Hola a todos, como se encuentran, espero que bien, en caso de no ser así, no te preocupes, no estas sólo, siempre hay alguien que te aprecia tal como eres. Ánimos, que tus metas lograrás. Bueno, luego de esta pequeña introducción, empezamos con el capítulo de este fanfic. Espero que lo disfruten.
Capítulo 29: Puerta.
Tres días antes en Villa Cocoyashi.
La aldea se encontrada sumida en una gran tranquilidad, con sus pueblerinos desarrollando su día a día como de costumbre.
La granja de mandarinas estaba con clientela como cada mañana. Chabo se encontraba atendiendo a la gente que allí estaban en lugar de Nojiko, quien estaba hablando por den den mushi con una persona desconocida. Johnny y Yosaku se encontraban paseando por el lugar cuando avistan a Chabo haciendo parte de la diligencia que la hermana adoptiva de Nami le había dejado al joven. -¡Oye, Chabo!- exclamó Johnny desde la lejanía. Chabo levantó una mano y empezó a moverla en señal de saludo, a lo que, los ex-cazarrecompensas se dirigen hacia donde estaba el chico. -¿Han pescado algo hoy?- preguntó Chabo. -Si, hemos pescado una parca-, -Carpa- Yosaku corrige a su compañero. -Si, eso.- En ese momento, Nojiko sale y le ordena a Chabo que siga con la plantación de las mandarinas mientras atiende a los restantes clientes. Johnny y Yosaku se quedan haciendo compañía a la peli azul.
Pasaron dos horas y la granja cierra un día más con buenas ganancias, pero este día sería ciertamente especial en lo que a negocios se refiere, pero para Nojiko se trataba de una experiencia nueva en su vida. -Tendré que dejarte a cargo de la granja Chabo- dijo Nojiko con un semblante tranquilo. -Pero, ¿Por qué a mí?- preguntó el joven. -Por que eres el único que conoce de pies a cabeza toda la granja, como cultivar, arar y, sobretodo, recolectar. Además, te he visto desenvolverte muy bien con la gente por lo que sé, de buena fe, que harás un excelente trabajo.- Las palabras de Nojiko animaron al chico de buena manera, que, con emoción en sus ojos, se comprometió a dar lo mejor de sí en cada día. Una vez terminada la jornada, Nojiko le da la paga del día al joven y este, con fatiga debido a la jornada, se despide de su jefa.
Nojiko, quien se había sentado en una mesa, escribe una escueta y corta carta sin brindar muchos detalles.
Chabo:
Dejo en buenas manos el cuidado de la granja de mandarinas. Si necesitas algo puedes preguntarle a Genzo, el te ayudará con gusto.
Genzo:
Estaré ausente por un tiempo. Dejo a disposición a mi cadete y a Johnny y Yosaku el cuidado de la granja y del puerto por el lado de los dos. El dinero de la tributación se encontrara en la mesa, junto a la carta.
Cuídense mucho.
Nojiko.
Nojiko dejaría la carta en la misma mesa donde se sentó previamente, con una bolsa con mucho dinero en ella, con la palabra impuestos escrita en el cuerpo de la misma.
Caída la noche, la peli azul recoge un rifle y una mochila y, luego de cerrar la puerta de la granja y dejar la llave escondida en un lugar donde Chabo pueda verla y ojear por ultima vez la granja, emprende su salida rumbo al puerto. Mientras caminaba en dirección al sitio, recordaba la charla que entablo por den den mushi con la misteriosa persona.
Flashback:
Nojiko: ¿Una...oferta?
¿?: Si. Tal vez no me conozcas, pero hubo un tiempo en donde comerciaba por la región en donde vives. Y me hablaron maravillas de la granja de una aldea llamada Cocoyashi. Yo fui la responsable del encargo de las 50 cajas de mandarinas a enviar al Reino de Tajine. Tras constatar la ubicación del lugar por medio de informantes, por fin he dado con vuestra ubicación.
Nojiko: Ve directo al grano.
¿?: Un barco estará esperándote en el puerto de tu aldea esta noche. Quiero que partas en el. Te llevará a una reunión que tendrás conmigo. Tengo interés en ayudarte con tu negocio.
Nojiko:... Acepto.
¿?: Excelente. Te estaré esperando, querida.
Fin del flashback.
Nojiko llega al puerto de Cocoyashi y un sujeto vestido de traje va a recibirla: -¿Es usted la señorita Nojiko?- preguntó el señor de mediana edad. -Así es- dijo Nojiko. -Muy bien, suba- dijo el hombre mientras Nojiko subía al barco. Al estar dentro de este, el mismo zarparía.
