Hola a todos. ¿Cómo están? Espero que muy bien. Aquí les traigo un nuevo capítulo de este fic. Sin mucho más que agregar, empecemos.
Todos los derechos reservados a Eiichiro Oda, creador de la franquicia One Piece.
Capítulo 34: Asilo.
De vuelta en Tartesia.
Usopp había caminado unas horas hasta que se topó con un gigantesco edificio. El mismo tenía una entrada en forma de arco con la leyenda 'ASILO ARBOR' escrito en su parte superior.
El tirador se percataría que una criatura lo estaba siguiendo, por lo que empieza a acelerar el paso, pero el antes mencionado ser, avanza más rápido, hasta que Usopp, aterrado, empieza a correr.
La criatura perseguía a Usopp por todo el lugar, llamando la atención de algunos guardias que merodeaban por todo el edificio. La persecución con la criatura empezó a desgastar a Usopp, pensando para sus adentros en todos los escenarios en donde el era atrapado por el monstruo.
Todos esos pensamientos se esfumarían cuando, ve una valla rejada y salta la misma, pasando para el otro lado. Usopp apreciaría por un momento al extraño ser. Este tiene la cabeza de un velociraptor, pero con el cuerpo de un humano. El tirador no se daría cuenta de estar pisando un borde de tierra, resbalándose en el proceso y cayendo en una gran pila de chatarra.
Usopp se levantaría, agarrando levemente su cabeza. Una vez estable, empezaría a ver el panorama, para confirmarse a si mismo que se encontraba en un depósito de chatarra. Caminaría por un par de minutos hasta que pisaría algo. -¡¡¡HAAAAH!!!- la queja de lo que haya sido ese sonido espantó al tirador de sobremanera, haciéndolo desmayar en el proceso.
-Oiga. Oiga. ¡Despierte!- Usopp se despertaría confundido pero sudado por el susto de hace unos instantes. Al visibilizar quien lo había despertado, vería ante sus ojos lo que parecía ser un pequeño pero extraño robot que lo observaba pacientemente. -¿Dónde...estoy?- preguntó el aspirante a valiente guerrero del mar. -Sea bienvenido, forastero- respondió el pequeño robot. -¿Tu...q-q-quien...e-e-eres?- preguntó Usopp tartamudeando. -Como tal no tengo un nombre, pero soy el autómata XR478, fabricado para cumplir la satisfacción de bienes y servicios de todo tipo; desde tareas hogareñas hasta cobertura militar- respondió el autómata. -¿Cobertura militar?- preguntó Usopp. -Si. Para ello necesito de una carcasa especialmente creada para ser usada con fines bélicos- respondió el autómata y agregó. -Si me ayuda a encontrarla, le devolveré el favor.- Usopp, reflexivo, aceptó dicha propuesta. -Te ayudare y tu, a cambio, me ayudaras a salir de este lugar- -Entendido, ah...- -Usopp, ese es mi nombre- -¿Usopp? Buen nombre- -¿Tu dijiste que eras el autómata XR478?- -Si- -Te llamaré Rocamonte, ¿esta bien?- -Si, señor Usopp- respondió el ahora renombrado autómata.
