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Chapter 22 - Promesa

Fue un calvario salir de las barracas, era casi imposible moverse sin despertar a alguien, todos dormían a centímetros del otro, aparte el cuarto era nauseabundo, pensar que tengo que volver a dormir aquí hacen que me den ganas de dormir afuera, de hecho con lo que roncan todos en esta habitación dudo mucho que pueda dormir más tarde en esta... pocilga, carajo hay hasta ratones pasando de un lugar a otro, espero que el poco tiempo que pase aquí encerrado no se me hayan pegado las malditas pulgas... tengo que tener cuidado con mi higiene no quiero tener peste negra, por lo visto aun no a llegado a Irlanda, pero como veo están las cosas no tardara en llegar...

Mire el cielo, era la primera vez desde que estoy en esta época que lograba mirar las estrellas, siempre estaba nublado, pero la vista era más que impresionante, era como ver un océano oscuro, repleto de estrellas, ni cuando fuimos a visitar el Gran cañón de noche, vi una noche tan hermosa como esta.

-¿Qué te sucede muchacho?

-Willfest, me asustaste, nada contemplaba las estrellas están preciosas.

Willfest miro el cielo conmigo.

-Mmm supongo que tienes razón, pero vuelve a dormir, es peligroso que tú estés afuera, es probable que Mullers intente atacarnos cuando estemos desprevenidos.

Willfest no apreciaba el cielo estrellado como yo, supongo que cuando puedes ver este paraje tan a menudo, no lo valoras como yo lo estoy haciendo.

-Si descuida, salí a mear, hago eso y vuelvo.

No le podía decir que voy a ver a su hija de noche a solas.

-Vuelve apenas termines, mañana tu armadura debería estar lista y pretendo largarnos de madrugada antes de que Mullers se despierte, ¿entiendes Gran?

-Entendido mi Sir Willfest-Dije burlonamente.

-Patán.

Aproveche que Willfest se fue, y fui directo donde Lay, ocultándome de los guardias que hacían ronda.

Realmente en este punto no comprendía a Lay, se molesto cuando la abrase, luego de unas horas incomodas me invita a su habitación, donde realmente espero que no se me declare, ya fui hiriente con ella al decirle asesina, no me gustaria seguir dañándola al rechazarla... solo espero que sean imaginaciones mías.

Golpe la puerta de su habitación para que me dejara pasar, ella me dio su permiso y entre, me lleve una sorpresa, Lay se encontraba apoyada en la ventana, era la primera vez que la veía sin su armadura, estaba bastante guapa la verdad, de hecho no pensé que se viera tan femenina sin aquella armadura que siempre cargaba.

-Que te sucede Gran, entra y cierra la puerta antes que te vean.

-Si, disculpa lo lamento Lay, simplemente me quede impresionado por ti.

Cerré la puerta inmediatamente.

-Tan mal lusco para que te sorprendas.

Era obvio que estaba sonrojado, y deduzco que sabe que lo que dice es mentira, simplemente quiere escuchar lo contrario.

-Todo lo contrario Lay te ves hermosa, probablemente debes tener muchos pretendientes.

Por su reacción parece que la había cagado, era obvio que mi comentario le causo molestias.

La pieza apenas tenia un cama pequeña, una mesita de dormir y un armario.

-¿Lay para que me pediste que viniera?

-Para cumplir una promesa.

Ella se acerco al armario, lo abrió y de adentro saco una botella de Whisky y dos vasos.

-Era eso, ya sírveme sabes me tenias preocupado, sobremodo desde el empujón que me diste por abrasarte.

Ella me entrego un vaso, y sirvió.

-Sentémonos en la cama, quería aprovechar un momento de "paz" para cumplir la promesa, cuando lleguemos a Dublin me preocupaba no poder cumplirla, Gran.

-Tan mal ves mi situación llegando a Dublin.

-Mala no, catastrófica, si me permites decirlo.

Me quede pensando en sus palabras, tiene razón es posible que vaya directo a mi muerte.