Habían pasado dos días, y el barco llega a Arabasta. Al bajar en el puerto de la ciudad de Tamarisk, una caravana los esperaría para llevarlos a su destino. La caravana cruzaría al desierto de Sandora para, luego de un trayecto de 4 horas y con el atardecer a cuestas, llegan hasta el punto de encuentro entre la persona misteriosa y Nojiko: Spiders Café.
El trajeado acompañaría a la comerciante de mandarinas hasta la puerta cuando oyó como alguien levantaba la voz, procediendo a ingresar rápidamente. -¡....no tiene permiso de estar aquí!- dijo Mikita que interrumpió su puesto como chocolatera para, aparentemente, discutir con una clienta. -Esta bien, ya lo entendí. No respetaran ni siquiera que yo haya...- -A nadie le importa quien es usted, solo lárguese. ¡Aquí no hacemos caridad!- interrumpió Mikita con autoridad. -¡Señorita!- dijo el hombre trajeado yendo en su ayuda. -No te preocupes, ya nos....¡aaahhh! Así que trajiste a la chica- respondió la joven. -Si jefa, tomamos el barco que la llevaría hasta aquí, pero...- las palabras del sujeto fueron interrumpidas por una mujer de cabellos azules y rizados. -¿Qué ocurre aquí?- -Zala, esta chica dice que viene a comer, pero le he dicho que aquí no hacemos caridad- dijo Mikita mientras enfatizaba en las ropas que la joven traía (siendo estos una blusa negra que dejaba al descubierto su estomago, un pantalón holgado de color morado y unas sandalias platinadas, llevaba consigo un sombrero de capelina blanco, con un pequeño bolso negro con lazos de tul en el.) -Disculpe, pero no podemos ofrecerle comida. Si no tiene como pagarla, entonces retírese.- dijo Zala mientras extendía su mano hacia la entrada del sitio. -Lo entiendo. Me retiro- dijo la joven mientras giraba en dirección hacia la entrada. Pero, debido a ese pequeño y brusco giro, de su pantalón se le cayó una especie de tarjeta que Marianne recogería, ya que presenció el pleito junto con Drophy y Babe. Para cuando la pintora había recogido la pequeña tarjeta, la joven y las dos personas que habían llegado se marcharon. La misma tenía un bordado de color café y dos letras doradas: B.A. y debajo de estas se leía el significado de esas letras: Bolsa Alba. Zala se acerca a donde Marianne y queda atónita. -¿Pasa algo, Zala?- preguntó Marianne. Sin mediar palabra, Zala salta la barra donde se encontraba trabajando y sale por la puerta. La ex agente alcanza a la pequeña señorita. -¡Oiga!- -¿Eehh? ¿Que pasa? ¡No me robé nada- -Usted es....¡¿LA SEÑORITA RUISEÑOR?!- la exclamación de la Araña Venenosa hizo que sus compañeros y empleados saliesen a ver que estaba pasando. -Si, ese es mi apellido. Mirabella Ruiseñor, nieta del fallecido Abdul Ruiseñor, que en paz descanse- dijo la joven, dejando sorprendida aun más a Zala. La mayoría no entendía nada, sólo podían observar a Zala de espaldas, cabizbaja. -He hecho una reserva para hoy mismo en este lugar, ya que tengo algunos asuntos que atender por aquí en estos lares. Pero desde que llegué no tuve el mejor de los recibimientos, debido a los comentarios que una de sus empleadas me hizo y usted afirmó sin siquiera dejarme terminar la oración- -Yo...- -Y quiero decirle una cosa. Pese a que mi abuelo hizo una gran fortuna, luego de su muerte, muchos buitres se hicieron de su herencia sin dejar nada a mi familia. Por lo que sí, se lo que es tener hambre y sólo buscar comida en lugares donde ni el prójimo llega...- el rostro de Zala empezaba a mostrar signos de angustia, -...también se lo que es no tener dinero, y ver como tus seres queridos se mueren en tus brazos y no tener lo suficiente para cubrir sus gastos...- unas cuantas lagrimas empezaron a caer del rostro de la Araña Venenosa. -Es por ello que me jure a mi misma que ganaré cada mísero belly que hubiese en este mundo, para que nunca más tenga las carencias de las que alguna vez viví- concluyo Mirabella ante la mirada desconsolada y triste de Zala, mientras que Nojiko, atrás del custodio, se encontraba sorprendida. -...lo lamento mucho. No sabia que usted era la persona que reservó en nuestro local. Le ofrezco mis más sinceras disculpas. La casa invita, puede tomar y comer lo que desee- dijo Zala volviendo a extender su brazo hacia el local, a lo que Mirabella se gira mirando a Nojiko, -Yo te invito- dijo Mirabella a la peli azul, quien asintió más por hambre y sed que por otra cosa. Los compañeros y empleados de Zala volvían al lugar, no sin antes Marianne darle la tarjeta a Mirabella y bajar su cabeza en señal de arrepentimiento. La joven y Nojiko se sentarían en una mesa junto al sujeto trajeado. Por otro lado, Zala llama a Mikita para hablar en privado. -Así que usted es...- -Si, Mirabella Ruiseñor, la que realizó el encargo de las cajas de mandarinas y dueña actual de la Bolsa Alba, la tesorería monetaria más grande del mundo, con el 90% del control mercante y comercial directa o indirectamente dependiendo de mi- declaro Mirabella ante Nojiko, siendo apenas escuchada por Marianne, que estaba asombrada.
