Continuamos nuestro camino por dos días si novedad, tanto Lay como Roy se dedicaron a subirme el animo durante el viaje, cosa que a los dos los a metido en problemas con Sir Willfest ya que han descuidado un poco sus tareas, pero incluso ese tosco caballero a hecho lo suyo, a estado enseñándome a ocupar una espada, lo que se me a dado fatal, pero el interés de Willfest es que no piense, aunque es duro, me a repetido 1000 veces "que no entiende como puedo ocupar un cuchillo también, cuando niños de 5 años manejan mejor la espada que tú".
Realmente no tengo idea en que momento logre acercarme a ellos, talvez pueda entender como me amiste con Lay, pero Roy me a tratado casi como si fuera un hermano o eso creo, y Willfest, bueno se acerca a su manera.
Me han ayudado bastante, pero la ida de no seguir viviendo aun esta ahí en lo profundo de mi mente, idea que me da miedo.
Estábamos acampando, ya todos se habían ido a dormir, ocupamos una gran piedra que había en la pradera para ocuparla de corta viento, esta noche Willfest nos permitió hacer una fogata, lo que ayudo que todos se fueran a dormir rápido, a excepción de mi que no podía dormir, muchas cosas rondaban por mi cabeza, ¿Cómo llegue aquí?, el fantasma de hace 9 años, esa chica que me apunto con el arco, si quiero respuestas, o intentar volver a mi linea de tiempo, creo que debo encontrarlas, y puede que el camino para ello sea la incongruencia histórica de Lord Irish, o al menos me aferro a ello.
Pero ojala solo fueran esas cosas que vinieran a mi cabeza, estaba esa cosa que mato a los guardias y caballeros que acompañaban a Willfest, esa mujer estoy seguro que no es humana, nadie que se moviera como ella podría llamarse humana, eso sumado a la mujer fantasma y que viaje en el maldito tiempo, significa que todo el mundo como lo creía era una mentira, eso me daba un dolor de huevos enorme, que te rompan un paradigma no es algo fácil de llevar, y también están las muertes que he visto, por suerte ya no me afectaban tanto como antes, pero me seguían afectando, de vez en cuando veía mis manos con sangre desde que mate a uno de los bandidos de Jack.
Un quejido de Lay interrumpió mis pensamientos, por lo visto estaba teniendo pesadillas.
-No, no te me acerques... no, no me toques...
Ella comenzó hablar dormida, esas palabras provocaban algo de dolor en mi, porque le daban razón a mi teoría de lo que creo que a Lay le sucedió en su pasado.
Me acerque a ella y le acaricie la cabellera para tranquilizarla un poco de su pesadilla, por lo visto resulto, dejo de hablar, al menos ya parecía que tenia un sueño más calmado.
-Si, dame de esos jamones... grito Roy entre sueños.
Al menos parece que el idiota soñaba con algo alegre...supongo, este par se parecen más de lo que creen.
Me levante para ver a Wallet, el llevaba inconsciente todos estos días y su estado no a mejorado para nada, a tenido continua fiebre, es posible que el fallezca en algún momento.
Tal vez si hubiera sido capaz de avisarle de que lo iban a atacar el no estaría...
Me sacudí la cabeza.
No, deja de culparte por todo, si sigo echándome la culpa de las cosas que no puedo controlar terminare igual que cuando mate al bandido y luego quise...
Me iba a intentar dormir, pero note que Sir Willfest no estaba en el campamento.
-¿En que momento el se fue?
Comencé a buscarlo, me imagine que al único lugar que podía ir era al bosque, ya que hacia el otro lado solo había pradera.
No tuve que adentrarme mucho para encontrarlo, el estaba ¿rezando?, no decía nombres.
Me quede oculto tras un árbol para saber que estaba haciendo.
-Agatha Mirs, Edmundo Codes, Patrick Mare, Monset Mare, Juan Fress, Fausto Fugh, Maria de Wimble, Jack... el Artista, a todos los que han muerto por mi mano, dictado la mayoría por tú siervo el Rey Eduardo, que descanse en tu santo reino... Amén.
Sabía que debía quedarme oculto, pero cuando se me mete algo en la cabeza, lo hago.
Algo apenado por estar espiándole le dije:
-Entonces las muerte si te corroen.
Sir Willfest desenvaino su espada, dispuesto a matar a quien sea que se le apareciera.
-Soy yo Gran... por favor respóndeme ¿la muerte te afecta?
Me acerque con las manos en alto para demostrar que no era una amenaza, aunque realmente si apareciera armado no se que tanto peligro podría ser para el cuando me derroto tan fácilmente.
-No te me vuelvas a aparecer así muchacho... tu madre no te enseño a no espiar cuando era niño.
-No, no vivió lo suficiente para hacerlo-dije bastante molesto.
-Lo lamento... no lo sabia... nunca dije que las muertes no me afectaran muchacho.
Cambio de tema bastante rápido, Willfest sabia que había tocado una fibra sensible en mi.
-Dime como puedo dejar de ver mis manos llenas de sangre.
Le mostré mis manos que estaban limpias, pero yo no las veía así, las lagrimas salían solas de mis ojos, creo que no había llorado tanto en mi vida como en las ultimas semanas.
-¿Muchacho?
