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Chapter 16 - La nueva sierva

(P.O.V) Hero

Me desperté en una habitación oscura, el piso estaba helado, ya que, era de piedra al igual que las murallas, la nuca me dolía a mares.

Me intente mover, pero para mi mala suerte me había dejado sentada contra la pared con las manos amarradas con una cuerda, mientras la mantenía levantada sobre mi cabeza, la cuerda giraba alrededor de un especie de clavo que sobresalía por la pared.

-¿Como llegue a este lugar?... Es cierto, cuando vuelva a ver a ese mozo lo mato, me secuestraron cuando llegue... ¿A donde llegue?...no entiendo nada, cruce la niebla, me separe de Gran y ahora no se donde rayos estoy... al menos espero que el se encuentra bien.

Intente forcejear para soltar mis manos que me mantenían presa en esta situación, para mi fortuna notaba que poco a poco el clavo iba cediendo, pero por la postura, me iba a demorar en zafarme de ello.

Estornude un par de vez, tenia tanto mi saco de terno como mi falda toda mojada por la lluvia lo que indicaba que no había pasado mucho tiempo, creo que me voy a enfermar.

Escuche un par de pasos a los lejos, era más de una persona, me puse a forcejear para poder escapar antes de que llegaran quienes sea que vinieran.

Después de un rato el clavo cedió cayendo frente a mi, el clavo estaba todo oxidado... al menos los idiotas que me secuestraron no tenían idea de como apresar a alguien.

Ahora escuchabas voces que estaban muy cerca de mi, era obvio que si salía por la única puerta que había, me volverían a atrapar, tampoco tenia mi cuchillo para defenderme, revise más la pequeña estancia, pero tampoco habían ventanas, ya las voces se escuchaban detrás de la puerta... escondí el clavo entre mis manos aun atadas.

La puerta se abrió de golpe, por ella entro el mismo joven que se encontraba en el carruaje, junto a él entraron 2 hombres fornidos que estaba segura que median más de metro noventa cada uno.

-Parece que nuestra invitada ya despertó, espero que este disfrutando de sus aposentos.

El idiota me hizo una reverencia burlona, aunque no me fije mucho en eso, sino que estaba hablando en un perfecto Irlandés antiguo.

-Pero donde están mis modales, me presento soy el Barón Dasgo Creyback... pero que ojos tan demoniacos tienes, ese rojo intenso nunca lo había visto, pero me aterra un poco esa mirada de odio con el que me recibes.

Normalmente mucha gente tiene la impresión de que los veo con ojos de odio, o de que me dan asco, mis ojos rasgados y el color de ellos me han llevado a mas de un mal rato por ello, pero en esta ocasión si lo veía con asco.

-Ninguna palabra... creo que la señorita es tonta ya que no sabe hablar.

Sus acompañantes se largaron a reír, yo rompí el silencio.

-¿Qué quieres de mi?

-Oh, así que si sabes hablar mujer, aunque decirte mujer con esas ropas que vistes, no entiendo porque llevas ropas de hombre, el veston de un caballero y ese Kilt (falda escocesa) que llevas, bastante provocativo enseñando esas exquisitas piernas tuyas.

Después de ver que el supuesto Barón se relamió el labio, me quedaba claro que quieran de mi... maldito cerdo.

-Como te salve de una gran tormenta quiero mi premio, pero estoy seguro que por esa cara tuya pondrás resistencia, eso me gusta.

-Acércate un poco a mí y te mato baroncito.

-Tranquila para eso están mis amigos, ellos me ayudan con chicas difíciles cómo tú.

Los dos "gigantes" se acercaron hacia mi, no lo iba a negar tenia miedo, se muy bien defenderme, pero estaba en desventaja, si tan solo tuviera a mi pequeño Gran y con eso me refiero a mi cuchillo.

Cuando uno de ellos me agarro con fuerza el hombro, aproveche enterrarle el clavo en la clavícula, el tipo chillo como si fuera un cerdo en el matadero, vi la oportunidad y la tome, me escabullí por el lado del hombre que acababa de herir, pero fue un error.

El otro gigantón me dio un puñetazo en toda la espalda arrojándome directamente al piso.

-En la cara no Tustos, no arruines ese rostro exótico.

-Como diga amo.

Tustos como lo acababan de llamar, me dio una patada en la costillas que hizo que se me fuera todo el aire, el dolor era insufrible estaba claro que me había roto uno o más costillas con ese golpe, aun así no me rendí me arrastraba para salir de aquel lugar, tenia la esperanza que en cualquier momento Gran iba a salir por esa puerta a rescatarme, pero eso era un sueño, la realidad era que se que eso no iba a suceder.

Tustos pisoteo mi pierna derecha, yo grite de dolor, la agonía de a poco comenzaba a superarme.

-Es suficiente Tusos, auxilia a tu hermano, y que se calle ya de una puta vez que arruinara mi diversión.

El maldito Barón me dio vuelta, me miraba con un deseo que me provocaba asco, las lagrimas se desbordaban por mis ojos, el comenzó a manosearme por sobre la ropa con brusquedad, para él era una presa, alguien para solo sentir placer.

-¡¡No para, te lo suplico, detente, no, no sigas!!

El desgraciado rompió mi camisa con fuerza.

