí, contiene toda la información necesaria acerca de la famosísima Bestia del Zodiaco y todos los mitos no tan mitos, si me entiende ¿no? –giñó el ojo con una sonrisa confiada.
Gerald agarró el libro y soltó un largo suspiro esperanzado mientras el rustico y poco higiénico vendedor estiraba sus manos esperando su bolsa de dinero.
–Una cosa más, ¿Sabes si existe alguna relación entre Kuraudo y estas bestias?
–Hmmm puede que si puede que no... –tosió y estiro su mano.
Gerald bastante fastidiado saco de su bolsillo dos bolsas de monedas de oro y las colocó bruscamente en la mesa del vendedor. El viejo miró hacia los lados, sacó cera de su oído y discretamente guardó las monedas.
–Bueno, puede que si sepa algo –se acercó hacia él y en voz baja exclamó: Se dice que allí liberan a las víctimas rescatadas de los Dark Souls.
–¿Victimas? ¿Dark Souls? De qué diablos hablas viejo.
–No sé si has oído hablar de Bartolomeo Kamikaze, el hermano de uno de los guardianes del viento.
–¿Hablas del que supuestamente heredó la voluntad del héroe? La carta que llevaba Jennifer lo mencionaba...
–Su Genn es un Genn tan puro y deslumbrante que según a voces de conspiranoicos, dicen que está compuesto de completa armonía, siendo capaz de destruir solo con tocar cualquier elemento agónico en el mundo.
–Eso quiere decir... –levantó la mirada completamente atónita al percatarse de lo podría hacer el heredero.
–Tal cual hermano, tal cual.
En el exterior se escuchaba a una gran multitud alarmada y confundida y Gerald rápidamente lo asimiló con algo relacionado a Jennifer y cuando salió del lugar, lo primero que vio fue a Spring de rodillas en el suelo con la cabeza hacia abajo y Paulette sobando su espalda y diciéndole algo en el oído.
THE ADVENTURE OF SPRING
Capitulo 8: Comet Armstrong.
"Por favor, señor no me haga daño"
Jennifer estaba muy asustada y algo distanciada de Comet, podía huir, pero por la caída su tobillo se había lesionado. Comet por otro lado, débilmente se puso de pie y su cabeza se tambaleaba de un lado a otro, y ni siquiera caminaba recto, se movía en zigzag y sus piernas se cruzaban al dar cada paso.
«Ella se ve tan indefensa, como es posible que alguien así sea capaz de causar daño...»
Su cuerpo lo venció y se postró en el suelo agonizante, su respiración se había agitado y sin querer en medio de ese ataque de pánico, Comet vómito.
"Está usted bien señor"
Cuando pudo abrir los ojos y levantar la mirada, vio como Jennifer se había arrastrado hacia él y miraba como su cuerpo y alma entraban en una completa muerte por decadencia.
–¡Largo! –la ahuyentó con el brazo– Todo esto es culpa tuya.
Su estómago rugió y cuando estaba a punto de rendirse y recostarse en el verdoso y brillante pasto, Jennifer le dio un panecillo que llevaba en el bolsillo.
–Lo estaba guardando para más tarde, pero creo que lo necesitas más que yo
–No quiero nada de ti, maldita bestia –con su mano azoto las manos de la niña y el panecillo rodó por todo el suelo.
Jennifer se arrastró, levantó el pan y se lo volvió a llevar.
–Por favor... Acéptelo –exclamó Jenni con un tono de voz muy serio.
Comet levantó la mirada y vio que, aunque ella estaba centrada y decidida a que se comiera el panecillo, sus mejillas estaban enrojecidas y de sus ojos brotaban pequeñas lágrimas resentidas. Por un segundo estuvo a punto de ceder al capricho de la infanta, pero recordar que ella es aquel mal del mundo "según sus visiones" lo iba a rechazar nuevamente.
–Ya te dije que n- –a la fuerza Jennifer metió el panecillo en su boca y con solo sentir el delicioso sabor del alimento hizo que con sus propias manos agarrara el otro extremo del pan y comenzara a comerlo como un animal.
–¿Por qué me ayudas? Si yo traté de matarte –preguntó al terminarse el pan hasta chuparse los dedos– No deberías ayudar a la gente mala que quiere hacerte daño.
–Yo... No creo que sea alguien malo señor –dio pequeñas palmadas en su espalda.
Definitivamente Comet se rindió, no intentaría matar más a Jennifer, sin importar lo que sus sueños le mostrasen, el solo podía ver pureza en su espíritu.
–Lo siento mucho, niña... –acaricio su cabeza y se levantó– No volveré a causarte más problemas.
Justo cuando estuvo por irse, Gerald y el resto los habían encontrado, y cuando volteó para seguir su camino, un fuerte puñetazo se estrelló contra su cara y la fuerza fue tal que lo llevó a chocarse con |un árbol, haciendo que pierda el conocimiento por completo.