-Me has dicho que tienes interés en mi granja de mandarinas- dijo Nojiko mientras tomaba un sorbo de su te, que había sido servido por Drophy. -Exactamente, es la primera vez que veo a la responsable de dicha granja, ya que los que retiraron el pedido eran mis custodios y ellos han llevado la mercancía hacia Tajine donde la recibí- dijo Mirabella mientras continuaba la conversación. -Tengo genuino interés en tu granja y en la isla en donde se encuentra, ya que semejante nivel de producción no lo hace cualquier lugar. Pero, a cambio, quiero que me ayudes en algo- dijo Mirabella. -¿Qué?- pregunto Nojiko. En ese momento, Mirabella se sacó su sombrero dejando ver su cabello de color cian, despeinado y con varios mechones sobresaliendo de el, resaltando sus ojos color dorado. -Quiero que seas mi brazo ejecutor- -¿Brazo ejecutor?- -Si. Veras. Luego de investigar una casa de subasta que operaba en Tajine, di con el nombre de una persona que había trabajado con mi abuelo en el pasado y fue uno de los que se robó su fortuna. Es un Noble Mundial de nombre Camius, que falsificó la firma de mi abuelo mientras estaba moribundo para quedarse con el dinero que era destinado a mi familia. Por dicha investigación, supe que ese infeliz tiene esclavos a los que llama bienes. Por lo que me ofrecí a negociar con el, ya que vino a mí para pedir un préstamo de berries en un plazo de dos meses. Pasaron esos dos meses y no he recibido nada y los registros de compra de esclavos siguen teniendo su nombre como uno de sus máximos compradores. Por lo que mi intención es pagar esa deuda que tiene quitándole sus 'bienes'- dijo Mirabella con un tono serio. -Eso significa...- -...que tu, querida Nojiko, serás la que haga ese trabajo de 'robarle los bienes' a ese mentecato y a cambio, te ayudare en tu estancia- respondió Mirabella mientras comía un pedazo del pastel. -Y, ¿Qué pasara con las personas que libere de ese tipo?- preguntó Nojiko. -No lo se. Te lo dejo a tu disposición- respondió Mirabella.
En otra zona del café.
-No fue mi intención, de verdad lo siento- dijo Mikita tras descubrir que la pequeña se trataba de la persona que reservó una mesa en el café. -Lo se, yo tampoco lo sabia. Me dejo en claro que ha pasado hambre, por lo que tu comentario fue innecesario.- Las palabras de la Araña Venenosa tocaron una pequeña y frágil fibra sensible en Mikita quien, totalmente desesperada, se arrodillaría suplicando a su amiga que no la echara del trabajo. -Por favor Zala, no me despida, no tengo adonde ir. Te lo suplico.- Las suplicas de Mikita daban muestra de sinceridad y, en lo profundo de su ser la obligación que tenía por ayudar a su amiga luego de tanto esfuerzo, era auténtico. Pero, ante los ojos de los clientes y sobretodo de personas que no conocían o sabían siquiera de la existencia de Mirabella Ruiseñor, las palabras y la experiencia vivida servirían como testimonio de una mala experiencia en el lugar, punto que contradecía la razón de existir del Spider Café, ser un lugar armonioso y un paraíso de paz entre tanta monotonía. Por lo que, la Araña Venenosa acabaría por romperse, cayendo de rodillas al suelo. -¡Lo siento Mikita, debo despedirte!- Zala estallo en llanto, ante la desconsolada mirada de su amiga, quien solo atino a abrazarla muy fuerte, mientras lloraban a la par.
