Nuestro camino estaba adornado de cadáveres de los guardias y caballeros que me escoltaban, la mayoría partidos a la mitad, Wallet no paraba de chillar de dolor por su brazo cercenado, no pude contenerme, vomite por el paisaje sinestro, nuevamente los pensamientos que me inundaban eran cuando vi morir a Bert, volvían a mi.
No se en que momento Willfest se acerco a mi, pero me agarro por la camisa, provocando que le manchara el brazo con vomito. El me miro con asco, acto seguido me golpeo la cara, el golpe me hizo volver a mi, pero debido al vomito que quedaba en mi garganta, tosí.
-Mocoso de mierda, ¿Qué era esa cosa?, estoy completamente seguro que venia por ti.
Me costaba mirarlo a la cara, estoy seguro que no conocía a esa mujer, pero debido como sucedieron las cosas, creen que soy culpable, ella me hablo, y por alguna razón me dejo con vida, hasta yo culparía a otra persona si hubiera pasado por la misma situación.
-No tengo idea, enserio no se quien ella era... un momento.
-Mientes
Lay se acerco a nosotros, desenfundo su espada, y ataco a su padre.
-¿Hermana te volviste loca?
Roy intento intervenir, pero no llego a tiempo, Sir Willfest cerro los ojos aceptando su destino, el ataque iba dirigido a él o eso creí al inicio, con una simple estocada, mato a un cuervo que sobrevolaba por encima de nosotros sin que nos diéramos cuenta, ella enfundo su espada, agarro el brazo de su padre que me tenia agarrado, y lo saco.
Ella se acerco a mi y con un solo brazo, me abrazo.
-Gracias... Padre Gran me salvo del ataque de esa...
Ella me miro a mi, estaba claro que también logro verla.
-...cosa, si no fuera por él mi cadáver estaría acompañando al resto, realmente no creo que el tenga que ver con lo sucedido o al menos no es consiente de ello.
-Lay... gracias a ti también.
Me sorprendía bastante, por alguna razón le caí bien, ella también me agradaba, pero apenas nos conocemos desde hace unas hora, y ella me protegió de su propio padre, eso hizo que sintiera algo de calidez, que pensaba que no iba a sentir en esta época.
-Sir Willfest yo no soy el único sospechoso aquí, también tome atención de lo que sucedía en la batalla, y estoy seguro que ella te conocía muy bien, incluso sabia quien eras, no me refiero solo al nombre, sino a tu relación con el rey Eduardo, y tú expertiz en combate.
-Ni te atrevas a pensar lo que creo que estas pensando, ya hiciste que me doliera la cabeza, pero el punto es que muchos saben quien es mi Padre... digo el capitán Sir Willfest, así que no creo que eso lo haga sospechoso.
-No, el mocoso tiene razón, si yo lo culpo con las mismas pruebas que el ocupa en mi contra es normal que sea sospechoso a sus ojos, pero te aseguro que en toda mi vida en el infierno de la guerra, nunca vi algo como eso, ella pudo haberme matado cuando quisiera, estaba jugando conmigo.
-¿Entonces Sir Willfest puede creer que no la conozco?
-Por ahora al menos te creeré, además debo agradecerte por salvar a mi bastarda.
Por alguna razón me molesto que llamara a Lay bastarda.
-Si quiere agradecerme al menos llame a su hija con el respeto que se merece.
La familia de Poart se sorprendió, pero sin duda el más sorprendido era Willfest, incluso esbozo una sonrisa, algo que creía que era incapaz de hacer en el corto tiempo que lo conozco.
-No te enseñaron a no meterte en los problemas de familia ajenos... pero tienes razón, déjame rectificar mi palabras, te agradezco por salvar a mi hija mayor.
No hubo ninguna expresión por parte de Lay.
-Ahora como se supone que explique que de los 15 hombres 8 están muertos y un herido de gravedad.
Uno de los guardias se acerco hacia nosotros.
-Capitán no creo que Wallet pase la noche ya a perdido mucha sangre.
-Tráeme una antorcha
Willfest se retiro.
Lay empezó a revisar los cadáveres, se dirigió a uno del cual solo tenia la parte inferior del cuerpo, y por alguna extraña razón le quito los pantalones.
-Toma, ahora cámbiate.
Me causo extrañeza su petición, pero no duro mucho, ella me indico mi entrepierna, no se en que momento había sucedido, pero me había orinado en los pantalones, tal vez fue cuando pensé que iba a perder la vida a manos de esa mujer.
-Ve ahí, Roy vigila que no escape.
Ella indico un matorral que estaba en el linde del camino.
-En que momento empecé a recibir ordenes tuyas Lay.
-En el momento que naciste, no discutan.
Probablemente tenia una pequeña mueca burlona, lo que molesto Roy.
-Ya vete a cambiar los pantalones, rápido.
Los pantalones que me pasa Lay estaban manchados un poco con sangre, con lo que me hacia debatir si ponérmelos o no, antes la sangre no me molestaba, pero desde lo de Bert me pone extremadamente tenso, deje de pensar y me cambie lo que me costo un poco por tener las manos atadas.