-No se le puede hacer mucho, ¿por que brindamos Lay?

-Mmm, para que encuentres a esa persona de la que me hablaste, la que te recuerdo yo.

Admito que me pillo desprevenido.

-Lay... entonces para que logres volverte un caballero como tu quieres.

Ella entrelazo su brazo con el mío, ambos brindamos, vivimos y dijimos un a tú salud al unisonó.

-Aun me siento molesto por el empujón, ¿sabes?

-Yo también me siento molesto por que me llamaste asesina.

Nuevamente esa mirada fría.

-Touche, tu ganas sinceramente yo la cague más, pero Lay lo que haces lo encuentro horrendo, pudiste matarlos sin hacerlos sufrir.

Lay se acerco más a la pared desde la cama para apoyarse en ella.

-Los odios.

-¿No te comprendo?

-Odio a todos los hombres Gran, me dan asco, cuando lucho con ellos no puedo contener mi ira, si, tú lo dijiste bien lo disfruto.

No sabia como responderle a Lay, tome lo que me quedaba de whisky de un sorbo.

-Lay, temo preguntar, pero lo hare, ¿por qué nos odias?

-A ti no te odio Gran, ni a Roy tampoco, creo que ustedes son la exepcion a la regla, pero al resto si lo hago.

Pensé que también incluiría a su padre Willfest, pero la cosa al parecer es mucho más seria.

-¿Tiene que ver con el príncipe Eduardo no es así?.

Lay se lanzo sobre mí, me apretaba con fuerza ambos brazos con sus manos.

-¿Por la puta, como sabes de eso, dime?

-Lay me haces daño... Roy me conto que eras una persona muy distinta antes de conocer al príncipe, el resto lo deduje yo.

-Gran te aseguro que no sabes ni mierda.

Ella me apretó con mucho más fuerza, hacia un esfuerzo por no gritarme.

-Fuiste violada ¿no es así Lay? 

Ella me miraba con horror, por lo visto... no, por desgracia di en el clavo, de apoco me fue soltando los brazos, a ella se le habían abierto las heridas de las palmas de sus manos.

-Como puedes saber eso, nunca se lo he dicho a nadie- dijo con una frialdad abrumadora.

Estoy seguro que si digo algo incorrecto, podría pagarlo con mi vida.

-¡¡Contesta!!

-El príncipe Eduardo es un demonio maquiavélico, pese a ser un niño, tiene fama de pedirle a sus hombres que violen mujeres por mero placer, mi padre me conto de ello.

-No solo me violaron sus hombres, mientras ellos me sostenían ayudaron para que un mocoso de mierda de 8 años me violara, es patético ¿no?, deje que el príncipe me...

Ni siquiera pudo seguir hablando, estaba conteniéndose... no importa que pague por lo siguiente.

-Lay voy abrasarte, si no lo quieres basta con que me empujes.

Por suerte el abrazo esta vez fue bien recibido... no sabia ni que decirle, me imaginaba lo sucedió, pero fui incluso peor de lo que pensé.

Ella lloraba al fin sin contenerse.

-Lay, dime como puedo ayudarte, si es que quieres mi ayuda, discúlpame si no soy capaz de decir algo reconfortante, no, ni siquiera se que estoy diciendo, te hicieron algo horrible, yo... hare todo lo posible para que no vuelvan hacerte daño.

-Gran, enserio eres tan tonto para creer que puedes cumplir esa promesa.

-No lo sé... hasta hace un par de días ni siquiera pasaba por mi mente poder el acabar con una vida, aun aso lo hice, hasta ahora me carcome por dentro, y...

Nos llene el vaso a mi y a Lay, ambos bebimos un poco.

-Aun ronda en mi mente la idea por no querer vivir, pero tú, tu hermano y tú padre, ven algo en mi que yo no puedo ver, al igual que yo veo en ti lo que tu no ves.

-Que tienes que ver todo lo que me dices con lo de prometer que nadie me hará daño... que ves en mi.