El volvio a envainar su espada.
-¿Crees en Dios, Gran?
-No, soy ateo, aunque últimamente estoy creyendo en más cosas de lo que antes no era capaz de creer.
-Caminemos al campamento mientras charlamos.
Le hice caso sin chistar.
-Yo creo en Dios, no te voy a decir que soy un creyente ferviente, incluso antes tampoco creían en Dios, pero una mujer hizo que cambiara de opinión, hablo de la madre de Lay.
-¿La madre de Lay?, a Lay la llamaste bastarda, así que supongo que no hablas de tu esposa.
-Correcto no quiero profundizar en ese tema, pero lo que quiero decir, es que ella me mostro un camino para encontrar la paz dentro de mi, así que todas las noches le dedico un momento a la gente que a muerto por mi mano, eso me ayuda a no sentirme mal.
-No creo que eso sirva para mi, realmente no creo que un Dios nos haya creado, pero respeto a la gente que creen él, ellos no tienen pruebas de que existe, y yo tampoco tengo pruebas de que no existe, pero gracias por decírmelo, al menos me diste una esperanza de encontrar algo que me ayude.
-Gran no te digo que debes creer en Dios para calmar tu cabeza, encuentra la razón para poder quitar una vida, una razón que valga de peso, que lo justifique.
-¿Puede haber algo que justifique una muerte?
-En mi caso mis hijos justifican cualquier atrocidad que podría llegar hacer sin ningún remordimiento, por eso me uní a la causa del Rey Eduardo, admiro a ese hombre, se que con él puedo hacer un mundo mejor para mis niños.
Esas palabras me estremecieron de pavor, sabia que hablaba enserio.
-Gran disculpa que te pregunte algo tan intimo, ¿tienes a alguien que ames, o algún familiar?
-Tengo una hermana, pero no se si ya sigue con nosotros, a que viene la pregunta.
-Quería buscarte una razón que te podría ayudar, pero si me dices que falleció.
-No, no me refería a que ella esta muerta, espero que no lo este de hecho, porque eso pondría el ultimo clavo en mi ataúd, pero si creo que seria capaz de matar por ella.
Ahí están esos ojos de nuevo, esos que tanto me causaron pavor, cuando me enfrente a él, Gran puede llegar a...
-Gran cuando te conocí pensé que eras un noble mimado que no sabia nada de la vida, pero cuando mataste al bandido y luego te enfrentaste a mi, supe que estaba equivocado, no tenias nada que perder, esos ojos frio que vi en ti me dieron miedo, pensé que fuiste un idiota cuando te dirigiste directo a mi ataque en ese momento, pero ¿tu fuiste a cortarme el tendón de mi mano, no es así?
-Si, pensé que si quería acabarte, la única oportunidad que tenia contra ti era que no pudieras ocupar la espada, si no te hubieras dado cuenta... estoy seguro que te cortaba antes que tú con tu espada.
Sir Willfest estaba sonriendo, incluso llego a reírse.
-Maldito cobrón, sabes que es probable que Irish te mate por lo que sabes, ¿No?
Era la primera vez que escuchaba a Willfes no llamar a Irish Lord, lo que se me hizo extraño.
-Si pienso en ello, pero creo que puedo volcar mi suerte a mi favor.
-No subestimes a ese hijo de perra, sabe jugar bien a la política, incluso se gano el favor del Rey cuando Eduardo odia a los de su clase.
-Lo tendré en cuenta, Willfest.
-No, si me dices esos es que no sabes a que te enfrentas, pero Gran déjame usarte, yo intercederé por ti contra el Lord, a cambio de que me dejes convertirte en un arma, un arma que pueda usar para proteger el futuro de mis hijos y de tú hermana, que me dices, ¿un trato?
Willfest tendió su brazo para cerrar el trato.
Nunca pensé que Willfest viera algo en mi, pero su oferta era descarada incluso para él, pero por alguna razón no me molestaba.
Estire mi brazo, pero golpe su mano para que la corriera, por su puesto él se lo tomo mal.
-Willfest gracias, pero si te dejara convertirme en un arma como tú dices, entonces no podría volver a ver a la cara Hero, si es que la vuelvo a ver algún día, ella se pondría triste de que abandonara mi humanidad, por eso debe negarme a un trato tan desagradable.
Wilfest sonrió, mientras se acariciaba el pelo.
-Admirable, Venture.
Hubo algo extraño en su forma de decir mi apellido, muchos lo pronuncian mal desde que he llegue al pasado, obviamente por las diferencias de dialecto entre el pasado y el presente, pero Willfest lo acababa de pronunciar perfectamente.
-¿Como se llamaba tu padre?
-Que pregunta tan extraña Willfest... Ackerman Venture.
-Ya veo, que nombre tan raro.
Estaba claro que Sir Willfest ocultaba más de lo que decía.
-Bien, olvídate del trato, intercederé por ti por mero capricho, a cambio hazme el favor de devolverle la luz a Lay.
-Eso si puedo aceptarlo Will.
-¿Qué te crees Mocoso?, Willfest para ti.
Me reí un poco, esta claro que el Sir no iba a dar su brazo a torcer...
Mmm que extraño, juraría que Lay estaba durmiendo junto al fuego y no cerca donde yo estoy durmiendo.