Hola a todos, como se encuentran, seguro que muy bien y en caso de no ser así, no te desanimes, todo saldrá bien. Les traigo un nuevo capítulo de este fanfic. Espero que lo disfruten.
Todos los derechos reservados a Eiichiro Oda, creador de la franquicia One Piece.
Capítulo 27: Rapto y final.
Mientras tanto, en la entrada del castillo de Germa.
Reiju respira hondo, abre la compuerta del castillo y se lanza a toda velocidad a atacar a los invasores. Los mismos no distinguen visualmente a la primogénita de la familia Germa, por lo que disparan con sus rifles toda anomalía que allí se encuentre. Reiju, por su parte, sigue atacando y liberando parte de su Poison Pink a aquellos que la atacan. Sus patadas dejan inconscientes a muchos de esos sujetos, llegando al punto en donde destruye un navío completo, delatando este con su bandera los invasores: El Gobierno Mundial.
-Vaya, mira quien tenemos aquí, una mujer con vestido rosa.- una voz delicada y seria habló a bordo de lo que parecía ser un bote. -¿Qué es lo que quieren?- preguntó Reiju con un tono intimidante. -No es de tu importancia.- respondió Kalifa. -Tendré que sacarte de aquí de la misma forma que saqué a tus hombres, por la fuerza- afirmó Reiju mientras ajustaba sus guantes. -Te lo advierto, criminal. Mis burbujas no tendrán piedad con una persona como tu- la arrogancia de Kalifa se muestra con su expresar.
Sin esperar mucho, Reiju se lanza a atacar de forma precisa y rápida hacia Kalifa, liberando veneno en el proceso. Sin embargo, la agente se deslizo ágilmente fuera del alcance de las toxinas.
-¿Eso es todo? Me toca- tras decir eso y con un movimiento fluido, Kalifa activa su habilidad de la Awa Awa no Mi, generando un remolino de burbujas brillantes que se aproximaron a Reiju. Reiju los intentó esquivar, pero eran demasiadas. Al contacto, su cuerpo perdía fuerza, su velocidad disminuía y sus músculos se debilitaban. Las burbujas limpiaron su energía, dejándola completamente indefensa y a merced de Kalifa.
-Qué patética, ahora estás tan limpia y débil como un cordero- murmuró Kalifa mientras se acercaba lentamente a su presa. Con satisfacción, extendió su mano y tocó el rostro de Reiju, quien apenas se podía mantener de pie.
Kalifa disfrutaba del poder que ejercía sobre su oponente, deleitándose en la superioridad que sentía al ver a la orgullosa guerrera de Germa 66 doblegada ante ella. La burla en sus ojos era inconfundible.
-A Saint Charlos le encantará tener una 'mascota' tan exótica como tú- dijo Kalifa con un tono suave pero venenoso. Reiju, completamente debilitada, intentó reunir fuerzas para luchar, pero era inútil. Una barrera de burbujas impedía cualquier acción, drenando su energía con cada movimiento hecho.
Kalifa tomo unas esposas de Kairoseki de su cinturón, -Espero que te guste el color dorado-, se burló mientras las esposas se cerraban con un chasquido alrededor de las muñecas de Reiju, sellando su destino.
Las lágrimas silenciosas de impotencia rodaron por las mejillas de Reiju mientras Kalifa la arrastraba sin esfuerzo dentro del bote, para dar la orden de mover la pequeña embarcación, tomando rumbo a Tierra Santa.
Mientras tanto, en la Isla Gyojin.
Faltaba 1 día para que la reunión en el Levely concluyera y la familia real de Ryugu regresase. Pero la situación se tornaría sombría en tan sólo unos minutos. -Hachi, ¿saldremos nuevamente a la superficie?- una animada Camie insistía al Gyojin de seis brazos con explorar otra vez el exterior. -Aun no me he recuperado del todo, Camie.- a lo que agregó; -Aún debo saber sobre la nota que he recibido en la mañana-, -¿Una nota?- preguntó con curiosidad Camie. Hatchan le muestra la carta a Camie y ella la lee:
Hatchan:
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hemos trabajado juntos. Pese a nuestras diferencias, tengo la intención de dialogar contigo. Te estaré esperando en el Bosque Marino.