La jornada en el Spider Café concluyó y, con ello, la propia Mirabella acompañada de su custodio y Nojiko, se retirarían, no sin antes dejar una cuantiosa propina y una pequeña nota al costado de la pequeña pero abultada bolsa, agradeciendo a la camarera por su servicio, despidiéndose de todos en el lugar. Estaban saliendo de la zona del café cuando una voz a la distancia los empieza a llamar. -¡Espereeen!- exclamó Mikita quien se acercaba al grupo corriendo entre la arena. -¡Por favor déjenme ir con ustedes! ¡No tengo a donde ir!- Mikita suplica arrodillada con lagrimas y mocos cayendo a cantaros. -¿Es enserio? Luego de todo lo que me has dicho- -¡¡PEEERDOOOONNNN!! ¡NO ERA MI INTENCIÓN! ¡DEJENME IR CON USTEDES! ¡HARE LO QUE SEA!- gritó Mikita completamente desconsolada. -¿Lo que sea?- pregunto Mirabella. -¡¡¡LO QUE SEA!!!- exclamó Mikita con suma potencia. -Bien, andando- dijo Mirabella mientras seguía avanzando con Mikita siguiendo al trio por detrás.
Mientras tanto, en el País de Wano, antes del banquete.
-Muy bien, además del trato que tenemos en donde traerán muchas armas, también exijo los servicios del Dr. Vegapunk- dijo Orochi con suma arrogancia. -Disculpe shogun pero no podemos aceptar el envió del científico- dijo Guernica con un tono serio. -Bien saben que Wano no puede ser vencida ya que tenemos a Kaidou de nuestro lado- responde Orochi con ínfulas superiores. -Precisamente de eso quería preguntar. ¿Conoce de alguna bella dama que pueda ofrecernos a cambio de las armas?- preguntó Maha. Pero el shogun respondió tajante. -¡¡NO!! ¡TODAS SON ESPOSAS MÍAS!!- -En ese caso, iremos a visitar a Kaidou y preguntar que puede ofrecernos- respondió Guernica. -¿e-e-e-ehh c-con K-K-Kaido?- preguntó Orochi con tartamudez en su voz. -¿Algún problema?- preguntó Maha. -N-n-n-no.- respondió Orochi. Tras acabar la reunión, Orochi comenzó el banquete junto a Komurasaki y Kyoshiro entre otros. Mientras ocurría esto, Franky intentó descubrir el paradero de los planos de Onigashima, perdiendo su trabajo y teniendo que preguntar a varias personas en el proceso; todo para descubrir al final que hace un tiempo fueron robados por alguien de Kuri. Tras informar de ello a Kin'emon, el samurái se preguntó quién podría necesitar dichos planos.
Zoro se encontró con un hombre llamado Tonoyasu, el cual le alabó con creces por sus hazañas (entre ellas, haber derrotado a algunos miembros de la familia Kyoshiro) y se dirigieron al pueblo natal de éste; un lugar muy empobrecido debido a la capital, pero donde todos los ciudadanos sonreían a pesar de ello. Mientras esto ocurría, X Drake y Page One, dos de los shinuchi más poderosos de los Piratas de las Bestias, fueron junto a Hawkins para «dar una lección» a un dueño de soba.
El grupo de Sanji, Law y Franky intentaron huir del lugar debido al consejo de Law de no gastar energías para la batalla final; pero, tras ver que Page One comenzó a destruir puestos de soba buscando a Sangoro, el cocinero decidió enfrentarlo solo, con la intención de utilizar su nuevo raid suit para pasar deaapercibido. Al utilizarlo, Sanji obtuvo un traje oscuro que tapaba su identidad, traje el cual Law reconoció como Stealth Black, capaz de atacar sigilosamente debido a sus poderes de invisibilidad. Sanji utilizó dichos poderes para atacar a Page One sin que supiera dónde estaba, pero tras éste transformarse en su forma híbrida logró golpearle y enviarlo volando hacia unos edificios. Mientras combatían, Law y Franky decidieron huir a Pueblo Ebisu al mismo tiempo que Sanji volvía a atacar al dinosaurio.
