—¿P-Padre intentó matarme? —exhaló, sus ojos temblando de incredulidad. Se negaba a creerlo. Su padre, dulce y amable, jamás haría algo así.
¡Él nunca trataría de matarla!
Adeline no podía comprenderlo. Pero, ¿qué otra explicación había para ese sueño? Se sentía real. Había experimentado la sensación de alguien agarrando su garganta, apretándola, mientras el mundo gradualmente se esfumaba ante sus ojos.
La gente dice que tu vida pasa ante tus ojos cuando estás a punto de morir.
Adeline lo había presenciado antes. Había visto toda su infancia desplegarse como una película. Iba a la velocidad de la luz, pero por alguna razón, podía ver cada imagen a la perfección. Pero entonces, todo llegó a un alto repentino, cuando de repente pudo respirar de nuevo.
—No puede ser verdad... —la voz de Adeline se quebraba al final. Enterró su rostro en sus manos y contenía furiosamente las lágrimas.
—¿Por qué padre intentó matarme? —susurró Adeline para sí misma.