Hola a todos, como están, espero que muy bien, aquí les
traigo una nueva parte de este fanfic. Espero que lo disfruten.
Todos los derechos reservados a Eiichiro Oda, creador de
la franquicia, One Piece.
Capítulo 24: Partida
En Paradise.
Perona leyó
en el periódico sobre la vuelta de Gecko Moria, y, emocionada por ello,
decidió abandonar la isla Kuraigana para buscarlo; decisión que
apoyó Dracule Mihawk ya que, según sus palabras, durante el Levely podría hacer este lugar peligroso>. Moria aparece por primera vez tras el salto temporal atacando Hachinosu, territorio de los Piratas de Barbanegra, en búsqueda de Absalom. Los miembros de la banda fueron informados de su llegada, y rápidamente interceptado tanto por Catarina Devon con sus poderes ilusorios de kyubi, como Shiryu, nuevo consumidor de la fruta Suke Suke tras el asesinato de Absalom. Luego de ser informado del destino de su subordinado, el propio Marshall D. Teach habló con Moria a través de un den den mushi; ofreciéndole que se convirtiera en su subordinado e informándole tanto del viaje de Charlotte Linlin al País de Wano, como del enfrentamiento entre el Ejército Revolucionario y los almirantes Issho y Ryokugyu durante el cuarto día del Levely. Perona, en su recorrido empezó a recordar sobre Moria y los demás. 2 años antes. 「Perona enfrentaba a Chopper, que intentaba sin mucho éxito, evitar los fantasmas que la Princesa Fantasma lanzaba, con un Sanji que se rehusaba a dañar a una mujer, recibiendo primero el impacto de uno de esos fantasmas, deprimiéndolo y dejándolo sin energía, a lo que Franky va al rescate de ambos y, debido a que su determinación y autoestima eran altas, pudo contrarrestar los ataques de Perona. Lo que dio paso a una estrategia en la que Chopper, con ayuda de Sanji, molestarían a unos bisontes zombis que habían en el castillo. Plan que resulto exitoso, haciendo que los bisontes chocaran en una estampida a Perona, dejándola inconsciente.」 Tal recuerdo y otros tantos más empezaron a llegar a su mente. —//Sólo espero que el Señor Moria este bien, no quiero pensar en lo que pudiese pasarle a él. Debo estar a la altura si debo enfrentar a alguien. No se preocupe, jefe, voy a ayudarlo//—. Mientras tanto, en Dressrosa El barco de los Piratas Pulvo había arribado a la isla por la mañana, con el objetivo de que Wiper regresara el revolver a su dueño, Bellamy. Pero tal hecho no sería muy fácil de resolver. Bellamy se encontraba en una taberna cercana, bebiendo un jarro de cerveza, —¿Me estáis diciendo que ese sujeto con alas me robo el arma?— Bellamy se levanta y dirige su atención hacia el asiento ocupado por Wiper y Pell quienes estaban en el otro extremo de la taberna, cerca de la entrada, —Oigan, vosotros tenéis mi arma, ¿verdad?—, —Así que tu eres Bellamy, ¿no?— dijo Wiper sin despegar su mirada de La Hiena, —Esa flintlock es el último recuerdo que tengo de mi tripulación, si la habéis destruido…—. —La tenemos aquí— respondió Pell, entregando el arma a Bellamy. Tras ello, los dos sujetos se levantan y proceden a marcharse, pero La Bala de Dressrosa los interrumpiría, —¿Para eso habéis venido?—, —Si, tenemos que retomar nuestro viaje con nuestro capitán Lacuba— tal declaración de Pell dejo extrañado a Bellamy, —Entonces, ¿sois piratas?—, —En efecto— respondió Wiper. —¿Por qué la pregunta, acaso quieres unirte a nuestra tripulación?— esa pregunta de Pell sorprendió a Bellamy, quién hizo un gesto de negación, siendo este gesto observado por un misterioso sujeto al que su figura estaba ensombrecida debido a encontrarse en un sitio oscuro de la taberna. Pell y Wiper salen de la taberna, —Ya has tenido tu momento de disculparte, es momento de volver e irnos de aquí, antes de que alguien sospeche— dijo Pell. —¿Acaso intentabas unirlo a la tripulación?— respondió Wiper cambiando el tema de conversación, —Pensé que sería muy útil pero el saber que está recuperándose de aquella guerra lo ha agotado bastante, después de todo, esta viviendo la misma experiencia por mi (el recuerdo de Pell cuando eleva la bomba hacia el cielo estallando esta mientras la sujetaba).— concluyo Pell. Ambos sujetos regresaban al barco que se encontraba listo para partir, siendo tan solo el mediodía. Unas horas después. El cometa llega a Dressrosa, arribando al puerto. Usopp y Rebecca se bajan de el. —Señor Usopp, tendrá que esperarme para dar toda la paga—. —Esta bien, Rebecca, esperare aquí—. Usopp decide tomar un paseo por el puerto mientras Rebecca se dirige a su casa en Carta. Usopp en su recorrido por el puerto se percata de una balsa muy familiar, —¡Mi balsa!