Atte.: A.
Tras escuchar la carta, Camie preguntó, -¿Qué piensas hacer, Hachi?- a lo que Hatchan respondió, -Iré. Creo saber quien es, así que estaré allí. Lo único que pediré Camie, es que no intervengas.- La seriedad en el hablar del hombre-pez dejaba bien dicho que el asunto era serio para que sus amigos y colegas del Takoyaki 8 interviniesen, a lo que la sirena afirmó sin rechistar. El Mermaid Café se encontraba atendiendo a más clientes de lo usual, por lo que Camie, con una previa autorización de Shyarly, le piden a Hatchan y Pappag, que aún estaban en el lugar, que los ayude con las mesas que faltaban por servir. Las demás compañeras de Camie siguen atendiendo sus respectivas mesas, las Medaka Sirenas Quintillizas animan al público que las escuchan. Debido a que algunos insumos para el café estaban en el depósito, Kairen le pide a Fillonce buscar la bolsa de café en la bóveda del depósito, a lo que Fillonce acepta sin dudar. La susodicha llega a la bóveda, buscando la bolsa de café, cuando en ese momento, una mano por detrás tapa la boca de la sirena, arrastrándola violentamente hacia una puerta flotante, cerrándose está tan pronto la víctima estaba dentro de la puerta. Con este hecho, una desaparición se consumaba.
Mientras tanto, en Skypiea.
La tranquilidad reinaba en la Isla Ángel. Pese a la extraña ida de Wiper, la isla no tenía contratiempos ni problemas más allá de los habituales que pueden ocurrir en cualquier lugar o nación convencional, hasta ahora. Pumpkin Café tenía mucha actividad desde su apertura, sus fideos de calabaza son solicitados frecuentemente y ese día no era la excepción, salvo por un detalle. Dos clientes nuevos, de figura y proporción dispares entre sí, observaban minuciosamente a una camarera de cabello rubio con dos coletas y flequillo cubriendo una parte de su frente. La misma ya había servido la mesa en donde los dos sujetos se encontraban. Ambos, ensombrecidos por la ubicación de la mesa que no tenía luz natural que la alumbrase, se comunicaban en lenguaje de señas dando instrucciones el uno al otro de lo que harán. El lugar ya estaba vacío y la camarera de cabello rubio se encargo de cerrar el local, una vez cerrado el lugar se dispone a regresar a su hogar para descansar. Llegando cerca del Parque de la Goma, empieza a escuchar unos pasos, por lo que empieza a avanzar más rápido. Cerca de una zona colindante a Upper Yard, la muchacha empieza a correr, buscando llegar cuanto antes a su hogar, pero de nada sirve. Los sujetos logran tomar a la muchacha y, antes de gritar para pedir ayuda, los susodichos duermen a la muchacha cubriendo su boca con un pañuelo viejo que tenía vertido un somnífero potente, capaz de dormir al instante cualquier persona. Luego de dormir a la señorita, los sujetos ponen rumbo, -Ya lo hemos hecho, ¿y ahora?-. -Al fin de la nube-. La luna se visualizaba en toda Skypiea y con ella, otra victima era desaparecida sin motivo alguno.
Mientras tanto, en cierta isla del Nuevo Mundo.
Los Piratas Pulvo arribaron a una isla para descansar y tomar rumbo nuevamente, hasta que Byron se percataría de la densa y oscura niebla que allí aglomeraba. Los demás se adentrarían en la espesa niebla sin saber que algo terrible estaba por suceder.