No te encariñes ni con Roy ni con Lay, ya sabes que paso cuando lo hiciste, Fress te traiciono, te vendió, puede que Finley también, además debería planear que voy hacer cuando me encuentre con Lord Irish y evitar perder mi cabeza... como te necesito Hero...
Camine hacia Lay mientras seguía con mi pensamientos.
siempre soñé con viajar al pasado, lo he estudiado por fascinación, pero fui muy tonto pensar que las cosas serian solo emocionantes, ellos no tiene valor por la vida, matan si que les tiemble la mano, fui un iluso.
Wallet grito de manera desgarradora, la escena era fuerte para mi, apoyaron a Wallet en lo que quedaba de mi celda móvil, le pusieron un palo en la boca, y Willfest estaba cauterizando la herida con su espada que estaba al rojo vivo.
-Wallet si soportas esto, vivirás, llegando a Dublín te podrán tratar mejor- dijo sir Wilfest de una manera frívola.
Wallet en un ponto se desmayo el dolor.
-Sir Arthur le encargo a Wallet por lo que queda del viaje.
-Como desee Sir Willfest.
Arthur era un caballero de lo mas cayado, en la batalla con la mujer fue el único que esquivo su ataque, peso a eso el tampoco pudo a ser nada, tenia el pelo castaño, lo tenia totalmente rebelde, probablemente en algún momento fue apuesto, pero una fea cicatriz que comenzaba de la comisura de su boca hasta su ceja, arruinaba su belleza por así decirlo.
Probablemente tendría sus 25 años o por ahí, era alto y fornido, sus ojos eran azules, él era la representación misma del estoicismo.
De nuevo tienes esa mirada pirada.
-¿Dime como pueden aguantar todo esto Lay?
-Porque si no lo haces este mundo te consumirá, lo mejor es no pensar en ello como ya te había dicho.
La mire fijamente.
-Me la impresión que no crees en tu propias palabras.
-¿Porque lo dices?
-Tus ojeras me dicen que as llorado en silencio mucho más de lo que yo he llorado en este corto tiempo.
-No tienes idea de lo que hablas.
-Tienes razón, ya no tengo idea de lo que digo, ver toda esta masacre me afecta demasiado.
-Muchacho, por tu bien será que te acostumbres rápido, sino morirás pronto o peor caerás en la locura, esta vida no perdona a los débiles.
-Lo intenrare, pero no prometo nada.
-Gran voy a confiar en ti.
Willfest se acerco a Roy y saco mi cuchillo, con el corto la cuerda que mantenía mis manos amarradas.
-Debido a la muerte de mis hombres, somos presa de cualquier ataque de bandido o Irlandeses, necesito toda la ayuda posible, te entregare tu cuchillo hasta que lleguemos a Dublin, si intentas escapar, yo mismo pondré fin a tu vida, ¿estas de acuerdo con el trato?
-Si, además no tendría a donde ir.
-Una cosa más, mejora tu mentira de perder tus recuerdos, o Lord Irish pondrá tu cabeza en una pica.
Ya estaba claro que no sacaba nada con seguir mintiendo frente a ellos, de hecho mi mentira fue tan mal actuada que incluso a mi se me olvido seguir con ella.
-Eso hare.
-¿Sabes andar a caballo, Gran?
-No nunca me he subido a uno.
-Lay, tu lleva al muchacho en tu caballo.
-De acuerdo.
-Toma tu cuchillo, no lo quiero ver sin su funda al menos que sea estrictamente necesario, ahora veré como carajos explico que perdí a 6 guaridas y a 2 caballares a Lord Irish.
De manera brusca dejo mi cuchillo en mis manos, esta vez me limite a asentir
Unas semanas antes
-¿Dónde estoy?
La lluvia comenzó a empaparme, mire a mi alrededor, pero no se veía casi nada, solo lograba ver ese maldito bosque que había dejado atrás.
A lo lejos logre ver unas luces que se movían a mi dirección, a poco rato un carruaje se detuvo frente a mi, el hombre que conducía el carruaje estaba vestido elegantemente, pero de alguna manera extraño.
La puerta del carruaje se abrió, había un hombre joven vestido con ropas estrafalarias, pero elegantes al igual que el mozo que conducía el carruajes.
Su mirada no me gustaba era como si me desnudara ella.
-Sube, te vas a empapar.
Por instinto le constaste.
-No gracias, pronto llegare a donde necesito.
Cuando termine de hablar, me di cuenta que tanto el hombre que me hablo como yo, hablamos en Irlandés antiguo.
¿Por qué hablamos en este idioma?
-Señorita no hay nada en millas, y no me gustaría desperdiciar una belleza tan exótica, me temo que debo insistir.
El joven tenia una sonrisa maliciosa, sin dudarlo saque mi cuchillo, para protegerme, pero cometí un grave error, en ningún momento me di cuenta en que momento el mozo había bajado del carruaje, lo que sucedió a continuación fue que me dieron un duro golpe en mi nunca, antes de desmayarme lo único que sentí fue como alguien levanto mi cuerpo mientras veía como caí la lluvia.
-Gran...