Pasando a la entrada del País de Wano, una buena parte de los Piratas de Big Mom llegaron hacia allí en el Queen Mama Chanter. Kaidou ordenó frenéticamente que les detuvieran con varios intentos fracasados, hasta que King transformado en pteranodon logró frenarlos justo en lo más alto de la cascada, provocando que el barco cayera al mar y Linlin se hundiera en el océano. Las corrientes llevaron a Linlin hasta la playa de Kuri, quedando varada allí. Tama, Momonosuke, Chopper y Kiku se dirigieron hacia allí y se la encontraron para desencanto de Chopper. Éste intentó deshacerse de ella mientras los demás se preguntaban de quién se trataba, pero antes de lograr nada Big Mom se despertó, amnésica.
De vuelta en Mastia.
El dúo y Leorxa se encontraban comiendo en un bar cercano al Parlamento. Leorxa y su ayudante Lorine estaban sorprendidos debido a que tanto el tirador como la espadachín comían a raudales cantidades enormes de comida, desde spaghetti hasta carne de res, el hambre que tenían era tan grande que no podía ser saciado muy fácilmente. Transcurrida una hora y luego de una parada obligada a los baños del bar, el dúo, junto al Mariscal, emprenden el viaje hasta la cueva ubicada en la región norte de la isla. -Antes de llegar a la cueva, debemos de pasar por el bosque- dijo Leorxa. El dúo y Leorxa recorren un trayecto que los lleva hasta un gran estanque que poseía un tronco gigantesco donde sobresalía un árbol hecho de una especie de energía de color verde, teniendo copas con forma de hongo. -Os damos la bienvenida al estanque Marelia, donde la energía Mareth florece ante vosotros- una hada habla al trio con una voz suave y relajada. Leorxa extiende su mano para comunicarse con el ser mágico. -Es un placer vernos de nuevo, Zumara- dijo el Mariscal ante la mirada atónita de Usopp y de asombro de Rebecca. -Ustedes han de ser los salvadores de la gran nación. Un placer conocerlos. Me llamo Zumara y soy la primera Niri.- dijo Zumara extendiendo sus aletas para saludar al dúo. -Soy Usopp, el hombre que se convertirá en un valiente guerrero del mar.- -Y yo soy Rebecca y al igual que mi capitán, me convertiré en una valiente guerrera del mar.- -Vaya, he de decir que se ven convencidos- respondió Zumara. -Las niri son criaturas voladoras con aspecto de flores, siendo sus hojas más grandes usadas como sus brazos y manos. De todas ellas, Zumara es la primer Niri en nacer del árbol Amatara que están viendo ahora mismo- dijo Leorxa mientras señala el árbol previamente mencionado. -¿Cuál es el motivo de su visita?- preguntó Zumara. -Ingresar a la cueva de Ashoria y tomar rumbo a la Fosa Cantor- respondió Leorxa ante la incredulidad del dúo. -Entiendo. Os llamaré a la guardiana floral para que os acompañe- dijo Zumara dirigiéndose a un pequeño hongo. Luego de un momento, una criatura con su cabeza con forma de rosa se presenta ante los rebautizados 'héroes'. -Mi nombre es Seru y soy la guardiana floral- dijo la hada extendiendo sus aletas, gesto que fue correspondido por Usopp y Rebecca. -Os acompañare a la cueva para ayudarle con su recorrido. Aunque será necesario que dispongan de un objeto para alumbrar, esto es por que es oscura, lleno de huecos, riscos y pequeños pozos que pueden resultar en un gran problema.- afirmo Seru. -Os deseo fortuna, vitalidad y fuerza en su viaje- dijo Zumara extendiendo sus aletas para dejar salir parte de una energía de color verde brillante que se dispersó en el cuerpo de ambos héroes.
Durante el trayecto hasta la cueva, Usopp improvisaría con un frasco llenado con un líquido fosforescente, una lámpara de aceite improvisada alumbrando el tramo. Finalmente, llegan a la cueva, pero surgiría un imprevisto. -Debo dejaros aquí. Mi rol como Mariscal me impide seguir más allá de esta cueva- dijo Leorxa ante la sorpresa del dúo. -No se preocupe, Mariscal. Yo os acompañare a los héroes- dijo Seru. -Te os dejo a tu cargo, Seru. Y en cuanto a vosotros no os preocupéis, nos veremos pronto- concluyó Leorxa con la dupla despidiéndose de él, mientras este último se marchaba. -No hay tiempo que perder, vamos rápido- dijo Seru poniéndose delante de los dos errantes.