Una garra afilada atravesaría a Lacuba de forma brusca y violenta, perforando su corazón y pulmones, matándolo al instante. -El destino ha hablado- un hombre salía de entre la niebla sosteniendo una carta. -"As de Espadas"- Tal dantesco espectáculo dejó aterrados a los restantes miembros de los Pulvo. -¿Quién eres?- preguntó Pell empuñando su espada. -Basil Hawkins- respondió el sombrío pirata. Sin deslizar palabra, un gigantesco espantapájaros salió desde el mango de su espada, -¿Qué es eso?- preguntó Loi con miedo en sus palabras. Lawrence empezó a abrir fuego hacia el muñeco, sin pensar que este seguía recibiendo daño. -"Life minus"- las palabras de Hawkins parecían augurar algo terrible, sospechas que Pell percataría, -Detente, Lawrence-. -Ya es demasiado tarde para las advertencias.- Tras lo dicho por el brujo, el muñeco disparó de su boca clavos que atravesaron torso, brazos y cabeza de Lawrence, matándolo al instante. El asombro de los restantes piratas era palpable, provocando llanto por el lado de Loi e impotencia en los demás. Basil deja caer otra carta "La Torre", un símbolo de destrucción inminente. -El destino ya ha sido decidido- respondió Hawkins con una voz calmada.
Wiper, no espero más. Con su bazooka, lanza y el "Reject Dial", se lanzó a atacar. Kikyo lo sigue de cerca, con sus flechas listas para disparar en cualquier momento, mientras Pell sobrevolaba cerca de ellos, buscando un ángulo para atacar.
Hawkins levantó su mano y muñecos de paja emergieron del suelo, formando una barrera. Kikyo disparó sus flechas, atravesando la paja, pero no causando daño alguno. En cambio, uno de los muñecos se quemó, absorbiendo el impacto. -No entenderán la desesperación hasta que todo se desvanezca ante sus ojos- dijo Hawkins con una leve pero maliciosa sonrisa.
Pell, decidió atacar desde arriba. Con un poderoso aleteo, se lanzó en picado hacia Hawkins. Pero Basil ya lo había anticipado. De manera fluida, tiró otra carta al suelo: "El Ahorcado". Al instante, uno de los muñecos de paja se sacrificó, tomando el daño en su lugar, pero el ataque no se desvió por completo.
Debajo de Hawkins, el suelo se quebró, haciendo que Pell intente retirarse. Sin embargo, el pirata extendió su mano y un muñeco de paja gigante emergió del suelo, atrapando al alado en sus garras. Pell lucho, pero la fuerza ejercida por la paja parecía absorber su energía.
-Adiós- dijo Hawkins sin emoción alguna.
El muñeco de paja apretó con fuerza, y de forma violenta y aterradora, el cuerpo de Pell fue aplastado. -¡¡¡SEEEÑOOORRR PEEEEELLLLLL!!!- gritó Loi con una voz completamente desgarrada mientras los demás miraban con miedo y horror el cuerpo del guerrero alado, que yacía inerte con litros de sangre saliendo de su boca.
Kikyo, furiosa, lanzó una lluvia de flechas hacia Hawkins. Pero estas eran interceptadas por los muñecos de paja, causando en los muñecos el arrebato de las vidas de Byron y Pascia, quienes cayeron súbitamente y de forma inerte al suelo.
Desesperada, Kikyo cargó directamente para disparar sus flechas a quemarropa. Pero Hawkins, con un movimiento fluido, la desarmo. Tomó su mano y, con un giro cruel, la retorció hasta romperla. Con un simple gesto, un muñeco de paja con forma humana surgió detrás de ella, agarrándola por el cuello y levantándola del suelo.
El muñeco estrangulaba el cuello de Kikyo y, a su vez, sujetaba la parte superior de su cabeza y, de un solo y brusco movimiento, quebró el cuello de la kuja, cayendo su cuerpo en seco. -¡¡KIKYOOO!!- exclamó Poppy al ver a su coterránea morir de una forma humillante. -Escuchen ustedes dos, corran y lárguense de esta isla- ordeno Wiper a las dos restantes tripulantes.