"Mi padre tenía razón... No estoy llegando a ningún lado haciendo esto, solo me he vuelto loco, quisiera poder entenderme a mí mismo y el por qué sueño esto, y por qué esos sueños parecen una realidad, al final fui un cobarde y no hice lo que se supone que era mi misión encomendada por el destino, o tal vez incluso eso es una tontería"
–Ya despierta princesita –con un tono sarcástico y fastidiado exclamó una voz muy varonil.
–¿Y si lo mató señor Gerald? –exclamó una voz infantil un tanto nerviosa.
–¡Ya ves tío! Eres un salvaje –reclamó una voz femenina.
–Paulette... Será mejor que no hables porque estás en serios problemas al haber venido sin permiso –respondió furioso aquel único adulto que se escuchaba dentro de la conversación.
Pese a que Comet permanecía inconsciente, dentro de él podía escuchar toda la discusión que sucedía a su alrededor y realmente le estaba fastidiando, pero su cuerpo no quiso responder a ninguna de sus órdenes, ya que por fin estaba teniendo el descanso que le hacía falta.
–Ya sé que le hará abrir los ojos a este abusivo.
De imprevisto, un balde de agua fría le cayó encima a Comet, despertando al instante con los ojos bien abiertos y las cejas levantadas.
–¡¿QU-QU-QUE CA-CA-CARAJO TE PA-PA-PASAA?!
Su cuerpo temblaba y su respiración se volvió más rápida y superficial teniendo como reacción común el intentar apartarse de ahí pero cuando trató de moverse se percató que estaba completamente atado a un tronco.
–¿Enserio creen que esto me detendrá? –rio de forma irónica y gritó:
"¡DESVANECIMIENTO!"
Pero nada ocurrió.
«Maldita sea... Estoy muy débil para realizar técnicas de este calibre por segunda vez»
Agachó la cabeza, completamente rendido, realmente se sentía muy cansado, y ya no le queda más opciones que simplemente permanecer ahí... Hasta que cayó en cuenta de algo muy importante.
«Un momento... Estuve inconsciente por un buen rato. ¿Como no tuve esas visiones otra vez?»
En ese momento, aunque estaba algo mojado, desde su frente cayó un papel con un dibujo que se le hacía familiar.
–¿Un sello?
–Es un sello bloqueador, como tienes unas ojeras tan grandes y negras creí que no podías dormir así que puse eso en tu frente mientras estabas inconsciente –Spring tomó el papel y lo hizo bolita– Suelo usarlo cuando no puedo dormir.
Comet volteó la mirada con una expresión de fastidio y molestia, no pensaba agradecerle en absoluto, pero allí fue Gerald con una mirada asesina y se plantó cara a cara con él, lanzando un puñetazo al tronco justo a un lado de su cara y la marca del puño quedó grabada allí mientras le seguía un hilo de vapor.
–Ahora tú me vas a decir, que es lo que querías con la niña –agarró la parte superior de su manto y lo levantó– ¿Acaso eres uno de ellos? Suelta todo lo que sabes antes de que destruya tu cráneo en mil pedazos.
La mirada amenazadora de Gerald ya había penetrado toda actitud arrogante de Armstrong, implantando un miedo en él.
–Yo~Yo solo intentaba evitar que ese demonio destruya nuestro mundo... Pero juro que ya no iba a hacer nada –cerró sus ojos y volteó el rostro esperando una paliza.
Pero para su suerte, Gerald bastante frustrado, soltó su manto y se apartó de él, crujiendo sus dedos de una forma amenazante.
–Tú... Trabajas para él ¿No es así? –murmuró Comet con nervios, pero de una forma un tanto agresiva.
–¿Para quién?
–Para ese demonio, ese demonio de los cuernos desiguales.
Ese nombre, esa descripción, al escuchar esas palabras saliendo de la boca de otra persona lo dejó estupefacto, casi que ni pudo mover un musculo, lo único que quedó fue su boca semi abierta lanzado un suspiro de sorpresa.
–Cómo sabes... Algo acerca de ese demonio...
–Porque lo he visto en mis sueños, una y otra y otra vez, siempre, absorbiendo a esa niña, la niña capaz de convertirse en una maldita Bestia del Zodiaco.
–¿Entonces tú también sueñas con esa cosa con los cuernos desiguales? –preguntó Spring desde atrás bastante confundido al escuchar esa mención.
–¿Tú también niño? –volteó Gerald alarmado y sin saber que más hacer, pidió a Paulette que se lleve a los hermanos hacia el carruaje ya que quería hablar a solas con aquel Espiritista.
Se lo veía con una sonrisa bastante confiada y una mirada arrogante al reír silenciosamente.
–Veo que te ves muy interesado al respecto, ya me di cuenta de que no sabes un carajo de lo que pasa a tu alrededor, por eso te noto algo intimidado.
–Primero dime ¿Quién demonios eres?
–Yo soy Comet Armstrong y soy... Un Espiritista.
Capitulo 8 -FIN