En la oscuridad de la cueva, el eco de sus pasos resonaba suavemente contra las paredes húmedas y rugosas. Usopp sostenía la lámpara de aceite improvisada, siendo resguardado por Seru. A su lado, Rebecca caminaba en silencio, su mirada atenta y sus movimientos cautelosos, siempre lista para cualquier eventualidad. Habían estado descendiendo durante horas, a través de túneles estrechos y amplias cavidades que parecían no tener fin.
Descendieron suavemente, envueltos en energía mareth. Pasaron minutos que parecían horas mientras caían, hasta que sus pies finalmente tocaron el suelo de una superficie lisa y metálica. Una estructura colosal de tecnología avanzada se erigía frente a ellos, con una puerta automática que se abrió lentamente, revelando una densa niebla de ceniza que llenaba el aire más allá.
-Esto es...increíble- murmuró Rebecca, mientras ambos cruzaban el umbral. El ambiente era opresivo, la ceniza cayendo sobre ellos como una lluvia suave. No podían ver más allá de unos metros delante, pero sabían que algo les esperaba al otro lado.
Caminando con cautela, los dos siguieron la trayectoria del suelo metálico, hasta que la niebla se disipó lo suficiente como para que lo vieran: una puerta monumental, tallada en piedra antigua, con inscripciones que parecían tan viejas como el propio mundo. La puerta daba la impresión de ser impenetrable, sellada por siglos de abandono.
-¿Qué es este lugar?- preguntó Rebecca con una mirada de asombro. -Esta es la entrada a Tartesia- respondió Seru mientras elevaba a los dos errantes con la energía mareth pasando un puente destruido y llegando hasta la entrada del reino subterráneo. Debido a las inscripciones que la puerta tiene, el dúo no puede descifrar lo que dice. -¿Cómo...cómo vamos a abrir esto? -preguntó Usopp, visiblemente nervioso.
Rebecca se acercó, observando los símbolos con detenimiento. Los jeroglíficos estaban ordenados en clave, pareciendo comunicar algo con los dibujos. La gladiadora, al igual que su capitán, no tenía idea de que trata el mensaje. Volvería a mirar la imagen y, tras un momento de reflexión, empujó con toda su fuerza y, para su sorpresa, la puerta comenzó a ceder con un crujido profundo, como si estuviera esperando ese toque durante milenios. Usopp se impresionó de tal forma que avanzaría hacia el otro lado, a lo que Rebecca le seguiría el paso. Sin embargo, cuando entraron, la puerta se cerró bruscamente detrás de ellos con un eco ensordecedor que retumbó en todo el espacio. Usopp se giró alarmado. Estaban encerrados y con Seru del lado opuesto a donde estaban, no podían reabrir la puerta. -No puede ser...¿Qué haremos ahora?- pregunto Usopp con mucha ansiedad en su expresión. -No hay vuelta atrás ahora- dijo Rebecca, con una mezcla de determinación y resignación.
Delante de ellos, se extendía lo que alguna vez fue un reino majestuoso. Pese a haber un camino estrecho, cubierto de niebla, a la distancia un brillo, similar a un faro, alumbraba el lugar y, en su distancia y detrás de esa luz, un gigantesco satélite, similar en proporción a una luna pequeña, observaba a los recién llegados con un enorme ojo, cuya visión y mirada sólo infundía temor.
Los héroes siguieron avanzando por el estrecho paraje y acorde iban avanzando, ante sus pies, enormes ruinas cubrían el suelo. Grandes torres destruidas, carreteras que se desmoronaban bajo sus propios escombros, y estructuras desmoronadas se avistaban ante sus ojos.
El aire era denso, casi palpable, teniendo dificultades para poder avanzar. Las sombras de su linterna apenas lograban iluminar los rostros fantasmales de estatuas caídas y muros derrumbados.
-¿Qué crees que sucedió aquí?- susurró Usopp mientras buscaba deshacerse con la linterna de la densa niebla, con dificultad para respirar debido a la cantidad de presión que esta tenía. -Algo terrible- respondió Rebecca, mirando las ruinas, con los mismos problemas que su capitán en lo que a oxígeno se refiere. Siguieron caminando, hasta llegar a un punto en donde la densidad de la niebla no era tan grande, aunque seguían teniendo dificultad en ver alguna entrada, debido a que la misma se extendía por toda el área en donde se encontraban.
A lo lejos, en la penumbra, una estructura aún mayor se erguía en la distancia. Parecía un castillo, una fortaleza central que dominaba lo que quedaba del reino. Con paso firme, decidieron avanzar hacia ella, sin saber que, dentro de esas ruinas, algo los observaba...esperando su llegada.
CONTINUARÁ....