-¿Que carajo es esa cosa que cubre tus pechos?

El cerdo saco una navaja de sus pantalones con el que corto mi sostén.

Yo intente empujarlo, pero estaba muy débil por los golpes de Tustos, mi intento de sacármelo de encima provoco que me volviera a golpear.

-Quédate quieta de una puta vez.

El comenzó a manosear mis senos desnudos con fuerza, mientras me lamia el cuello de una manera obscena, su otra mano la llevo lentamente hacia mi entre pierna.

-Te voy a matar, te voy a matar te voy...

El asqueroso Barón se detuvo un segundo, él se bajo los pantalones y me levanto a falda.

Si iba hacer algo antes de que este pedazo de mierda me violara era ahora, aproveche que se detuvo y le metí el dedo en el ojo presionándoselo.

-¡¡Maldita hija de perra!!

Luego volví a darle un puñetazo en el mismo ojos, aproveche que se llevo las manos a la cara, y con toda la fuerza que tenia le di dos rodillazos en los testículos, el animal chillo de dolor, lo saque de encima mío a empujones.

Tustos vino en auxilio de ese engendro, rápidamente saque del bolsillo del Barón su navaja, y le clave el puñal en la rodilla a Tustos.

Levantarme fue un infierno, el dolor en mi costillas era insufrible, pero o arrancaba de ese lugar o... no quise ni terminar esa palabras.

Me acerque al Barón una ves más y le propine una patada en los testículos.

-Púdrete, púdrete maldito cerdo.

Le escupí en la cara, luego salí corriendo del lugar, corría apenas por los pasillos por el dolor, estaba perdida en aquel lugar lo que suponía era un castillo.

-No se queden ahí pedazos de mierda, vayan a buscar a esa perra infeliz.

Entre mi desesperación, las lagrimas en mis ojos, el dolor que sufría en mis costillas y la oscuridad que había apenas avanzaba, escuchaba a los hermanos "gigantes" como me buscaban.

Yo solo avanzaba con la esperanzas de perderlo, por toda lo que estaba pasando no me había dado cuenta pero estaba lloviendo con fuerzas, llegue a un gran salón que tenia una mesa grande muy larga con varias sillas, seguí corriendo como podía, y de frente me tope con un hombre, un relámpago que entro atreves de una ventana gigante me segó por unos segundos, cuando recupere la vista el hombre que estaba frente a mí me estaba observado fijamente.

Era anciano, su rostro daba miedo, estaba lleno de cicatrices, pese a su edad, se notaba que estaba en un buen estado físico, viste con ropas muy elegantes si estuviéramos en el medio evo, incluso llevaba una capa sobre sus hombres que llegaba a tocar el suelo.

-Tienes ojos color sangre-dijo con una voz ronca muy envejecida.

Note que me miro mis pechos que estaban desnudos, inmediatamente me los tape con mi brazos, ya no quería más, este hombre también va a intentar vio... no más.

Cuando abrí los ojos, el anciano me cubrió con su capa.

Escuche los pasos de mis perseguidores entrando a la sala.

-Padre esa mujer de ahí se coló en el castillo, hay que matarla.

-Silencio- grito el hombre viejo.

Los hermanos se encontraban a espaldas del Barón.

El anciano acerco sus manos a mi cara, yo me eche hacia atrás por miedo, pero el muy gentilmente me limpio las lagrimas con sus dedos.

Pese a lo bien que me trataba este hombre, no podía dejar de sentirme en desconfianza.

-Jovencita ¿Cómo te llamas?

Padre, ella es peligrosa me ataco a mí, a Tustos y Bergan, es un peli...

-Cierra el pico o voy a alimentar a mis mastines con ustedes tres.

El asqueroso violador se sentía aterrado por la presencia del hombre mayor.

-A los garrapatas de mi hijo lárguense de aquí.

Los hermanos dijeron un como ordene Duke, y se retiraron, Tustos se demoro mucho más en salir ya que aun tenia la navaja enterrada en al rodillas.

-Ya tendremos tiempo de conversar querida, Arisa atiende a la jovencita, dale de comer, revisa si se encuentra herida, y dale unos de tus vestidos para que se cambie, yo te lo compensare luego.

-Como ordene amo.

Una mujer igual de anciana que el hombre se acerco a mí, en ningún momento sentí su presencia en aquel lugar, no, creo que iba más allá, ella no quería que se enterara que estaba ahí.

-Señorita acompáñame.

Ella me dio su mano para levantarme, sus manos estaban ásperas, duras y con callos, eran como las manos de un hombre, lo que demostraba que era más que una simple sirvienta.

-Gra...Gracias.

La anciana tiene una linda voz.

-No me agradezcas a mi, si no, al amo, por ayudarte y por el elogio.

-Muchas gracias Duke-dije aun en desconfianza.

Di un paso pero me retorcí de dolor.

-Ayúdala a caminar Arisa-dijo e Duke algo preocupado-

-Si Amo.

Arisa me llevo a otro lugar, aun así alcance escuchar algunas palabras del Duke.

-Arisa no me prepares la comida aun, tengo que corregir una mala semilla.

-Padre no es lo que imagi...

Lo ultimo que escuche fueron los gritos de terror del asqueroso Barón, gritos que me causaron cierto placer de venganza.