— exclamo. —¿Conque esa es tu balsa, chico?— dijo un pesquero que agrego, —he estado usándola, pero tenía algunas fallas por lo que la adapte para mi actividad. En todo caso, ya recupere mi barco, así que te devolveré dicha balsa— concluyo el pesquero. Usopp se sintió aliviado y feliz, pues la balsa con la que llego a Dressrosa por primera vez había sufrido un cambio que le ayudaría para su viaje. Llegada la tarde La luz del atardecer se filtraba a través de las ventanas, bañando la habitación de Rebecca con tonos dorados. Sentada en su escritorio de madera, con una pluma en la mano y un pergamino frente a ella, Rebecca tomaba un respiro profundo antes de empezar a escribir. Sus ojos, reflejando una mezcla de determinación y tristeza, se centraron en el papel. "Querido papá, querida familia Riku, y a todos los habitantes de Dressrosa: Las palabras no pueden expresar la gratitud y el amor que siento por todos ustedes. Desde que era una niña, he soñado con un futuro mejor para nuestra tierra, uno libre de tiranía y dolor. Gracias a nuestros esfuerzos colectivos, Dressrosa finalmente ha encontrado la paz que tanto merecemos.Sin embargo, debo alejarme de esta tierra. Mi corazón solo anhela libertad para un mundo ruin y cruel. No es fácil para mí tomar esta decisión, pero sé que es lo correcto. Papá, eres el héroe que siempre he admirado, y espero poder hacerte sentir orgulloso al forjar mi propio destino. A la familia Riku, su bondad y liderazgo han sido un faro de esperanza en tiempos oscuros. Les pido que continúen guiando a nuestra gente con la misma sabiduría y compasión. A mis queridos compatriotas, nunca olvidaré los sacrificios y la valentía que demostraron en nuestra lucha. Llevaré el espíritu de Dressrosa en mi corazón donde quiera que vaya. Con todo mi amor, Rebecca" Lágrimas silenciosas caían sobre el pergamino mientras Rebecca doblaba cuidadosamente la carta y la dejaba sobre la mesa. Con un suspiro final, se levantó y miró alrededor de la habitación que fungió como su hogar en su niñez. Guardó sus pertenencias en su capa, la cual ató a su espada, haciendo de ella una improvisada bolsa. Vestida con su ropa de gladiadora, salió de la casa sin mirar atrás, cada paso resonando con la determinación de su nuevo propósito. Rebecca recorría el campo de girasoles, testigo de su batalla contra la tiranía y lugar donde descansaba los restos de su madre, a la que deposita una rosacruz, despidiéndose de ella en el proceso, procediendo su andar con una determinación mucho más grande que antes. La noche había llegado cuando Rebecca llegó hacia donde Usopp, que estaba alistando su balsa para su largo viaje, cuando este último se percata de la llegada de la gladiadora. —Rebecca, que bueno verte, estoy alistando mis cosas para irme— Rebecca saca unas bolsas, una con más dinero que la otra. —Esta bien, eso es todo— tras dicho esto, Usopp estaba por irse cuando Rebecca lo vuelve a llamar. —Usopp,— dijo Rebecca con voz firme pero suave, —¿si?— preguntó el tirador, —quiero unirme a ti en tu viaje. Quiero formar parte de tu tripulación y ser una valiente guerrera del mar como tu.— Usopp se sorprendió de tal declaración, recordándole su sueño de ser un valiente guerrero del mar. Pese a pasar mucho tiempo entrenando con Heracles, el sentimiento de ser un capitán pirata como en sus tiempos en Villa Syrup aún estaban intactos, a lo que con seguridad y una sonrisa cálida dijo, —Es la primera vez en mucho tiempo que alguien valora mi esfuerzo.— —Eres el héroe legendario de nuestra nación, God Usopp. Su poder siempre ha sido magnánimo, es por ello que anhelo ser la primer tripulante y aprender más de usted— la sinceridad en las palabras de Rebecca abrumaron al tirador, quien con felicidad en su rostro dijo; —Esta bien, ven y conquistemos este mundo—. Tras dichas palabras por parte de su ahora capitán, Rebecca se sube a la balsa y tira la soga que la ataba al terrible destino al que estaba destinada. Con ello hecho y, de manera singular, nace una tripulación destinada a causar el caos, trayendo la libertad y justicia a aquellos que lo necesitasen. Errantes Rosacruz. Capitán: Usopp. Tripulante: Rebecca. CONTINUARÁ…