-Tu valentía es admirable, pero el destino te ha abandonado- dijo Hawkins mientras sacaba otra carta: "La Muerte".
Wiper, empezó a usar su lanza, dispuesto a terminar toda esta masacre que se había llevado a la mayoría de los suyos. Cargando con todas sus fuerzas, busco perforar el centro del mago, pero de nada sirvió. Extendió su mano y desvió la embestida a uno de los muñecos, dejando inutilizable el objeto.
Wiper usaría su bazooka, disparando varios proyectiles e inclusive usando el rayo que emerge de este para eliminar a Basil, pero este último logra contrarrestar todos esos ataques generando más muñecos de paja que reciben el daño que en primera instancia iba a recibir. Tras no lograr entrar en la defensa del mago pirata, el Demonio de Guerra se lanza en un ataque suicida con su Reject Dial en su mano derecha, pero antes de lograr entrar en su defensa, Hawkins extiende su mano y un muñeco emergió y se envolvió alrededor del shandiano, apretando con una fuerza implacable. Wiper gritó, buscando liberarse, pero era inútil. Sus huesos empezaron a crujir y, poco a poco, sus ojos empezaron a cerrarse.
Hawkins observó a su alrededor y contempló lo causado. Los cuerpos de Lacuba, Lawrence Lawson, Pell y Kikyo yacían inmóviles y destrozados, mientras el de Pascia y Byron también estaban inmóviles pero sin sus cuerpos destrozados. Poppy y Loi, quienes corrieron hasta el barco, salieron del lugar lo más rápido posible, con ambas llorando amargamente mientras recordaban todo lo ocurrido. -Que esto sirva de lección. No puedes cambiar el destino y si lo haces, mueres- dijo Hawkins a un moribundo Wiper que, con rabia y desesperación, lo miraba. -//Puede que hayan sido dos años, pero juró en nombre de mis ancestros que te matare, malnacido//- se dijo Wiper mientras miraba al victorioso pirata retirarse del lugar.
Mientras tanto, en Mary Geoise.
Kalifa había llegado hasta el vestíbulo del castillo de Pangea con una Reiju esposada, cuando una puerta aérea salió de la nada. -Pensé que demorarían más de la cuenta- dijo Kalifa mientras una figura salía de la misma junto con tres personas más y dos jóvenes, -Si no fuera por Jabra, no habríamos llegado a tiempo- dijo la misteriosa figura quien resulto ser Blueno, quien venía acompañado de Jabra, Kumadori y Fukurou, quienes cargaban a Fillonce y la muchacha que resultaba ser Conis respectivamente. -Y tu, ¿a quién traes?- preguntó Jabra. -A una excentricidad- respondió Kalifa mientras mueve con una correa hacia adelante, las esposas que aprisionaban a Reiju.
En ese momento, una puerta se abrió de par en par, dejando salir tras de sí a Saint Charlos, quién era escoltado por Rob Lucci y Kaku. -Oh, ¡¿así que llegaron!?- preguntó Saint Charlos, -Si, Saint Charlos- respondió Lucci. -Y han venido con mis nuevas mascotas. ¡Siii!- dijo Saint Charlos mientras corría a tomar a sus nuevas mascotas. Kalifa y los demás miembros les dan a un esclavo gigante, que estaba en el lugar, las dos restantes muchachas y Reiju es tomada por Charlos de la correa mientras se da la vuelta y se dispone a irse del lugar con el gigante acompañándolo.
Mientras tanto, en el mar.
Poppy manejaba el barco buscando salir del área de peligro junto con Loi. -¿Cómo fue que pasó?- preguntó Loi entre lagrimas a Poppy, quién también sollozaba por la pérdida de Kikyo. -No lo se, pero tenemos que ser fuertes- -¡¡SEÑOOOR PEEEEELLLLL!!- gritó Loi mientras lamentaba la pérdida de su guía y amigo.
De esta forma, Los Piratas Pulvo fueron brutalizados y sus aspiraciones destruidas.
CONTINUARÁ....