Ambos empezarían a buscar por todo el desguace la pieza necesaria para ser usada por Rocamonte. Entre tanto escarbado, Usopp encontró lo que parecía ser una pieza que se asemejaba a la de un humano de estatura promedio. Rocamonte se acercaría hasta donde se encontraba su ahora colega, viendo el objeto que este último había encontrado. -¡Es ese! ¡Es ese! Gracias, señor Usopp- dijo Rocamonte dando pequeños saltos de alegría. -Si, pero...- Ambos verían una ranura vacía con forma cilíndrica dentro de la carcasa. -¿Qué falta?- -Falta un componente redondo que sirve como núcleo para la carcasa. El objeto tiene que tener los números 3356, y ser redondo- Los dos continuaron hurgueteando en todo el basural, hasta que Rocamonte encontró el objeto circular, llevándoselo a Usopp. -¡Lo encontré, señor Usopp!- Usopp agarraría el objeto para insertarlo dentro de la unidad. -Bien, ya esta todo. ¿Y ahora qué?- Rocamonte observaría detenidamente toda la carcasa. -Por lo que recuerdo, debe desactivarme de esta unidad e insertar mi memoria dentro de la otra unidad. Cómo también retirar mi batería y ponerlo dentro del núcleo cilíndrico de la otra unidad- Usopp se encontraba dudoso de hacer caso a la petición del autómata. -¿Estas seguro de esto?- -No te preocupes. Quiero saber si es funcional. Después puede devolverme a mi cuerpo normal- Las dudas siguieron latentes, pero la curiosidad terminó por carcomerlo e hizo caso al pedido del autómata. Tras hecho el cambio, lo que era una carcasa pasó a adoptar una forma diferente cuando se insertaron todas las partes necesarias. Su aspecto pasó a ser totalmente diferente al que tenía con anterioridad. La misma tenía un aspecto similar al de una marioneta hecha de madera, con partes móviles en cada extremidad. Tenía una cabeza hecha enteramente de harapos, su torso tenía un aspecto oxidado y degradado, sus piernas eran maderas con partes metálicas sobresaliendo de ellas y pies con incrustaciones de distintos metales. -Me siento...raro- una voz resonó desde la boca del otrora autómata. El mismo empezó a ver sus manos y examinar sus pies para darse cuenta que, efectivamente, estaba dentro de su unidad militar. -¿Cómo te sientes?- preguntó Usopp entre uniendo sus dedos índices. -¡Increíble!- dijo Rocamonte con alegría. -Intentaré avanzar, quiero responderme una duda.- Rocamonte intentó avanzar dando dos pasos, pero al tercer paso se desmoronó en el suelo. -¿Estas bien?- preguntó Usopp alarmado. -Si. Estoy...bien- respondió Rocamonte con algo de humo saliendo de su torso. -¿Cómo estarás bien? Sale humo de tu torso- refutó Usopp con insistencia. -Esta...bien. Vuelve...a poner...mis partes...donde...estaban- dijo Rocamonte entre balbuceos. Usopp reubicó la batería de Rocamonte dentro de su pequeño cuerpo. -Gracias, señor Usopp. Déjeme mostrarle una salida que vi mientras revolvíamos la chatarra.- Ambos avanzaron hasta un paraje que tenía unas rejas rotas, Rocamonte le señaló a Usopp la salida y los dos siguieron camino hasta la ruta de escape. Salieron del lugar. Usopp, aliviado, se dispuso a irse. Pero volteó a ver al autómata, quien lo había ayudado a salir del sitio. -Y, ¿A dónde irás?- preguntó Usopp. -No sé- respondió Rocamonte arrastrando su carcasa. Usopp meditó por unos momentos, con la respuesta ya hecha en su cabeza. -Oye, Rocamonte- -¿Mm?- -¿Quieres...unirte...conmigo?- -¿Contigo?- -No conozco este lugar y para lo que quiero hacer necesito apoyo de alguien- -Entonces...Esta bien- -¿De verdad?- -Si. Le estoy agradecido por haberme ayudado y salvado. No tengo palabras para decirlo. Lo ayudaré- dijo Rocamonte con entusiasmo. -Esta bien- respondió Usopp. Ambos miraron toda la parte trasera del asilo percatándose que su patio estaba lleno de carpas y casas montadas con restos de basura. -Bien, buscaremos un lugar por donde ingresar- dijo Rocamonte.
De esta manera iniciaba la travesía de Usopp para conseguir lo pedido por los Soberanos. Con un aliado quien lo apoya, se embarcará en una aventura en un sitio que resulta ser inofensivo...¿o no?
CONTINUARÁ....