-Una amiga hermosa que necesita que le tiendan una mano amiga, sin preguntar el porque, que la apoyen sin juzgarle, tienes razón no puedo prometerte que pueda evitar que te hagan daño, pero puedo prometer hacer todo el esfuerzo para evitarlo.

-Eres un idota Gran, con un simple te lo prometo hubiera bastado, no tenias que decir algo tan bonito para que te creyera... creo que ahora puedo comprender el porque no puedo odiarte, aun así no logro entender... olvídalo, mi vaso ya esta vacío nuevamente llénalo.

-Por lo visto la escudera ya se cree un Sir, no me queda más remedio que decirle como ordene.

Ella logro reírse un poco.

-Soldado no escudera, me dicen la escudera sin caballero, por que nadie a querido tomarme como escudera.

-Si por algún loco destino de la vida llego a ser caballero, te hare mía... mierda no quise decirlo así, digo te hare mi escudera.

Ella nuevamente se rio, tenia unos diente bastante blancos... ¿Cómo puede tener tan buena higiene bucal?... aunque ocupara ceniza de romero que seria lo habitual en este tiempo, no debería tenerlos tan blancos... no, no es el momento de preguntar algo así, no ahora.

-Te tomare la palabra Sir Gran... no me odies por lo que pienso hacer Gran, pero necesito quitármelo de la cabeza.

Ella bebió Whisky directo de la botella, se acerco a mi y me beso aun con el whisky en su boca, el beso no estuvo mal, pero ella no era Hero, antes de apartarla, ella me dejo de besar.

-Nada... que bien, las cosas son mejores así-dijo Lay satisfecha.

-Me siento extraño y desechado a la vez, me puedes explicar que fue eso.

-No estaba segura de lo que siento por ti, me es muy raro sentirme bien con un hombre, si no contamos a mi hermano que se esforzó mucho para ser parte de mi vida, estaba confundida contigo, quiero que seas mi amigo, y cumplas las promesas que me as hecho esta noche Gran.

-Nunca pensé que me sentiría mal porque una mujer de la cual no tengo sentimientos amorosos me rechace, dicho esto, pienso cumplir mis promesas Lay, ¿ahora dime como te gustan?

-No te entiendo, como me gustan ¿qué?

Le arrebate la botella de whisky a Lay y bebi un poco.

-¿Cómo te gustan las mujeres?

-Yo no he dicho que me gusten las mujeres.

-Pero te gustan ¿no es así?

-Si, me gustan, suelo fijarme mucho en sus traseros-dijo Lay avergonzada.

Ella me arrebato la botella para beber.

-Así que eres de las mías, también me gustan los traseros femeninos, por lo visto tenemos más en común de lo que pensaba.

-Idiota... oh ya se acabo la botella... ¿Cómo es poder amar a alguien?

-Puede ser hermoso, a veces te asfixia, otras veces es un camino de rosas y otras de espina, es algo complicado explicar... ¿no as logrado enamorarte de alguien Lay?

-No, nunca, creo cuando era mas joven me llego a gustar un poco una niña pelirroja, no recuerdo su nombre, es lo más cercano que he sentido por alguien.

-No te preocupes, ya encontraras a alguien.

Ella no dijo nada más sobre el asunto.

-Eso espero... Gran puedes dormir conmigo esta noche, me siento... indefensa.

Me puse algo nervioso, pero agradezco poder evitar dormir en las barracas.

-Por su puesto.

Ella abrió la cama y pidió que entrara en ella, le hice caso, me quite los zapatos, me acosté de lado, ella se apego a mi debió que la cama era estrecha, puso sus brazos sobre mi y enterró su cara en mi pecho.

-Abrásame por favor.

La abrace lo más delicado posible.

-Una cosa más Gran, cuando haya gente, no me abrases, las cosas se pueden complicar si me ven que lo haces, pueden pensar que me cortejas.

-No me preocupa, deje que piensen lo que quieran, pero si prefiere que lo haga solo en privado, no hay problema.

-Gracias por entender, buenas noches querido Gran.

-Buenas noches querida Lay.